11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 29 de septiembre de 2011

"El juego del miedo VI" (2009).


-- "Saw VI". Canadá / Estados Unidos / Inglaterra / Australia. Año 2009.
-- Dirección: Kevin Greutert.
-- Actuación: Tobin Bell, Costas Mandylor, Mark Rolston, Betsy Russell, Shawnee Smith, Peter Outerbridge, Athena Karkanis, Samantha Lemole, Tanedra Howard, Marty Moreau, Shawn Ahmed, Janelle Hutchison, Gerry Mendicino, Caroline Cave, George Newbern.
-- Guión: Marcus Dunstan y Patrick Melton.
-- Banda Sonora: Charlie Clouser.

-- "El juego del miedo VI" en IMDb.
-- "El juego del miedo VI" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

¡El agente Strahm es aplastado inclemente por una prensa, y ya no hostigará más! Cinco minutos de peli y una línea de comentario, y ya tenemos el spoiler de cómo terminaba la anterior. (Por otra parte, es poco probable que alguno de ustedes haya visto o tenga interés en ver la anterior. O que sepan quién coño es el agente Strahm. O que les importe, por lo demás. Y quizás, ustedes hacen bien). Ahora, pareciera que nada se va a interponer en la misión del malvado detective Hoffman, el sucesor de Jigsaw (otro spoiler... que tampoco a nadie le interesa). Que ahora ha evolucionado porque las pruebas ya no se tratan de juegos individuales sino de verdaderas pruebas de competición estilo reality: uno gana, el otro se muere. Pero como de costumbre, las cosas no van a ser tan fáciles. Porque queda un cabo suelto: la pizpireta y encantadora viuda de Jigsaw, que esconde sus propios secretos. Y en flashback, por su parte, vemos a un muy cabrón agente de una compañía de seguros que por supuesto se enfrentará a su propio destino, cuando sea obligado a participar en una de las pruebas de Jigsaw. En estricto rigor, considerando como todo va confluyendo, todo debería estar arribando ¡al fin! hasta el esperado final. Que por supuesto no llegará: al año siguiente, en 2010, vendrá otra secuela más.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Considerando que "El juego del miedo" era casi una peli de estudiantes de liceo, resulta casi un milagro que la franquicia se haya extendido para estrenar secuelas a ritmo de una por año ininterrumpidamente entre 2004 y 2010. Incluso da para una fórmula mnemotécnica: para saber de que año es una entrega de Saw, debes sumarle tres y anteponerle "dosmil...". Así: "El juego del miedo 6", le sumas 3 al 6, le antepones "dosmil" y tienes dosmilnueve. El caso es que, con una enorme cortedad de miras, los guionistas de la primera "El juego del miedo" hicieron que Jigsaw estuviera muriéndose de cáncer, la prueba más flagrante de que no estaban pensando ni de lejos en que la cosa diera para mucho. Y claro, como tenerlo eternamente enfermo iba a ser al final un cachondeo padre, lo mataron en "El juego del miedo III" (otro spoiler que a nadie le interesa), y lo reemplazaron por el cachondeo padre de un sucesor de Jigsaw sin ningún carisma para ser el sucesor de Jigsaw, y recuperando a Jigsaw y los personajes muertos vía flashback, qué manera tan tramposa de mantener a los seres queridos de los fanáticos con ellos. La segunda trilogía de Jigsaw ("El juego del miedo IV", "El juego del miedo V" y ésta) resultó básicamente mierda pinchá en un palo, por lo que los niveles de espectadores de "El juego del miedo VI" cayeron en picado aunque, curiosamente, ésta es la mejor de las antedichas tres, casi-casi al nivel de la trilogía clásica (lo cual dice algo de los fanáticos, que demoraron todas esas pelis en caerse de la burra. Ejem). Los productores muy contentos anunciaron que "El juego del miedo VI" cerraba una segunda trilogía, y que ahora se venía una tercera que, ahora sí que sí, cerraba definitivamente la historia de Jigsaw. El batacazo padre hicieron que debieran reconsiderar, y gracias a Bastet, la cosa se quedó en una secuela más (que no es Saw VII sino "El juego del miedo 3-D", adivinen por qué), que sí que sí es el final de la saga, o eso se supone al menos, que ni para direct-to-DVD dio el asunto (bueno, eso quizás sea un consuelo, hay algo de dignidad en matar una saga con una peli estrenada en cines, en vez de dejarla arrastrarse por el direct-to-DVD). Lo que hay que hacer para ganarse los porotos en esta vida... (Ahora una apuesta para los lectores: ¿Quién adivina cuánto tiempo pasará antes de que venga un reboot en forma...?).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Dejando por sentado que esto es de interés sólo para los heroicos y esforzados cinéfilos que hayan llegado hasta estas alturas de la saga, y que meterse a ella a estas alturas sin haber visto ninguna entrega antes es lisa y llanamente insano, digamos que "El juego del miedo VI" está bastante bien, en comparación a las dos entregas anteriores. Quizás el cambio de director y de guionistas le hizo bien a la franquicia que ahora sale de RCP para ir a ocupar cama en la UCI, lo que es una mejoría mínima, pero mejoría al final del día. Los antiguos tonos de videojuego cyberpunk en la pantalla son minimizados en beneficio de una paleta de pasteles que hacen recuperar un poco la estética original de la saga, y le hacen una bendición increíble a los cansados ojos de la audiencia. En cuanto al contenido, la megahistoria de la sucesión de Jigsaw encuentra un final, que no es un gran final (de hecho, es un final bastante idiota, bien mirado), pero es un final y eso se agradece. Las pruebas vuelven a ser interesantes, y aunque se traiciona la idea de que uno debe morir por culpa de sus propias (erróneas) elecciones poniendo a la víctima principal como juez y verdugo de algunos otros tipos sin opción a defenderse, puede justificarse esto considerando que no es Jigsaw quien arma la trampa sino su sucesor (un poco como en "El juego del miedo III" había trampas que eran insolubles porque la armaba Amanda y no el mismo Jigsaw). Las historias de flashbacks no suenan como algo descoyuntado, sino que ayudan de verdad a iluminar lo que está ocurriendo en el presente, y eso también se agradece (elemento de conexión que faltaba en los flashbacks de las dos entregas anteriores). En resumen, que considerando cada peli de éstas no como un ente autónomo (que no lo son) sino como un episodio más en una megasaga global, éste es de los episodios con un cierto interés por verse, en particular si has atravesado por el árido desierto de "El juego del miedo IV" y "El miedo del juego V". Pero si no lo has hecho... Detente en "El juego del miedo III", y te harás un mayor favor. O si eres más purista y exigente, con la "El juego del miedo" original ya puedes ir parando, y te ahorrarás no sólo cerca de diez horas de tu vida, sino además el horrible tema de X Japan para "El juego del miedo IV"...

IDEAL PARA: Esos incansables maratonistas que han venido aguantando cinco entregas, CINCO, de su festival de torture-porn favorito.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 25 de septiembre de 2011

"La chica explosiva" (1985).


-- "Weird Science" (título original en inglés), "Ciencia loca" (título en México), "La mujer explosiva" (título en España).
-- Dirección: John Hughes.
-- Actuación: Anthony Michael Hall, Kelly LeBrock, Ilan Mitchell-Smith, Bill Paxton, Suzanne Snyder, Judie Aronson, Robert Downey Jr., Robert Rusler, Vernon Wells, Britt Leach, Barbara Lang, Michael Berryman, Ivor Barry, Ann Coyle, Suzy J. Kellems.
-- Guión: John Hughes.
-- Banda Sonora: Ira Newborn.

-- "La chica explosiva" en IMDb.
-- "La chica explosiva" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

¿Qué puedes hacer cuando estás en educación secundaria, tus hormonas bullen y te empujan a meterle salchicha al hot dog, pero eres un pringao y los matones del cole te hacen la vida imposible? Una alternativa sería encerrarte en tu pieza a inyectarte Lacrimosa a la vena, pero a mediados de los '80s es altamente probable que Tilo Wolff estuviera apenas en la labor de aprender a usar el urinario en sustitución de los pañales, así es que no es una opción. Otra alternativa es lisa y llanamente suicidarte, pero entonces no habría peli. Y la otra es... ¡crear tu propia chica! Sé que suena estúpido, y se ve en la pantalla tan estúpido como realmente es, pero es que oigan, eran los '80s... El caso es que usando unas habilidades de hacker que te emulsionas en todo lo que se llama ropa interior, uno de los dos chicos protas de la peli simplemente diseñan a la hembra ideal. Y después de una tormenta eléctrica galvánica con rayos cutremente pintados, aparece... ¡Kelly LeBrock! Eran los '80s, así es si querían una chica por todo lo alto, la LeBrock era una más que mejor elección. La chica es todo lo que un adolescente espinilludo adicto a estas pelis podría ser: neumática, anhelante de servir a sus creadores/amos masculinos (claro que, haciendo honor a su condición femenina, en las condiciones que se le pegan la regalada gana a ella), y con superpoderes que pondrán a todos los enemigos de nuestros protas en su sitio. Juntos, este trío se las arreglará para que los dos adolescentes den el paso de la infancia a la adultez (metafóricamente hablando para esquivar la calificación X en su tiempo, claro está), hacerse hombres, aprender que la gente te querrá por lo que eres y no por lo que tienes (WHA...?), etcétera. Ehm.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Hoy en día, friki la lleva. No en balde, una de las más populares sitcom yankis nowadays viene siendo "The Big Bang Theory" (que dicho sea de paso, no es que sea una gran cosa, pero ya saben cómo es esto), mientras que afuera las pelis de superhéroes y los clones de "El Señor de los Anillos" arrasan en la taquilla. Increíble, ¿verdad? Pero en los '80s, la relación friki-"normal" era exactamente la opuesta, y el friki era lo que su sonido delata, un "freak". ¿Te gustaban las computadoras? FREAK! ¿Te gustaba la ciencia ficción? FREAK! ¿Te gustaban las pelis de gamberradas juveniles? FREAK! ¿Usabas tu cabeza para algo más que hacerte un peinado cool? FREAK! Er... bueno, eso último ya no sé si es freak o no, pero rinde más créditos hacer como que piensas que pensar efectivamente (lo dice un gato que ha visto metaleros, góticos, otakus y otras infraclases sociales que se jactan de manera un tanto presuntuosa de "pensar", cuando en realidad son tan clasistas y borregos como los "normales" y echan a cualquiera que se atreva a usar la cabeza, por "disidente"). ¿En qué estaba? Ah, sí, el frikismo. El maestro indiscutible del angst adolescente en los '80s fue, sin lugar a dudas, el señor John Hughes, que creó varias de las pelis clásicas sobre ser adolescente en aquellos turbulentos años: "Se busca novio", "El club de los cinco", "Un experto en diversión"... "La chica explosiva" puede ser considerada como la aproximación autoral y doctoral de John Hughes al tema del frikismo. Signifique eso lo que signifique.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Los '80s fueron una gran década para la ciencia ficción: fue la época de "Blade Runner", de "Terminator", de "TRON", de "E.T.", de "Volver al futuro", de... bueno, de esto. Porque sincerémosnos. Esta peli no era demasiado buena en su tiempo, y no ha envejecido demasiado bien (como no hablemos de la dinamita Kelly LeBrock, que sí se ha quedado bien en el celuloide, mientras que en la real life... bueno... lo siento mucho, señores). La idea en sí misma no es mala, salvo que seas un viejo amargado que piense que el único cine valedero son los dramones suecos o la denuncia de la represión contra las mujeres en el mundo musulmán. Pero el problema es que se ve casi como un episodio de "Mi bella genio" alargado. Después de todo, salvo que en un caso la chica viene embotellada desde Arabia y en el otro ha sido creada mediante... ¡¡¡CIENCIA!!! ...sigue tratándose de la fantasía lúbrica de la chica que vendrá desde "allá arriba" a resolverte tus problemas. Y si pudieron sostener casi media década de capítulos con Barbara Eden en los '60s, por qué no iban a hacer eso en los '80s... Pero claro, después de los primeros quince minutos en que, con la consabida referencia al "Frankenstein" de 1931 (¡coloreada, para que sea más '80s!), vemos la creación de la chica y la espectacularidad de Kelly LeBrock en tanga de lycra y polera corta (muy ochentero y agradecido todo el conjunto, ehm), viene la pesada losa de alargar la cosa para que llegue hasta la horita y media siquiera. Con un guión que en realidad es una acumulación de episodios molones sin mucho sentido, no hay mucho que se pueda rescatar. Kelly LeBrock está puesta para ser EL cuerpo (y cumple con creces, no en balde había sido el objeto de deseo en "La chica de rojo"), y a medida que promedia la peli consigue sacarse, no diré una actuación superlativa, pero sí entablar una relación emocional con los protas, que por su parte están bastante queribles. Mención especial por lo freak, es ver al macarra de ¡¡¡ROBERT DOWNEY JR.!!! como uno de los matones que hostigan a los protas, y de ¡¡¡BILL PAXTON!!! como su milico hermano mayor. Y la escena final no tiene demasiado sentido y contradice las escenas de conclusión de los veinte minutos anteriores, salvo hacer un chiste fácil a costa del cuerpo de Kelly LeBrock (y yo que me quejo, que nadie lució en los '80s un leotardo de lycra como ella), y quizás dejar abierta la puerta para una secuela que, loada sea Bastet, jamás llegó (aunque hubo serial de televisión, en la cual el relevo de Kelly LeBrock fue tomado por Vanessa Angel... Bastet, mi cerebro va a reventar de información inútil el mejor de estos días). Quizás no sea casualidad que después de esta peli no volvimos a ver en el cine a Kelly LeBrock por cinco años. O sea, mi General Gato, Ud. no la recomienda, ¿no? Buenoooooo, digaaaaaamoooooossssss... ¿Cómo anda tu nostalgia por los '80s? Si te gustan las pelis de instituto con chicas en leotardos, puede que aguantes. Incluso que te diviertas. Después de todo, el soundtrack instrumental es del mismo tipo que musicalizó "Y dónde está el policía". (Ojo, Kelly LeBrock aparece en ropa interior en una sola secuencia, en leotardos en otra, y desnuda en una tercera y mostrando sólo piernas y espaldas, así es que si la vas a ver por afán lúbrico, ya te lo advertí, ¿eh?). O si quieres ver algo livianito-livianito. Pero de lo contrario, la peli puede resultar un tanto decepcionante, incluso para los estándares de lo que entendemos por comedia adolescente ochentera. (Dato freak para la trivia: entre la morralla de electro ochentero que presenta el soundtrack, hay un tema de la banda industrial alemana Killing Joke... seriously).

IDEAL PARA: Nostálgicos sin remedio de los '80s.

VIDEOS.

-- Creación de un monumento nacional: primera aparición de Kelly LeBrock en escena [en inglés... como si alguno de ustedes fuera a leer subtítulos, ehm].

jueves, 22 de septiembre de 2011

"Proyecto Brainstorm" (1983).


-- "Brainstorm". Estados Unidos. Año 1983.
-- Dirección: Douglas Trumbull.
-- Actuación: Christopher Walken, Natalie Wood, Louise Fletcher, Cliff Robertson, Jordan Christopher, Donald Hotton, Alan Fudge, Joe Dorsey, Bill Morey, Jason Lively, Darrell Larson, Lou Walker, Stacey Kuhne-Adams, John Hugh, Ira David Wood III.
-- Guión: Robert Stitzel y Philip Frank Messina, basados en una historia de Bruce Joel Rubin.
-- Banda Sonora: James Horner.

-- "Proyecto Brainstorm" en IMDb.
-- "Proyecto Brainstorm" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Enchúfate el casco, y ya estás mirando por ojos que no son los tuyos. Paladeando gustos que no están en tu boca, oyendo sonidos que no llegan a tus oídos. Se trata de lo último y más chupi de lo chupi, un casco que te permite experimentar sensaciones tal y como si estuvieras ahí. Y no lo llamamos "telepresencia" ni "realidad virtual" tampoco porque la peli es de 1983, y por lo tanto, esos conceptos no pensaban ni en existir para aquellos años. El jefazo jerifalte de los jefes está saltando en una pata, porque hay oportunidad de forrarse de dólares con el aparatito. ¡Imagínense las posibilidades! ¡Podrían inyectarse al cerebro las sensaciones de un corredor de pole position sin haber estado nunca sobre un bólido F1, o saltarse a la montaña rusa desde la seguridad del WC de su casa! (Andando el metraje, la peli se hace cargo de otras aplicaciones un poco más obvias, como por ejemplo porno con una warra que permite justificar una fugaz escena de topless, o acaso alguien creía que Internet lo iban a usar para otra cosa que no fuera descargarse fotos de Samantha Fox en bolas). Pero las cosas nunca salen tan sencillas. En primer lugar, resulta que para el trabajo del diseño final del producto de cara al marketing (¡llame YA y ordene su cascovisor a domicilio! ¡Satisfacción ga-ran-ti-zada!), llaman a la antigua esposa del científico responsable (Natalie Wood, buenorra en su última aparición en pantalla, junto a Christopher Walken), generando cierto ambiente porque la actual pareja del científico es también la corresponsable del proyecto. Aparte, la científica de marras se lleva un choque de los buenos contra los milicos, porque verán, al final el money venía del Pentágono, y la Compañía quiere resultados, por las posibles aplicaciones militares del asunto. Esto origina choques de esto y de esto otro, y las cosas se van a poner más interesantes cuando a la tercera del triángulo, la que no es ni Natalie Wood ni Christopher Walken y por lo tanto es más prescindible, le viene un ataque de los mayúsculos, y graba toda la experiencia en una cinta. Ahora, Christopher Walken (nuevamente libre para liarse con Natalie Wood, y sale ganando con el cambio) y su antigua esposa emprenden la cruzada de sus vidas, para que su invento sirva a la ciencia y no a la destrucción, y además, hacen un descubrimiento crucial que...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Hoy en día, conceptos como "realidad virtual", "realidad aumentada", "telepresencia", "ciberespacio" y similares están perfectamente asimilados en la cultura contemporánea. Pero así como para nuestros papis la TV era todavía una cosa media rara, y la radio para nuestros abuelitos, hubo una época en que tales avances computacionales eran todavía... ¡¡¡EL FUTURO!!! ¡¡¡BUAAAAAÁ, TENGAN MIEDO!!! Piénsenlo. ¿Qué hubieran dicho las gentes de 1983, hace casi treinta años, si ustedes les hubieran dicho que iban a pasar la mitad de su tiempo o más, en una vida virtual que incluye revisar correo sin papel, encontrarse con gente en esa especie de coffee-shop inmaterial que es Facebook, o leer prensa sobre cine sin prensa como lo es este blog Cine 9009? Estamos hablando de un tiempo en que acababa recién de salir el computador personal de las fábricas, en que la información se guardaba ¡¡¡EN CINTAS MAGNETOFÓNICAS!!!, etcétera. Puede decirse que "Proyecto Brainstorm" es la peli pionera sobre el tema, de no ser por un desafortunado accidente: su actriz protagónica, Natalie Wood, había fallecido en 1981 de una manera demasiado lamentable para meter el dedo en la llaga aquí... y sin terminar el rodaje. La peli quedó varada en lo alto de la montaña, y entretanto en lo que a realidad virtual se refiere, tomaron el testigo "TRON" (de 1982), y "Videodrome" de David Cronenberg (también de 1983). A los tumbos, en medio de constantes peleas de Donald Trumbull con los estudios, el rodaje pudo terminarse con grabaciones de archivo y con dobles de cuerpo de Natalie Wood (el resultado es impecable y no se nota, en todo caso), pero la peli llegó tarde. Sin la espectacularidad de "TRON" (que por lo demás también había resultado un fracaso insigne en la taquilla) ni la profundidad filosófica de "Videodrome", esta peli resultó un fiasco en toda regla. Inmerecidamente, por lo demás.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Aunque generalmente se suele datar los inicios del cyberpunk cinematográfico con "Blade Runner" de 1982, lo cierto es que esa peli dejaba fuera un importantísimo aspecto del imaginario cableta: la realidad virtual (el cyberpunk se considera fundado oficialmente con la novela "Neuromante" de William Gibson, de 1984, en que sí se aborda extensivamente el tema de la realidad virtual, y de hecho, el prota es un cableta). En paralelo a "Blade Runner", la ya mencionada tríada de pelis fundó en el cine la realidad virtual tal y como la conocemos, cada una desde su ángulo propio. "Proyecto Brainstorm" lo hizo con un tratamiento muy realista y high-tech (bueno, para la época), a diferencia de "TRON" (de corte claramente más fantástico) y "Videodrome", que simplemente no le preocupa la tecnología sino que la usa como pretexto para las obsesiones clásicas del cine cronenberguiano (que por cierto, encajan de maravillas con el Zeitgeist del asunto en ese tiempo). Bueno, lo de high-tech es relativo, claro, si se considera la ida de olla mayúscula que esta peli se manda al final, pero en general el tratamiento es más próximo a lo que se veía en revistas y artículos de divulgación científica estilo Muy Interesante, que a una estética más propiamente cyberpunk. Y esto último puede verse como una virtud o un defecto, a según, porque por un lado le confiere una verosimiltud única, y hasta da cuco y todo a ratos, pero por otro, la hace lucir un poco outdated, casi como si estuviéramos viendo una serie B de los '50s o algo así. Lo dejo a la discreción del público.

-- En el apartado netamente cinematográfico, la peli es lisa y llanamente espectacular. Imagino que las secuencias de pura y simple montaña rusa no deben resultar demasido espectaculares hoy en día, en comparación a su tiempo (en particular en el cine), pero a cambio, las que vienen después, alucinaciones puras y duras en el mejor sentido de la palabra, son sobrecogedoras. Douglas Trumbull apenas dirigió dos pelis (ésta es la segunda, y quedó tan cabreado con los productores de Hollywood que se retiró del cine para siempre), pero fue director de efectos visuales en pelis tan seminales como "2001: Odisea del espacio" (ahí es nada), "Encuentros cercanos del Tercer Tipo", "Viaje a las estrellas: La película" y "Blade Runner", y acá aprovechó de arrojar toda su experiencia a la parrilla. Quizás el arte de hacer efectos visuales utilizado para "Proyecto Brainstorm" esté pasado de moda en lo técnico (ahora todo se resuelve con CGI), pero en términos puramente artísticos, de imaginería visual, sigue siendo tan apabullante como el primer día. Si a eso le sumamos una banda sonora con un James Horner en estado de gracia, el resultado no puede ser sino sobresaliente.

-- Las actuaciones también están bien. La peli se la echan al hombro el trío protagónico, con Christopher Walken más contenido que de costumbre, una Natalie Wood tan radiante como siempre (un cuarto de siglo después de "Rebelde sin causa", y aún así espectacular), y una Louise Fletcher que le confiere dignidad a su personaje a pesar de su patetismo inherente (lástima que después se perdió en subproductos sin mucha enjundia, como que en su currículum figura esa peli de la que ninguno de sus protas quiere acordarse, que es "Seducción de Dos Lunas"). Y tenemos al siempre agradecido Cliff Robertson como secundario. Nada de mal para ponerle guinda al postre. O emoticón al chat.

IDEAL PARA: Ir a la raíz del cine sobre realidad virtual, con una peli de empaque discreto pero cumplidor.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 18 de septiembre de 2011

"Violeta se fue a los cielos" (2011).


-- "Violeta se fue a los cielos". Chile / Argentina / Brasil. Año 2011.
-- Dirección: Andrés Wood.
-- Actuación: Francisca Gavilán, Cristián Quevedo, Patricio Ossa, Jorge López, Thomas Durand, Luis Machín, Stephania Barbagelata, Roberto Farías, Gabriela Aguilera, Marcial Tagle, Vanesa González.
-- Guión: Andrés Wood, Eliseo Altunaga, Guillermo Calderón y Rodrigo Bazaes, con la colaboración de Angel Parra.
-- Banda Sonora: Angel Parra, Chango Spasiuk, José Miguel Miranda y José Miguel Tobar.

-- "Violeta se fue a los cielos" en su sitio web oficial en español.
-- "Violeta se fue a los cielos" en IMDb.
-- "Violeta se fue a los cielos" en la Wikipedia en español.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Violeta está paseándose con su hijo a la búsqueda de alguien que le enseñe a cantar, mientras tanto muchos años atrás (¿"mientras tanto muchos años atrás"? ¿contradictio in terminis? No me miren, la peli venía así) es una niñita chica que tiene problemas con su papi, mientras tanto muchos años adelante es entrevistada en la televisión en blanco y negro, mientras tanto muchos años vaya uno a saber está dedicada al rescate de canciones populares y cosiacas así. Sí, esta peli comienza como uno de esos Conecta-4 con los cuales los cineastas y guionistas tienen tantos orgasmos porque es... ¡¡¡CULTURETA!!! Papi Eisenstein estaría orgulloso. Sí, el que lleva más de medio siglo en la tumba. En fin, hacemos FASTFORWARD por los primeros insoportables veinte o treinta minutos de peli, y los guionistas como que empiezan a acordarse de que en medio de todo tienen que (¡glup!) contar una historia además de crear una atmósfera mental blah-blah-blah, y nos refieren como hay una cantautora medio sonada y entero histérica, que es la Violeta Parra, que en una fiesta de cumpleaños muestra su mala leche diciendo que saben que más, no me canten ná el cumpleaños feliz, que estoy vieja y too, y prefiere una bonita tonada para disimular los años, que no son tantos tampoco, pero es que son los '50s o '60s (la peli no es precisa con las fechas, algo no indispensable en un biopic, pero ayudaría un poco a ponerle suelo a los pies, así es que acostúmbrense), y en esos años, cualquiera over-25 ya estaba pa' vestir santos. El caso es que en ese cumpleañ... er... onomástico, conocerá a un franchute enamorao d'ella porque ha escuchado sus canciones en la radio (oh, aquellos dichosos años en que la cultura europea descubrió... ¡Latinoamérica!). O sea no es franchute sino suizo, pero más o menos la misma cosa. El caso es que se van a Europa, tienen algunas peripecias y desencuentros, después la Violeta Parra se vuelve a Chile para montar su gran empresa o carpa o lo que sea... ya se conocen la historia, supongo. Y si no, bueno... Siempre pueden ver la peli. Supongo. Que si no la exhiben en un cine cerca de ud., pierda ud. cuidado porque más temprano que tarde estará disponible para descarga en Internet. Actividad que sabemos ilegal, por supuesto, pero como la Violeta Parra (la original, no el personaje de esta peli) era comunista y abogaba por los pobres contra los ricos, pues, no creo que se revuelque mucho en su tumba la finada por un download más o menos a su nombre...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Violeta Parra es uno de los personajes más complicados de la cultura chilena del siglo XX. Existe una fuerte probabilidad de que todos los grandes artistas, y Violeta era grande, muy grande, todos ellos lo sean en parte debido a personalidades complejas y conflictivas cuya única salida sea el trabajo creador. No es una ley natural, pero estar en conflicto consigo mismo ayuda. Pero además... ¡ups! ...era comunista. Y ya sabemos que hacer cine del güeno por lo general es una actividad que debe hacer componendas con la derecha. Después de todo, escribir es barato (papel y lápiz), pintar algo más caro (telas y pinceles), pero las pelis cuestan tanto que para conseguir financiamiento, hay que buscarlo en la banca o en los tiburones empresariales que difícilmente van a financiar algo demasiado salido para la siniestra. De esta manera, si se quiere hacer cine pa'l pueblo, cine comunacho, cine-comprometido-compañero, hay que resignarse a que la peli va a ser una mugre desde el punto de vista técnico, que los cuatro patipelaos contratados como actores van a dar lástima, y que en general todo va a tener un nivel de producción horrorosamente bajo mínimos. En Chile se me ocurre como gran excepción la peli "Caliche sangriento", que hecha con cuatro duros es un peliculón, pero alguien que sabe me confidenció una vez la de apuros económicos que pasó Aldo Francia para rodar de manera más o menos decente en lo técnico sus únicas dos pelis ("Valparaíso mi amor" y "Ya no basta con rezar"), que no dio el dinero para más tampoco. Pasa también con las ideas, que un escritor demasiado socialista nunca verá trasladada su ideología con fidelidad a la gran pantalla por eso, por socialista, por crítico con el capitalismo y en última instancia con el imperialismo (por ejemplo, "La guerra de los mundos" de 1953 y "La guerra de los mundos" de Spielberg en el fondo son apologías del fascismo americano, mientras que la novela original de Wells era una crítica salvaje del imperialismo británico). Volviendo al cine, una de las constantes del cinematógrafo es algo que hemos comentado a propósito de otras pelis ("El libertino", por ejemplo, en un registro muy diferente): toda peli sobre artista maldito es potencialmente taquillera por el gancho que tiene el morbo sobre la audiencia (el mismo gancho que tuvieron en su tiempo las noticias de que Britney Spears se había rapado, había mostrado los labios menores bajándose de un auto, estaba en detox, cosiacas así), pero a la vez, para venderla sin que nadie se escandalice, tienen que quitarle al artista maldito todo lo maldito que tenga, y en definitiva dejarlo como una cáscara vacía y un producto cultural inocuo. En Chile ha pasado un poco con Pablo Neruda: el tipo era un compañero y tenía poesía comunacha bastante violenta, pero hoy en día siempre se lo trata en los medios oficiales al menos con una mezcla de reverencia y paternalismo de tipo "era un Premio Nobel, así es que le perdonamos esos desvaríos, pussom"... Neruda solía ser un poeta combatiente (bueno, mediocre o malo, eso es otro cuento, pero eso trataba de ser), y ahora es casi una marca comercial. Violeta Parra era otra de ésas porque, bueno, por varias razones. En primer lugar por comunacha, que los Parra en su tiempo solían serlo (yo no sé ahora, pero algún que otro Parra ha engordado lo suyo en el intertanto, y de la no muy interesante carrera musical de Colombina Parra con Los Ex ya no hablemos). En segundo lugar por ser rota, porque bueno, ella no es gente como uno (una escena de la peli en el Louvre lo escenifica muy bien). En tercer lugar porque era mujer, en un tiempo en que... bueno, ya sabemos. Y además, la criatura ésta no se andaba con genuflexiones con nadie, y esa actitud suele irritar a los mediocres y trepas de siempre, que en Chile vuelan hasta obstruir el sol. No es raro que el culto a Violeta Parra haya quedado durante muchos años encasillado dentro de la izquierda dura, ésa que le interesa el folclor de verdad y no esos guitarreos pasados por agua de las bandas de huasos de la dictadura militar. Y no es raro tampoco que, como una manera de recomponer grietas con el pasado, y ante la imposibilidad de ningunearla (por último, ahí van a estar los porfiados Parra para mantenerla viva porque es una del clan, y los Parra mueven cosas en la cultura chilena), tengan que elevarla a los altares, pero que no sea demasiado filosa. ¿El resultado? Veinte años antes, una peli sobre Violeta Parra hubiera sido un panfleto combatiente visto por cuatro patipelaos con poncho y tomando vino bigoteado en un vaso picado en algún festival de cine improvisado en una peña. En cambio, "Violeta se fue a los cielos", dirección de Andrés Wood, año 2011, es una peli tan amable con el establishment a la que Violeta tanto despreciaba... ¡que a mi lado en el cine había una pareja de snobs y probables gays que mientras esperaban el inicio de la función estaban comentando haberse comprado un libro de Jaime Bayly! ¡Sí, el gay que hizo carrera apadrinado por Mario Vargas Llosa! ¡Qué diría el Santo Padre que vive en Roma!

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos por el director Andrés Wood, que es una rara gema dentro de la cinematografía chilena, y que aquí, más allá de opciones ideológicas, en términos de rodar cine lo hace muy bien. Andrés Wood se hizo conocido por la muy recomendable "Historias de fútbol", y después de pasar un poco desapercibido con "El desquite" y "La fiebre del loco", acabó dando el batatazo con "Machuca". El problema con las pelis de Andrés Wood (sin dejar de remarcar que como cineasta le pone el pie encima al noventa por ciento de los wannabies que quieren hacer pelis en Chile) es que se mete en temas de la chilenidad, pero siempre de una manera demasiado encorsetada, que haya su poquito de retrato y de costumbrismo y su punto de crítica social, sin pasarse al feísmo, pero tampoco sin meterse tanto que vaya a ofender a alguien. Cuando realmente se lanzó a la piscina y rodó "Machuca", la prensa de derecha casi lo demolió (después de todo, la peli dejaba como chaleco de mono al clasismo chileno). Con "Violeta se fue a los cielos", Andrés Wood no se quema demasiado las pestañas, y al final termina rodando una peli de género del artista maldito. Ya sabemos, todos hemos visto unas cuantas, me refiero a esas pelis que se centran en el personaje y su mundo interior y sus conflictivos y torturados demonios internos que se subliman y vierten a través del dolor para crear una gran obra artística, siempre con grandes dosis de comprensión para el personaje para que las audiencias puedan empatizar con éste. Basándose esta peli en una obra de alguno de los Parra, tanta amabilidad no debería resultar extraña. ¿Y funciona? A según el punto de vista. Si te gustan las pelis de ese género, acá vas a estar en tu salsa porque la peli lo hace muy bien, sin las idas de olla que tienen otros cineastas a la hora de cargarles las tintas a cuán negra es la existencia de su biografiado para generar ¡¡¡DRAMA!!! Drama, la peli tiene lo justo y preciso, y juega la baza del "menos es más", de insinuar o de dejar caer pincelazos más que mostrar abiertamente. Ahora bien, si consideras que había mucho más que escarbar en Violeta Parra que sólo su torturada vida interior (su estragada relación con su padre y con su propia femineidad, su adscripción comunista, su contundente crítica social, su sangre media india, su vastísima labor como pionera del rescate del folclor musical, todos temas que la peli toca de refilón pero que no profundiza en ningún instante), entonces la peli queda claramente en deuda. Nuevamente, es una cuestión de opciones para el espectador, sin que podamos decirle desde acá si va a estar bien acunado o no por la peli.

-- Francisca Gavilán. Lo que en otras manos podría haber terminado siendo otro biopic mediocre más, en manos de ella termina siendo un puñetazo demoledor a la jeta. La manera en que construye el personaje es realmente descollante, muy lejos del estereotipo desgraciadamente cierto según el cual los actores chilenos son flojitos, sobreactuados o divos. A través de su actuación vemos a Violeta Parra, la entendemos, incluso empatizamos con ella a pesar de que pensándolo fríamente, muestra una personalidad tremendamente repulsiva. Su Violeta Parra no es una chica histérica que nos muestre lo borde que es mediante pataletas y chillidos histéricos (aunque también, pero pocos, sólo los justos y precisos), sino que nos lo muestra con miradas contundentes, con silencios opresivos, con gestos mínimos. Estamos acá muy lejos de la actuación vulgar del "artista maldito" excesivo en su tormento interior, y nos encontramos con un ser humano que, además, tiene un par de tuercas falladas dentro de la cabeza. La actriz simplemente agarra el personaje, lo interpreta, se lo echa al hombro, y corre con él los cientodiez con vallas y termina de ganadora de cancha con uno de los mejores roles que se han visto en toda la historia del cine chileno.

-- La música. Puede parecer una idiotez remarcar que la peli está trufada de canciones de Violeta Parra si es un biopic de Violeta Parra, pero es que oigan, decisiones más idiotas se han tomado en la historia del cine, incluyendo la de no dejar al personaje artista expresar su obra en la peli sobre el personaje artista. Acá la música de Violeta Parra (en la estimabilísima interpretación de la misma prota Francisca Gavilán) lo envuelve todo y se transforma casi en una fuerza de la naturaleza. A ratos la peli termina transformándose en una especie de largo videoclip sobre canciones de Violeta Parra, pero tratándose de canciones tan potentes interpretadas de manera igualmente potente, y con una estupenda puesta en escena, lejos de transformarse en un defecto se transforma en uno de los puntos altos de la realización. Las canciones de Violeta Parra, dentro de su aparente simplicidad, en esta peli terminan por erizar los pelos. Como lo hace el verdadero arte, supongo. La interpretación de "El gavilán", casi al finalizar la peli, tuvo la santa virtud de callarle la boca al respetable de una manera que cuando salieron del cine, absolutamente nadie hablaba. Se los juro, palabra de General Gato. Cuándo fue la última vez que vieron ustedes algo así.

IDEAL PARA: Ver una peli sobre Violeta Parra que no será la biografía definitiva sobre la artista, pero que está ejecutada de una manera soberbia e impacta.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en español, por supuesto].

jueves, 15 de septiembre de 2011

"La novia vestía de negro" (1968).


-- "La mariée était en noir" (título original en francés), "The Bride Wore Black" (título para distribución internacional en inglés). Francia / Italia. Año 1968.
-- Dirección: François Truffaut.
-- Actuación: Jeanne Moreau, Michel Bouquet, Jean-Claude Brialy, Charles Denner, Claude Rich, Michael Lonsdale, Daniel Boulanger, Alexandra Stewart, Sylvine Delannoy, Luce Fabiole, Michèle Montfort, Jacqueline Rouillard, Paul Pavel, Gilles Quéant, Serge Rousseau.
-- Guión: François Truffaut y Jean-Louis Richard, basados en la novela de Cornell Woolrich.
-- Banda Sonora: Bernard Herrmann.

-- "La novia vestía de negro" en IMDb.
-- "La novia vestía de negro" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Una chica vestida con un sexy traje blanco de noche a pleno día (ya saben a quién le copió Catherine Tramell) llega a un elegante y lecorbuseriano edificio de departamentos, preguntando por fulanito de tal. Al poco se hace evidente que ella no lo conoce, y su intento por infiltrarse fracasa. Fulanito está a punto de casarse, pero la chica no ceja. Con perfecto espíritu de mantis religiosa, avanza recto hacia él cuando está la ceremonia. El tipo trata de conversar con ella, pero ella se hace la misifú, que te digo quien soy, que no te digo, que yo soy la hembra en control aquí. De pronto, la chica suelta una bufanda. El tipo sale por el balcón a buscarla, mientras ella le promete que si se la recupera, le dirá todo. Pobre desgraciado, está a punto de aprender quién realmente es ella... por las malas.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

François Truffaut es uno de los directores más interesantes vinculados a toda esa renovación fílmica francesa conocida como la Nouvelle Vague. A diferencia de unos comienzos que coqueteaban con la herencia del neorrealismo italiano ("Los 400 golpes"), Truffaut se diferenció de otros reaccionarios y carcas que abominaban de todo lo yanki por principio, porque somoh europeoh jolines, y no tuvo complejos en asumir que parte importante de la herencia cultural sigloveintesca, quizás la más importante, era la que venía de lo yanki, y en particular de Hollywood. Claro que en clave distendida e irónica, que una cosa era asumir el legado cultural hollywoodense, y otra muy distinta tomárselo en serio, si faltaba más que un cultureta se rebajara a divertir a la multitud como un pantomimo de feria. Eso explica que Truffaut no haya tenido complejos no sólo en rodar policiales de broma ("Disparen sobre el pianista"), Ciencia Ficción distópica ("Fahrenheit 451", y es que no iba a rodar algo basado en Robert Heinlein, que no llega a tanto el cariño tampoco), o elegantes cachondeos al cine sexy hollywoodense ("La sirena del Mississipi"), sino que además se atrevió a actuar en un rol secundario... ¡en "Encuentros cercanos del tercer tipo", a las órdenes del ese entonces jovencito chico estrella Steven Spielberg! "La novia vestía de negro" nació también como un ejercicio de broma. En aquel tiempo, Truffaut se había encontrado con Alfred Hitchcock, que en esos años ya estaba en decadencia y trataba de sobrevivir pasándose al cine de espías modernizado a lo James Bond (había rodado "La cortina rasgada" y estaba a poco de comenzar "Topaz"), pero que si bien denostado en Estados Unidos porque ya no producía tanto dinero (están majaretas, estos yankis...), en Francia había encontrado un nuevo nicho de admiradores, porque claro, resulta que el cine de Hitchcock, pletórico de toda clase de desviaciones sexuales y hecho para ponerle carne de gallina al público, resulta que ahora le habían descubierto un nuevo valor, que era antiburgués, anticapitalista, una profunda crítica social dentro del sistema producida desde dentro de las mismas contradicciones del sistema burgués que blablablá, y por lo tanto, Hitchcock había subido por el escalafón desde el grado de artesano eficiente al de artista del cine, grado militar del que desde ese entonces no ha sido defenestrado. Truffaut se entusiasmó entonces en producir una "a la Hitchcock", y para rematar la faena, adaptó una novela de nada menos que Cornell Woolrich, tipo en el que antes el propio Hitchcock se había basado para rodar "La ventana indiscreta". Lo que resultó fue una cosa que el propio Truffaut después se encargaría de desdeñar como una de sus pelis más débiles. Y es que lo que se suponía era un homenaje, a las últimas termina siendo más una parodia que otra cosa. Aún así, probablemente por este humorismo involuntario, "La novia vestía de negro" permanece como una de las pelis más populares de Truffaut. Bueno, "popular" al menos en el milieu que sabe que existe cine más allá de Michael Bay. Esta peli tiene por lo tanto el récord de abrir la temporada de caza y saqueo respecto de Hitchcock. Porque a ver cuántos directores no se han forrado imitándole el estilo, el pulso y la pulcritud guionística (¿alguien dijo M. Night Shyamalan?).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Si esperas ver un ejercicio de hitchcockismo aquí, ya puedes irte olvidando. Lo que en Hitchcock está trabajado como un pulcro mecanismo de relojería, acá es bastante más chapucero, por más que Truffaut trata de tomar el enfoque del suspenso sicológico que Hitchcock a su vez había tratado de aplicar particularmente en "Psicosis" (bien) o "Marnie la ladrona" (más o menos). Pero si se ve de manera distendida y con sentido del humor, los despropósitos mayúsculos de esta peli se disfrutan a cien. A diferencia de la elegancia y el overtopismo del cine yanketa, Truffaut tiene bien en claro que está rodando en Francia para "gente como uno", y por lo tanto ese aire flamboyante de Hitchcock en ambientación proleta le da un toque único y especial. A las últimas te olvidas que estás viendo un ejercicio de estilo, y lo rocambolesco de la peli termina por ganarte a punta justamente de eso, de qué despropósito mayúsculo vendrá después. No quiero abundar porque me va a tomar el detallar la trama, y acá lo mejor es adentrarse virgen a la misma. Sólo digamos que es una historia de venganza por parte de una mujer fuerte, y que está muy bien llevada por el cachondo de Truffaut. Además, ¡cuenta con un soundtrack de Bernard Herrmann! ¡Sí, señores, el mismo tipo que musicalizó las mejores pelis de Hitchcock! (y que en esos años ya no trabajaba para el Amo del Suspenso, después de pelearse brutalmente ambos en el rodaje de "La cortina rasgada"). Demasiado divertida como para entrar por la puerta grande de los libros del cine indispensable (esos cánones y listados siempre son elaborados por señorones que ponen pelis serias para dejar claro que ellos también lo son, y así verse más respetables), pero precisamente por eso, mucho más disfrutable que la mayor parte del cine francés de su tiempo y época (o ya puestos, del cine francés de cualquier tiempo y época, que en estirados, a los franchutes no se las gana nadie).

IDEAL PARA: Amantes del cine policial, del cine francés, del cine divertido, y de las mujeres de armas tomar.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 11 de septiembre de 2011

"Cowboys & Aliens" (2011).


-- "Cowboys & Aliens". Estados Unidos / India. Año 2011.
-- Dirección: Jon Favreau.
-- Actuación: Daniel Craig, Harrison Ford, Olivia Wilde, Sam Rockwell, Paul Dano, Clancy Brown, Keith Carradine, Noah Ringer, Adam Beach, Abigail Spencer, Ana de la Reguera, Walton Goggins, Julio César Cedillo, David O'Hara, Raoul Trujillo, Brendan Wayne.
-- Guión: Roberto Orci, Alex Kurtzman, Damon Lindelof, Mark Fergus y Hawk Ostby, sobre en una historia de estos dos últimos y de Steve Oedekerk, basados en un cómic de Scott Mitchell Rosenberg.
-- Banda Sonora: Harry Gregson-Williams.

-- "Cowboys & Aliens" en IMDb.
-- "Cowboys & Aliens" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Se trata de cowboys y aliens. Pues eso. ... ... ... ... ... ... ... ... ¡Qué! Qué están haciendo ahí, por qué no pasan a la sección de El Espíritu de l... er... oh, detalles de la trama... well then... ... ... ...a ver, Daniel Craig despierta en el desierto. Sin memoria, aparentemente. Y con una especie de brazalete tuneado en el brazo que ni bling bling raper, oiga usté. Aparecen unos cazarrecompensas o algo así, la verdad es que no se entiende mucho antes de que los pobres tengan la mala idea de buscarle las pulgas a Craig, y ser diligentemente despachados por él, porque es... BADASS!!! ("diligentemente"... estamos en la época de las diligencias... ¿captan, eh, lo captan...?). En fin, haciéndose con caballos y un perro, nuestro prota dirigirá riendas hacia un pueblo convenientemente llamado Absolución (acostúmbrense, que esta peli tiene más de un nombre significativo: el segundo héroe se apellida Dolarhyde, y el propio prota se llama Jack Lonergan, que fonéticamente en inglés viene a ser Juanito Pistolero Solitario, miren qué macarra suena en anglish y qué triste en el ispañó de toda la vida...). En Absolución, no se le ocurre nada mejor que plantarse frente a un pendejito macarra y enseñarle que por muy hijito de papá que se sea, you don't mess with JAMES BOND POST CASINO ROYALE!!! El problema es que todo hijito de papá tiene un papá precisamente, que en este caso es el Dolarhyde que decíamos, que viene al pueblo a aclarar las cosas, porque su chico será un hijo de puta, pero es SU hijo de puta, y... cuando las cosas se van a poner crudas... volarán los disparos... Pues vuelan, pero no de cowboy vs. cowboy, sino de... bueno, de cowboys vs. aliens, que justo aparecen para recordarnos cuál era el título de la peli en primer lugar. Los aliens son unos cabronazos que secuestran a gente al mejor estilo rodeo (¡con lazos, sí señoh!) y se llevan a los seres queridos de varios personajes, incluyendo al tal Dolarhyde, de manera que éstos tendrán motivación para ir tras ellos. Nuestro prota, como que algo va recordando, y después de mandarse cambiar porque no tiene un ser querido que se le vaya, resulta que sí lo tenía (su esposa), así es que bueno, allá voy yo y mi anillo de poder (bueno, mi grillete de poder), y que se cuiden los aliens del fist que les voy a meter. A todo esto, ¿ya les mencioné que también aparece Olivia Wilde?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Coincidió cronológicamente que los inicios del cine comercial sucedieron en la misma década o a lo sumo en la siguiente a la extinción de la Frontera en Estados Unidos. ¡Si incluso los independientes se fueron a Hollywood porque en esa época era un caserío del Far West o poco menos, y por lo tanto, con menos ley que apretara las tuercas sobre ellos! Nada de raro entonces que el Western como género se transformara en el relato épico de Estados Unidos. Cuando Gene Rodenberry trató de vender Star Trek, dijo que era algo así como un Western en el espacio ("el espacio... la frontera final...", ¿les suena?). Pero claro, andando el tiempo, los viejos y recios valores yanketas de toda la vida fueron naufragando, en particular con la contracultura de los '60s, y además, por qué no decirlo, la gente que había sido joven o niña en la época del Western estaba cayendo como moscas por un simple tema de edad, y por lo tanto, como que la mística iba destiñendo. Surgieron ahí entonces los Western revisionistas, el Spaghetti Western... y la ensalada rusa. Con mencionar que en 1966 se rodó "Billy the Kid contra Drácula", está todo dicho. A pesar de que de tanto en tanto sale algún Western serio que todavía trata de hacernos creer que es posible el rescate ("Los imperdonables" por ejemplo), la verdad es que si vemos que dos de los más impecables Westerns de la primera década del 2000 son remakes ("El tren de las 3:10 a Yuma" y "Temple de acero"), comprendemos que la época de oro ya ha pasado. ¡Después de todo, es la misma década en que se rodó "Bandidas"! En medio de este cuadro, ¿por qué no tratar de hacer Western cruzándolo con otras referencias. Con la Ciencia Ficción, por ejemplo. Idea que andaba rondando incluso a finales de los '80s, como que en "Depredador 2" pusieron como souvenir dentro de la nave extraterrestre algunos pistolones del siglo XIX, sólo por si un eventual Depredador 3 era una precuela ambientada en el Salvaje Oeste (y vaya como se cierra el círculo, que estos extraterrestres en lo físico tienen más de algún dejo al depredador). Tan difícil no se veía, pero se las arreglaron igual para cagarla dos veces ("Wild Wild West" y "Jonah Hex"). La tercera tenía que ser la vencida. Y lo fue. Porque al fin tenemos un Western que incluye Ciencia Ficción, y que FUNCIONA, leñe, FUNCIONA. Parto difícil, pero salió sanita la criatura. Vaya que costó...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Primero que nada, las críticas contra esta peli porque no es OH-MY-GOD the BEST-MOVIE-EVER son para cachetear a los sabidillos y colgarlos al mejor estilo Far West. Porque la peli no será un monumento ni una maravilla, pero es uno de los mejores blockbusters en lo corrido del 2011. ¿El secreto? Que se lo toman en serio. Que le tienen confianza al material. Favreau no trata de repetir la fórmula haciéndose el payaso como en "Iron Man" (un riesgo calculado que funcionó gracias a Robert Downey Jr., en realidad), y nos descarga una peli de acción recia y viril como no se veía en el cine desde los tiempos buenos de Clint Eastwood perforando forajidos. El guión mismo se toma su tiempo para presentarnos los personajes y las situaciones, sin caer en ese feo vicio moderno de apresurarse para saltar de inmediato con los efectos especiales. Lo que es una gran cosa no sólo porque nos hace entrar en ambiente de a poco y hacer que les tomemos cariño a los personajes, sino porque además el CGI para mostrar a los ETs, pues la verdad, es que da un poquito de pena y todo. Las escenas de acción son sólidas y tienen empaque. La banda sonora no es una que va a pasar a los anales del cine, pero es funcional y no chirría en ningún minuto. La historia está un poco al servicio de la peli (o sea, se llama "Cowboys & Aliens", qué otra cosa esperaban, ¿comedia social de costumbres?), pero no tanto que termine transformándose en una autoparodia, o peor, en una comedia involuntaria. La parte de los extraterrestres queda un poco en deuda, porque vaya motivación de mierda que tienen para invadir la Tierra, si parecen los primos hermanos de "Battlefield: Earth", pero en fin... Pero la parte Western es simplemente soberbia, como siempre se deberían rodar esta clase de pelis. Tengo entendido que la cosa no es demasiado parecida al cómic de origen (que comparten título y poco más), pero bueno... no sé... No conozco el cómic original, pero si lo cambiaron, la verdad es que no me quejo.

-- Daniel Craig vs. Harrison Ford. James Bond vs. Indiana Jones. Una dupleta de oro que bien podía haber cagado la peli (aún habemos quienes recordamos cómo parear a Harrison Ford y Brad Pitt en "Enemigo íntimo" parecía una buena idea, y ya ven... o mejor dicho no la vieron... bien por ustedes...). Pero no. Ambos son duros y recios, como corresponde. El de Harrison Ford debe ser uno de sus mejores roles en años, como un militar retirado, reseco y resentido, que a primera vista es un cabrón bastardo hijo de su gran puta, pero que andando el metraje se va revelando su interior de manera natural, sin que chirríe ni nos quedemos como un "ah, sí, ahora se va a volver el bueno porque más o menos es la parte de la peli en donde debería"... Frente a él, el personaje de Daniel Craig es un poco más tópico y menos interesante, pero a este actor se le dan bien los roles de chico rudo, y una vez más lo demuestra con creces haciendo impecablemente un papel que en otras manos podría haber sido un desastre. Olivia Wilde está... buenoooooo... marca pezón en una escena nocturna, y aparece en la clásica escena en que aparece desnuda, pero no hay cojones de mostrarla como corresponde y sólo vemos la parte alta de su espalda y algo de hombro (de "Tron: El Legado" a "Cowboys & Aliens", o de cómo ir copando peli a peli toda la The World History Hollywood). Sam Rockwell por una vez en la vida no destaca por sus insoportables papeles de pirado ("Los ángeles de Charlie", "Iron Man 2"), y compone a un sobrio y muy querible dueño de bar, tanto que ni siquiera le envidiamos ni odiamos porque su esposa sea Ana de la Reguera. Paul Dano como el hijito de mierda también está bien, aunque aparezca poquito (aparece también en "La chica de al lado" y "Petróleo sangriento"... otro que hará del Western su hábitat natural, parece).

-- Hagamos un poquito de sociología barata. Porque una peli como ésta sólo podría haber sido rodada en el 2011, ¿no? Veamos. Es un Western. Una peli de un género típicamente yanketa. En este Western, el Far West es descrito un poco como debería ser, o sea, macho y viril. Un poco salvaje, pero bueno, esto es América, ¿no? Nos gustan los individuos, fuera el sistema, ¿no? De pronto aparecen los extraterrestres. Que son malvados. ¿Qué representan los extraterrestres en el común de las pelis? Usualmente el otro, el que es enemigo. ¡Los villanos son enemigos de AMÉRICA! Por hacerlo más tópico, los héroes son todos tipos con nombre y apellido, mientras que los villanos son el típico malo sin rostro que está puesto para ser masacrado a tutiplén (salvo uno al que se le identifica por una cicatriz, pero que aparece poquito). Y se pone mejor. Resulta que ante la amenaza, el individualismo de los yanketas se acaba, e incluso... ¡los indios hacen causa común con el cara pálida para hacerle frente a la amenaza! Bajo la dirección de un blanco sí, que eso de hacer una peli en plan concordia está bien, pero ni tanta promiscuidad que nos pasemos, tampoco. ¿Y qué quieren los extraterrestres? ¿Hembras humanas? ¿Agua? Pues, no, ellos quieren... (((SPOILER AQUÍ, LEÑE, SPOILER, SPOILER, SPOILER...))) ...ellos quieren oro. ¿Y qué clase de especie alienígena es superpoderosa, no tiene ningún respeto por los seres humanos y los considera como bichos insignificantes con los cuales se puede jugar como actividad marginal a su verdadera devoción, que es acumular el elemento 79 de la tabla periódica? Pues, en 2011 son... ¡La Banca Internacional! ¡La misma que nos dejó con el tremendo perico de la Crisis Subprime del 2008, y después de unas pequeñas regañinas los mandaron a la casa a que piensen en lo que hicieron, mientras millones de mileuristas deben ver como programas sociales y fondos gubernamentales deben ser recortados para pagarle la fiesta a algunos! No creo que los guionistas hayan estado pensando en hacer crítica social contra la banca internacional en esta peli (leñe, tres de la fama aquí son Lindelof, Kurtzman y Orci, a quienes nadie acusaría de ser rojitos precisamente, como que estaban implicados hasta las patas en ese producto parafascista ñoñoconservador en que la religión es la respuesta, que fue "Lost"), pero a veces el inconsciente acusa, y muchas veces los guionistas cuando escriben están captando sin querer las ondas sociales que circulan en el ambiente. De otra manera, sus guiones no tendrían éxito porque nadie empatizaría con ellos. Así es que... algo debe haber al respecto. Aunque sea inconscientemente.

IDEAL PARA: Ver un crossover Western/Sci-Fi por una vez en la vida bien hecho.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "COWBOYS & ALIENS":

-- "'Cowboys and Aliens' y mujeres e indios" en Extracine.com.
-- "'Cowboys & Aliens' Epa! Todo el mundo a desconectar" en Los Archivos de Typhares.
-- "Cowboys & Aliens (2011) - Jon Favreau" en Amazing Movies.
-- "Cowboys & Aliens" en La Alternativa 2.0.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

jueves, 8 de septiembre de 2011

"Medianoche en París" (2011).


-- "Midnight in Paris". España / Estados Unidos. Año 2011.
-- Dirección: Woody Allen.
-- Actuación: Owen Wilson, Rachel McAdams, Kurt Fuller, Mimi Kennedy, Michael Sheen, Nina Arianda, Carla Bruni, Yves Heck, Alison Pill, Corey Stoll, Tom Hiddleston, Sonia Rolland, Daniel Lundh, Kathy Bates, Marcial Di Fonzo Bo, Marion Cotillard, Léa Seydoux, Emmanuelle Uzan, Adrien Brody, Tom Cordier, Adrien de Van, Gad Elmaleh, David Lowe, Yves-Antoine Spoto, Laurent Claret, Vincent Menjou Cortes, Olivier Rabourdin, François Rostain.
-- Guión: Woody Allen.
-- Banda Sonora: ¿¿¿???$%&·%&·%&3!!!!!!!!!!! (por poner alguna cosa).

-- "Medianoche en París" en IMDb.
-- "Medianoche en París" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

París es una ciudad mágica es como... como... una ciudad en que las caaalles y los empedraaados y todo huele a historia y es tan rico y... y... podrías per... perderte en París todo el tiempo y... es como todo tan... romántico... (¡¡¡SÍ, SEÑORES, WOODY ALLEN NO SÓLO LE PUSO LOS CUERNOS A MIA FARROW CON SOON-YI, SINO QUE AHORA LE PUSO LOS CUERNOS A NUEVA YORK CON PARÍS!!! ¡¡¡DESPUÉS DE HABERSE ACOSTADO CON BARCELONA!!!). Y bueno, siendo una de Woody Allen... ¿Es Woody Allen quien proclama su amor a París así de tartamudo y elevando en algunas sílabas elegidas al azar una octava el tono? ¡No, señores! ¡Es OWEN WILSON! ¡Caray, lo he visto todo, ya me puedo morir tranquilo el 2012! El caso es que Owen Allen... perdón, Woody Wilson... er... no, no era así... a ver... Nuestro prota, dejémoslo así, le hace esa declaración a una chica en el apetecible envase de Rachel McAdams, con la cual se va a casar en un tiempo más o menos breve. Pero hasta aquí llega el fiato. Porque si bien ambos han venido un poco por el matrimonio y un poco por los negocios de papá (de ella) / suegro (de él), en definitiva ella viene como turista esnob, y él viene por auténtico amor al romanticismo de la ciudad. El es un guionista de pelis mugrosas de Hollywood (en ningún minuto se dice cuáles, ni falta que hace tratándose del malintencionado de Allen), pero quiere reiniciar su vida como novelista serio en París, mientras que ella quiere vivir en Malibú con una piscina y con el sueldo del marido como guionista exitoso, suponemos. Y él, pobrecito, por mucho que Owen Wilson haya pasado la cuarentena, se comporta como un adolescente tratando de... ¡¡¡COMPARTIR!!! ...el romanticismo de la ciudad con la bella (no te preocupes, hijo, todos cometimos el error de sobreestimar a una bella alguna vez). Si éste fuera uno de esos mugrosos guiones de Hollywood, después de un poco de esto-o-aquello se le abrirían a ella los ojos como platos y caería rendida al sentido de la maravilla y el romance, y estarían todas las chicas de la platea sacando pañuelos porque, verán, "yo no soy una perra, sólo necesito un hombre comprensivo que despierte la parte romántica escondida dentro de mí"... Pero esto es como la vida real, así es que él termina dedicándose a vagar por las calles de París. Y se sienta en una escalinata de piedra, algo bebido. Suenan doce campanadas, y... ¡¡¡SORPRESA!!! Pasa una burra modelo T con unos tipos vestidos de etiqueta y sacados de algún roleplaying de época, y él, borracho como está (porque sobrio no sé él, pero yo no me subo ni defecando a un auto lleno de extraños con ropa extraña, vaya uno a saber si son torturadores de gatos o qué), termina yéndose de juerga con ellos. Al París de los '20s. Con un par. Ahora, el conflicto está instalado, en particular cuando aparezca una bella de los '20s que le ponga ojitos, y ¡sorpréndanse!, no se aburre con lo que él escribe, sino que todo lo contrario, miren qué fantasiosa esta peli... ¡se interesa por su arte! ¿Conseguirá nuestro héroe FINALMENTE abrirle los ojos a su chica casadera en el presente? ¿U optará por quedarse en los felices '20s? Déjenme planteárselos de manera más cruda y hormonal: ¿Rachel McAdams o Marion Cotillard? Bueno, déjenme serles sincero, la verdad es que me lo ponen difícil, porque cada una tiene su qué, una es más voluptuosa, pero la otra tiene ese encanto de chica mala que... er... holaaaaaa... ¿qué es esto...? Eh... essssss... un comentario sobre la peli ésta, la última del Woody... sí... ¿Qué pasa con...? Pero, mijita, no se enoje, si la comparación entre las dos bellas es meramente académ... er... ¡entre las dos chicas, quise decir! Yo, no dije bellas, debiste escucharme mal, yo, mira... eh... ¡Ay! No, espera, espera, déjame al menos guardar est... ¡Ay! ¡Ay! ¡¡¡AYAYAY!!! ¡No! ¡Eso no! ¡Ay! ¡Qué dura es la vida del comentarista de cin...! ¡¡¡AYAYAAAAAAYYYYYY...!!!

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

(NOTA DEL VETERINARIO: Este pobre gato de callejón ha decidido salir por su cuenta y riesgo de la clínica sin ser dado de alta, y si sufre un nuevo ataque siguiendo su posteo, el veterinario a cargo declina toda responsabilidad sobre la salud de su paciente). En fin, en qué estaba... Rachel McAdams o Marion Cotillard... ¡Ah, sí, la última del Woody! No aparece Scarlett Johansson ni en traje de baño como en "Scoop" ni besándose con Penélope Cruz como en "Vicky Cristina Barcelona", miren qué lástima. En fin. "Medianoche en París". Supongo que más tarde o más temprano tenía que pasar. Porque Woody Allen será un judío mequetrefe criado en el Nueva York de la WWII, pero andando el tiempo quiso y siempre ha querido transformarse en... ¡¡¡UN CULTURETA!!! Pero bueno, claro, ser un émulo de Ingmar Bergman es algo difícil cuando no eres un sueco recio y ario, sino... bueno, Woody Allen. O sea, el hombre que trata de rodar mortalmente serios dramas existenciales nórdicos sobre la vida y la muerte, y le resulta "La última noche de Boris Grushenko". Pero hay un detalle que le da un barniz a la comedia culturetocachonda de Allen: su amor o al menos su comprensión por ese entorno de pobrecitos delirantes cuyos grandes problemas en la vida son ser una esposa preocupada de tener cortinas que sean del año en la casa, o ser un prestigioso banquero/catedrático encadenado por las sagradas cadenas del matrimonio a una esposa preocupada de tener cortinas que sean del año en la casa. Y todo cultureta del siglo XX en el fondo es un Rick de "Casablanca" que levantará como emblema "¡¡¡SIEMPRE TENDREMOS PARÍS!!!". Porque en el fondo todo cultureta pretende ser un rebelde, pero sólo hay dos grandes capitales culturales del mundo en que te puedes jactar de rebelión: Londres y París (mención honrosa para Berlín a pesar de la creepiness de que su rebelión adopta ciertos tintes de "Panzerdivisionen gegen Polen übermorgen", y Nueva York descartada porque... ¿contra quién mierda se van a rebelar los neoyorkinos? ¿Contra "Sex and the City"?). Y entre Londres y París, la segunda cuenta con dos ventajas: el francoparloteo que hace verse más cultos a los susodichos porque "hablan idiomas" (esa ventaja se pierde para los hispanohablantes, para quienes el inglés y el francés son idiomas igualmente alienígenas, pero hablamos de la gente que importa aquí, o sea, el mundo anglosajón), y en segundo lugar, el hecho de que París se consagró en el siglo XX como la capital de los comunachos bebedores de champaña que están dispuestos a librar al proletariado del mundo de las cadenas de la opresión comentando pelis abstrusas y aplaudidas en Cahiers du Cinema entre cóctel y cóctel bien surtido. Con todo lo antedicho... ¿resulta demasiado raro que Woody Allen haya terminado por rodar una peli basada íntegramente en su amor de intelectualoide por París? En realidad, más raro resulta que haya tardado TANTO (¡casi medio siglo de carrera fílmica!) en rodarla.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Woody Allen se las arregló para darse un gusto, y ese gusto se transforma sobre la pantalla en magia pura. La historia es puro Mary Sue: un prota que obviamente es él (Owen Wilson como sosías) y que es un escritor y guionista como él (pero de mierda fílmica), sueña con un mundo más encantador y refinado que la sociedad de mierda que le toca vivir, con paseantes tan desagrables como ese suegro republicano o ese pedante profesorcillo que no hace turismo por París sino que lo utiliza como telón de fondo para su propia pomposa e inflada verborrea (¡hey, se parece a mí!), y bueno, volviendo a nuestro prota, éste termina mágicamente trasladado al París de los '20s, vaca sagrada del culturetismo intelectualoide. Por supuesto que este París es mejor que el de la realidad. Allen... er... su alter ego... se pasea por el París intelectual de los cafés, no por el París del proletariado que en esa época amenazaba con desbancarse y salirse de la posición social que deben ocupar (¿o ustedes creían que la ley francesa del descanso dominical en 1935 fue porque los plutócratas de pronto decidieron que era bonito regalonear a sus lacayos?). Es casi como esas historias en donde un ñoño que lee historietas, termina por meterse en una de sus historietas y vivir su gran aventura ("La historia interminable", "Los Goonies", un episodio de "Heavy Metal"... ¡El propio Allen en una secuencia de "La rosa púrpura del Cairo"!), sólo que en este caso la cosa no es las aventuras de mi infancia, sino esa gente con la cual es tan agradable conversar... surrealistas, creo que se llama (¡vaya que debe serlo! ¡Si estaban todos locos!). El punto es que podría haber acabado como una broma pesada y autorreferente, pero es tan transparente la intención de Woody Allen por a un tiempo abrazar el tópico y al otro cachondearse de él. A la larga, da igual que sea una fantasía masturbatoria de Woody Allen: el ir derecho a por ella y no tratar en ningún minuto de justificar lo injustificable (el viaje en el tiempo, por ejemplo... el prota ni siquiera se pregunta por qué, sino que simplemente lo asume), la convierte en una peli muy querible. Ayuda el final, por supuesto, que no voy a espoilerear, pero que es una reflexión bastante sombría justamente sobre la naturaleza de esa clase de sueños, y que no comentaré porque habla por sí solo. Si ven esta peli. Que ya están tardando, vamos.

-- Los actores. Si me hubieran dicho que el pesado de Owen Wilson algún día iba a ser un clon bastardo de Woody Allen, mi reacción hubiera sido un grande y sonoro WTF???!!! Y, aunque no lo crean... ¡Funciona! ¡No es Owen Wilson! ¡Es el personaje allenesco de toda la vida, sólo que interpretado por otro actor! Bueno, eso es moneda corriente en las últimas pelis de Allen, que ya el carcamal no tiene edad para interpretarse a sí mismo en esta clase de roles (en "Scoop" uno ya estaba a punto de meterme a la pantalla para pedir un balón de oxígeno para el pobre vejete), pero la versión Wilson de dicho papel es simplemente grande. Rachel McAdams realiza una vez más esos papeles de pijilla miserable que tan bien se le dan (salimos ganando con el cambio desde Scarlett Johansson, que tendrá mayor diámetro mamario, pero no hubiera clavado tan bien el papel), mientras que Marion Cotillard pone toda la... contundencia francesa, diríamos (¡y además actúa! ¡Caray, esta peli lo tiene todo!). Michael Sheen está también insuperable como ese asqueroso pseudointelectual que está encantado de conocerse y escucharse a sí mismo. Los cameos de actores en roles históricos también están extraordinarios: Tom Hiddleston como Fitzgerald (¡sí, leñe, el Loki de "Thor"!), Adrien Brody como Salvador Dalí, Kathy Bates como Gertrude Stein... Y aparece también el pringao de Gad Elmaleh ("Enamórate de mi") en un inesperado y divertido cameo como villano, como la aceituna del cóctel (y su respectivo destino... para partirse).

-- Tratándose de una peli de Allen, no esperen que las cosas acaben color de rosa. El final es un tanto amable, supongo que para ir a tono con eso de que París es una ciudad mágica y todo, pero por el camino, se ha encargado de diseccionar a fondo toda la hipocresía y la arrogancia intelectual de... ¡Un momento, dirán ustedes! Eso Woody Allen lo hace en todas y cada una de sus pelis. Sí, de acuerdo en eso, pero acá es incluso más evidente porque el conflicto central de la peli radica entre dos mundos completamente distintos, ambos intelectuales, con lo que Allen establece un agudo contraste entre los intelectuales que eran de verdad (singular cariño le tiene a Hemingway, por lo visto) y la pomposidad y superficialidad más modernos. Resulta de risa que para los estiradillos yankis del 2011, ir a probar la cultura parisiense signifique encerrarse en restaurantes de lujo y catar vinos hasta ponerse de vuelta por los grados, mientras que en los '20s la cultura es al mismo más sórdida... pero también más gozosa. La bohème, bien sûr. Claro, uno puede argumentar que Woody Allen está torciendo un poco las cosas y todo, pero entonces... Véanlo por ustedes mismos y me entenderán (¡que no, que no voy a spoilerear el final, leñe!).

IDEAL PARA: Amantes de las "pelis con magia", seguidores de Woody Allen, fanáticos de Owen Wilson, pseudointelectuales que se merezcan un rapapolvos...

OTRAS PÁGINAS SOBRE "MEDIANOCHE EN PARÍS":

-- "Midnight in Paris" en Project 10-A.
-- "'Midnight in Paris', evasión en la lluvia" en Valencia Plaza.
-- "Medianoche en París (Midnight in Paris)"" en Cine Para Usar el Cerebro.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

domingo, 4 de septiembre de 2011

"Terror en el museo de cera" (1953).


-- "House of Wax" (título original en inglés), "Los crímenes del museo de cera" (título en España). Estados Unidos. Año 1953.
-- Dirección: André de Toth.
-- Actuación: Vincent Price, Frank Lovejoy, Phyllis Kirk, Carolyn Jones, Paul Picerni, Roy Roberts, Angela Clarke, Paul Cavanagh, Dabbs Greer, Charles Bronson, Reggie Rymal.
-- Guión: Crane Wilbur.
-- Banda Sonora: Charles Belden.

-- "Terror en el museo de cera" en IMDb.
-- "Terror en el museo de cera" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La Inglaterra victoriana, escenario de tantos y tan señalados horrores como por ejemplo la banca de los Rothschild, la filosofía de Spencer o las (er...) vidas privadas de Oscar Wilde y Lewis Carroll. En ese remoto tiempo, no tan remoto en los añitos de la peli (medio siglo de nada, ¡si hasta algunos mayores debían acordarse!), había un lindo museo de cera, en donde quien lo regentaba era un... ¡¡¡ARTISTA!!! El problema es que su socio, porque nuestro artista como buen artista no puede defenderse sólo en el mundo de escualos que es la vida real, se pone impaciente porque, verán, al socio en realidad le tiene al pairo si la cosa es arte o no, lo que le importa es si las estatuas de cera de los huevos de oro dan dinero o no. Y bueno, pues ya se sabe con esto del arte, que la gente es una cicatera, mira que les gusta eso de que haya cultura, pero es que además... ¡no quieren pagar por ella! ¡que la cultura debería ser de todos! Poco más, y ya se están descargando de interné las dichosas esculturas de cera, en vez de simplemente ningunearlas haciéndoles cero visitas en el contador. El caso es que el socio decide que es buena idea cobrar el seguro, pero hay un pequeño problema: primero la cosa asegurada debe desaparecer, ojalá de la manera más trágica posible. Por lo que arma un incendio así de ná. Al artista no sólo se le cae el pelo, sino además se le chamusca, y de hecho se le da por muerto en el incendio, y el socio, ahora libre de ese lastre sociopolítico que es el artista sin visión comercial, está listo para hacer algo más interesante con el dinero, en concreto, agarrarse a una fémina muy buena (Carolyn Jones en sus mejores años, quién podría culparlo) y enseñarle a disfrutar del barco pasando por todo lo que se llama el Canal de Suez (poco sutil, pero muy imperial british el chiste). Pero qué creen... así, casi de la nada, sale un tipo que agarra al antiguo socio, casi como si fuera una sombra del pasado que le persiguiera, y... ¡¡¡ASESINATO!!! También la tal Carolyn Jones desaparece, aunque de manera muy sospechosamente sospechosa, sus bellas formas se parecen mucho a las de una estatua que... exacto, un nuevo museo de cera que se abre en la ciudad y todo. ¿Habrá alguna misteriosa conexión entre todos estos eventos...? ¿Por qué las estatuas de cera del nuevo museo se ven tan repulsivamente realistas? Y lo más importante... ¿conseguirá Vincent Price meternos miedo a la vena como ha sido su estilo tradicional desde que Price es Price...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

1953. El cine estaba a punto de experimentar... ¡¡¡SU MAYOR AMENAZA DE MUERTE!!! ¡¡¡VIENE LA TELEVISIÓN, BUAAAAAÁ!!! Era una amenaza tan, pero tan, pero tan grande, que uno no se explica cómo el cine sobrevivió medio siglo más para experimentar... ¡¡¡SU MAYOR AMENAZA DE MUERTE!!! ¡¡¡VIENE INTERNET, BUAAAAAÁ!!! Es una amenaza tan, pero tan, pero tan grande, que uno no se explica cómo sobrevivirá, si es que sobrevive... en los 2010s lo tienen claro: esas maravillosas series B de alto presupuesto que son "Avatar" y "Alicia en el País de las Maravillas" no se hubieran forrado a tutiplén como lo hicieron si no fuera por el... ¡¡¡TRIDÍ!!! De manera idéntica, en 1953 los productores dijeron... ¡¡¡EL 3-D ES EL FUTURO!!! Y se pusieron a parir pelis de ésas como locos. En lo de la Warner se dijeron: "bien, tenemos el 3-D, ahora veamos qué peli producimos con esa nueva tecnología". Ya sabemos que el camino para toda obra artística debería ser un poco al revés, primero deberíamos tener idea de qué peli vamos a rodar y luego ver qué técnicas aplicamos, pero estos de los grandes estudios tienen esa fijación de tirar con la carreta y cargar con los bueyes, fíjense ustedes, únicamente porque eso da DINERO... En fin, el caso es que revisaron sus archivos y dieron con un clásico (debe serlo, porque actúa la Fay Wray de "King Kong" y dirige Michael Curtiz nada menos, aunque no la hemos visto acá en Cine 9009 para atestiguar) llamado "Los crímenes del museo". Así es que se dijeron: "Leñe... ¡un remake!". ¡Sí, joer! ¡1953, y ya tenemos un REMAKE en 3D! ¡Así de modernos eran los antiguos! (está también el remake "El museo de cera" del 2005, tan ponzoñoso que el número más recordado es el estriptís de Paris Hilton... por las carcajadas que arranca ver a la anoréxica ésa en ropa interior, y también hay un remake bastardo que la descacharrante "El museo de cera" de 1988, con una ida de olla sobrenatural que es para partirse de... algo). Para tejer el cesto, llamaron a un director un tantín de segunda fila, un tal André de Toth, tipo que tenía eficiencia suficiente como para merecer un poquitín más de reconocimiento y menos olvido del que se lo tiene hoy en día (la razón por la que eligieron a un director tuerto para dirigir una peli en 3D cuyo efecto estereoscópico iba a ser incapaz de apreciar en el montaje final, francamente se me escapa... seriously, el pobre de Toth era tuerto, ignoro también el por qué). Y convocaron también a Vincent Price, actor que en esa época ya tenía cartel interpretando a variados villanos del Cine Noir, y que con buena previsión habida cuenta de que en los '50s el ciclo noir iba a desfallecer, con "Terror en el museo de cera" se movió al horror, en donde se enclavaría firmemente hasta transformarse en un trademark del género durante las siguientes dos décadas. El resultado fue uno de los grandes clásicos de ese género siempre pequeño que es el terror (porque admitámoslo, el terror siempre ha sido un poco la mesa del pellejo de todos los críticos estiradetes desde la Golden Age de Hollywood hasta la actualidad... y en algunos casos, desgraciadamente, con razón).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Uno podría buenamente esperar que una peli hecha con tanto sentido oportunista y comercial, fuera una reverenda mierda. Y vieran ustedes que no... En los hechos, este remake lanzó al baúl de los recuerdos a la original "El misterio del museo", y también hizo olvidables a su revoltosa progenie posterior. Partiré no por lo más obvio (Vincent Price, leñe, que todos se acuerdan de él y nadie del director), sino por el vapuleado André de Toth, un buen director que nunca tuvo una peli en donde realmente pudiera lucirse a destajo. De Toth puede parecer una extraña opción para dirigir esta peli (una de terror victoriano, recordemos, género en el cual un director hábil para manejarse con las atmósferas puede moverse como pez en el agua), habida cuenta de que el señor de Toth venía del mundo del Western y del cine policial, pero al final resulta que su estilo duro, directo y seco, que tanto habían hecho por él en su carrera anterior, termina dándole a esta peli un gusto especial: es cierto que no es muy atmosférica y a veces no te envuelve tanto que llegues a olvidarte del cartón piedra, pero a cambio el manejo de la historia, el pulso narrativo y los personajes es simplemente impecable, y te masticas el drama y la tragedia detrás de la historia hasta su lógico desenlace, que incluso hasta te da un poco de rabia y todo. Resulta curioso observar que André de Toth, cuyo destino natural hubiera sido rodar un GRAN WESTERN, al final su peli más recordada es una tan ajena al género como lo es el terror (por mucho que ambas pelis sean de ambientación decimonónica aunque en geografías distintas).

-- Y ahora vamos a lo obvio, a lo que estaban esperando, a la razón por la que llegaron hasta aquí si lo hicieron by the Google way: Vincent Price. Sin desmerecer al maestro del horror, al fantasma del cine, al cuco del cuco, que aquí nuestro actor de terror favorito está al tope de la bandera (probando que se la podía con el terror y ganándose el trono que retendría por dos décadas), lo cierto es que le ayuda un potente guión en que su personaje, más que ser un villano terrorífico, en realidad es más un antihéroe trágico. El guión y la actuación de Price nos presentan a su personaje con rasgos decididamente simpáticos, y cuando le ocurre lo que le ocurre, entendemos perfectamente sus motivaciones, más allá de que sus métodos sean, er... discutibles. Es cierto que la ecuación guión+Price aquí es ganadora, pero faltando uno de los dos elementos (y en particular faltando Price probablemente, que guionistas levantas una piedra y te encuentras cinco), es muy posible que esta peli se hubiera ido al limbo de la morralla en que sólo los más aguerridos se meten a escarbar (algunos dirían que vuestro seguro servidor el General Gato lo es, pero es que oigan, hasta mi omnívora cinefilia tiene sus límites). La actuación de Price y su personaje rebasan el pretexto original del museo de cera, que en realidad no está explotado tan a tope como podría ser. Establezcamos un punto de comparación: en "El museo de cera" del 2005 la iconografía fetichista está un tantín más explotada (eso de la cera caliente cayendo y ahogando a algún pobre desgraciado... ya me entienden, so pervertidillos), pero a cambio no tenemos ni de lejos a un personaje como Vincent Price (Elisha Cuthbert podrá verse muy bien con poleras apretadas, pero es que, bueno...). "Terror en el museo de cera" comparte con "La llamada fatal" de Alfred Hitchcock el interesante honor de que se han conservado en la historia del cine como clásicos cada uno dentro de sus géneros... y las audiencias se han olvidado de que en sus buenos años, el gancho para estas dos pelis no eran los actores o la trama, sino el consabido tridí.

IDEAL PARA: Ver una de terror clásico con un filo bastante inesperado.

VIDEOS.

[NOTA: Como Cine 9009 es un blog en 2-D, ud. no podrá apreciar la profundidad estereoscópica de estas escenas... ni aunque se ponga las estrafalarias gafas de colores].

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos... ¡¡¡EN 2-D!!!].


-- Créditos de la peli [en inglés, sin subtítulos].


-- El incendio de comienzos de la peli [en inglés, sin subtítulos].

jueves, 1 de septiembre de 2011

"El retorno del Doctor Phibes" (1972).


-- "Dr. Phibes Rises Again" (título original en inglés), "El retorn del Doctor Phibes" (título en catalán). Inglaterra / Estados Unidos. Año 1972.
-- Dirección: Robert Fuest.
-- Actuación: Vincent Price, Robert Quarry, Valli Kemp, Peter Jeffrey, Fiona Lewis, Hugh Griffith, Peter Cushing, Beryl Reid, Terry-Thomas, John Cater, Gerald Sim, Lewis Fiander, John Thaw, Keith Buckley, Milton Reid.
-- Guión: Robert Fuest y Robert Blees, basados en los personajes creados por James Whiton y William Goldstein.
-- Banda Sonora: John Gale.

-- "El retorno del Doctor Phibes" en IMDb.
-- "El retorno del Doctor Phibes" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Muy convenientemente para el espectador, la peli comienza con un recap que nos narra TODOS los eventos de la peli anterior (porque si no tienen cultura de los '70s y no lo han deducido del título, ésta es una secuela). Gran manera de vender tickets para un reestreno de la primera, genios... Después de lo cual nos dicen que el Dr. Phibes no estaba muerto sino que andaba de parranda (sin ánimo de espoilerear el final de la anterior, pero es que, oigan...). El caso es que el malvado Dr. Phibes comienza a tocar su órgano de nuevo, llama de nuevo a Vulnavia (que había tenido un desagradable destino en la entrega anterior, pero es que, buenoooooo... ¿por qué no? Interpretada por otra actriz, eso sí, como si importara de mucho habida cuenta de que su personaje es mudo y está ahí por fan service). El Dr. Phibes entonces señala que ha llegado el tiempo de su plan maestro esto-o-aquello, y viajará para recobrar la inmortalidad para su amada a... ¡Egipto! ¡A las ruinas faraónicas! Porque en Egipto yace el secreto de la inmortalidad, porque, buenoooooo... ¿por qué no? El caso es que el Dr. Phibes se ha estado guardando un mapa, que cuando lo va a buscar, ¡sorpresa! No está. Y no piensa que pudo llevárselo la policía o simplemente que se lo comieron los ratones, sino que se lo robó su principal archienemigo (personaje nuevo aquí, no aparecido ni mencionado en la entrega anterior... ¿mencioné que los guionistas de ésta son un equipo entero nuevo?). El caso es que ahora tenemos... ¡¡¡DR. PHIBES IN SPACE!!! Er, quiero decir... ¡¡¡DR. PHIBES IN EGYPT!!! Con su archienemigo que también busca la inmortalidad, pisándole los talones. Y con Scotland Yard también, porque bueno, todos sabemos que Egipto se independizó en 1922 y la peli transcurre casi a finales de década, pero alguna buena razón deben tener para poder actuar de manera extraterritorial porque buenoooooo... ¿por qué no? De manera que nos preparamos para disfrutar del nuevo festín de muertes del abuelito de Jigsaw porque buenoooooo... ¿por qué no?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Ni qué decirlo, la original "El abominable Doctor Phibes" había sido un exitazo. El cine de terror estilo Hammer, por el cual tantas y tan buenas horas Vincent Price nos había dado, estaba ya camino a la decadencia, pero esa cosa over-the-top que tenía el personaje, hizo que la cosa funcionara. De manera que pusieron al director de la primera (que había hecho aportes al guión, pero sin acreditar), a trabajar de cabeza en una secuela. Como la primera no admitía mucha secuela que digamos (no se pueden inventar otras diez plagas de Egipto, y vamos, no iban a hacer algo tan sacrílego como montarse asesinatos inspirados en los diez mandamientos, ¿no?), tuvieron que inventarse toda una nueva trama de la manga. El resultado es... bueno... No es igual a la primera. Es diferente en varios aspectos. Pero algo permanece igual: el Doctor Phibes divirtiéndose de lo lindo masacrando pobres infelices allí donde va. Así es que, vamos, díganla conmigo... DOCTOR PHIBES FOR PRESIDENT!!!

¿POR QUÉ VERLA?

-- Como decíamos, esta secuela es un tanto diferente de la original. En la primera, los asesinatos del Doctor Phibes tenían una clara hilación entre sí: seguían las diez plagas de Egipto (bueno, algo así, que los guionistas no se tomaron la molestia ni de coger la Biblia, vamos), y las víctimas estaban designadas debido a un oscuro vínculo que las reunía con el pasado blah-blah-blah. O sea, el Doctor Phibes era un macabro justiciero poético. Acá hay víctimas muertas con métodos igualmente truculentos, pero sin otra hilación que ser unos pobres infelices que están en el lugar y el tiempo equivocados (y en al menos un caso, ser un calenturiento que quiere con Vulnavia cuando ella va a provocarlo, aunque contemplando a la mudita, quién puede culpar a ese macho), de manera que el Doctor Phibes baja de antihéroe romántico a un pobre sonado más. El cambio de escenario puede funcionar o no: si te quedaste enamorado del Londres semigótico y semimodernista de comienzos del XX, la ambientación egipcia te va a sonar fatal, pero si aceptas que esta es una peli diferente y no tiene por qué repetir patrones de la primera, entonces es un soplo de aire fresco que le entrega oxígeno a una saga... que terminó aquí, porque nunca se rodó una tercera parte (aunque ahora, como están las piranhas de Hollywood, vaya uno a saber). Vincent Price se divierte de lo lindo una vez más interpretando a su villano over-the-top, y tenemos otra vez esos escenarios superluminosos tan cachondos de la primera, pero ahora adaptados a Egipto. En definitiva, quizás sea una secuela que se queda algo en deuda, pero también la original se quedaba su punto en deuda, y no nos quejamos porque no será gran cine, pero al menos la original, y su secuela también, no lo neguemos, son pelis con personalidad propia, y eso al final vale mucho más que un perfecto acabado academicista o una corrección artística al ciento por ciento.

-- El final. Después de unas cuantas memeces en el desarrollo, el final de la peli tiene un regusto poético. Quisieron hacer la tercera, pero afortunadamente no fue el caso, porque al quedar la saga aquí, quedó en un final tan simple como bello, que es un cierre más que adecuado para esta duología. Casi se te cae una lagrimita y todo. Ya podrían aprender un par de cosas las pelis de terror actuales sobre esto.

IDEAL PARA: Quienes hayan visto la primera entrega, y quieran saber cómo terminan las andanzas del más terrorífico de los doctores de la Hammer.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "EL RETORNO DEL DOCTOR PHIBES":

-- "Dr. Phibes Rises Again: Phibes aterroriza Egipto" en CinemaScope.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



-- Inicio de la peli [en inglés, sin subtítulos].

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