11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 1 de noviembre de 2009

"Rebelde sin causa" (1955).


-- "Rebel Without a Cause". Estados Unidos. Año 1955.
-- Dirección: Nicholas Ray.
-- Actuación: James Dean, Natalie Wood, Sal Mineo, Jim Backus, Ann Doran, Corey Allen, William Hopper, Rochelle Hudson, Dennis Hopper, Edward Platt, Steffi Sidney, Marietta Canty, Virginia Brissac, Beverly Long, Ian Wolfe.
-- Guión: Stewart Stern, sobre la adaptación de Irving Shulman, de una historia de Nicholas Ray.
-- Banda Sonora: Leonard Rosenman.

-- "Rebelde sin causa" en IMDb.
-- "Rebelde sin causa" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Hay un monito de juguete en la calle, y hay un orangután grandote (figuradamente hablando, entiéndase) haciendo el panda con el monito chico. Es que está entubado hasta las repatas, con sus graditos alcohólicos de más, y así es como acaba en la comisaría, porque éstos son los decentes '50s, y no se tolera que los jóvenes anden así como así circulando en la calle toos alcoholizados (cómo cambian los tiempos). En la comisaría, por esos giros del guión que hacen too más fácil para que fluya la acción, el chico le planta el ojo a una chica, pero no tiene ocasión de palabrearse con ella. Cuando los papis van a buscar al chicuelo, el papi sale con eso de que qué importa, que es joven, que la vida hay que vivirla, que al cabro hay que comprenderlo, etcétera, mientras que mami, ¡ah, no, qué van a decir mis amistades!, y todo eso. Y mientras los dos se agarran (o mejor dicho, ella la agarra con él, porque papi es un calzonúo incapaz de plantarle su buen par de correazos a su lengüisuelta señora), el crío descubre que tiene mucha rabia contra todo, etcétera. A la mañana siguiente, pasada la resaca, nuestro criaturo sale a su primer día de escuela, y se encuentra con que la encantadora criatura pasa por su calle (Natalie Wood, ¿OK?). Y las cosas se pondrán feas, porque la chica pertenece a una gang, y a éstos sujetos no les impresiona la actitud frapé que adopta nuestro prota ante la vida. Nada más recién llegadito al barrio, y ya metiéndose en problemas. Las cosas se van a liar, y cuando digo liar, me refiero a liar en serio...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Los '50s eran un caldero hirviente. Por un lado todo aparentaba tranquilidad y normalidad, porque para eso habían pateado nazitraseros en la década pasada, para ganarse el derecho de vivir bonito en los arrabales eisenhowerianos. Por el otro la gente joven, aquellos que no valoraban el Amerika über Alles porque no habían tenido que defenderla con su sangre (y vísceras, y piernas, y cojones, y de todo), empezaban a pasar de todo y a cansarse de las cosas. La combinación de hormonas adolescentes con el pasotismo adultesco produjo entonces el peor cóctel de todos: REBELIÓN. Los adocenaditos '50s son, y no en vano, la década del Rock And Roll, de Elvis "Pelvis" Presley, y corriendo por los márgenes, de los primeros beatniks. Y así como la Música tuvo su Elvis, el Cine tuvo su ídolo rebelde en James Dean. Claro, si el hombre hubiera envejecido, ahora en 2009 estaría plantaíto en un asilo, muy probablemente, pero como murió joven, su mirar protometrosexual encima de un cigarro casi cayéndose de unos labios afeminadamente entreabiertos quedó hechita para estamparla en las poleras de mijos rebeldes que se rebelaban contra la sociedad de consumo... bueno, consumiendo rebeldía. Lo cómico es que, a través de pelis como "Rebelde sin causa", queda bien en claro que los mayorcitos creían que era el acabóse de todo. Ni sabían lo que se venía. Cuando llegara el hippismo y los '60s, y una nación entera movilizada como un one stand man contra Vietnam, ahí vendría lo bueno. Los '50s eran apenas el empezóse.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta peli ha envejecido muy dignamente con el paso del tiempo. Quizás considerarla como uno de los más grandes clásicos en la Historia del Cine sea un tanto exagerado, y admitámoslo, mucho de su appeal tiene que ver con que es una de las únicas tres que hizo James Dean antes de quedar machucadito en su auto. El problema quizás es que trata de ser muy discursiva, muy de tesis, y el prota, como que se ve muy mangoneado por guionista y director para decir y hacer aquello que ellos mismos quisieran decir o hacer, en vez de dejarlo ser lo que precisamente se supone que es, un adolescente conflictuado. Yo, por lo menos, nunca he visto un rebelde sin causa de ésos que sea capaz de articular un discurso tan claro, coherente, analítico y metasocial como lo hace James Dean acá. Pero si saltamos este bache, resulta que la peli está resuelta con una solvencia única. La acción es muy concisa (todo transcurre en algo más de unas 24 horas, desde la noche hasta el amanecer de la noche siguiente), y va directo al grano. No se necesitaba más, en cualquier caso, para mostrar la deprimente vida de un adolescente convertido en grano para el molino dentro de una sociedad que lo único que hace, es darle discursos confusos que van en una dirección u otra, y por lo tanto le impiden definirse a favor o en contra de nada. Y Nicholas Ray, director que se movió por varios registros distintos mostrándose como un director quizás no genial, pero sí buen manufacturero de lo suyo (pelis suyas son también "Rey de Reyes" y "55 días en Pekín"), sabe hacer la historia llevadera y darle espesor dramático cuando el asunto lo requiere.

-- Esta peli tiene indiscutiblemente un valor arqueosocial añadido. Es la peli que incendió al público juvenil de los '50s. Es una de las primeras pelis hechas sobre la rebelión juvenil. James Dean con su chaqueta se transformó en un modelo a seguir. Cierto es que ayudó su automovilística muerte en todo, pero ¿qué imagen quedó finalmente del fiambrito cuando lo sacaron de los fierros retorcidos? Pues, lo repito, la de esta peli. James Dean fue así el primero, o uno de los primeros al menos, de una larga casta que incluye a Sid Vicious, a Bob Marley, a Kurt Cobain, a...

-- Las actuaciones en general son bastante buenas. James Dean consigue a punta de énfasis lo que, bueno, admitámoslo, lo que no logra por estar un poco verde en eso de actuar todavía por aquel tiempo (y ya sabemos que el pobre no tuvo mucha carrera después para madurar). Natalie Wood, a su lado, está simplemente maravillosa. El personaje de Sal Mineo, una vez que se entienden algunos incómodos subtextos (la peli en ningún minuto lo dice por problemas de censura, lo que origina una lectura un tanto errónea del triángulo que conforman, haciéndolo pasar como "una familia", pero en realidad se supone que su personaje es gay), está estupendamente actuado, y la manera en que su personaje acaba desarrollándose es touchy (por no decir que le roba la peli en sus narices a los dos protas, en más de alguna escena). Del lado de los adultos tenemos a Edward Platt en un minúsculo y bien aprovechado rol como jefe de policía, una década antes de ser el jefe de CONTROL en la mítica serie televisiva "El Superagente 86", a Jim Backus componiendo un papi melindroso de una manera simplemente magistral, y a Ann Doran como su prepotente esposa también dándole duro al papel.

-- Uno de los temas que esta peli explora, y explota muy bien, es la sexualidad reprimida. Mientras los adultos se mueven en un mundo casi de Pato Donald, perfectamente asexuado y, por qué no decirlo, castrado, los jóvenes rebullen de hormonas, y eso es claro a lo largo de toda la peli. Quizás la mejor escena es aquella en que Natalie Wood trata de buscar el cariño de su muy compuesto, estirado y quebradizo padre, mientras que éste la rechaza porque ella ha crecido y ésas son boberías propias para las niñas chicas, lo que hace pensar que el caballero tiene más de alguna viga trancada en el encéfalo. La pelea a cuchillos o el chicken run tienen, por su parte y a la larga, una enorme carga erógena, un componente de conseguirse chicas a lo bestia, haciendo demostración de las cosas, con todo lo que implica (el final de la chicken run en eso es de antología). Y ya no digamos ese personaje de Sal Mineo, lleno de hormonas y al mismo tiempo obligado a contenerse porque resulta que su sistema hormonal lo está llevando por el lado emo en vez de por el lado machoviril de toda la vida. El hecho de que muchas cosas sólo puedan insinuarse por razones de censura, hacen el ambiente todavía mucho más mórbido, si es que cabe.

-- Secuencias memorables. James Dean tratando de dárselas (infructuosamente) en el planetario. La pelea a cuchillo en el mismo planetario, mucho más realista y emocionante que muchas rodadas en pelis de dizque-acción. Y la chicken run, por supuesto.

IDEAL PARA: Ver una peli muy de su época, pero que todavía tiene unas cuantas cosillas que contar sobre la nuestra propia... y quién sabe por cuántas décadas más.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

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