"The Nativity Story". Dirigida por Catherine Hardwicke. Protagonizada por Keisha Castle-Hughes, Oscar Isaac, Hiam Abbass, Shaun Toub, Ciarán Hinds, Shohreh Aghdashloo, Stanley Townsend, Alexander Siddig, Nadim Sawalha, Eriq Ebouaney, Stefan Kalipha, Alessandro Giuggioli. Estados Unidos. Año 2006.
¿De qué se trata?
Es un bonito día en la aldea de Nazaret. Los aldeanos recolectan sus cultivos, las chicas miran a los chicos... pero la mano tributaria de Herodes, el rey que se quiere construir una chula piscina, aprieta lo suyo, y como el impuesto debe pagarse en mujeres núbiles si es que no hay pasta, entonces los padres de la bella María deciden rescatar a ésta, casándola a temprana edad con un carpintero llamado José. María protesta y lanza un berrinche de niña chiquita, pero si pensaba que ahí terminaban sus pesares, estaba equivocada. Se le aparece nada menos que un ángel, y le anuncia que su prima Isabel está embarazada. María viaja y descubre que la profecía es cierta... y que le espera la segunda parte, que ella misma será madre de manera virginal, por el puro poder inseminador de Dios, del Redentor del género humano. Lo que le acarrea el esperable cabreo de José, quien piensa, de manera harto humana y comprensible, que su esposa "ha conocido varón" en alguna parte. Pero María, firme con eso de que es un embarazo virginal. José duda y duda, pero se le aparece un ángel para revelarle la verdad. José acepta su incómoda posición de tercero en discordia entre María y, ahí es nada, Dios en persona, y recoge a su esposa. Por ese tiempo se ordena un censo, cada persona deberá censarse en su lugar de nacimiento (una medida bien estúpida, bien mirada, porque ¿qué costaba preguntarle a cada persona "dónde naciste tú"?), y por ende, José debe viajar a Belén, la ciudad de David, la futura ciudad del mesías, junto con su esposa. ¿Conseguirán llegar a tiempo, antes de que nazca el niño de María, y antes de que las tropas de Herodes el Grande den buena cuenta de éste...?
El espíritu de los tiempos.
El cine bíblico parecía sepultado y bien sepultado desde hacía largos años, pero el éxito de "Gladiador" en el 2000 llevó a Mel Gibson a jugársela por "La pasión de Cristo" en el 2004, con jugo$o$ resultados. Era cuestión de tiempo antes de que llegara otra peli bíblica de alto perfil, tema espinoso donde los haya, porque es archisabida la de problemas que acarrea adaptar la Biblia al cine: un errorcillo de adaptación o de sensibilidad, y salen ofendidos los poderosos grupos cristianos que la financiarán como público que va a verla y comer palomitas, o bien los capitalistas judíos que ponen la pasta para producirlas, ¿bien? Pero por otra parte, en pleno tiempo de un Presidente Mesías como George W. Bush, o de un Papa Mesías como Benedicto XVI, quizás no sea tan mal negocio...
¿Por qué verla?
- ¿Una peli en la cual el gran suspenso viene dado por un viaje por la Palestina de 2000 años atrás, y cuyo gran clímax es el triunfo de los malos en la Matanza de los Inocentes y la gran victoria de los buenos es una fuga desesperada...? Hmmm... ¿Será una buena idea...? Después de ver los resultados, pues... Sí... Sí, señor. La película funciona. No es una joya, no es una obra de arte, no va a cambiar la historia de la cinematografía, pero en términos de contar una historia sobre celuloide, funciona bien; es la clase de filme con virtudes y defectos, y los segundos, en vez de lastrarla, la hacen incluso más querible por el esfuerzo que se nota por detrás. Consigue la cuadratura del círculo de ser ortodoxa hasta el lamebotismo con respecto a las dos grandes fuentes documentales canónicas sobre el nacimiento de Jesús, los Evangelios de Mateo y Lucas, sin por eso desatender el suspenso, la emoción y los personajes ni sonar pedante o discursiva en ningún minuto, y eso habla muy bien del equipo de trabajo en general, y de doña Catherine Hardwicke en particular, realizadora sin un currículum muy extenso en la dirección ("A los trece" y alguna más), pero con un extenso hacer en el diseño de producción ("Tombstone", "La chica del tanque", "El cuarto poder", "Tres reyes", "Vainilla sky"), algo que es bien notorio en "El nacimiento", debido a un gusto compositivo bastante exquisito y naturalista, sin caer en el preciosismo o el plasticismo visual.
- El elenco está notablemente bien, y sus roles son interpretados con naturalismo y espíritu de cotidianeidad, alejados del prurito altisonante y mayestático que ha enturbiado tanto otro filme de ambientación histórica o bíblica. Oscar Isaac como José, inspira respeto como el joven carpintero que es capaz de amar, de dudar, y de creer. Los padres de María aparecen como progenitores querendones y preocupados, capaces de enojarse por un embarazo que no entienden, pero también de llegar finalmente a comprender cómo son las cosas. Ciarán Hinds compone un Herodes muy político, siempre a caballo de la situación, que parece entender a la perfección las maquiavélicas filigranas del poder. Los Reyes Magos son presentados de forma bastante correcta como magos, esto es, como estudiosos astrólogos persas (aunque siguiendo la tradición católica, uno de ellos es negro), y sus breves apariciones operan con acierto como contrapunto y alivio cómico de la historia principal, aunque sin perder en ningún minuto el respeto por los personajes. El grave manchón, y gravísimo dadas las circunstancias, lo constituye la señorita Keisha Castle-Hughes, con apenas dos roles en el cuerpo antes de éste (aplaudida en "Jinete de ballenas", y casi invisible como reina sustituta de Amidala en "La revancha del Sith"), y que compone una María plana y sin emociones, que en ningún minuto pareciera sentir el peso o la emoción de ser responsable de parir nada menos que al Redentor del género humano; en todo caso, puede uno cuestionarse si es un problema de mala actuación, o si acaso alguna lumbrera entre los productores confundió estúpidamente "aproximación respetuosa al personaje" con "expresión deslavada y actuación sin matices", cosa que ha sucedido antes (de esa manera desperdiciaron, por ejemplo, al gran Max Von Sidow como Cristo en "La más grande historia jamás contada" de 1965).
- El tratamiento del entorno en general, y de los milagros en particular, es notable. Todo está llevado con naturalidad, sin transformar la historia en un festival de pirotecnia audiovisual. Esta es una película con variados efectos especiales, pero éstos se encuentran rigurosamente subordinados a la historia, y no al revés. Incluso muchas ocasiones para montar fuegos artificiales, como por ejemplo las apariciones de los ángeles, están resueltas con efectos más bien discretos, incluyendo algún que otro juego de cámara y el uso de iluminación especial, y nada más.
- Hay algunos momentos de emoción genuina, sin sentimentalismo lacrimoide. El nacimiento, desde luego, pero también algunas escenas del viaje, en donde puede apreciarse el nacimiento de un bello romance entre María y José, capaz de superar todos los obstáculos (incluido el principal de ellos, la intervención de un Dios que en pos de sus planes universales está resuelto a no dejarles vivir en paz), y escenas cotidianas en Nazaret.
- La banda sonora acompaña bien, y no cae en el feo vicio contemporáneo de poner coros de fondo cada cinco minutos para hacer resaltar lo muy épica y machota que es la película. El único baldón al respecto es terminar la misma con una versión sinfónica de "Noche de paz", lo que es sin duda un recurso estilístico bastante pobre y vulgar, y que se nota aún más justamente por el buen quehacer anterior.
IDEAL PARA: Demostrar que se puede hacer una película rigurosa al material bíblico, sin ser pedante o caer en el adoctrinamiento barato.
¿De qué se trata?
Es un bonito día en la aldea de Nazaret. Los aldeanos recolectan sus cultivos, las chicas miran a los chicos... pero la mano tributaria de Herodes, el rey que se quiere construir una chula piscina, aprieta lo suyo, y como el impuesto debe pagarse en mujeres núbiles si es que no hay pasta, entonces los padres de la bella María deciden rescatar a ésta, casándola a temprana edad con un carpintero llamado José. María protesta y lanza un berrinche de niña chiquita, pero si pensaba que ahí terminaban sus pesares, estaba equivocada. Se le aparece nada menos que un ángel, y le anuncia que su prima Isabel está embarazada. María viaja y descubre que la profecía es cierta... y que le espera la segunda parte, que ella misma será madre de manera virginal, por el puro poder inseminador de Dios, del Redentor del género humano. Lo que le acarrea el esperable cabreo de José, quien piensa, de manera harto humana y comprensible, que su esposa "ha conocido varón" en alguna parte. Pero María, firme con eso de que es un embarazo virginal. José duda y duda, pero se le aparece un ángel para revelarle la verdad. José acepta su incómoda posición de tercero en discordia entre María y, ahí es nada, Dios en persona, y recoge a su esposa. Por ese tiempo se ordena un censo, cada persona deberá censarse en su lugar de nacimiento (una medida bien estúpida, bien mirada, porque ¿qué costaba preguntarle a cada persona "dónde naciste tú"?), y por ende, José debe viajar a Belén, la ciudad de David, la futura ciudad del mesías, junto con su esposa. ¿Conseguirán llegar a tiempo, antes de que nazca el niño de María, y antes de que las tropas de Herodes el Grande den buena cuenta de éste...?
El espíritu de los tiempos.
El cine bíblico parecía sepultado y bien sepultado desde hacía largos años, pero el éxito de "Gladiador" en el 2000 llevó a Mel Gibson a jugársela por "La pasión de Cristo" en el 2004, con jugo$o$ resultados. Era cuestión de tiempo antes de que llegara otra peli bíblica de alto perfil, tema espinoso donde los haya, porque es archisabida la de problemas que acarrea adaptar la Biblia al cine: un errorcillo de adaptación o de sensibilidad, y salen ofendidos los poderosos grupos cristianos que la financiarán como público que va a verla y comer palomitas, o bien los capitalistas judíos que ponen la pasta para producirlas, ¿bien? Pero por otra parte, en pleno tiempo de un Presidente Mesías como George W. Bush, o de un Papa Mesías como Benedicto XVI, quizás no sea tan mal negocio...
¿Por qué verla?
- ¿Una peli en la cual el gran suspenso viene dado por un viaje por la Palestina de 2000 años atrás, y cuyo gran clímax es el triunfo de los malos en la Matanza de los Inocentes y la gran victoria de los buenos es una fuga desesperada...? Hmmm... ¿Será una buena idea...? Después de ver los resultados, pues... Sí... Sí, señor. La película funciona. No es una joya, no es una obra de arte, no va a cambiar la historia de la cinematografía, pero en términos de contar una historia sobre celuloide, funciona bien; es la clase de filme con virtudes y defectos, y los segundos, en vez de lastrarla, la hacen incluso más querible por el esfuerzo que se nota por detrás. Consigue la cuadratura del círculo de ser ortodoxa hasta el lamebotismo con respecto a las dos grandes fuentes documentales canónicas sobre el nacimiento de Jesús, los Evangelios de Mateo y Lucas, sin por eso desatender el suspenso, la emoción y los personajes ni sonar pedante o discursiva en ningún minuto, y eso habla muy bien del equipo de trabajo en general, y de doña Catherine Hardwicke en particular, realizadora sin un currículum muy extenso en la dirección ("A los trece" y alguna más), pero con un extenso hacer en el diseño de producción ("Tombstone", "La chica del tanque", "El cuarto poder", "Tres reyes", "Vainilla sky"), algo que es bien notorio en "El nacimiento", debido a un gusto compositivo bastante exquisito y naturalista, sin caer en el preciosismo o el plasticismo visual.
- El elenco está notablemente bien, y sus roles son interpretados con naturalismo y espíritu de cotidianeidad, alejados del prurito altisonante y mayestático que ha enturbiado tanto otro filme de ambientación histórica o bíblica. Oscar Isaac como José, inspira respeto como el joven carpintero que es capaz de amar, de dudar, y de creer. Los padres de María aparecen como progenitores querendones y preocupados, capaces de enojarse por un embarazo que no entienden, pero también de llegar finalmente a comprender cómo son las cosas. Ciarán Hinds compone un Herodes muy político, siempre a caballo de la situación, que parece entender a la perfección las maquiavélicas filigranas del poder. Los Reyes Magos son presentados de forma bastante correcta como magos, esto es, como estudiosos astrólogos persas (aunque siguiendo la tradición católica, uno de ellos es negro), y sus breves apariciones operan con acierto como contrapunto y alivio cómico de la historia principal, aunque sin perder en ningún minuto el respeto por los personajes. El grave manchón, y gravísimo dadas las circunstancias, lo constituye la señorita Keisha Castle-Hughes, con apenas dos roles en el cuerpo antes de éste (aplaudida en "Jinete de ballenas", y casi invisible como reina sustituta de Amidala en "La revancha del Sith"), y que compone una María plana y sin emociones, que en ningún minuto pareciera sentir el peso o la emoción de ser responsable de parir nada menos que al Redentor del género humano; en todo caso, puede uno cuestionarse si es un problema de mala actuación, o si acaso alguna lumbrera entre los productores confundió estúpidamente "aproximación respetuosa al personaje" con "expresión deslavada y actuación sin matices", cosa que ha sucedido antes (de esa manera desperdiciaron, por ejemplo, al gran Max Von Sidow como Cristo en "La más grande historia jamás contada" de 1965).
- El tratamiento del entorno en general, y de los milagros en particular, es notable. Todo está llevado con naturalidad, sin transformar la historia en un festival de pirotecnia audiovisual. Esta es una película con variados efectos especiales, pero éstos se encuentran rigurosamente subordinados a la historia, y no al revés. Incluso muchas ocasiones para montar fuegos artificiales, como por ejemplo las apariciones de los ángeles, están resueltas con efectos más bien discretos, incluyendo algún que otro juego de cámara y el uso de iluminación especial, y nada más.
- Hay algunos momentos de emoción genuina, sin sentimentalismo lacrimoide. El nacimiento, desde luego, pero también algunas escenas del viaje, en donde puede apreciarse el nacimiento de un bello romance entre María y José, capaz de superar todos los obstáculos (incluido el principal de ellos, la intervención de un Dios que en pos de sus planes universales está resuelto a no dejarles vivir en paz), y escenas cotidianas en Nazaret.
- La banda sonora acompaña bien, y no cae en el feo vicio contemporáneo de poner coros de fondo cada cinco minutos para hacer resaltar lo muy épica y machota que es la película. El único baldón al respecto es terminar la misma con una versión sinfónica de "Noche de paz", lo que es sin duda un recurso estilístico bastante pobre y vulgar, y que se nota aún más justamente por el buen quehacer anterior.
IDEAL PARA: Demostrar que se puede hacer una película rigurosa al material bíblico, sin ser pedante o caer en el adoctrinamiento barato.