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11 años de Cine 9009 en línea.
El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).
viernes, 19 de febrero de 2010
"Terminator" (1984).
-- "The Terminator". Estados Unidos. Año 1984.
-- Dirección: James Cameron.
-- Actuación: Arnold Schwarzenegger, Michael Biehn, Linda Hamilton, Paul Winfield, Lance Henriksen, Bess Motta, Earl Boen, Rick Rossovich, Dick Miller, Shawn Schepps, Bruce M. Kerner, Franco Columbu, Bill Paxton, Brad Rearden, Brian Thompson.
-- Guión: James Cameron y Gale Anne Hurd, con diálogos adicionales de William Wisher Jr., sobre una idea acreditada ex-post a Harlan Ellison.
-- Banda Sonora: Brad Fiedel.
-- "Terminator" en IMDb.
-- "Terminator" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Unos rayos muy ochenteros nos anuncian lo que vendrá. ¿Cazafantasmas, Highlander...? Er... No. Se trata de un mijo en bolas, que se acerca a una pandilla de punks, y les pide amablemente la ropa. Como ellos deciden no dársela, faltaba más, quedarse en bolas ellos (como si ser punk no fuera un poco estar mentalmente en bolas, anyway), nuestro sujeto decide aplicarles un pequeño correctivo: puñetazo en la panza que lo perfora de parte a parte, etcétera. Bueno, los punks tienen excusa: en la época no se conocía todavía a... ¡¡¡ARNOLD!!! Al mismo tiempo, en otra parte de la ciudad, un segundo juego de rayos hacen aparecer a... ¿Cazafantasmas, Highlander? ¡¡¡QUE NO, HE DICHO!!! A otro tipejo en bolas, que se trata de conseguir ropa, pero robándola sin tener que matar a nadie. O sea, el primero es el maloh, y el segundo el jovencito. Pues bien, el malo va a una tienda de armas y se apera como era bueno hacerlo en la Era Reagan, que no por nada era patrocinado por la Asociación Nacional del Rifle, y luego de quedar hecho un miliciano, toma la guía telefónica por la página "Sarah Connor". Luego de descubrir que hay tres, le da el bajo a dos de ellas. El otro tipo, mientras tanto, se las apaña para llegar hasta la tercera Sarah Connor, y empieza a seguirla. La tal Sarah Connor es una rubia media desaliñada, ni tan hortera que sea muy ochentas ni tan bonita que merezca fotos en lycra-gym aerobicosas como se estilaban en ese tiempo, y empieza a mosquearse porque el noviecito la deja plantada primero (bueno, vaya hombre feliz, no sabe de la que se salvó), y luego porque la está siguiendo su acosador particular. En una discoteca llamada Tech Noir, que de tech tiene más que nada ese punchipunchi ochentero de toda la vida, ambos hombrones se encontrarán por primera vez. Y entonces, Sarah Connor descubrirá la verdad: el acosador en realidad la quiere salvar del otro tipo, que no es un ser humano sino un terminator, un cyborg cubierto de tejido humano que quiere eliminarla, porque ella parirá con el dolor de su vientre al futuro salvador de la Humanidad y todo. Una Virgen María cualquiera la chica (¡para colmo su futuro hijo será J.C.!).
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
"Terminator" fue la peli que puso en el mapa a James Cameron, cuyo gran crédito anterior era ¡"Piraña II"! Fue precisamente en el complicadísimo (¡¡!!) rodaje de "Piraña II" (pero hombre, qué tan complicado puede ser rodar eso: bicho muerde actor y sería tó) que tuvo la pesadilla de un robot de metal saliendo de las llamas, listo para cortarle las criadillas y devorarle. La idea estaba en el ambiente. A finales de los '70s, el Nuevo Hollywood realista y socialmente comprometido estaba agotándose, en reemplazo del blockbuster de toda la vida ("La guerra de las galaxias", "Superman"...), y de por medio había venido la revolución tecnológica, y los computadores eran the next best thing. Esto llevó a la eclosión de un cine que podríamos llamar "proto-cyberpunk", con pelis tales y como "Escape de Nueva York", "Blade Runner", "TRON", "Videodrome", "Proyecto Brainstorm"... la idea estaba en el aire. James Cameron, en compañía de Gale Anne Hurd, su productora y más tarde una de las cinco esposas consecutivas que el masho ha tenido hasta la fecha, le dieron vida a lo que era en toda regla un producto de serie B, sin realmente demasiado futuro por delante, algo muy acorde con el tema de la peli, por supuesto. Pero el futuro postapocalíptico presentado, o más bien intuido en la peli, calzó espectacularmente con el Zeitgeist de su época, en plena Era Reagan, con la deshumanización a manos de las máquinas, el terror al holocausto nuclear, etcétera, y dio origen a una parida de secuelas que no se detienen ("Terminator 2: El juicio final", "Terminator 3: La rebelión de las máquinas", "Terminator: La salvación"...). O sea: "Terminator" llegó a ser una gran peli no porque fuera planificada como tal desde el comienzo, sino por una serie de circunstancias y decisiones en apariencia casuales, pero que con el tiempo probaron ser las correctas.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es la obra maestra de James Cameron. Al respecto, digamos que James Cameron, si bien es un buen director palomitero, es pretencioso adjudicarle la categoría de artista. Es un artesano, y muy bueno, pero sus pelis tienden en general a sobreponer la técnica pura y bruta por sobre el alma. Pensemos en lo que hubiera sido "Terminator" si hubiera contado con los 300 millones de presupuesto de "Avatar", por ejemplo. En primer lugar habríamos tenido muchas escenas más del futuro postapocalíptico, porque James Cameron es un incontinente respecto de mostrar más y más de sus universos narrativos, con el resultado de que ese futuro hubiera sido mucho menos temible, ya que si hay una razón por la que este futuro postapocalíptico en particular es tan terrorífico, es porque se lo sugiere con algunos flashforwards estratégicamente insertados, sin mostrársenos todo el detalle. En segundo lugar, la peli se habría empinado sobre las dos horas y media, quizás las tres, para narrarnos miles de cosas sobre Sarah Connor que no venían a cuento. En tercer lugar, las explosiones y persecusiones hubieran quedado mucho más vistosas, sí, pero hubiéramos perdido de vista el factor humano, y en algún minuto hubiéramos dejado de preocuparnos por la suerte de Sarah Connor, un poco como pasa con las escenas de acción de "Avatar" por ejemplo (no por casualidad, el mejor duelo de la peli es el avatar vs. el mech, que es también el más a escala "humana"). En cambio, como "Terminator" fue rodada con el vuelto del pan o poco menos, tuvimos en cambio un futuro amenazante por lo entrevisto, una narración recortada a lo esencial, y escenas de acción que en ningún minuto ensombrecían a los protas. Además, "Terminator" es la única peli pesimista de Cameron (quizás porque muchos conceptos acá fueron desarrollados en colaboración con Gale Anne Hurd, y tengo el presentimiento de que ella estuvo mucho más envuelta de lo que se piensa en el desarrollo de la peli como concepto), y la prueba está en que su primer final iba a ser otro (Sarah Connor y Kyle conseguían detener la creación de Skynet), y que en todo caso ese final sí fue usado en "Terminator 2: El juicio final", a pesar de que niega por completo todas las premisas argumentales de "Terminator" (en "Terminator 2: El juicio final" queda claro que el futuro sí puede ser cambiado, a diferencia de "Terminator"... en eso "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" volvió las cosas a como debieron ser en primer lugar para una secuela). Ya se encargaría de dejarnos claro todas estas cosas James Cameron, al rodar "Alien 2" (a mi gusto la peor de la tetralogía original, por mucho que le pongan), "El secreto del abismo", "Terminator 2: El juicio final" (tecnooptimista ahí donde "Terminator" es nihilismo puro), "Mentiras verdaderas" (entretenida pero insubstancial), "Titanic" (el mundo se va al carajo pero aún quedan triunfos morales, compañero) y "Avatar" (en el cual el final optimista está garantizado por el deus ex machina más grande desde que se inventó la franquicia fílmica de Harry Potter). Es probable entonces que ésta sea la pieza maestra de James Cameron no gracias a él... sino a pesar de él mismo.
-- Es también la obra maestra de Arnold Schwarzenegger. Admitámoslo, Schwarzenegger es un actor con un registro terriblemente limitado, y si hace gracia verlo en el cine, es porque en el fondo el tipo sabe que su participación es una payasada, y se divierte haciéndolo (a diferencia de Sylvester Stallone, que sí se cree un gran actor, y que por eso es mucho más insoportable en general). Cuando "Terminator" estaba en sus prolegómanos, Schwarzenegger estaba haciéndose un nombre gracias a su protagónico en "Conan el Bárbaro". El rol estuvo a punto de ir a Lance Henriksen, convencidos de que el Terminator debía ser un ser humano común capaz de infiltrarse entre seres humanos comunes (Henriksen es, por más señas, el renacuajo que es segundo en la cadena de mando de la comisaría, porque sí se quedó en la peli a fin de cuentas). Y después, cuando decidieron que era bueno tener a un Terminator con más presencia, el rol iba a ir a Michael Biehn, y Arnold iba a ser el héroe. Claro, con ese cuerpazo de Mister Universo, era poco creíble que el bueno no pudiera atizar de yoyah al maloh hasta reventarlo, de manera que cambiaron los papeles, y así Schwarzenegger interpretó el que sería su rol definitivo. Además, su escaso registro actoral le ayudó a interpretar incluso mejor su papel de máquina de matar inexpresiva (esta lección la aprovechó bien después Robert Patrick en "Terminator 2: El juicio final", pero muy mal Kristanna Loken en "Terminator 3: La rebelión de las máquinas", en la que ella no parece una fría robot asesina sino una muñequita caprichosa poniendo boquita de princesita fruncida cada vez que algo le sale mal a su personaje).
-- La peli misma está rodada de manera absolutamente magistral. Aunque la idea ha sido saludada como brillante, en realidad no hay que rascar mucho para darse cuenta de que en el fondo "Terminator" es el mismo viejo cuento de la princesa en apuros, el dragón que se la quiere comer, y el apuesto príncipe en armadura brillante que viene a salvarla. Una de las dificultades supremas que han tenido las secuelas de "Terminator" es justamente su incapacidad de poder expandir más allá un concepto que no admite expansión posible, sin desnaturalizar la historia de base ("Terminator 2: El juicio final" es simplemente un remake en el cual se le aplica morphing al robot y se añade a Skynet como mcguffin, "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" le da un pequeño giro al poner como blancos potenciales a los futuros lugartenientes de J.C. y le cambia el final, y en "Terminator: La salvación" simplemente echaron toda la premisa por la borda). Es maravilloso lo que consigue James Cameron en términos de cine, con un guión tan escuálido, porque la peli en sí no es más que una escena de acción encadenada a otra escena de acción, pero todo acontece de manera tan frenética, que no te deja tiempo para respirar. La historia entera transcurre más o menos en 48 horas (el enfrentamiento final es dos noches después de la llegada de los dos viajeros del futuro), y la tensión narrativa no disminuye en ningún minuto. Las escenas de acción son vibrantes, y el aprovechamiento inteligente de los escasos recursos las hacen aún más espeluznantes dentro de su realismo (cuando tienes a un cyborg elaborado por morphing de cien millones de dólares perforando el vidrio de tu vehículo, te relajas porque como que se ve un poco irreal, mientras que si ves a un actor físicamente hacer la proeza con sus puros puños, ya te estremeces un poco porque estás viendo que eso es de verdad, y te imaginas que, leñe, claro que te puede pasar a tí el menos parao de los días...). Las escenas en que Sarah Connor y Kyle Reese se van conociendo y respetándose poco a poco hasta que el asunto acaba en... bueno... er... conocimiento carnal, claro está, si así era el cine en los '80s, están rodadas también con una extraordinaria humanidad. Lo mismo vale para el proceso de conversión de Sarah Connor, desde una adolescente puteada por la vida en un empleo de mierda y con un novio de mierda, hasta una mujer autosuficiente y capaz de enfrentar su destino (además, no se nota tanto el síndrome que padece James Cameron, de que sus alabadas y cacareadas "mujeres fuertes" en realidad sean machos con tetas, como si no hubiera otra forma de que una mujer pudiera ser una hembra de carácter). Alrededor la atmósfera opresiva, con una ciudad infecta y llena de callejones, y seres humanos miserables cuyas existencias están de todas maneras condenadas porque sobre ellos camina la sombra del futuro e inminente holocausto nuclear, encogen aún más el corazón. James Cameron tiene la habilidad de que su máquina de matar imparable se introduce en lo cotidiano de las personas, tocando la puerta de la casa de una housewife o dejando hecha tiritas una estación de policía, acentuando así más esa sensación de violación (intimidad violada en el primer caso, seguridad pública violada en el segundo). Y por último tenemos la excelente banda sonora de Brad Fiedel, que sólo cede a la electrónica más hortera (y nunca demasiado) en las escenas de discoteca y en que los personajes escuchan personal stereo, y el resto del tiempo es un amenazante ruido de cañerías como se estilaba hacerlo con los sintetizadores y samplers por las bandas de música protoindustrial o EBM de los '80s. En resumen, aunque esta peli en el fondo tiene un argumento de lo más convencional, se las apaña a punta de una dirección firme y sólida para salir avante, y eso también vale a la hora de hacer buen cine.
-- Capítulo aparte merece el estupendo tratamiento del tema del tiempo y de la predestinación, omnipresente sobre toda la peli. EL PÁRRAFO ENTERO SIGUIENTE, ES SPOILER, ASÍ ES QUE SI ERES DE LOS POCOS BICHOS RAROS QUE NO HAN VISTO "TERMINATOR", NO SABES CÓMO TERMINA, Y TIENES PLANES DE VERLA, NO DEBERÍAS SEGUIR LEYENDO. Desde el comienzo sabemos que la guerra fue librada y que los robots ganaron. El destino parece inevitable. La única esperanza es el hijo nonato de Sarah Connor, e incluso esta esperanza parece a punto de desfallecer. ¿Está todo escrito y predeterminado? Buena parte del cine de Hollywood se inclina por la negativa, por la opción de que el futuro puede ser cambiado, una opción lógica si se considera que Hollywood es la fábrica de sueños, y no hay mucho sueño en tener un panorama deprimente al final del túnel. Un ejemplo extremo de final feliz forzado es el de "Sentencia previa", por ejemplo, en el que todo el tema de la predestinación y lo predeterminado se rompe con un final que se paspa el diazme con todo lo que el argumento había ido construyendo de manera tan laboriosa. E incluso "Terminator 2: El juicio final", con guión y dirección del mismísimo James Cameron otra vez, hace esa concesión a la audiencia. Pero en "Terminator" no queda mucho espacio para la esperanza. Vemos distintos detalles en la peli que a lo largo de dos narraciones paralelas (el presente, y los esporádicos flashforwards del futuro) se van encadenando para producir un único resultado, que más encima es obvio desde que empieza la peli (si el futuro pudiera ser cambiado, los viajeros del tiempo no habrían llegado, en primer lugar, el malo porque no existiría, y el bueno porque no tendría necesidad, y la peli nunca habría arrancado desde su primer fotograma). El final de la peli es anunciado ya desde el comienzo, y todo lo que va pasando se va concatenando hasta terminar en una verdadera tragedia griega. Sí, al final el Terminator es destruido, y sí, al final Sarah Connor consigue sobrevivir e incluso queda embarazada de su futuro hijo el mesías de la Humanidad postapocalíptica, pero... ¿acaso no se suponía que eso debía pasar de todos modos, para que se configurara el horripilante futuro que adivinamos desde el primer minuto de peli? La respuesta es obvia: sí. En ese sentido, la paradoja temporal que involucra "Terminator" (el viajero "bueno" es el padre del futuro salvador de la Humanidad y con su viaje hace esto posible, así como el viajero "malo" y la tecnología que ha quedado convertida en chatarra hace posible la construcción de Skynet y el apocalipsis futuro, como se intuye en esta peli y se señala explícitamente en "Terminator 2: El juicio final") está tan bien armada y cerrada, como la trampa sobre la pata de la zorra, que esta peli no admitía secuelas de ningún tipo, que pudieran destruir todo lo tan bien equilibrado aquí. Pero ya sabemos cómo es Hollywood. Si se atrevieron a rodar "Máxima velocidad 2" a sabiendas de lo ridículo que resulta que a una misma chica le pase dos veces que un loco pirado ponga bombas en un vehículo y ordena que el vehículo no se detenga, con mayor razón se iban a atrever a rodar secuelas de "Terminator". Bueno, así es como nos va.
IDEAL PARA: Ver una peli de Ciencia Ficción, que de un argumento convencional saca un buen guión y una aún mejor realización.
P.D.: (¿Se dan cuenta de que me hice el casi imposible de escribir una reseña completa con comentarios y todo sobre esta peli, sin tener que escribir "John Connor" ni una sola v...? Er... Er... ¡Maldición!).
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
-- Secuencia de créditos con la música de Brad Fiedel [sin necesidad de subtítulos].
-- Inicio de la peli [doblado en español].
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jueves, 18 de febrero de 2010
"Escape de Nueva York" (1981).
-- "Escape from New York". Estados Unidos. Año 1981.
-- Dirección: John Carpenter.
-- Actuación: Kurt Russell, Lee Van Cleef, Ernest Borgnine, Donald Pleasence, Isaac Hayes, Season Hubley, Harry Dean Stanton, Adrienne Barbeau, Tom Atkins, Charles Cyphers, Joe Unger, Frank Doubleday, John Strobel, John Cothran Jr., Garrett Bergfeld
-- Guión: Nick Castle y John Carpenter.
-- Banda Sonora: Alan Howarth y John Carpenter.
-- "Escape de Nueva York" en IMDb.
-- "Escape de Nueva York" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Es el futuro, en el año... ¡¡¡1997!!! Estados Unidos está ganando por paliza la Tercera Guerra Mundial, paseándose como Petrovich por su casa por Leningrado y la dacha del Doctor Zhivago, y de paso ha reprimido el crimen con la original idea de convertir a Nueva York en un cute detention center, amurallando a la antigua ciudad y metiendo a los prisioneros a que sobrevivan como mejor puedan. Pero si hay una lección que los políticos jamás aprenden, es que los políticos jamás aprenden. Er, bueno, er... OK, vamos a plantearlo de manera más específica. Otra lección que los políticos tampoco aprenden, es que si construyes una trampa, bien puedes caer en ella. Le pasa al Presidente de los Estados Unidos, que es secuestrado en el Air Force One, y como es Donald Pleasence y no Harrison Ford, no se defiende, y es tirado por un grupo de Revolucionarios Vengadores Guevaristas Sandinistas Defensores del Pueblo Nadie Los Llamó, justamente en medio de Nueva York. Como en 1997 todavía no empezaba "24", no podían contar con los servicios de Jack Bauer, así es que deben recurrir a la carta desesperada: Snake Plissken, un ex combatiente que pateó culos tovarich en Leningrado y que hará solito lo que un piquete de los mejores boys yanketas de pro se han mostrado ineficaces de hacer. ¿Ya dijimos, a propósito, que le meten unas lindas bombitas de nitroglicerina bajo la piel, que le reventarán el cuello, si no las desactivan en 24 horas, y que el precio de esa desactivación es Mr. President...?
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
John Carpenter. Nuestro chinchinero favorito: no sólo escribía sus guiones y hacía sus pelis, sino que además componía la banda sonora. Y cuando no, como en "La cosa", ordenó a Ennio Morricone himself: "hazla electrodark como la hubiera hecho yo. And call me Snake... er... no... Carpenter, call me Carpenter". Después de lanzar su primer gran hit fundando de refilón el Slasher Movie ochentero, pariendo las andanzas de Michael Myers en "Halloween", intentó promover un guión que había escrito por allá por 1974 (la larga sombra de Watergate, la desconfianza del Gobierno, etcétera). Y como "Halloween" había hecho dinero, le dieron sus fondos. Con un segundo éxito en el bolsillo, John Carpenter se transformó así en el monarca indiscutible de la serie B ochentera, tomando todas las lecciones de la vieja serie B de los '50s (no en balde, su siguiente peli sería un remake de la cincuentera "El enigma de otro mundo", cual es "La cosa"), y dándole un buen baño de cinismo antireaganiano, creando una buena cantidad de pelis con empaque en los años sucesivos. "Escape de Nueva York" podrá no ser la mejor peli de la Historia, y tiene sus falencias por aquí y por allá, pero consiguió el casi imposible de transformarse en un film icónico sobre un tema irónicamente tan yanketa como es la fe en el individuo versus la desconfianza en las instituciones. En "Todos los hombres del Presidente" no pudieron hacerlo mejor.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una de John Carpenter. Eso significa: una buena artesanía low-budget, pero muy funcional, al servicio de una historia potente. Aunque valorado principalmente por el frikerío, la verdad es que John Carpenter es un director de talante sumamente clásico: guión de diálogos sólidos, economía de recursos narrativos, predominio de la historia por sobre el efecto especial, abundante subtexto... Todas cosas que hoy en día es más que un poco complicado encontrar (se me ocurre un Bryan Singer quizás, pero sin tanto genio). A ratos diera la impresión de que estuviéramos viendo un Spaghetti Western, sólo que con estado policial near-future en vez de sheriff rápido para el gatillo, impresión que es apoyada por contratar a Lee Van Cleef de coprota, y ya que Clint Eastwood no estaba disponible (hubiera sido la secuela futurista de "El bueno, el malo y el feo"), le dijeron a Kurt Russell, niñito bonito Disney en aquellos años: "ya, haz el Clint y estamos aviados". Quizás esto contribuya a que "Escape de Nueva York" se vea hoy en día, a casi treinta años de su realización, un tanto avejentada, incluso para los estándares del cine made in 1981. Pero bueno, si uno se ve avejentado porque antes se preocupaban de hacerlo bien, y ahora no...
-- Es un protoejemplo de lo que después va a ser llamado el Cyberpunk. No puede considerarse a esta peli como Cyberpunk propiamente tal porque no posee la iconografía clásica al completo (el gran breakout cyberpunk que fue "Blade Runner" vendría un año después, y aún faltaba mucho para "Akira", "Ghost in the Shell" o "Mátrix"), pero sí tiene algunos de sus elementos: la presencia de un gobierno opresivo, la eliminación de las libertades individuales, una Tercera Guerra Mundial en los bastidores de la trama, el antihéroe nihilista, la sociedad decadente y hundida en la pobreza (faltan las corporaciones, los cabletas, los cyborgs y la realidad virtual, y el cuadro habría estado completo, todos elementos que, por cierto, John Carpenter más o menos sí incluyó en la secuela/remake que fue "Escape de Los Angeles"). Pero es innegable que había un espíritu de época: no había que empujar demasiado el 1997 de "Escape de Nueva York" para encontrarse con el 2019 de "Blade Runner" (del año siguiente, insisto) o con el 2064 de "Mátrix". O "Escape de Nueva York" como el missing link entre el cine distópico preinternético ("Cuando el destino nos alcance", "Westworld", "Fuga en el siglo XXIII"...) y el más moderno Cyberpunk. Digámoslo de manera más crasa: es imposible que una persona que no haya visto "Mátrix" entienda a cabalidad lo que es el Cyberpunk, pero es imposible que una persona que no haya visto "Escape de Nueva York" entienda a cabalidad lo que es "Mátrix". Así de simple.
-- Kurt Russell as Snake Plissken. El estudio quería al duro Charles Bronson para el papel. ¿Muy viejo Mr. Bronson para el papel, Mr. Carpenter? Oh, bueno, tenemos a ese jovenzuelo entonces, ¿cómo es que se llama? ¡Ah, sí! ¡TOMMY LEE JONES! (sí, ya en esos años estaba vivo). Pero John Carpenter, dale con que quería al cantadisney Kurt Russell. El estudio: ¿ese niñito Disney, el Zack Efron de los '70s, haciendo de duro cantamañanas en un filme distópico, violento y antisistémico...? Pero John Carpenter estaba convencido de que su talento actoral podía (bueno, eso, y que Russell haría cualquier cosa extrafelacional para borrar su imagen de cute Disney boy, siendo dócil arcilla en las manos de su director... y no se equivocó. Profesionalmente hablando, claro está). Kurt Russell vio llegada la oportunidad de oro y no la desaprovechó, haciendo tan suyo el papel, que treinta años después los estudios que quieren hacer el remake de la peli tienen serios problemas para recast el personaje (en particular desde que Gerard Butler, el único candidato que fuera de hallazgos inesperados pintaba para un Snake Plissken de catego, dijo no). Parte de la magia de la peli es la acerada descripción de un Estados Unidos policial estilo Patriot Act (aunque Donald Pleasence como el Presidente tiene cara de inteligente, o de humano al menos, mientras que George W. Bush parecía más lerdito y, por qué no decirlo, más simiesco también). Pero la otra parte de la peli es que frente a ese sistema podrido hasta la médula, se para Snake Plissken, en la mejor tradición del cowboy solitario y crepuscular, luchando por nada más que por sí mismo, héroe a la fuerza, pero que les va a mostrar a esos empingorotados culoasientos lo que puede hacer un hombre con un par. Y es la interpretación de Russell lo que consigue la alquimia.
-- El resto de los personajes está también por todo lo alto. Donald Pleasence es una opción inmejorable como el Presidente de los Estados Unidos, dándole cuerpo a la clase de rata de alcantarilla que nada aprende y nada olvida (impagables sus dos escenas finales, las que no adelantaré, pero que retratan de cuerpo entero lo mezquino de su carácter). Lee Van Cleef compone un personaje quizás incluso tan duro como Snake Plissken, haciéndole curiosamente más creíble (o sea, Snake Plissken no es una anomalía de la naturaleza, a fin de cuentas, como un Jack Bauer cualquiera) y podemos intuir aquello de que "amigos... quizás en otro tiempo... en otro lugar...", pero él ha elegido trabajar para el sistema, y aunque eso no lo hace oficialmente "el villano" (ni Van Cleef lo interpreta de ese modo), muestra claramente la elección vital que ha hecho Snake Plissken de no transar con un sistema en el que no cree, por la vía de mostrarnos como sería su vida si se hubiera quedado como militar en vez de transformarse en un renegado. Ernest Borgnine en el rol de taxista dentro de Nueva York (¡¡!!) compone un rol sobre el papel bastante tonto (¿nueve años llevando pasajeros dentro de un Nueva York en donde nadie tiene dinero para pagar...?), pero a punta de maestría actoral lo hace entrañable, y más que un mero alivio cómico. El Duque, el principal villano, viene interpretado por un nigga (¡era que no, si es 1981 después de todo!), nada menos que Isaac Hayes, bien conocido por la parroquia por cantar ese clásico hard-funkie setentero que era "Shaft!" (¿no lo conocen? ¿Es que no les enseñan nada a los niños en el cole por estos días?). Y Adrienne Barbeau, bueno... Hmmmmmm... Vamos tejiendo calceta: John Carpenter estuvo ligado hasta 1978 a su productora Debra Hill (quién, estoica ella, siguió trabajando durante años con él después), y en esas fechas se fijó en la rotunda anatomía de Adrienne Barbeau, escribiendo un papel completamente superfluo en la peli sólo para darle ocasión de mostrar carrocería (escote nada más, eso sí, pero... ¡¡¡QUÉ ESCOTE, BASTET MÍA, QUÉ ESCOTE!!!).
-- Bueno, olvidándonos de discursos sociales y socialistoides en general, quizás la magia de esta peli es que John Carpenter consiguió esa alquimia que pocos genios narrativos consiguen alcanzar, cual es mezclar exitosamente dos géneros en principio completamente divergentes. A primera vista es una peli de Ciencia Ficción (y como ya apuntamos, tiene aires de Spaghetti Western crepuscular), pero si hemos de adscribirla a un género en particular, debe ser sin lugar a dudas al carcelario. Ya saben: prisionero injustamente encerrado, planes de evasión, prisionero que debe ser extraído junto con el prota, alcaide del carajo que putea a todos en su prisión porque es SU prisión (el Duque, en este caso), etcétera. El único detalle es que los mandamases del Gobierno no se jodieron mucho pensando en la cárcel, y simplemente amurallaron Nueva York (otro golpe bajo: el principal centro bursátil mundial, convertido literalmente en baluarte del Fascismo Americano). Y es que, como bien supieron en la tercera temporada de "Prison Break" (¿o cuarta? Ya ni sé. La que los joden en Panamá: misma serie, diferente cárcel), lo que mola de las pelis de cárceles es que le pongan cada vez un aditamento distinto. Así ha sido desde "El gran escape" hasta "Expreso de medianoche" (por mencionar ejemplos de los últimos quince años antes de esta peli), y en este caso, la cárcel está en un entorno de Ciencia Ficción. Ya saldrían cosas como "La fortaleza" para depredar el concepto de "peli carcelaria Sci-Fi". Siempre salen furúnculos como ése a las buenas pelis. Bueno, al menos Christopher Lambert tomaba el relevo de Kurt Russell. Y ahora, démosle voto a Zach Efron, si total un chico Disney ya pudo dar el salto, por qué otro no... (ja, a poco se tomaron eso en serio).
IDEAL PARA: Ver la abuelita del Cyberpunk.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
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Adrienne Barbeau,
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Tom Atkins
miércoles, 17 de febrero de 2010
"La cosa" (1982).
-- "The Thing". Estados Unidos. Año 1982.
-- Dirección: John Carpenter.
-- Actuación: Kurt Russell, Wilford Brimley, T.K. Carter, David Clennon, Keith David, Richard Dysart, Charles Hallahan, Peter Maloney, Richard Masur, Donald Moffat, Joel Polis, Thomas G. Waites, Norbert Weisser, Larry J. Franco, Nate Irwin.
-- Guión: Bill Lancaster, basado en el relato "¿Quién anda ahí?" de John W. Carpenter Jr.
-- Banda Sonora: Ennio Morricone.
-- "La cosa" en IMDb.
-- "La cosa" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Algo espeluznante ha llegado desde el espacio exterior. Y no, no es Barney el Dinosaurio. La guinda se la tendrán que comer un puñado de aguerridos científicos yanketas (para variar) apostados en la Antártica por alguna razón no especificada, pero qué bueno están ahí o no habría peli. De pronto ven aparecer un helicóptero tratando de barrer del mapa a un lindo e inocente husky siberiano. O la raza que sea. Después de todo, no es de veritas husky ni siberiano. Pero es igual de malo que si viniera de Siberia, peor que enema de comunista... Del heli se baja un tipo gritando garbanotzia-garbanotzia, y trata de disparar a la desesperada. Mala idea. Es acribillado. Y el perro, bien, gracias, que estupendo me lo paso. El grupo se mira y remira, y qué diablos le pasó al maldito albanés. No, es noruego. Bueno, hay una base noruega cerca (lo que es cerca en la Antártica, o sea, laperracientos kilómetros pa'llá), así es que habrá que inspeccionar. Con mal clima y todo. Nuestro héroe aguerrido, sabemos que es el héroe porque es Kurt Russell y es una de John Carpenter, y Russell es como el hijito musculoso que Carpenter nunca tuvo, viaja a la base. Y descubre algo rarísimo. Un cadáver congelado por gentileza de Congeladores Antártica, 200 millones de años congelando para usted. Bueno, el cuerpillo es más reciente. Y además viene con bomba biológica adentro: resulta que el cuerpo no estaba tan congelado como se suponía (por eso mi mami me dijo siempre que no pusiera la carne a descongelar si no me la iba a servir). Por su parte el perro ha estado circulando por toda la base, con cara de santito de estampa, y cuando lo dejan solo con los otros perros... Bueno, la de Vater und Herr que arma. Ahora, el grupo está llegando a una serie de conclusiones espeluznante. Un terrorista llegado desde el espacio exterior está amenazando con liquidar al grupo. Como los muhayidines, son capaces de dormir por años o siglos hasta infiltrarse en el cuerpo de los pacíficos ciudadanos y reemplazarlos. Cualquiera en la base puede ser un "ellos". Y de ellos depende contenerlo, antes de que las tormentas arrecien y venga apoyo desde el mundo exterior, y por ende, darle la oportunidad a la criaturilla para mimetizarse con la Humanidad al palo...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En los tempranos '80s, la Humanidad debió afrontar una tenebrosa alternativa. Todo hombre, mujer o niño del planeta fue colocado frente a un terrible dilema, por el crecimiento del fanatismo religioso cristiano-musulmán-comunista. De qué lado estás: de las malvadas fuerzas del lavado de conciencia religioso, o de los buenos y fieles librepensadores de toda la vida. Es lo que tiene que recrudezcan las Guerras Frías, que posiciones terceristas y acomodaticias no tienen espacio: o tatcheriano o rojo. En medio de ese ambiente floreció el cine de un terrorista intelectual por antonomasia, como es el incombustible John Carpenter. Carpenter ya había inventado medio de chiripa las Slasher Movies con "Halloween" (ya vendrían "Martes 13", "Pesadilla en la Calle Elm", "Hellraiser"...), había contado una buena de terror en "La niebla" y venía de rodar esa especie de precyberpunk movie que fue "Escape de Nueva York", cuando se fijó en una peli llamada "El enigma de otro mundo". Este clásico del cine alienoparanoico (ya saben: hay ETs, los ETs son malos porque sí, caen humanos cada X minutos, el ET es destruido y la buena y vieja Tierra a salvo...) estaba a su vez basado en el relato de un editor de Ciencia Ficción llamado John W. Campbell Jr., bien conocido por el friki de pro porque al tomar el liderazgo de la revista "Astounding Stories" en 1937 redefinió la Ciencia Ficción literaria para siempre (bueno, literaria, en esos años, lo que se dice literaria...). Campbell podrá haber sido editor de Ciencia Ficción, pero era también un buen patriota, y su relato trataba sobre el miedo a aquello que no es como nosotros, o sea, no es humano, bueno ni americano (tres conceptos sinónimos en la mentalidad yanketa de toda la vida). No es casualidad que haya sido adaptado por primera vez en medio de la ola macartista (no por nada el diablo es rojo). Y tampoco es casualidad que la segunda adaptación haya venido en los albores de la Era Reagan, pasada la época en que James Bond contemporizaba con bellas agentes rusas como en "La espía que me amó", y en que la vieja URSS volvía a ser el enemigo de toda la vida. Lo curioso es que en la Era Bush, nadie pensó en adaptarla. Bueno, tuvimos suerte. Aunque ahora están hablando de precuela. Que es lo mismo que decir "reboot". Yo no sé para qué diablos eligieron al bueno de Barack Obama, si no es capaz de impedir atrocidades como ésa.
¿POR QUÉ VERLA?
-- John Carpenter. Denostada toda la vida por ser de bajo presupuesto, malas ideas y peor ejecución, la serie B fue enormemente dignificada por este director que toda la vida trabajó en las ligas de segunda división, y obtuvo con su cine resultados muy superiores a la gente de primera. Por no ser pelis de alto presupuesto y que por tanto tuvieran que apelar a audiencias espaidermanescas para recuperar la inversión, Carpenter pudo darse el lujo de ser un director seco, alienado y nihilista. Que sus pelis son la cruda realidad y no una p*** fantasía de Jennifer López, para que nos entendamos. En "La cosa" no vemos demasiadas concesiones a la platea: el tema de la peli es oscurísimo (el mejor de los días tu amigo se levanta y te convierte en un monstruo de otro planeta), y Carpenter lo lleva hasta las últimas consecuencias. Todo su talento para lo artesanal está muy bien vertido en una peli espectacular, no por los FXs (aunque ya hablaremos de ellos), sino por la manera en que agarra al espectador y no lo suelta hasta que llega la inevitable conclusión final. Una buena peli de un buen director, en que se ven reflejados todos sus tics y su ideología tan divergente respecto del cine popcornero de rigor.
-- Kurt Russell. El actor fetiche de John Carpenter ("Elvis", "Escape de Nueva York", "Rescate en el Barrio Chino") aquí se desprende de su rol carpenteresco más célebre, el renegado Snake Plissken, para meterse en la piel de un científico que, a pesar de ser el héroe (alguien tiene que serlo, ¿no?), en ningún minuto deja de ser una persona de carne y hueso enfrentada a una situación que sobrepasaría a cualquier persona. El resto del elenco, conformado por ilustres desconocidos entre los cuales se cuela más de un secundario de toda la vida (de ésos que los ves y dices "¡Lo he visto! ¿Cómo diablos se llamaba y en dónde actuó?"), acompaña también muy bien.
-- Los efectos especiales y la imaginería visual de la peli son apabullantes. Como es costumbre en los trabajos de Carpenter, prefiere el trabajo a la antigüita, sin FXs de última generación que quedan más molones, pero en definitiva distraen, por no hablar de incrementar exponencialmente los costos de producción. Podrían haber un remake de esta peli con una cosa confeccionada con la moderna CGI, y en realidad no se ganaría demasiado porque con los recursos muñequísticos y prostéticos de 1982, más el acerado uso de la cámara que hace el siempre duro Carpenter (la influencia de los clásicos: Howard Hawks, Sergio Leone...), hacen que el monstruo se vea igualmente terrorífico. A la vez, casi como los pistoleros en la inmensidad del desierto en el Spaghetti Western, el espacio físico del desierto de hielo que es la Antártica es casi un personaje más dentro de la peli, aumentando la claustrofobia sólo con mostrar todo perpetuamente blanco. Como en el cuento de Borges, no hay peor laberinto que un desierto abierto (aunque sea un desierto glaciar).
-- Ennio Morricone. Rompiendo la inveterada costumbre de John Carpenter de musicalizar himself todas sus pelis, Carpenter contrató para esta faena a Ennio Morricone, tipo que, bueh, nos ha dado algunos de los más brillantes soundtracks de todos los tiempos ("El bueno, el malo y el feo", "La misión", "Los intocables", "Investigación de un ciudadano por sobre toda sospecha"...), pero que también se ha mercenarizado hasta lo indecible en ocasiones con tal de llevar lentejas a la mesa. ¿Y aquí? Bueno, lo curioso es que Carpenter contrató a Morricone para componer un soundtrack Carpenter-style. Bueno, si son fans del Morricone instrumental del Spaghetti Western a lo Clint Eastwood, despídanse porque este soundtrack es fuertemente electrónico. O sea, Morricone consiguió imitar de lo más bien el estilo de John Carpenter. Pero si se toman el soundtrack como lo que es y no como de quién viene, es un gran soundtrack, opresivo y alienante. Olvídense de quien lo compuso, y disfrútenlo como si el propio maestro Carpenter le hubiera dado al Casio de toda la (su) vida. Y sí, mucho de la peli se le debe a su partitura, tan notable como minimalista.
-- Insistamos un poco más en el planteamiento de la peli. Algunas pelis son buenas porque son feel-good, las ves y sales aliviado de los problemas del mundo luego de un bañito de rosas ("Mujer bonita", por ejemplo). Pero no es bueno que TODAS las pelis sean feel-good, porque a veces también hay que pensar sobre lo malo que puede llegar a ser el mundo. "La cosa" es del segundo tipo. No hay concesiones al heroísmo, y Kurt Russell, a pesar de ser el héroe, está muy lejos de ser un Schwarzennegger diciéndole a la cosa: "You're a very ugly motherfucker"... El enemigo podrá ser uno y podrá ser fácilmente exterminable si se le localiza, pero también es escurridizo, y la angustia se traspasa. En definitiva hay una dura reflexión sobre cómo las personas podemos conocernos y aún compartir una vida, y al momento siguiente, por algún motivo, las desconoces y tienes que lastimarlas (incluso destruirlas) para seguir adelante. En la peli, esto es obra de un bicho alienígena, pero esto es metafórico: también en la vida cotidiana pasa lo mismo, y no se necesitan invasores del espacio exterior para eso. Claro, la pelis hablaban de la paranoia anticomunista, tanto "El enigma de otro mundo" como el remake que nos ocupa, pero es también extensible a la vida cotidiana. Quizás eso es lo más inquietante de la peli: que a través de una fantasía de monstruos espaciales, podemos echar un vistazo a algunos de los peores aspectos del ser humano y de lo que significa encajar en la vida de sociedad.
IDEAL PARA: Ver una metáfora en clave cienciaficcionera de aquella frase de Hobbes sobre que "el hombre es el lobo del hombre"...
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
Busca otras películas relacionadas:
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Extraterrestres,
Remake
martes, 16 de febrero de 2010
"Fantasmas de Marte" (2001).
-- "Ghosts of Mars". Estados Unidos. Año 2001.
-- Dirección: John Carpenter.
-- Actuación: Natasha Henstridge, Ice Cube, Jason Statham, Clea DuVall, Pam Grier, Joanna Cassidy, Richard Cetrone, Rosemary Forsyth, Liam Waite, Duane Davis, Lobo Sebastian, Rodney A. Grant, Peter Jason, Wanda De Jesus, Doug McGrath.
-- Guión: Larry Sulkis y John Carpenter.
-- Banda Sonora: John Carpenter.
-- "Fantasmas de Marte" en IMDb.
-- "Fantasmas de Marte" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Año 2176. Casi todo Marte está terraformao y la gente puede casi-casi respirar allí. Se arrejunta una Corte Marcial, o un tribunal de algún tipo (no de esas courtroom yanketas con abogados más listos que el hambre y un montón de público murmurando en los momentos claves, sino una salita chica para interrogatorios), y llaman al estrado a una pijilla nada más mona, que viene en el siempre bienvenido envase de Natasha Henstridge. Y la chica cuenta su historia. Es una policía que trabaja para una organización que, no sabremos mucho sobre ella en la peli, pero se da a entender que es casi-casi una fuerza policíaca privatizada a lo neoliberal, y que contrata mercenarios para sus faenas. El caso es que la envían a uno de esos pueblos tugurios de Marte, estilo "Crónicas marcianas" pero en cutre, a buscar a un prisionero maaaaaaloooooo, que lo acusan de haberse cargado y devorado a un pueblo completo o poco menos, él solito. Cuando llegan, no hay nadie. La tropa de mercenarios baja y sigue descubriendo que no hay nadie. Entran a la cárcel, y los prisioneros están preguntándose por qué demonios nadie les da comida, cual perrillos golpeando su platito (ehm, ehm). Entonces empieza la investigación. Que no demora mucho en descubrir lo que pasa. Y lo que pasa es que hay fantasmas. De Marte. Y no es spoiler porque después de todo, ¿cómo se llama la peli...?
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Alguna vez, John Carpenter fue un tipo respetado, casi el Rey de la Serie B durante los tardosetentas y los '80s. Con su trabajo artesanal nos entregó joyitas como "Halloween", "Escape de Nueva York", "La cosa"... Los '90s no fueron demasiado buenos para él. Pero considerando que "Memorias de un hombre invisible", "El pueblo de los malditos", "Escape de Los Angeles" y "Vampiros" no eran tan malas como la gente suele cachondearse de ellas, y que en ellas hacía más o menos lo mismo que antaño (o sea, reciclar viejos motivos de la serie B de toda la vida para hacer pelis de serie B de ahorita), cabe preguntarse qué diablos pasó entre medio. Me atrevo a pensar que el problema es que el mundo terminó por pillar a John Carpenter. Si hubiera sido un director puramente serie B, ninguna de sus pelis se habría transformado en un clásico. Pero aparte de eso, Carpenter utilizó estos materiales para trabajar una propuesta estética y moral terriblemente cargada de nihilismo, como una profecía oscura de lo que estaba por venir. No debe ser casualidad que después de "Fantasmas de Marte", John Carpenter no volviera a rodar una peli en todo lo que restaba de década (y por Bastet que fue larga, con el insufrible GWB como Amo Tenebroso del Mundo Mundial). El gobierno de George W. Bush, con su Presidente y asesores que mienten como respiran, se parece demasiado al de "Escape de Nueva York", con el agravante de que hoy en día ni siquiera queda espacio para un buen Snake Plissken de pro, porque verán, si surge un personaje de esas características (un Jack Bauer, entendámosnos), de inmediato lo tildan de facha-esto o facha-aquello, porque algunos ingenuotes siguen pensando que van a cambiar el mundo con rosas y claveles, y a ver si después todos cantamos algunas rondas infantiles para variar. Y los consumidores principales de cine, que son el público adolescente internético-yutúbico, no está hoy en día para críticas sociales darkies a lo Carpenter, sino para ver vibrantes historias de buenos muy buenos apretando dientes contra villanos terribles y sádicos, ambos muy unidimensionales, como suelen verse en el promedio de los mangas y animes japoneses de hoy en día (el asunto en cosas como "Dragonball Z", "Inuyasha" o "Slayers" es de vergüenza: cero desarrollo de caracteres, cero conflicto moral, cero... pero eso le gusta a la chavalería hoy por hoy, y esa gente no se verá una de John Carpenter salvo por el ketchup que pudiera correr, que tampoco va a ser tanto). En los '80s, "Fantasmas de Marte" hubiera sido, probablemente no un evento o un espectáculo, pero sí al menos un título para tener en cuenta. En el 2001, nacido de manera demasiado tardía, no fue más que un reventazo en la taquilla de los cines de todo el mundo. Inmerecidamente, es cierto, así como inmerecido es el éxito de "Transformers", pero así es como está el mundo. Y así es como hay gentes y gatos como vuestro seguro servidor, luchando porque se le den segundas oportunidades a quienes se las merecen. Que John Carpenter es muy superior a Michael Bay, carajo.
¿POR QUÉ VERLA?
-- "Fantasmas de Marte" es, digámoslo desde ya, una de las pelis a reivindicar por el fanático de la Ciencia Ficción, y no se merece ni de lejos las contundentes críticas y varapalos que le han diluviado desde el día de su estreno hasta una década después. No es un clásico ni una obra maestra, pero sí es una peli hecha con todo el oficio, mimo y amor de un veterano en esto de producir pelis de serie B. Creo que el principal problema de esta peli es el título, porque si oye "fantasmas" la parroquia se espera una de terror (de darkgoth terror, para ser bien 2000s), y si oye "Marte" se piensa en una de Sci-Fi al estilo de "Misión a Marte" (¡urgh, mejor elevamos el listón) o de "Planeta rojo" (mmmmmm... no mucho mejor, pero en fin...). Y sí, la peli tiene algo de ambas, pero si me pidieran que la encasillara en un género fílmico determinado, creo que es más bien un Western. Como "Escape de Nueva York", que a pesar de su contexto protocyberpunk, en realidad era un Western sobre un pistolero crepuscular ya juerad'onda en un mundo corporativo que le empieza a pillar los dedos. Acá también tenemos a un grupo de pistoleros (mercenarios espaciales en este caso, pero para lo que vale...) peleando en un poblacho de mala muerte (pueblo marciano) contra un puñado de indios insurrectos (fantasmas marcianos, en este caso), una lucha desesperada al estilo Spaghetti Western en la que, en realidad, no tienen cómo ganar. En ese sentido, si bien es posible que después del estrellón financiero de "Fantasmas de Marte" ningún estudio quiera darle sus cuartos a Carpenter para algo nuevo, debe tener algo que ver también con un ánimo espiritual del propio Carpenter, porque esta peli huele a testamentaria, a recopilación de todo lo que ha sido el cine de John Carpenter. En efecto, sumemos: posee humanos devenidos en psicóticos (como "Halloween"), posesiones por criaturas sobrenaturales ("El príncipe de las tinieblas", "Vampiros"), antihéroes cuyo trabajo es sobrevivir como mejor puedan ("Escape de Nueva York"), extraterrestres posando como humanos ("Viven", "La cosa", "El pueblo de los malditos"), y algo de drama de estaciones policiales para sazón final ("Asalto al precinto 13"). Visto de esa manera, la peli tiene mucho más sentido que si nos la tomamos como "una de terror en Marte", cuyos elementos por otra parte, tomados de otro modo, no juntarían ni pegarían ni con cola ni con cemento.
-- La peli tiene todo el buen oficio de John Carpenter. Y algunas de sus debilidades también. Es artesanal y serie B como de toda la vida. Es cierto que a veces el cartón piedra canta lo suyo, pero a cambio, el recurso a las maquetas de toda la vida le añade puntos, cuando tan fácil era echarse en los deliciosos brazos de la animación CGI y prostituirse al Dios Ordenador (y van...). Las actuaciones son regulares, es cierto (Natasha Henstridge se ve para dejarse las babas en el popcorn, pero no me la trago como polizonte dura si cada vez que la veo disparar la veo pestañear... aunque aparte de eso tampoco lo hace mal... por no hablar de Ice Cube que pareciera haberse equivocado de set de filmación), pero ver a un chulísimo Jason Statham en un rol pre-Transportador (antes del "Transportador" era el tío macarra de "Snatch: Cerdos y diamantes") ayuda, ver a Pam Grier de minorra semilesbi también, y tanto Clea DuVall como la veterana Joanna Cassidy (¡"Blade Runner"!) están más que cumplidoras. La música, a cambio, en algunos puntos está muy bien lograda, aunque en otros, justo es admitirlo, es una fanfarria guitarroindustrial insufrible. Pero, ¡hey!, es serie B, así es que a no quejarse. Hecha a pulso, de manera artesanal, con oficio, y eso al final del día se agradece.
-- Escenas notables. El descubrimiento de la tumba de los marcianos, que no tiene nada que envidiarle a "Stargate" de Roland Emmerich. O la alucinación de Natasha Henstridge, con su dejo a "Dune". Todas las secuencias con el tren, básicamente porque la maqueta del tren se ve de lo más bien.
IDEAL PARA: Ver una de serie B, pero de las buenas de serie B.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
-- Uno de los fantasmas posesiona a un personaje [en inglés, sin subtítulos].
Busca otras películas relacionadas:
+ Clea DuVall,
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lunes, 15 de febrero de 2010
"Dante 01" (2008).
-- "Dante 01". Francia. Año 2008.
-- Dirección: Marc Caro.
-- Actuación: Lambert Wilson, Linh Dan Pham, Simona Maicanescu, Dominique Pinon, Bruno Lochet, François Levantal, Gérald Laroche, François Hadji-Lazaro, Lotfi Yahya Jedidi, Yann Collette, Dominique Bettenfeld, Antonin Maurel.
-- Guión: Marc Caro y Pierre Bordage, con diálogos adicionales de David Martinez.
-- Banda Sonora: Raphael Elig y Eric Wenger.
-- "Dante 01" en IMDb.
-- "Dante 01" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Hay una estación espacial flotando sobre un planeta llamado Dante, que según lo vemos es un mundo volcánico al estilo Mustafar. Y para asegurarnos de que entendamos bien la metáfora, la rige una científica adultita llamada Perséfone, y su suche es un tipo llamado Caronte. En la estación espacial están los prisioneros condenados, a quienes se les ha conmutado la pena capital por el infierno (metafórica y literalmente, ambas a la vez) de vivir encerrados y aislados de todo contacto humano, como no sean sus propios pares ahí encerrados. A dicha estación llega una chica llamada Elisa (nombre destinado a romper el simbolismo que la peli con tanto cuidado trataba de establecer), con un nuevo prisionero, que es mudo y no habla, pero al que se refieren como "San Jorge" (sí, como las cecinas). Además, tiene un nuevo tratamiento para curar las psicopatologías de los tipos, que implica reordenar su material cromosómico inyectándoles nuevas secuencias nucleicas en su acervo genético, usando nanotecnología para ello. Por supuesto que Elisa se guarda una cartita bajo la manga, y esa cartita es que parte fundamental del tratamiento viene dada por San Jorge. El conflicto entre la vieja gloria y la estrella ascendente de la futuropsiquiatría está servido. Y se volverá aún más interesante cuando los prisioneros se monten su propia rebelión y conviertan este infierno (metafórico) en un infierno...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Había una vez una desopilante pareja de cineastas franceses llamados Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro. Entre ambos dirigieron la desopilante "Delicatessen", y la interesante pero un tanto sobreestimada "La ciudad de los niños perdidos", que en realidad reciclaba temas, ideas y tratamientos desde "Delicatessen" sin tanta inspiración. Luego vino "Alien: La resurrección", que fue dirigida por Jeunet, pero que tuvo alguna participación de Caro en los storyboards y todo eso. Y sería todo. Jean-Pierre Jeunet se desligó definitivamente del grotesque llevando su peculiar estilo a "Amélie", lanzando de paso a la fama a Audrey Tautou, y luego insistió con ella en "Amor eterno", que la vieron dos personas en Chile, concretamente los dos tipos sentados en los dos proyectores de las dos salas en que se estrenó (¿o fueron tres? Bueno, mi vida no va a cambiar si algún día resuelvo ese misterio). ¿Y Marc Caro? Desaparecido en acción una década completa, hasta ahora. En que se saca de la manga una nueva peli de Sci-Fi. Su retorno al género fue, por decirlo suavemente, bochornoso. Que "Dante 01" se llevó una sarta de collejas, queremos decir. Es probable que después de esto, no se vuelva a saber de Marc Caro durante un buen tiempo, aunque quien nace chicharra muere cantando (o muere aplastado, según otra versión), y lo veamos sentado en la silla de director alguna otra vez. Bueno, la vida es así, y nadie se queja (demasiado).
¿POR QUÉ VERLA?
-- Bueeeeeenoooooo, cómo decir esto... No me atrevo a recomendar esta peli de manera entusiasta, pero también tiene sus brillos y virtudes. Si nos olvidamos por un momento de que el escenario parece un rip-off de "Alien: La resurrección", hasta el extremo de incluir al enanín Dominique Pinon dentro del elenco (que era el prota de "Delicatessen", insistamos), la peli tiene un aspecto visual bastante atrayente. Se supone que es fría y sucia y debe causarte claustrofobia y agobio, y todas esas cosas las consigue sobradamente. La idea de una estación espacial que es una especie de cruz (símbolo cristiano por excelencia) sobrevolando el infierno (Dante) es interesante, y también la idea de conectar la metáfora de la condenación infernal cristiana con psicopatologías limítrofes tiene su punto. De que mezclando escenarios de Ciencia Ficción con conceptos teológicos se pueden hacer maravillas están para pruebas pelis bien distintas, pero interesantes ambas en ese respecto, como son "2001: Odisea del espacio" o "La guerra de las galaxias". Pero el problema es que cuando quieres hacer una metáfora a partir del relato, debes ir al todo o nada: cualquier punto descosido que rompa los equilibrios, destruye la metáfora. Así, el personaje de Elisa no termina de encajar del todo en aquello (¿es la metáfora del Demonio mismo, es la metáfora de un ángel...?), no queda claro si los prisioneros de la estación espacial son condenados al fuego eterno (metafóricamente hablando, claro) o si es la Humanidad completa vigilada por ángeles superiores al estilo "tengo una trompeta del Apocalipsis y sé como usarla", y la solución final, aunque bastante coherente con el universo narrado, es un deus ex machina vergonzoso a más no poder. En definitiva, ésta es una peli en la que de verdad se esforzaron, pero no lo lograron, y ese querer con sinceridad y no poder como que duele. Quizás lo mejor que se puede ver esta peli, es lo que podría haber llegado a ser y al final no fue, o como una fuente de inspiración para buscar nuevas ideas. ¡Diablos, si al final en esta mediocre peli de Sci-Fi, aparecen conceptos mucho más interesantes y elaborados que en el 90% de las pelis de Hollywood al uso!
IDEAL PARA: Ver una peli de Ciencia Ficción teológica de buenas intenciones y discretos resultados.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en francés, sin subtítulos].
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2008,
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domingo, 14 de febrero de 2010
"El engendro" (1999).
-- "The Astronaut's Wife" (título original en inglés), "La cara del terror" (España), "La cara oculta" (Argentina), "El engendro" (Venezuela). Estados Unidos. Año 1999.
-- Dirección: Rand Ravich.
-- Actuación: Johnny Depp, Charlize Theron, Joe Morton, Clea DuVall, Donna Murphy, Nick Cassavetes, Samantha Eggar, Gary Grubbs, Blair Brown, Tom Noonan, Tom O'Brien, Lucy Lin, Michael Crider, Jacob Stein, Timothy Wicker.
-- Guión: Rand Ravich.
-- Banda Sonora: George S. Clinton.
-- "El engendro" en IMDb.
-- "El engendro" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
En un matrimonio de jóvenes felices, tan felices que ya nos olemos la tragedia, si esto es Hollywood a fin de cuentas, uno de ellos es llamado para ir al espacio. Exacto, es un astronauta. El caso es que el boy sube al cielo... y como puede pasar alguna vez, se pierde contacto por dos minutos con él y su compañero, mientras están de caminata espacial. El contacto se restablece, por suerte, pero algo ha pasado. Los chicos bajan del espacio, y son iguales... pero diferentes. El otro astronauta no ha salido tan bien librado porque es más viejito, y ya sabemos lo que pasa con los viejitos, que aguantan lo menos (por algo el target demográfico de Hollywood es el 14-25). El caso es que se muricia, y luego la señora, seguramente presa de la depresión, también decide que acabar con sus días no es tan malo. La chica del matrimonio, que tiene a su maridito vivo, se da con una piedra en el pecho, pero de inmediato hay un cambio. Resulta que el astronauta decide que ya ha tenido suficiente del espacio, que si la cuentas una vez puede que no la cuentes dos, y acepta un puestazo de esos con chorrocientos millones de dólares de sueldo para diseñar aviones. La esposa dice que bueno, que lo apoyará, que buscará trabajo en Nueva York (son de Florida...). Pero las cosas se van haciendo cada vez más raras y distorsionadas. ¿Estará loca nuestra chica prota? ¿Seguirá siendo su maridito el mismo de siempre? ¿Qué diablos ha pasado en esos dos minutos en que la Tierra perdió contacto con la cápsula espacial? Bueno, no hay que ser demasiado adivino para ver por dónde van los tiros.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Había una vez un tipo llamado Rand Ravich, que aparte de escribir cosas como "Candyman 2" y otras cosas semejantes, un día tuvo su oportunidad de saltar a la pantalla grande. Rogando porque a esas alturas del partido nadie se acordara de haber visto una serie B llamada "Me casé con un monstruo del espacio exterior", escribió un guión calcadito, sólo que en este caso al monstruo del espacio exterior no le daba la gasolina para alcanzar la Tierra, y tenía que conformarse con posesionarse de algún cuerpo humano que hubiera podido ascender hasta el espacio exterior. Y de esta manera se las arregló para dirigir lo que en definitiva era un proyecto suicida: una de Sci-Fi en que no hubieran grandes efectos especiales, y en donde todo el peso de la trama descansara en el drama. Pasó lo que tenía que pasar: el público acostumbrado a "CF = naves espaciales + rayos lásers" le dio vuelta la espada, la peli se dio un batacazo padre, y aunque en Hollywood se han visto muertos cargando ataúdes, el caso es que a la fecha, más de 10 años después, al señor Rand Ravich nadie le ha vuelto a confiar una cámara, como no sea en los cumpleaños familiares (bueno... suponemos).
¿POR QUÉ VERLA?
-- Por una vez en la vida, y al contrario de la mayor parte de la crítica, que pone esta peli a parir, en realidad no es tan desdeñable como pudiera parecer. La premisa de la peli es bastante simple, y a pesar de que hay un contexto de Ciencia Ficción, el foco no está puesto ahí, sino en el drama de un matrimonio derrumbándose (de hecho, el final muy de CF, que además contradice de manera absurda una de las premisas de la peli, y con FXs que para los estándares de 1999 era cutre, y no digamos ahora, vino impuesto por los productores, no por el director). En el fondo, y al igual que "Me casé con un monstruo del espacio exterior", la historieta de Ciencia Ficción es un pretexto para mostrar uno de los más profundos miedos que puede sufrir una persona: hacer vida en pareja con un tipo o tipa al que quieres y respetas y admiras, para que de pronto, cuando le diste toda tu confianza y amor, ese tipo o tipa se reconvierte en un perfecto extraño que para colmo empieza a sicopatearte. No me digan que nunca han tenido esas cosquillitas de temor al pensar en eso. Una peli así debía sostenerse por fuerza en los dos roles protagónicos, que en este caso caen en manos de Johnny Depp y una por ese entonces ascendente Charlize Theron, que en verdad están superlativos, cada uno en su respectivo papel. Además, la peli tiene un ritmo bastante insidioso, partiendo de una manera muy suave, y degenerando poco a poco en el thriller cienciaficcionero de rigor. Y todo eso, rodado de una manera suntuosa y elegante, sin caer en el culturetismo ni pasarse de preciosistas. Quizás la principal debilidad de esta peli, lo que me impide recomendarla como un must-see a secas, es un guión que debió haberse pulido un poco más. En todas estas maravillas fílmicas, chirría lo suyo que el desencadenante de todo el asunto es el típico personaje del que todos dicen que está loco porque dice la verdad y nadie le cree, y que al final resulta que tiene razón, o si no, no tendríamos peli por delante. Pero aún así, es una peli decente y vale la pena verla. O por lo menos, vale la pena mucho más que otros engendros (ahora sí) que pupulan por la cartelera, y que obtienen mucha más publicidad e incluso (¡el horror!) más atención por parte de un público demasiado embrutecido como para tratar siquiera de apreciar una peli que se esfuerza por ser diferente. Si no por los resultados, entre mediocres y discretos, esta peli sí debería ser apreciada al menos por sus intenciones, que con nobleza se esfuerzan por dignificar un producto y tratar de sacarlo de los estándares de la peli cienciaficcionera de Hollywood de toda la vida. Y eso se agradece.
IDEAL PARA: Ver una interesante metáfora cienciaficcionera sobre qué pasa cuando repentinamente pasas a estar durmiendo con el enemigo.
OTRAS PÁGINAS SOBRE "EL ENGENDRO":
-- "La cara del terror (The Astronaut's Wife)" en Claqueta.es.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
-- Inicio de la peli [en inglés, sin subtítulos].
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sábado, 13 de febrero de 2010
"Jinetes del espacio" (2000).
-- "Space Cowboys". Estados Unidos / Australia. Año 2000.
-- Dirección: Clint Eastwood.
-- Actuación: Clint Eastwood, Tommy Lee Jones, Donald Sutherland, James Garner, James Cromwell, Marcia Gay Harden, William Devane, Loren Dean, Courtney B. Vance, Barbara Babcock, Rade Serbedzija, Blair Brown, Jay Leno, Nils Allen Stewart, Deborah Jolly.
-- Guión: Ken Kaufman y Howard Klausner.
-- Banda Sonora: Lennie Niehaus.
-- "Jinetes del espacio" en IMDb.
-- "Jinetes del espacio" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Año 1958. Los pilotos gritan "¡¡¡AL INFINITO Y MÁS ALLÁ!!!", porque están en un programa muy chupi y especial para viajar al espacio y too. Pero resulta que uno de ellos, como que se entusiasma mucho, y se las arregla para estrellar avión experimental sí y avión experimental también, lo que le cuesta un turrón de millones al Presupuesto de la Nación. Por lo que el programa entero es cancelado, y los civiles meten sus narices y hacen lo que todo civil en puestos de responsabilidad hace: ¡¡¡CREAN UNA AGENCIA!!! En este caso es la NASA, así es que adios programas militares para el espacio, miren que tontos, cuando estaban tan cerca de construir el Imperio Espacial Norteamericano. Pasa el tiempo, pasa mucho tiempo, nada menos que 40 años, esos aguerridos jóvenes viven vidas plenas y felices mientras tanto, y cuando llega el ocaso de sus vidas, se produce una crisis. Resulta que ahora los rusoskas y los yanketas son amiguis por aquello de la caída del Muro de Berlín y todo, y vienen los rusos y dicen: "oye, mira, resulta que tenemos un cagazoski allá arriba, tenemos un satelitoshka de telecomunicaciones que está perdiendo órbita y se va a estrellar y dasvidosnia tovarich, y sin comunicaciones internas los separatistas nos comerán vivos, y ustedes no quieren tener una Rusia en guerra civil, porque no quieren, ¿verdad? ¿Pliiiiiissssss?". Los yanketas, en vez de seguir hundiendo a Rusia aún más para que no vuelva a levantar cabeza, con espíritu Versalles 1919, en vez de eso deciden ser buenos amigos del mundo y se vuelven a los tártaros de Europa diciéndole que OK, very well, nosotros les salvaremos el satélite ése. El satélite tiene especificaciones tan antiguas que ningún friki internetero salido de Ingeniería es capaz de descifrar esos jeroglíficos. Pero resulta que esas especificaciones son las mismas del SkyLab, que fueron diseñadas por nuestro héroe, igualito a que Lewis Wallace hizo que las catacumbas que salvaron a los primeros romanos fueran financiadas por Ben-Hur. Aparte del bochornoso problema de desentrañar cómo demonios esas especificaciones llegaron hasta un satélite ruso en órbita, todavía tienen que salvar al satélite, y la única opción es que nuestro prota sacado del camino al espacio en 1958 le enseñe a los chicos lindos del 2000 cómo se hace. Pero nuestro prota, que es el bueno de Clint Eastwood, mastica un poco y dice lo suyo, que esos niñatos de papi no son tan rudos como... ¡¡¡CLINT!!!, y si quieres tener un satélite como Dios y América mandan, pues tienen que enviar a los viejos vaqueros. ¿Misión geriátrica al espacio? Ni hablar. Bueno, chico, no tienes alternativa. Er... er... er... bueno-ya. Por supuesto que las cosas no son tan simples, el villano de turno se encargará de putear a Clint Eastwood, los rusos se traen lo suyo también... Lo de siempre, vamos. Pero con vejetes.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
A estas alturas del partido, Clint Eastwood es casi un emblema americano. No por nada vota republicano. Y eso que la Trilogía del Dólar la rodó en España. Pero bueno, otros Westerns sí que los rodó donde se debe, o sea, ¡¡¡Америка!!! Er... ehm... quiero decir... ¡¡¡AMÉRICA!!! Después de interpretar a personajes tan yankis como vaqueros, policías malhablados y fotógrafos de National Geographic, le faltaba una última americana: ¡¡¡EL ESPACIO EXTERIOR!!! Porque si hay algo que tenían claro Rammstein cuando grabaron su videoclip de "Amerika", es que no hay yanki completo si no mira orgulloso una foto de Neil Armstrong cuadrándose militarmente ante la bandera de los Estados Unidos en la Luna. Además de patearle el trasero a los rusos (bueno, eso papi Clint ya lo había hecho en "Firefox"). Y ustedes no iban a pensar que la edad lo iba a detener, ¿no? Porque Clint Eastwood tenía 70 plateándole las sienes cuando escribió, dirigió y protagonizó esto. A esa edad no viaja nadie al espacio. Salvo Clint Eastwood. Se dio el gustito. Y bueno, por qué negarlo, nosotros también.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Esta peli es sin lugar a dudas entretenida de punta a cabo. La premisa es un despropósito mayúsculo, claro está, pero Clint Eastwood da lecciones sobre cómo voltear el asunto y ponerlo de cabeza otra vez. No intenta en ningún minuto forzar ni hacer creíble la premisa, sino que retrata a los astronautas como un grupo de underdogs buscando su última oportunidad. La receta "Rocky" de toda la vida, vamos (y en "Rocky", se supone que Rocky Balboa ya estaba viejo para el boxeo... y miren que después llegaron cinco secuelas). Con este hábil truco de malabarismo, es imposible que las simpatías del respetable no se inclinen a su favor, salvo por supuesto por los seriotes de siempre, que con perfecto espíritu Cubert Farnsworth, dicen: "¡Pero qué idiotas, esto es imposible!". La peli es tópica a decir basta, en esto del grupo de vejetes que tienen su última oportunidad, eso Clint Eastwood lo sabe bien, y por lo tanto, lo cuenta con toda la diversión del mundo, porque, vamos... no se supone que te lo tomes en serio, o al menos TAN en serio. El guión gira desde los diálogos misteriosos (no tanto, en realidad) entre los villanos, y las intrigas de gabinete hasta la comedia geriátrica (chistes de caca y pis excluídos, por suerte), pasando por las inevitables escenas románticas (en este caso románticas a la vieja usanza, sin sexo de por medio, al menos on-screen), y después de un prólogo quizás demasiado largo, cuando viene el viaje espacial por fin, tenemos acción llevada de manera bastante respetable, sin machadas del héroe ni explosiones demasiado apabullantes, lo que acentúa la sensación de "realismo" de todo. Y todo esto, mezclado en su justa medida: cuando una escena ya no da más de sí, Clint Eastwood la soluciona rápidamente, le pone moño, y a otra cosa. El resultado final es una peli quizás un poco larga, pero en ningún minuto aburrida.
-- El grueso de la peli cae sobre sus cuatro protagonistas. Se suponía que Sean Connery y Jack Nicholson iban a acompañar a Clint Eastwood, lo que hubiera sido una pasada, claro está. Pero vaya uno a saber por qué (¿egos heridos a la hora de posar para el afiche promocional, quizás...?), la cosa quedó entre Eastwood, Tommy Lee Jones, Donald Sutherland y James Garner. Y es notorio que los cuatro mosqueteros (nunca mejor dicho: Eastwood es una especie de Dartagnan viejo, hay un religioso, hay un ladies-man, y hay un cínico, igualito a la obra de Alejandro Dumas) se divirtieron de lo lindo cachondeándose entre sí. Clint Eastwood tiene la bonhomía suficiente para permitir que Tommy Lee Jones le robe la peli en la cara, y los otros dos, aunque con pocas escenas, son un buen alivio de las tensiones entre estos dos. Esto era justo lo que necesitaba una peli con pretensiones de aventura ligera, un puñado de actuaciones que en ningún caso se apestan con solemnidad.
-- Los secundarios también están bien. El malo maloso es James Cromwell, que nació pintado para esos papeles de jopú prepotente, y aunque la vuelta de tuerca respecto de su personaje se huele a la legua, es divertido verle teniendo que comérselo con Clint Eastwood. Marcia Gay Harden es una opción inusual para heroína (entre otras cosas porque las heroínas o "compañeras del héroe" en Hollywood suelen ser unos cuantos años menores), pero eso y su carismática presencia la hacen un gran aporte. Desde su casilla, William Devane como el jefe de la sala de lanzamientos también se luce lo suyo (para los fanáticos de "24", éste es el tipejo ése que era Ministro de Relaciones Exteriores, y que tenía a Jack Bauer por yerno, con los fatales resultados que son de prever para cualquiera que le lleve la cuenta al gafe de Jack). Hay una breve y curiosa aparición de Toby Stephens al comienzo, el tipo que era el malo maloso de "Otro día para morir" y el amiguete del prota en "La balada de Mangal Pandey": él es el Clint Eastwood joven, y la verdad es que está clavadito en actuación y pinta, hasta el punto que servidor se preguntó si en verdad era el propio Clint Eastwood sometido a alguna clase de tratamiento de imagen y maquillaje (bueno, que estuviera filmado en blanco y negro no ayudaba a la discriminación). Y el elenco se completa con Rade Serbedzija, en esos años topísimo en sus papeles eslavófilos ("El Santo", "Misión Imposible II"), y que aquí para variar un poco hace de ruso (general ruso) con trapitos sucios, si es que ya sabemos cómo se lo hacen al otro de la Cortina de Hierro.
IDEAL PARA: Ver una peli sin lugar a dudas menor dentro de la filmografía de Clint Eastwood, pero ligera y entretenida de punta a rabo.
VIDEOS.
-- Examen médico [en inglés, subtítulos en inglés].
-- Sorpréndanse, kids, no es Clint Eastwood rejuvenecido con maquillaje o CGI, sino Toby Stephens interpretando a Clint Eastwood [en inglés, sin subtítulos].
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viernes, 12 de febrero de 2010
"Los cronocrímenes" (2007).
-- "Los cronocrímenes". España. Año 2007.
-- Dirección: Nacho Vigalondo.
-- Actuación: Karra Elejalde, Candela Fernández, Bárbara Goenaga, Nacho Vigalondo, Juan Inciarte, Miguel Ángel Poo.
-- Guión: Nacho Vigalondo.
-- Banda Sonora: Eugenio Mira.
-- "Los cronocrímenes" en su página oficial.
-- "Los cronocrímenes" en IMDb.
-- "Los cronocrímenes" en la Wikipedia en castellano.
-- "Los cronocrímenes" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Héctor está bien sentadito en su casa con su semiotoñal esposa, con su vida bien tranquilita y sin que nada le perturbe, y ¡joer!, es lo que pasa por venirse a una casa en las afueras, que de pronto, así como así, de la nada, te pones a mirar por un par de binoculares y ves a una tía con cuescos bien buenos despelotándose en medio del bosque. Y como más tira un par de t***s que un par de carretas, pues bien, ahí va nuestro hombre a fisgonear, que la feminorra está bien buena a fin de cuentas (se llama Bárbara Goenaga, la actriz, no el personaje, so pajilleros, así es que vayan, y... ¿ya volvieron? Bien, seguimos). Héctor se mete a través del bosque, y... ¡Oh, demonios! Ahí está la chica, bien encueradita (y tiene una academia que, ¡OLÉ!), tiradita en el suelo... ¿Muerta? ¿Asesinada? ¡GLUP! Cuando nuestro buen Héctor está necrohusmeando, ¡sorpresa, que le atacan con un par de tijeras en el brazo! Sale a escape. Cuando se detiene a recobrar el aliento (bueno, lo poco que le dejó la carrera, y andar fisgoneando de las que no hay paraíso también), mira otra vez, y ¡Jesuh-María-Joseh, es un hombre con la cabeza toda vendá! Vamos arrancando de nuevo (¡sí, señores, ríanse conmigo, estamos viendo una slasher movie hispánica en la que el prota no es un musculoso y aguerrido joven, sino un vetustus pelao y fondón!). El hombre salta una cerca y se mete al interior de una casa de arquitectura de peli Sci-Fi sesentera que, por supuesto, no augura nada bueno. Mientras tanto, va cayendo la noche. Un poco más que sigue y sigue y sigue, y ¡blup!, acaba de lleno dentro de una cubeta de un líquido lechoso de muy discutible prosapia. Cuando a los pocos segundos sale, mira por la ventana... ¡y es de día de nuevo! ¿Qué ha pasao, macho? Que hace unos minuticos era de noche, joer, y ahora es de día... ¿Qué mierda de hongos le metieron a ese líquido, y por qué mierda me lo bebí? No, macho, le dicen, que no te lo has bebío ni estás fumao, que esto es una máquina del tiempo, joer, y ¿te acuerdas de ese día de pesadilla en que viste a una buenorra en santas pelotas y después te persiguió un maniático con la cabeza con vendas y con tijeras? Pues que vas a revivir el mismo día otra vez. Joputá, claro, pero es lo que tienen los viajes en el tiempo, joer...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Los viajes en el tiempo son tema de rancio linaje en la Ciencia Ficción. No es descabellado considerar que el género mismo principia en la literatura con "La máquina del tiempo" de H.G. Wells (adaptada al cine como "La máquina del tiempo" o "El tiempo en sus manos", a según si eres espalda mojada o ezpañoh...), aunque el buen Wells no se atrevió a meterse con la pregunta fundamental que el capítulo "Tiempo y castigo" de "Los Simpsons" sí se atrevía a afrontar con los dos bolones de hierro de Homero Simpson: ¿que pasa si regresas al Mesozoico y bostezas y te tragas un mosquito? Pues que cambias toda la Historia, y no llegarás a existir. Bueno, hay un problema peor, que es el qué pasa si un mosquito del Mesozoico bosteza y te traga a ti (en esa época tenían el tamaño, probablemente), pero aunque te mueres digerido por sus potentes e insectiles jugos gástricos, acá en puridad no hay paradoja temporal, así es que no tenemos problema (nosotros, el resto de los mortales, no tú, cuyos pedacitos están chapoteando en clorhídrico del bueno). O como ese bizarro capítulo de "Futurama" en el cual Fry descubre que es su propio abuelo, el muy degenerete. O ya puestos en serio, cuestiones similares planteadas por "Rescate en el tiempo", por "Desafío al tiempo", por "Pídele al tiempo que vuelva" (también por "Terminator", pero como ésa no tiene la palabra "tiempo" en el título, no la menciono porque me rompe el chiste). "Los cronocrímenes" es la humirde aportación que le aportamos que le dijimos, al cine de paradojas temporales. Hecha con dos chauchas del vuelto del pan. Apoyándose, miren qué horror, ¡en un buen guión en vez de los FXs a lo "Terminator 3: La rebelión de las máquinas"! ¿En qué estarían pensando? ¡Ah, sí, en el remake yanketa de pro, que parece se va a llamar "Timecrimes" y viene para el 2011! Y nosotros que pensábamos, que el fin del mundo venía en el 2012...
¿POR QUÉ VERLA?
-- Er... Hmmmmmm... ¿Apoye la cinematografía nacional? No, ese argumento no me convence, yo soy chileno y no baturro. ¿Apoye la cinematografía en castellano? Bueeeeeeno... Si asumimos que el idioma ezpañoh es una especie de subdialecto del castellano de toda la vida, claro. Porque, a ver... ¿vale la pena ver esta peli? En un sentido sí... y en otro sentido no. Por un lado, tenemos una peli correctísima, en la que la falta crónica de presupuesto del cine extrayanki se tapa de lo más bien y ni siquiera molesta. O sea, al igual que la denostada y aún así buena "Abre los ojos", no hay FXs de encender fuegos artificiales y disparar, vale, pero tiene su ingenio que la máquina del tiempo sea una cubeta llena de líquido, lo que ahorra gastarse un pastón en eso precisamente, en los FXs. El guión también está bueno, con todas las piezas estupendamente bien colocadas (bueno, en términos de guión el empelote de la actriz Bárbara Goenaga es superfluo, pero es que oigan, en primera nadie iría a ver una peli española en donde alguna chica no muestre carnazo, y en segunda la morocha está cañón), y si bien el asunto tarda en arrancar y ponerse interesante, cuando lo hace está bien. Con poquitos mimbres, se construyeron una estupenda peli de paradojas temporales, que en nada desmerece a productos yanketas mucho más pulidos de dinero. Incluso, cosa rara, el asunto de las paradojas temporales va bien aderezado con una pasada al estilo Slasher Movie, y una segunda pasada que podría ser vista como una comedia negra (servidor quien esto escribe, por lo menos, se partió de la risa en más de alguna ocasión... aunque probablemente no fuera la intención del guionista/director, todo sea dicho). En algunos minutos el guión no puede evitar caer en algunos tics y manías del cine culturetoide hispano de toda la vida (que el prota a ratos se aliena de la sociedad y se vuelve loco, joer, que una peli en V.O. español no es peli V.O. español hasta que el personaje principal se aliena de la sociedad y se vuelve loco, joer de nuevo). Pero quizás el problema más grande, es que si te has visto una chupetecientorrada de pelis sobre viajes en el tiempo, no te vas a encontrar ninguna sorpresa aquí. Que ya sabes lo que va a pasar, vamos. O sea, que este detallito casual que viste, y que no debería sorprenderte, en realidad ya sabes, porque el género es así, que no es un detalle casual y que en X minutos más de peli te lo van a explicar como otra paradoja temporal más. Y esto, como que arruina un poco la fiesta. O sea, si no has visto demasiadas pelis de ésas de qué se han fumao para enredar tanto el curso de la flecha temporal (y, alternativamente, no te has mamao cincuenta veces "La Era de Apocalipsis" y exmeníadas similares), ésta te la vas a gozar como chino, pero si ya has tenido tu buena ración de Kyle Reese y Sarah Connor por sus buenos restos, entonces la cosa va a quedar en un entretenimiento insubstancial, en la frikada de "miren, es una de viajeros en el tiempo que la cagan cuando vuelven al pasado, pero hablada en ezpañoh y con despelote mamario en las serranías cervantinas cantadas por Antonio Machado, hombre". Y es una lástima, porque en verdad esta peli merecía un destino mejor. Aunque por otra parte, si los yankis se fijaron en ella para hacer su propio remake ("Timecrimes", en su cine favorito en el año 2011, según anuncio de IMDb), entonces la peli igual tenga todavía capacidad de sorprender al personal. Igual, cuando tengamos la versión yanki, podremos pedorrearnos en ella, y sacando pechito con auténtico espíritu de fraternidad hispanoamericana, decir "sí, la versión hispana está hecha con cuatro duros, pero tenía dignidah... y un prota calvito y con michelines, y lo queremos por eso". Sí, hombre, lo queremos por eso. Porque es hispano, grande y nuestro.
IDEAL PARA: Completistas del cine hispánico y del cine de Ciencia Ficción de paradojas temporales, y por qué no decirlo, si alguna vez quieres ver un producto fílmico decente en vez de toda la morralla direct-to-DVD que viene de los Yueséi.
OTRAS PÁGINAS SOBRE "LOS CRONOCRÍMENES":
-- "Los cronocrímenes: a viajar en el tiempo" en Plano Subjetivo.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en español, sin subtítulos].
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2007,
Cine de España,
Viaje en el Tiempo
jueves, 11 de febrero de 2010
"La Humanidad en peligro" (1954).
-- "Them!". Estados Unidos. Año 1954.
-- Dirección: Gordon Douglas.
-- Actuación: James Whitmore, Edmund Gwenn, Joan Weldon, James Arness, Onslow Stevens, Sean McClory, Chris Drake, Sandy Descher, Mary Alan Hokanson, Don Shelton, Fess Parker, Olin Howland.
-- Guión: Ted Sherdeman, basado en una adaptación de Russell S. Hughes, sobre una historia de George Worthing Yates.
-- Banda Sonora: Bronislau Kaper.
-- "La Humanidad en peligro" en IMDb.
-- "La Humanidad en peligro" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
El desierto MidWest de los Yueséi. Una avioneta y un patrullero recorren las áridas planicies con algunos pobres vegetales tratando de alzar cabeza al sol. El target: niñita perdida. El gran misterio policial acaba cuando encuentran a la niñita. ¡Pero esperen, no se levanten todavía, que la peli no acaba! Porque la peli se llama "La Humanidad en peligro" y no "La niñita perdida". Resulta que la niñita parece haber salido de un remolque, y el remolque está entero destartalado como si hubiera pasado por una desarmaduría de mala muerte. Y el que lo hizo era fuerte, como que aparece un fusil con el cañón bien doblao. "OK", dice uno de los polis, "vamos a hablar con el viejo de la taberna a ver qué sabe". Uno de los polis se queda, y como es de rito y tradición en esta clase de pelis, de inmediato acaba donando su nombre para una lápida. El otro llega hasta el viejo de la taberna, y se lo encuentra entero destartalado como si hubiera pasado por una desarmaduría de mala muerte, mientras que la taberna se encuentra entera destartalada como si hubiera pasado por... bueno, ya me entienden. Como el asunto parece que no va de Jack el Destripador ni mucho menos, los rústicos llaman a los citadinos para que arreglen el fardo. Llega el FBI, incluyendo un científico, y empieza la investigación. A poco andar, el científico dice "sí... podría ser... sí... sí... quizás... sí...", y a todos nos empieza a exasperar porque esperamos que el vejete papamoscas nos diga de una jodida vez qué diablos vio. Al final la larga: estamos cerca de Alamogordo, donde en 1945 se detonó la primera bomba atómica, y la radiación puede haber producido hormigas mutantes en clave rottweiler, que ahora buscan alimentarse y... chachán... ¡¡¡CONQUISTAR LA TIERRA!!! ¿Conseguirán nuestros heroicos agentes y científicos pararle los seis pies a estos malvados hexápodos terroristas, antes de que incuben larvas y terminen por comerse a todos los humanitos...?
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
La Era Eisenhower fue algo entre la calma y la tensión. Por un lado, estaban esos tranquilos suburbios yankis de publicidad vintage, con chicas de largas faldas cocinando para sus amantes maridos que iban al trabajo de terno y corbata. Por el otro, estaba la escalada de la tensión internacional, y su sombrío corolario, el aroma nuclear en el ambiente. En este clima florecieron las pelis de monstruos nucleares, lo que después algunos devinieron en llamar Atompunk. El argumento es siempre el mismo: se detona un nene nuclear, algún bicho usualmente artrópodo tiene la mala clase de sobrevivir y crecer a lo Gargantúa, el bicho sale y empieza a comer gente o desplomar edificios, y el U.S. Army entra en acción liquidando a la bestia. "La Humanidad en peligro" de 1954 (sintomáticamente el mismo año del reptil atómico de "Godzilla") es uno de los más preclaros ejemplos, y por qué no decirlo, un clásico dentro del (infra)género. En este caso son hormigas, así es que veamos cómo queda: se detona un bebé nuclear, una colonia de hormigas tiene la mala clase de sobrevivir y crecer a lo Gargantúa, las hormigas salen y empiezan a comer gente (táchese lo que no corresponda), y el U.S. Army entra en acción liquidando a las hormigas. ¿Ven que funciona la plantilla...?
¿POR QUÉ VERLA?
-- El foco de atención. A diferencia de muchos clones de esta peli, en donde el énfasis está puesto en el bicho mismo y en la destrucción subsiguiente, un poco en plan de lo que después será el buen cine de catástrofes setentero, aquí todo gira en torno a la respuesta del Gobierno. Las hormigas son reservadas para los momentos álgidos, y hay muchas situaciones en que intervienen, que son resueltas off-screen. En el fondo, se trata del viejo dilema de cómo una sociedad democrática resuelve una amenaza contra la seguridad nacional (para darle un poco de boche, ponen que la Humanidad está en peligro, pero todo se resuelve cómodamente dentro de los límites de los Yueséi, y vamos ahorrándonos los costos de rodar en México). O no. Porque de dilema, no mucho. Los métodos de los "buenos" a veces son un poco más que cuestionables. Ya no partamos por aquello de que cuándo le vamos a decir a los votantes registrados que están a punto de sufrir el hormigueo de sus vidas, y de ahí, a ciertas medidas para contener la fuga de información... ¡Estos tipos se adelantaron medio siglo a "24"! (Bueno, no hay tortura, al menos). Los clones de esta peli no lo entenderán tan bien, y se quedarán con lo superficial, o sea, con la casquería, los difuntos y el monstruo, y tenderán a echar por la borda el otro trabajo, esquematizando las cosas hasta convertirlas en un cliché (ya saben, el militar ansiolítico queriendo soltar "la bomba", la chica que chilla al ser atacada por el monstruo, el policía que dispara en vano antes de ser devorado/triturado/vampirizado, el científico diciendo ominosamente aquello de "sí, hemos detenido la amenaza, pero... ¿por cuánto tiempo...?").
-- La parte que todos vinimos a ver, o sea, las hormigas gigantes, el combate, y los FXs, están envidiablemente bien resueltos, ya no digamos para los estándares de 1954, sino para incluso hoy en día. No vamos a decir que se ven o parecen seres vivos de carne y hueso, pero las hormigas no se ven tampoco cartopiendrescas ni animatrónicas a los extremos de Godzilla. Ustedes podrán ver la secuencia de la batalla final, incluyendo la manera de montar la cámara y de rodar el avance de las tropas por territorio enemigo, y notarán que más de treinta años después, James Cameron apenas había mejorado un poquitito la parte técnica en "Aliens: El regreso". Llámenme un sentimental si quieren, pero aunque a veces los muñequitos chirríen un poco, los prefiero a la animación por computadora, en donde por mucho que se esfuercen en crear el más churro de los softwares, igual al final del día se nota el pixelado, cosa que hace nos quedemos mucho más en "La guerra de las galaxias" que en "La amenaza fantasma", en términos de credibilidad visual.
IDEAL PARA: Ver una peli de monstruos un poco típica, pero aún así sostenible a pesar de todos sus clones.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
-- Inicio de la peli [en inglés, sin subtítulos].
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