"Pinocchio 3000". Dirigida por Daniel Robichaud. Protagonizada por (las voces de, en inglés) Ellen David, Malcolm McDowell, Woopi Goldberg, Howie Mandell, Sonja Ball. Canadá / Francia / España. Año 2004.
¿De qué se trata?
Es el futuro. La ciudad es gobernada por un malvado alcalde que goza destruyendo toda forma de vida que no sea de metal. En medio de todo eso, el anciano inventor Gepetto construye a Pinocho, un hijo postizo que en realidad es un robot. Pinocho tiene un bonito corazón, pero es un cabezadura y le gusta más la parranda que la escuela (¿y a quién no?), así es que durante el primer día, a pesar de las recomendaciones de la gente que bien le quiere y bien le cuida, se manda a paseo con un par de malacatosos robots controlados por el alcalde. El alcalde decide dar un golpe maestro, cual es construir un parque temático para los chicoides de la ciudad, que encierra un horrible secreto... (¡es que el alcalde es muy, pero muy malo, MUAHAHAHAHÁ!). ¿Alcanzará Pinocho a descubrir la verdad? ¿Podrá rescatar a su anciano padre putativo Gepetto de las garras del maligno alcalde? Y especialmente... ¿llegará algún día a reemplazar su bello diseño cromado por la carne frágil y perecedera de un niño humano...?
El espíritu de los tiempos.
A comienzos del siglo XX, en una revista infantil cualquiera, aparecieron publicadas las aventuras de un singular muñeco de palo llamado Pinocho, que era desobediente, insolente y respondón. La idea de la historia era que Pinocho hacía toda clase de bellaquerías, y al final era castigado por ellas. Pero cuando los niños lloraron a gritos porque Pinocho, como resultado de sus barrabasadas, terminaba colgado de un madero, su autor Carlo Collodi tuvo que resucitarlo, inventarle nuevas aventuras, y al final convertirlo en un chico bueno y obediente y en un niño de verdad, para conservar la moralina de la historia. Y es que ya saben, al final son los malos quienes la llevan. Lo que iba a ser una simple historia más, tuvo un éxito tan fulminante, que se hicieron traducciones al extranjero, y de ahí derivaron múltiples adaptaciones fílmicas, incluyendo el "Pinocho" de Walt Disney, y la infame "Pinocho" de Roberto Begnini, hecha para lucimiento de su talento cómico (¿?) y actoral (¿?). De ahí que todo había que temerlo, de una adaptación de Pinocho ambientada en el futuro, con un robot de protagonista, que bien podía haber caído en hacer una película "guay" y "güenaonda". Pues no. A pesar de que esta película sigue siendo para un público infantil, y por tanto no tiene el nivel de crudeza de la historia original de Maese Collodi, su resultado final es bastante bueno (descontando el hecho de que algunos tópicos son archirrepetidos dentro del cine infantil).
¿Por qué verla?
- Es una notable película dentro del género que algunos llaman "retrofuturismo", es decir, una historia ambientada en un futuro cuya estética, imaginería, concepciones morales y desarrollo tecnológico coincide con las concepciones de lo que se estimaba como futurista en los '50s y '60s (léase "Los Supersónicos", por ejemplo). En esto es un filme mucho mejor que, por ejemplo, la interesante, pero no bien lograda "Robots", que es algo posterior (del 2005). En ese sentido, "Pinocho 3000" merecía una suerte mejor que pasar olvidada por la taquilla mundial.
- Es una recreación bastante fiel de la historia de Pinocho. Cuando decimos "fiel" nos referimos a la caracterización de los personajes principales, por supuesto, y a sus diversos elementos. El colmo de la delicadeza para con la historia original es que la máquina diabólica/infernal del villano está escondida nada menos que dentro de una ballena, rememorando el episodio de la historia original en el cual Gepetto y Pinocho se encuentran precisamente dentro del vientre de un animal así. Eso, por no hablar de la presencia del policía, por ejemplo. A cambio, la introducción de dos personajes nuevos (el alcande como malo malosísimo, y la hija del alcalde como sucedáneo infantil de la Princesa Aura de Flash Gordon) desnaturaliza un tanto el relato original. Pero tampoco se podía ser tan canónico, ¿verdad?
- Funciona estupendamente bien dentro de los esquemas que se esperan de una película infantil. O sea, aunque tiene su cierta dosis de moralina, lo que prima es el sentido de la aventura y la maravilla.
- El tratamiento estético del filme es increíble. La secuencia de la creación de Pinocho es una maravilla visual, así como la recreación de la ciudad. Y por cierto, aquí tenemos una muestrita más de la larga sombra que proyecta el "Metrópolis" de Fritz Lang: la secuencia del nacimiento de Pinocho es deudora, una vez más (así como la de Darth Vader en el "Episodio III" de ya saben qué saga galáctica), de la secuencia del nacimiento de Futura/Parodia en ese otro filme.
IDEAL PARA: Ver una interesante muestra de cine retrofuturista.
¿De qué se trata?
Es el futuro. La ciudad es gobernada por un malvado alcalde que goza destruyendo toda forma de vida que no sea de metal. En medio de todo eso, el anciano inventor Gepetto construye a Pinocho, un hijo postizo que en realidad es un robot. Pinocho tiene un bonito corazón, pero es un cabezadura y le gusta más la parranda que la escuela (¿y a quién no?), así es que durante el primer día, a pesar de las recomendaciones de la gente que bien le quiere y bien le cuida, se manda a paseo con un par de malacatosos robots controlados por el alcalde. El alcalde decide dar un golpe maestro, cual es construir un parque temático para los chicoides de la ciudad, que encierra un horrible secreto... (¡es que el alcalde es muy, pero muy malo, MUAHAHAHAHÁ!). ¿Alcanzará Pinocho a descubrir la verdad? ¿Podrá rescatar a su anciano padre putativo Gepetto de las garras del maligno alcalde? Y especialmente... ¿llegará algún día a reemplazar su bello diseño cromado por la carne frágil y perecedera de un niño humano...?
El espíritu de los tiempos.
A comienzos del siglo XX, en una revista infantil cualquiera, aparecieron publicadas las aventuras de un singular muñeco de palo llamado Pinocho, que era desobediente, insolente y respondón. La idea de la historia era que Pinocho hacía toda clase de bellaquerías, y al final era castigado por ellas. Pero cuando los niños lloraron a gritos porque Pinocho, como resultado de sus barrabasadas, terminaba colgado de un madero, su autor Carlo Collodi tuvo que resucitarlo, inventarle nuevas aventuras, y al final convertirlo en un chico bueno y obediente y en un niño de verdad, para conservar la moralina de la historia. Y es que ya saben, al final son los malos quienes la llevan. Lo que iba a ser una simple historia más, tuvo un éxito tan fulminante, que se hicieron traducciones al extranjero, y de ahí derivaron múltiples adaptaciones fílmicas, incluyendo el "Pinocho" de Walt Disney, y la infame "Pinocho" de Roberto Begnini, hecha para lucimiento de su talento cómico (¿?) y actoral (¿?). De ahí que todo había que temerlo, de una adaptación de Pinocho ambientada en el futuro, con un robot de protagonista, que bien podía haber caído en hacer una película "guay" y "güenaonda". Pues no. A pesar de que esta película sigue siendo para un público infantil, y por tanto no tiene el nivel de crudeza de la historia original de Maese Collodi, su resultado final es bastante bueno (descontando el hecho de que algunos tópicos son archirrepetidos dentro del cine infantil).
¿Por qué verla?
- Es una notable película dentro del género que algunos llaman "retrofuturismo", es decir, una historia ambientada en un futuro cuya estética, imaginería, concepciones morales y desarrollo tecnológico coincide con las concepciones de lo que se estimaba como futurista en los '50s y '60s (léase "Los Supersónicos", por ejemplo). En esto es un filme mucho mejor que, por ejemplo, la interesante, pero no bien lograda "Robots", que es algo posterior (del 2005). En ese sentido, "Pinocho 3000" merecía una suerte mejor que pasar olvidada por la taquilla mundial.
- Es una recreación bastante fiel de la historia de Pinocho. Cuando decimos "fiel" nos referimos a la caracterización de los personajes principales, por supuesto, y a sus diversos elementos. El colmo de la delicadeza para con la historia original es que la máquina diabólica/infernal del villano está escondida nada menos que dentro de una ballena, rememorando el episodio de la historia original en el cual Gepetto y Pinocho se encuentran precisamente dentro del vientre de un animal así. Eso, por no hablar de la presencia del policía, por ejemplo. A cambio, la introducción de dos personajes nuevos (el alcande como malo malosísimo, y la hija del alcalde como sucedáneo infantil de la Princesa Aura de Flash Gordon) desnaturaliza un tanto el relato original. Pero tampoco se podía ser tan canónico, ¿verdad?
- Funciona estupendamente bien dentro de los esquemas que se esperan de una película infantil. O sea, aunque tiene su cierta dosis de moralina, lo que prima es el sentido de la aventura y la maravilla.
- El tratamiento estético del filme es increíble. La secuencia de la creación de Pinocho es una maravilla visual, así como la recreación de la ciudad. Y por cierto, aquí tenemos una muestrita más de la larga sombra que proyecta el "Metrópolis" de Fritz Lang: la secuencia del nacimiento de Pinocho es deudora, una vez más (así como la de Darth Vader en el "Episodio III" de ya saben qué saga galáctica), de la secuencia del nacimiento de Futura/Parodia en ese otro filme.
IDEAL PARA: Ver una interesante muestra de cine retrofuturista.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario