11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 1 de abril de 2007

"O'Higgins, vivir para merecer su nombre" (2007)


-- "O'Higgins, vivir para merecer su nombre". Chile. Año 2007.
-- Dirección: Ricardo Larraín.
-- Actuación: Julio Milostich, Nicolás Pinto, Héctor Noguera, Daniel Muñoz, Benjamín Vicuña, Elsa Poblete, Diego Muñoz, Pedro Vicuña, Daniela Jacques, Jessica Vera, Laura Fuentes, Vittorio Yaconi, Pablo Ausensi, Víctor Montero, Rodolfo Pulgar, François Soto, Mario Santander.
-- Guión: Andrés Kalawski y Ricardo Larraín.
-- Banda Sonora: Andreas Bodenhofer.

-- "O'Higgins, vivir para merecer su nombre" en IMDb.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Chile, puro es su cielo azulado, yace en hora oscura. El Ubermensch O'Higgins ha sido derrotado, el guerrillero Manuel Rodríguez se ha tomado el poder, y pareciera que ya nada detendrá al satánico Imperio Español en su maligna empresa de reconquistar Chile, ¡vive Dios!. Pero no saben que se miden con... ¡¡¡O'HIGGINS!!! ¡¡¡BUAAAAAAAHHHH!!! ...O'Higgins el Grande. Y éste, cual Jack Bauer, se recupera de sus heridas, recluta gente, y emprende el viaje a Maipú, en donde se está librando la batalla decisiva. Los malvados españoles son derrotados, y Chile pasa a ser independiente, bajo el Director Supremo... ¿quién más? Sin embargo, la odisea del Cristo O'Higgins recién parte. Por un lado, le debe lealtad a la siniestra Logia Lautarina, que le permite gobernar en tanto no levante olitas contra sus masónicos intereses. Por el otro están los antiguos aristócratas, que ven bien eso de la libertad y la independencia en tanto eso signifique una libertad darwiniana que permita a todo el mundo competir tal y como están las cosas (o sea, sin quitarle nada a nadie, en particular títulos, blasones, privilegios, etcétera, porque hay igualdades e igualdades, mire usted). Además, el Mártir O'Higgins tiene una señorita para las necesidades de la carne, que en su miopía femenina no comprende que está emparejada con un héroe, con el Mesías Redivivo, y por ende, usa su mezquina cabecita sólo para pensar en ella misma y su comodidad, en vez de la grandeza de Chile. Bajo el fuego cruzado de todas partes, el Mesías O'Higgins tratará de redimir a la patria toda, o morirá en el intento (o peor aún, terminará derrocado, desterrado, etcétera).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

¿Qué hace el General Gato, cuya fuente de información es el cine, y secundariamente el cable, comentando un telefilme, y chileno más encima? La explicación va como sigue. En el siglo XIX, los historiadores nacionalistas chilenos, con un espíritu digno del gran Theodore Mommsen, construyeron una mitología patria en torno a los grandes héroes nacionales, y dejaron a O'Higgins en un estupendo sitial, a pesar de que su idea de gobierno no era la nación toda o la democracia, sino el puro y simple cesarismo a la Napoleón. Pero eso bastó. Ahora en el 2007, acercándose el bicentenario de Chile (que, por cierto, debería ser celebrado el 2018, y no el 2010), el Canal 13 UCTV decidió hacer una serie de telefilmes sobre los grandes personajes patrios, llamándolo bajo el título genérico de "Héroes", y con el vergonzoso subtítulo de "La gloria tiene su precio" (Jack Bauer estaría de acuerdo con esto último). El de O'Higgins es el primero, y... salió... cómo decirlo... No está mal. Desde cierta perspectiva.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Como recreación histórica, no diremos que vale un pimiento, pero sí es un tanto inexacta, y parece ser que eso, a propósito. La distorsión de bulto más grande es omitir toda traza de los gravísimos conflictos que sostuvo Bernardo O'Higgins con la Iglesia Católica, el peor de los cuales fue la creación del Cementerio General, abierto para todos y no sólo los católicos, algo explicable porque, después de todo, era la realización de un canal católico, lo que explica también por qué le cargaron tanto la mano a los masones como los villanos de la historia (ahora bien, de que los masones dejaron botado a su suerte a O'Higgins, de esa manera fue), siendo que en Chile, el tema de la Masonería sigue siendo tabú (o de lo contrario se ganarán la ira de masones tan ilustres como Ricardo Lagos o Michelle Bachelet). Más osado fue pintar a los aristócratas y privilegiados como villanos oficiales, y eso sí se agradece, en paricular con la prepotencia que han mostrado siempre a lo largo de la historia chilena.

-- Como entretenimiento o filme de época, funciona notablemente bien. Salvo algunos manierismos fílmicos varios (como poner la sombra de Bernardo O'Higgins contra un muro en donde se ha escrito un graffiti con su nombre), la cinta se sostiene bastante bien. El mérito principal recae, por supuesto, en Julio Milostich, quien interpretó a un Bernardo O'Higgins que es ante todo un ser humano, sin caer en el cliché del hombre apesadumbrado por el destino, y recitando bastante bien diálogos que, en algunos casos, eran imposibles sobre el papel. Recitar las palabras del discurso final, que son las que más o menos se pronunciaron en la ocasión, y hacerlo con naturalidad a pesar de su barroquismo, es una especie de hazaña. Mención especial se lleva también el gran Héctor Noguera, como Ambrosio O'Higgins, el padre del prota, a pesar de que su papel (que aparece en flashbacks) tiene algunos diálogos especialmente malos.

IDEAL PARA: Ver una película histórica chilena que consigue no verse acartonada.

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