11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 31 de marzo de 2011

"El juego del miedo V" (2008).


-- "Saw V". Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: David Hackl.
-- Actuación: Tobin Bell, Costas Mandylor, Scott Patterson, Betsy Russell, Julie Benz, Meagan Good, Mark Rolston, Carlo Rota, Greg Bryk, Laura Gordon, Joris Jarsky, Mike Butters, Al Sapienza, Mike Realba, Lyriq Bent.
-- Guión: Patrick Melton y Marcus Dunstan.
-- Banda Sonora: Charlie Clouser.

-- "El juego del miedo V" en IMDb.
-- "El juego del miedo V" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un pobre tipo está amarrado a una de las trampas de Jigsaw, o si no, cómo esperaban que iba a partir, si llevamos cuatro entregas en lo mismo. Al tipo le ofrecen una opción de tipo mercado accionario: páspate las manos haciéndotelas mierda en una máquina de triturar huesos, o quédate con tus manos y deja que un péndulo al estilo Edgar Allan Poe haga un poco de prospección minera con tu vientre. El tipo al final se la piensa, y bueno, sin manos es mejor que nada, así es que vamos metiendo las manos... y la muy cabrona trampa no se detiene. Salto en el continuum espazotemporal hasta el final de una de las entregas anteriores, ya ni sé si la 3 o la 4 con esto de que ambas tramas iban ABBA con ABBA una con otra. Un policía descubre una grabación en la que le dicen "Stop!". Y al tipo, al que definitivamente nadie les informó que Erasure eran gay, decide que stop no, y sigue adelante. Cae en una trampa, pero consigue salvarse. Mosqueo de otro personaje, que después de la entrega anterior sabemos que es uno de los herederos del legado de Jigsaw. Comienza entonces el juego del gato y el ratón para ver quién está siendo probado, quién es el otro secuaz de Jigsaw, etcétera. ¿No tienen ni puñetera idea de qué hablo porque no se han visto las cuatro entregas anteriores? Buenoooooo... no los culpo, la verdad.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

A mediados de los 2000s, el cine de terror ya nunca volvió a ser el mismo. Esto, gracias a "El juego del miedo", una peli de terror de bajo presupuesto en la que ninguna abuelita confiaba que fuera a hacer dinero, y que inesperadamente fue un surtidor del mismo. Como expliqué en el comentario correspondiente en su minuto, "El juego del miedo" conectó de lo más bien con los temores y ansiedades propios de los 2000s, de la deshumanización, de que el cuerpo humano vale la nada, etcétera. Y sucedió lo que absolutamente nadie esperaba: que empezaran a salir secuelas como churros, en un nivel elefantiásico no visto desde los venerables tiempos de "Martes 13" y "Pesadilla en la Calle Elm" (¡incluso, contra la corriente actual de numerar con cifras arábigas, siguen utilizando los números romanos de toda la vida!). Y eso, mientras que la competencia "Hostal" se paraba en "Hostal: Parte 2". Llegó un minuto en que los jigsadictos estaban puntualmente, como ritual, año tras año, para tragar su nueva ración de Jigsaw. Aunque éste se hubiera muerto en "El juego del miedo III". Y claro, a las alturas de la quinta, con un público cautivo, ya es cosa de venderles... bueno, cualquier cosa. Y así es como tienen a vuestro esforzado servidor el General Gato tragándose entrada nueva tras entrada nueva (en DVD o cable, eso sí, que a tanto no llega el cariño), y de seguro acabará también zampándose "El juego del miedo VI". Quizás hasta "El juego del miedo 3D", si es que me dan tiempo y cordura mental. No tienen idea de la suerte que tienen, de que yo vele por encima de ustedes, pequeñuelos.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Si "El juego del miedo II" y "El juego del miedo III" eran historias más o menos autoconclusivas con ciertos guiños a las entregas anteriores para conformar una especie de arco narrativo entre ellas, con "El juego del miedo V" entramos derechamente en aquello que ya nos insinuaba "El juego del miedo IV": ya no se trata de pelis diferentes sino de una sola gran anaconda de churretecientas entregas, que cada año crece en un par de horitas más de metraje. "El juego del miedo V" tiene varias tramas paralelas (la trama principal del poli bueno versus poli malo, la historia en flashback de cómo Jigsaw reclutó a su nuevo acólito, una nueva y laberíntica trampa con un nuevo grupo de cobayas humanas de laboratorio, más chupi que las anteriores, pareciera ser el reclamo, aunque en realidad no lo sea, la jodida caja de la jodida viuda de Jigsaw...), que bien mirado, no llegan nunca a juntarse ni siquiera en el grande finale que debería haber amarrado todo bien amarrado, por esta entrega al menos. ¡Incluso hasta se permiten dejar cabos sueltos a propósito para ser después rellenados (suponemos) en "El juego del miedo VI"! Lo dicho, puro culebrón. Aaron Spelling estaría orgulloso. Si te has bancado las casi ocho horas anteriores de metraje, entonces acá encontrarás en flashbacks el relleno para algunos cabos sueltos de otras entregas, y verás como tu visión del jigsaverso se ha ampliado y has alcanzado el tortunirvana y etcétera. Si no, entonces puede que veas esta peli como lo que muy probablemente es: una memez. Porque el alma y motor de la saga es Jigsaw, y con él muerto desde hace ¡dos entregas!, y el artero truco de tenerlo como personaje vía flashbacks, sólo hace más evidente la intención de sacar cuartos al personal a cómo dé lugar. Y no es que la idea de tener a un heredero de Jigsaw que prosiga con el asunto sea mala, pero es que entonces... ¡por Bastet, déjenlo respirar y moverse, y sobre todo dejen al jodido Jigsaw hundido en su agujero de una vez! ¡Atrévanse, carajo! Para colmo, además de lo surrealista que resulta tener a Jigsaw habiendo planificado tantos planes dentro de planes dentro de planes incluso para después de fiambre (pero es que el tipo era en un canceroso terminal, ¿a qué horas dormía este pobre cristiano?), los guionistas ya ni se esfuerzan. Una de las trampas de Jigsaw en realidad es un remake de la utilizada en "El juego del miedo IV", y el laberinto es más o menos lo mismo que se vio en "El juego del miedo II". Y el famoso giro final, una de las marcas de fábrica de la casa, en realidad ni es tan inesperado ni es tan explosivo como los de entregas anteriores. Una idea, chicos: que para una entrega futura, la grabadora de Jigsaw diga: "Hola, fanáticos, quiero jugar un juego. Eres adicto a la saga de Jigsaw, que te ha quitado familia y amigos porque todos te miran como un bicho comemierdas. Hoy día te ofrezco liberarte de esta saga de una vez. En un año más tendrás una nueva entrega de esta saga, y volverás a verla para saber en qué va el jodido asunto. Para evitarlo, lo único que tienes que hacer es comerte mi oloroso zurullo pobladito de moscas que he dejado para ti apestarse una semanita sobre la estufa. ¿Comerás la mierda que he cagado para de esa manera liberarte de la pulsión de ver estas pelis, fanático? La opción es tuya". Y mirándolo así, creo que voy a ir a por "El juego del miedo VI". Y es que no tengo remedio, parece ser.

IDEAL PARA: Los que estoicamente han sobrevivido metiéndose las cuatro entregas anteriores entre pecho y espalda.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "EL JUEGO DEL MIEDO V":

-- "Saw V: La autopsia interminable" en Otras Tardes.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

domingo, 27 de marzo de 2011

"La bestia de otro planeta" (1957).


-- "20 Million Miles to Earth" (título original en inglés), "A 20 milions de milles de la Terra" (título en catalán). Estados Unidos. Año 1957.
-- Dirección: Nathan Juran.
-- Actuación: William Hopper, Joan Taylor, Frank Puglia, John Zaremba, Thomas Browne Henry, Tito Vuolo, Jan Arvan, Arthur Space, Bart Braverman.
-- Guión: Robert Creighton Williams y Christopher Knopf, basados en una historia de Charlotte Knight.
-- Banda Sonora: Charles H. Schneer.

-- "La bestia de otro planeta" en IMDb.
-- "La bestia de otro planeta" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Una narración en off con imágenes de otros planetas, galaxias, etcétera, nos pone en ambientación así como solía hacerse en el cine de CF de los '50s: la Humanidad ha emprendido la gran hazaña de viajar al espacio, y va a salir de la órbita terrestre para llegar hasta... ¡¡¡20 MILLONES DE MILLAS DE LA TIERRA!!! ¡¡¡UAAAAAÁ, TENGAN MIEDO!!! Pero por decepcionante que pueda sonar, la historia no se ambienta en ese otro lejano paraje no conquistado por el hombre (ni siquiera con cartón piedra, cabrones), sino en la muy terrenal Sicilia (bueno, al menos no es Estados Unidos, porque vayan ustedes a ver la fijación que tienen los bichos del espacio por invadir a los Yueséi). Una chatarra espacial cae en las costas de Sicilia, en donde un grupo de pescadores en vez de hablar en italiano, hablan en inglés con acento italiano (sobreactuado para colmo). Los pescadores van heroicamente hasta el sitio del accidente y rescatan a un par de astronautas (porque la nave es terrícola), pero el resto ahí queda porque la cosa se hunde y adios mondo cruele. En medio de toda la conmoción, aparece esa figura inevitable del cine en Italia que es "el comisario", gritando esto o aquello, y en medio de la trifulca, uno de esos simpáticos bajitos que está en el grupo de pescadores se escabulle con una valiosa cápsula, que con muy buen espíritu "así nos la apañamos en el Tercer Mundo, siempre buscando cómo estafar a los demás", va y se lo vende a un científico por 200 liras para comprarse un sombrero de vaquero texano (niño del Tercer Mundo, adicto a la TV, ¿recuerdan? Iba a decir algo sobre el etnocentrismo yanki, pero considerando que muchos adolescentes acá en Chile ven "Yingo", pues bien, qué criticar...). El caso es que la cosa en el cilindro es un huevo, y rápidamente nace para convertirse en un reptil bípedo. Por supuesto que cuando los astronautas despiertan de la conmoción y tal, revelan que el contenido de la cápsula no debía ser abierto. Y por supuesto que es demasiado tarde cuando se enteran de que el contenido fue abierto y está en manos del científico, porque el bicho escapa. Ahora comienza la cacería del horripilante monstruo venusino por la campiña italiana, monstruo que, dicho sea de paso, no pidió ni nacer ni que lo trajeran como huevo a la Tierra. O cómo hacer que los terrícolas sean todo lo desconsiderados que se pueda, y el pobre bicho acabe pagando el pato (no sin cargarse a unos cuantos habitantes humanos y no humanos de la Tierra de paso, claro, que gratuito no iba a salir tampoco).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

El cine de Ciencia Ficción de los '50s. Nadie le estaba prestando demasiada atención (es que ese cine barato y "de marcianos"... ¡no era cine!), pero se cocinaban algunas cosas ahí. Resulta interesante observar que el ala más reflexiva, socialmente crítica e intelectualmente pesada del cine yanki no estaba forjándose en los grandes blockbusters de esa época, sino en esas denostadas producciones de serie B. Muchas de estas pelis, a través del conflicto humanos vs. extraterrestres, recrean la paranoia anticomunista que existía en Estados Unidos en los '50s. Además como el bicho no es humano, puede matársele sin que se susciten arriesgadas consideraciones de ética humanista de por medio, como si se tratara de un humano comunista. "La bestia de otro planeta" le da un par de vueltas de tuerca a este concepto, y por un par de detalles, brilla con luz propia dentro del más bien estandarizado y no siempre muy creativo cine de serie B de la época.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos por lo obvio. El bicho es una creación de Ray Harryhausen, tipo al que le dabas un poco de plasticina entre las manos, y te devolvía un milagro. Podría haber sido otro monstruo cutre con traje de hulespuma, o un animatronic simplemente no tan logrado, pero el monstruo de la peli (el "ymir", aunque esto figure en el guión porque no se lo menciona por ningún nombre en ninguna parte de la peli) es una creación bellísima. No tanto por su originalidad (no pasa de ser un dinosaurio bípedo y con cola, más o menos estilizado, aunque bien confeccionadito), sino porque posee una auténtica personalidad. Ayudado por los efectos de sonido y tal, de acuerdo, pero es que ves al bicho, lo ves moverse, lo ves pararse en una actitud u otra, y sabes de inmediato qué piensa, qué calcula, qué siente... ¡y estamos hablando de un montón de plasticina, vamos! Este bicho, en cuanto personaje, es una de las obras maestras de Ray Harryhausen, e incluso consigue voltear las simpatías del espectador y hasta da rabia cuando los humanos lo persiguen y todo. Bueno, para mí es más fácil, yo soy un gato detrás del teclado, pero tengo el presentimiento de que ustedes sentirán lo mismo.

-- La peli tiene el atrevimiento mayúsculo (eran los '50s, recordemos) de que el bicho es presentado sin tintes negativos ni bajo ningún aura maligna. Repasemos: al pobre bicho lo sacan de su planeta natal Venus en estado de huevo y sin poder defenderse, claro, luego nace en un mundo completamente extraño en donde apenas hay fuentes de alimentación, no se alimenta de carne sino de azufre, y no es agresivo si no es en defensa propia... y los humanos, cuando ven que el bicho desbocado puede causar más de algún estropicio, resuelven lisa y llanamente que lo mejor es matarlo. ¿Y el pobre bicho, qué culpa tenía de todo eso? El monstruo de "King Kong" era menos querible porque era un poquito más asesino (por cierto, el guión en varias partes es un calco de "King Kong", y quizás sería hasta demandable judicialmente y todo). Pero esta pobre bestia, apenas se suelta y va en busca de su libertad, no amenaza realmente a nadie (mata a un perro guardián, pero porque el perro ataca primero). Es cierto que crece desmesuradamente de tamaño, pero eso tampoco es su culpa (la atmósfera de la Tierra, según la peli). Son los humanos tontos los que, para experimentar con él, lo electrocutan y lo meten en medio del zoológico de Roma, allí donde es más seguro que, si llega a soltarse por un fallo cualquiera, va a dejar la ciudad hecha una ensalada napolitana (como finalmente ocurre, claro). ¿Y qué hace el bicho cuando por fin logra zafarse del zoológico, luego de matar a un elefante que lo había atacado a él primero? ¿Ir al Vaticano a darle un raspacachos al Papa por tapar la pedofilia de sus subordinados? ¿Darle jaque al sistema de defensa geoestratégico italiano? ¿Ponerse a matar personas a lo loco? Pues no... simplemente se esconde para que no lo jodan más (en el fondo del Río Tíber, y allí van a sacarlo con granadas los humanos joputas). Esta peli es un raro ejemplo, siempre dentro de los cánones de la serie B atompunk de la época, de cine que podríamos llamar humanista, en que los verdaderos autores del desaguisado en realidad no es la bestia, sino los seres humanos que depredan el medio ambiente (en este caso, el medio ambiente de Venus) sin medir las consecuencias de sus actos. Como decía, al final tienes que ser muy corazón de piedra para que no te conmueva la suerte del pobre bicho.

-- El apartado científico de la peli es bastante decente, considerando que los guionistas de la serie B en general solían ser bastante, er... "imaginativos" a la hora de inventarse explicaciones científicas para lo inexplicable. Tiene algunas pifias garrafales (¿cómo diablos la bestia se la pasa toda la peli chillando si es que carece de pulmones, como afirma un científico por ahí? ¿y cómo crece tanto y por lo tanto aumenta tanto de masa, si no se la ve comer materia de ninguna clase, por mucho que para la bestia "el aire engorde"?), pero algunas de ellas pueden explicarse en términos de la ignorancia científica de la época (se afirma que los astronautas mueren envenenados por la atmósfera venusina, pero en ese tiempo se ignoraba que ésta era casi puro ácido sulfúrico y está a cerca de 450 unidades de presión atmosférica terrestre, por lo que se la suponía mucho más próxima a la terrestre, y seguramente respirable... era más fácil confiarse con una atmósfera como la de casa, que con un bañito de azufre a los pulmones). Tiene también algunas ideas interesantes: la idea de que el bicho se alimenta de azufre es consistente con la gran cantidad de dicho mineral en Venus, el concepto de que las balas no le hacen daño se explica porque no tiene corazones ni pulmones sino un complejo sistema de microtúbulos transportando nutrientes por la piel tiene una cierta lógica más allá de que para una criatura de ese tamaño podría ser complejo tener un metabolismo así, la idea de estudiar a la bestia para ver cómo se las arregla para no envenenarse con la atmósfera venusina también es buena... Y su comportamiento inofensivo es congruente con el hecho de que en su hábitat natural no es un carnívoro. En ese sentido, la ciencia presentada por esta peli, si bien no es perfecta ni mucho menos, al menos es verosímil y se apoya en nociones científicas más o menos aceptables para el estándar de la época (con alguna dificultad, sí, pero es que vamos, si todo fuera aceptable al ciento por ciento no sería ciencia ficción sino ciencia pura y dura).

-- ¿El resto? Discreto-discreto. La peli podrá ser progresista en algunos respectos, pero en otros sigue siendo una yanki (los italianos son todos tontos, aprovechadores, temperamentales o a lo bestia, mientras que los yankis son idealistas, inteligentes, etcétera... ya se van haciendo la idea). Las actuaciones son planitas-planitas. Los efectos especiales son buenos en algunas partes (aparte de la bestia misma, claro), pero en otros los fotomontajes son dignos de los capítulos del "Chapulín Colorado" en que éste vuela por uno u otro motivo (particularmente penosos los escombros que caen durante la batalla en el Coliseo de Roma). Pero en ninguno de estos respectos es peor que la serie B de la época, y en cualquier caso, no llegan a fastidiar demasiado tampoco, así es que uno se los perdona.

IDEAL PARA: Ver una pieza de ciencia ficción inesperadamente humanista de una década declaradamente xenófoba en el género como lo eran los '50s.

jueves, 24 de marzo de 2011

"Monstruos vs. Aliens" (2009).


-- "Monsters vs. Aliens" (título original en inglés), "Monstruos contra alienígenas" (título en España).
-- Dirección: Rob Letterman y Conrad Vernon.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Reese Witherspoon, Seth Rogen, Hugh Laurie, Will Arnett, Kiefer Sutherland, Rainn Wilson, Stephen Colbert, Paul Rudd, Julie White, Jeffrey Tambor, Amy Poehler, Ed Helms, Renée Zellweger, John Krasinski, Sean Bishop.
-- Guión: Maya Forbes, Wallace Wolodarsky, Jonathan Aibel y Glenn Berger y Rob Letterman, basados en una historia de este último y de Conrad Vernon.
-- Banda Sonora: Henry Jackman.

-- "Monstruos vs. Aliens" en IMDb.
-- "Monstruos vs. Aliens" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

El universo allá afuera, estrellas, planetas... porque es una peli de Sci-Fi con alienígenas, así es que tiene que empezar con el universo allá afuera, estrellas, planetas... y de pronto, uno de esos planetas estalla, porque es una peli de Sci-Fi con alienígenas, así es que tiene que empezar con que uno de esos planetas estalla. El caso es que del planeta sale... ¿un cohete espacial portando un alienígena de forma casual y convenientemente humanoide que cuando crezca podrá disimularse con los humanos pero tendrá superpoderes con los que luchará por la justicia...? ¡Oh, no! Es... un meteoro. Asteroide. Pedazo de roca del espacio. Pero porta en su interior un alienígena de forma casual y convenientemente humanoide que cuando crezca podrá disimularse con los humanos pero tendrá superpoderes con los que luchará por la justicia, ¿no? (todo lo anterior lo escribí sin copy-and-paste, por si acaso). Pues no. Es... lo que dije, un pedazo de roca. Así de decepcionante. En fin, traten de seguir en la sintonía. ¿En qué estaba? Ah, sí, planeta estallando, pedazo de roca... Bien, el caso es que vemos una localidad de Estados Unidos, uno de esos pueblos pequeños-pero-carismáticos (porque todas las calamidades espaciales les pasan a Estados Unidos en estas pelis, vaya uno a saber por qué), en que una chica se va a casar. Menuda historia romántica ésta, que comienza por la boda. No puede ser tan aburrido, así es que, algo va a pasar en la boda, ¿no? Algo que, veamos, dos más dos son cuatro... ¡debe tener que ver con la roca espacial! Rocas espaciales, matrimonios... esta peli de Sci-Fi verdaderamente lo tiene todo. En fin, sarcasmos aparte. Resulta que la roca se estrella justo al lado de la chica. A pesar de ser de un tamaño regular, una no tan grande como para extinguir a los dinosaurios pero sí lo suficiente para volar una pequeña ciudad, a la chica no le pasa nada más que un dolorcillo de cabeza de así poca cosa, y nadie se da cuenta de lo que ha caído desde las alturas siderales. Pero al rato, cuando se está celebrando la boda, la chica comienza a mutar. A crecer. A hacerse gigante. Aparece el Gobierno, hace una operación de captura, y la mete al interior de un recinto chupisecreto gubernamental. Como le explican a la chica, ahora está en un almacén confeccionado para sacar a los monstruos de la circulación pública, y que los buenos y honestos (y no tan monstruosos, quizás) americanos no se asusten con ellos. Pero, adivinen qué. Alguien anda tras la roca espacial. Es un bicho alienígena del espacio. Con forma de pulpo como Cthulhu, pero en versión no me tomes en serio. El bicho iniciará la invasión a la Tierra. ¿Y quién tendrá que salvar el día? Adivinaron, la chica gigante y los monstruos. Y luego de batir al villano y de desarrollarse y crecer como personas y ganar un poco de autorrespeto y también el respeto de la comunidad, los guionistas agarraron la plantilla y la guardaron cuidadosamente, que vale oro y puede ser reutilizada otra vez como ya fue reutilizada aquí, quizás ad infinitum.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

A finales de los '90s hubo un pequeño boom de pelis animadas. Recordemos: la Disney estaba forrándose con cosas como "Hércules" o "Mulan", la FOX trató de hacerse con su parte del pastel con "Anastasia", Pixar se anotaba sus primeros tantos con "Toy Story" y "Bichos"... Y DreamWorks se levantaba como el nuevo leviatán de la animación. Cosas como "El Príncipe de Egipto", "HormiguitaZ" o "Shrek" parecían vaticinarle un gran futuro por delante, el nuevo acorazado que lo arrollaría todo a su paso. Pero mientras Pixar fue superándose a sí mismo vez tras vez y parió cosas como "Buscando a Nemo", "Los Increíbles", "WALL-E" o "Up!" (¡cómo será que las pelis Pixar "mediocres" o "normalitas" son de la talla de "Cars" o "Ratatouille"!), DreamWorks fue hundiéndose en el esquematismo, lo formulaico, y en algún punto del camino perdieron la brújula (¿alguien recuerda "El espantatiburones", que no sólo espantó a los tiburones?). Salvo algún repunte como "Kung Fu Panda", los estudios DreamWorks parecían condenados al nickname de LazyWorks o similar. Hasta que en algún punto del camino dijeron que ya estaba bueno, que era hora de ir a pelearle mano a mano la pole position a Pixar de una vez por todas. Entre 2009 y 2010 han tratado de pelear y han salido por lo general perdiendo, aunque por lo menos han sido derrotas más honrosas. "Cómo entrenar a tu dragón" y "Megamente" están ahí para atestiguarlo. Pero "Monstruos vs. Aliens" comenzó la heroica maratón por levantarse de entre los muertos. O finiquitó la edad oscura de DreamWorks, a según el punto de vista.

¿POR QUÉ VERLA?

-- La intención de "Monstruos vs. Aliens" es clara: están tratando de crear un entretenimiento infantil que al mismo tiempo sea más serio y adulto. Para ello apelaron a un tema tan adulto (aunque sea por una cuestión generacional) como la clásica serie B de los '50s. Ya que dos subramas del Atompunk eran el cine de monstruos que atacaban a la Humanidad y destruían las ciudades, y los alienígenas que atacaban a la Humanidad y destruían a las ciudades... ¿por qué no hacer una peli que los combinara a ambos? El resultado es... bueno... irregular es la palabra. El grave karma de esta peli es que se queda a medio gas de todo. Trata de ser un homenaje a la serie B de toda la vida, pero se niega a arrojarse de cabeza y se contenta con unos cuantos homenajes aquí y allá (además que el cine de reciclaje "homenaje" ya está muy viciado... el no haber ido tan lejos quizás sea un plus, después de todo). Trata de tener aventura y emoción, pero no se le puede sacar mucho partido a la idea "en este lado de la cancha los buenos y en este lado de la cancha los malos". Trata de ser amistosa con los niños, pero en este esfuerzo llega a ser un tanto tontorrona. A la vez trata de ser seria, pero aunque su villano principal aparece en un comienzo como una negra amenaza, los guionistas empiezan a mofarse de él hasta que, bueno... simplemente deja de ser una amenaza que te acojone. Incluso ni con el manido argumento del crecimiento interior del prota se la puede bien, porque miren lo fácil que la chica asume que le gusta ser gigante y no quiere volver a ser un monstruo (basta que la patee su chico y se quede soltera, ¡y listo!). Y ojo, no quiero decir que no lo intente. Por todas las menciones anteriores, debería quedar claro que al menos se esfuerza, y en algunos rubros realmente trata con fiereza. Pero trata de ser demasiadas cosas y se dispersa: trata de ser inteligente pero carece de ingenio, trata de ser profunda pero a la vez interesante para los niños... Su peor problema es la indefinición. Así es que tenemos delante una peli que va a funcionar a según el estado de humor. Si te sientes tolerante y quieres ver una peli para pasar el rato, "Monstruos vs. Aliens" es una gozada, en particular gracias a unos personajes centrales bastante carismáticos y algunos diálogos y situaciones con cierta enjundia (el Presidente tonto es la enésima mofa que le hacen a George W. Bush... ¡a la horita, valientes!). Si por el contrario andas en uno de esos días malos, es altamente probable que te impacientes y que la peli se te atraviese en el gaznate.

-- Genormica. ¿Cuándo fue la última vez que me encontré con un personaje infográfico tan sexy...? Quizás desde la Aki Ross de "Final Fantasy: El espíritu en nosotros". Susan Murphy A.K.A. Genormica es esencialmente un sueño húmedo: una chica linda y tierna y comprensiva con su noviecito (que por supuesto, no la merece... ¡estúpido!) que cuando descubre lo bien que se es gigante y se patea traseros, se transforma en una kick-ass que... buenoooooo... Si además de eso le sumamos un uniforme ceñido y que pelea con unas poses de pin-up que ni la Scarlett Johansson como Black Widow en "Iron Man 2", tenemos el mapa completo. Fue una idea muy inteligente darle el protagónico de esta peli a una chica. Si hubiera sido la enésima peli con chico héroe, la cosa habría sido en lo esencial un latazo.

IDEAL PARA: Ver una peli de animación de rendimiento discreto.

domingo, 20 de marzo de 2011

"El discurso del Rey" (2010).


-- "The King's Speech" (título original en inglés), "El discurs del rei" (título en catalán). Inglaterra / Australia / Estados Unidos. Año 2010.
-- Dirección: Tom Hooper.
-- Actuación: Colin Firth, Geoffrey Rush, Helena Bonham Carter, Guy Pearce, Jennifer Ehle, Michael Gambon, Derek Jacobi, Timothy Spall, Anthony Andrews, Roger Parrott, Claire Bloom, Eve Best, Freya Wilson, Ramona Marquez, Dominic Applewhite.
-- Guión: David Seidler.
-- Banda Sonora: Alexandre Desplat.

-- "El discurso del rey" en IMDb.
-- "El discurso del rey" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Inglaterra, los felices '20s, la época en que los curas podían molestar a los niños pequeños y nadie hacía escándalo de nada. El rey Jorge V le pide a su hijo Alberto-Jorge-esto-y-aquello (el futuro Jorge VI, léase, y no es spoiler porque ¡¡¡LEAN HISTORIA, CARAMBA!!!), que pronuncie un discurso para una ocasión de esto o aquello. Y el hijo, al que no se le da bien eso de hablar en público (y el no muy inteligente de su padre, miren también a quién se le ocurre mandar a la faena, es como mandar a un manco patepalo a pelear contra Rambo), empieza a tartamudear como motor de Ford T. Vergüenza pública, humillación, etcétera. Contratan entonces a un profesor que hace que el príncipe se meta unas bolas en la boca (bolas de cristal, entiéndase, no es una escena que tenga subtítulos homosexuales por si acaso, por muy English que sea la peli). Pero lo que funcionó tan bien con Demóstenes hace la patipelada de siglos atrás, con el bueno de Alberto Jorge lo que sea, no funciona bien. Desesperada porque se le acaban las opciones, la esposa del príncipe manda llamar al clásico personajillo medio despreciado por "los que saben", pero cuyos métodos poco ortodoxos le permitirán, ya lo adivinamos, dar con la clave para hacer que el príncipe supere sus problemas. El tipo de verdad es tan poco ortodoxo, que se requiere nada menos que a Geoffrey Rush para interpretarlo, así de extraño es el personaje. Pero claro, esta especie de cruza entre Doctor House y Carl Lightman de los '20s, consigue justamente con su carácter, abrirse paso en el ánimo del monarca, etcétera. Pero sin embargo, el tiempo apremia. Ya son los '30s (¡fiu, cómo pasa el tiempo!) y el bueno de Eduardo que es el príncipe heredero a la Corona británica, está enredado con la divorciada americana ésa de la Wallis Simpson que le dicen, y todo con el cada vez más vejete Jorge V a punto de parar la chala. Un conflicto constitucional se avecina, más allá el horizonte de la Segunda Guerra Mundial, y... ¿conseguirá nuestro heroico príncipe superar su tartamudez para liderar a Gran Bretaña en los tiempos inmediatamente anteriores al desmantelamiento de su imperio colonial...? ¡¡¡CHACHAAÁN...!!!

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Las pelis sobre aristócratas británicos, y en particular sobre la Corona británica, son casi un subgénero del cine por sí mismos. Si contratas un buen puñado de actores shakesperianos made in Britain, y los pones en escenarios a todo trapo con terciopelo, encaje y raso, es muy difícil que te salga algo malo de solemnidad. Incluso subproductos como "El libertino" salvan la papeleta así. El problema es que la historia de la monarquía británica, en los términos modernos que la entendemos, arranca recién desde Enrique VIII (1509-1547), o cuando mucho desde Enrique VII (1491-1509), época más allá de la cual las pelis de aristócratas británicos se sumergen en ese más amplio caldero cinematográfico que son las pelis de la Edad Media. Y medio milenio de historias dan para mucho, pero no son un caudal infinito. Además, algunos reyes son más filmables que otros: queda mucho más molona una peli sobre Enrique VIII el decapitaesposas o sobre Isabel I de Inglaterra, que sobre digamos el perdedor de Jorge III (al que sin embargo le dedicaron la bonita peli "La locura del rey Jorge") o la pragmática y aburridona Reina Ana. La pasión por la monarquía británica queda claro si se considera que en los últimos años hemos tenido la multipremiada "La reina", la divertida y culebronesca "La otra Bolena", la simpática "La joven Victoria"... ¿qué rey nos queda por filmar? Veamos, veamos... ¿y qué tal si hacemos la precuela de "La reina", con la vejestoria ésa de Isabel II pero de niñita? Ya, OK, let's do it... ¿y qué será más filmable para esos efectos? ¿La enconada resistencia de la Familia Real como símbolo de orgullo británico cuando caían las bombas sobre Inglaterra...? Pues, podría ser, pero eso se come demasiado presupuesto, además que no permite darle realce a esa cosa tan británica que es poner un montón de escenas en habitaciones y pasillos con tipos conversando con diálogos inteligentes... Está también el asuntillo ése de la Simpson, que ya fue tocado en "Wallis y Edward" con nada menos que Joely Richardson como Wallis... no, mejor no, hagamos una en donde ahora Eduardo y Wallis sean los villanos, para variar un poco, de manera que nuestro héroe será... ¡Jorge VI! Pero, qué cosa tiene Jorge VI que nos pueda ayudar... ¡Ah, era tartamudo! ¡Muy bien, rodémosla! ¡Y acabamos de inventar un nuevo género! ¡¡¡HEMOS RODADO LA PRIMERA PELI "ROCKY MEETS BRITISH ROYALTY"!!!

¿POR QUÉ VERLA?

-- Un poco despejado el polvo levantado por los cuatro Premios Oscar que se bancó esta peli entre pecho y espalda, incluyendo Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Actor Principal y Mejor Guión Original, podemos volver a colocar las cosas un poco en su sitio. ¿Es realmente tan buena esta peli? Ya sabemos que la Academia no necesariamente premia a las mejores pelis, sino a las que tocan mejor su corazoncito, y éstas deben tener algunas peculiaridades. En primera, a la Academia le gustan las pelis de superación personal a lo "Rocky" (otra galardonada clásica), y ésta lo es: la lucha de un príncipe británico contra la tartamudez (Bastet mía, la frase que acabo de escribir podría figurar en el teleprompter de la ceremonia de los Premios Oscar en la peli "Y dónde está el policía 33 1/3: El insulto final"). En segunda... realeza británica. Allí donde hayan reyes británicos, aunque sea de secundarios, y ya no digamos de protas como acá, los bonos canjeables por Premios Oscar suben en un 20% ("Shakespeare apasionado", "La reina"...). En tercera, personaje con discapacidad, que aunque sea la tartamudez y no sea una minusvalía tan impresionante como la parálisis mental del tipo de "Mi pie izquierdo", igual tiene su arrastre. Además, admitamos que el Oscar a la Mejor Peli no se lo iban a dar a "Cisne negro" (demasiado rara y lesbiana), a "El origen" (demasiado comercial) o a "Temple de acero" (demasiado cáustica en el subtexto, que a la Academia le gusta lo cáustico estilo "Belleza americana", no lo cáustico de verdad). Con todos estos mimbres, entendemos por qué el Premio fue hacia una peli correcta y bastante buena en algunos respectos, sin que tampoco sea para arrojar toda la pirotecnia en un solo estallido, si me entienden. En el trasfondo, como hemos venido diciendo, esta peli es una de autosuperación al estilo Rocky, en donde el personaje es un underdog (es príncipe pero no el heredero, no es canchero como su hermano, es tartamudo, es mangoneado por su padre y su esposa e incluso el Arzobispo de Canterbury...) que gracias a la ayuda de su poco convencional maestro y mentor, superará sus limitaciones y se transformará en la gran esperanza blanca y etcétera. Eso no tiene nada de malo, y de hecho la peli es un diablazo de gusto, sólo que no estoy demasiado seguro de si eso lo convierte en un clásico instantáneo del cine. Para quienes van a verla con la aureola de CUATRO PREMIOS OSCAR DESLÚMBRATE CON LA LUZ QUE IRRADIO OH POBRE PAGANO, puede que sea una decepción. Para quienes en cambio vayan a ver otra correcta peli británica (a ratos demasiado correcta, si ni siquiera parece tan británica en su falta de mordacidad), van a estar más que satisfechos con el resultado, que es bueno.

-- Los actores. Esta hubiera sido otra peli plana y anodina, de no ser por la planilla actoral. Desde luego que el peso principal recae en un Colin Firth que llamarlo en estado de gracia sería excesivo, pero que saca con dignidad su rol de príncipe tartamudo (seriosly, ya estoy que voy a arrendar otra vez "Y dónde está el policía 33 1/3: El insulto final"). A su lado está Geoffrey Rush con uno de esos personajes medios borde que le quedan tan como guante al dedo, y que con Firth conforma un equipo de oro. Un poco más atrás, pero en un lugar prominente, está Helena Bonham Carter haciendo un extraordinario rol sobre un personaje (la esposa del príncipe, o sea, la Reina Madre, la mamá de Isabel II herself) que sobre el papel es apenas una comparsa: la Bonham Carter evita tanto los dos posibles clichés de la esposa abnegada y semimaternal, como el de la esposa castradora-pero-amable, para construir un personaje que es justamente eso, un personaje con motivaciones y sentimientos propios. Quizás hizo este rol para trabajar de verdad, porque lo rodó de manera contemporánea a su anémico y caricaturesco rol como la chillona Dominatrix Bondage... er... perdón, Bellatrix Lestrage en "Harry Potter y las reliquias de la muerte". Y ya que estamos, tenemos a parte de la plana mayor de Harry Potter aquí: ya mencionamos a Helena Bonham Carter, el segundo Dumbledore es el rey Jorge V, el que interpreta a Winston Churchill también aparece en las de Harry Potter (no sé en qué rol, no me pregunten, pero a veces pareciera que no pudo dejarse la careta en el otro lado, ojalá que no vaya a recitar eso de que combatiremos en las playas, combatiremos en las calles, nunca nos rendiremos, allá en lo de Potter, por pura confusión)... Mención especial para Jennifer Ehle, que interpreta a la esposa de Geoffrey Rush después de haber interpretado a la esposa de un estiradete empresario británico en India, en "Antes de las lluvias".

-- Un detalle interesante de esta peli, es el tratamiento de la relación entre Eduardo VIII y Wallis Simpson. Siendo ésta una arquetípica historia romántica del siglo XX (la plebeya que se enamora con el príncipe y el príncipe que abdica por amor), cuando ha llegado al cine se ha revestido a ambos personajes de tonos más bien heroicos ("La mujer que él amó", "Wallis y Edward"), luchando por su pasión en contra de una vetusta monarquía etcétera. Acá en cambio son apenas unos secundarios, lo que aprovechan para mostrar la cosa desde el otro lado de la tortilla: Eduardo (David en la peli, porque así lo conocían en casa) es un irresponsable y un petulante de cuidado, que por suerte para Inglaterra se hace a un lado porque madera para reinar no tiene, mientras que la Wallis Simpson es una trepa maleducada que vaya uno a saber qué artes de magia negra (por decirlo de alguna manera) ha aplicado para atrapar al príncipe. Quizás esta visión al final sea tan mitológica como la otra más idealizada, y la verdad esté en algún punto intermedio, pero no es malo tenerla en el cine, como contrapunto a la otra versión hasta la fecha sin balancear.

IDEAL PARA: Ver otra correcta peli sobre la monarquía británica.

jueves, 17 de marzo de 2011

"El rugido del ratón" (1959).


-- "The Mouse that Roared". Inglaterra. Año 1959.
-- Dirección: Jack Arnold.
-- Actuación: Peter Sellers, Jean Seberg, William Hartnell, David Kossoff, Leo McKern, MacDonald Parke, Austin Willis, Timothy Bateson, Monte Landis, Alan Gifford, Colin Gordon, Harold Kasket.
-- Guión: Roger MacDougall y Stanley Mann, basados en la novela de Leonard Wibberley.
-- Banda Sonora: Edwin Astley.

-- "El rugido del ratón" en IMDb.
-- "El rugido del ratón", novela y peli, en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Se abre la peli, sale la curvilínea ésa que sostiene la antorcha de los estudios Columbia, y... ¡¡¡AH!!! ¡¡¡UN RATóN!!! Mientras la susodicha se recupera del sust°°°, el ratón nos deja paso a una secuencia medio animada en que hacemos un poco de National Geographic por las tierras de Grand Fenwick, un principado tan, pero tan, pero tan, pero tan insignificante, que ni siquiera alcanza a ser el más pequeño del mundo, por más que en la peli se proclame así (según las dimensiones que la peli le adjudica al principado, tanto Mónaco como el Vaticano le ganan a pequeñez... y también en riqueza monetaria y banqueros dudosos, todo hay que decirlo). El caso es que Grand Fenwick, gobernada por la feorra Duquesa Gloriana XII, por Bastet que es fea la señ... er... ¡un momento! ¡es un travesti vestido de mujer! (er... mirando moejor... es Peter Sellers, o sea, es uno de esos chistes ingleses medio mariposones a que los británicos nos tienen acostumbrados, tan Oscar Wilde ellos)... ¿en qué estaba? Ya me desvié. ¡Ah, sí! Grand Fenwick. Sucede el que el ducado está a punto de pasar a Grand Fuckwick porque su principal exportación, su horroroso vino pisoteado a patas sucias, enviado a Estados Unidos, está siendo sacado del mercado por una imitación todavía más barata si es que cabe, fabricada en los propios Yunaitesteits. Con el ducado a punto de irse a la bancarrota, su ministro tiene la más genial de las ideas: ¡declararle la guerra a Estados Unidos! El quid del asunto es que Estados Unidos ganará sí o sí (y fácil: el arma oficial del ejército de Grand Fedwick es el arcoiflecha XIIth Century's style), pero los yanketas son de corazón amplio y generoso y luego de ganar las guerras, les da por hacer Planes Marshall y cosiacas así, ayudar económicamente a los vencidos, así es que conviene dejarse ganar por Estados Unidos (menudos idiotas los vietnamitas, que no se dejaron ganar). De manera que Grand Fenwick envía un ejército de arqueros y ballesteros a... ¡la guerra con América! Por una serie de coincidencias (un secretario de Estado que tira a la basura la declaración oficial de guerra, una prueba de evacuación de Nueva York justo el día de la invasión, un Dispositivo del Juicio Final que se está desarrollando en secreto en un laboratorio, y un general grandfenwickiano incompetente, no me hagan escribir grandfenwickiano otra v... er... ¡lo escribí...!), o sea, por todas esas coincidencias, resulta que Grand Fenwick... ¡¡¡GANA LA GUERRA!!! ¡¡¡PONE A ESTADOS UNIDOS DE RODILLAS!!! Lo que deja a Grand Fenwick con un problema de órdago: ¿qué mierda hacen ahora que hicieron lo que se suponía no iban a lograr, o sea, ganar la guerra...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Los '50s y los '90s tienen un aire de familia en un aspecto: en ambos casos, el desplome de una superpotencia enemiga (Alemania, la URSS) llevó a un acrecentamiento de la hegemonía yanketa. En los '50s, esto le sentó muy mal a los británicos. Tanto, que en las novelas de Ian Fleming todos los malvados más maldadosos del mundo siempre tenían por aspiración aplastar a... ¡¡¡GRAN BRETAÑA!!! ...a pesar de que en estricto rigor, el UK pesaba lo mismo que el Tercer Mundo en política internacional, y la Commonwealth no pasaba de ser un chiste de geopolítica malparida (pero si no hubiera sido así, James Bond habría tenido que dedicarse a la venta callejera de periódicos, así es que a no quejarse, ¿eh?). El caso es que en medio de ese ambiente, un escritor llamado Leonard Wibberley (yanketa por ser medio estadounidense, pero antiyanketa por ser medio irlandés) escribió una novela llamada "The Mouse That Roared", de tanto éxito que le siguieron tres secuelas. Inmediatamente los británicos, siempre disparados para todo lo que sea sátira fina y elegante, la hicieron peli. Con especial interés por parte de Peter Sellers, entonces luchando por imponerse como actor y lanzándose a la piscina con tres papeles (un poco emulando a Alec Guinness, que se mandó ocho en "Ocho sentencias de muerte"... suerte para él que se no se llamaba 365 sentencias de muerte la cosa). La peli resultó un pequeño éxito, pero éxito a fin de cuentas (son británicos, nadie espera que se embuchen tanto dinero como los yankis), y se transformó con el paso del tiempo en una pequeña joya de la comedia cinematográfica.

¿POR QUÉ VERLA?

-- ¿Francamente? El paso del tiempo no ha sido clemente con esta peli, que hoy en día luce "muy de su época". La primera mitad, con la absurda situación de un piquete de medievales tratando de tomarse Estados Unidos por asalto en misión suicida, es descacharrante. Para la segunda mitad, la cosa decae un poco y acaba en un final quizás un tanto convencional (tengo entendido que toda la segunda mitad en realidad fue extendida desde la novela original, lo que no puedo cotejar porque no la he leído, pero no me sorprendería, por la pérdida de fuelle de la narración). Pero tiene sus cosas buenas. De partida, dirige Jack Arnold, un artesano que nos ha legado alguna que otra joyita ("El monstruo de la laguna negra", mostrándonos que es tan bueno dirigiendo comedias como pelis baratas de terror... eso trató de ser un elogio, por cierto). Y en segundo lugar, ya lo apuntábamos más arriba, está Peter Sellers en uno de sus primeros protagónicos, e inagurando la costumbre de interpretar múltiples papeles, algo que se repetirá en algunos otros títulos de su filmografía ("Doctor Insólito", "Camas blandas, batallas duras", "El prisionero de Zenda", "El diabólico doctor Fu-Manchú"). Jean Seberg por su parte está hermosísima y querible (eran sus muy criticados años antes de volverse musa de la Nouvelle Vague en los '60s). Y tenemos una genial secuencia de créditos cortesía de Maurice Binder, que hizo bueno el concepto de abrir una peli con dibus, algo que explotarían después "La Pantera Rosa" y secuelas hasta la saciedad (este Maurice Binder, tres años después, crearía las famosas secuencias de créditos con siluetas de chicas desnudas para James Bond a partir de "El satánico Doctor No" y hasta "Licencia para matar"). Y la política ficción (política sátira, deberíamos decir) es delirante, dentro de todo lo delirante que fue en muchos aspectos la Guerra Fría (sin los toques macabros de "Doctor Insólito", claro está). De manera que esta peli difícilmente puede ser considerada como un clásico en toda regla, pero sí tiene desperdigados por aquí y por allá elementos suficientes como para que valga la pena repasarla.

IDEAL PARA: Fanáticos de Peter Sellers y amantes de la política ficción.

domingo, 13 de marzo de 2011

"Temple de acero" (2010).


-- "True Grit" (título original en inglés), "Valor de ley" (título en España). Estados Unidos. Año 2010.
-- Dirección: Joel Coen y Ethan Coen.
-- Actuación: Jeff Bridges, Hailee Steinfeld, Matt Damon, Josh Brolin, Barry Pepper, Dakin Matthews, Jarlath Conroy, Paul Rae, Domhnall Gleeson, Elizabeth Marvel, Roy Lee Jones, Ed Corbin, Leon Russom, Bruce Green, Candyce Hinkle.
-- Guión: Joel Coen y Ethan Coen, basados en la novela de Charles Portis.
-- Banda Sonora: Carter Burwell.

-- "Temple de acero" en IMDb.
-- "Temple de acero" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Shit happens. Llega un tipo a trabajar a tu casa, y el tipo decide masacrar a tu papi por una tontería. Es una cucaracha y una sabandija, pero si eres la hija de papi, no puedes permitir que esa cucaracha o sabandija se salga con la suya sin ser aplastada bajo tu zapato. De manera que tenemos a una chica de catorce años moviéndose por el Far West, un mundo de rudos vaqueros y rápidos pistoleros, dispuesta a contratar a alguien para que asesine al asesino de su padre (no es la época de Gandhi todavía). La chica se entusiasma con un tal Rooster (Gallo) Cogburn, un malparido que es un Harry el Sucio antes de Harry el Sucio: dispara primero, pregunta después. Pero a Cogburn, maldita la gracia que le hace trabajar para una enclenque de tan baja edad que podría ser coleguete con el target objetivo del cine hoy por hoy. Empero, la chica es empeñosa, y moviéndose con toda libertad por el pueblo (por alguna razón, en medio de ese rudo mundo de hombres, nadie la agarra y la saca del pueblo para violársela), consigue convencer a Cogburn de ir al asunto (100 dólares de recompensa, suponemos un dineral con esto de la inflación). En medio aparece un oficial de Texas que también anda detrás de la sabandija. Entre el oficial y Cogburn, ambos parten y dejan a la criatura atrás. Pero la chica de 14 no se va a arredrar por eso, cabalga como alma que se la lleva el diablo, y le sigue la pista a los otros dos. Ahora, el terceto marcha al encuentro de un villano de mierda, en un paisaje de mierda... er... bueno, tenemos una peli western no tan apologética como otras pelis western, ¿vale?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Por allá por 1969, cuando con la Trilogía del Dólar y con Clint Eastwood metiéndole bala a Lee Van Cleef no se sabía bien para dónde iba el Western, John Wayne hizo un rol otoñal como Rooster Cogburn en una peli llamada "Temple de acero", precisamente, basada en una novela suponemos fértilmente olvidada por ahí. La peli pasó más o menos sin pena ni gloria para la posteridad, salvo porque John Wayne se llevó un Premio Oscar al Mejor Actor en esa ocasión, que muchos sintieron como homenaje a las glorias pasadas en vez de un reconocimiento al rol en sí (irónicamente, este macho quintaesencial de un género tan U.S.A. como el Western, no se había llevado ninguno hasta sus provectos 62). Si se le suma que la actriz protagónica después no volvió a rodar nada decente (casi no rodó nada después), apaga y vámonos. Hasta que de pronto los Hermanos Coen recordaron este Western, y dijeron que iban a hacer un remake. O mejor dicho, según ellos, una adaptación de la novela original. En fin, whatever. El caso es que la rodaron y batieron por primera vez la barrera de los 100 millones recaudados en USA, además de hacer una de sus pelis más finas y elegantes. ¿Recompensas en los Oscares? Diez nominaciones, cero premios, lo que suma en total una... paliza de órdago. Quién demonios entiende.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Digámoslo así: por una vez en la vida los Hermanos Coen se olvidaron de que son los jodidos Hermanos Coen, y rodaron una peli como la gente. Vale que "Quémese después de leerse" era una parida de madre que te la disfrutas así como viene y punto, pero "Sin lugar para los débiles" era justamente una peli débil, más débil de lo que aparece a primera vista debido a que va de machorros disparándose a santo de moco y eso ayuda a tapar un poco. Acá, en cambio, se dedican íntegramente a contar la historia, y le sacan bastante potencia. Allí donde la original era morosa y lenta ("Temple de acero" de 1969 se arreglaba un poco en la segunda mitad), ésta le imprime mucho más nervio y substancia. Hay ciertas cosas que son muy de los Coen (algún diálogo absurdo por ahí, que le baja el nivel, y alguna letrina puesta en escena porque los héroes del Western, aunque ustedes no lo crean, también tenían que darse el tiempo para cagar, lo que le sube el nivel a esta peli), pero en general tratan de ceñirse a su material y explotarlo bien. Y les resulta. La trama es bastante mínima y exenta de gran épica, con un trío de antihéroes persiguiendo a unos pobres pringaos, pero a cuenta de grandes actuaciones y buenos diálogos, los Coen consiguen sacarle nobleza a estos personajes y hacerlos muy queribles y entrañables. Jeff Bridges como Rooster Cogburn llena bien los zapatos del personaje, haciéndolo a su manera y sin quedarse en una parodia de John Wayne (aunque tampoco se distancia mucho de él, algo impensable por otra parte por cómo es el personaje): a ratos pareciera que interpretara a un Snake Plissken más viejo (el parche no ayuda a establecer distancias, precisamente), pero esto no hace sino añadirle puntos. Matt Damon como el texano entrometido está también muy bien. Y la gran revelación es Hailee Steinfield, la chica de 14 que nos hace sentir la determinación y valentía de su personaje sin caer en ningún minuto en ese nefasto pecado juvenil que es la sobreactuación. Y el malo más maloso, sorpresa, es Barry Pepper, y digo sorpresa porque ese nombre no les dice nada probablemente... salvo porque fue el prota de "Battlefield Earth" (más de una década después, pero acá tiene redención... o acaso los roles de héroes no se le dan, vaya uno a saber). Aventuras, emoción, incluso hasta una lagrimita por ahí... Una peli con empaque... ¿Qué más le puedes pedir a una peli? Puede que el Western sea un género casi muerto (lo siento, pero "El tren de las 3:10 a Yuma", notable por su desarrollo, se cayó dramáticamente al final por un clímax completamente absurdo), pero en tanto sigan rodándose pelis como "Temple de acero" (la de ahorita, la del 2010), siempre habrá lugar para los vaqueros malhablados en nuestro corazón.

IDEAL PARA: Ver una sobria y recia peli de acción/aventuras/western.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "TEMPLE DE ACERO":

jueves, 10 de marzo de 2011

"Atmósfera cero" (1981).


-- "Outland". Estados Unidos. Año 1981.
-- Dirección: Peter Hyams.
-- Actuación: Sean Connery, Peter Boyle, Frances Sternhagen, James Sikking, Kika Markham, Clarke Peters, Steven Berkoff, John Ratzenberger, Nicholas Barnes, Manning Redwood, Pat Starr, Hal Galili, Angus MacInnes, Stuart Milligan, Eugene Lipinski.
-- Guión: Peter Hyams.
-- Banda Sonora: Jerry Goldsmith.

-- "Atmósfera cero" en IMDb.
-- "Atmósfera cero" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Io, satélite de Júpiter. Las corporaciones mineras se hacen su agosto explotando el planeta en condiciones infrahumanas. Y como no hay población na'vi nativa de la que abusar, obligados a hacerlo con los obreros. Hasta ese mundo llega un sheriff más o menos fondón (hay que ver la ponchera que se gasta Sean Connery), que está dispuesto a hacer cumplir la ley, etcétera. Buena suerte, cowboy, que hacer cumplir la ley en la tierra de nadie es... bueno, digamos que su trabajo es más o menos como impartir clases de moral, buenas costumbres y protección antiladillas en el interior de un burdel. El caso es que ha ocurrido una muerte misteriosa (un pobre tipo aparentemente se ha suicidado tratando de quitarse el traje espacial en plena explotación minera), y luego otra más (un tipo quiere salir al exterior de Io en ropa calle, total, la infernal atmósfera de azufre hará bien para los pulmones, ¿no?). El nuevo sheriff del lugar quiere investigar, pero como es el newbie, nadie lo quiere mucho. Los obreros, porque hay un trapito sucio que esconder. Los capataces, porque eso le puede hacer mal a los números. El sheriff se encuentra entonces como esa ave mítica que es omnipotente, a condición de que no haga nada: que se le pague por hacer la vista gorda, en definitiva. Y cuando de verdad quiera empezar a limpiar el antro, pues bien, se transforma en una amenaza, y ahora sí que tendrá a toda la colonia (¡incluidos sus propios policías subordinados!) en su contra.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Los tempranos '80s fueron tiempos revueltos. Por un lado, la sociedad estadounidense estaba recuperándose de varias pesadillas contra el american dream (Watergate, Vietnam, los polis corruptos de NY y LA, esos mariconcitos en San Francisco) y estaba dispuesta a creer de nuevo (cortesía de "La guerra de las galaxias" y "Encuentros cercanos del Tercer Tipo", en lo que a cine se refiere), y por la otra, como analfabetos funcionales que son los yanketas de toda la vida, ¿en qué iban a creer? ¡¡¡EN RONALD REAGAN!!! Los '80s ya no serían la década de "El padrino" o "Serpico", sino de "Rambo III" o "Rocky IV", para que nos entendamos. En medio de todo eso, las gargantuescas corporaciones adhirieron a los credos neoliberales propulsados por Milton Friedman y la Escuela de Chicago (Reaganismo, Tatcherismo, Piñerismo, póngasele el nombre que se quiera... Piñerismo por José Piñera, claro, el autor del Plan Laboral chileno, y que sea hermano del Presidente Sebastián Piñera debe ser una coincidencia, así como lo es que ambos sean hermanos del Negro Piñera, y sobrinos de Monseñor Bernardino Piñera), y las gargantuescas corporaciones, decíamos, estaban extendiendo sus tentáculos a la manera en que lo hará en 2019 la Corporación Tyrrell de "Blade Runner". Dos pelis de CF de aquellos años recogieron el guante, en lo que a corporativismo desmadrado se refiere. La primera fue "Alien", en la que aunque la trama principal de la peli va en sacarse de encima a un polizonte molesto y paseababas, en el trasfondo se deja ver como fue la corporación minera misma la que envió a los pobres desgraciaos como bichos de prueba al planeta ése de los aliens. Y la segunda es "Atmósfera cero", en que ya la trama corporativa no es oblicua a la primaria, y el villano principal ya no es un alienígena, sino la corporación en cuanto corporación, o más precisamente, el sistema corporativo mismo.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta peli ha envejecido bien por un respecto, y mal por otro. Partamos por las malas noticias. La verdad es que esta peli, para haber sido rodada en 1980, tiene un look francamente envejecido incluso para esos años, muy deudor de "2001: Odisea del espacio", que es 12 años anterior. Y 12 años son una eternidad en materia fílmica (díganselo a James Cameron y sus doce años entre "Titanic" y "Avatar"). No debe ser casualidad que Peter Hyams, a la vuelta de algunos añicos, haya sido contratado para dirigir la innecesaria secuela ("2010: El año en que hicimos contacto"), buena peli de CF en sí, pero que era empresa temeraria y finalmente fallida frente a la ciclópea producción kubrickiana (por algo no ha habido tercera parte en el cuarto de siglo siguiente). Parece mentira que este cineasta tan competente, después haya caído a los extremos de "El sonido del trueno" y otras por la misma línea. Tampoco ayuda que las computadoras sean omnipresentes, pero tengan ese aspecto que hace ver a Windows 3.11 como un prodigio de modernidad. En ese sentido, uno acepta con más facilidad las computadoras alimentadas con cintas magnéticas de "Star Trek" por un tema de "son los '60s", pero es más difícil acá. Y ahora vamos a las buenas noticias.

-- Lo que contribuye a paliar un poco esto, es que Peter Hyams se esfuerza por crear un universo futurista plausible. La física presentada dentro de la peli en general es plausible, aparte de los inevitables gazapos de rigor (cuerpos que explotan al estar expuestos al vacío en claro antecedente de "El vengador del futuro", caídas libres en gravedad cero cuando en el interior de la estación espacial hay gravedad normal... lo de siempre, vamos), pero no se inventan artefactos tecnochorras para justificar esto o aquello (que no hay cosas como: "¡oh, sí, tiene una herida de bala que le ha penetrado en un tumor incurable dentro del cerebro, pero esto lo arreglamos con el mágico encefalocilindrador y... listo, ya puede usted caminar de nuevo!"). La base minera no está en un ficticio planeta de otro ficticio sistema solar, sino en un cuerpo celeste bien conocido, real y tangible como es Io (además de moda en aquellos años gracias a que la sonda Voyager había descubierto la existencia de volcanes extraterrestres en Io). Claro, es una chapuza que de todos los satélites de Júpiter, sea Io precisamente el elegido (un planeta sobre el que Júpiter ejerce tantos efectos de marea, que ríanse ustedes de la tectónica de placas en la Tierra, no es que los iomotos sean Escala XX Richter, sino que el propio Io se deforma como una pelota de goma hasta crear volcanes extraterrestres ahí). Pero por otra parte, de los cuatro grandes (Io, Calixto, Europa, Ganímedes), es el único que no tiene agua en cantidades (azufre sí), por lo que el punto científico que la peli pierde por un lado, lo gana por el otro. Además, el futuro presentado es sucio y cochambroso, casi dickensiano en sus alcances, lo que seguramente no diferirá mucho del verdadero futuro que nos espera, a diferencia de las visiones luminosas startrekianas o starwarsianas, simplemente porque el ser humano es así, y las corporaciones gastarán lo justo y preciso en reparaciones y maquinarias para mantenerlas funcionando, así como lo hacían con las fundiciones de metal en que trabajaban niños por catorce horas diarias en el XIX (malditas leyes laborales, ¿verdad?). Eso es lo más inquietante del futuro presentado en "Atmósfera cero": que el universo no ha cambiado ni la Humanidad tampoco, y que es deprimentemente cercano a nuestro propio presente. ¡Incluso hasta las armas de fuego son casi similares! (Y hablando en serio, ¿para qué querrían pistolitas de rayos láser si las escopetas funcionan igual de bien en una estación minera?).

-- Un aspecto interesante de esta peli es haberse asumido desde el comienzo como una especie de Western crepuscular. El cinéfilo más perspicaz ya habrá notado que el argumento es en muchos respectos un remake futurista de un Western, precisamente, cual es "A la hora señalada". Cuando uno piensa en "Space Western" (¿y qué otra cosa no es sino la Space Opera, la aventura galáctica de toda la vida?), uno tiende a pensar en pistoleros de rayos montados en gloriosos corceles con propulsores de iones, matando apaches alienígenas, etcétera. Pero la inspiración claramente acá no son los Western triunfalistas de los '40s, sino el Western revisionista de los '60s. Al igual como la contemporánea "Escape de Nueva York" el personaje de Snake Plissken parece un descendiente lejano del Pistolero Sin Nombre interpretado por Clint Eastwood de "El bueno, el malo y el feo", acá el prota de "Atmósfera cero" va también más o menos de lo mismo. Es un vaquero, está dispuesto a hacer cumplir la ley por la fuerza de las armas si es preciso, pero su lucha no tiene nada de épica ni gloriosa. En realidad es casi un sinsentido, así como lo es la empresa del vaquero que trata de imponer la paz en un Far West violento y convulso (¿han notado ustedes como en las pelis de vaqueros más antiguas, el Far West era casi bucólico, y los bandoleros eran casi manchas en el mapa y nada más?). Como Western futurista, la verdad de las cosas es que "Atmósfera cero" funciona brillantemente bien, y es un ejemplo superlativo del género.

-- Un punto interesante de esta peli es lo que podríamos llamar el aspecto moral. Repasemos: el sheriff viene a la estación minera a limpiarla de la corrupción y las malas prácticas. Al principio pareciera que las manzanas podridas son unas cuantas, y se puede hacer una desinfección. Pero a medida que todo va avanzando, se hace cada vez más evidente que TODOS son manzanas podridas, y que el sistema entero está mal, hasta el punto que se le pregunta al prota por qué sigue insistiendo en hacer "lo correcto", cuando en realidad lo suyo es una cruzada sin sentido. La peli toma partido claramente por el prota, presentándolo heroico básicamente porque nunca se rinde ante la adversidad y lo que podríamos llamar en términos cinematográficos "el Mal". Y sin embargo, en una segunda lectura, ¿qué sentido tiene todo ello? Mientras más metraje se desarrolla en la peli, más queda claro que en realidad los mineros y la corporación están tácitamente de acuerdo, y que todos aceptan las reglas del juego como son. ¿Qué sentido tiene que el sheriff se esfuerce tanto en su cruzada? ¿Va a cambiar acaso el sistema por un solo hombre? ¿Cómo se puede salvar a todo un mundo de gentes, encapsuladas en una estación minera en este caso, si ni uno solo de esos hombres quiere ser salvado, y más aún, obstaculizan positivamente que esa salvación llegue? ¿Acaso no sería éticamente mejor dejarlos hundirse en su marasmo, considerando que es una opción libremente tomada y a conciencia? Esos tipos corruptos, una estación minera entera en este caso, saben bien lo que están haciendo, son adultos y no una panda de niños o de inconscientes. Es cierto que la tarea del sheriff es hacer cumplir la ley, pero ¿acaso no es la verdadera ley en este caso otra diferente de la escrita, una ley de la jungla que todos aceptan con fatalismo, pero que la aceptan al final del día, y que en realidad a sus condiciones de vida les es mucho más cómoda? ¿Acaso los mineros no se irían si encontraran tan dura su existencia? ¿O no probarían a rebelarse? Al final, la peli parece regocijarse en una postura de "miren a este sheriff, es un tipo demasiado bueno y noble para esta panda de depravados morales", pero en una segunda lectura, resulta que nadie le pidió al sheriff ser un héroe. Todas estas preguntas, la peli no se las hace, pero quedan dando vueltas por detrás. En realidad, a través de la situación planteada estamos viendo los límites del héroe, las fronteras de lo que un hombre correcto puede hacer, la delgada línea entre ser un héroe que lucha por una causa con sentido y un mártir que se sacrifica por amor al martirio. Como de costumbre en estas materias, no hay una respuesta fácil, y no pretenderé ofrecerla aquí. Sin embargo, la peli plantea estas interrogantes (subrepticiamente, de manera inconsciente), y no deja de ser estimulante preguntarse esas cosas, en particular considerando que puede verse a la estación minera como una parábola o un paralelo desquiciado y extremo de nuestra propia sociedad, cada vez más hundida en el conformismo y la mediocridad, y en la que mucha gente prefiere (la mayoría, probablemente) vivir una existencia vacía y sin sentido, a buscar algo mejor, un "new society treaty" que les permita a todos ser más felices y barrer con problemas sociales que podrían eliminarse, o al menos aminorarse, con un poco de buena voluntad por parte de todos.

-- Mencionemos para terminar el apartado visual de esta peli, muy bien logrado y ejemplar en lo que a buena Ciencia Ficción se refiere, y la magnífica banda sonora del siempre agradecido Jerry Goldsmith, ambas grandes contribuciones a redondear esta peli.

IDEAL PARA: Ver un interesante Western futurista con variadas ramificaciones éticas.

domingo, 6 de marzo de 2011

"El cisne negro" (2010).


-- "Black Swan" (título original en inglés), "Cisne negro" (título en España). Estados Unidos. Año 2010.
-- Dirección: Darren Aronofsky.
-- Actuación: Natalie Portman, Mila Kunis, Vincent Cassel, Barbara Hershey, Winona Ryder, Benjamin Millepied, Ksenia Solo, Kristina Anapau, Janet Montgomery, Sebastian Stan, Toby Hemingway, Sergio Torrado, Mark Margolis, Tina Sloan, Abraham Aronofsky.
-- Guión: Mark Heyman, Andres Heinz y John J. McLaughlin, basados en una historia del segundo.
-- Banda Sonora: Clint Mansell.

-- "El cisne negro" en IMDb.
-- "El cisne negro" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Anoche tuve un sueño. Era un sueño en que bailaba como en el ballet y bailaba la Bella Durmient... er... perdón, el Lago de los Cisnes, pero era todo más oscuro y retorcido, porque así queda más artístico y yo soy artista, ¿vale?, que soy Natalie Portman y estoy en carrera por un Oscar aquí pero en serio, no como el jodido Mickey Rourke que se quedó con la pura nominación. El caso es que después de esta escena, que no tiene ninguna conexión con lo que viene después salvo para demostrar que la prota está realmente jodida, y que esta peli es ah-tíh-ti-cah, aparece Vincent Cassel, que debe ser el único director de ballet heterosexual del mundo, porque anda con unas ganas locas de joderse a Natalie Portman, y la contrata para hacer del Cisne Blanco, pero además quiere que haga del Cisne Negro. Resulta que el director del ballet tiene a otra chica (Mila Kunis, y yo atajándome las babas) que es la perfecta Cisne Negro. ¿Quiere decir que habrá una Cisne Blanco y una Cisne Negro sobre el escenario? Esa sería la salida obvia, pero el director del ballet, dále que no, porque él es ARTIHTAH y quiere que haya lecturas y sublecturas sobre la identidad, el lado oscuro... un Aronofsky cualquiera, el hombre. De manera que vamos vejando a Natalie Portman para que salga su lado oscuro. Y ella, predispuesta por una madre que la controla porque su vida es una mierda por haber parido a su hija en primer lugar, acata sumisamente cuanta putada le hacen y quieren hacerle. ¿El resultado final? No lo soplaré, por supuesto, que no me gusta mandarme spoilers sin aviso. Pero como también de tarde en tarde me hago trampas a mí mismo... sin revelar el final... digamos que al comienzo de la peli, el director del ballet cuenta la trama de "El Lago de los Cisnes", y revela que al final del ballet, el Cisne Blanco se suicida y muere. Claro, algún avisado entre el público puede pensar, después de esto, que si están revelando toda la trama del Lago de los Cisnes con todo lujo de detalles e incluyendo su final, al comienzo de la peli, es que esa información es relevante para lo que vendrá después. Es lo que tienen los guiones demasiado armados, que si ya sabes algo sobre cómo armarlos, pues que adivinas hacia dónde irán los tiros después.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Una de las preguntas inevitables a la hora de tener un exitazo brutal en el cine, es qué hará su director después. Cuando el director es un jodido comerciante como Michael Bay, la cosa no tiene mayor enjundia porque es cine de palomitas, y por lo tanto la fórmula es más de lo mismo (¿alguien dijo "Transformers 2"?). Pero cuando es un director culturetah, la cosa se pone más pesada. Porque se supone que un director cultureta tiene que expandir su universo fílmico, no quedarse en lo mismo, renovarse, abordar nuevos conceptos, ir siempre a la vanguardia... aunque tipos como Bergman, Allen o Lynch hayan estado rodando básicamente la misma peli vez tras vez tras vez. Cámbiale los adornos, y la gente enganchará, porque la sutileza es privilegio de minorías. Darren Aronofsky tenía su lugarcito ganado entre los culturetas gracias a "Pi" y "Réquiem por un sueño", pero más allá del círculo de culturetas medio cagados de la cabeza, Aronofsky no se comía un rosco. Hasta que depuso un tanto su estilo más contestatario e hizo una peli más amigable con la audiencia, que fue "El luchador", y resucitó de paso la carrera de Mickey Rourke, que en sus buenos años se comía a Carre Otis en "Orquídea salvaje" y aquí... bueno, acá se comía a Marisa Tomei, que tampoco estaba mal. ¿Cómo podía Aronofsky seguir adelante con su estilo y todo? ¿Cómo podía labrarse un nuevo éxito, quizás un Oscar? Ahora tenemos la respuesta: "El luchador II: Lucha en el Ballet". Después de todo, si "Duro de matar" iba de un edificio y "Duro de matar II" de un aeropuerto, pero aparte del entorno todo seguía igual, entonces... ¿por qué no iba a resultar la misma maniobra aquí?

¿POR QUÉ VERLA?

-- (((SPOILER DEL FINAL, LEÑE, AHORA SÍ QUE SÍ))). El momento de la revelación en esta peli, es su línea final: Natalie Portman diciendo "estuvo... perfecto". ((FIN DEL SPOILER... O ALGO ASÍ))). Y no pude evitar partirme de la risa. Porque eso es, en definitiva, el asunto. Darren Aronofsky no está en pos de una peli buena aquí, sino de una peli PERFECTA. "El cisne negro" es la ambiciosa apuesta de alguien que no se conforma con menos que construir un clásico imperecedero del cine, de alguien aspirando a ocupar la Cátedra Kubrick o algo así. En respuesta a eso, toda la peli es hiperbólica y forzada, cada encuadre y cada plano destinado a ser significativos y una lección de cine (lo que no impide algunas salidas narrativamente demasiado obvias, como hacer que Natalie Portman se convierta LITERALMENTE en un Cisne Negro en la traca final de la peli, sólo por si eres tan estúpido como para no entender la moraleja después de casi dos horas de peli). En definitiva, la peli se impide a sí misma respirar. Esto debería condenar de inmediato a la peli al infierno, por falta de humildad, pero este problema pasa más o menos colado por tres razones. En primera, la peli va del ballet y no del wrestling, por lo que ser más alambicada que "El luchador" se le perdona la ida de chorra con el manierismo. En segunda, pertenece a ese siempre agradecido género de "chica buena y angelical siendo corrompida y prostituida y vejada y humillada para excitación morbosa de las grandes audiencias", género que ha dado grandes clásicos del cine desde "Emanuelle" hasta "La secretaria" por eso, porque por debajo de todo lo que le pongan por corrección política y aunque nadie lo confiere por impublicable, a la gente le sigue gustando ver chicas elegantemente sodomizadas en la pantalla. Y en tercera, el rol de chica elegantemente sodomizada en esta peli recae en la siempre agradecida Natalie Portman, que no sólo es una cara bonita y un cuerpo de escándalo sino también una maniática perfeccionista de cuidado, por lo que hay cierta concordancia entre la prota (la prota como personaje y la actriz que la encarna), y el director. A veces pareciera que el director del ballet es un surrogatorio del propio Aronofsky, y que las putadas que el director le hace a la prota son las mismas que a Darren le gustaría hacerle a la Portman... ¡Pero un momento! ¡Sí se las hace! ¡La obliga a padecer accidentes del trabajo, a masturbarse en público frente a millones de espectadores, a dejarse lamer la ostra por Mila Kunis, y en definitiva a hacer un rol ridículo en su perfeccionismo! ¡Y ella se deja sumisamente, en plan "quiero un Oscar, quiero un Oscar, quiero un Oscar"...! (bueno, lo obtuvo, bien por ella, la masturbación tuvo su recompensa). ¿Peli buena? Eso queda en entredicho. ¿Entretenida, al menos? ¡Sí, indiscutiblemente! ¡La pacata y pechoña de Natalie Portman haciéndose un dedazo, eso vale oro! Ah, y también un poco de Tchaikovsky para los culturetas de toda la vida, convenientemente reorquestado. Le perdonamos por lo tanto un guión que linda en lo ridículo (en serio, si el director del ballet se está jugando su prestigio profesional, ¿por qué no juega la baza de poner a la Cisne Blanco perfecta y a la Cisne Negro perfecta en escena a la vez, en vez de obligar a la Cisne Blanco a desempeñar ambos roles y despertar su lado oscuro a riesgo de estropearla en lo que de Cisne Blanco tiene?), unos diálogos a ratos bastante imbéciles (ese "¿te la follarías?" refiriéndose a Natalie Portman es absurdo, ¿qué macho heterosexual no querría follarse a Natalie Portman, con o sin vestuario de Cisne Blanco?), y unos personajes bastante más estereotipados de lo que cabría pensar (esta peli tiene el extraño récord de que ninguno de sus personajes protagónicos está sano y cuerdo de la cabeza: ni la prota, ni la mamá, ni el director, ni el Cisne Negro, ni la antigua bailarina defenestrada por la bailarina nueva... ninguno de ellos, ninguno en lo absoluto).

-- Natalie Portman. Cuando escribí acerca de "La otra Bolena", dije que la Ana Bolena de Natalie Portman había sido quizás uno de sus grandes roles. Sigue siéndolo (muy superior a la peli en sí, por cierto), y acá se repite eso de la Portman salvando una peli que por otro lado sería una mediocridad. El papel de Natalie Portman es entregado y aplicadito como sólo una actriz nacida en Jerusalén podría regalarnos. Quienes me han leído en Cine 9009 saben de sobra la tirria que me causan los Premios Oscar, debido a que no premian lo mejor sino lo que es más del gusto pequeñoburgués de Hollywood, pero en este caso, por una vez y sin que sirva de precedente, le dieron medio a medio: Natalie Portman es el rol del año, y no volveremos a tener un papel así en vaya uno a saber qué tiempo. ¡Y sin tener que desfigurarse ni ponerse prótesis para afearse y verse más actriz seria y menos "cara bonita" como Charlize Theron en "Monster" o Nicole Kidman en "Las horas", eso sí que es mérito! Darren Aronofsky el viejo zorro sabía lo que hacía al contratarla, a sabiendas de que Mickey Rourke le había salvado la papeleta en buena medida en "El luchador", y acá vuelve a la misma maniobra, pero aumentada.

IDEAL PARA: Ver otra portentosa actuación femenina de Natalie Portman.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "EL CISNE NEGRO":

-- "Dancing with Tears in my Eyes" en SisterBoy Drama.

jueves, 3 de marzo de 2011

"Más allá de la vida" (2010).


-- "Hereafter". Estados Unidos. Año 2010.
-- Dirección: Clint Eastwood.
-- Actuación: Matt Damon, Cécile de France, Frankie McLaren, George McLaren, Lyndsey Marshal, Thierry Neuvic, Bryce Dallas Howard, Mylène Jampanoï, Jenifer Lewis, Marthe Keller, Derek Jacobi, Niamh Cusack, Richard Kind, Jean-Yves Berteloot, Steven R. Schirripa.
-- Guión: Peter Morgan.
-- Banda Sonora: Clint Eastwood.

-- "Más allá de la vida" en IMDb.
-- "Más allá de la vida" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Tailandia. En el paraíso de la prostitución infantil, un adulto decide en cambio afilarse a una reportera que aparentemente ha tenido años mejores en el pasado (Cécile de France, con un look un tanto avejentado para sus escasos 35). Ella sale a hacer un poco de shopping étnico, mientras que él se queda en el resort. Y entonces, en esta peli de Clint Eastwood que ha partido a su manera melancólica y personajecéntr... ¡¡¡REDIOHLAPUTAMAREQUESEVIENEAHÍSÁLVESEQUIENPUEDA!!! Maremoto, aluvión, tusunami, que se viene el mar encima... ¡Leñe, yo pensé que la de Michael Bay la daban en el cine del la'o! El caso es que el agua entra en el pueblo como un Dichato cualquiera, se pasea como Pero por su casa, y se agarra a la reportera. ¡Joer, que se ha muerto la De France! ¡Y nadie se ha enterao porque aparte de mí, nadie conoce a la actriz fuera de Francia! Esperen... esperen... un momento... ahí... está... viendo la luz. Ah, ya, OK, si está viendo la luz al final del túnel es porque en algún minuto va a volver, va a despertar, va a descubrir que el mundo sigue ahí, y luego se va a volver una lunática predicando que existe la life after life y todo eso. Y en efecto, sobrevive la señora. Cambio de escena a... Inglaterra, en donde un par de niños tienen que hacer el toreo a los de servicios sociales para que no pesquen a su madre convenientemente conservada en alcohol y los agarren y los relocalicen en vaya uno a saber. El caso es que por esas revueltas del guión, a uno de los críos lo pesca un vehículo y lo deja tieso en el pavimento, para visible mosqueo del otro hermano. Cambio de escena a... San Francisco, Yueséi, en donde hay dos sujetos, uno que tiene un cierto don (ve a los muertos, a lo más Cháyaman), y otro (hermano, en este caso) que no tiene un don pero quiere aprovecharse del don de... ya saben el resto. Tres personajes (la periodista superviviente, el hermano de duelo, el vidente que evidentemente los conectará a todos al final), en un solo gran misterio: ¿existe la vida más allá de la muerte? ¿conseguirán al final ser felices y hacer las paces con la vida? ¿se coronará Clint Eastwood con otro peliculón que se lleve puñao de Oscares? (bueno, esa última ya la sabemos: NO).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

A pesar de tener una carrera artística más larga que plegaria de vieja, la gran década de Clint Eastwood han sido sin lugar a dudas los 2000s. Quién diablos hoy en día recuerda que fue el pistolero sin nombre de "El bueno, el malo y el feo", o el ícono parafascista por excelencia de "Harry el Sucio". En la década nos ha legado peliculones como "La conquista de honor", "Cartas desde Iwo Jima", "El sustituto" o "Gran Torino", algunas sobrevaloradas pero aún así buenas dentro de su liga ("Mystic River", "Million Dolar Baby"), y entretenimientos simpáticos como "Jinetes del espacio" e "Invictus". Se va al cine a ver una peli de Clint Eastwood no porque sea un maestro titánico y un leviatán del cine, sino simplemente porque es uno de los pocos cineastas que andan rondando allá afuera que conocen un arte tan sencillo y básico como agarrar una historia y saber contarla bien. De pronto, decidió agarrarse un guión sobre lo sobrenatural, que andaba rondando desde 2008. ¿Clint Eastwood reconvertido en Night Shyalaman? MEIN GOTT!!! ¿Es que acaso papi Eastwood empezó a chochear, se ablandó, irá a hacer pelis ñoñas? Después de todo había rodado "Invictus", peli apaleada con injusticia porque de que era buena, era buena, pero no tan buenas como otras incluso más buenas. Por suerte no es el caso. Metiéndose en las aguas de lo sobrenatural, Clint Eastwood prueba una vez más que él es el jodido Clint, and you don't mess with Clint. No se comió ni un rosco en los Oscares. No importa. No es Clint el que necesita un jodido Oscar, es el jodido Oscar el que necesita desesperadamente a Clint.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Digamos de entrada que "Más allá de la vida" no califica como lo mucho más mejor que ha rodado Clint Eastwood en su vida. Es una peli cumplidora e interesante, sin ser superlativa. La gracia acá es que un guión potencialmente ñoño y efectista (ya saben: fantasmas, vida después de la muerte, misterio sobrenatural, etcétera), Clint Eastwood lo agarra y lo clintisgudiza hasta convertirla en otra que es de su marca de fábrica. Es cierto que hay un cierto aire a que Clint Eastwood (acercándose velozmente a la ochentena) está haciendo las paces con la vida y la muerte y todo eso, pero considerar a la peli únicamente como eso sería reduccionismo. Clint opta por lo de siempre, porque la historia se cuente sola, y se toma todo el tiempo del mundo para eso. La receta ideal para que los adolescentes de mierda esperando una de sustitos facilones se aburran en el cine (como realmente ocurrió cuando General Gato su seguro servidor la fue a ver, único profeta en medio de tanto filisteo con demasiado tiempo libre), pero que el material con el que se confeccionan las historias de verdad, las que se erigen como poderosas y viriles. Porque nadie diría que Clint no es viril, ¿no? A través de la peli, Clint Eastwood va diseccionando a los personajes y retrata tres situaciones frente a la muerte: la casi muerte (la periodista), la muerte que pasa por el lado (el niño), y el que derechamente mira a la muerte cara a cara (el vidente). A través de ellos, a la manera sutil que es la propia de Clint, sin forzar el asunto en ningún minuto, nos va mostrando cuán indefenso estamos ante nuestra propia finitud. La periodista ha sobrevivido, sólo para que su mundo entero se le quiebre y venga abajo; el niño ha hecho lo propio sólo para seguir aferrado a su vida anterior; y finalmente el que más cerca está de la muerte, el vidente, lo único que quiere es escaparse de ella y olvidarse del cuento. El final feliz vendrá (spoiler acá, pero no demasiado significativo) cuando los tres personajes, de una manera en que no revelaré por supuesto, encuentran cómo reconciliarse con la existencia humana, etcétera. Y todo eso, guardando siempre un tono contenido y minimalista, todo lo contrario de lo apologético que habría resultado un, digamos, Steven Spielberg. La mayor muestra de esto se ve en la escena original del tsunami: Clint Eastwood lo pone porque la historia parte a través de ahí, y a mitad de camino pone también un bombazo terrorista que también aconteció en el mundo real, pero los trata como si fueran un incidente cualquiera, sin darles mayor realce ni engolosinarse con los efectos especiales como un Michael Bay cualquiera, sino al servicio de la historia, pasando en ellos lo mínimo y después derivando hacia el resto de la trama. Quizás el problema con la peli, lo que le impide despegar con un poco más de vuelo y transformarse en una obra maestra, es extenderse en demasía y darse demasiado tiempo en esta o aquella subtrama: una edición un poco más empaquetada hubiera hecho el milagro acá.

-- Otro interesante mérito de la peli es el tratamiento de la muerte. A pesar de estar marchando rápido a poner un pie en el cajón, Clint Eastwood no luce ni suena desesperado. Al final de la peli, la muerte sigue siendo esa gran desconocida que era al comienzo. Seguimos solos e ignorantes de qué habrá al otro lado. La peli asume firmemente que hay un otro lado, claro (después de todo, la peli tiene un vidente en su reparto, ¿no?), pero lo que hay allá es literalmente el país desconocido. Con un valor y agallas enormes, Clint Eastwood dedica sus minutos a desmontar y reirse cruelmente de los fantoches y milagreros que trafican con la muerte ofreciendo ilusiones estúpidas a gente demasiado crédula. La moraleja de la peli pareciera ser una muy del gusto de Clint Eastwood: nadie más que tú mismo puedes ajustar cuentas con tu propia mortalidad, ama la vida por lo que es, y confórmate con que va a durar lo que tenga que durar. Todo lo demás que te cuenten al respecto, son zarajandas. Este tema está latente en destellos estratégicamente ubicados a lo largo de toda la peli: lo estúpido de que un personaje sobreviva a un tsunami y otro muera con un simple accidente de camión, el sacerdote que hace un entierro apuradito y como un trámite burocrático, el desfile de falsos videntes que hay allá afuera (por contraste, el verdadero vidente se siente un desgraciado por serlo, porque él sí sabe), la mención de que vivir demasiado con la muerte al final no es vida... Los filósofos estoicos de la Antigua Grecia habrían estado entusiasmados comiendo palomitas viendo esta peli, claramente.

-- Los personajes también tienen una relación bastante particular entre sí. En cierta medida, en una poderosa metáfora sugerida muy sutilmente por la peli, los tres conforman una familia. El vidente (interpretado con una actuación para sacarse el sombrero por un portentoso Matt Damon) representaría al padre, a aquel que sabe y conoce y tiene las respuestas, un padre un poco distante (a lo Dios Veterotestamentario, y es que Clint al final es muy yanki en esto) pero que en algún minuto descubre la compasión por los demás, un poco porque él mismo sabe sobre la muerte. La periodista (una Cécile de France claramente incómoda aquí, que no se luce tanto como en otros roles que ha emprendido) representaría a la madre, a aquella cuya manera de adentrarse en el misterio no es a través del conocimiento, sino de la empatía: ella busca saber, pero para encajar de nuevo en el mundo, y desde ahí guiar a otras personas a través de lo que ella ha descubierto. Y finalmente el chico (Frankie y George McLaren, dos actores gemelos para un doble rol de hermanos gemelos) representa la búsqueda, esa infancia de desesperación e ignorancia que sólo encontrará confort con la mirada conciliadora de la madre (la periodista, a falta de la madre biológica) y el padre (el vidente). Metafóricamente (y quizás de manera inconsciente, vaya uno a saber si el guionista estaba pensando en esta hipotética lectura o no), esta estructura en tríada entronca con las familias divinas de las mitologías antiguas, con sus roles bien definidos, en que el creyente se transforma en hijo de una familia divina. De ahí que la peli tenga una alta carga simbólica: los tres personajes, en cierta medida, representan a toda la Humanidad como una sola gran familia. Visto de esa manera, "Más allá de la vida" triunfa gloriosamente allí donde "Babel" fracasó: el enfoque minimalista de Eastwood resultó a la larga mucho más potente que la pretenciosidad cultureta de González Iñárritu. A ver si los culturetas de una buena vez toman notas y... a quién quiero engañar. No van a tomar notas. Porque es más fácil hacer pelis excesivas y discursivas, que hacer un trabajo sobrio y contenido como Clint, y además de eso salirse con la suya. Por algo Clint es admirado, pero nadie hoy por hoy intenta imitarlo.

IDEAL PARA: Ver una potente peli sobre la tantas veces cacareada "naturaleza humana" frente a la muerte.

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