11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 31 de enero de 2008

"Encuentros cercanos del tercer tipo" (1977).


-- "Close Encounters of the Third Kind". Estados Unidos. Año 1977.
-- Dirección: Steven Spielberg.
-- Actuación: Richard Dreyfuss, François Truffaut, Teri Garr, Melinda Dillon, Bob Balaban, J. Patrick McNamara, Warren J. Kemmerling, Roberts Blossom, Philip Dodds, Cary Guffey, Shawn Bishop, Adrienne Campbell, Justin Dreyfuss, Lance Henriksen, Merrill Connally.
-- Guión: Steven Spielberg, con aportes sin acreditar de Hal Barwood, Jerry Belson, John Hill y Matthew Robbins.
-- Banda Sonora: John Williams.

-- "Encuentros cercanos del Tercer Tipo" en IMDb.
-- "Encuentros cercanos del Tercer Tipo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Desierto de... Desierto de... Desierto de... Bueh, desierto en alguna parte de Estados Unidos, qué diablos, cuando los chinos les revienten una bomba atómica todos los paralelos entre Vancouver y Río Grande lo serán. En el desierto de Estados Unidos, aparece una escuadrilla de aviones. ¿Quién diablos vuela todavía en antiguallas como ésa? Pues, la verdad... Ya nadie. Estas antiguallas estuvieron desaparecidas 30 años, desde la Segunda Guerra Mundial (bueno, en ese tiempo eran 30 años, ¿vale? La película es oldie, ¿vale?), y son el célebre Vuelo 19 (ahí te mandan recado, Charles Berlitz). Mientras hallazgos como ésos se reparten por el mundo, un pobre electricista perdido en eso que llaman la América Profunda, acude a revisar un desperfecto, sólo para descubrir que algo ronda allá afuera, es grande, lleno de luces, y posiblemente no sea terrestre. Como resultado, empieza a obsesionarse con construir, con lo que tenga a mano, una figura que recuerda a... a algo... no lo sé... Su familia, que ya lo miraba como alguien medio cucufato (es que se trata del pesadote de Richard Dreyfuss, ¿OK?), ahora terminan de mirar como su cerebro se drena por la licuadora, y deciden mandarse a cambiar antes de que empiece a utilizar sus órganos para construir sus esculturas o algo así. El electricista une entonces fuerzas con una chica a la que acaban de secuestrar el niño, y juntos emprenden el viaje a la Torre del Diablo (apropiado nombre para una peli de OVNIS, ¿no?), para descubrir la verdad, saltarse al Gobierno, entrar en contacto místico con seres de otras galaxias, llenar de dinero los bolsillos de Steven Spielberg...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Como hemos dicho tantas veces que he perdido la cuenta, los '70s fueron la década oscura del cine, una década que reflejaba la derrota de Vietnam, el crecimiento de la violencia urbana, Watergate, las patas de elefante... Todo lo que puede hacer mala a una década, vaya. Incluso las primeras pelis de Steven Spielberg reflejaban eso ("El duelo", "Tiburón"...). Tenía que llegar, por alguna parte, la distensión. El gran espaldarazo vino, como no, del cine independiente, cuando dos cineastas de la nueva camada parieron sendas fantasías espaciales: "La guerra de las galaxias" de George Lucas, y "Encuentros cercanos del tercer tipo" de Steven Spielberg, esta última que nos ocupa ahora. Ambas pelis comparten el ser espaciales, "de evasión", con aventuras, y fundamentalmente optimistas (hay fuerzas malignas, pero al final la bondad vence). No es raro que haya sido un taquillazo para la época. En eso debemos decir que Spielberg tuvo olfato. Porque primero había recibido un guión escrito por Paul Schrader, guionista de perlas del cine sin concesiones como "Yakuza", "Taxi Driver", "El toro salvaje", "La última tentación de Cristo", "La Costa Mosquito"... Sí, el primer guionista de Mermelada del Tercer Tipo fue el guionista de "La última tentación de Cristo". El tratamiento de Schrader era mesiánico y pesimista, y a Spielberg no le gustaron ninguna de las dos cosas, reescribiendo por completo el guión hasta quitarle todas las referencias religiosas (se supone que en la parte mística final, aparecían visiones de Cristo), me imagino no tanto por lo poco interesante del concepto, como para no tocarle los huevos a las comunidades religiosas de Estados Unidos (en ese país, si ofendes a una de ellas, te montan un boicot que te encargo). El resultado fue... bueno... esto.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Francamente, desde el punto de vista del fantástico, esta peli está lisa y llanamente obsoleta. Está hecha para la sensibilidad New Age de los tardíos '70s y tempranos '80s. Está dirigida al público que previamente ha leído libros pasados de moda como "El Triángulo de las Bermudas" de Charles Berlitz o "El retorno de los brujos" de Jacques Bergier y Louis Pauwels, y que alucinaban con la filosofía "ángeles ayer, extraterrestres hoy" de charlatanes como Erich von Daniken. Si se la mira desde esa perspectiva (arqueológica), es un buen muestrario de lo que era la imaginería y la Weltanschauung de aquellos tiempos, en que se suponía que los humanos la cagábamos muy bien en la Era de Piscis, pero pronto íbamos a evolucionar a la Era de Acuario, y los extraterrestres nos iban a tomar de la manito.

-- Como consecuencia de lo anterior: como cine de ciencia ficción es un desastre. Aparte de los efectos especiales (el "candelabro volador del final", como se burlaba Isaac Asimov), hay bien poco que rescatar para el SciFi fan. Porque veamos la cantidad de cosas que uno puede preguntarse, y que no encuentran respuesta lógica: ¿Por qué estos extraterrestres, a diferencia por ejemplo de los de "Ultimátum a la Tierra", invitan a una cita en un lugar tan lejano en vez de descender directamente en Washington (y por qué eligen casualmente un lugar que es simbólico para Estados Unidos por ser su primer parque nacional...)?, ¿Por qué se supone que son bondadosos, y secuestran gente, a veces de manera sumamente atemorizante (hay que ver la de luces y ruidos satánicos que montan para llevarse a un simple niñito)?, ¿Por qué, cuando devuelven las naves y aviones secuestrados, no sólo no los restituyen a sus lugares de origen como muestra de buena voluntad, sino que además los descargan en los sitios más deshabitados posibles, para que casi nadie los pueda encontrar...?, ¿Qué criterios usan para seleccionar los humanos que "merecen" una invitación...? Las respuestas son imposibles, porque aunque se nos presenten como extraterrestres y tengan apariencia extraterrestre, no lo son: son ángeles judeocristianos enviados del Cielo, pero convenientemente revestidos de un ropaje de ciencia ficción para estar a la moda, rendir homenaje al cine serie B de toda la vida, y de paso no crispar los nervios de los grupos religiosos. Como decíamos, es difícil tomarse a esta peli como ciencia ficción en serio (quizás como cine fantástico general, porque reemplácece a los ETs por los elfos, y tenemos más o menos lo mismo, aunque con otra imaginería visual).

-- Curiosamente, uno de los más grandes valores de la peli no va por su contenido fantacientífico, sino por las secuencias en que a nuestro prota literalmente se le desintegra la familia. Steven Spielberg ha reconocido en público muchas veces que "E.T." le sirvió para exorcisar los fantasmas del divorcio de sus padres, y aquí, en esta peli anterior a "E.T.", tenemos una muy dramática descripción de lo que significa la descomposición de una familia. Ya al principio vemos que existen problemas de comunicación entre madre y padre, el ambiente familiar es enrarecido, y el evento extraterrestre sirve sólo como gatillo para detonar una bomba de tiempo que ya estaba convenientemente sembradita de antemano. No en balde, los '70s fueron llamadas "la década del Yo", era el tiempo en que triunfaba Wayne W. Dyer con "Tus zonas erróneas", y qué mejor manifestación de "yo, yo, yo" que un divorcio en que nadie escucha a nadie y por eso me divorcio, porque tú no me escuchas y yo no tengo por qué escucharte tampoco. Desgraciadamente, el tema de los matrimonios que se van al carajo porque los dos se empinan en vivir su propia vida a su propio modo, es aún muy actual (y va en aumento).

-- Los efectos especiales son todo lo buenos que se pueden pedir. En realidad, de hacerse la peli treinta años después, podrían ser convenientemente modernizados, pero para los estándares de 1977 están más que bien, están soberbios. Incluso hoy en día no desentonan excesivamente. En ese sentido, la parte plástica y visual es otro punto fuerte de la peli (bueno, eso si excluímos las patelefantes, o las horrorosas patillas estilos '70s).

IDEAL PARA: Explorar el apasionante mundo misticientífico de la New Age setentera.

"La mancha voraz" (1958)


"The Blob". Dirigida por Irvin S. Yeaworth Jr. Protagonizada por Steve McQueen, Aneta Corsaut, Earl Rowe, Olin Howland, Alden "Stephen" Chase, John Benson, George Karas, Lee Paton, Elbert Smith, Hugh Graham, Vincent Barbi, Audrey Metcalf, Jasper Deeter, Tom Ogden, Elinor Hammer. Estados Unidos. Año 1958.

¿De qué se trata?
Escena clásica cincuentera: es de noche, y hay una pareja, él vestido con su correspondiente chaqueta, ella de vestido, ambos montados... ¡déjenme terminar, no sean malpensados! ...ambos montados sobre un automóvil descapotable. Como de costumbre, ella es pudorosa y recatada, porque ya se sabe que en ese tiempo los hombres sólo querían "aquello" (bueno, todavía, pero ahora también las chicas quieren, las de pro por lo menos), y él, por el contrario, emplea toda su labia para convencerla de que se deje hacer cositas (solamente besos, porque a pesar de ser un joven, él es también un caballero chapao a la antigua). De pronto, ambos ven pasar una estrella fugaz. Y como los chicos son los héroes de la peli, salen a investigar en vez de quedarse haciendo bebés. Lo que ha caído es un meteorito que, en vez de soltar energía cinética suficiente para cuatro Tunguskas y un Krakatoa en pack promocional, se limita a vomitar una substancia gelatinosa. Un vejete sale a mirar, y como todos los vejetes entrometidos de la peli, en vez de observar a respetuosa distancia, pues va y coge un palito para ver qué demonios es esa maldita gelatina. Por supuesto que, como es de rigor según las leyes de la física conocida, la gelatina no es tal, sino un asqueroso bichejo extraterrestre, que se le instala cómodamente en la mano y empieza a fagocitarla, porque después de recorrer chupetecientos kilómetros de abismo sideral, pues alguna hambre debe tener, ¿no? Los jóvenes encuentran al vejete, y como lo ven un poco a mal traer, lo llevan al médico de turno, en el pueblo (quizás, cuando creció, este adolescente se convirtió en el general del U.S. Army que en la peli de los Transformers tuvo la genial idea de llevarse el artefacto a la ciudad... ¡si es que estos yankis no aprenden!). Y luego, más o menos se despreocupan del asunto, porque misión cumplida. Si fuera la vida real, se habrían enterado de todo por los periódicos al día siguiente, pero pues no, son los héroes, así es que la criatura gelatinosa meteorítica extraterrestre tiene que joderla en tal forma, que nuestro heroico par de chicos estén metidos en todo el inicio, desarrollo y desenlace de la cruenta batalla contra este gelatinoso terrorista del espacio exterior. La guerra por nuestro planeta, y por provocarle una indigestión a la gelatina comegente, ha comenzado...

El espíritu de los tiempos.
¡Ah, los '50s...! Las angustias de apalear nazis habían quedado atrás, y la nueva juventud estaba lista para enrolarse en la guerra contra toda clase de arañas atómicas, hormigas atómicas, cucarachas atómicas y otra clase de monstruos horripilantes que, por ser el átomo la rechifla del tiempo, solían ser atómicos. O extraterrestres, que en la concepción popular de la época venía a ser más o menos lo mismo (en ese tiempo nadie hablaba de energía eólica o de la fusión fría). Entre la marejada de pelis serie B sobre toda clase de bichos extraterrestres que vienen a la Tierra a destruir el pacífico american way of life de algunos puñados de pueblos de gente decente y bien, perdidos en la América profunda, "La mancha voraz" estuvo destinado a convertirse en un clásico. Aunque un tanto por accidente. Nadie le tenía fe al proyecto. Ni el prota Steve McQueen, a quien le ofrecieron 2500 en cash, o 10% de las ganancias, y prefirió el money al contado (debió darse sus buenos cabezazos contra la pared cuando la película ganó cuatro millones de los verdes, con un costo de apenas 120 o 240 mil dólares, según la fuente). Ni los distribuidores, que la repartieron de manera discreta como carne de rotativo doble (después enmendaron su error, cuando los primeros testeos mercadotécnicos revelaron que la peli tenía futuro, después de todo). Después, Steve McQueen se hizo famoso, y ganó aún más estatus de culto, como "la peli de sustos que hizo Steve McQueen cuando nadie tenía puñetera idea de quién diablos era Steve McQueen". Después hubo un remake en 1988, y con eso, toda una nueva generación pudo apreciar el apetito de Voracito. Así nos va.

¿Por qué verla?
- La verdad, la peli tiene estatus de clásico, tanto por Steve McQueen como por haber presentado a un personaje insólito dentro del imaginario colectivo mutante extraterrestre del siglo XX, cual es la ameba hipertrofiada que se lo fagocita todo. Por ese lado, la peli gana muchos enteros. Pero por otra parte, para los estándares del siglo XXI, la peli es lenta como una pareja de zombis bailando bolero. Porque parte con una escena caramelo (vale, presentamos a los personajes), después aparece la mancha... y después de que han llevado al vejete al médico y uno espera que la mancha empiece a activar los jugos gástricos, resulta que nos muestran una serie de soporíferas secuencias de adolescentes cincuenteros, que a estas alturas tienen un valor puramente arqueológico. Vemos algunos clásicos lugares comunes del género, como por ejemplo los adolescentes que tratan de destruir a la mancha versus los preocupados y respetables padres que buscan imponer su autoridad y no le creen a los mocosos por principio, porque los mayores saben y los chicos a callar, pero tantas vueltas sobre el tema llegan a cansar. No por casualidad la traca final, cuando casi nos habíamos olvidado de que la peli se trata de una gelatina engullegente del espacio exterior y ésta reaparece gordita y lista para seguir asimilando personas, es la mejor parte, la más pura y genuinamente Sci-Fi, aquella por la cual nos sentamos a ver la peli en primer lugar. Pero bueno, sigue siendo la madre de las pelis de monstruos gelatinosos del espacio exterior, y a las madres hay que respetarlas, así es que...
- La canción de créditos. Burt Bacharach, famoso en sus días y olvidado en los nuestros, y Hal David, grabaron un pegajoso tema muy '50s, que después cobró vida independiente por su cuenta. Eso, acompañando a una secuencia de créditos muy psicodélica, muy pre- A Go-Go.

IDEAL PARA: Amantes de la Arqueología Fílmica, Departamento de Pelis de Monstruos Bizarros, Sección de Extraterrestrología Culinaria.

domingo, 27 de enero de 2008

"Cars" (2006).


-- "Cars". Estados Unidos. Año 2007.
-- Dirección: John Lasseter, con codirección de Joe Ranft.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Owen Wilson, Paul Newman, Bonnie Hunt, Larry The Cable Guy, Cheech Marin, Tony Shalhoub, Guido Quaroni, Jenifer Lewis, Paul Dooley, Michael Wallis, George Carlin, Katherine Helmond, John Ratzenberger, Joe Ranft, Michael Keaton.
-- Guión: Dan Fogelman, John Lasseter, Joe Ranft, Kiel Murray, Phil Lorin y Jorgen Klubien, basados en una historia de Lasseter, Ranft y Klubien, y Brenda Chapman, con material adicional de Robert L. Baird, Daniel Gerson, Bonnie Hunt, Don Lake, Steve Purcell y Dan Scanlon.
-- Banda Sonora: Randy Newman.

-- "Cars" en IMDb.
-- "Cars" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Rayo McQueen es el más rápido, el más veloz, el que se echa a todas las automóvilas... ¿Quién corre más rápido que Rayo McQueen? Pues, sí, tiene un rival, un jactancioso hijjjmmmmnnggññddpppta que no voy a decir "esa palabra" porque es posible que los niños estén leyendo esto, si es que después de todo es una de Pixar... Bueno, nuestro jactancioso hijjjmmmmnnnñññ-ya-saben-qué y Rayo McQueen terminan llegando a la meta al mismo tiempo. Y eso, porque Rayo McQueen, aunque podía ganar, se negó a seguir el consejo de su personal, y como el individuo lo es todo y la sed es nada, despidió de paso a su jefe de mecánicos. Y así es como le fue: empate técnico. La carrera de desempate se va a correr, por supuesto, en el otro extremo del país (les gusta complicar las cosas, ¿no?), y Rayo McQueen debe partir de inmediato. Lo hace a bordo de un camión trailer, pero verán, de tanto que sobreexige al camión trailer, que las cosas se salen de madre, y Rayo McQueen, después de caerse en medio de la nada sin que nadie se de cuenta, y de vagar de aquí para allá, acaba empotrado en medio de un pueblo a mitad de camino entre las locaciones de Villorrio Fantasma y Nada Existencial. Los pueblerinos, viejos habitantes de la Ruta 66, tratan de seguir sus lisérgicas vidas como mejor pueden, aferrados a la esperanza casi mesiánica de que algún día llegue la parusía, perdón, la llegada de pasajeros, viandantes, turistas, peregrinos, marcopolos... ¡¡¡Lo que sea, por el Amor de Ford!!! Rayo McQueen termina entrampado en un juicio por indemnización de perjuicios a resultas del delito de daños contra la propiedad pública y privada, pero el juez, que por cierto algo se cocina entre manos, está a punto de largarlo y todo parece ir bien, hasta que Rayo McQueen, y es que éste es demasiado Rayo McQueen, si me entienden, se le ocurre echarle los tejos a una chica sofisticada y hacerle proposiciones indecorosas, sin saber que ella es la fiscal, que larga un discurso de Padre y Señor Mío, que deja al pobre Rayo McQueen cumpliendo trabajos comunitarios como condena... El tiempo pasa, y se agota para la estrellita de las carreras que debe llegar como sea al desempate, o su carrera profesional se irá al estanque del aceite quemado. Pero por otra parte, también descubrirá la belleza del mundo, los secretos de un pueblo pequeño, la paz y la tranquilidad, y también que la fiscal en cuestión está más que aerodinámica, de paso...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

A mediados de la primera década del 2000, decir algo para bien o mal de Pixar es casi insultante. Pixar se ha transformado en el referente audiovisual indiscutible, en materia de animación 3D, después de que los Estudios Disney decidieran cerrar su división 2D con el fracaso (inmerecido) de "El Planeta del Tesoro" y (más que merecido) de "Vacas vaqueras", y después del hundimiento de los proyectos paralelos de DreamWorks (que desde las alturas sublimes de "El Príncipe de Egipto" pasó a la sima abisal de "El espantatiburones") y Fox ("Anastasia", "Titan A.E."). A mediados de década, se espera cada nueva película de Pixar como una grandiosa nueva promesa y realización. Lo que trae problemas, por supuesto, porque si haces una buena, ¿cómo diablos te las arreglas para superarla? Las películas Pixar son indiscutiblemente buenas, por lo menos todas las producidas durante su primera década desde "Toy Story" (1995) en adelante, pero ya con "Monsters Inc." y "Buscando a Nemo" daban señales de agotamiento, y con "Cars" seguimos en la misma línea. ¿Cuánto tiempo más puede un mero mortal seguir engañando al Tiempo...?

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta peli marca el regreso de John Lasseter a la dirección en el cine, después de su paso por algunos productos directo-a-video, y de "Toy Story 2" en 1999. Debemos decir que lo hace en forma, y es la mejor película que ha dirigido hasta la fecha. Por otra parte, quizás debido a que Lasseter ha estado metido como productor ejecutivo en varias otras de Pixar ("Monsters Inc.", "Buscando a Nemo", "Los Increíbles", "Ratatouille"), es imposible dejar de notar su mano. Y las comparaciones son odiosas, pero John Lasseter es mucho más blandengue que el comparativamente más rudo y diestramente narrativo Brad Bird, quien suele barrer el piso con las pelis de Lasseter con sus "Los Increíbles" y "Ratatouille" precisamente; aunque por otra parte, por dar vuelta el asunto, es posible que ninguna de estas dos películas hubiera llegado a ver la luz si "Toy Story" no hubiera marcado un precedente, y ésta sí es dirigida por Lasseter... Dejémoslo en que es el regreso, que lo hace bien, y no sigamos dándole vueltas al asunto.

-- El argumento es ingenioso. La trama no puede ser más sencilla, y la moralina es horrible (ya sabes: si vives apurado por la vida, debes detenerte un minuto y regresar a los viejos y despreciados valores patriarcales, familiares, etcétera). O sea, lo que Disney nos viene martillando desde el año del ñauca. Pero el retrato de Rayo McQueen es excelente y su evolución moral está dibujada con una fineza pocas veces vista en estos productos "encuéntrate a ti mismo y el universo te encontrará a ti". La manera en que llega al pueblo y se mete en problemas es simplemente hilarante. La carrera inicial es un homenaje más que obvio a la mítica peli "Gran Prix", pero en ningún minuto el homenaje se convierte en copia al carbónico o en parodia. La relación romántica no resulta empalagosa. Y mención aparte merece el gran y severo juez Doc Hudson, magníficamente servido por Paul Newman, que cumple más que bien con la grandeza que se espera del estereotipo "gurú severo que te enseña a vivir, pequeño saltamontes". El resto de los secundarios, pues bien... Es lo que se espera de ellos, que sean graciosos, y listo. Pero a cambio de lo otro, está más que bien.

-- El final. No lo adelantaré, en lo absoluto. Pero se aparta de lo que es convencional en este tipo de películas. Cualquier debilidad que tenga esta película (y por Bastet que las tiene, entre caracteres estereotipados, trama predecible y chistes más o menos forzados) queda redimida por este final bigger than life, seguramente uno de los más emotivos que nos ha regalado la animación 3D en los últimos años.

IDEAL PARA: Ver una de animación con flaquezas, pero con algunos personajes y momentos realmente memorables.

"Buscando a Nemo" (2003).


-- “Finding Nemo”. Estados Unidos. Año 2003.
-- Dirección: Andrew Stanton, codirigida por Lee Unkrich.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Albert Brooks, Ellen DeGeneres, Alexander Gould, Willem Dafoe, Brad Garrett, Allison Janney, Austin Pendleton, Stephen Root, Vicki Lewis, Joe Ranft, Geoffrey Rush, Andrew Stanton, Elizabeth Perkins, Nicholas Bird, Bob Peterson.
-- Guión: Andrew Stanton, Bob Peterson y David Reynolds, sobre una historia del primero.
-- Banda Sonora: Thomas Newman.

-- "Buscando a Nemo" en IMDb.
-- "Buscando a Nemo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La Gran Barrera de Coral. Hermoso e impresionante hogar para una joven pareja de peces payasos, quienes están incubando unas poquitas decenas de cientos de miles de huevecillos. O no. Porque aparece un depredador grande y feroz, y la joven hembra pez payaso se lanza a la defensa de los mismos. El padre, llamado Marlin, trata por todos los medios de impedir lo inevitable, pero sólo consigue recibir un golpazo de catego, que lo envía directo a la lona. Cuando despierta, su señora ha desaparecido, muy probablemente engullida, así como la abismante mayoría de los alevines (formalmente ahora denominables como “caviar”, ñomi ñomi). Marlin cría a su único vastago con todo el espíritu sobreprotector que puede, a lo que éste, con la lógica innata de todos aquellos rebeldes que no saben que El Gobierno Te Vigila Y Es Por Tu Bien, decide tratar de mandarse solo. Así es que el unigénito, llamado Nemo, y que para hacerlo más penoso tiene una aletita echada a perder, es enviado a la escuela. La sobreprotección de Marlin origina entonces la catástrofe, porque empuja al rebelde y testarudo Nemo… (¿es que Nemo nunca ha visto películas Disney, que le enseñen que los adultos siempre tienen razón?) …hacia un bote en cuyas cercanías anda un buzo, el cual… ¡bups! …captura a nuestro pequeño héroe. Marlin inicia entonces una feroz persecusión que lo llevará a encontrarse con una pececilla nada más mona, pero que sufre de parones en la memoria de corto plazo, en una desenfrenada carrera que lo llevará a través del Océano Pacífico hasta rescatar a su vastaguito el de la aleta recortada. Y más vale que se apure. El jovenzuelo ha terminado en el acuario de un dentista, y ahora es la víctima propicitaria para la Elmira en potencia que es la hijilla del dentista, una psicótica frenilluda aplastapeces que…

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Desde 1995 que los estudios Pixar se venían haciendo la permanente con las enormes cantidades de dólares que sus películas, desde “Toy Story” en adelante, estaban produciendo: “Bichos”, “Toy Story 2”, “Monsters Inc.”… De manera que cada peli tenía que ser más y mejor (después vendrían “Los Increíbles”). Parte de la receta del éxito para Pixar es un concepto tan simple, como rechazar la idea común de que una película para niños debe ser tonta y aburrida, o tener sólo humor de caída y porrazo. También estaba por delante la experimentación en materia de gráfica computacional. Todas estas nociones se combinan en “Buscando a Nemo”, una película que, por cierto, sin ser ciento por ciento brillante, se las arregla bastante bien para salir adelante.

¿POR QUÉ VERLA?

-- El guión. Se diga lo que se diga, la premisa de fondo (pez que debe ser rescatado FUERA del mar) era un casi imposible, pero los guionistas se las arreglan para explotar el concepto al máximo, tanto en lo que se refiere a los intentos de escape de Nemo, como a la gran aventura oceánica que emprende Marlin. La secuencia inicial, en la cual perece la madre de Nemo junto con todos sus hermanos nonatos, debe ser una de las más tenebrosas que el cine de animación nos ha regalado en la década, un mentís rotundo para quienes sostienen que las pelis infantiles sólo deberían mostrar the bright side of life (y por ende, los niñitos deberían criarse en incubadoras emocionales para que no vean lo feo que es crecer). El desarrollo empieza a remolonear cuando salen una serie de personajes que, a ver cómo lo decimos… ¡es que se esfuerzan demasiado! Sacar comicidad de un puñado de Tiburones Anónimos o de una pececilla con desperfectos en el cerebro, se diga lo que se diga, es un recurso demasiado fácil; eso, por no hablar del despreciable chantaje emocional que es mostrar a Nemo como un pez con una aletita más corta que la otra (“huuuuuuyyyyyyy, míiiiiiiralo, tiene una aletita más corta que la ooooooooootraaaaaaa”)... Es a mitad de película cuando, a golpe de secuencias desopilantes como los pececillos haciendo mosaico, o la delirante fuga final, el cuadro general empieza a cobrar bríos. Con gusto hubiéramos prescindido de la mayor parte de la primera mitad, y nos hubiéramos quedado con lo realmente substancioso, la segunda.

-- Como decíamos, esta película no le teme a lo dark. El conflicto básico gira en torno a los dolores del crecimiento. Nemo intenta por todos los medios crecer y hacerse adulto para escapar de la asfixiante sobreprotección paterna, pero al mismo tiempo es el padre quien tiene un montón de cosas que aprender sobre el mundo, la vida y todo lo demás. Y para mostrar eso, no se escatiman escenas fuertes o dolorosas. No es que la película entera sea un dramón, y de hecho la mayor parte tiene un tono ligero, pero eso no deja en el olvido que estamos viendo fundamentalmente una historia muy dura sobre crecer y madurar, y hacerse responsable por las opciones vitales, y también dejar que los demás se hagan responsables por las suyas. El mundo está plagado de Marlines que se creen la fuente de seguridad para los demás; este pez payaso hondamente preocupado por su hijo al menos se toma la molestia de crecer y aprender por el camino, pero muchos otros llegan a fuertes puestos de responsabilidad y autoridad, y lo toman con ánimo de “¡es que a ustedes no se les puede dejar solos!”. Y también está plagado de Nemos que a diferencia de este pececillo, nunca aprenden, van de rebeldes toda la vida, y terminan como terminan. En ese sentido, la película cumple con el delicado balance entre la oscuridad y el optimismo, y lo hace con creces.

-- El nivel de la gráfica es simplemente espectacular. Debe ser la primera vez en una película de animación, que el mar realmente PARECE mar.

-- Momentos estupendos: La secuencia original, la corriente de las tortugas, el campo de medusas, el rescate final.

IDEAL PARA: Ver una infantil que, por una vez, tiene contenido.

jueves, 24 de enero de 2008

"Acorralados" (2007).


-- "Butterfly on a Wheel" (título original en inglés), "Shattered" (título en Estados Unidos), "Desperate Hours" (título en inglés para Europa), "Chantaje" (título en España), "Máxima traición" (título en Argentina para TV Cable). Inglaterra / Canadá. Año 2007.
-- Dirección: Mike Barker.
-- Actuación: Pierce Brosnan, Maria Bello, Gerard Butler, Claudette Mink, Chris Astoyan, Samantha Ferris, Callum Keith Rennie, Nicholas Lea.
-- Guión: William Morrissey.
-- Banda Sonora: Robert Duncan.

-- "Acorralados" en IMDb.
-- "Acorralados" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Estamos frente al típico matrimonio perfecto con papi trabajador exitoso, casita en los suburbios, e hija única pequeña setederriteelcorazón. La vida parece plácida para estos clásicos burgueses aspiracionales que podrán verse un poco desmejorados, por aquello de que con los años la pasión se diluye y se reemplaza por la costumbre, pero no parecen haber problemas en el horizonte. Hasta ahora. Porque después de que papi ha obtenido una gran cuenta y se ha cagao sobre un compa de trabajo (¡hey, es el negocio de la publicidad, baby!), parte con su señora a la casa de campo de un gran ejecutivo, viaje del cual podría depender un importante ascenso. Hasta el minuto, si han mirado bien en la peli, podrán haber detectado algunas cosillas raras, pero lo más raro es que en el asiento trasero del automóvil aparece, casi de la nada, un tipejo con revólver en mano, encañonando a la pareja, y dando órdenes como si fuera su casa (ya sé, eso es imposible en la vida real, pero acá en la peli sucede así, aunque podría justificarse porque es un 4x4). Lo primero que exige el tipo, es cuánto hay en la cuenta bancaria. ¡Ah, un secuestro express! Pues, no, porque después de que saca un maletín gordito de dinero, pues bien... No, definitivamente no quería el dinero. Quiere algo más. Y si no hacen lo que el maligno hombre de atrás del auto dice, su niñita lo pagará caro. Durante 24 horas, la pareja afrontará su infierno personal. Y, como de costumbre, las cosas no son lo que parecen...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Sean Connery hizo la magia. Después de seis pelis Bond en el cuerpo, consiguió apartarse del smoking y brillar como actor por derecho propio. Roger Moore no lo consiguió. Ni Timothy Dalton. ¿Alcanzará la maldición ahora a Brosnan, Pierce Brosnan? El hombre se la juega porque no. Así es que tomó a su cargo esta peli, embarcándose en ella como productor, y listo para dar lo mejor de sí en un rol completamente aparte, el de tipo sicótico dispuesto al juego del gato-y-ratón, a torturar psicológicamente a sus víctimas hasta el hartazgo. Porque digámoslo con todas sus letras, esta peli más o menos convencional está hecha a la medida de Pierce. O debería haberlo estado, al menos.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Para ser honestos, hay poco quehacer aquí. El concepto básico es potente: familia aparentemente perfecta, a merced de un oscuro personaje que los tortura psicológicamente. ¡Qué maravilla no hubiera hecho Hitchcock con una premisa semejante! Desgraciadamente, no tenemos en la dirección a Alfred Hitchcock sino a Mike Barker, quien se ha movido entre el cine neo-noir y el cine histórico (!!), y que pareciera no confiar en el potencial de la historia, entregándose demasiado a los golpes de sonido que marcan el momento en que debemos sobresaltarnos, y a las inevitables vueltas de tuerca que funcionan bien en una peli de suspenso basada en la trama, pero que suelen rebobinar a cero todo el trabajo hecho cuando es una peli basada en relaciones de personajes. El resultado es que la primera mitad de la peli es morosa a más no poder, y cuando en la segunda mitad el asunto por fin agarra vuelo, ¡cataplán!, pues que lo arruinan con la consabida y predecible imprevista vuelta de tuerca final. Incluyen también, por supuesto, la consabida frasecita poética que pretendidamente justifica la peli (en este caso es "¿quién aplasta una mariposa con una rueda?", un versito del santo patrón de los guionistas de Hollywood, el diecisietesco Alexander Pope). Y si esta peli tiene algún mérito, y aguanta su visionado, es por el espléndido trío protagonista, que se saca los zapatos para evitar el inevitable hundimiento. Pierce Brosnan no está tan brillante como cuando hace sus roles medio en serio medio en broma, ni infunde tanto miedo como debería, pero a la larga compone un rol hasta querible, dentro de todo lo retorcido que es. Gerard Butler, que con su camaleónica capacidad de transformación compone a un vulgar y carca burguesito rojaeslaalfombrabajomispies, está en las antípodas de otros papeles como el Fantasma de "El Fantasma de la Opera" o el Leónidas de "300", y es un más que digno prota. Y Maria Bello, que saltara a la fama con "Una historia de violencia" (años después de contonearse en "Coyote Ugly"), acompaña más que bien a los dos. Quizás no es la peli que deberías lamentar habértela perdido en el cine, pero sí, aguanta el paso al DVD, gracias a estos tres...

IDEAL PARA: Ver en programa doble con algún otro thriller, en DVD, alguna de esas tardes.

"Horas desesperadas" (1990).


-- "Desperate Hours". Estados Unidos. Año 1990.
-- Dirección: Michael Cimino.
-- Actuación: Mickey Rourke, Anthony Hopkins, Mimi Rogers, Lindsay Crouse, Kelly Lynch, Elias Koteas, David Morse, Shawnee Smith, Danny Gerard, Gerry Bamman, Matt McGrath, John Christopher Jones, Dean Norris, John Finn, Christopher Curry.
-- Guión: Lawrence Konner, Mark Rosenthal y Joseph Hayes, basados en la novela y obra teatral de este último.
-- Actuación: David Mansfield.

-- "Horas desesperadas" en IMDb.
-- "Horas desesperadas" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En un lugar despoblado aparece una chica fatal estilo '80s: o sea, rasgos germánicos, rubia de pelo liso y largo, piel pálida, abundante rouge rojo intenso, lentes oscuros, sobretodo que la tapa entera hasta la altura de los muslos, medias negras con portaligas, taco aguja que te caes desde tres metros de altura... La chica en cuestión deja un automóvil, y después sigue camino. La misma chica aparece después en un tribunal, defendiendo a un acusado que se muestra más que un poco chúcaro con el tema de su propia defensa. El acusado pide entonces que la dejen un ratito a solas con la chica, lo que aprovecha ella para contrabandearle a él un arma de fuego. Ambos salen del tribunal, ella como rehén o algo así, y el tipo se da a la fuga, utilizando de paso el automóvil que la chica dejó en el lugar descampado. Mientras tanto, en alguna otra ciudad, hay una familia un tanto disfuncional. O que ya no es familia más. Porque papi decidió meterse a la cama con una chica de la mitad de su edad, la esposa (aún) está lógicamente más que fastidiada, la hija corazón no quiere ver a papi traidor, el chico apenas se entera de lo que pasa, y la casona está a punto de for sale, por aquello de los malos recuerdos, etcétera. Es a esa casa, a donde irá a parar nuestro tipo que se dio a la fuga, con dos de sus cómplices. Ahora, prisioneros dentro de una situación de rehenes, tendrán que hacer lo tópico en estas cintas, o sea, poner fin a sus diferencias personales, actuar como un solo hombre frente a la amenaza, etcétera. Eso, mientras la poli no se entera de nada, y una más que improbable agente policial trata de iniciar la caza del hombre...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En 1955, William Wyler (el hombre tras el "Cumbres borrascosas" de 1940 y el "Ben Hur" de 1959) dirigió un thriller con un Humphrey Bogart ya otoñal, llamado "Horas desesperadas". A Dino de Laurentiis le pareció una estupenda idea hacer un remake en los primeros '90s, con todo el extraño estilo de una década agonizante combinado con eso otro nuevo que venía, y que nadie sabía muy bien que era (era el grunge, por supuesto, pero en esta película, así como en varias otras del período, no se dieron por enterados). Como la mayor parte del cine ochentero hecho ya en plenos '90s, este filme luce enormemente trasnochado. La peli recibió críticas sumamente pobres; sabido es que frente a ellas, la conducta habitual de su seguro servidor el General Gato se pregunta qué película vieron los críticos y cómo pudieron ser tan imbéciles de menospreciar lo que yo vi, pero en este caso particular no tengo dudas: la película que ellos vieron y menospreciaron, es la que yo vi y tasé en su justo precio. Y su justo precio es, desdichadamente, bastante bajo. No mucho más caro que el valor del resto de la crítica, para que nos entendamos.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Tiene algunos momentos estelares a cargo de Michael Cimino. El problema es que Michael Cimino es... ¿Cómo decirlo? Bien, no es un director excesivamente prolífico, se hizo de un nombre con la interesante pero un tanto hiperbólica "El francotirador", se las arregló para enviar a un estudio entero a la quiebra con el western "Las puertas del cielo", y más o menos se reivindicó con "El año del dragón". El fuerte de Michael Cimino es rodar violencia pura y dura, en una extraña combinación de rudeza y estilización de la que bien podrían aprender algunos garbanceros de Hollywood, hoy por hoy. Y son justamente las escenas de violencia, las que ayudan a mantener a flote una película que de lo contrario se hundiría sin remedio. Por desgracia, es una película de suspenso y tensión, no una de acción pura y dura, así es que las escenas de violencia son las menos. Pero dije: "momentos estelares" y no "película estelar", ¿OK? Veamos: está la secuencia de la persecusión contra uno de los cómplices en pleno desierto (con un ciervo como autoguiño a "El francotirador", qué manera de hacerse promoción el hombre...), la brutal secuencia de acción final (al menos el final vale la pena)... Sí, hay cosas que rescatar, después de todo.

-- El desempeño de los actores es irregular, y se echa claramente de menos una mano más firme en la dirección de actores. Cada uno lo hace bastante bien... por su cuenta, pero a veces parecieran que no terminan de conectarse unos con otros, a eso me refiero. Mickey Rourke, más o menos top por aquellos años después de ensartarse a Carré Otis en "Orquídea salvaje" (y seguir con ella en la vida real, cabrón con suerte), tiene un competente desempeño como el psicópata, aunque sin pasarse, no vaya a ser cosa que anden diciendo después por ahí que sabe actuar. Anthony Hopkins entrega también muy buenos momentos, pero no se le siente tan afiatado como en otros roles; por su parte recordemos que el pobre iba en aquellos años más o menos a los tumbos, sin saltar aún a la fama que le daría su siguiente película ("El silencio de los inocentes"). Mimi Rogers, por aquellos años recién divorciada de Tom Cruise (quien la cambió por Nicole Kidman... más o menos como su personaje en la peli, caramba...), entrega la que es probablemente la mejor actuación de toda la peli, con buena interacción con el resto del elenco, el cual sin ella probablemente se desbandaría. Lindsay Crouse interpreta a una agente policial que, no sé bien cómo decirlo, digámoslo así... ¿es en serio? Se la pasa musmuseando toda la película y apenas se le entiende lo que dice, lo poco que se le entiende lo dice con tono arrastrado, y los parlamentos que tiene... ¿en qué nave espacial dice usted que la trajeron de cargo a la Tierra...? Su punto actoral más alto fue haber sido villana en la televisiva "Buffy la Cazavampiros", y en la cuarta temporada, sindicada universalmente como la más mala, lo que algo debe decir... Kelly Lynch es la abogada sexy '80s' style, y la verdad es que su brevísimo par de topless animan bastante el cotarro (además que las miraditas que le dedica la detective dura alienígena...). El gran Elias Koteas ("Crash: Extraños placeres", "La delgada línea roja", "Zodíaco") se las arregla para escalar posiciones desde su trinchera secundaria. El trío de malandras que interpretan Rourke y Koteas es complementado con David Morse, eterno secundario de lujo, quien una vez más aquí está como secundario de lujo. Y para la trivia mencionemos la estupenda actuación de una tempranísima Shawnee Smith, como la hija adolescente rebelde de la pareja protagónica, casi década y media antes de saltar al estrellato como Amanda, la pirada víctima de Jigsaw en "El juego del miedo" y secuelas. Pensándolo bien, con esos ingredientes (excluyendo a la policía en clave "soy adepta de Sixto Paz")... ¿cómo demonios se las arregló Michael Cimino para pifiarla tan grandemente? ¡Hombre, pero si este tipo fue el que dirigió a de Niro, a Cazale, a la Streep y a Walken en "El francotirador", demonios! Para darse de cabezazos contra la pared.

IDEAL PARA: Analizar como rayos un buen director puede palmarla teniendo una buena historia y buenos actores para rodarla.

domingo, 20 de enero de 2008

"La mujer de mis pesadillas" (2007).


-- "The Heartbreak Kid". Estados Unidos. Año 2007.
-- Dirección: Bobby Farrelly y Peter Farrelly.
-- Actuación: Ben Stiller, Malin Akerman, Michelle Monaghan, Jerry Stiller, Rob Corddry, Carlos Mencia, Scott Wilson, Ali Hillis, Polly Holliday, Danny R. McBride, Roy Jenkins, Nicol Paone, Stephanie Courtney, Amy Sloan, Jerry Sherman.
-- Guión: Scot Armstrong, Leslie Dixon, Bobby Farrelly, Peter Farrelly, Kevin Barnett, basados en el guión de Neil Simon, sobre la historia corta de Bruce Jay Friedman.
-- Banda Sonora: Bill Ryan y Brendan Ryan.

-- "La mujer de mis pesadillas" en IMDb.
-- "La mujer de mis pesadillas" en la Wikipedia en inglés.

ADVERTENCIA: Aunque siempre que se realiza un comentario más o menos informado y/o documentado de una peli se termina por espoilerear ésta, en este caso me siento especialmente motivado a advertirles. Este comentario tiene algunos spoiler bastante gordos, incluyendo alusiones a la resolución final. Si no la han visto y están planeando verla, absténganse de leer la presente reseña. Advertidos quedan.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Eddie Cantrow es un solterón de lo peor. Va a cumplir 40 años, y nada de nada con las chicas. Y por si acaso llegara a olvidársele que su vida es básicamente mierda planchá sobre cholguán, ahí está su padre para deprimirle el espíritu, y su mejor amigo (casado) para decirle que cómo es posible, que alguna vez hay que meter colocado y ganador. Pero nuestro Eddie, pobrecillo él, lo mejor que le sucede es ser invitado a... una boda. La de su antigua novia. Y él, valiente hombre (¡glup!)... ¡¡¡VA!!! Allí hace un desagradable descubrimiento, básicamente que todos están casados, y la mesa de solteros está poblada por... ejem... Algunos días después, ocurre un incidente: a una chica en la calle le zarrajanjan la cartera, y él trata de detener al ladrón. Y no puede. Pero trata, al menos. Consigue entonces arrancarle una sonrisa de amistad a la chica, ya que aunque fracasado, se ha portado como todo un héroe. Pero nuestro adorable perdedor, acostumbrado a las derrotas, ni siquiera discurre pedir el fononúmero. ¡Pero no importa! Ahí está su incombustible padre, que se las arregla para crear una situación, y entretanto la chica aparece... Y he aquí que ambos se encuentran lanzados al romance. Se la pasan de beso en beso durante seis semanas, y de pronto, ella avisa que las cosas se van a acabar, porque debe viajar a Holanda por un trabajo. Ante la perspectiva de que su chica ideal se vaya, quizás para siempre, Eddie empieza a pensar caracolinamente si debe casarse o no, pero ahí están nuevamente papá y amigo diciéndole: ¡¡¡No seas imbécil, es la chica ideal, es bonita, inteligente, y en particular, QUIERE ESTAR CONTIGO, POBRE DESECHO HUMANO!!! De manera que nuestro héroe se casa. Y se va de luna de miel. Y empieza a descubrir un par de cosas muy desagradables sobre la supuesta mujer perfecta a la cual ha desposado en sagrados himeneos. Como por ejemplo, que no sólo le gusta su favorito David Bowie, sino también toda clase de música bazofia sin discriminación de sexo, raza, estirpe o condición, y además lo descubre de la peor manera. O que cuando ingiere líquidos, tiene una poco escrupulosa tendencia a arrojarlos por la nariz. O la verdadera razón por la cual arroja líquidos por la nariz. O la verdadera naturaleza de su "trabajo" ecológico. O sus, ejem, extrañas apetencias sexuales. O su tendencia a escucharse a sí misma y no dejar que su flamante maridito diga nada. O su terquedad ante las situaciones más triviales. O su genio de p*** m****. Cuando de pronto el pobre hombre consigue sacar la cabeza a flote y respirar, descubre que a su lado, ¡oh, sorpresa!, en el centro vacacional, hay una chica linda que está haciéndole ojitos. Y comienzan las carreritas. Porque la chica es linda, quizás sea su chica soñada, encaja mucho mejor con ella que con la p**** de su esposa, y quizás es realmente ahora o nunca...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Sí, ya lo sé, Robert. "Rome is burning, son". Pero no está ardiendo porque George W. Bush trata de atinarle al retrete y le da al completo embaldosado del baño, con eso de atacar a Al Qaeda en Afganistán e Irak y otros lugares en donde nunca Al Qaeda estuvo. Está ardiendo porque el sexo es malo. Ya lo sabía bien la Cicciolina, que cuando a Saddam Husein se le ocurrió el Anchluss de Kuwait, le ofreció púbicam... perdón, públicamente, darle una noche de pasión a cambio de una retirada estratégica. La cuestión es, entonces, ¿cómo hacer que el buen sexo regrese a nuestras vidas...? Bien, una parte importante del buen sexo es la buena compenetración... sí, también esa clase de compenetración, pero en particular la que nace de los buenos sentimientos, la entrega hacia el otro, etcétera. O sea, todo lo que en este maldito tiempo ha dejado de existir. Como he insistido más de alguna vez (véase mi comentario sobre "El diario de Bridget Jones" para más noticias), el prototipo de mujer liberada que nos ha legado el feminismo sesentero no es una radiante nueva diosa con la que entablar un nuevo Pacto de Alianza, sino unas criaturas desorientadas y extraviadas, competitivas e individualistas, con las cuales no hay alianza posible de que funcione. Bien, una de las modelos femeninas que existen es la Bridget Jones que sigue empantanada en una mentalidad baby boom, de conseguirse un hombre para el fornicio, y tenderse en la cama pensando en Inglaterra (el caso de Bridget Jones) o en Chile (mis queridas compatriotas); reemplácese el país por el de procedencia de usted, amable lector, y ya tiene el punto. El otro modelo femenino es la perra infame que razona con los nueve dígitos superiores al cero del sistema decimal: "1.- Soy mujer; 2.- La mujer ha sido siempre oprimida por el hombre; 3.- El gusto por oprimir está en la naturaleza del macho; 4.- Si dejamos al macho controlar un poquito la relación, estamos perdidas; 5.- Luego, la supervivencia exige aplastar para no ser aplastada; 6.- Cualquier crítica en contrario de una fémina, es porque es tonta y no se ha liberado; 7.- Cualquier crítica en contrario de un varón, es porque trata de controlarnos; 8.- Luego, como nadie tiene argumentos para contradecirme, tengo la razón; 9.- Luego, la mujer es superior y debe aplastar al hombre, y como; 1.- Soy mujer; 2.- La mujer ha sido siempre..."; y etcétera. Frente a eso, ¿qué pueden hacer los hombres? Hay algunos que son unos carajos, vale, y se merecen un par de patadas por detrás y delante. Pero los otros, los buenos chicos, que son así de brutalmente descalificados, ¿qué pueden hacer? Hundirse en la espiral. Y así es como todos ustedes, humanitos, se van al despeñadero. Nada como ser gato, para aparearse en época de celo, y ahorrarse todos estos trámites...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es, quizás, la peli más profunda y dolorosa de los hermanos Farrelly, es la madre de las comedias antirrománticas, y desde luego que no se merece los comentarios incendiarios que ha desatado en todas partes. Los hermanos Farrelly se han construido una carrera con el desmadre políticamente incorrecto, a punta de pelis interesantes como "Loco por Mary", pasables como "Amor ciego", o derechamente bodriosas como "Irene, yo y mi otro yo". Pero hay aquí un elemento nuevo. Las pelis anteriores eran desmadre por el desmadre. Incluso en pelis como "Amor ciego" había regusto a moralina. Aquí, en cambio, no hay moralina. Lo que hay, es una cruda y descarnada visión sobre cómo están las relaciones de pareja hoy en día. Muchos han encontrado a esta peli repelente; bien mirado, lo repelente no es la peli en sí (no es una obra maestra, pero tampoco es mala, o por lo menos, no sensiblemente peor que otros subproductos hollywoodenses al uso), sino el retrato de una sociedad horrible, narcisista, egoísta y ególatra, plagada de seres que gritan a los cuatro vientos ¡AMÉNME, AMÉNME, RECONÓZCANME COMO SU SUPERIOR! (de ahí la profileración de blogos, YouTubes y fotologos autorreferentes que en el 99,9% de los casos no le importan a nadie, y que cuando su autor se percata de que nadie lo erige como su nuevo dios, suele abandonar sin ceremonia alguna), sin que en cambio se preocupen de ellos amar a nadie, y aunque esto es técnicamente una EEE ("Estrategia Evolutivamente Estable"), ¿cómo diablos se supone que funcione para nadie, si es que todos quieren lo que nadie está dispuesto a dar? En esta peli, como en la vida real, todos los personajes están encerrados en su burbuja y se construyen una realidad propia a medida, y cuando la realidad de a de veritas choca con ellos, se emperran con manía casi psicótica en amañarla, con distintas estrategias y un mismo resultado. Así, la esposa estalla en explosiones neuróticas cada vez que algo no sale como ella quiere, el maridito que aparece como una pobre e inocente víctima reacciona mintiendo y deslizándose furtivamente por los márgenes como una asquerosa rata de alcantarilla, y la tercera chica del triángulo en realidad se dedica toda la vida a negarse a ver aquello que no quiere ver. A la vez, no conocemos el trasfondo de la esposa malvada y no sabemos desde dónde salió tanta mala leche, pero sí que conocemos bien el trasfondo del "jovencito de la peli" (nunca peor dicho, sea de paso, porque este tipo, de honorable nada), ahogado por un padre dominante que lo descalifica cada vez que trata de pensar por su cuenta, y un "mejor amigo" que hace lo mismo, para desquitarse a su vez porque este mejor amigo está en las garras de una esposa que hace lo propio con él. Por otra parte, la "chica perfecta" que se niega a ver las cosas en alarde de escapismo psicológico, también vive en el seno de una familia represora y métomentodo, cuyo primo le hace la guerra al prota no porque el prota esté casado y sin siquiera darle una oportunidad, sino simplemente porque se le ha puesto entre ceja y ceja que su primita debe casarse con su mejor amigo, y punto, así es como son las cosas, y así decido yo, y yo sé lo que es mejor para ti, demonios. Como pueden ver, en realidad nobody loves nobody. Otra razón para que la gente la haya rechazado: prefieren una bonita fantasía edulcorada con Jennifer Lopez o Sandra Bullock en el protagónico y con final feliz de postre, a una peli valiente que se atreve a denunciar, por muy que sea en tono de comedia (negrísima, eso así, y más que un poco procaz en varias partes) los males del amor, o ese sucadáneo liofilizado que algunos envalentonados por la ignorancia aún se atreven a llamar así, en la civilización moderna.

-- Todo lo anterior hubiera podido dar para un drama desolador. En cierto modo lo es, en particular durante la traca final, en la que todo el panorama se vuelve tan deprimente y dark, que realmente podemos olvidarnos de que estamos frente a una comedia; eso, por no hablar del final, el cual después de que todo parecía más o menos enrielarse durante los últimos veinte o veinticinco minutos de peli, descubrimos que no hay salida posible, que estamos de regreso en la casilla número uno, y que nada va a cambiar en definitiva (además, ¡cómo Ben Stiller le hace eso a Eva Longoria, por Dios Santo, qué hombre criminal!).

-- Ben Stiller. Le debe la piedra miliar de su fama actual a los Farrelly con "Loco por Mary", vuelve otra vez con ellos, y hace un papel que, bien mirado, es casi el reverso de sus héroes idealistas aplastados por la vida. Estamos aquí ante una cruda parodia de personajes como el galán aproblemado, pero de buen corazón, que interpretara en "Mi novia Polly", y en otras comedias como adorable perdedor. A diferencia de sus otros papeles, en los cuales gracias a su gran corazón consigue salirse con la suya, aquí todo le sale merecidamente mal porque en el fondo es una rata de lo peor. Quizás por eso esta peli no le gustó a nadie; a lo mejor esperaban otro papel con Ben Stiller haciendo de gran héroe. Entiendan de una vez: ésta no es otra reconfortante fabulilla de Hollywood para venderte el día, sino un muestrario condensado de lo que tienes en la punta del tenedor.

-- El resto del elenco acompaña de lo más bien. Malin Akerman, con un currículum no muy vistoso, aquí muestra academia e interpretación, y posee un talento natural para la comedia, un poco en plan Cameron Díaz, pero con mala leche; consigue, entre otras cosas, el casi imposible de que su personaje, a pesar de todo lo vil y patético que puede llegar a ser, transmita también algunos buenos sentimientos, y hasta te caiga bien dentro de todo lo monstruosa que puede llegar a ser. Michelle Monaghan, por su parte, quien hizo roles pequeños en "La supremacía de Bourne" y "Sr. y Sra. Smith", y saltó a la fama como esposa de Tom Cruise en "Misión Imposible III", está aquí más bella que nunca, y consigue bien darle el tono vaporoso a su chica bella, pero frágil, pero... ¿ideal...? No se puede decir del resto que sean grandes figuras actorales, pero lo hacen bien, y se alinean bien con la trama y los personajes. Por cierto, mención aparte para el rapidísimo cameo de Leslie Easterbrook como la madre de la ex-novia del prota (la que se casa con otro y lo invita al matrimonio); sí, a sus venerables 58 años se conserva de lo más bien, la veterana actriz que fuera el sueño húmedo ochentero de muchos vistiendo la ceñidísima polera de la dura Sargento Debbie Callahan, en "Locademia de Policía" y secuelas.

IDEAL PARA: Entender por qué demonios el mundo sentimental está como está, los divorcios siguen aumentando, y los matrimonios disminuyendo, y en definitiva nadie está feliz con la vida sentimental que tiene (y también, porque nadie en realidad se merece la felicidad).

"Virgen a los 40" (2005).



-- "The 40 Year Old Virgin". Estados Unidos. Año 2005.
-- Dirección: Judd Apatow.
-- Actuación: Steve Carell, Catherine Keener, Paul Rudd, Romany Malco, Seth Rogen, Elizabeth Banks, Leslie Mann, Jane Lynch, Gerry Bednob, Shelley Malil, Kat Dennings, Jordy Masterson, Chelsea Smith, Jonah Hill, Erica Vitina Phillips.
-- Guión: Judd Apatow y Steve Carell.
-- Banda Sonora: Lyle Workman.

-- "Virgen a los 40" en IMDb.
-- "Virgen a los 40" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Andy es lo que en chileno se llama un "buen chato", un tipo opaco y mortecino que trabaja en su tienda de electrónica, con compañeros que no lo miran muy en mucho, que ve "Survivor" con sus vecinos vejetes del piso de arriba, que le gusta coleccionar muñequitos frikis pero sin sacarlos de la caja para que no pierdan su valor comercial... El clásico tipo que todos deberían tener como amigo porque es buenorro y bienintencionado, pero que nadie quiere tener como amigo porque es buenorro y bienintencionado, miren cómo es la vida de perra. Por esas vueltas del destino, la banda de compañeritos de la tienda de electrónicos discurren una partida de póker, y como no tienen con quién sumar gente, deciden invitar al Cretinoide Enmascarado. Y éste va. Como suele suceder en reunión de hombres, el tema recula en las chicas (y en las reuniones de chicas, tres cuartos de lo mismo, pero a la inversa... o no tan a la inversa, así como anda la experimentación hoy por hoy...). Uno a uno van sacándose trapitos al sol, hasta que descubren uno mayúsculo: Andy no tiene ninguno. Sí, es un grandote de 40 años que nunca ha pasado por el túnel de la machacha machafa. Lo que desatará una crisis inevitable en todo el ecosistema. Porque el resto de los depredadores tratan de hacer que su congénere abandone el vegetarianismo (y la X-Box, de paso) y se dedique a depredar mujeres, como buen Machus Fornidus de la manada. La jefa, por su parte, empieza a considerar que el pobrecito, a lo mejor, siendo virgen, uh, no sé, podría querer un poco de entrenamiento... Aparece para colmo una chica de la tienda de enfrente, que se muestra muy simpática y suelta... con la que algo podría pasar... si ella no fuera no sólo madre, sino una joven abuela... Creo que después de ver esto, agradezco haber perdido la virginidad a los... a los... a los... en serio, ¿creen que lo voy a confesar acá, yah punks?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En el horizonte del promediando 2000 ha aparecido un nuevo tipo de sujeto, los llamados "adulkids". Son personas adultas, pero con alma de niños. Que se niegan a crecer. A madurar. A hacer lo que sea que la sociedad diga que tienen que hacer los mayores. Ya aparecen algunas casas más allá, los llamados TANK ("Two Adults, No Kids"), parejas que andan en la treintena y que prefieren gozar y pasarla bien con dos sueldos, en vez de arrojarse de cabeza del matrimonio a la maternidad. En resumen: la sociedad entera quiere seguir siendo joven. Y, bien mirado, ¿por qué no? ¿Quién demonios, aparte de la Sacrosanta Iglesia Católica, dice que después de los 25 te titulas, te casas, y te amargas la vida con una hipoteca a putocientos años que cuando la terminas de pagar, te mueres y tus hijos venden la casa para que allí construyan un moderno edificio de departamentos...? Por supuesto que esta prolongación de la adolescencia crea algunos inconvenientes. Por ejemplo, la vida sexual se torna más complicada, porque el antiguo y aburrido, pero seguro, universo de las relaciones estables, it's gone forever, baby. "Virgen a los 40" toca bastante de frente esa situación, y es una película muy de la época. ¡Ah! Y además, buena, faltaba más.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Como señalé, es un gran retrato, algo exagerado, pero en esencia correcto, de lo que es ser adulkid en los 2000. El prota lo es. Colecciona monitos y figuritas clásicas (no sólo el muñeco del Hombre Nuclear, sino también... ¡el jefe del Hombre Nuclear! Eso es ser nerd... perdón, friki). Juega PlayStation, o X-Box, o lo-que-sea-esa-consola-con-asiento-incorporado. Sabe mucho de electrónica, pero nada de chicas. Y maldita falta que le hace, en realidad. ¿Qué mejor descripción cabe?

-- Es una gran película de maduración. Ya se sabe que en el cine y en la televisión, así como antaño en la literatura, el tema del "personaje niño que debe aceptar resposabilidades y madurar" (léase "Buffy la Cazavampiros" para un magnífico ejemplo reciente... no, "Héroes" creo que no entra aquí) ha dado siempre mucho jugo, pero no siempre es tocado con todo el respeto que se merece un tema tan humano como éste. Aquí sí. El protagonista no es un niñato malcriado, sino un adulto que se mira a sí mismo como adulto; y madurará cuando entienda que crecer no significa amoldarse al rígido cartón que los mayores quieran imponerle, sino aceptar responsabilidades y jugársela por ellas.

-- Steve Carell. Este comediante que ha sobrepasado la cuarentena en roles de cuarto de pelo en TV, y algo de cine ("Todopoderoso", "Melinda y Melinda", "La Hechizada") se vio repentinamente propulsado a una merecida fama con este rol. Imaginen a un Jim Carrey, con algo menos de gesticulación, y un sentido mayor de la autoironía. Su personaje tiene la gracia de que, por debajo de toda la gesticulación y las morisquetas, es un tipo inteligente que hace cosas inteligentes, no un payaso del tres al cuarto que trata constantemente de mantener a la audiencia a tope. Simplemente estupendo.

-- Katherine Keener. El contrapunto romántico de Steve Carrell derrocha simpatía y carisma por el expediente de no hacerse la simpática ni carismática. Ambos, como pareja, tienen una química entrañable, no esa que nace de la pasión desbocada y sexual, sino del cariño y del respeto mutuo. Juro que si una chica así me pide matrimonio, mañana mismo me caso... o quizás no (tengo el resto de la noche para pensarlo y arrepentirme, y quizás mañana la dejaría plantada en el altar con enorme dolor de mi alma, y juro que me dolería más a mí que a ella). Volviendo a la peli, ella está simplemente grandiosa; por cierto, la habíamos visto ya en un papel babamorbo, en "¿Quieres ser John Malkovich?", cuando cosas muy turbias pasan entre ella y Cameron Diaz...

-- El guión es simplemente estupendo. En ningún instante cae en la comedia insulsa o boba. No recuerdo haber visto casi ninguna escena de comedia física, como no sea... no, no lo adelantaré. Tampoco hay personajes que uno llamaría "graciosos". Toda la gracia de la película está en las interacciones, en el retrato certero, en la frase punzante. Iba a escribir una vejetustez de tipo "ya no las hacen así", pero por suerte, hay quien sigue haciéndolas así...

-- La hijita pequeña, la Kat Dennings... La que se la pasa varias escenas suspirando (y chillando con toda su garganta) que quiere dejar de ser virgen... Si necesitas ayuda para eso, llámame, ¿vale? Es un trabajo sacrificado, por supuesto, pero alguien tiene que hacerlo...

-- Escenas impagables. El pobre individuo metido en una charla de tipo "todos sabemos que cuando llegamos a la pubertad, los chicos y las chicas comienzan a diferenciarse...". La secuencia en que nuestro heroico Andy se bota a "I'm your man" con una perfecta desconocida, con resultados sorprendentes. Las ideas medias raritas que se le ocurren a la jefa. Todas las escenas de Andy viajando en bicicleta. Todas las escenas de Andy con su casa literalmente convertida en museo de figuritas (quizás de sepulcro de figuritas). Y por qué no decirlo, la desopilante secuencia final de créditos, que por supuesto no voy a ser tan jopú para adelantar de qué va, pero es grandiosa...

IDEAL PARA: Ver una muy seria candidata a "Mejor Comedia de la Década".

jueves, 17 de enero de 2008

"Leones por corderos" (2007).


-- "Lions for Lambs". Estados Unidos. Año 2007.
-- Dirección: Robert Redford.
-- Actuación: Robert Redford, Meryl Streep, Tom Cruise, Michael Peña, Andrew Garfield, Peter Berg, Kevin Dunn, Derek Luke.
-- Guión: Matthew Michael Carnahan.
-- Banda Sonora: Mark Isham.

-- "Leones por corderos" en IMDb.
-- "Leones por corderos" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Más o menos al mismo tiempo en diversas partes del mundo (o sea, de noche en Afganistán, casi al mediodía en Washington y empezando la jornada académica universitaria en California), se entrelazan los destinos de varios personajes, porque la Guerra Contra El Terror es tan planetarik que no puede ser contada sino en ese molde ciclópeo que se llama "película coral". En California vemos como un impecable profesor universitario, de los que apestan a doctorado, cita a un estudiante universitario a su oficina, para tener una amena charla sobre lo clásico: qué te inspira en la vida, dónde estás parado, por qué antes tenías tanto interés en mis bellas y apolíneas clases y ahora ya no asistes a ellas; y en el mejor plan "El Conde Lucanor", le cuenta al discípulo desmotivado la historia de dos alumnos que, enardecidos con la retórica incendiaria del profesorcito, deciden ir a enrolarse para pelear en Afganistán. En Washington, de manera paralela, vemos como un prominente congresista, llamado ocho años atrás "la joven y brillante chulopromesa del Partido" (el Partido Republicano, se entiende), le confiere una gran entrevista de nada menos que una hora, y sin las tiburonadas de un asistente de prensa vetando preguntas, a una periodista liberaloide que otrora contribuyó a propulsar su carrera; y en esta entrevista detalla como el Gobierno tiene un brand new plan para derrotar, ¡por fin!, al Terror (si el Terror fuera derrotable, no tendríamos una decena de Pesadillas o de Martes 13, genios...). Y en Afganistán, vemos a los dos soldados que antaño iban a las lecciones del profe universitario de California que ya vimos, siendo enviados a la ordalía militar según el nuevo plan promovido por el congresista republicano al que también ya vimos, y que está siendo cómodamente entrevistado en su oficina con aire acondicionado, en Washington. Al cabo de aproximadamente una hora, los destinos de estos tres grupos humanos habrán quedado decididos. O algo así. Y nosotros seguiremos adelante, supongo, preguntándonos cómo es que todos los controles democráticos fallaron para darle el poder a un... a un... a un... Bueno, a George W. Bush.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Desde que el 11-S, un puñado de jihadistas precipitaron abajo dos grandes torres gemelosas en los Estados Juntos de América, las cosas ya no volvieron a ser iguales. Porque de pronto ese mundo postPerestroika, postMuro-de-Berlín, en que todos éramos amigotes y podíamos sentarnos en el club a decidir cómo iba marchando el mundo, se fue para siempre. Desde el 11-S, el mundo se dividió, una vez más, entre amigos y enemigos. Amigos son los que acatan la Voluntad y los Mandatos del Unico Dios, Nuestra Deidad Suprema el dios totémico Aguila Calva. Enemigos son todos los que se niegan a llevar ofrendas al altar del Unico Dios, Nuestra Deidad Suprema el dios totémico Aguila Calva. A los amigos se los explota calladamente, y ellos deben estar agradecidos de pagar tributo por su propia protección (política Mafia, al mejor estilo "Los Intocables", que la llaman); a los enemigos, como los herejes impíos e idólatras que son, debe perseguírseles, acorralárseles, y ya que las hogueras están pasadas de moda, llevar a cabo campañas de asesinato de imagen o de bombardeo con bombas inteligentes, según sean yankiboys o chicos de la barriada del planeta. Desgraciadamente para los neocon que promovieron esta visión del mundo, que sería peregrina de no ser por la cantidad de muertos de las que con sus ideas fascistas son directamente responsables como criminales y genocidas, el Aguila Calva resultó ser un dios no demasiado poderoso, y sus alas no pudieron cubrir a sus boys en Irak y Afganistán. Llegó entonces la hora en que el pueblo yanki descubrió que a lo mejor, tímidamente, podía protestar, y surgió la oposición silenciosa contra el gobierno. Silenciosa porque está en las encuestas del 2007, en las cuales George W. Bush es un cadáver político, o mejor dicho un zombie político, pero aún así, nadie se atreve a tirar piedras en su contra... o ir al cine a ver esas películas que de tanto criticar al Gobierno, también critican a los Estados Agrupados de América, y ¡ah, no! eso sí que no...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Primera prevención: estamos frente a un tipo de cine muy especial. Esta es una peli de cine político. Recordemos que el cine político tiene una larga tradición en Hollywood ("Sacco y Vanzetti", "Todos los hombres del Presidente", el cine de Oliver Stone, etcétera). El cine político es, por definición, tendencioso, porque su primera pretensión no es realizar grandes obras maestras del arte (aunque incidentalmente puedan serlo), sino servir de vehículo para un determinado mensaje de fondo. Quizás por eso en los '90s se vino abajo; un tipo de cine discursivo y retórico como el cine político de toda la vida no podía mantenerse en una década tan políticamente correcta y preocupada por no pasar a llevar a ningún grupo humano, que hasta le pusieron jefa mujer a James Bond para que no pasara por machista. El cine político sólo vino a resucitar, y eso a medias, con "Fahrenheit 9-11". Desde esta perspectiva, es claro que el grueso de las críticas negativas que recibió esta peli no tienen, en realidad, justificación. No quiero decir que ésta sea una gran peli, ni mucho menos, pero desde luego que no se merecía toda la mala prensa que le achacaron desde diversos medios. Por de pronto, sigue siendo mejor que el 90% de entretenimientos descerebrados que son el cine del 2007 y años inmediatamente precedentes. ¿Y es una buena peli de cine político (no de cine a secas, sino de cine político). La respuesta es positiva. Porque cumple con todo lo que se espera de este tipo de cine: personajes que encarnan posiciones políticas determinadas, debate y argumentaciones, tópicos de actualidad tocados de manera descarnada, y un determinado discurso vehiculado a su través. Todas estas cosas, se las critican a la peli como si fueran defectos, pero apuesto a que si no las hubieran incluido y hubieran hecho las cosas de manera distinta, hubieran criticado a esta peli por ser poco jugada... ¡Palos porque bogas y palos porque no bogas!

-- La estructura de historias múltiples siempre es arriesgada, y es el motivo básico por el cual tantas pelis corales ("Crash" o la sobrevalorada "Magnolia") terminan estrellándose. Si cuentas una historia, basta con hacerla interesante y listo. Si cuentas varias, no sólo todas ellas deben ser interesantes, para que el espectador no se mosquee cuando lo sacas de una y lo metes a otra, sino que todas deben ser interesantes de manera pareja, para que el espectador le guste el espectáculo completo. En ese sentido, podemos decir que la peli es "buena", como promedio entre una historia "muy buena" (la del senador y la periodista), una "buena" (la del profesor universitario en California), y una "mediocre" (la de Afganistán). No debe ser casualidad que la historia más mediocre y menos interesante de todas, la de Afganistán, es justamente la menos política y menos analítica de las tres, porque apela directamente al chantaje sentimental, a mostrarnos con los dos pobres soldaditos, lo malas y crueles que son las guerras, BUAHHH-BUAHHH, asunto que fue mucho mejor tratado en "Fahrenheit 9-11", y sin recurrir a escenas bélicas (y cargando igual o peor la mano en el discurso). El debate entre el profesor universitario y su alumno, por su parte, es interesante debido a que refleja la confrontación entre el ciudadano apático y el ciudadano motivado, aunque se ve lastrado porque la premisa obliga a que el profesor tome una posición de autoridad como profesor, y por lo tanto, su opinión pasa por ser LA opinión de la peli (además, el profe viene interpretado por Robert Redford, que es justamente el director, así es que...). Y el debate entre el congresista neocon y la periodista liberal es interesante en grado sumo, porque aquí las tintas no están cargadas: la periodista arrincona varias veces al congresista con sus preguntas, pero por otra parte, el congresista también le asesta golpes bastante duros a la periodista (brillante es el análisis de la responsabilidad de los mass media en la promoción de la Guerra de Irak). Lástima que este segmento se vea malogrado por un final demasiado cliché (la periodista termina sufriendo una crisis de conciencia y casi renuncia a su golpe periodístico por idealismo, etcétera). Pero en fin.

-- Robert Redford. Hablaremos de él como actor aquí, pero veamos su dirección. Al igual que Clint Eastwood, que pasó de laureado actor a brillante director, Robert Redford ha construido varias películas con un enfoque clásico del cine; es de la vieja escuela, es cierto, pero cuando la nueva escuela es puro pegoteo visual al estilo MTV, se echa de menos a alguien que haga bien las cosas. Como Eastwood. Como Redford. En su currículum como director, el señor Redford tiene "Gente como uno", "El secreto de Milagro", y queda enaltecido por la brillante e injustamente olvidada "Quiz Show: El dilema". Aquí Redford muestra una vez más una mano sólida y firme; no será una peli "artística", claro está, pero está más que bien dirigida, casi sin ripios (como no sea los derivados de un guión a ratos deficiente, pero en fin). Además, consigue el casi imposible de ser discursivo sin sonar panfletario, lo que está más que bien. (Bueno, lo de panfletario, omitamos el sangrante diálogo "Rome is burning, son"...).

-- Las actuaciones son impecables. Robert Redford está más que lucido como profesor universitario. Se pone sobre la tarima, es cierto, aprovechándose de su condición de director, pero luego no la da por sentado, sino que se preocupa de desarrollar un personaje bastante interesante, con algunos trazos mínimos y reveladores; cuántos profesores no hay por ahí, que tratan de ser así de discursivos y pedantes, tratando de guiar e insuflar en sus alumnos el espíritu de la rebelión contra el sistema, y después, cuando algunos de ellos salen demasiado fieles al ideario que se les inocula, prefieren recular y decir "pero es que mira, no sé, no era tan en serio la cosa"... Sería casi un insulto elogiar a Meryl Streep, porque ella siempre está over-the-top, y aquí no es la excepción (incluso consigue que su papel se vea creíble hasta en la muy increíble pataleta final "quiero mi conciencia de vuelta"); también hay su dosis de mordacidad en su personaje, que si bien es "de los buenos" según el discurso de la peli (periodista liberal y anti-Guerra del Terror) y le asesta varios golpes al congresista republicano, también se ve forzada a admitir que su propio trabajo ha contribuido al desastre de la guerra. Y oigan, lean esto, porque no creo llegar a escribirlo de nuevo: Tom Cruise, hasta actúa... ¡Sí, por una vez! En algunas escenas se le sale otra vez el niño chulo que siempre ha sido (a veces pareciera comportarse como el abogado chulomijo de "Cuestión de honor"), pero en otras, hasta te olvidas que estás frente a Tom Cruise y de verdad consigue imitar los ademanes y la arrogancia de los congresistas, sin caer en el estereotipo del político "y si esa periodista no se la traga, pónele una bomba, HAHAHÁ".

IDEAL PARA: Ver cine político de la vieja escuela, adaptada para los nuevos tiempos.

"Enemigo íntimo" (1997).


-- "The Devil's Own" (título original en inglés), "La sombra del diablo" (título en España). Estados Unidos. Año 1997.
-- Dirección: Alan J. Pakula.
-- Actuación: Harrison Ford, Brad Pitt, Margaret Colin, Rubén Blades, Treat Williams, George Hearn, Mitch Ryan, Natascha McElhone, Paul Ronan, Simon Jones, Julia Stiles, Ashley Carin, Kelly Singer, David O'Hara, David Wilmot.
-- Guión: David Aaron Cohen, Vincent Patrick y Kevin Jarre, basados en una historia de este último.
-- Banda Sonora: James Horner.

-- "Enemigo íntimo" en IMDb.
-- "Enemigo íntimo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

1972. Una devota familia de irlandeses está tranquilamente dando las gracias a esa criatura de ciencia ficción llamada "Dios", cuando de pronto la protección divina se les acaba, y la familia es limpiamente masacrada por un grupo de sicarios. En respuesta, el pequeño hijo superviviente decide que la vida es una mierda, después de todo, y se hace terrorista (¡gran boceto de la psicología del personaje, yeah!). Pero como a comienzos de los '90s son malos tiempos para el IRA (la peli es de 1997, pero está ambientada en 1992-93), pues bien, el hijo pródigo de la nación irlandesa se marcha para buscar nuevos horizontes en América. Su red de contactos lo instala entonces en el sótano de la casa de un policía rodeado de mujeres, su esposa y sus tres hijas (¿así, tan fácil, a un perfecto desconocido... UN POLICÍA...?). ¿Creen ustedes que nuestro mijo terrorista escarmienta? Pues no. Porque a medida que se hace amiguete con el polizonte, también empieza a las andadas, buscando comprarse armas para el IRA y seguir fomentando la revolución, los bombazos, los niños destripados por el C-4. Lo de siempre, vamos. ¿Alcanzará nuestro poli a descubrir los pasos en que anda su nuevo protegido, antes de que a su familia le pase algo malo, muy, pero muy malo...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Así como en el post 2000 los terroristas musulmanes son la moda, en los '90s tenían presencia significativa los malos del IRA, el Ejército Revolucionario Irlandés. Entre las pelis con "malo IRA" están "Lluvia de fuego", "Juego de patriotas", "El juego de las lágrimas", y un pequeño etcétera (no contamos "En el nombre del padre" por no ser los malos del IRA, pero a los protas los confunden con gentes del IRA); todas ellas presentan un retrato bastante poco favorable, por no decir poco interesante, de estos terroris, obviando el contenido político de sus proclamas a favor de la espectacularidad de la bomba volando un tranquilo y soñoliento pub inglés. "Enemigo íntimo" trató de hacer algo así como plegarse a la moda. Alguien discurrió que era buena idea entonces juntar a dos chulolindos como Harrison Ford y Brad Pitt, con la vieja fórmula "estrella consagrada vs. estrella ascendente". El problema es que el tiro salió por la culata porque ambas estrellas se miraron con odio en los ojos. Ford consideraba a Pitt como un entrometido advenedizo, y quería que la peli fuera sobre su personaje de policía. Pitt, por otra parte, ya se había hecho un lugar con "Entrevista con un vampiro", "Leyendas de pasión", "Los siete pecados capitales" y "Doce monos", así es que no estaba para dejarse chulear por ese viejecito gagá que alguna vez fue Han Solo e Indiana Jones, pero es que ahora son los '90s y tú al asilo, Ford, ¿OK? El resultado del choque de egos fue todo lo predecible que podía ser. Y si defecación es el nombre del juego, pues bien, hagámosla con estilo y contratemos a Alan J. Pakula, hombre con un prestigio bien ganado como dire de pelis de thriller político ("Todos los hombres del Presidente", "La decisión de Sophie"), pero que por decirlo vulgarmente, ya no estaba para esos trotes, como que sus últimas pelis habían sido "Juego de adultos", y en particular la desastrosa "Informe pelícano", tan mala que no la dieron en el cable ni los cuervos de Cine Zeta; por cierto, y para la trivia, un misericordioso accidente de tránsito que cegó de una manera muy bizarra la vida del señor Pakula poco después (un camión soltó por accidente un tubo de metal que cayó sobre su cabeza, lo sacó del camino y lo mató), a la arterioesclerótica edad de 70, le impidió seguir cayendo aún más bajo... ¡Misteriosos son los caminos de la Providencia!

¿POR QUÉ VERLA?

-- Algunos secundarios. Porque de los protas, ni hablar: Harrison Ford hace como que se esfuerza y a veces le resulta hasta creíble, pero mucho menos que en otros roles, mientras que Brad Pitt está claramente a disgusto y verlo actuar es algo parecido a que te metan un enema hasta el esófago. Pero desde su trinchera, Natascha McElhone se defiende bastante bien; en aquellos años la McElhone era la secundaria de lujo en pelis como "Sobreviviendo a Picasso", "El show de Truman" o "Ronin", y algo después en el "Solaris" de Soderbergh, pero por alguna razón desconocida nunca consiguió capitalizar su talento en una carrera actoral de serie A. Otro tanto ocurre con Margaret Colin, y es que el personaje de Harrison Ford no se merece una esposa como ésa (quizás si se hubiera esforzado más en actuar). Y casi para la trivia, aparece como hija mayor de Ford, una Julia Stiles hecha una cría, antes de transformarse en la promesa joven que a estas alturas del partido ya no es promesa ni es joven tampoco (su caída en picado ha llegado hasta el remake de "La profecía"). Mención aparte merece también la banda sonora de James Horner; por cierto, digamos que el señor Pakula usa la música incidental con contención, un poco al estilo del thriller setentero, en el cual es más importante el ruido ambiente (o el silencio ambiente) que extorsionar emocionalmente al público con música estridente que le diga qué debe sentir a cada instante. Aparte de eso, todo el resto está fatal. La subtrama del policía compañero corrupto, interpretado por el latino Rubén Blades para más inri, simplemente sobra, y además, por ser el compañero latino del héroe, ya sabemos de entrada que va a morir (en "Harry el Sucio" el compañero latino se la sacó más barata, sólo lo enviaron al hospital, pero es que ése no era corrupto). La película insiste en echar por la borda el suspenso del thriller, a favor de crear ambiente dramático con los personajes, opción que es suicida si los actores que interpretan a los personajes echan más tiempo en putearse unos a otros, que en actuar bien. Además, la historia del tráfico de armas es más lineal que las "curvas" de Kate Moss. Y ni hablar del final, precedible a más no poder.

IDEAL PARA: Hmmm... Hmmm... No, la verdad es que no se me ocurre para qué o quién podría ser ideal esta película. ¿Quizás para treintonas enamoradas de Brad Pitt, o cuarentonas enamoradas de Harrison Ford...?

domingo, 13 de enero de 2008

"ChilePuede" (2008).


-- "ChilePuede". Chile. Año 2008.
-- Dirección: Ricardo Larraín.
-- Actuación: Boris Quercia, Javiera Contador, Willy Semler, Hugo Arana, Álvaro Rudolphy, Bélgica Castro, Cristián Arriagada, Luis Corvalán, Catalina Saavedra, Antonio Quercia, Christian Michaelsen, Felipe Castro, César Arredondo, Sergio Hernández, Rodrigo Gijón.
-- Guión: Boris Quercia.
-- Banda Sonora: Andreas Bödenhofer (director musical).

-- "ChilePuede" en IMDb.
-- "ChilePuede" en la Wikipedia en castellano.

¿DE QUÉ SE TRATA?

¿Has tratado de poner alguna vez a un astronauta chileno dentro de un cohete espacial? Es más fácil hacerlo con un chimp, pero you know, los chilenitos son del tipo cobardón, así es que el tipo no lo hace fácil. Pero colocan al cristianito en el cohete y lo lanzan. El problema es que el proyecto en masa es dirigido por un empresario que le debe una puñeta de sueldos a sus empleados, y con evidente falta de profesionalismo, éstos eligen el peor momento para protestar: cuando está por lanzarse el famoso misil. Nuestro empresario queda solo, pero como él es un empresario chileno, pues me cago en los putos esclv... perdón, sierrrvss d'l'gleb... perdón, yanacon... perdón, empleados que trabajan para él, así es que cuando éstos se marchan, hace el lanzamiento igual, con un par. Y pasa lo inevitable, considerando que era un proyecto chileno: fácil es lanzar al pobre desgraciao, pero hacerlo bajar... Y ya la tenemos liada. Por un lado tenemos al centro espacial haciendo cruces para ver si un milagrito consigue traer de regreso al chimp... perdón, al chilenito en órbita. Por el otro tenemos al Pentágono, que por una serie de reflexiones militares dignas del Doctor Insólito, ha llegado a la conclusión de que eso allá arriba es un satélite de Al Qaeda y está listo para echarlo abajo por cualquier medio. El Gobierno de Chile, por su parte, hecho unos monos porque el lanzamiento fue hecho sin autorización oficial. La noviecita del astronauta, por su parte, está en la mira de un periodista sin escrúpulos que quiere obtener el golpe noticioso del siglo. Y si creían que Mi Tovarich El Oso RRuso descansaba, están locos, porque un ex técnico de las Soyuz anda rondando por ahí. ¡Ah! Y en medio de todo esto, tenemos a nuestro heroico astronauta, con una cara de panfilengo que no se la puede, completamente desconectado del hecho de que está a punto de convertirse en la primera animita chilena espacial...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Que el mundo se prepare... para esto. Desde el lanzamiento de "Sexo con amor" el año 2003, los Estudios Chilechitá se han convertido en un referente para el cine chilen... ¡Bah, a quién quiero engañar! Chilechitá es el nombre comercial para el sistema bancario, de ese Ejército Cinematográfico De Un Solo Hombre que es Boris Quercia. Alguna vez actor de teleseries, Quercia se ha consolidado como el gran referente de la comedia cinematográfica chilena. Cierto es que cada nueva entrega suya es más tirapabajo que la anterior, que "El rey de los huevones" no tiene tanta gracia como "Sexo con amor", y que "ChilePuede" anda por las mismas, pero en fin, menos agua da una piedra. O "Viva el novio", que para el caso es casi lo mismo. Ahora, siguiendo un proyecto del fenecido Roberto Bravo ("perdón, ¿ridículo... o ridículos...?"), Boris Quercia sacó adelante una peli sobre la carrera espacial, una carrera espacial en la que aparece el humilde Chile enfrentado a la gran superpotencia, conquistando el espacio con sabor a vino tinto y empanadas... Sí, se puede conquistar el espacio de una manera aún más lastimosa que los vejetes de "Vaqueros del espacio", que alguna dignidad tenían entre incontinencia e incontinencia urinaria...

¿POR QUÉ VERLA?

-- No se dejen engañar por el hype. La peli, sin ser brillante, está bastante bien. En el fondo, no se trata de la carrera espacial. Se trata de los chilenos, de cómo son las cosas en Chile, y de nuestras, ejem, relaciones, con el resto del mundo. En esto, la peli es mucho más certera que otros supuestos retratos modernos de la chilenidad (léase "Radio Corazón" y otros hypes por el estilo). Pasan todas las catástrofes que podrían pasar en Chile si se intentara algo así. Hay un visionario soñador que quiere las estrellas para Chile, y resulta que este visionario soñador es también un ladino y sinvergüenza (por suerte no es empresario forestal, o si no estaríamos... bueno, más o menos como estamos en la actualidad con nuestro bosque nativo). Este visionario soñador envía a un astronauta elegido por sorteo... perdón, me equivoqué, por concurso, y por supuesto que éste, el chilenito medio, no tiene la más p**a idea de cómo se están c*g***o sobre él. A su vez, este astronauta tiene una noviecita que en vez de apoyarlo, resuelve dejarlo porque su noviecito tiene un sueño y espera más de la vida que ser el padre y proveedor de alimentos de la señora y los retoños (así es como se congestionan después los Tribunales de Familia, ¿vieron?). Por encima de ellos está un Gobierno que, en vez de apoyar los proyectos de sus ciudadanos, decide perseguirlos para que USA no deje de usar vaselina cada vez que hace lo suyo con Chilito. Y si piensan que todo esto es Ciencia Ficción, piensen en el Transantiago; ahí también metieron la gamba hasta el fondo del cohete. O acuérdense del primer satélite artificial chileno. No, no me refiero al Fasat Bravo, que fue nuestro verdadero primer satélite, sino a su malogrado antecesor, el Fasat Alfa...

-- Los chistes a costa de soviéticos y estadounidenses están un tanto sobados, pero más de alguno está bueno. Tener al pesadote de Felipe Castro hablandou comou un yanki pidhiendhou que le thomen fothou junthou a monumenthou nacional es un chiste barato, casi de programa de TV, pero a cambio, los delirantes argumentos que llevan al Pentágono a afirmar que el asunto es todo un operativo de Al Qaeda, serían muy graciosos de no ser porque alguna vez los he escuchado, pero en serio... Hay genialidad en situaciones como aquella en la que el milico yanki señala que Chile difícilmente podría estar en la carrera espacial, porque se trata de un país que, según los informes, cada vez que llueve se inundan las calles... (eso es efectivo, Su Señoría). Por otra parte, el ruso-loco-pero-no-tan-loco tiene también su momento de genialidad, cuando dice que corrió la carrera espacial por espíritu deportivo, y que desde el fin de la Guerra Fría, Estados Unidos corre solo, y remata eso con un sentido "qué triste"... Y ya no hablemos de ese fugaz fotograma en donde vemos el interior de la cárcel de Guantánamo, un chiste negrísimo a más no poder, y por lo mismo, muy efectivo.

-- La dirección de Ricardo Larraín es discreta, pero efectiva. Larraín lleva casi dos décadas profitando de su primer éxito, su opera prima "La frontera", aunque es responsable de haber llevado a cabo el único biopic chileno sobre O'Higgins a la fecha ("O'Higgins, vivir para merecer su nombre"), además de conseguir que la neumática y siempre bebestible Maribel Verdú actuara para una peli chilena ("El entusiasmo"). Aquí está discreto, pero como el guión está en manos de Boris Quercia (además de la llave que chorrea monedas para la peli), no puede arrancarse con pretensiones de cine arte.

-- Los actores no están descollantes, pero cumplen con lo suyo. Boris Quercia hace su mismo rol de siempre, el eterno chileno medio, medio colgado de la brocha, y lo hace bien (era que no, si él financia la peli). Willy Semler hace también su rol de siempre, como empresario medio lunático... Javiera Contador está suculent... perdón, interpreta a la noviecita del astronauta, y recrea bien el prototipo de la chilena histérica que cuando su maridito quiere ser algo más, pone el grito en el cielo. Alvaro Rudolphy hace también su rol de siempre, de galán duro-cínico-pero-con-corazón; el problema es que su papel y subtrama enteros, que se suponían era una crítica de los mass media en Chile, al final sale sobrando porque no termina de enganchar con la trama principal. Bélgica Castro como el tovarich loco está estupendo (además, ¿en cuántas pelis han visto ustedes que los rusos sean los héroes?). Mención especial para el gran Luis Gnecco, en el papel de un Ministro de rol y nombre indeterminado, pero que me parece haber visto en alguna otra parte... (¿no se parece un poco a usted, señor José Miguel Insulza?). Por cierto, mejor olvidémonos de los comandos yankis, responsables de algunos de los momentos más penosos de la peli...

IDEAL PARA: Ver de manera distendida y relajada, obtener algunas risitas, y escuchar más de alguna frasecita odiosa de contrabando.

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