11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 27 de agosto de 2009

"Los secretos del poder" (2009).



-- "State of Play" (título original en inglés), "La sombra del poder" (título en España). Estados Unidos / Inglaterra / Francia. Año 2009.
-- Dirección: Kevin Macdonald.
-- Actuación: Russell Crowe, Ben Affleck, Rachel McAdams, Helen Mirren, Robin Wright Penn, Jason Bateman, Jeff Daniels, Michael Berresse, Harry Lennix, Josh Mostel, Michael Weston, Barry Shabaka Henley, Viola Davis, David Harbour, Sarah Lord.
-- Guión: Matthew Michael Carnahan, Tony Gilroy y Billy Ray, basados en la serie televisiva de Paul Abbott.
-- Banda Sonora: Alex Heffes.

-- "Los secretos del poder" en IMDb.
-- "Los secretos del poder" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

El poder es poderoooooosoooooo... Y el poder es mugroooooosoooooo-o-o-o-o-o-o... ¡¡¡SÍ, MIS PUPILOS!!! ¡¡¡LO ES, MUAHAHAHAHÁ!!! Aparece un tipo corriendo porque... bueno, es un thriller, al comienzo de un thriller siempre tiene que aparecer un tipo corriendo. Como el tipo es negro y pobre, no hay mucho suspenso: sabemos que más tarde o más temprano lo van a alcanzar y le van a hacer un cariñito de ésos con calibre 38. Dicho y hecho. Lo alcanzan y le roban el maletín. Aparece en escena entonces un reportero que, como de costumbre, es más listo que el hambre y más despierto que Britney Spears con un buen colocón. No termina de digerir todo el asunto (el periodista, no Britney Spears, of course), cuando de pronto la crónica policial se ve teñida de rojo otra vez: ahora es una bella y sexy señorita que aparece en un lugar muy poco confortable, a saber, bien trozadita bajo las ruedas del ferrocarril metropolitano. Como ambos crímenes aparecen en los primeros 10 minutos de peli, podemos intuir que de una manera u otra, ambos están conectados, o si no, no estaría nuestro perspicaz reportero sobre las pistas de ambos "por pura casualidad" (y otro poco de suspenso al garete, vamos). La chica trabajaba para un congresista yanketa llamado... llamado... llamado... ehm... bueno, no me acuerdo del nombre del personaje, pero como era interpretado por Ben Affleck haciendo de Ben Affleck, pues bien, llamémosle Ben Affleck, si al final más se perdió en la guerra. Bueno, Ben Affleck será político, pero ¡sorpresa! tiene su corazoncito, así es que incluso hasta echa una lagrimita y todo. En público. Y ahí tienen a la prensa rosa festinándose en el pobre ("representante casao llora por su sexy y joven asistente", ya me entienden). Y sí, Ben Affleck se daba sus revolcaditas con la chica. Y por pura coincidencia, resulta que Ben Affleck y el reportero éste eran amiguetes de años, así es que el representante va y le pide ayuda (pobre Ben Affleck, haciendo el amariconado rol de femme fatale frente a un sucedáneo de detective privado que ni placa tiene...). El reportero empieza a escarbar en la basura a ver qué encuentra. Y encuentra una cosa. Y luego otra. Y luego otra más. Y luego... Bueno, son los secretos del poder, qué esperaban. ¿El último romance taquillero de Sandra Bullock? Esa es en la sala de al lado.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Por allá en el ya lejano 2003, y así vamos dejando atrás otra década más y todos un poquito más viejos y peinando canas, en la BBC británica se emitió una serie televisiva llamada "State of Play". Como de costumbre, los yankis se volvieron locos como hormigas. Después de todo, hace rato que los yanketas en general han perdido ese toque para hacer thrillers buenos, o siquiera medianamente decentes, de manera que cuando vieron ESO, dijeron... uhhhhhh... UHHHHHH... ¡¡¡UHHHHHH!!! Y empezaron a estirar sus sarmentosas manos hacia los productores británicos, quienes, protegiendo su producto abrazándose y refugiándolo bajo sus amplias gabardinas, dijeron que NO, NO, NO... Bueno-ya, si total, un buen cheque es el mejor edulcorante de la vida. El baile de protas fue el habitual en estos casos, hasta que vino a caer en las manos de Russell Crowe (bien) y Ben Affleck (¡MAL!). Tiene su qué el haber metido seis horas de serie televisiva en dos horas de peli, en todo caso. El resultado fue una peli que... bueno... A la crítica le gustó. Pero costó 60 millones de los verdes, y barely consiguió empinarse a los 90. Sí, lo sé, calculadora en mano hacen como un 50% de utilidades, mucho más que el 5%-10% habitual de cualquier negocio promedio que tribute en primera categoría. Pero para los tiburones de Hollywood, si no inviertes para obtener cuatro veces la ganancia original (o sea, 250 para obtener 1000), no es negocio que valga la puñetera pena de levantarse de la cama en las mañanas. La buena noticia: difícilmente habrá secuela. Después de todo, incluso hasta a la serie de TV querían sacarle secuela, y el guionista original dijo que no (y, cosa inédita en Estados Unidos, pero no tan incongruente con la tradicional British flema, en la BBC dijeron que bueno, que se tomara su tiempo, y si no salía no importaba, ya verían cómo se las arreglarían...).

¿POR QUÉ VERLA?

-- El General Gato a vuestro servicio quien esto escribe, no ha visto la serie televisiva original, así es que no tiene punto de comparación. Tratándose de un producto yanketa, es muy posible que el original británico sea el doble de calidad. En cualquier caso, por esfuerzo no se quedan. La intención aquí es hacer un pequeño homenaje al thriller político setentero. El asuntillo del periodista destapando cositas tiene un cierto regusto a "Todos los hombres del Presidente", sin ir demasiado lejos. Y lo logran bien. Algunas situaciones del guión son un tanto previsibles, vale, pero a medida que el asunto agarra vuelo, de todas maneras atrapa. Punto importante tiene en esto un guión en donde, bueno, admitámoslo, se nota la condensación (hay algunas escenas tan fugaces que es notorio, tenían un desarrollo más amplio en la serie televisiva), pero aún así aguanta recio. El único punto negro es una vuelta de tuerca final muy yanki, que no sé si estaba en la serie original (me huele a que no), y que era bastante previsible, no porque la peli en sí apuntara en esa dirección, sino porque ya conocemos los trucos de toda la vida de los guionistas yankis, y por lo tanto, era obvio que el asunto iba a salir en esa dirección. Pero en general, mantiene el suspenso y la tensión. Y lo hace con las herramientas legítimas, o sea, con el conflicto de personajes, caracteres y situaciones, no con el recurso barato de los tiroteos, las persecusiones automovilísticas y los estallidos (nada contra esos recursos, pero sí contra su utilización gratuita en muchos thrillers para tratar de esconder el hecho de que el guión es una mugre y que realmente no está pasando nada).

-- Las interpretaciones están notablemente bien. El peso actoral recae en Russell Crowe, que, er... bueno, siempre pasea más o menos el mismo personaje de macho que pasa de todo, pero sensible al final del día, en todas sus pelis, pero que tiene ese carisma avasallador que levanta peli sí y peli también. Aquí, como de costumbre, cumple bien. Ben Affleck está debiluchito, pero miren, incluso hasta él se esfuerza (le sale a medias, vale, pero se nota el esfuerzo, y las escenas en que se deja caer some tears incluso diera la impresión de que se ha cagao en los calzones tratando de sacarse lágrimas de verdad para que sea real el asunto). Rachel McAdams, por su parte, hace también más o menos su papel de siempre, pero la química que posee con Crowe es impecable: ambos lucen y se ven como si realmente se estuvieran divirtiendo en eso de trabajar juntos, y esa química alcanza al espectador. El elenco de principales viene completado por la gran y única Helen Mirren como la jefa gruñona del periódico, paradójicamente la mejor actuación de toda la peli, en un rol que no le permite demostrar sus amplísimas dotes actorales en lo absoluto. Entre los cuatro, y alguno que otro secundario (¿en serio está tan envejecida Robin Wright Penn...? Así pasa el tiempo), se las arreglan para darle carne y substancia a una peli que necesitaba desesperadamente basarse en los personajes, y éstos no fallan. Mención especial para Jeff Daniels como un conservador cristianucho de tres al cuatro (gran escena cuando dice: "Primero, no tomes el nombre de Dios en vano delante de mí"), y para Jason Bateman como una locaza de ésas que le dan muy mala reputación a los, ehm... "invertidos".

-- Esta peli es muy, bueh... 2009, diríamos. Los yanketas están viviendo toda la resaca de la borrachera georgebushista que se mandaron, cuando se creían los dueños del mundo y podían declarar la guerra a Afganistán sí y a Irak también, porque sí, porque son la nación de su amigo imaginario llamado Dios, y todo eso. Es una constante en el cine de Jolivú, más o menos desde 2006-2007, la crítica a veces soterrada, y a veces muy abierta, en contra del estamento político y de su colusión con los intereses empresariales (así a ojo y sin ánimo de ser exhaustivos: "Quantum of Solace", "Tirador", "Control total", "Misión Imposible III", "Siriana"...). En esta peli, y no por casualidad probablemente, los villanos son nada menos que el inefable Complejo Industrial-Militar. Y a lo largo de la peli, ese control se huele, se siente y se respira en la trastienda. Ya no se trata de que los villanos sean una organización empeñada a tomarse el Gobierno desde las sombras: es que ellos YA SON el Gobierno en las sombras. Es sintomático que (sí, lo digo de nuevo, no ví la serie original, pero algo investigo, ¿eh?) en la peli los villanos sean las fábricas de armamento tratando de capturar al Gobierno, y en la serie televisiva sean los productores de petróleo quienes tratan de hacer otro tanto. Quizás lo que más chirríe de todo esto, y que demuestra la herencia setentera, es el periodista empeñado en sacar la verdad a flote... y que finalmente, y era que no, algo logrará al respecto. Después de todo, se sabe bien que por estos días la prensa está bien coludidita con los intereses empresariales, y lo único que pueda llamarse "prensa libre" en realidad son los blogs rebeldes de Internet. Y así el mundo gira y sigue girando... bueno, siempre nos queda el consuelo de que gracias a esas cosas, tenemos pelis como éstas.

IDEAL PARA: Ver un buen thriller político, aunque sea porque los yankis se lo saquearon a los ingleses a punta de chequera.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

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