11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 13 de agosto de 2009

"Juego de espías" (2005).


-- "Silent Partner" (título en inglés), "Теневой партнер" (título en ruso). Estados Unidos / Rusia. Año 2005.
-- Dirección: James D. Deck.
-- Actuación: Tara Reid, Nick Moran, Gregg Henry, Patrick F. Gallagher, James D. Deck, Oleg Shtefanko, Igor Staroseltsev, Georgi Martirosyan, Irina Grigoryeva, Aleksandr Fastovskiy, Robert F. Lyons, James Keane, Sergei Konov, Veronika Izotova, Lyubov Germanova.
-- Guión: James D. Deck y Chris Larsen.
-- Banda Sonora: Larry Brown.

-- "Juego de espías" en IMDb.

¿DE QUÉ SE TRATA?

¿Crreían acaso que desde la derrota de Iván Drrago a manos de RRocky Balboa se había terrminado la amenaza rrusa? Piénselo otrra vez, tovarrich. Hay un ministro ruso que las pasa canutas con una tovarich que le gusta, ya saben, hacer cositas porque hace cositas, si es que son todas unas sueltas. Algo después, el tipo aparece en su casa, con su bolita de plomo dentro del cerebro. Suicidio, dicen, pero claro, es la Santa Madre Rusia, y ya sabemos que allá se estila que te metan talio en la bebida para dejarte un desfigurao que no digamos. En Yueséi, por su parte, un analista de la CIA dice "la economía de los soviets va viento en popa ahora que pateamos el culo comunista, América debe invertir en Rusia y prestar dinero... y obtener suculentas ganancias al cabo de un tiempo, cuando el parque industrial ruso crezca lo suyo", y de que usen ese parque industrial para reflotar el Red Army, bueno, eso nadie lo dice. En fin. El caso es que el suicidio del ministro le cae como patada en el estómago, porque el ministro en cuestión era el interesado en el préstamo. Para salvar su operación, y también mandao por sus jerifaltes de la CIA, debe viajar a Moscú. Allí se topa con que todos dicen que es suicidio, que le quieren dar carpetazo, que nadie colabora, lo de siempre, vamos. Además, el tipo no es James Bond, precisamente, porque tiene una cara de pasmao que te la vieras. En un minuto, claro, se hace la pregunta clave: ¿por qué envían a un tarado como yo para hacer esta investigación? Y se responde: ¡Claro, envían a un tarado como yo porque nadie quiere que haya investigación! (si hay algo más penoso que ser un tarado, es serlo y más encima darse cuenta). Pero, fiel a su tradición personal de ser un tarado, en vez de acusar recibo y darse media vuelta a casita a cobrar el cheque y vivir en paz y hacerse chica y procrear nuevos taraditos, decide que sí hará la investigación, de todos modos. En estos menesteres acaba topándose con la chica que decíamos al comienzo, porque bueno, siempre en estas pelis la chica y el chico se reúnen, o no hay tensión dramática sobre si follan o no follan. Juntos, ambos librarán una épica lucha por desenterrar la verdad, contra todo el apparachitnik ruso y sus buenas conexiones mafiosas yankis de paso. ¡Nastarobia, camarada!

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Ni James Bond en "GoldenEye" pudo limpiar ese hoyo infecto de corrupción económica y política que es Moscú a comienzos del XXI. Porque claro, derribaron a los tenebrosos Hijos de Stalin para instalar a los Hijos del Kapital en su lugar. Y el pueblo ruso, igual que siempre. Incluso, quizás peor. Aunque el clima es misericordioso: si estás muy cagao por la economía, siempre te queda la opción de dejarte morir de frío. O beber vodka a destajo, qué más da. En medio de todo esto, era cuestión de tiempo antes de que surgieran las coproducciones y alianzas fílmicas rusoamericanas. O sea, los yankis ponen el dinero (o los rusos, si hay que lavar lo suyo), y los rusos ponen los bellos paisajes y las basílicas de cúpulas doradas. "Juego de espías" (cuyo título original, "Silent partner", es un tanto más lógico para la trama, digámoslo, porque se refiere a un archivo computacional, y no, no es un espoiler porque se ve en los primeros diez minutos de trama) es un intento por hacer coproducción entre Rusia y América. Con la ubicua mano de Andrew Stevens por detrás como productor ejecutivo. ¿De quién, dice usted? ¡Joer, es que ustedes no vieron cine noventero! ¡Andrew Stevens era el productor/actor que se afilaba a Shannon Tweed en cosas como "Scorned", "Sueños ilícitos", "Night Eyes II"...! (¿quién dijo que Cine 9009 era solamente sobre cine de alturas? Yo no, por lo menos, y soy quien mantiene el blog funcionando, ¿eh?).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Digámoslo desde ya. Esta es la clase de pelis que se ven fácil, se digieren rápido y se olvidan con prontitud. Lo curioso es que, a pesar de su clara vocación de serie-B, es algo más estimable que el promedio. El argumento no es ninguna maravilla, y se sigue todos los tópicos del género (chica de infarto en peligro de muerte, chico lindo devenido en agente reluctante, conspiraciones en la sombra, traidores dentro de "los buenos", más unos cuantos tiroteos que animen el cotarro de cuando en cuando). El final podía haber sido algo bueno, pero no supieron montarlo bien, y quedó algo abierto a la libre interpretación, por decirlo con suavidad. Los giros de la trama permiten que la chica (Tara Reid, a quien nunca contratan por su talento actoral, ni menos cuando era la host de Wild On) muestre su peazo anatomía en una lencería obviamente diseñada para sus medidas corporales. Y las escenas de acción están relativamente bien resueltas, dentro de lo escaso del presupuesto (una persecusión automovilística, como manda el lugar común, un tiroteo con ametralladoras al mejor estilo "24"...). ¿Eso es demasiado poco para calificar a una peli como "buena"? Sí, estamos de acuerdo, pero es que la hizo el ya mencionado Andrew Stevens en coproducción con el Oso Ruso, con el vuelto del pan y tres sánguches de mermelada con mantequilla. Hay muchas otras pelis que las hacen con diez veces el presupuesto de lo que seguramente costó esto, que son tan pointless como ésta, y reciben mucha más atención y bombo, e incluso (¡AJ!) público. Buen truco: si te gastas una millonada, se nota que es una peli mediocre a la legua, mientras que si la haces con una mano por delante y la otra por detrás, las (escasas) virtudes relucen un poco por encima del marasmo general. Y al final, sí, la peli se aguanta y se defiende sola. De manera vacilante, pero se defiende.

-- Démosle algo de crédito a la banda sonora. No es una maravilla ni mucho menos, pero acompaña bien sin fastidiar, tiene los toques rusoskas justos para la ambientación, y si bien en ningún minuto tiene punch, tampoco distrae ni molesta.

IDEAL PARA: Ver de nochecita, en la camita, para conciliar el sueño con algo ligerito.

VIDEOS.

-- La escena de persecusión de autos [en inglés, doblada al ruso... yo qué culpa, así venía el video].

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