11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 27 de septiembre de 2009

"Te amaré por siempre" (2009).


-- "The Time Traveler's Wife". Estados Unidos. Año 2009.
-- Dirección: Robert Schwentke.
-- Actuación: Eric Bana, Rachel McAdams, Ron Livingston, Jane McLean, Stephen Tobolowsky, Arliss Howard, Brooklynn Proulx, Alex Ferris, Hailey McCann, Tatum McCann, Michelle Nolden, Maggie Castle, Fiona Reid, Philip Craig, Brian Bisson.
-- Guión: Bruce Joel Rubin, basado en la novela de Audrey Niffenegger.
-- Banda Sonora: Mychael Danna.

-- "Te amaré por siempre" en IMDb.
-- "Te amaré por siempre" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La vida te da joputadas, joputadas te da la vida. Eres una hembra y estás manejando por la calle una Navidad cualquiera con tu retoñín, cuando de pronto la nieve y un camión se confabulan para dejarte adornando árboles de Pascua en el Cielo. El crío también hubiera acabado bien muricido, pero como se supone que debe crecer para transformarse en Eric Bana, pues bien, resulta que empieza a disolverse, como las manchas en esos comerciales de detergente, y desaparece. Pasan los años, los suficientes como para que el mocoso evolucione y se transforme en Eric Bana, como lo prometimos. El hombre trabaja en una biblioteca, cuando de pronto aparece una chica nada más mona, preguntando por un libro. Cuando lo ve, la chica dice "¡hey, chico sexy, yo te conozco, tú eres Henry!" (Henry se llama el personaje). El pobre, en vez de entrar a la cancha a ganar, juega la estrategia ratona y le dice a la chica bonita: "Bueno, er, yo, eh... ¿nos conocemos en... alguna parte?". Y ella va y le dice: "Mira que sí, tú no me conoces, pero yo a tí te conozco la vida entera, y se supone que ahora tenemos que reunirnos en una cita y después irnos a la cama". Bueno, con semejante prospecto (Rachel McAdams con su mejor carita de ángel, y es que bueno, Rachel McAdams es MUCHA Rachel McAdams, ehm...), Eric Bana termina por hacerle caso a la testosterona y va para sacarse el gusto. La chica le explica entonces que conoce su secretito, que él ha estado viajando por el tiempo, y que ha regresado en el tiempo hasta cuando ella era una niñita y la enamoró (bueno, créanlo o no, no hay pederastia aquí, así es que no se preocupen, mis humanitos). Y ambos deciden que están muy güenos, así es que vamos a entrelazar nuestras vidas a ver qué ocurre. A pesar de que él va y viene sin ningún control sobre sus viajes, y ella tiene que ponerse a esperar que su chico se desenrolle de la flecha del tiempo. Bueno, si las esposas de los marinos y las esposas de los astronautas pueden, por qué no iba a poder la esposa de un viajero en el tiempo, ¿verdad...? Bueno, quizás no pueda. Y es que, vamos, mucha paciencia se le puede tener al pobre saltarín del tiempo, pero resulta que su problema es, ehm, un asuntillo genético, y ya sabemos que algunos genes tienen la malparida costumbre de transmitirse a la descendencia. El caos está servido, y la flecha temporal nunca se vio antes tan liada...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

El trascender las fronteras del continuum espaciotemporal, era algo viejo en los años en que The Gathering cantaba "I wanna do centuries in a lifetime, and feel it with my hands, touch the World War II and Cleopatra, flying...". El tiempo nos mueve cuando queremos estar quietos, nos atenaza cuando queremos libertad, nos impide regresar cuando queremos volver nuestros pasos, y en particular nos tritura despiadadamente así como nuestra existencia se escurre como guijarros desde la palma de la mano. Desde la más remota Antigüedad, el sueño del Filósofo Ilustrado es obtener la plenitud de la existencia dentro de la mente, anular la realidad more platónico o more cartesiano, y convertir a todo el Universo en Uno, y a nosotros un Uno dentro de ese Uno. Una de esas manifestaciones de querer anular el espacio y el tiempo es justamente la literatura y el cine de viajes en el tiempo, que tiene su solera ya. El problema es que desde el Viajero del Tiempo de H.G. Wells (magistralmente adaptada esa novela en "La máquina del tiempo" de 1960), el viaje en el tiempo se hizo algo tecnológico, y por lo tanto, ya no era posible emprenderlo sin una pesada cronoortopedia en el arnés. Que el viaje en el tiempo es cosa de frikis, vamos. Ahí tienen: "Terminator", "Timecop", "Millennium", "Rescate en el tiempo"... No es que eso esté mal, por supuesto, pero ahora, si quieres poner un viaje en el tiempo sin darle a la verborrea científica, lo tienes crudo, mi amigo. Por supuesto que siempre se rodarán cosas como "Pídele al tiempo que vuelva", en la cual Christopher Reeves volvía casi mágicamente al pasado para enamorarse y enamorar a Jane Seymour. Pero admitámoslo, los ejemplos son mínimos. Desde el 2000 a la fecha, recuerdo poquísimas películas con viajero en el tiempo, que no acabe siendo una frikada: "Desafío al tiempo" quizás (no de viajeros en el tiempo, sino de comunicación entre épocas diferentes), "La casa en el lago" (tampoco de viajes en el tiempo stricto sensu) "El efecto mariposa"... y probablemente ahí acabó el listado. Por eso, una película como "Te amaré por siempre" es casi un lujo, en particular si se considera que está muy bien realizada. Y no paren mientes en el título, que es la horrible traducción con la que aquí en Chile exhibieron "The Time Traveler's Wife" (traducible como "La esposa del viajero en el tiempo", título original mucho más bello, pero curiosamente, no tan adecuado por motivos que adelantaré). Basada en una novela que por todas las noticias parece ser de ésas "de gusto de mujeres" (no la he leído, empero, así es que si hay noticias en contrario, coméntenlo), esta peli tenía todas las papeletas para ser una empollada mamona "para minas", con sufrida/sensible prota femenina y atormentado/débil prota masculino. Y no. No mucho, por lo menos. La peli se superó a sí misma, y es probablemente uno de los mejores estrenos del año 2009, no por ser mayestática ni grandiosa, sino por los buenos resultados que obtiene versus su encantadora modestia...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Digamos de entrada que esta peli tiene las cosas claras. Si ustedes esperan una de Sci-Fi (o digámoslo más derechamente, si esperan una frikada), se decepcionarán. En esta peli hay viajes en el tiempo y se explica esto por un problema genético, lo que nos adentra en el terreno de la Ciencia Ficción más clásica, pero esto es apenas un soporte para una clase de historia muy diferente (no soy de los talibanes que sostienen que la Ciencia Ficción debe encorsetarse en tales o cuales parámetros, pero también estoy consciente de que mucha gente no la considera "de SF de verdá" si no aparecen robots o maquinaria hi-tech, y en esta peli esas cosas no aparecen). Esta peli es por un lado una historia romántica, y por el otro una plasmación de la existencia y los avatares de lo que significa ser... bueno, ser un ser humano, perdónenme la redundancia. Pero antes de ir hacia allá, terminemos con lo de SF. Si ustedes consideran que la buena Ciencia Ficción debe tener historias buenas o ideas buenas, con independencia de qué tan hard sea el contenido científico, entonces se gozarán esta peli como chinos, porque en ese apartado cumple: aunque el viaje en el tiempo no se explica demasiado en términos científicos, sí se exploran sus consecuencias. Con eso no me refiero a que la peli esté trufada de paradojas temporales (otro feo vicio que los fanáticos de la Ciencia Ficción tienen, que toda peli de viajes temporales debe guardarse una gran paradoja para el final, y se agradece que para variar un poco, aunque esta peli plantea las suyas, no las convierte en el centro de su argumento). No de manera acabada, eso sí, pero al menos se muestra como ese elemento raro o distinto puede cambiar la vida de una persona. Como las mejores obras del género, sean hardescas o softescas.

-- El elemento romántico aquí es el primordial. Es una historia de amor completa, desde que la pareja se conoce hasta que... bueno, nada dura para siempre, ¿verdad? Sólo diré, para no arrojar demasiados spoilers bajo la borda, que la boda no es el final de la peli. Se ha comparado esta producción con "El curioso caso de Benjamin Button", pero la comparación es más bien superficial, porque las metas y fines son distintos: en lo de Fincher, la historia romántica estaba al servicio de una especulación metafísica sobre la existencia humana, mientras que acá el espléndido romance simplemente lo avasalla todo. Ya sabemos que toda buena historia romántica en el cine, para que funcione, debe tener un par de protagonistas bien puestos, y eso acá lo encontramos. Eric Bana, con su sempiterna cara de chico desprevenido, hace más o menos lo de siempre y resulta un estupendo protagonista, con mucha química con Rachel McAdams, a quien realmente le creemos ser una chica entregada por amor a un tipo que nunca va a estar ciento por ciento con ella. No sé si "conmovedora" sea la palabra para describir a esta pareja, pero da gustos verlos haciendo tortolitos en la pantalla. Claro, me dirán ustedes, esta peli debe ser una ñoñería del tamaño de la Catedral de Pisa. Y la verdad sea dicha... sí, es ñoña. Pero si es que no les gusta la ñoñería, es que no les gusta el cine romántico en absoluto. Las pelis románticas son así, no nos busquen las cinco patas a los gatos. La chica viene de familia pudiente y el chico no se le ve trabajar (mucho), de manera que tienen mucho tiempo libre para vivir su vida y su romance, y estas pelis son así, no vayan a esperar que ésta o alguna reinvente la rueda a su antojo, vamos. Así es que, un datito rosa: si ustedes están de tórtolos con alguien, sugieran ver esta peli, que es romántica sin ser "una peli para minas", y es emotiva sin caer en la cursilería o la lacrimogenia barata. Y no olviden usar protección después, hehehé...

-- En cuanto a que esta peli sea una reflexión sobre la condición humana... Curiosamente lo consigue sin esforzarse por serlo. En ningún minuto te largan un enorme discurso sobre lo que significa vivir una vida, como sí ocurría en "El curioso caso de Benjamin Button" por otra parte (sin criticar la obra de Fincher, que por su parte despliega buenos cañones en su cubierta). Pero las conclusiones manan solas. El viajero del tiempo, por un lado, es capaz de vivir una vida entera y disfrutar a su chica desde la niñez hasta la separación definitiva, y por lo tanto, en muchos casos se intuye que la ve como un todo, más allá de las etapas que le toquen vivir (de ahí que esta peli, a pesar de que Eric Bana la visite de niña, no pueda ser calificada como promotora de ciertas perturbadoras conductas, aunque en algún minuto pareciera querer deslizarse por el borde...). Pero por la otra, al no tener control sobre sus propios viajes, en cierto sentido está atrapado dentro de esa totalidad. Por decirlo así, el viajero del tiempo está aquí... y allá... y en todas partes al mismo tiempo, sin estar realmente en ninguna. Es, en definitiva, un ser desarraigado, cuya única conexión con el mundo es la chica que lo acepta y lo quiere como tal, aunque para ella ese "estar ahí" importen enormes sacrificios emocionales. Porque el hecho de que él vea literalmente vidas y épocas enteras, la arrastra también a ella, a ver lo que él ve, sin realmente verlo o vivirlo. Y lo que él ve o visita no siempre es agradable, sino que a veces puede ser bastante sobrecogedor (nuevamente me aguanto la tentación de lanzar spoilers). Esto queda meridianemente claro en la peli, aunque en ningún minuto se discursee ni se filosofe sobre eso. Y esto se agradece, porque... ¡cuántas páginas de mística barata han salido de pelis sobrediscurseadas y vociferantes de filosofía! A veces, menos es más, y esta peli, en su minimalismo, consigue mejores resultados que muchas producciones con enormes pretensiones que, por lo mismo, no pueden evitar caer en la vacuidad cuando los resultados no colman (¡y que no pretenden colmar en muchos casos, tampoco!) las expectativas que ellas mismas levantan.

-- La realización, como decíamos, es notablemente buena. Por la sensibilidad que muestra sin caer en la sensiblería, nadie hubiera dicho que Robert Schwentke hubiera dirigido antes otra cosa que no fueran pelis sentimentales y emotivas, y sin embargo su peli inmediatamente anterior fue el estupendo thriller "Plan de vuelo" (ésa en donde a Jodie Foster se le perdía su chica en pleno vuelo). Eric Bana y Rachel McAdams, ya lo dijimos, conforman una pareja de lujo en la pantalla, y sus roles se sienten muy naturales. Quizás ella se vea un tanto demasiado angelical (no es problema de ella, en todo caso), pero él, a cambio, es el chato buena gente al que de buena gana te invitarías a tomarte una cerveza. Cuesta pensar que este tipo se salió del papel para ir a interpretar al villano Nero en "Star Trek" y regresó otra vez a meterse en la piel de este buen ciudadano y grabar algunos shots adicionales... Mychael Danna, que en su casi anonimato ha creado toneladas de soundtracks, incluyendo sus buenos trabajos en "Kamasutra" o "El nacimiento", se deja caer aquí con una banda sonora que consigue la cuadratura del círculo de ser intimista sin ser anodina, y que en ningún minuto cede a la tentación de la grandilocuencia, feo vicio éste que plaga a tantos soundtrackistas buenamente sueltos por el mundo. La fotografía también es buena sin tratar de pasarse de poética, y esto también le suma enteros. Resumiendo: esta peli en ningún minuto trata de venderse como más de lo que es (una historia romántica con matices existencialistas), y en esa modestia radica su mayor fortaleza.

IDEAL PARA: Ver una buena historia romántica, y un tratamiento quizás algo heterodoxo, pero de interés, del tema de los viajes en el tiempo.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

jueves, 24 de septiembre de 2009

"Las vírgenes suicidas" (1999).


-- "The Virgin Suicides". Estados Unidos. Año 1999.
-- Dirección: Sofia Coppola.
-- Actuación: James Woods, Kathleen Turner, Kirsten Dunst, Josh Hartnett, Michael Paré, Scott Glenn, Danny DeVito, A.J. Cook, Hanna Hall, Leslie Hayman, Chelse Swain, Anthony DeSimone, Lee Kagan, Robert Schwartzman, Noah Shebib, Hayden Christensen, Giovanni Ribisi (narrador en off).
-- Guión: Sofia Coppola, basada en la novela de Jeffrey Eugenides.
-- Banda Sonora: Air.

-- "Las vírgenes suicidas" en IMDb.
-- "Las vírgenes suicidas" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Esta es una de esas pelis "X años atrás", que en este caso son 25, y como la peli es de 1999, podemos situarnos cómodamente en 1974. Todo bonito, todo plácido, pequeña comunidad linda pija aristócrata yanki... Hasta que a una niñita Lisbon se le ocurre tratar de despacharse al otro mundo. Desde que los Lisbon se mudaron al barrio, éste se revoluciona con las cinco chicas Lisbon, todas en esa edad terrible en que se transforman en monstruos de autorreferencia, o sea los 13-17, más o menos (algunas después no evolucionan, siguen siendo monstruos autorreferentes y se transforman en protagonistas de la farándula o en cineastas culturetas, pero eso es aparte). Bueno, estaba en lo de las chicas Lisbon. Las pobres viven recluidas con esas terribles criaturas republicanas que son sus padres, muy conservadores ellos y también muy querendones: la clase de viejos que te dicen que te quieren mucho y te miman mucho, pero de refilón te insinúan que las reglas son las reglas, y te las imponen con todo caramelo para que te sientas muy mal por romperlas y quebrarle el corazón a papi. Resulta que después de haber tratado de cepillarse, el psicólogo, con esa calma "yo lo sé too, pa' eso soy psicólogo", da la recomendación genial de armarle una fiesta a la más chica. Los papis, que son muy querendones, bueno, por qué no, a pesar de que eso de las fiestas, pues no, miren, no sé, a las fiestas llegan hombres, qué van a decir nuestros vecinos... Y en medio de la fiesta, resulta que la criatura festejada tiene el mal gusto de retirarse, subir a su habitación, y hacer el Coyote arrojándose al vacío. El asunto queda caratulado como accidente, pero la familia aguanta estoicamente, porque como lo dije, son republicanos de pro, ultracatólicos conservadores, así es que todas esas penitas hay que pasarlas sin aspavientos, qué van a decir los vecinos, joer. Pero ya al comienzo de esta peli nos han advertido, porque es una de esas tipo "recuerdo que en mi niñez"... Las otras cuatro también están en la picota, y a la larga también acabarán suicidándose. Qué desperdicio, ñap. Y no me digan que no lo sabían, si por algo el título habla de vírgenes y de suicidas, ¿eh?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Esta peli estará asociada de manera inmortal, para bien o para mal (probablemente más para mal, y eso a riesgo de alienarme los afectos de los culturetas de pro), a la hercúlea y nepótica figura de Sofia Coppola, la cineasta que sería una más del montón de no ser por los buenos oficios de su papi, el poderoso Francis Ford Coppola, que quién sabe cuantos palillos habrá movido en Hollywood (quizás no tantos como se piensa), pero de que llevaba a su criatura a las fiestas de Hollywood para que se enchufara con productores y actores, no me creo que no lo hiciera. Ya desde bebita, papá Francis, con empeño ítaloamericano, le había marcado el camino haciendo que interpretara al bebé del cappo di tutti cappi Michael Corleone en "El Padrino" (luego dicen que la vida no imita al arte), y luego de algunos berruntes por aquí y por allá, la terminó reclutando en reemplazo de Winona Ryder en "El Padrino III". La maniobra nepótica no funcionó demasiado bien, Sofia Coppola se llevó la rechifla de su vida, y desde entonces juró que nunca más iba a ponerse delante de una cámara a ser abucheada así: lo suyo iba a ser estar DETRÁS de la cámara y mandar a los demás lo que tienen que hacer, que para algo tengo sangre italiana y soy una Coppola, per la Madonna santa (es lo que tienen los italianos: en su Patria no ganan una guerra ni con la ayuda amistosa de los Panzerdivisionen, y en el extranjero quieren ganarlas todas). Después de algunos años vagando por el limbo, la buena estrella volvió a sonreir a Sofia Coppola, cayéndole en las manos este guión. Hagamos un poco de memoria sobre cómo eran las cosas en 1999. En aquel tiempo en que el Presidente de los Estados Unidos gozaba felaciones en horarios de oficina y los britrockeros caminaban sobre las aguas, estaba muy de moda en el flanco contracultureta un individualismo extremo de fuerte tendencia depresiva (en el 2000, tres cuartos de lo mismo, pero con la estética animé imponiéndose progresivamente sobre la oscuridad DarkGothEMO). Una peli como "Las vírgenes suicidas", ambientada en el middle-'70s (década fetiche para los '90s, y si no díganselo a Nirvana, que se copió medio catálogo de Kiss y el Punk) tenía que caer en terreno fértil. Que el resultado sea asfixiantemente cultureta, y decididamente sobrevalorado, es lo de menos. Lo importante es que otra vez la Bambina De Los Mios Occhios, la No Tan Bella Ragazza Coppola, estaba otra vez al tope de la bandera. Después de la autorreferencialidad de "Las vírgenes suicidas" vendría la autorreferencialidad de "Perdidos en Tokio" y "María Antonieta". Aunque quizás, pensándolo bien, no sea tan malo. Después de todo, sin la Madrina Coppola, quizás no estaríamos hoy en día hablando de Kirnsten Dunst o Scarlett Johansson...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Existen dos clases de obras de arte. Una de ellas es la que dice "no miren al Mensajero, el Mensaje es importante", que tratan de entregarte un mensaje y que lo digieras bien digerido. En las otras te dicen "el Mensaje es intrascendente, adora al Mensajero", que son las clásicas obras culturetas de quienes se creen tan inteligentes, que tienen una excelsa opinión de todo zurullo que se les ocurra cagar, y no comprenden que el resto a lo mejor prefiera zurullos un poco más almibarados y con más polvo de rosas, por favor... Bien, después de esta disertación coprofágica, ¿dónde cae la Coppola? Exacto, cae del lado cultureta. Todas sus pelis tratan sobre pobrecitas mujeres incomprendidas, que no son frívolas ni tontas según ellas mismas (¿y según quién más?) sino que tienen una sensibilidad exquisita que deben esconder dolorosamente del mundo debido a las malignas gentes alrededor que las reprimen con su incomprensión. Este conflicto se repite calcado entre las hipersensibles hijas Lisbon y sus ultraconservadores padres en "Vírgenes suicidas", entre la pobrecita esposa joven de "Perdidos en Tokio" con su distante marido, y entre la frívola no-tan-tonta-déjenme-ser reina adolescente versus la Malvada Corte de Versalles en "María Antonieta". Esto es, por supuesto, calcado a la biografía de la Coppola, a quien en su juventud nunca le reconocieron sus berrinches artísticos, que creció en medio del individualismo alternativo cultureta noventero, y que ahora se desquita torturándonos con sus doncellas insufriblemente buenas, insufriblemente sensibles, insufriblemente incomprendidas, etcétera. Bueno, al menos las vírgenes suicidas tuvieron los cojones (o los ovarios, mejor dicho) de suicidarse, algo que no pudieron hacer la prota de "Perdidos en Tokio" ni María Antonieta. Si partimos de estas coordenadas, es fácil adivinar por qué esta peli impresiona por su acabado técnico, pero a medida que transcurre, se va desinflando progresivamente hasta que dudemos sobre qué demonios trata de decirnos en realidad. No pierdan el tiempo tratando de entenderla: no hay Mensaje. O si acaso hay alguno, es el siguiente: no maltraten a las chicas adolescentes desvalidas con sentimientos, que algún día podrían crecer y transformarse en cineastas que los castigarán infligiéndoles pelis egóticas y autorreferentes como las de Sofia Coppola. En esto del Culto al Líder, al menos Stalin lo hacía con más pompa e himnos más entretenidos...

-- La historia, ¿qué decir de la historia...? Tengo entendido que no sólo adapta una novela, sino que es una adaptación muy fiel a la novela. Maldición. Generalmente cuando adaptan novelas al cine, las destazan y destripan hasta convertir grandes monumentos literarios (o al menos decentes pasarratos) en bazofias intragables que para colmo se cagan en el mensaje (segunda vez que saco una referencia coprológica reseñando una de Coppola, ¿será alguna clase de señal?). En este caso, que por una vez en la vida hubiéramos agradecido que se le faltara el respeto a la novela y se traicionara su esencia en pos de hacer algo más condensado y con sentido, optan por seguirla a la pata de la letra. Hasta la mitad de la peli, todo marcha más o menos bien. Tenemos sus arranques culturetoides por parte de la Coppola, pero todo luce más o menos en control. Uno puede aceptar que el psicólogo sea una caricatura porque aparece dos segundos y listo (Danny De Vito, cagándose en... ahí está otra vez la referencia coprológica... cagándose en su rol de "La guerra de los Roses"). Uno puede aceptar que el suicidio de la primera chica no tenga explicación. Uno puede tomar como una advertencia sobre el monumental ego de Sofia Coppola, que la primera suicida le diga al médico "usted nunca ha sido una chica de trece años", con autorreferencialidad insufrible, porque todas esas mocosas son exactamente así (a ratos pareciera que la Coppola nunca superó los trece). Pero hay una progresión narrativa, y los hechos se van concatenando con cierta lógica. Pero después de la secuencia de la fiesta, más o menos a mitad de peli, el asunto se torna de una imbecilidad manifiesta, y los personajes se empiezan a comportar todo lo forzados que pueden para que entendamos bien el mensaje (repito: no putear a las niñas hipersensibles, pobrecitas ellas). Al final, como nos lo prometieron al principio de la peli, las chicas se suicidan, y la gran sensación que queda no es tragedia ni sufrimiento, sino "¡¡¡AL FIN!!!". Sí, la ví entera, así ustedes no tienen que hacerlo.

-- El acabado técnico es, como decíamos, impecable. Al menos. Sofia Coppola opta por una narración discreta y tranquila, sin alardes de gran cineasta, en lo que a este rubro se refiere. Las actuaciones son bastante buenas, destacando por supuesto los sempiternos Kathleen Turner y James Woods como los padres conservadores que esconden la manopla de hierro debajo del guante de terciopelo. Pobre Woods, verse obligado por el guión a hacer el mongo oliendo y hablándole a unas plantitas en el Colegio, en una de las escenas más cretinas de todo el filme. Kirnsten Dunst está ahí para poner caritas, y si bien se ve sabrosa en algunas escenas, en otras destaca su físico asténico, y bueno... Ah, sí, estaba hablando de su perfomance como actriz... Bueno, su físico se ve asténico, quedémonos en eso. Josh Harnett aparece lo justo y preciso, hecho un crío. Las otras cuatro chicas Lisbon están casi para hacer bulto, justificando de este modo la penosa carrera posterior de las cuatro actrices que les dan vida (es un decir). En general las actuaciones son eficientes, pero sirven a personajes, ¿cómo decirlo? sin verdadera substancia. ¿Por qué? Lo repito: no están ahí para transmitir ningún personajes, sino que son Peones movidos por la Gran Ajedrecista Coppola para mostrarnos que es la futura Kasparov o algo así. Qué vergüenza. En cuanto a la banda sonora, está aceptablemente bien. (Por cierto, ¿cómo es que padres setenteros tan ultraconservadores dejaron al personaje de Kirnsten Dunst tener un disco de esos malditos satánicos de Kiss?).

-- ¿Qué queda al final del día? La sensación de haber visto una peli a punto de ser buena, a punto de ser especial, a punto de ser cálida... A punto de no ser porque para pasar a ese nirvana de los bienaventurados cinematográficos, primero debemos inclinarnos frente al altar monolito de Sofia Coppola. Si lo hacemos, entonces gozaremos de la gracia de vernos bendecidos en la comunión espiritual cultureta con los valores individualistas y de tolerancia emocional que predica la peli. Parece que la Suprema Pontífice Coppola no ha aprendido que las mejores pelis son las que consiguen ese mismo efecto, pero permitiendo rodear al director por varios caminos para apreciar mejor la obra final desde el propio punto de vista. No es casualidad que la peli termine con una Fiesta Asfixia: al final nosotros somos los asfixiados. Por lo menos, no he visto nunca a nadie tan consecuente que diga "¡Amo la peli de las vírgenes suicidas de nuestra Diosa Coppola!" y después haya ido corriendo a inhalar monóxido de carbono hasta la muerte por anoxia...

IDEAL PARA: Llevar oro, incienso y mirra a los altares de Sofia Coppola y dárselas de cultureta entre ciertos círculos post-Grungies.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 20 de septiembre de 2009

"La fiesta inolvidable" (1968).


-- "The Party". Estados Unidos. Año 1968.
-- Dirección: Blake Edwards.
-- Actuación: Peter Sellers, Claudine Longet, Natalia Borisova, Jean Carson, Marge Champion, Al Checco, Corinne Cole, Dick Crockett, Frances Davis, Danielle De Metz, Herbert Ellis, Paul Ferrara, Steve Franken, Donald R Frost, Kathe Green, Allen Jung, Sharron Kimberly, Helen Kleeb, James Lanphier, Buddy Lester, Stephen Liss, Gavin MacLeod, Jerry Martin, Fay McKenzie, J. Edward McKinley, Denny Miller, Elianne Nadeau, Tom Quine, Linda Gaye Scott, Timothy Scott, Vin Scully, Ken Wales, Carol Wayne, George Winters.
-- Guión: Blake Edwards, Tom Waldman y Frank Waldman, basados en una historia de Blake Edwards.
-- Banda Sonora: Henry Mancini.

-- "La fiesta inolvidable" en IMDb.
-- "La fiesta inolvidable" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un grupo de soldados al servicio de Su Majestad Real la Reina de Inglaterra, marchan con algunos cipayos de refuerzo, ignorantes de que otros hombres están apuntándoles con sus fusiles. De pronto los avistan. Y le dan la señal al corneta en lo alto para que toque a degüello. Y el corneta empieza a tocar. ¡Se levantan los guerrilleros y disparan! ¡Y los soldados abajo responden! ¡Balas van y vienen! ¡Y le disparan al corneta! ¡Y el corneta sigue tocando! ¡Le vuelven a disparar! ¡Y sigue tocando! ¡Ahora todos los soldados dejan de dispararse entre sí y le dan al corneta para que cierre el maldito pico de una vez! ¡Pero nuestro heroico corneta, con sus últimos alientos y fuerzas, sigue fiel a su deber! ¡Y sigue tocando a pesar de que todos los tipos en el set le siguen disparando! Porque, en efecto, todo lo anterior es un set. Es una peli. Y el actor hindi que tiene un rol como corneta, acaba de arruinar la toma. Y sigue arruinando otras tomas. Y sigue en lo mismo. Hasta que exaspera al director. Después de una muy grande, que no voy a contar para que la vean ustedes, pero ríanse ustedes del Chavo del Ocho. El director le promete entonces que nunca más volverá a actuar en Hollywood, y llama por teléfono a su productor para que lo incluya en la blacklist. El productor anota el nombre, sin fijarse demasiado bien donde lo hace. El papel en cuestión cae en manos de su secretaria quien, fiel al cumplimiento del deber, hace lo que dice en el papel: enviar las invitaciones pertinentes. Porque la secre piensa que el nombre anotado es una adición de última hora a una lista de invitados a una nada más chula y elegante fiesta de Hollywood (exacto, eso era el condenado documento). El gafe que acaba de arruinar un millonario epic colonialista de Hollywood, ahora irá a una de esas fiestas en que no se supone que algo pueda salir mal. Avisados quedan...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

La comedia es un arte difícil. ¿Lo dudan? Prueben a ponerse cariacontecidos con alguien y hacerlo que se compadezca de sus miserias, y verán que tan difícil no es, pero prueben después (otro día, para que el experimento sea neutro) a hacerlo reir a carcajadas con un buen chiste o con alguna subrutina cómica, y... Verán el punto. Blake Edwards es uno de los más reconocidos directores de comedia de Hollywood. Aunque no siempre haya estado a la altura. Admitámoslo, los mecanismos humorísticos de Blake Edwards muchas veces son más bien básicos, y no pocas veces recurre a la comedia de golpe y porrazos, recurso que ya era parte del manual no digamos en la época de Charles Chaplin o Buster Keaton, sino incluso antes, con los Keystone Cops o poco menos (si no saben quiénes son los Keystones Cops, busquen en Interné y aprendan algo de cine: por más señas, ellos inventaron el gag del pastelazo a la cara, imitado después hasta la saciedad). Y no siempre Blake Edwards ha sabido estar a la altura. Sabemos también que Blake Edwards encontró su filón cuando rodó "La pantera rosa", y ni corto ni perezoso, cuando las arcas andaban un tanto complicadas por pifiarla con alguna otra, vamos filmando secuelas de la Pantera Rosa, a cual más desmadrada que la anterior, si al final daba lo mismo que tuviera sentido o no, el asunto es que Peter Sellers como el Inspector Clouseau le arreglaba la papeleta (la de salarios, y la del cheque de impuestos, claro está). Bueno, todas estas críticas que generalmente dejo caer sobre el correcto, pero a mi gusto sobrevalorado Blake Edwards, acá NO SE APLICAN. Por si acaso. Porque acá si que Blake Edwards está grande como la vida... Y bueno, por qué no decirlo, a Blake Edwards, una vez más, le arregló la papeleta Peter Sellers. Y es que quien sabe, sabe, y el que no, aprende...

¿POR QUÉ VERLA?

-- ¿Qué decir de esta peli? La verdad, es poco más que una larga secuencia de gags sobre gags que dura una hora y cuarenta. El argumento es realmente mínimo aquí, y prácticamente no hay historia que contar. ¿Y saben una cosa? Da lo mismo. Blake Edwards tenía en sus manos un esbozo de guión, se lo pasó a Peter Sellers y le dijo: "Mira, Peter, ya que me arreglaste el día con lo de la Pantera Rosa, dime qué hacemos con todo esto, lárgate a improvisar, y estamos todos dados". Peter Sellers, que no en balde es uno de los mejores comediantes de todos los tiempos (si no han visto su delirante triple actuación en "Doctor Insólito", se han perdido de lo mejor y más fino del cine de los '60s), cumplió. Con creces. La peli está rodada en orden secuencial, de manera que cada situación descacharrante viene producida con lo que quedó armado de la secuencia anterior. Esto no le hace bien a la historia, claro, pero le permite a Peter Sellers improvisar a destajo. Su personaje puede que a ratos sea un tanto ofensivo en términos de aquello de los estereotipos sobre minorías raciales (si podemos calificar de "minoría" a los mil millones de habitantes de la India, claro está), un poco como eran los usos en los '60s, todo hay que decirlo, pero Peter Sellers se las arregla para hacérnoslo simpatiquísimo, a pesar de sus constantes idioteces (conseguir que nos guste un personaje idiota, eso es arte). El actor indostánico al que interpreta, cuyo nombre repite constantemente, pero que en verdad no importa porque el personaje no tiene ningún background, es apenas un pretexto para introducir el caos en medio de un elegante y muy bien ordenado evento social. Porque algunos desastres son su responsabilidad, es cierto, pero en otras situaciones apenas aprovecha lo preexistente, e incluso es inocente por completo (el mozo ebrio actúa bien por su cuenta): el prota parece más bien una especie de fuerza de la naturaleza, un gafe que es imán de todas las posibles desgracias habidas y por haber que podrían arruinar la bien compuestita vida burguesa de la soñolienta América burguesa tardíosesentera. Y aquí hay otro punto importante de la peli: la crítica social. Frente a un mundo en completa ebullición (recordemos que la peli es del mismo año que las Revueltas de Mayo del 68, que el Hippismo estaba a tope, y que andamos cerca del Verano del Amor y a un año de Woodstock), la peli retrata a un grupo "de la alta" encerrado en su propia burbuja, que vive como si la adocenadita y bien compuestita Era Eisenhower con su Baby Boom no hubiera terminado casi diez años antes. Hay su punto de rabia en esta peli contra el establishment y su incapacidad crónica para divertirse y tomarse la vida en solfa. El efecto gracioso de la peli es que, frente a cada catástrofe sobreviniente, al principio inofensiva, pero en un crescendo perpetuo hasta hacerse insostenible cualquier rastro de orden, es ver la reacción de los comensales. Casi como un ancestro lejano de las cámaras indiscretas o los reality shows. Se esfuerzan, como los aristócratas de 1789, en fingir que nada sucede, y en mantener la compostura y las formas sociales, hasta que llega un minuto en que las compuertas de la realidad se abren, y el turbulento mundo exterior entra y lo rompe todo, y lo reordena en una vida más caótica y frenética, sí, pero también mucho más alegre y divertida. No es casualidad tampoco que dentro de la fiesta, el prota indostánico y la chica bonita con pretensiones de carrera como cantante en Hollywood sean los dos únicos personajes honestos, y uno de los mejores momentos de la peli es cuando todo el caos se interrumpe, y ellos dos conectan, creándose una especie de mágico mundo aparte dentro del desastre generalizado. Eso, mientras todo el resto vive de fingir, de la apariencia, del aquí-no-ha-pasao-ná, y por qué no decirlo, de unos códigos de conducta tácitamente aceptados en los cuales todos pueden permitirse ser tiburones y aceptarse mutuamente como tales, en tanto no se muestren mutuamente los dientes y se dediquen a compadrear a su gusto. El detalle clave es que los dos protas, justo por ser protas, por tratar de ser auténticos y honestos consigo mismos, terminan por caer en sendas listas negras... cosa que a ellos siquiera les importa, por lo demás (bueno, la aquí muy exquisita Claudine Longet, vamos cotorreando, después tuvo un historial estilo The E! True Hollywood Story que, UFFF...). Las pelis de caos ochentero tipo "La venganza de los nerds" trataron a su modo de recrear un cierto prurito de crítica social, en versión juvenil y anfetaminizada y sin tanto éxito, y las de caos dosmilero estilo "American Pie" ya ni siquiera lo intentan. Peter Sellers simplemente los barre a todos. Con una ayudita de Blake Edwards para orquestar el caos. Y siempre muy bien acompañado por el estupendo y campysesentero soundtrack de Henry Mancini, otro que también le arregló varias veces la papeleta a Blake Edwards (el tema de "La Pantera Rosa"...).

IDEAL PARA: Desmadrarse.

VIDEOS.

-- La gran secuencia inicial [en inglés, sin subtítulos].

-- El zapato blanco que inagura todo el desastre [en inglés, sin subtítulos]. -- Claudine Longet cantando "Nothing to Lose" en la peli [en inglés, sin subtítulos].

jueves, 17 de septiembre de 2009

"¿Qué pasó ayer?" (2009).


-- "The Hangover" (título original en inglés), "Resacón en Las Vegas" (título en España). Estados Unidos / Alemania. Año 2009.
-- Dirección: Todd Phillips.
-- Actuación: Bradley Cooper, Ed Helms, Zach Galifianakis, Justin Bartha, Heather Graham, Sasha Barrese, Jeffrey Tambor, Ken Jeong, Rachael Harris, Mike Tyson, Mike Epps, Jernard Burks, Rob Riggle, Cleo King, Bryan Callen.
-- Guión: Jon Lucas y Scott Moore.
-- Banda Sonora: Christophe Beck.

-- "¿Qué pasó ayer?" en IMDb.
-- "¿Qué pasó ayer?" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

"¿Aló? Hola, sí, soy yo... Cómo estái, psycho-bitch ricasha de cuero y billes que estái a punto de casarte con mi mejor amigo... Mira, huashiperri, la cosa es como sigue... La cagamos. Sí. Estábamos en la despedida de soltero de tu novio, y... bueno, no lo podemos encontrar. Lo perdimos". Dos días antes de esa llamada telefónica fatal, cuatro personajes se embarcan en un crucero a Las Vegas. El motivo: uno de ellos está a punto de pisar el palito y ser llevado al cepo... er... perdón, al altar por su chica. Los viajeros: el propio novio, of course, quién está que sí - que no - voy a casarme y quiero serle fiel a mi chica, etcétera. El futuro cuñado, un tipo, por decir lo menos, bastante extraño, cuya mente es un avión de reacción a chorro girando en círculos sobre la misma ciudad hasta que se agote el combustible, por emplear una metáfora aeronáutica. El amiguete que es profesor y casado y, haciéndole honor a ambas pegas, es arrollador y sinvergüenza, respectivamente. Y el cuarteto se completa con un odontólogo dizque-de-si-mismo es médico, a quien le encanta ser latigado y torturado psicológicamente por una noviecita neurótica con la que lleva viviendo tres años, aunque ella recibió la leche de guerrero de un cantinero en un crucero (miren esa secuencia de rimas, me he pasao, majo...). Ahí van los cuatro de parranda, bajo los ominosos acordes de la estupenda canción "Thirteen" de Danzig (¡señores, puestos a citar a Danzig, estos tipos no recurrieron a los obvios cuatro primeros discos, sino que se fueron derecho a la morralla del Danzig 6:66!), que por supuesto no presagian nada bueno. Llegan al hotel, hacen las reservaciones, todo tranquilo hasta aquí, en cualquier minuto va a quedar la KK, ya viene, ya viene, ya viene... Y ¡ZAS! Ahí lo tienen. Departamento hecho ñordica, y una resaca de ver tiburones volando por el cielo. Y lo que es peor: bueno, ya lo decíamos, el novio desaparecío. A partir de ahora, todo será una montaña rusa ascendente de complicaciones sobre complicaciones sobre complicaciones. Porque, vamos, admítanlo, todos ustedes han pasado por eso alguna vez: ¿esa puñeta hice anoche...? No tomo nunca más... Bueno, algunos de ustedes puede que se hayan librado de eso, pero tenemos un nombre para esos "ustedes": machos sin bolas o hembras sin ovarios, a tenor del sexo.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En el Año de Nuestro Señor Jesucristo de 2009... ¡voto a diablos lo que cuesta encontrar una puñetera comedia medianamente decente! Por un lado tenemos las sátiras estilo "Una película de miedo" y secuelas, que hacen parecer a "Una película de miedo" como un clásico imperecedero del cine. Por el otro tenemos esas comedias romanticonas pseudoemancipadoras sobre chicas independientes y empowerecidas que, descubren, la felicidad está en encontrar el amor y renunciar a todo lo que tienen y han forjado para transformarse en geishas. ¿Cómo demonios entonces consiguieron los productores de esta cosa que le dieran luz verde al proyecto? Misterios de Hollywood. El caso es que estrenaron esta peli sin la más cristófila idea de si iba a funcionar o no. Tanto, que cuando le ofrecieron el rol de putifarra a Lindsay Lohan, ella pasó olímpicamente porque dijo que la peli no iba a llegar a buen puerto y el guión era una p*** m***** (después de que la peli se forrara, debe haber mandado las buenas intenciones de su grupo AA a tomar por todo el largo de la rectitud del orto). Esta peli, estrenada en Latinoamérica como "¿Qué pasó ayer?", y en España con el un poco más fidélico título de "El resacón", acabó siendo uno de los taquillazos del año: mientras que "Terminator: La salvación" fue apenas un 80% profitable y "Transformers: La venganza de los caídos" cuadruplicó su inversión... ¡"¿Qué pasó ayer?" DECUPLICÓ lo invertido en taquilla! Nada mal para Todd Phillips, el director, que con dos cojones dijo que renunciaba a su sueldo por un porcentaje de las ganancias... y que con esto debe haberse forrado como nunca lo soñó dirigiendo "Viaje censurado" o "Starsky & Hutch". Y, digámoslo, acá se llevó lo suyo merecidamente. Por una vez en la vida.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta peli está hecha por alguien que... no, no diré "con cariño por el cine", que eso queda para los tipos detrás de "Up". Pero sí, con cariño por sus personajes. En la comedia, reirse DE los personajes sólo funciona si emblematizan algo tan despreciable como para que el público los odie (esta lección nunca la aprendió Mike Myers, y por eso "Austin Powers: Agente Internacional de Misterio" y sus secuelas son un bodrio sin paliativos). Ya en "Viaje censurado" habíamos visto ese detalle de Todd Phillips, de que sus personajes, pasando todo lo patético que pudieran ser, al último igual despiertan nuestra simpatía. En otras palabras, nos importa y nos duele lo que les ocurra. Que queremos que ganen, vamos. Es en esto que uno le perdona muchas cosas a la peli: que el guión en realidad avance un tanto a trompicones, que algunas secuencias linden el ridículo tratando de ser graciosas (lo que pasa en el departamento de policía cruza alguna especie de frontera en el Reino de la Ridiculez), que se destile más que un poco de misoginia rampante por el camino, que el chino ése (vean la peli y entenderán) trate de ser gracioso y sólo se vea pedorro, etcétera. El detalles es que los personajes, dentro de lo salidos que son, al final resulta que son buenos amigos y remueven cielo, mar y tierra para encontrar a su comparito desaparecido, todo de la manera más discreta posible para evitar que el matrimonio se vaya al c***jo. Para uno de ellos, el viaje no aporta mucho, pero para el otro, implica el ganarse amigos pese a su -¡EHM!- "weirdness", y para el tercero, madurar lo suficiente y ganar autoconocimiento como para pararse bien parao frente a la perra que lo tiene psicológicamente sodomiz/castrado. Más o menos el mismo esquema de "Viaje censurado", pero con los personajes upgradeados, y por qué no decirlo, con el director también, mucho más fino y depurado acá. Donde la "Despedida de soltero" de Tom Hanks era cachondeo puro y duro, humor de cabaret sin eximentes de responsabilidad criminal, acá remonta gracias a que no sólo es una historia de juergas, sino también una de compañerismo, camaradería y amistad. Y de gallinas inexplicablemente perdidas en Las Vegas también. (Ahora que lo pienso, qué curioso: 25 años atrás, también se había dicho que "Despedida de soltero" era una especie de upgrade respecto de los personajes de "Locademia de policía"... ¿qué tendrán las despedidas de soltero que se prestan para ese juego... ¡Ah, verdad...!).

-- Los actores están estupendos. El que se lleva la palma es, por supuesto, el conocido por su casa Zach Galifianakis (escríbanlo de nuevo junto con Chuarzeneguer y desoxirribonucleasa), como el más que extraño futuro cuñado del prota, y que... bueno, está genial cuando va de copiloto en el vehículo, pasan a buscar a otro miembro del grupo a la escuela, y dice bajito y mirando para abajo: "es que se supone que no debo acercarme a menos de equis metros de una escuela"... Frente a él palidecen los otros actores, y no porque lo hagan mal, sino porque... bueno, porque sí, porque alguien tiene que llevar el pandero, joer.

-- Heather Graham. Después de salir de esa factoría de buenorras que fue "Twin Peaks" (gracias por el dato, my friend), había tenido una carrera con altas y bajas, y nunca pareció llegar a tener el lugar de star que tan cumplidamente se merecía (haber actuado en "Perdidos en el espacio" y "Austin Powers: El espía seductor" no debe haberla ayudado). El papel de ramerilla de oro le cayó de rebote, después de que Lindsay Lohan se descartara a sí misma porque no le gustó el guión (léanlo de nuevo y consideren: la fumá que consideró un gran regreso al cine el rodar "Yo sé quién me mató", encontró que este guión era un bodriete... y luego dicen que está en detox, la pobre). Y Heather Graham cumple, ¡y cumple! Aparece poquito, pero está soberbia y adorable. Si este rol no la propulsa a esta MILF de vuelta al mainstream hollywoodense a sus soberbios 39, es que this world is fistfucked, man...

-- Hay un tigre. En serio, hay un tigre. Lo sé porque (además de ver la peli), el que aparece de tigre ahí es el primo mayor de vuestro seguro servidor el General Gato quien esto escribe. Bueno, primo en decimoséptimo grado, pero a todos nos gusta lucir algún pariente en Hollywood, ¿OK?

-- ¡Y no me tienten a adelantar los gags, que...! No, no me tienten. No me tienten.

IDEAL PARA: Ver una buena peli sobre camaradería viril y con muchos gags de los buenos (y algunos malos, para qué andamos, pero son más los buenos).

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

domingo, 13 de septiembre de 2009

"Nunca es tarde para enamorarse" (2008).


-- "Last Chance Harvey". Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: Joel Hopkins.
-- Actuación: Dustin Hoffman, Emma Thompson, Eileen Atkins, Kathy Baker, Liane Balaban, James Brolin, Richard Schiff, Tim Howar, Wendy Mae Brown, Bronagh Gallagher, Jeremy Sheffield, Daniel Lapaine, Patrick Baladi, Adam James, Michael Landes.
-- Guión: Joel Hopkins.
-- Banda Sonora: Dickon Hinchliffe.

-- "Nunca es tarde para enamorarse" en IMDb.
-- "Nunca es tarde para enamorarse" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un galán otoñal en Nueva York componiendo música pseudoclásica para un comercial de detergente (pintura de maestro de brocha gorda, que le llaman). Una maduroncita de Londres trabajando en un aeropuerto. Vidas paralelas, como las de Plutarco, pero en versión "The History Channel for losers". El vuela a Inglaterra porque su hija se va a casar, y nada más llegar, descubre que su ex esposa no lo ha invitado a la casa que ha arrendado para estar con su hija, su segundo marido y su yerno (¿y qué esperaba? El es sólo el primer marido y el padre de la hija, nada más...). A ella le conciertan una cita a ciegas con un galán joven que es muy amable y guay, pero es que oigan, es tan joven él... Ambos se cruzan y se recruzan un par de veces en el día, pero siguen por carriles separados, porque el guionista está dormido y la historia sigue en automático. Bueno, resulta que los amigos del yerno miran al papurri desde arriba de la torre porque, verán, se ve que no es "gente como uno"... y la señora lo... bueno, lo humilla cordialmente, que para eso están las ex esposas, para casarse con tipos mejores y seguir progresando en la escala de la vida, y humillar al primero que la aguantó con sus caprichos, si se tercia y ha ocasión. Incluso la hija le inflige la humillación suprema de pedirle que se haga a un lado porque le va a pedir al padrastro que la entregue en la puerta de la iglesia. Tal cual. Para colmo hay algunos problemillas en el trabajo, de ésos que no se arreglan por una conferencia telefónica transatlántica, y acaba despedido. Y mientras la vida sigue, y él sigue también, pero varado en Heathrow, la maduroncita y el galán otoñal se cruzan. Y como él es arrastrao y porfiao, le mete conversa hasta que algo consigue sacarle. Y pasan la tarde juntos. Mientras él sigue varado en Londres y el asuntillo ése de la boda también prosigue su curso. Poco a poco, las vidas de ambos van encontrándose, y entonces viene lo del título de la peli. Y no, no me refiero a ese ñoño "Nunca es tarde para enamorarse" (GURRRRRR, diarrrrrr...), sino al original traducible como "última oportunidad, Harvey"... Sí, el tipo se llama Harvey. Se me había olvidado mencionarlo. Es que se ve y actúa como Dustin Hoffman, entonces cuesta un poco recordar que es Harvey. Pero sí es Harvey. Como el conejo ése.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Hubo una época en que Dustin Hoffman fue un actorazo. Me refiero a los tiempos de "El graduado", "Todos los hombres del Presidente", "Kramer vs. Kramer", "Tootsie", "Rain Man: Cuando los hermanos se encuentran", "Hook: El regreso del Capitán Garfio" y un etcétera de títulos. Pero claro, a finales de los 2000s ya pasó de los setenta años, y sucedió lo inevitable: ya no hay roles para tipos tan viejos como él. Lo que la lleva es Shia LePuf... perdón, Shia LaBeouf corriendo para escapar de los vecinos en "Paranoia", corriendo para escapar de los indios en "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal", corriendo para escapar de una supercomputadora homicida en "Control total" y corriendo para escapar de robots gigantes en "Transformers" y su secuela. En una época en que el talento actoral se mide por el diámetro de tus piernas para correr, ¿qué oportunidad tiene un canijito como Dustin Hoffman, que pidió le dieran un downtone al guión de "Epidemia", que había sido hecho para un héroe de acción tipo Schwarzennegger, y que al interpretarlo él, debía ser más comedidito para no acabar con parálisis muscular o algo...? En paralelo está Emma Thompson, que todavía podía ser la heroína veinte años atrás, con cosas como "Enrique V", o incluso en pelis más recientes como "Sensatez y sentimientos", pero que a estas alturas del partido, y no es por insultar a la veterana actriz llamándola trotona, pero... ya no está para esos trotes. Sí, el Padre Tiempo es implacable. Nadie duda de que cuando ambos se mueran, saldrán especiales de esto o aquello, y secciones especiales en la prensa, destacando el gran aporte de ambos al cine, pero mientras todavía están vivos, no están todavía tan fiambres como para homenajes. ¿Qué hacer entonces con ellos? Pues... aprovechando que se habían cruzado en "Más extraño que la ficción" y que habían disfrutado la experiencia... ¿por qué no tentar algo juntos? He aquí el resultado.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Dicho fuerte y claro: por Dustin Hoffman y Emma Thompson. En manos de otros actores, en particular en manos de esos actores de segunda clase, esta peli hubiera sido... ¿un bodrio? No, probablemente no. Pero no hubiera sido tampoco algo que hubiera valido la pena verse. El argumento es plano y lineal, rodado de manera eficiente y discreta, y sin grandes sorpresas (sin ninguna sorpresa, de hecho). Ves como empieza, y sabes a cada paso qué va a suceder. Bueno, qué importa, no es un thriller después de todo. Pero tampoco el argumento o la moraleja o el mensaje, o como quieran llamar eso "de fondo", tiene un gran calado. Es la historia simple de un hombre que tiene su última desesperada oportunidad de ser feliz, y de la mujer que, medio varada en lo mismo, anda más o menos por las mismas. Dicho en este caso, "simple" no en el sentido de "simplona". Pero, ¡ah!, he ahí el detalle, tenemos a Dustin Hoffman y Emma Thompson como pareja protagónica (bizarramente, confirmando aquello de que los príncipes azules envejecen más lento que las princesas de los sueños en Hollywood, Hoffman le lleva 22 años a la Thompson...). Y entre ambos levantan lo que hubiera sido una peli humilde y sin pretensiones en... bueno, sigue siendo una peli humilde y sin mayores pretensiones. Y no se crea, eso se agradece también, que en ningún minuto traten de vendernos como gran cine algo que no lo es. Es, ni más ni menos, que una historia romántica sobre dos personajes otoñales. Magníficamente servida por dos actores que, incluso en un trabajo tan menor como éste, entregan con todo profesionalismo todo el enorme talento que poseen. En un mundo como el de los comentarios cinéfilos, en donde todos los críticos se atrincheran en posiciones clasificando a las pelis en "las buenas" (superlativas porque me gustan y yo lo digo, por mi par...), y "las malas" (los bodrios insulsos porque no me gustan y yo soy el Dios de la Crítica, por mi par...), pelis como ésta, que no están ni aquí ni allá, y sin ser especialmente buenas igual consiguen hacerse un lugarcito una vez que uno las ve, lo tienen complicado. Así pues, ¿cómo es mejor verla? Bueno, como... como una peli romántica que... pues... bueno, mejor lo diré así. Véanla convenientemente abrazados y ronroneando junto a su pareja (perdón, olvidé que ustedes los humanos no ronronean... pero me entienden el concepto). Viéndola así, se la pasarán pipa, eso se los prometo.

IDEAL PARA: Lo dicho, verla convenientemente abrazado y ronroneando.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].



jueves, 10 de septiembre de 2009

"Operación Dragón" (1973).


-- "Enter the Dragon". Hong Kong / Estados Unidos. Año 1973.
-- Dirección: Robert Clouse.
-- Actuación: Bruce Lee, John Saxon, Kien Shih, Ahna Capri, Angela Mao, Jim Kelly, Robert Wall, Bolo Yeung, Betty Chung, Geoffrey Weeks, Peter Archer, Li Jen Ho, Marlene Clark, Allan Kent, William Keller.
-- Guión: Michael Allin.
-- Banda Sonora: Lalo Schifrin.

-- "Operación Dragón" en IMDb.
-- "Operación Dragón" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En el célebre y mítico Templo del Shaolín, Bruce Lee es llamado a una misión: detener a cómo dé lugar a Han, un malvado ex-monje que ha colgado la sotana y ha usado las mortíferas artes aprendidas en el Templo para (¡¡¡HORROR!!!) su provecho personal (y si las técnicas eran tan buenas y no las deben usar para el mal, ¿para qué las enseñan, en primer lugar...?). Para hacerlo un poquito más personal, resulta que uno de los sicarios de Han ha estado mosqueando a la hermana de Lee (er... el personaje de Bruce Lee se llama, en un alarde de creatividad, "Lee", se nota que no se estrujaron las sienes pensando en esto, ¿eh?), y la hermana de Lee se ha infligido una herida mortal para evitar lo que en lenguaje puritano victoriano se llama "una afrenta peor que la muerte". Además tenemos a Roper, un vivales que por aquello de que no le quiebren las piernas, decide reclutarse en lo de Han (tipo listo que le llaman: para evitarse a mafiosos de poca monta decide meterse con un mafioso de alta monta, miren what a wiseman...). Y a Williams, otro de trigos poco limpios que también acaba rumbo a la isla de Han. Porque este Han, tiene una isla cuyo estatus internacional es discutido (como si hubiera en este mundo una isla de estatus discutido a la que EEUU no le arregle los papeles a punta de cañoneras, y a territorio yanki se ha dicho), parece que hace tráfico de blancas, y por no quedarse también le hace al opio, y cada tres años organiza un torneo mortal en donde los más-mejoles del mundo se dan de escabechina entre sí. Pero Lee-Roper-Williams irán y le darán a Han una bien sazonada ensalada de nudillos. O, bueno, Lee y los otros dos, que en fondo el espectáculo es ver a Bruce Lee doing the bartman, men... El torneo está por empezar, y aunque el trofeo ya tiene grabadito el nombre del vencedor, que habrán espectadores zoquetes que aún duden de que Lee ganará, de todas maneras hay que verlo porque, como decil maestlo Confucio, es en la búsqueda y no en el resultado donde subyace la sabiduría...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Lo que voy a escribir es apenas una teoría, así es que, si quieren desmontarla, adelante, háganlo. Pero por si yo tuviera razón... la digo. Como he insistido, en los '70s el cine en general se puso mucho más oscuro, por la resaca de la Era Hippie convertida en Watergate, etcétera (bueno, eso ya no es una teoría, es un hecho, la teoría es lo que sigue). Como parte de esa oleada de teñir gris el cine, el buenrollismo hippiento, que tenía como componente el descubrimiento de las culturas orientales, The Beatles entrevistando al Maharishi esto o aquello, terminó yéndose a su contrapunto más duro y violento: las artes marciales hechas para matar. No nos engañemos, eso del Oriente más sabio que Occidente porque tienen filosofía y todo eso, no es más que un mito, que basta echarle un vistazo rápido a los libros de Historia para ver que allá en la India, en la China o en Japón también se mataban por un échame allá estas pajas (con filosofía y enlightment, eso sí). Recordemos que en materia de pelis de acción, el paso de los '60s a los '70s marcó también el paso del refinado, cosmopolita y luminoso James Bond, al cavernario, urbano y grisáceo Harry el Sucio (compárese "El satánico Dr. No" con "Harry el Sucio"... y piénsese que hay apenas nueve años de diferencia entre una y otra). En ese medio ambiente, es lógico entender cómo una cinematografía tremendamente pobre y localista como el cine de artes marciales de Hong Kong, con sus pelis serie B producidas absolutamente en serie ("producidas" es un decir, porque pareciera muchas veces que ruedan el mismo guión over-and-over-again, y de los majestuosos cartonpiedrísticos templos budichinos ya no hablemos), acabó proyectándose en Estados Unidos, y creando una fiebre tal, que hasta la pobre Mujer Maravilla terminó durante un tiempo con atavíos de chica karateka, para no desentonar con los tiempos (por suerte, después se impuso la cordura). Con apenas tres pelis en el cuerpo, y a punta de una técnica impresionante, Bruce Lee se había impuesto como la estrella hongkonesa por antonomasia, y por lo tanto los jerifaltes de Jolivú, siempre ansiosos de ver dónde está fluyendo la pasta, decidieron que era buena idea importarlo y convertirlo en megastar yanki. El resultado es que se produjo esta peli, "Operación Dragón", con clara vocación de crear una franquicia (¿a qué, si no, a según el título original, llamarla "Entra el dragón", si no es para explotar después el dragón en esto-el-dragón o aquello-el-dragón...?), con un presupuesto inalcanzable para la modesta artesanía hongkonesa. O sea, la producción y la estrella los aportan Hong Kong, y el money y las ansias carnívoras las ponen Hollywood. El resultado fue una peli inmortal, en primera porque es una de las pelis presupuestariaemnte más holgadas que se hicieron en aquellos años, en lo que a kung-fu-KIAAAAAÁ se hicieron, y en segunda porque es la única incursión del mítico Bruce Lee en Hollywood: un edema cerebral lo mató a poco de estrenarse esta cosilla, y lo libró de caer en el infierno en que lentamente se ha ido dragando, por decir un nombre cualquiera... bueno, Jackie Chan. Lo dije. Pobre hombre.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Como decíamos, el guión de esta peli es tópico a decir basta: hay un malo maloso encerrado en su fortaleza, y hay un bueno que debe meterse en la fortaleza y ponerle las peras a cuatro. El viejo esquema de cuanta peli de acción y cuanto peplum se han rodado desde que el cine es cine. Pero a cambio tenemos a... BRUCE. Bruce Lee. En plena forma. Pateando traseros. Porque esta peli no se anda con sutilezas: Lee (ahora el personaje, que como apuntábamos, tiene el mismo apellido del prota, quién sabe por qué... esto último fue sarcasmo, claro) no se anda con mariconadas como los derechos humanos o los eternos valores de justicia y moral, y es tan asesino como los malos. Pero como sólo mata a los malos, se lo perdonamos (un poco como a su contemporáneo Harry el Sucio... por cierto, se dijo que postulaban a Clint Eastwood para el papel de Roper, lo que hubiera sido una gozada, tener la dupleta Eastwood/Lee onscreen). Y Bruce Lee nos ofrece todo lo que puede, que no es poco. Porque, aunque se ha dicho miles de veces, nunca lo he hecho en Cine 9009, y por eso lo diré. Lo de Bruce Lee traspasa las fronteras de la mera técnica de combate, lo suyo es un arte, es el desenvolvimiento del cuerpo humano al límite de sus posibilidades. De hecho, uno de los puntos más flacos de esta peli es que Bruce Lee no tiene una verdadera pelea en forma sino hasta bien avanzado el metraje, y antes tenemos a John Saxon... Bueno, queremos a John Saxon, el tipo ha hecho mucha morralla ("Pesadilla en la calle Elm", ¡"Los siete magníficos del espacio"!, ¡¡"Instinto animal"!!), pero siempre con dignidad. Pero, aparte de poner un careto tipo James Bond chanconeresco de rebajas (o sea, un pseudoBond yanki), tratar de mostrarlo como un guerrero a la par que Bruce Lee es... bueno... ¿es que alguien le enseñó a este tipo a dar un par de golpes, antes de ponerse a rodar...? Ayuda, claro, el dispendio de medios, que permite cosas como poner en una sola toma cenital a toda la escuela de Han y sus múltiples extras, toma que incluso para los estándares de hoy en día, acojona hombre, acojona. Si a eso le sumamos la música de Lalo Schifrin (el que compuso el célebre tan-tan-tantantan-tan de "Mision Imposible", y que por esos años le daba funky a "Harry el Sucio" y "Magnum 44"), ya ganamos muchos más enteros. La pelea final parece un homenaje nada disimulado a "La dama de Shanghai" (¡ups, spoiler...! Bueh, qué más da, ya dije que el argumento es lineal como el sistema digestivo de una culebra), y la verdad es que, por una vez, para lo cutres que suelen ser estos homenajes (ya saben, disfrazan de homenaje lo que en realidad es un flagrante caso de plagio), en este caso se sostiene bien, con una pelea final estupendamente desarrollada. Es cine de artes marciales, sí, y no se sale de los convencionalismos del cine de artes marciales, también, pero estos detalles resultones, y John Saxon en el coprotagónico, son un estupendo aderezo para lo principal, que es ver a Bruce Lee liando la de zorros allí donde va. Esto no sólo la libra de la quema, sino que además levanta el nivel, y mucho.

IDEAL PARA: Ver una de artes marciales con músculo (músculo cinematográfico, se entiende).

VIDEO.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

-- Bruce Lee haciéndote sentir como una rata insignificante con su talento marcial [en inglés, sin subtítulos... ni falta que hacen]. -- Otra peleíta más de Bruce Lee, sólo por si el punto no quedó claro [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 6 de septiembre de 2009

"Asuntos infernales" (2002).


-- "Mou gaan dou" (título original), "Infernal Affairs" (título internacional en inglés). Hong Kong. Año 2002.
-- Dirección: Wai-keung Lau y Siu Fai Mak.
-- Actuación: Andy Lau, Tony Leung Chiu Wai, Anthony Wong Chau-Sang, Eric Tsang, Kelly Chen, Sammi Cheng, Edison Chen, Shawn Yue, Elva Hsiao, Chapman To, Ka Tung Lam, Ting Yip Ng, Dion Lam, Chi Keung Wan, Hui Kam Fung.
-- Guión: Siu Fai Mak y Felix Chong.
-- Banda Sonora: Kwong Wing Chan.

-- "Asuntos infernales" en IMDb.
-- "Asuntos infernales" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Two worlds running in paralelo. El mundo de las tríadas chinas (la Mafia en versión ojorrasgádica), y la Policía. El honor y la lealtad a los tuyos, ante todo. Un gordo jefe de tríadas consigue la alquimia de meter a uno de los suyos dentro de la academia de polis. Mutuamente inadvertidos, la Policía también hace lo suyo, enviando a un agente fuera del sistema y degradándolo de manera ignominiosa, etcétera, para meterlo dentro de las mafias chinas. Pasa el tiempo. El mafi metío a poli escala posiciones, y lo mismo con el poli secretamente metido en la tríada. También tienen tiempo de conocerse, en esa actividad tan netamente hongkonesa que es compravendearse un equipo estéreo que suene así o asá. Aunque, por aquello del suspenso, ninguno de los dos sabe en qué están. Un vulgar operativo de tratar con dealers de cocaína, nada del otro jueves, termina muy mal cuando los polizontes hace acto de presencia. Cada bando saca sus cuentas, y llegan a la misma conclusión, pero de manera simétrica: dentro de ellos croa un sapo de otra charca. El mafi metío a poli, ahora está metido en Asuntos Internos, y por lo tanto le ponen en la irónica situación de tener que investigarse a sí mismo. Lo mismo pasa al otro lado. Y para que quede claro que el crimen nunca paga, resulta que el mafi dentro de la poli le va de lo mejor, tirándose a una chinita que hará las delicias de cualquier aficionado al fetish oriental, mientras que el poli metío en los bajos fondos, con asistencia psiquiátrica de por medio, empieza a ver como todos sus nexos con el mundo del Bien y la Luz empiezan a desaparecer, dejándolo cada vez más varado en la existencia. ¿Cuál de los dos sapos oirá croar primero al otro...? Hagan sus apuestas, señores...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

El año 2006, un cada vez más irritado Martin Scorsese (podemos imaginarlo farfullando: hijos de perra... "Taxi Driver"... "Calles peligrosas"... "El toro salvaje"... "Buenos muchachos"... "Pandillas de Nueva York"... ¡¡¡Y NUNCA UN PUTO OSCAR!!!) decidió jugárselo al todo por el todo. Si no le daban el Oscar por alguna de ésas, había que echar por la borda al puto Paul Schrader, que sus guiones por "Taxi Driver" y "La última tentación de Cristo" no me llevan ni a la puta esquina, y mirar hacia donde van los tiempos, hacia Asia, que Estados Unidos declina y China será la potencia del XXI, joer. En Hong Kong había por esos años (y los nuestros también, claro) una saga llamada algo así como "El camino sin fin", que después del éxito de la "Asuntos infernales" original, engendró un "Asuntos infernales II" y un "Asuntos infernales III" al año siguiente y dentro del mismo año siguiente (2003). O sea, había posibilidad de hacer un buen policial, con aromas a secuela, y quién sabe, quizás cayera el puto Oscar. Si les suena toda la reseña anterior que escribí como a "Los infiltrados", es porque "Asuntos infernales" es la versión original del mastodonte escorsésico. Ya sé que a estas alturas, todos ustedes han tenido ocasión de ver "Los infiltrados", sea en el cine cuando la dieron, sea arrendándola en DVD, sea... please, say not to piracy! En fin, reclamos sociales aparte, si les gustó "Los infiltrados", háganse un favor y vean la "Asuntos infernales" original. Y si no les gustó "Los infiltrados", háganse un favor igualmente y dénle una oportunidad a "Asuntos infernales". Peor que la mayestática masturbación mafipolicial de Scorsese no puede ser, ¿verdad?

¿POR QUÉ VERLA?

-- Insisto en el mismo punto. La peli de Martin Scorsese dura cerca de 150 minutos (¡dos horas y media!) y "Asuntos infernales" se empina apenas sobre los 100 minutos (más o menos hora y tres cuartos). ¿Cómo puede acortarse tan grande historia en nada menos que tres cuartos de hora...? La pregunta es al revés, considerando que la más larga es la que vino después, el remake por decirlo a lo chulo. Y la respuesta es: porque Martin Scorsese se macaqueó el mástil de lo lindo metiéndole un montón de cosas, en primera para explicar bien a lo tonto el asunto, sólo por el evento de que algún completo oligofrénico en la novena butaca no entendiera la trama, y en segunda porque así quedaba más cinemascope y por lo tanto más oscarizable, ¿vale? En el "Asuntos infernales" original, toda la trama queda explicada en apenas unos minutitos, todo directo al grano, y luego que empiece la peli. Este hacerlo todo compacto mejora mucho el ritmo de la historia (o mejor dicho, considerando que ésta es la original: el distender tanto "Los infiltrados" la hace más latera). El guión hace prodigios contando mucho con muy poco, cada escena está cortada al milímetro para que nada sobre, y todas las situaciones se resuelven con rapidez. Eso es saber hacer buen cine. Y un detalle: en el remake tuvieron el estúpido detalle de concentrar en el cretino personaje de la psicóloga, el rol que en la peli original, con toda la lógica del mundo, ¡son dos chicas distintas!

-- La realización está más que bien. La peli es puro pulso y tensión nerviosa. Vemos apropiadamente cómo las vidas paralelas de los dos agentes van corriendo, y podemos sentirnos más que bien compenetrados con los que les pasa. La manera en que la cadena de sucesos se va hilvanando consigue crear un efecto casi de tragedia griega. A un buen guión y un ejercicio draconiano del uso de la mesa de edición, se suman actuaciones comprometidas y sudadas, a través de las cuales podemos conseguir la rara perla, tan escasa en el cine de acción, de poder adivinar rasgos psicológicos y motivaciones subyacentes en el interior de los personajes, haciendo por lo tanto el final de la peli harto más lógico que su absurdo remake yanki (además, en esta peli no caemos en concesiones a la orfandad neocortéxica como la estúpida escena de la rata al último). O sea, tenemos una peli con una historia potente, en un empaque también potente. ¿Qué más podemos pedir?

-- Permítanme dármelas de pedante por un minuto (bueno, MÁS pedante que de costumbre). Esta peli consigue dar el salto desde la acción pura y dura, hasta el terreno de la filosofía (algo que su chata contraparte yanketa, con su fijación con hacerlo todo obvio, arroja a buen viento). Hay una dimensión metafísica en el hecho de que cada bando consigue introducir a uno de los suyos en el contrario. Puro Yin y Yang. Cada infiltrado es más que un simple espía, es casi una violación del orden universal establecido, de que los polis con los polis y los mafis con los mafis. La serpiente que se muerde la cola. A las últimas, el tema de que unos son mafis y otros policías casi se desperfila por completo: ser lo uno o lo otro es casi una metáfora abstracta, porque en el fondo son dos fuerzas muy parecidas (aunque antagónicas). Sólo un chino (bueh, un hongkonés) podía rodar algo tan taoísta como esto. Y sólo un italiano megalómano como Scorsese podía tener el descaro de cargársela (¡ah, si no hubiera echado a Paul Schrader por la borda...!).

IDEAL PARA: Amantes del cine de suspenso y acción en general.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].



-- Inicio de la peli [en cantonés, subtítulos en inglés].

jueves, 3 de septiembre de 2009

"Donde las águilas se atreven" (1968).


-- "Where Eagles Dare". Estados Unidos / Inglaterra. Año 1968.
-- Dirección: Brian G. Hutton.
-- Actuación: Richard Burton, Clint Eastwood, Mary Ure, Patrick Wymark, Michael Hordern, Donald Houston, Peter Barkworth, William Squire, Robert Beatty, Brook Williams, Neil McCarthy, Vincent Ball, Anton Diffring, Ferdy Mayne, Derren Nesbitt, Ingrid Pitt.
-- Guión: Alistair McLean, basado en su propia novela.
-- Banda Sonora: Ron Goodwin.

-- "Donde las águilas se atreven" en IMDb.
-- "Donde las águilas se atreven" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Segunda Guerra Mundial mundialosa del mundo. Un encopetado British high-commander ha caído en las malvadas zarpas de los ¡¡¡NAZIS!!! ¡¡¡BUAAAAAA - TENGAN MIEDO!!! Y como los ¡¡¡NAZIS!!! son mucho ¡¡¡NAZIS!!!, lo encierran en la clásica fortaleza impenetrable que los jovencitos tendrán que penetrar (empiezo a pensar que estas pelis de comandos vs. ¡¡¡NAZIS!!! tienen un fuerte componente fálico...). Como la pisada de mierda se la han mandado los británicos, ellos solitos van a tener que deshacer el entuerto (más les vale: el generalete se paseaba rumbo a una conferencia en la que se iban a discutir los planes de la invasión militar final finalosa contra los malvados ¡¡¡NAZIS!!!). Con la ayuda de un soldado estadounidense para que les arregle la papeleta (años después los british devolverán la mano haciendo que 007 les salve el c*** peli sí y peli también a los yankis). El equipo de comandos viaja en bombardero first-class hasta die Deutschlanden Alpes, y se tira en paracaídas. Ahí ya empiezan los problemas: uno del equipo se defunce en el camino, y eso que todavía no le han visto las caras a los ¡¡¡NAZIS!!! Moviéndose rápidamente, alcanzan una cabaña, y ahí, con la radio medio en estática, siguen los problemas. Con la coordinación con el mando supremo yéndose al carajo, los comandos deben avanzar a la tierra de nadie y ver cómo diablos se las apañan para entrar en un castillo con un funicular por todo acceso (vigilado, por supuesto, por el correspondiente batallón de... vamos, sé que se la saben, díganla conmigo... ¡¡¡NAZIS!!!). De a poco que los comandos avancen, se irá desvelando que el pastel fue hecho con ingredientes muy distintos a los previstos inicialmente. Que nada es lo que parece, vamos. ¡Ah! Por cierto, no sé si lo dijimos... El comando que muere después de tener un breve intercambio de opiniones con el f****** paracaídas... ¿ya dijimos que hay un traidor dentro del grupo, que podría sabotear la operación entera...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Una vez cada treinta años, esa presencia infernal conocida como "It" regresa a su pueblo para, er, ehm... Me confundí de peli. Bueno, olvídenlo. Voy de nuevo. Una vez cada veinte años, esas cosas que le gustaban a papi se ponen de moda otra vez. Casi pasando al 2010 y sucesivos, los '80s se desvanecen y los '90s saltan al candelero. En los '90s, a su vez, estaban de moda los '60s. Y así. En los '60s, entre otras cosas cuarenteras, se puso de moda... ¡¡¡LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL!!! Después de 1962, Estados Unidos tuvo que acostumbrarse a la convivencia forzada con los malvados tovarich al otro lado de la Cortina de Hierro, que es bonito dárselas de Rapapolvos del Mundo, pero no tan bonito es terminar con Cuba incrustada en el c*** a consecuencias de una represalia nuclear ultratumbesca de los malvados rusos. Y ya que hablar de los rusos en el cine podía ser más o menos incómodo porque cómo hacer una peli en donde los yanketas ganaran sin que sonara a farsa, pues bien, hagamos cine sobre nazis, que son más o menos lo mismo, incluso más chiripitos por eso de gastarnos pasta de betún para lustrar zapatos, con el valor agregado de que a los nazis les dimos flor de paliza y les metimos el hail por el agujero jamás soleado. Ahí tienen entonces la ristra de "Los cañones de Navarone", "El gran escape", "El día más largo", "Los doce del patíbulo", "La batalla de Anzio". En medio de todo eso, el hijo de Richard Burton dijo "¡papá, papá, yo quiero que también tú mates nazis! ¡Quiero verte matando nazis!". Papá Burton, a la sazón tan entradito en carnes como amigazo de los vapores etílicos, se puso a buscar una historia, y dio con la que le ofrecía Alistair McLean, sobre una novela que estaba escribiendo (novela y guión se escribieron casi simultáneamente). Como coprota contrataron a Clint Eastwood, quien fresco su exitazo de "El bueno, el malo y el feo" no quería verse rebajado a patiño de Burton, por muy Burton que fuera, pero nada que no se pueda arreglar haciendo bailar al lápiz sobre la chequera, ¿no? Y finalmente rodaron la peli. En los Alpes. Y mataron nazis. Mataron muchos nazis. Burton hijito debe haber estado orgulloso de papi.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta peli tiene un gran empaque. Bien mirada, la historia trata de hacer el más imposible con aquello de tratar de tapar lo lineal de la trama rizando el guión hasta lo ridículo, pero se disimula bien porque tenemos una bonita fotografía y filmación prácticamente en locaciones (no como cuando tratan de hacer una peli "ambientada en Chile", que las ruedan en México, sí señoh...). Y en la segunda parte... ¡¡¡la madre gata que me parió y me enseñó a maullar!!! No has visto una peli de guerra hasta que veas ésta. ¿Quién dice que la violencia antes era más sanitizada? Claro, había menos sangre y menos gore, vale, pero el contador de muertos vuela lo suyo. Se supone que la misión se trata del rescate. Pero lo que casi todas las pelis resuelven puntualmente (oséase, conflicto con el malo de la pantalla final en lo más hondo de su castillo, muerte del malo de la pantalla final y explosión del castillo), en esta siguen dando traca porque viene lo obvio que uno se pregunta en esos finales: "¿y cómo lo sacaron después?". No olvidemos que al prisionero lo tenían en el corazón de la Alemania Nazi, y que salirse de allí no era tan poca cosa. Además, la solución literaria al problema de quién es el malo, tiene su miga de interés (sí, a pesar de lo morosito del comienzo llega un minuto en que te preguntas qué está pasando y quién es el traidor, y cuando tienes la respuesta...). Puede que "Donde las águilas se atreven" sea una más de los good american (british, en este caso) boys contra los malvados nazis del ritmo, pero al menos en esto de ser una más, cumple con eficacia lo que se espera de ella. (Bueno, después Clint Eastwood se pitorreó en la peli llamándola "Donde los dobles se atreven", pero en fin, Hollywood es la fábrica de sueños... y de arneses para hacerte creer que un hombre puede volar...).

-- La dupla de Clint Eastwood y Richard Burton está por todo lo alto. De Clint Eastwood, por esos años al tope del cañón como monarca indiscutible del Spaghetti Western, uno lo espera (créanlo o no, en esta peli mata más gente que en cualquiera de la Trilogía del Dólar, o que en sus supuestamente más parafascistas de Harry el Sucio... pero supongo que por ser nazis no cuentan). Pero Richard Burton, actor tan reverenciado como, a juicio de servidor, sobrevalorado, aquí se las arregla bastante bien para oficiar como líder del grupo que marcha al rescate (claro, Clint Eastwood estaba jovencito e hizo sus propias proezas, mientras que Richard Burton pidió la correspondiente ayuda al departamento de arneses y FXs...). Frente a ellos, todo hay que decirlo, el resto del equipo queda un tanto en la sombra. Pero tienes dos buenos héroes de acción a falta de uno, ¿para qué más?

-- ¿Eres un rolero de pro? Quizás esta trama de "comandos al rescate de un prisionero en una misión en donde nada es lo que parece" te proporcione más de alguna maligna idea...

IDEAL PARA: Ver una estupenda peli de masacranazis.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "DÓNDE LAS ÁGUILAS SE ATREVEN":

-- "El desafío de las águilas (Where Eagles Dare)" en Blog dedicado al Cine Bélico e Histórico.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

-- Los comandos están estudiando cómo se escabechinarán a los nazis [en inglés, sin subtítulos].

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