Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
11 años de Cine 9009 en línea.
El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).
jueves, 30 de abril de 2009
"El transportador" (2002).
-- "The Transporter". Francia / Estados Unidos. Año 2002.
-- Dirección: Corey Yuen.
-- Actuación: Jason Statham, Qi Shu, Matt Schulze, François Berléand, Ric Young, Doug Rand, Didier Saint Melin, Tonio Descanvelle, Laurent Desponds, Matthieu Albertini, Vincent Nemeth, Jean-Yves Bilien, Jean-Marie Paris, Adrian Dearnell.
-- Guión: Luc Besson y Robert Mark Kamen.
-- Banda Sonora: Stanley Clarke.
-- (Ir a la página) Entrada en IMDb.
-- (Ir a la página) Artículo de la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Un estacionamiento de automóviles, mientras vemos unos créditos muuu Star Trek. Hay un tipo vestido de impecable terno y corbata, al que le suena un chulo relojito. Es la hora. Parte. Corre como endemoniado. Y se instala frente a un gran edificio. Del cual sale un grupo de individuos enmascarados. "¡Parte!". "Oye, hay cuatro". "Sí, sí sé contar, ¿y?". "El convenio eran tres". (OK, no me acuerdo del diálogo textual, pero algo así iba). El otro que arranque de una, y nuestro conductor se da todo el tiempo del mundo para explicar que si hay más de 254 kilos en el automóvil, adios sistema de suspensión. El caso es que echan abajo a uno (no pregunten el expediente, aunque es de suponer), y arrancan. Viene la consabida persecusión en que nuestro héroe conductor deja unos cuantos fierritos retorcidos con rueditas en el camino, y deja la entrega en el punto de entrega (ya sé, es obvio, pero por favor, déjenme terminar). El gangsta dice "OK, tantos más por viajar a Avignon". "Olvídalo, el trato es hasta acá, y es hasta acá". (Insisto, no me aprendí el diálogo de memoria, y maldita sea si alguna vez quiero, pero algo así era). Regresa a su casa, tan feliz, y le llega otro trabajo. Conducir otro paquete. Una bolsa, tanto por tanto, tantos kilos, etcétera. Nuestro héroe (¿héroe, dije?) toma el trabajo, recoge la bolsa, y ¡ARRIBA! Al portamaletas. El problema es que viene un reventón de neumáticos. Mientras nuestro héroe está en planes de hacer el cambio de llantas en plena carretera, la bolsa empieza a moverse y sonar de manera muy rara. Como ustedes entenderán, por regla general las bolsas no suelen moverse y sonar de maneras muy raras, de manera que nuestro héroe, porque sí, porque de lo contrario no habría peli, decide romper su regla de nunca mirar dentro del paquete, y miren lo que se encuentra, una china nada más mona (Shu Qi, busquen en Google Image Search sin el SafeSearch activado y babéense, kids). Y listo. Nuestro héroe tiene corazoncito de oro, en particular si la damisela en peligro tiene curvas peligrosas y bonito maquillaje (macho el hombre, ehm...), así es que ya está liado en el forro. ¿Cómo saldrá de él? La respuesta en breve: patadas, explosiones, patadas, pistolas, patadas, nadando, patadas, corriendo, patadas, manejando... Chuck Norris no lo hubiera hecho mejor.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
¡Ah, los '80s...! Aquellos eran duros. La época en que habían reyes como Schwarzennegger, Stallone, Norris, Willis... ¡Diablos, si hasta para Dolph Lundgren alcanzaba! Bueno, después vinieron los Van Damme, los Seagal... Tipos que ponían la cara de pocos amigos y la planta del pie en tu rostro, nene. Pero como todo en la vida, envejecieron (¡y no, majadero, última vez que te lo digo, LAS LÁGRIMAS DE CHUCK NORRIS NO CURAN EL CÁNCER!). Y debió llegar el relevo. Claro, están por ejemplo los Vin Diesel. O ya puestos, Jason Statham, por qué no. Jason Statham en cierta medida es una especie de Bruce Willis en tono menor, con esa combinación de duro y comediante (acuérdense que partió en cosas como "Snatch: Cerdos y diamantes" y otros subproductos fílmicos de Guy Ritchie). Bueno, no es ni tan buen comediante ni tan buen actor como Bruce Willis, pero a cambio distribuye McYoyah's como enajenado. Finalmente, el hiperkinético francés Luc Besson, que tuvo sus horas altas con cosas como "Azul profundo", "Nikita", "El perfecto asesino" e incluso hasta "El quinto elemento" inclusive, pero que post-2000 se volvió formulaico y reiterativo (de hecho, ahora más produce que dirige, aunque por lo general el tipo sentado en la silla de director, de sosías de Besson no pasa), decidió contratarle para personificar a su enésimo personaje. Y ahí tienen al bueno de Jason Statham haciendo lo suyo, o sea, partiendo carachos a discreción. Y todos contentos. Tanto, que después sacaron "El transportador 2", y como todavía tiraba el elástico, vino un "El transportador 3", y a ver cuántos transportadores más pueden seguir contratando...
¿POR QUÉ VERLA?
-- Este apartado va a ser breve. Es una peli de acción al uso. Una buena peli de acción, pero nada más que una peli de acción. La historia va con eficiencia geométrica (Descartes hubiera estado contento) desde el punto A al punto B sin desviarse un solo milímetro ni despeinarse siquiera (pero, ¿es que estos tipos de verdad necesitaban escribir un guión?). Tenemos a un héroe que escala el Monte Macho escena tras escena, a una damisela en peligro para ser rescatada, y a unos villanos malos malosos que están ahí para ser cordialmente castigados en la Dimensión Dolor. Incluso cuando la peli parece que va un poco lenta, el guionista se acuerda de que ya vamos para la hora y aún no hay sexo, así es que aparece la mentada Shu Qi (¡¡¡BABA, BABA!!!) en paños menores para que nuestro héroe, después de las machadas de media peli, tenga su merecido descanso y renueve energías para la segunda parte. Y hay sexo (bueno, no se muestra, que esto no es "Terminator" tampoco, cuando Linda Hamilton hacía topless, pero a Shu Qi esa polerita apretadita y esas braguitas marcaculo le vienen ni que fabricando las fibras de algodón con ingeniería genética). Pero por otra parte, como es costumbre en Luc Besson, el tipo no trata de extralimitarse cuando no hay mucho espacio para salirse de la frontera. La peli está planeada, concebida y diseñada desde el comienzo de como un puro vehículo de acción y de lucimiento para la piroquinesia de Jason Statham (que a pesar de eso de no mirar dentro del paquete, esto no es "Ronin", aunque haya algún parecido en eso de volar vehículos en plena rue francesa), y en esto funciona eficazmente. No le busquen más patas al gato (¡MIAU!), que no se las van a encontrar. De hecho, el único punto realmente débil de la peli es cuando, quizás tratando de darle un poco de espesor dramático, a la chinita de marras tratan de darle un conflicto existencialista (ese diálogo final es... es... es... ¡¡¡PATÉTICO!!!), que por supuesto no sabe interpretar porque está ahí de cara(culo) bonita y no de actriz. Pero cuando no entramos en los oscuros meandros de la condición psicokierkegaardiana de la existencia, la peli funciona estupendamente bien. Pongan el DVD, presionen PLAY, y déjense llevar por un poco de testosterona masculina. Luego de haberla disfrutado, la devuelven responsablemente en el videoclub respectivo. Y listo. Buen provecho.
IDEAL PARA: Ver una llevadera peli de acción.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
-- Comienzo de la peli [en inglés, sin subtítulos].
Busca otras películas relacionadas:
+ François Berléand,
+ Jason Statham,
+ Luc Besson,
+ Qi Shu,
2002,
Cine de Francia,
Tipo Duro,
Trabajo Sucio
domingo, 26 de abril de 2009
"Frankenstein" (1994)
-- "Mary Shelley's Frankenstein". Estados Unidos / Inglaterra / Japón. Año 1994.
-- Dirección: Kenneth Branagh.
-- Actuación: Robert De Niro, Kenneth Branagh, Tom Hulce, Helena Bonham Carter, Aidan Quinn, Ian Holm, Richard Briers, John Cleese, Robert Hardy, Cherie Lunghi, Celia Imrie, Trevyn McDowell, Gerard Horan, Mark Hadfield, Joanna Roth.
-- Guión: Steph Lady y Frank Darabont, basados en la novela de Mary Shelley.
-- Banda Sonora: Patrick Doyle.
-- "Frankenstein" en IMDb.
-- "Frankenstein" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Uno de esos cartelitos informativos de toda la vida nos informa que estamos en la aurora del siglo XIX, una época de grandes progresos científicos y tecnológicos por delante (se ve que no han vivido en el XX). Hay gente maníaca por todas partes que trata de conseguir lo inconseguible. Como cierto capitán que un día emprende un viajecito con su nave y sus tripulantes, cegado por el sueño de ser el primero que alcanzará el Artico. Pero queda atrapado en los hielos. La tripulación, que mejor volvamos, que la cosa está peligrosa y no queremos ser cubitos de hielo para morsas. El capitán, que no, que me gasté todos los ahorros en hacerme famoso, joer, así es que a aguantarse, que serán parte de la Historia. En eso aparece un hombre en medio de los hielos eternos. El capitán lo sube a bordo y de entrada, después de un poco de conversación por aquello de quebrar el (mucho) hielo, le espeta que él llegará al Artico, el hombre conseguirá cruzar todas las fronteras de la ciencia, nada detiene al progreso, etcétera. El peregrino de los hielos le replica entonces contándole su propia historia... una en la que perdió a su madre desde pequeño y quedó con fijación edípica todo el resto de su vida... una en la que se crió con su hermana y vio que estaba buena, y decidió bendecirla con su propia simiente (matrimonio mediante, que era el XIX, demonios)... una en que viajó lejos, para estudiar Medicina... una en que se decidió a realizar una serie de experimentos de esos que en la serie B de toda la vida llaman "prohibidos para el conocimiento del hombre"... una en que creó a cierta criatura fea como el hambre y triste como la mentira, que después se larga a recorrer los campos, odiado por la maldad y la incomprensión de los seres humanos... una en que la criatura descubre que su Creador está feliz y chachipiruli... una en que la Criatura le dará a su Creador una pequeñita y terrorífica lección de paternidad responsable... Caray, ya me entusiasmé.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En los '80s, "terror" era sinónimo de casquería estilo "Martes 13" o el remake de "La mancha voraz" o... (¡¡¡horror!!!) el remake de "El museo de cera". Ningún director respetable iba a meterse en esas aguas. Lo que la llevaba para ser respetable era la comedia sobre yuppies, la ciencia ficción con pretensiones ("Blade Runner", "Terminator"), o Vietnam ("Pelotón"). Pero llegaron los turbios '90s. Francis Ford Coppola le puso la lápida al cine glam ochentero con su "Drácula" ("...de Bram Stoker" en el título original inglés, para que se sepa, es chateau con denominación de origen), y pues bien, ya que la cosa funcionó tan bien, forrémonos con otra de monstruos. Y si ya habían sacado el "Drácula de Bram Stoker", ¿por qué no el "Frankenstein de Mary Shelley"? (Tal es el título original en inglés de ésta). Desgraciadamente, el tiro salió fallido. No porque la película sea mala, que no lo es. De hecho, es envidiablemente buena, es la versión de la novela de Mary Shelley que desde siempre debió haberse rodado (la dupleta de James Whale conformada por "Frankenstein" y "La novia de Frankenstein" es buena, sin duda, pero cualquier parecido con el material literario original es pura coincidencia)... pero simplemente suena demasiado a "secuela", a "queremos repetir el chiste", y no se esfuerzan más. No es que sea mala, es que el "Drácula" de Ford Coppola había dejado la vara demasiado alta, y por esa medida fue juzgada. Así, esta peli fue un éxito comercial más bien modesto, y las críticas fueron variadas. Para colmo, a diferencia de Drácula, un monstruo con una enorme conexión con los miedos y anhelos secretos propios del naciente movimiento darkgoth noventero, que abandonaba el synthpop para entrar en las procelosas aguas del Doom y el Black, Frankenstein y su discurso neocon "SCIENCE, THOU SHALL NO PASS!!!", en plena época del Proyecto Genoma y cercano ya el tiempo de Dolly, pues bien, no tenía mucha oportunidad, que digamos. Lástima por un monstruo clásico, por supuesto.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una estupenda y muy fiel adaptación de la historia original de Mary Shelley. Reducida por años de terrorismo cinematográfico a ser simplemente una historia de miedo, la novela original es mucho, pero mucho más que eso: es un discurso sobre los peligros de la ciencia, es una reflexión sobre el papel del ser humano frente a Dios (suponiendo que exista), es una catarsis sobre los traumas de la propia Mary Shelley con su padre, es una gran historia romántica (en el sentido de Romanticismo Literario, aunque también tiene lo suyo de ñaruñaru)... No en balde, Brian Aldiss (gran historiador de la ciencia ficción, amén de escritor) la considera como la primera novela de ciencia ficción de la historia, porque Victor Frankenstein es el primer sabio literario que no es un alquimista o brujo como Fausto, sino un científico que trabaja con las ideas y conceptos propios de la ciencia moderna. Todos esos aspectos están brillantemente tratados en la peli. Hay varias desviaciones de la historia original, eso sí, como por ejemplo responsabilizar a una suerte de complejo edípico con la muerte de la madre, el afán de Frankenstein por darle vida a los cadáveres, pero eso es explicable (que no justificable, tómese nota) por el Zeitgeist de la época, necesitado de un móvil personal para el héroe (en la novela original, es simplemente el orgullo insensato de Victor Frankenstein por "ir en pos del conocimiento prohibido" lo que desencadena toda la tragedia).
-- La dirección de Kenneth Branagh es bastante funcional. No tiene alardes personalistas, eso sí, y peca de quizás demasiado clasicismo. Bueno, tengamos en cuenta que Branagh es actor shakesperiano, y ha dirigido más de una adaptación del bardo del XVI al cine ("Enrique V", "Mucho ruido y pocas nueces", "Hamlet"...), y por ende, es lógico que prefiera una adaptación neoclásica a rabiar. Aunque el resultado de esto es que su labor estética es débil y no se sale del estándar "peli de época", su dirección de actores es grandiosa, y consigue que un elenco muy sólido entregue grandes papeles, sin que al mismo tiempo los desplantes actorales de cada cual se roben la peli, a costa de la historia de la misma. Branagh está quizás un poco excesivo, pero Helena Bonham Carter acompaña la mar de bien, con una estupenda química entre ambos (de hecho, para el rol Kenneth Branagh quería a su por entonces esposa Emma Thompson, pero ella no pudo porque tenía que ir al elenco de "Carrington", y Branagh, ni corto ni perezoso, no sólo contrató a Helena Bonham Carter sino que además empezaron una relación más que actoral, que duró unos cinco años, y que a Branagh le significó el divorcio... ¡qué diablos, el chismorreo es parte del encanto del cine!). Tom Hulce, el antiguo prota de "Amadeus", está también muy fino. Aidan Quinn, otro de esos actorazos a quienes nunca llegó su gran papel, interpreta al capitán del barco, y lo hace con su solvencia habitual. Justine Moritz aparece poquito, en las encantadoras manos de Trevyn McDowell, y por desgracia la chica se perdió después de esta peli. Y cerremos con el venerable Ian Holm, bien conocido por ser Bilbo Baggins en "El Señor de los Anillos", y que aquí hace un emotivo rol como el padre de Frankenstein (y que Kenneth Branagh te elija para que interpretes a su padre, es casi como que te levanten una estatua en vida).
-- En apartado especial debemos destacar a la Criatura. A diferencia de otras versiones del mito, en las cuales el Monstruo es un asesino porque es estúpido o criminal, en este caso respetan bien la idea de Mary Shelley, según la cual es alguien intrínsecamente bondadoso por naturaleza, y un alma sensible por añadidura, y es el desprecio, odio, incomprensión y animosidad de los seres humanos "normales" quienes le empujan a la tristeza primero, la amargura después, y el crimen al último. Su look también escapa por completo al grandote verde tipo "¡oye tú, el del tornillo en el cuello!", y está también muy cercano a la novela, dándole la fisonomía propia de alguien que, a fin de cuentas, está hecho de pedazos de cadáveres. El detalle final es que viene interpretado por Robert De Niro, desbordándose a sí mismo. Repasemos un poco. De Niro es, qué duda cabe, un gran actorazo, incluso en su etapa de "para qué esforzarme si ya soy famoso" en que cayó del 2000 en adelante, pero incluso en sus grandes roles, uno se queda con la sensación de "Robert De Niro haciendo de...". En "Cabo de miedo", por mencionar un ejemplo de aquellos años, el indestructible supervillano Max Cady viene bien interpretado, pero sigue siendo "Robert De Niro haciendo de Max Cady" (la comparación no es casual; en "Cabo de miedo", al igual que en la historia de Frankenstein, Max Cady es también una especie de Monstruo, y su "creador" no es un científico sino un abogado, que cree haberse deshecho de él para siempre... hasta que el Monstruo vuelve). Aquí se te olvida quién está actuando; no ves al actor, sino al personaje, de cuerpo entero. Debe ser uno de los mejores roles de De Niro. Su actuación está llena de sensibilidad, sabe transmitir un sentido de inteligencia más allá de la torpeza motora, es socarrón, y cuando corresponde, realmente te mete miedo en el cuerpo. Viéndolo, tienes esa gran sensación de la novela original, de que en el fondo Frankenstein y la Criatura podrían haber sido grandes amigos o camaradas debido a que son más parecidos de lo que luce a simple vista, y que todos sus problemas se podrían arreglar con un cachito de comprensión. Pero, ¡ay!, ¡así es como las personas son...!
IDEAL PARA: Ver la que probablemente por muchos años sea la adaptación definitiva de la novela de Mary Shelley.
VIDEOS.
-- Comienzo de la peli [en inglés, sin subtítulos].
-- Dirección: Kenneth Branagh.
-- Actuación: Robert De Niro, Kenneth Branagh, Tom Hulce, Helena Bonham Carter, Aidan Quinn, Ian Holm, Richard Briers, John Cleese, Robert Hardy, Cherie Lunghi, Celia Imrie, Trevyn McDowell, Gerard Horan, Mark Hadfield, Joanna Roth.
-- Guión: Steph Lady y Frank Darabont, basados en la novela de Mary Shelley.
-- Banda Sonora: Patrick Doyle.
-- "Frankenstein" en IMDb.
-- "Frankenstein" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Uno de esos cartelitos informativos de toda la vida nos informa que estamos en la aurora del siglo XIX, una época de grandes progresos científicos y tecnológicos por delante (se ve que no han vivido en el XX). Hay gente maníaca por todas partes que trata de conseguir lo inconseguible. Como cierto capitán que un día emprende un viajecito con su nave y sus tripulantes, cegado por el sueño de ser el primero que alcanzará el Artico. Pero queda atrapado en los hielos. La tripulación, que mejor volvamos, que la cosa está peligrosa y no queremos ser cubitos de hielo para morsas. El capitán, que no, que me gasté todos los ahorros en hacerme famoso, joer, así es que a aguantarse, que serán parte de la Historia. En eso aparece un hombre en medio de los hielos eternos. El capitán lo sube a bordo y de entrada, después de un poco de conversación por aquello de quebrar el (mucho) hielo, le espeta que él llegará al Artico, el hombre conseguirá cruzar todas las fronteras de la ciencia, nada detiene al progreso, etcétera. El peregrino de los hielos le replica entonces contándole su propia historia... una en la que perdió a su madre desde pequeño y quedó con fijación edípica todo el resto de su vida... una en la que se crió con su hermana y vio que estaba buena, y decidió bendecirla con su propia simiente (matrimonio mediante, que era el XIX, demonios)... una en que viajó lejos, para estudiar Medicina... una en que se decidió a realizar una serie de experimentos de esos que en la serie B de toda la vida llaman "prohibidos para el conocimiento del hombre"... una en que creó a cierta criatura fea como el hambre y triste como la mentira, que después se larga a recorrer los campos, odiado por la maldad y la incomprensión de los seres humanos... una en que la criatura descubre que su Creador está feliz y chachipiruli... una en que la Criatura le dará a su Creador una pequeñita y terrorífica lección de paternidad responsable... Caray, ya me entusiasmé.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En los '80s, "terror" era sinónimo de casquería estilo "Martes 13" o el remake de "La mancha voraz" o... (¡¡¡horror!!!) el remake de "El museo de cera". Ningún director respetable iba a meterse en esas aguas. Lo que la llevaba para ser respetable era la comedia sobre yuppies, la ciencia ficción con pretensiones ("Blade Runner", "Terminator"), o Vietnam ("Pelotón"). Pero llegaron los turbios '90s. Francis Ford Coppola le puso la lápida al cine glam ochentero con su "Drácula" ("...de Bram Stoker" en el título original inglés, para que se sepa, es chateau con denominación de origen), y pues bien, ya que la cosa funcionó tan bien, forrémonos con otra de monstruos. Y si ya habían sacado el "Drácula de Bram Stoker", ¿por qué no el "Frankenstein de Mary Shelley"? (Tal es el título original en inglés de ésta). Desgraciadamente, el tiro salió fallido. No porque la película sea mala, que no lo es. De hecho, es envidiablemente buena, es la versión de la novela de Mary Shelley que desde siempre debió haberse rodado (la dupleta de James Whale conformada por "Frankenstein" y "La novia de Frankenstein" es buena, sin duda, pero cualquier parecido con el material literario original es pura coincidencia)... pero simplemente suena demasiado a "secuela", a "queremos repetir el chiste", y no se esfuerzan más. No es que sea mala, es que el "Drácula" de Ford Coppola había dejado la vara demasiado alta, y por esa medida fue juzgada. Así, esta peli fue un éxito comercial más bien modesto, y las críticas fueron variadas. Para colmo, a diferencia de Drácula, un monstruo con una enorme conexión con los miedos y anhelos secretos propios del naciente movimiento darkgoth noventero, que abandonaba el synthpop para entrar en las procelosas aguas del Doom y el Black, Frankenstein y su discurso neocon "SCIENCE, THOU SHALL NO PASS!!!", en plena época del Proyecto Genoma y cercano ya el tiempo de Dolly, pues bien, no tenía mucha oportunidad, que digamos. Lástima por un monstruo clásico, por supuesto.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una estupenda y muy fiel adaptación de la historia original de Mary Shelley. Reducida por años de terrorismo cinematográfico a ser simplemente una historia de miedo, la novela original es mucho, pero mucho más que eso: es un discurso sobre los peligros de la ciencia, es una reflexión sobre el papel del ser humano frente a Dios (suponiendo que exista), es una catarsis sobre los traumas de la propia Mary Shelley con su padre, es una gran historia romántica (en el sentido de Romanticismo Literario, aunque también tiene lo suyo de ñaruñaru)... No en balde, Brian Aldiss (gran historiador de la ciencia ficción, amén de escritor) la considera como la primera novela de ciencia ficción de la historia, porque Victor Frankenstein es el primer sabio literario que no es un alquimista o brujo como Fausto, sino un científico que trabaja con las ideas y conceptos propios de la ciencia moderna. Todos esos aspectos están brillantemente tratados en la peli. Hay varias desviaciones de la historia original, eso sí, como por ejemplo responsabilizar a una suerte de complejo edípico con la muerte de la madre, el afán de Frankenstein por darle vida a los cadáveres, pero eso es explicable (que no justificable, tómese nota) por el Zeitgeist de la época, necesitado de un móvil personal para el héroe (en la novela original, es simplemente el orgullo insensato de Victor Frankenstein por "ir en pos del conocimiento prohibido" lo que desencadena toda la tragedia).
-- La dirección de Kenneth Branagh es bastante funcional. No tiene alardes personalistas, eso sí, y peca de quizás demasiado clasicismo. Bueno, tengamos en cuenta que Branagh es actor shakesperiano, y ha dirigido más de una adaptación del bardo del XVI al cine ("Enrique V", "Mucho ruido y pocas nueces", "Hamlet"...), y por ende, es lógico que prefiera una adaptación neoclásica a rabiar. Aunque el resultado de esto es que su labor estética es débil y no se sale del estándar "peli de época", su dirección de actores es grandiosa, y consigue que un elenco muy sólido entregue grandes papeles, sin que al mismo tiempo los desplantes actorales de cada cual se roben la peli, a costa de la historia de la misma. Branagh está quizás un poco excesivo, pero Helena Bonham Carter acompaña la mar de bien, con una estupenda química entre ambos (de hecho, para el rol Kenneth Branagh quería a su por entonces esposa Emma Thompson, pero ella no pudo porque tenía que ir al elenco de "Carrington", y Branagh, ni corto ni perezoso, no sólo contrató a Helena Bonham Carter sino que además empezaron una relación más que actoral, que duró unos cinco años, y que a Branagh le significó el divorcio... ¡qué diablos, el chismorreo es parte del encanto del cine!). Tom Hulce, el antiguo prota de "Amadeus", está también muy fino. Aidan Quinn, otro de esos actorazos a quienes nunca llegó su gran papel, interpreta al capitán del barco, y lo hace con su solvencia habitual. Justine Moritz aparece poquito, en las encantadoras manos de Trevyn McDowell, y por desgracia la chica se perdió después de esta peli. Y cerremos con el venerable Ian Holm, bien conocido por ser Bilbo Baggins en "El Señor de los Anillos", y que aquí hace un emotivo rol como el padre de Frankenstein (y que Kenneth Branagh te elija para que interpretes a su padre, es casi como que te levanten una estatua en vida).
-- En apartado especial debemos destacar a la Criatura. A diferencia de otras versiones del mito, en las cuales el Monstruo es un asesino porque es estúpido o criminal, en este caso respetan bien la idea de Mary Shelley, según la cual es alguien intrínsecamente bondadoso por naturaleza, y un alma sensible por añadidura, y es el desprecio, odio, incomprensión y animosidad de los seres humanos "normales" quienes le empujan a la tristeza primero, la amargura después, y el crimen al último. Su look también escapa por completo al grandote verde tipo "¡oye tú, el del tornillo en el cuello!", y está también muy cercano a la novela, dándole la fisonomía propia de alguien que, a fin de cuentas, está hecho de pedazos de cadáveres. El detalle final es que viene interpretado por Robert De Niro, desbordándose a sí mismo. Repasemos un poco. De Niro es, qué duda cabe, un gran actorazo, incluso en su etapa de "para qué esforzarme si ya soy famoso" en que cayó del 2000 en adelante, pero incluso en sus grandes roles, uno se queda con la sensación de "Robert De Niro haciendo de...". En "Cabo de miedo", por mencionar un ejemplo de aquellos años, el indestructible supervillano Max Cady viene bien interpretado, pero sigue siendo "Robert De Niro haciendo de Max Cady" (la comparación no es casual; en "Cabo de miedo", al igual que en la historia de Frankenstein, Max Cady es también una especie de Monstruo, y su "creador" no es un científico sino un abogado, que cree haberse deshecho de él para siempre... hasta que el Monstruo vuelve). Aquí se te olvida quién está actuando; no ves al actor, sino al personaje, de cuerpo entero. Debe ser uno de los mejores roles de De Niro. Su actuación está llena de sensibilidad, sabe transmitir un sentido de inteligencia más allá de la torpeza motora, es socarrón, y cuando corresponde, realmente te mete miedo en el cuerpo. Viéndolo, tienes esa gran sensación de la novela original, de que en el fondo Frankenstein y la Criatura podrían haber sido grandes amigos o camaradas debido a que son más parecidos de lo que luce a simple vista, y que todos sus problemas se podrían arreglar con un cachito de comprensión. Pero, ¡ay!, ¡así es como las personas son...!
IDEAL PARA: Ver la que probablemente por muchos años sea la adaptación definitiva de la novela de Mary Shelley.
VIDEOS.
-- Comienzo de la peli [en inglés, sin subtítulos].
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1994,
Ciencia y Etica,
Gótica,
Rebelión contra el Creador
jueves, 23 de abril de 2009
"Drácula" (1992).
-- "Bram Stoker's Dracula". Estados Unidos. Año 1992.
-- Dirección: Francis Ford Coppola.
-- Actuación: Gary Oldman, Winona Ryder, Anthony Hopkins, Keanu Reeves, Richard E. Grant, Cary Elwes, Bill Campbell, Sadie Frost, Tom Waits, Monica Bellucci, Michaela Bercu, Florina Kendrick, Jay Robinson, I.M. Hobson, Laurie Franks.
-- Guión: James V. Hart, sobre la novela de Bram Stoker.
-- Banda Sonora: Wojciech Kilar.
-- "Drácula" en IMDb.
-- "Drácula" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Siglo XV. Transilvania está envuelta en flamas (y en una penetrante musiquilla gothstyle). La inevitable y épica voz en off nos refiere cómo los turcos avanzan conquistando tierra tras tierra. Pero ahí está el heroico y valiente Vlad Tepes para pararle pies al enemigo infiel. Vlad Tepes consigue su victoria, pero el Dios Cristiano al cual ha jurado proteger y defender, no es capaz de impedir que su noviecita muera, por obra de una artera estratagema otomana, y muera suicidada para colmo, por lo que su alma no irá al Cielo (eso se llama tener mal olfato para elegir un bando: Alá consiguió que su Profeta muriera en su cama, mientras que el Dios Cristiano no consiguió salvar siquiera a su propio Hijo de la Cruz...). Por ende, Vlad se rebela, promete cagarse en la hostia, y se consagra por entero a las fuerzas del Mal.
Siglo XIX. Transilvania ahora es un lugar apacible, con orden y seguridad, merced a los buenos oficios de Drácula, quien impone toque de queda a la caída de la noche bajo pena de ser mordido hasta la muerte. A ese lugar perdido de la mano de Dios va a parar el bueno de Jonathan Harker, cuya misión es estaf... perdón, venderle a Drácula unos condominios con vista al mar en la Abadía Carfax (¿qué te han dicho sobre nunca hacer un pacto con el Demonio?). Drácula se ve más que entusiasmado, y más aún cuando descubre que la noviecita virginal del chico es nada menos que la eventual reencarnación de su antigua esposa (y como eran los victorianos de encorsetados, venía además con el plus de ser virgen). De manera que Jonathan Harker queda prisionero de las rameras de Satanás (Monica Bellucci en el paquete, así es que el trueque no está tan mal), mientras su anfitrión, en un gesto de indecible mal gusto para con su huésped, abandona la casa y se mueve a gusto hacia Inglaterra. Una vez allá, indescriptibles fenómenos ocurrirán en su torno, fenómenos que tienen que ver con anemias, mordidas en cuellos, chicas calentorras saliéndose de la tumba... La parafernalia habitual, vamos (¿nunca han visto una de vampis?).
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
A comienzos de los '90s, pasada ya una década desde la tríada de draculíadas de 1979 (la interesante "Drácula" de John Badham, la funny "Amor al primer mordisco", y la amuermante "Nosferatu" de Werner Herzog), algunas cabecitas pensantes dijeron que era tiempo otra vez de asustar al mundo con los colmillos sangrantes del vampiro quintaesencial. Circulaba en las garras sarmentosas de Michael Apted (lo siento, Apted, no es personal, pero es que tu cine no es ejemplo de clásico imperecedero, precisamente) un guión para hacer un Drácula televisivo. Cayó en las manos de Winona Ryder, y éste lo llevó a Francis Ford Coppola. Todo fue providencial y para mayor gloria de Dios y sus justos designios, porque la Ryder y Ford Coppola no habían hablado desde la bajada de ella de "El Padrino III", y decidieron que ahora sí iban a trabajar juntos, con Ford Coppola en la dirección, y Michael Apted decidió retirarse a las labores de producción (si son tan curiosos como para interesarse por el destino posterior de Apted, mencionemos que años después dirigió una Bond, "El mundo no es suficiente", y aún después estuvo tras la sobrevalorada "Roma" de HBO). En aquellos años, el mundo estaba experimentado un fuerte viraje desde los '80s llenos de retórica imperialista yanki, a unos '90s en que, no habiendo enemigo externo, pues bien, había que volverse hacia los traumas y trancas interiores. En ese caldo de cultivo en donde crecieron los darkies y los góticos (en esa época ser darkie era ser true, no como después de Evanescence y la eclosión del movimiento emogay), a contrapelo de los más comerciales y fashion grungetas, había un nicho perfecto para que encajara una peli como ésta. En muchos sentidos, el "Drácula" de Francis Ford Coppola es una transición entre los '80s y los '90s. Conserva, por el lado ochentero, todo ese afán glam que inundara al cine darkie desde "El ansia" en adelante, llevado hasta su lógico paroxismo (hipermaduración, que le llaman). Por el lado noventero, tenemos la fijación en el tema romántico (una constante en el lado goth de la vida desde siempre, pero aún más en aquellos años), además de un elenco completo de "los nuevos tiempos", con estrellas muy de su tiempo (Winona Ryder), jóvenes "promesas" en ascenso (Keanu Reeves), viejos zorros profitando de un éxito tardío (Anthony Hopkins), y el estallido de un nuevo gran actorazo (Gary Oldman). Era la película perfecta para el tiempo perfecto, y por encajar demasiado bien, ahora en la actualidad tiene un cierto regusto arqueológico. Pero aún así tiene sus grandes puntos fuertes.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una versión relativamente fiel a la novela original. Vale porque eso que reza el título original en inglés ("es el Drácula de Bram Stoker") sea un tanto superlativo o publicitario, porque se inventan todo eso de que Drácula es "malo por amol" (en la novela original era malo sin paliativos), pero veamos... Anda más o menos con el "Drácula" de 1931, pero definitivamente es mucho más fiel que otras versiones más "autorizadas". Y no sólo en los acontecimientos: el estilo narrativo, incluyendo las voces en off, reproduce un detalle clave de la novela, cual es que está hecha de fragmentos y testimonios de numerosos personajes escribiendo cartas, diarios de vida, etcétera. Y este detalle es clave, porque nos permite ver la historia desde la óptica de los personajes, empatizando más con ellos y entendiendo mejor sus móviles y motivaciones... y dejando bien en claro, para el que sabe leer entre líneas, que curiosamente es "el Gran Mal", Drácula mismo, el "bárbaro" contra el "mundo civilizado", quien no deja testimonio de sí mismo. Hay muchas lecturas de esto, y la película lo rescata bien (aunque quizás, invirtiendo la polaridad entre buenos y malos).
-- Las opciones de Ford Coppola son tremendamente claras. Puede uno estar de acuerdo o no, pero el planteamiento es simplemente redondo. Drácula es el bueno. Abraham Van Helsing es el villano. Y Drácula es el bueno porque hay amor en su seno, al tiempo que Mina nunca se sentirá tan viva como cuando está con su vampirito regalón (y la muerte final de Drácula... ¡vamos, si sabían que se moría, no me reclamen por los spoilers! ...obra como catarsis para esa tensión romántica). En Abraham Van Helsing sólo hay vulgaridad y fascismo misticientífico. Por si no queda claro el mensaje, Mel Brooks se encargó de hacerlo escalofriantemente obvio en la subvalorada "Drácula: Muerto pero feliz", que parodia/homenajea varios aspectos de la peli de Ford Coppola (aparte de dirigirla, Mel Brooks interpreta a Van Helsing, cachondeándose de lo lindo en Anthony Hopkins).
-- Los actores están en estado de gracia. Winona Ryder, chica gótica ya desde "Beetlejuice" y "El joven manos de tijera" a las órdenes de Tim Burton, recrea uno de los mejores roles de su carrera, a años luz de su decadente y cleptómano futuro. Anthony Hopkins se luce como Abraham Van Helsing, en un rol lleno de tics que aprovechará después para autoparodiarse en repetidas otras películas posteriores (pero ésta es la clásica, la primera, la true). Keanu Reeves... bien, qué decir... el chico sigue igual de, ejem, budista (carepalo, queremos decir) que siempre, pero como actúa poco, no estorba demasiado. Aparece el herioco y siempre recomendable Cary Elwes en un pequeñísimo rol secundario, sin robarse la cámara, deslomándose actoralmente como un correcto victoriano armado a la presurosa contra el Mal (¡Elwes, Elwes, cuánto llegará tu Gran Papel...!). Sadie Frost es una Lucy más que lúbrica, y con su perfomance de verdad se merecía un destino actoral mejor (¿quién dice que la vida es justa?). Y, ¿por qué no mencionarlo?, aparece Monica Bellucci de garbancera, en los tiempos que tenía que sacarse la ropa para ser alguien en el mundo del cine (después se hacen famosas, y ya no se desnudan más).
-- Y para el último, y en apartado especial como se lo merece, tenemos por supuesto al grande y único Gary Oldman, actor camaleónico que se las ha arreglado para pasearse en roles casi irreconocibles unos con otros, en pelis como "El perfecto asesino" (como el malo), "Amada inmortal" (¡como Beethoven!), "El quinto elemento" (el villano, otra vez, y es que le van esos papeles), "Avión presidencial" (terrorista checheno... allí va de villano again), "Hannibal" (como el millonario que quiere vengarse de Lecter), "Batman inicia" y "El caballero de la noche" (el Comisario Gordon)... Pero fue en "Drácula" donde estalló, y es en "Drácula" donde, no diremos que llegó al pináculo de su carrera, pero sí que se transformó en su efigie más icónica. Triste por él que eso sea bajo toneladas de maquillaje y su rostro ni se reconozca, pero como decíamos, quién dice que la vida sea justa...
-- La imaginería. Uno de los más arduos desafíos para cualquiera que intente adaptar una peli de "monstruos clásicos" es desafiar la iconografía clásica de las pelis Universal (ya saben, el "Drácula" o el "Frankenstein" de 1931, ambas), para que no se vea como una mala copia de aquéllas. Algunos ni lo intentan (por mucho respeto que nos merezca Christopher Lee como vampiro, sigue siendo un remake del Drácula de Bela Lugosi). Ford Coppola se planteó desde el inicio romper con todo eso, y crear un espectáculo a la altura de los efectos especiales de los '90s, con una estética verdaderamente victoriana e innovadora. Y lo consiguió. La visión fordcoppoliana de lo que debe ser una peli ambientada en la época victoriana marcó época, y lo sigue haciendo hasta el día de hoy (digan lo que digan, y por muy adaptaciones de cómics que sean, "Desde el infierno" y "La Liga de los Caballeros Extraordinarios", entre otras, siguen bebiendo del legado estético dejado por esta peli).
-- La banda sonora es también extraordinaria. Francis Ford Coppola tuvo la inteligencia de saltarse a todos los soundtrackistas clásicos del Hollywood de la época (Vangelis, Hans Zimmer, James Newton Howard... y Nino Rota, que compusiera para Ford Coppola el soundtrack de "El Padrino" y secuelas no, porque estaba muerto), y en particular rehuir como de la peste de un tratamiento a lo John Williams, y mandó llamar para estos menesteres a Wojciech Kilar, un compositor polaco con toneladas de obras para gente docta, pero que para el grueso público es conocido justamente gracias a su trabajo en la brillante partitura que compuso para esta peli. El trabajo de Kilar simplemente no se parece a nada que hayamos escuchado en otras bandas sonoras. Es potente, compacto, oscuro, tétrico, envolvente, y sin lugar a dudas ocupa holgadamente un puesto entre los Top Ten de soundtracks de la historia (no quiero imaginar cuáles hubieran sido los resultados si hubiera optado por el synthtrack ochentero de un Alan Silvestri o un Bill Conti, por ejemplo, y eso que ambos son respetables). El señor Kilar nunca más volvió a alcanzar tanta brillantez en materia de soundtracks, aunque trabajó después en "La muerte y la doncella" o "La novena puerta", entre otras (tampoco ayudó mucho que esas pelis hicieron ruido en su tiempo y luego se sumergieron en un piadoso silencio). Para la canción de créditos, Ford Coppola contó con los servicios de Annie Lennox, opción no demasiado obvia cuando se recuerda su "Sweet Dreams" de la época de Eurythmics, pero que aquí compone una de las mejores canciones de todo su repertorio (si no la mejor). Y para completar el feeling maldito de la peli, tenemos a la maldita por excelencia, Diamanda Galás herself, haciendo algún aportecillo por aquí o por allá (si no saben quién es, busquen un poco, que ya harto me he gastado aquí, ¿no?).
IDEAL PARA: Ver una poderosa historia romántica, una razonablemente buena adaptación literaria, y una gran película en general.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
-- Inicio de la peli [sin subtítulos].
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Wojciech Kilar
domingo, 19 de abril de 2009
"Gran Torino" (2008).
-- "Gran Torino". Estados Unidos / Australia. Año 2008.
-- Dirección: Clint Eastwood.
-- Actuación: Clint Eastwood, Christopher Carley, Bee Vang, Ahney Her, Brian Haley, Geraldine Hughes, Dreama Walker, Brian Howe, John Carroll Lynch, William Hill, Brooke Chia Thao, Chee Thao, Choua Kue, Scott Eastwood, Xia Soua Chang.
-- Guión: Nick Schenk, basado en una historia de Dave Johannson y el mismo Nick Schenk.
-- Banda Sonora: Kyle Eastwood y Michael Stevens.
-- "Gran Torino" en IMDb.
-- "Gran Torino" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Hi-hmaaaaaá... El 'hood está siendo invadido por chi-nóoo... De ojo lasga-do... Y ahora, una de sus últimas residentes, la esposa de Clint Eastwood, está entreteniéndose en cultivar narcisos desde el lado de abajo del cementerio. El cura dice algunas palabrillas optimistas (ya saben: no sabemos nada de la muerte, pero soy tan chupi que el Señor me ha contactao y me dijo "no sabes nada, pero ten esperanza igual", miren qué chupi soy siendo cura). Clint Eastwood, como vejete heredero de Corea (¿quedan todavía vivos? ¡Yesú, ésa guerra fue hace casi sesenta años!), y como digno superviviente de la industria del automóvil yanki, ese firme y que no se inficcionaba de gremlins, stand still en medio de chinosería y de espaldasmojadas que invaden el antiguo barrio WASP. Sin embargo, Clint es... ¡¡¡CLINT!!! ...y ya sabemos que eso significa: troubles are coming. Al lado se ha mudao una de esas familias chinas ("mmmmmm... laosianos, los conozco bien", lo siento, tenía que citarlo, es el único chiste que me gustó de esa serie de TV...). Los hmong, una raza de chinos que viven entre Laos, Tailandia y Vietnam (er, ya sé, eso hace que no sean chinos, pero es que si hablo de chinos, todos me entienden, si es que son toos unos racistas dentro del armario, joer...) vienen con cola, resulta que algunos hmong integran las gang de toda la vida, y le empiezan a p**tear la vida al crío de la familia. En una de las tantas, se arma la rosca mosca, y terminan cruzando el cesped ¿hasta dónde? Hasta la casa de... Clint. Sale entonces Clint y les dice: "you've got to ask yourself one question: Do I feel lucky? Well, do ya, punk?", con la escopeta de rigor para marcar bien el punto. A partir de entonces, los hmong encuentran que diabloblanco-Cliiiiiint debe ser adora-do... Y Clint, hombre que pasa olímpicamente de su familia, que empieza a escupir sangre de manera cada vez más preocupante, y que apilaba congéneres de sus vecinos a paladas para usarlos de sandboxes en las trincheras de Corea, debe entrar una vez más en acción, para enseñarles que, aunque su antiguo eisenhoweresco barrio se haya transformado en un chinatown, aún se necesita un damn blanco para colocar las cosas en su sitio.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Y pensar que alguna vez actuó en cosas como "Tarántula". Clint Eastwood ahora es uno de los más respetados directores de todo Hollywood. ¿Por qué? Bueno, por dos razones substanciales. En segundo lugar (partamos así, como las misses, por el tema del suspenso), porque es el último de los clásicos, uno de los últimos tipos que rueda cine como la gente decente, por Dioh, y no como esos malditos videocliperos estilo McG (nada en contra de esto último, por supuesto, pero esa manada de wannabes tiende a confundir el medio con el mensaje). Y en primer lugar, la razón más importante, porque Clint makes money, baby. Ya se sabe que lo importante es hacerlo y no cómo se haga, en realidad (ahí tienen la interminable saga de "Rápido y furioso" y secuelas para confirmar que hacer dinero no necesariamente tiene que ver con calidad), pero el público, que algo sabidillo es del tema, le ve las virtudes: la de contar una buena historia con pulso y sin que le tiemble la mano al vejete. Después del éxito crítico de "Million Dolar Baby", se lanzó a ese gran díptico que es "La conquista del honor" y "Cartas desde Iwo Jima", y luego, cuando parecía que empezaba a escupir sangre el vejete, nos descarga primero "El sustituto" como aperitivo, y después, a renglón seguido, este otro winchesterazo como plato de fondo. Así se hace, Clint, y dáles una por mí.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Partamos por lo obvio: esta peli es un drama potente. Un dramón de los de toda la vida. Tenemos el personaje que vive con la culpa del pasado, en este caso de lo bestia que se ha portao en Corea, y le vemos aceptando y tomando la oportunidad de redimirse. A ratos, Clint Eastwood insiste en tratar de darle un tono de comedia, con resultados un tanto chuscos (que cae en la autoparodia, vamos, que Clint nunca ha sido el mejor comediante del mundo), pero cuando el asunto se pone serio, Clint es el más serio de todos, caramba. De la dirección ni hablamos, que Clint Eastwood siempre ha sabido donde poner una cámara y poner el corte preciso (incluso hasta las escenas chuscas tienen un montaje a lo menos decente), y aquí se luce como de costumbre. Pero de la actuación, tenemos a un Eastwood otoñal que bien podría alimentar aquel rumor que corrió en su tiempo, de que "Gran Torino" era la sexta entrega de Harry el Sucio, porque su personaje bien podría ser un Harry Callahan a medio morir saltando (incluso su personaje se apellida Kowalski, similar al detective de apellido polaco Pulovski que interpretaba en "El novato"). En ese sentido, esta peli es más que sólo una peli: es casi el testamento fílmico para esos personajes duros que Clint Eastwood ha venido interpretando desde el Pistolero Sin Nombre de "Por un puñado de dólares", "Por un puñado de dólares más" y "El bueno, el malo y el feo" en adelante. Un testamento necesario en una época plagada de metrosexuales meapilas que consideran que todo es correcto y carecen de todo sentido de la decencia, joer, que ser demócrata significa ser educado y generoso, y no un emotube narcisista bajao del Facebook, demonios. Clint Eastwood ya no pertenece a nuestros tiempos. Y se nota. Porque esta peli es crepuscular. Y también porque las audiencias hambrientas de algo más que fotologs y FXs, la han convertido, sólo en su paso por cines (falta aún la ronda por el DVD), en la peli más profitable de toda la carrera de Clint Eastwood, con ajustes por la inflación inclusive.
-- Podríamos decir que esta peli es la visión post-Bush sobre el crisol de razas, America ist wunderbar y todo eso. Después de que el ariocristiano George W. Bush y la Neocon Conga Orchestra interpretaran el Mambo de Irak, y amenazaran con crear el remake americano de la Gran Muralla China, por allá en el Río Grande, queda claro que América ya no es la patria de los WASP. Y esta peli trata justamente sobre el último WASP post-WorldWarII en un mundo plagado de otras razas. La ironía suprema es que el prota, que detesta a los orientales porque disfrutó como chino (bueno, ya me entienden) trepidándoselos a lo grande en Corea, es él mismo descendiente de inmigrante, un polaco por más señas. Y es que llegan con una mano por delante y otra por detrás, y ya bien instalados se ponen igual de chulos que lo que fueron con ellos (ya tenemos en Chile experiencia con las estiradas colonias, integradas por alemanes muertos de hambre, italianos muertos de hambre, griegos muertos de hambre y palestinos muertos de hambre, que llegaron a Chile y profitaron a costa del sufrido roto de toda la vida, y ahora tratan a patadas a los chilenos de siempre). El mensaje de la peli, intencionado o no, es claro: los inmigrantes ganaron, y los americanos en retirada. Y peor aún, se supone que los inmigrantes ganen porque Estados Unidos es un país de inmigrantes. No en balde, los WASP no descienden del orgulloso y autóctono piel roja, sino de una panda de puritanos a quienes no los dejaban vestirse de negro y usar sus graciosos sombreritos en Inglaterra, a quienes los patearon en la crisma los anglicanos por tomarse la Biblia demasiado a pecho y pretender que todos debían hacer lo mismo (ya saben de dónde vienen los neocon de toda la vida). Para colmo, los inmigrantes son hmong, que, como la chica dice, se supone que pelearon Vietnam al lado del Imperio Americano, y por ende, cuando los yankis tuvieron que irse por pies antes de que les metieran Saigón por el agujero sin luz, empezaron los norvietnamitas a chulearlos por enemigos del pueblo. O sea, los hmong vecinos de nuestro buen WASP tienen más que bien ganado su derecho a ser acogidos y asilados en suelo estadounidense, por más que a los WASP la perspectiva les fastidie.
-- La peli también es una interesante parábola sobre la religión y sobre la redención. Hay un sacerdote católico métomentodo que insiste en que su amigo imaginario el carpintero judío le obliga a pontificarle a los demás como llevar su vida, pero como de costumbre, sus rituales no pueden hacer la gran cosa por un hombre que es incapaz de perdonarse a sí mismo. A ratos, Clint Eastwood pareciera estarse riendo entre dientes, equiparando sutilmente a los católicos con los rituales chamánicos de los hmong: no en balde, en la peli se presenta el ritual de la muerte católico, en abierto contraste (¿contraste?) con el ritual del nacimiento hmong. Al final, la desoladora conclusión es que los rituales externos no sirven de nada, vengan del credo que vengan, y que el verdadero perdón y expiación debe venir del interior de la persona, a costa de un duro trabajo espiritual interior, no del camino facilón de invocar frasecitas hechas domingo tras domingo hasta convencerse de qué bueno soy. Al menos, esta es la única manera de explicar un final que, de otra manera, sería un tanto desconcertante (no, nada de spoilers aquí).
IDEAL PARA: Ver a Clint Eastwood haciendo testamento y firmándolo ante notario... y mostrando que tiene bienes cinéfilos suficientes para repartir.
VIDEOS.
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jueves, 16 de abril de 2009
"Paranoia" (2007).
-- "Disturbia". Estados Unidos. Año 2007.
-- Dirección: D.J. Caruso.
-- Actuación: Shia LaBeouf, Sarah Roemer, Carrie-Anne Moss, David Morse, Aaron Yoo, Jose Pablo Cantillo, Matt Craven, Viola Davis, Brandon Caruso, Luciano Rauso, Daniel Caruso, Kevin Quinn, Elyse Mirto, Suzanne Rico, Kent Shocknek.
-- Guión: Christopher B. Landon y Carl Ellsworth, basados en una historia del primero (y plagiado sin piedad ni crédito alguno del guión de John Michael Hayes basado en el relato de Cornell Woolrich para cierta peli de Alfred Hitchcock...).
-- Banda Sonora: Geoff Zanelli.
-- "Paranoia" en IMDb.
-- "Paranoia" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
A un adolescente de ésos bien flopis se le muere el papi. Se transforma entonces de un adolescente cool en un adolescente asshole. Un encuentro de boxeo improvisado con un profesor termina con él metido en arresto domiciliario, con un brazalete que le impide alejarse a más de ytantitosmetros de su casa. Al principio, la cosa se ve motivante: ver TV, comer hasta hartarse, dejar ropa tirá por ahí... Hasta que mami, fastidiada, le corta el cable. Literalmente. Madre castradora, que le dicen. Obligado a buscarse una vida, nuestro joven no hace lo que todos los adolescentes cool de su edad, o sea, vomitar su negrura emoexistencial en un blog como todo crío de pro, sino que se pone a espiar por la ventana. El asunto se ve potenciado porque se le instala al lado una chica de curvas peligrosas y actitud calientasopas que ya sabemos lo que se viene (es que todas son unas...). Hasta ahí sería un romance interruptus como los de toda la vida, pero después, resulta que aparece un vecino un tanto inquietante. Uno que tiene algunas costumbres muy extrañas. Uno que podría, literalmente, tener cadáveres en el armario...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En 1954, en plena época de oro de su vida, Alfred Hitchcock filmó uno de sus más recordados thrillers, que es a la vez una de las mejores pelis de la Historia: "La ventana indiscreta". La peli se trataba de un reportero gráfico que, a resultas de un accidente en un día malparido, acaba postrado. Como una extensión seudopódica natural de su personalidad de fotógrafo, acaba espiando a los vecinos por la ventana, hasta que contempla algo que podría ser o no ser un asesinato. Se hizo después una segunda "La ventana indiscreta", con Christopher Reeves (en esos años, cuadrapléjico como estaba, era el candidato ideal para el papel), por allá por 1998. Y finalmente tenemos... ¿otro remake? NOOOOOO, CÓMO SE LES OCURRE SEMEJANTE BARBARIDAD... Son sólo coincidencias que en ambas haya espionaje por la ventana, que en ambas el prota sea macho y tenga una hembra vistosa ayudándole, que en ambas el vecino sea un potencial asesino, que en ambas el prota no pueda salir de su propia casa... Bueno, después de ver esta actualización de la historia original, al menos podemos congratularnos de que "El acorazado Potemkin" jamás sufrirá semejante upgrade: después de todo, ya en su tiempo era una peli de época... (o no, si en "Los intocables" remakearon salvajemente la escena de las escalinatas de Odessa...).
¿POR QUÉ VERLA?
-- Separaré esta peli en dos rubros, uno destinado a los chosen ones que son fanáticos de Alfred Hitchcock y lo reconocen como uno de los dioses más prominentes del panteón cinematográfico, y otro destinado a toda esa morralla atea y descreída que se niega a aceptar a Su Unico Dios (del Suspenso, al menos). Partiré con los segundos. Para quienes nunca han visto "La ventana indiscreta" (créanme, hay gente bravía suelta así por el mundo), este thriller está bien confeccionado, con sus dosis de suspenso y tensión dramática. Algunas soluciones son, por supuesto, puro culebrón, más cercano a "The O.C." que a una peli decente, pero en fin, es Hollywood a fin de cuentas, no les pidamos demasiado tampoco. Además dirige D.J. Caruso, tipo poco confiable capaz de volarte un testículo con "Robando vidas" y el otro con "Dos por el dinero", y luego de dejarte eunuco, seguir poniéndote en riesgo con "Control total" (ahora que saco cuentas de la cantidad de pelis que he visto de este tipo... ¿por qué sigo dándole voto de confianza? Ah, verdad, mi mala memoria). Pero claro, en este caso D.J. Caruso está apoyado por un guión un poco mejor al promedio (ripofeando a Hitchcock, ¿recuerdan?), así es que meter la pata acá hubiera sido realmente impresentable. Bueno, déjenme decirles que la peli, irregular y todo, tiene suspenso, y sólo se pone un poco flojita al final, cuando toda la tensión dramática acumulada se convierte en una pelea de slasher movie de las del otro domingo. Ayuda, claro, el esmerado rol que hace Shia LaBeouf en el protagónico, transformando a un personaje repelente sobre el papel, en un amiguete con el que te irías a tomar un par de cervezas (condición básica para que sus compinches accedan a seguirle en sus idioteces, bien mirado). Al otro lado de la barra tenemos al veterano David Morse ("Horas desesperadas", "El ángel malvado", "Bailarina en la oscuridad", "16 calles"), cumpliendo sobradamente como el inquietante vecino. El resto está ahí para acompañar, en particular una deslavada Carrie-Ann Moss (¿esta tipa fue Trinity en "Matrix" y la chica fatal de "Memento"? ¿En serio?), aunque a nadie le hace mal ver un poco de Sarah Roemer para desayunar, ehm. Entretenimiento palomitero a tope, y del bueno, o al menos, superior al promedio.
-- Ahora la segunda parte. Aunque no lo admiten, y aunque fueron demandados de una por los herederos de Hitchcock, los productores aquí simplemente copiaron "La ventana indiscreta" de pe a pa, y sanseacabó. Cambiamos al fotógrafo vejestorio de James Stewart por un adolescente (por eso de hacerlo más atractivo para la taquilla), reemplazamos a la gélida-pero-deseable Grace Kelly por una chica cuyo talento actoral se entrenó claramente más en el gimnasio (¡o en el quirófano!) que en el proscenio, le reemplazamos al amigo detective con un chino que sirva de alivio cómico, por aquello también de atraer a todos los públicos raciales (aunque poner a un chino medio caído de la cuna no creo sea la mejor manera de cortar boletos entre las comunidades racialmente minoritarias de Estados Unidos), a la enfermera refunfuñona por la mamá, y listo. En cuanto a todo el rico subtexto filosófico sobre la subjetividad, el voyerismo subliminal, las apelaciones metatextuales al espectador por su propia posición de espectador en un "cine indiscreto", o las concordancias casi psicoanalíticas entre las vidas de los vecinos y la de propio prota, todo eso simplemente a tomar aire, que para el siglo XX estaba bien, pero es que audiencias entrenadas durante años por sistemas educativos cada vez más degenerados no van a querer tragarse todo eso, y al público por muy bárbaro e ignaro que sea, hay que satisfacerlos porque ellos tienen el dinero y lo gastarán en la entrada o el DVD, ¿vale? Bueno, siempre cabe la posibilidad de que uno de ésos acabe por casualidad en Cine 9009 y, en vez de huir despavorido al ver que esto es un blog inteligente y culto, decida darle una oportunidad y salte desde "Paranoia" derechamente a "La ventana indiscreta". Total, creer en milagros es gratis...
IDEAL PARA: Gente que le gusten los thrillers, pero que nunca, nunca, NUNCA hayan visto la peli original de Hitchcock.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].
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2007,
Adolescente Problemático,
Asesino en Serie,
Vecinos
domingo, 12 de abril de 2009
"Descarrilados" (2005).
-- "Derailed". Estados Unidos / Inglaterra. Año 2005.
-- Dirección: Mikael Håfström.
-- Actuación: Clive Owen, Jennifer Aniston, Vincent Cassel, Melissa George, Addison Timlin, Giancarlo Esposito, Xzibit, RZA.
-- Guión: Stuart Beattie, basado en la novela de James Siegel.
-- Banda Sonora: Ed Shearmur.
-- "Descarrilados" Entrada en IMDb.
-- "Descarrilados" Artículo de la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Lo escribió en la cárcel: empezó una mañana cualquiera. Un tiempo atrás. Tienes una vida que es una puñeta, sobrecargado hasta el quiltrichillo de trabajo, una esposa que ya no te mima ni que tú la mimas tampoco (a pesar de que viene en el estupendo envase de Melissa George, miren qué desperdicio, Señoh poh Dioh...), y para colmo, tu hija es diabética (¿han notado como siempre en esta clase de thrillers con familia amenazada de por medio, siempre hay un hijo/a único/a que es diabético/asmático/cardíaco/autista/etcétera...?). O sea, estás sepultado en tu vida. Hasta que de pronto, por uno de esos accidentes del destino, pierdes el rail de las 8:00 y te ves obligado a tomar el de las 8:15. Y conoces a una chica. Bella. Vaporosa. Tacos. Piernas bien torneadas. Exquisita por todas partes. La chica se pone encantadora, quiero pero no quiero, etcétera. Y el tipo, bueno, ehm, en fin, descubre que there is a world in the world outside, y después de pensárselo un rato, que quiero, que no quiero, que al final igual quiero, va y saca a la chica para, ehm, hacer diabluras. Y empieza entonces la búsqueda de hotel/motel/resort/whatever que sea un buen lugar de fornicio. Acaban en un sitio indigno de ambos, un cuchitril de los que anuncian sábanas limpias en la ventana, pero que al menos será discreto, suponemos. O no. Porque apenas empiezan a portarse mal (léase: Jennifer Aniston mostrando algo de anatomía), la puerta es forzada. El tipo se queda de una pieza, y el que forzó la puerta le dice que siempre se acuerde en un lugar como ése, de poner el cerrojo. Ups. Ahora les apunta con un arma. El individuo trata de hacerse el héroe, pero no tiene pasta para MachoMan, así es que lo mandan al suelo, mientras el asaltante se folla a la criatura en la cama. Cuando despierta, su peor pesadilla no será llevar a la chica de regreso a la vida normal. Su peor pesadilla es cuando empiecen las llamadas telefónicas que dicen "oye, nene, me robé tu billetera, conozco la foto de tu señora y sé dónde vives, págame 20.000 si quieres que cierre el pico". Y ya sabes que el silencio no puedes comprarlo, sólo puedes rentarlo. Atrapado entre la espada y la pared, sólo existe una posible solución. Pagar. O no.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Había una vez, en la lejana tierra de Hollywoodland, un monarca legendario y sabio llamado Alfred Hitchcock. Llamado el Rey del Suspenso, el Amo del Cuco, El Que Acecha En Las Sombras, Hitchcock patentó su propia fórmula para crear suspenso, que es más o menos la fórmula utilizada por la mayor parte de la industria en la actualidad para recrear pelis de ese tenor. Como "Descarrilados", por ejemplo. Que se basa en una novela de un tal James Siegel. Que intentó marcar un cambio de registro para Jennifer Aniston, hasta entonces siempre prisionera (and forever she will!!!) de su rol amistoso en "Friends". Que buscó arañar algo de taquilla, reportando apenas un 100% de utilidades (una caca, para los estándares de Hollywood). Y que fue universalmente abucheada por la crítica. Quizás injustamente. No es sensiblemente mejor que el promedio del cine hollywoodense, pero tampoco es peor. Y cuando no quieres darte una tarkovskíada de órdago, pues bien...
¿POR QUÉ VERLA?
-- Dentro de lo formulaica que es la peli (tanto que si pones la suficiente atención, el gran giro de trama se ve venir desde cinco estaciones de tren de distancia), tiene su encanto. De partida no está rodada haciendo alardes de escenas de acción, sino que se centra fundamentalmente en el suspenso, y dado lo palomitero y efectista del cine 2000, eso es algo que se agradece. En segunda, siempre es interesante reencontrarse (y aquí más o menos bien aplicada) la vieja fórmula del Maestro Hitchcock, de jugar con el tema del prota sintiéndose culpable y teniendo que exorcisar sus propios fantasmas internos para combatir el mal que lo amenaza, y que así adquiere dimensiones metafísicas como una proyección externa de los miedos del propio ser, blah blah blah. Claro, Hitchcock lo hizo mejor en "La llamada fatal" o en "Vértigo", pero si uno no espera de una peli que sea un nuevo clásico inconmensable del cine y es un poco más condescendiente, aún se puede pasar el gran rato. Además, tiene gracia que en esta peli, el rol de la "chica culpable" ahora lo ocupa un "chico culpable" (¡liberación femenina, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!). E incluso, a pesar de los topicazos al uso (una pista: aquí siguen la vieja ley escrita de Hollywood según la cual "el negro siempre muere"), el guionista se las apaña para darle un buen comienzo y un buen final que le añaden un sentido inesperado a una historia que camina por caminos un tanto trillados de por medio.
-- Las actuaciones, sin ser superlativas, están bien. Clive Owen pone esa sempiterna cara de pobrecito ciudadano que tan buenos réditos le da, y en verdad, actuando sin demasiadas chulerías, es una elección inmejorable para el papel. Jennifer Aniston consigue sacar adelante un buen papel, que, vamos, no será para Premio Oscar (por otra parte eso no es decir gran cosa, como están rifando los Oscares hoy por hoy...), pero muestra que es algo más que una cara bonita (y un cuerpo bonito, de paso). Vincent Cassel le pone ese toque de criminal de baja estofa que tan buenos resultados le da (aunque a ratos su papel parece una parodia del Max Cady interpretado por Robert De Niro en "Cabo de miedo", pero en fin...). Y el resto del elenco, sin menciones especiales, está cumplidor.
-- Escenas notables. Toda la secuencia en el motel, en la cual Vincent Cassel ataca a la pareja. Y el final.
IDEAL PARA: Ver distraídamente una peli de suspenso con buen empaque.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
-- Escena en el motel [en inglés, subtítulos en español].
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jueves, 9 de abril de 2009
"El maullido del gato" (2001).
-- "The Cat's Meow". Inglaterra / Alemania / Canadá. Año 2001.
-- Dirección: Peter Bogdanovich.
-- Actuación: Kirsten Dunst, Edward Herrmann, Eddie Izzard, Cary Elwes, Joanna Lumley, Jennifer Tilly, Claudia Harrison, Victor Slezak, James Laurenson, Ronan Vibert, Chiara Schoras, Claudie Blakley, Ingrid Lacey, John C. Vennema, Steven Peros.
-- Guión: Steven Peros, basado en su propia obra teatral.
-- Banda Sonora: Ian Whitcomb.
-- "El maullido del gato" en IMDb.
-- "El maullido del gato" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Hollywood puede ser un lugar tan elegante, tan chic, tan... sucio. Tan mortal. ¿Quién es la persona dentro del ataúd? Sólo hay rumores, todos cuentan la historia a su modo... Podemos quedarnos con la versión de Elinor Glyn, por ejemplo. Una versión que principia a bordo del yate de William Randolph Hearst, el chupimillonario de los medios de comunicación. Un yate al que llega Thomas H. Ince, un tipo tan sobrado como semifracasado en el negocio de Hollywood, al que van a celebrar el cumpleaños... lo que en realidad es más bien un pretexto para la fiestoca (léase sexo, drogas...). Está presente Marion Davies, la amante de WRH, a quien WRH ama con todo su corazón (entonces podría divorciarse de su esposa y casarse con ella, ¿no? Say it with me: dick-dick-dick-dick-dick...). Y también Charles Chaplin, que ha dejado preñada a una de sus actrices, y aún así tiene la cara y tupé para hacer la rutina del vagabundo frente a la Davies para ver si puede encamarse con ella... Y también una retahila de otros invitados, incluyendo a la clásica y descocada bailarina de charleston que, promediando la peli y ya en plena orgía, se bajará el vestido y nos mostrará sus Josephine Baker. Poco a poco, Chaplin empieza a acosar el cerco en torno a Marion (¡eso no se hace, birlarle la chica al anfitrión del yate...! Aunque sea porque puede tirarte por la borda y aquí nadie ha sido...), de una manera tan poco inteligente que todos empiezan a darse cuenta de lo que pasa, salvo como de costumbre el señor Cornelius (por supuesto, que también le pone cuernos a su señora...)... Y Thomas Ince, que no por nada es una sanguijuela despreciable, está ávido de usar esa información para hacerse amiguete de WRH y así conseguir financiamiento para sus pelis. La tragedia está servida, por supuesto, y ya sabemos que uno de ellos saldrá con las patitas por delante, con su terno de madera bien puesto.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Peter Bogdanovich sufrió el destino común a tantos y tan señalados pioneros en el mundo del cine y del arte. En los '70s era parte de la tunda de imberbes que, empepados hasta el querétano de Cahiers du Cinéma, se dedicaron a decir "Nuevo Cine o muerte", y con sus coleguetes Friedkin, De Palma, Scorsese, Ford Coppola, etcétera, se las dieron de renovadores. Mirada hacia atrás, esta voluntad de back to the basics es casi risible porque les pasó los que a tantos revolucionarios, que estaban seguros de estar CONTRA algo, pero no estar A FAVOR de algo, y por lo tanto, de pronto despertaron y se encontraron que ELLOS eran la voz del cine oficial, y así es como su cine entró en una profunda espiral de decadencia. Que la noticia más importante para él desde 1975 en adelante no sea ninguna peli suya, sino el haberse afilado a Dorothy Stratten (la conejita Playboy que, a resultas de esto, fue asesinada a escopetazos por su noviecito celoso), y después haberse casado con la hermana menor de la Playmate, algo dice. En medio de sus ires y venires crepusculares, Bogdanovich decidió rodar esta peli, más o menos inspirada en eventos reales (en la historia real, el incidente en que se basa nunca fue bien aclarado, probablemente porque money talks...). Supongo que podemos decir que se dio el gusto, porque en realidad nadie la vio. Comprensiblemente, por lo demás. ¿A quién carajos le importa una peli sobre un productor olvidado del cine mudo, con una tropa de actores de segunda división, y que no tiene ni sexo ni escándalo? ¿Quién vería algo así...? Pues bien... General Gato la vio, y está listo para entregar su reporte.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Partamos por el principal escollo de esta peli, para que después no la vean diciendo "el General Gato la recomendó" y se queden desconcertados y ensartados con su seguro servidor quien esto maulla y escribe. El guión es, no diré débil (no lo es), pero más que un poco pueril. A lo largo de la peli se va construyendo tensión dramática, un poco a lo Agatha Christie, mostrando a varios personajes, uno de los cuales sabemos va a terminar fertilizando narcisos, pero en el momento de la verdad todo se resuelve de una manera tan increíblemente forzada que, es que ni un culebrón venezolano, oiga... Pero si exceptuamos eso, la peli está dirigida con dignidad y solvencia. Hay hallazgos notables, como la escena inicial en la que vemos el féretro sin saber quién va adentro, y después la escena cambia a retrospectiva, sobreponiéndose por un instante la imagen del dichoso ataúd con la del yate en que ocurrirá la tragedia. Pero esto no quiere decir que la peli sea malabarismo o birbiloque, sino que estos destellos de pirotecnia narrativa están bien mesuraditos, de manera que la peli fluye naturalmente. La presentación de personajes funciona bien, considerando que son varios de ellos, cada uno con bien poquitas líneas, pero aún así podemos seguirles la pista a todos y saber quiénes son sin extraviarnos por falta de carta de navegación. Y el final, que le quita harto aire a los neumáticos, aún así tiene un dejo melancólico, un "miren lo que hemos visto, y lo que el mundo nunca sabrá"... Sí, la historia tendrá debilidades y algún que otro agujero monumental, pero por lo menos está bien contada, y eso siempre se agradece.
-- Los protagonistas están notablemente bien. Kirnsten Dunst, superada su etapa de niñita chupasangre en "Entrevista con el vampiro", y oscilando entre el culturetismo de "Vírgenes suicidas" y el popcornerismo de "Triunfos robados" un año antes de su gran irrupción como Mary Jane Watson en "Spiderman", trata de alejarse de sus clásicos tics actorales para darle vida a Marion Davies, y a veces incluso lo consigue. Edward Herrmann es un buen William Randolph Hearst, amable y fiestero según lo seguro que está de poder ponerle el pie encima a todo el resto del mundo a golpe de chequera, pero tan indefenso como un niño cuando le arrebatan aquello que verdaderamente quiere (la chica, en este caso). Eddie Izzard, por su parte, interpreta a Charles Chaplin de una manera un tanto desafortunada, aunque concedámosle que tenía la vara alta, una porque... It's Chaplin, man...!!! Y dos, porque estaba a nueve años de distancia en el futuro de la que por décadas será la interpretación canónica de Chaplin por excelencia, que es la de Robert Downey Jr. para el biopic "Chaplin". Pero de que se esfuerza, se esfuerza. El sanguijuelesco Thomas Ince es interpretado por su solvencia habitual por el gran Cary Elwes, que como hemos dicho es el gran actor al que nunca le llegó su gran rol, y que en ese tiempo tenía que llevar legumbres a la mesa trabajando en la ya por entonces agotada franquicia televisiva de "Expedientes secretos X" (algunos años después, los amigos del cine de terror lo conocerán por "El juego del miedo"). Jennifer Tilly por su parte se luce como la pizpireta y métomentodo Louella Parsons, interpretándola de manera un tanto caricaturesca, pero reforzando con ello el aire de farsa general que tiene todo el tinglado.
-- ¿Qué queda al final de esta peli? Sin lugar a dudas, el sentimiento predominante es la melancolía. La moraleja nunca se explicita en la peli, pero a través de la recreación del mundo del cine clásico, puro oropel por delante y pútrido entre bastidores, es claro que Bogdanovich le ajusta cuentas al Hollywood de toda la vida, al que te atrapa y devora y después escupe tus huesos secos. No creo sea casualidad que uno de los grandes villanos sea William Randolph Hearst, que fue tan sangrantemente caricaturizado en "Ciudadano Kane" (según Bogdanovich, la anécdota de la peli fue sugerida por Orson Welles, lo que nos sitúa a lo menos quince años antes de su realización, y el propio Bogdanovich ha sido saludado como un director "wellesiano" de estilo y temática...), y que es uno de los prototipos más sólidos de sociópata con poder dentro de la cultura fílmica estadounidense (o por lo menos lo era hasta antes del Gordon Gekko de "Wall Street" y de Bill Gates). Y en un sentido más genérico, un poco a la "Gosford Park" (que es del mismo año, por lo demás), la peli utiliza los códigos del cine agathachristiano para subvertirlos y deconstruirlos, y mostrarnos que no necesariamente hay detectives heroicos cada vez que hay un crimen, que el bien no necesariamente vence sobre el mal, que el universo no tiene por qué ser un constructo racional (o si lo es, Dios puso los planos en el anaquel de al lado, y nosotros sin enterarnos), y que después de la tragedia nuestras vidas llenas de brillo, pero al final finitas y vacías, prosiguen como si nada hubiera pasado y como si los bárbaros no estuvieran gentilmente pidiendo el paso allá en la puerta. ¿Deprimente, dicen ustedes? Bueno, a mí no me miren, yo sólo soy el mensajero...
IDEAL PARA: Ver una peli con fortalezas y debilidades, sobre el oscuro submundo detrás del fasto de la vida.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
-- Dirección: Peter Bogdanovich.
-- Actuación: Kirsten Dunst, Edward Herrmann, Eddie Izzard, Cary Elwes, Joanna Lumley, Jennifer Tilly, Claudia Harrison, Victor Slezak, James Laurenson, Ronan Vibert, Chiara Schoras, Claudie Blakley, Ingrid Lacey, John C. Vennema, Steven Peros.
-- Guión: Steven Peros, basado en su propia obra teatral.
-- Banda Sonora: Ian Whitcomb.
-- "El maullido del gato" en IMDb.
-- "El maullido del gato" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Hollywood puede ser un lugar tan elegante, tan chic, tan... sucio. Tan mortal. ¿Quién es la persona dentro del ataúd? Sólo hay rumores, todos cuentan la historia a su modo... Podemos quedarnos con la versión de Elinor Glyn, por ejemplo. Una versión que principia a bordo del yate de William Randolph Hearst, el chupimillonario de los medios de comunicación. Un yate al que llega Thomas H. Ince, un tipo tan sobrado como semifracasado en el negocio de Hollywood, al que van a celebrar el cumpleaños... lo que en realidad es más bien un pretexto para la fiestoca (léase sexo, drogas...). Está presente Marion Davies, la amante de WRH, a quien WRH ama con todo su corazón (entonces podría divorciarse de su esposa y casarse con ella, ¿no? Say it with me: dick-dick-dick-dick-dick...). Y también Charles Chaplin, que ha dejado preñada a una de sus actrices, y aún así tiene la cara y tupé para hacer la rutina del vagabundo frente a la Davies para ver si puede encamarse con ella... Y también una retahila de otros invitados, incluyendo a la clásica y descocada bailarina de charleston que, promediando la peli y ya en plena orgía, se bajará el vestido y nos mostrará sus Josephine Baker. Poco a poco, Chaplin empieza a acosar el cerco en torno a Marion (¡eso no se hace, birlarle la chica al anfitrión del yate...! Aunque sea porque puede tirarte por la borda y aquí nadie ha sido...), de una manera tan poco inteligente que todos empiezan a darse cuenta de lo que pasa, salvo como de costumbre el señor Cornelius (por supuesto, que también le pone cuernos a su señora...)... Y Thomas Ince, que no por nada es una sanguijuela despreciable, está ávido de usar esa información para hacerse amiguete de WRH y así conseguir financiamiento para sus pelis. La tragedia está servida, por supuesto, y ya sabemos que uno de ellos saldrá con las patitas por delante, con su terno de madera bien puesto.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Peter Bogdanovich sufrió el destino común a tantos y tan señalados pioneros en el mundo del cine y del arte. En los '70s era parte de la tunda de imberbes que, empepados hasta el querétano de Cahiers du Cinéma, se dedicaron a decir "Nuevo Cine o muerte", y con sus coleguetes Friedkin, De Palma, Scorsese, Ford Coppola, etcétera, se las dieron de renovadores. Mirada hacia atrás, esta voluntad de back to the basics es casi risible porque les pasó los que a tantos revolucionarios, que estaban seguros de estar CONTRA algo, pero no estar A FAVOR de algo, y por lo tanto, de pronto despertaron y se encontraron que ELLOS eran la voz del cine oficial, y así es como su cine entró en una profunda espiral de decadencia. Que la noticia más importante para él desde 1975 en adelante no sea ninguna peli suya, sino el haberse afilado a Dorothy Stratten (la conejita Playboy que, a resultas de esto, fue asesinada a escopetazos por su noviecito celoso), y después haberse casado con la hermana menor de la Playmate, algo dice. En medio de sus ires y venires crepusculares, Bogdanovich decidió rodar esta peli, más o menos inspirada en eventos reales (en la historia real, el incidente en que se basa nunca fue bien aclarado, probablemente porque money talks...). Supongo que podemos decir que se dio el gusto, porque en realidad nadie la vio. Comprensiblemente, por lo demás. ¿A quién carajos le importa una peli sobre un productor olvidado del cine mudo, con una tropa de actores de segunda división, y que no tiene ni sexo ni escándalo? ¿Quién vería algo así...? Pues bien... General Gato la vio, y está listo para entregar su reporte.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Partamos por el principal escollo de esta peli, para que después no la vean diciendo "el General Gato la recomendó" y se queden desconcertados y ensartados con su seguro servidor quien esto maulla y escribe. El guión es, no diré débil (no lo es), pero más que un poco pueril. A lo largo de la peli se va construyendo tensión dramática, un poco a lo Agatha Christie, mostrando a varios personajes, uno de los cuales sabemos va a terminar fertilizando narcisos, pero en el momento de la verdad todo se resuelve de una manera tan increíblemente forzada que, es que ni un culebrón venezolano, oiga... Pero si exceptuamos eso, la peli está dirigida con dignidad y solvencia. Hay hallazgos notables, como la escena inicial en la que vemos el féretro sin saber quién va adentro, y después la escena cambia a retrospectiva, sobreponiéndose por un instante la imagen del dichoso ataúd con la del yate en que ocurrirá la tragedia. Pero esto no quiere decir que la peli sea malabarismo o birbiloque, sino que estos destellos de pirotecnia narrativa están bien mesuraditos, de manera que la peli fluye naturalmente. La presentación de personajes funciona bien, considerando que son varios de ellos, cada uno con bien poquitas líneas, pero aún así podemos seguirles la pista a todos y saber quiénes son sin extraviarnos por falta de carta de navegación. Y el final, que le quita harto aire a los neumáticos, aún así tiene un dejo melancólico, un "miren lo que hemos visto, y lo que el mundo nunca sabrá"... Sí, la historia tendrá debilidades y algún que otro agujero monumental, pero por lo menos está bien contada, y eso siempre se agradece.
-- Los protagonistas están notablemente bien. Kirnsten Dunst, superada su etapa de niñita chupasangre en "Entrevista con el vampiro", y oscilando entre el culturetismo de "Vírgenes suicidas" y el popcornerismo de "Triunfos robados" un año antes de su gran irrupción como Mary Jane Watson en "Spiderman", trata de alejarse de sus clásicos tics actorales para darle vida a Marion Davies, y a veces incluso lo consigue. Edward Herrmann es un buen William Randolph Hearst, amable y fiestero según lo seguro que está de poder ponerle el pie encima a todo el resto del mundo a golpe de chequera, pero tan indefenso como un niño cuando le arrebatan aquello que verdaderamente quiere (la chica, en este caso). Eddie Izzard, por su parte, interpreta a Charles Chaplin de una manera un tanto desafortunada, aunque concedámosle que tenía la vara alta, una porque... It's Chaplin, man...!!! Y dos, porque estaba a nueve años de distancia en el futuro de la que por décadas será la interpretación canónica de Chaplin por excelencia, que es la de Robert Downey Jr. para el biopic "Chaplin". Pero de que se esfuerza, se esfuerza. El sanguijuelesco Thomas Ince es interpretado por su solvencia habitual por el gran Cary Elwes, que como hemos dicho es el gran actor al que nunca le llegó su gran rol, y que en ese tiempo tenía que llevar legumbres a la mesa trabajando en la ya por entonces agotada franquicia televisiva de "Expedientes secretos X" (algunos años después, los amigos del cine de terror lo conocerán por "El juego del miedo"). Jennifer Tilly por su parte se luce como la pizpireta y métomentodo Louella Parsons, interpretándola de manera un tanto caricaturesca, pero reforzando con ello el aire de farsa general que tiene todo el tinglado.
-- ¿Qué queda al final de esta peli? Sin lugar a dudas, el sentimiento predominante es la melancolía. La moraleja nunca se explicita en la peli, pero a través de la recreación del mundo del cine clásico, puro oropel por delante y pútrido entre bastidores, es claro que Bogdanovich le ajusta cuentas al Hollywood de toda la vida, al que te atrapa y devora y después escupe tus huesos secos. No creo sea casualidad que uno de los grandes villanos sea William Randolph Hearst, que fue tan sangrantemente caricaturizado en "Ciudadano Kane" (según Bogdanovich, la anécdota de la peli fue sugerida por Orson Welles, lo que nos sitúa a lo menos quince años antes de su realización, y el propio Bogdanovich ha sido saludado como un director "wellesiano" de estilo y temática...), y que es uno de los prototipos más sólidos de sociópata con poder dentro de la cultura fílmica estadounidense (o por lo menos lo era hasta antes del Gordon Gekko de "Wall Street" y de Bill Gates). Y en un sentido más genérico, un poco a la "Gosford Park" (que es del mismo año, por lo demás), la peli utiliza los códigos del cine agathachristiano para subvertirlos y deconstruirlos, y mostrarnos que no necesariamente hay detectives heroicos cada vez que hay un crimen, que el bien no necesariamente vence sobre el mal, que el universo no tiene por qué ser un constructo racional (o si lo es, Dios puso los planos en el anaquel de al lado, y nosotros sin enterarnos), y que después de la tragedia nuestras vidas llenas de brillo, pero al final finitas y vacías, prosiguen como si nada hubiera pasado y como si los bárbaros no estuvieran gentilmente pidiendo el paso allá en la puerta. ¿Deprimente, dicen ustedes? Bueno, a mí no me miren, yo sólo soy el mensajero...
IDEAL PARA: Ver una peli con fortalezas y debilidades, sobre el oscuro submundo detrás del fasto de la vida.
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domingo, 5 de abril de 2009
"El sustituto" (2008).
-- "Changeling". Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: Clint Eastwood.
-- Actuación: Angelina Jolie, Jeffrey Donovan, John Malkovich, Jason Butler Harner, Colm Feore, Michael Kelly, Amy Ryan, Devon Conti.
-- Guión: J. Michael Straczynski.
-- Banda Sonora: Clint Eastwood.
-- "El sustituto" en IMDb.
-- "El sustituto" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Angelina Jolie es una madre que trata de educar a sus retoños que... Er... Aclaremos primero que se trata de su papel en la peli, no de ella misma coleccionando tercermunditos como cromos de beisbolistas. ¿Claro? Bien, sigamos. Es 1928, y ser madre soltera en la época es algo un tanto complicado, you know, no poder volver a casarse, medirle el crecimiento al crío haciéndole marquitas a la pared, obligada a usar unos patines que la hacen ver ligeramente estúpida en una central telefónica de ésas con operadoras enchufando cables en un tablero para comunicar a la gente... (qué época aquélla). De pronto, un día cualquiera, le promete a su crío que lo llevará al cine, a ver tal o cual peli, y una buena nueva serial sobre un piloto misterioso que... ehm, es misterioso, no puedo decirles qué es (y de hecho, no los vemos después ir al cine). La llaman por teléfono por un trabajo y dice que irá, y entonces le promete al crío que la cita no se cancela, que sólo está postergándola un día (todas dicen lo mismo), lo que la pone en evidencia como alguien que no ha visto esas pelis en que quedan asuntos pendientes y después los asuntos pendientes no se resuelven para incrementar la culpa de la prota y todos nos sintamos más mal. En fin. El caso está en que ella va al trabajo, y al regresar, el crío no está. Llama al LAPD, y le dicen que espere 24 horas, que los chicos macarras se van y después vuelven solitos. Pasan las condenadas 24 horas, y el LAPD debe entonces hacerse cargo (damn it! Con lo bien que se resuelven las cosas cuando es un chico macarra que simplemente se ha ido por una noche). Pasa el tiempo, y de pronto aparece un crío que encaja con la descripción. Lo traen. Pero nada más verlo, nuestra esforzada madre se da cuenta de que no, éste no es mi chico, que de dónde lo sacaron, etcétera. El poli dice que no, que es el chico, que ha sido determinado con los más chupis y medicosos avances médicos forenses de la época, que se acostumbre y lo tome por una temporada, y si le gusta, se queda con el producto. De manera que nuestra atribulada madre toma consigo su hijo 2.0 y se lo lleva para la casa. Pero en la casa lo espera una prueba definitiva: resulta que el chico es palma menos que la marca en la pared. Y como los niños hoy en día no se encogen porque vienen sanforizados, Angelina Jolie va a reclamar que no es el producto que pidió, que se lo cambien y le traigan el de verdad, que para eso son la policía, joer. La batalla por averiguar la verdad sobre su hijo ha comenzado, y la poli, corrupta hasta la médula de la silla de ruedas, hará lo imposible por limpiar su prestigio tapándole la boca a la madre...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Hace rato que Clint Eastwood viene consagrado como uno de los mejores directores de Hollywood. La receta es simple. Eastwood es un clásico. Uno formado en la escuela de machos viriles como John Ford, no locazas como MgG. Su cine, por lo tanto, es recio y firme, no pirotecnia sin sentido. Clint Eastwood no ha olvidado la regla palmaria según la cual lo más importante es contar la historia, no reemplazar la creatividad con FXs molones. En su cinema doble "La conquista del honor" y "Cartas desde Iwo Jima", Clint Eastwood había vuelto a probar quién era de verdad, y desde entonces había estado tranquilito en eso de dirigir. Y ¡ZAZ!, que cuando decíamos que el vejete ya ni chus ni mus, ¡SORPRESA!, se nos descuelga con dos pelis casi al mismo tiempo, con "El sustituto" y "Gran Torino", haciéndose casi la competencia a sí mismo copando las salas de cine (hácete ésa, Jerry Bruckheimer). Aunque en lo de "El sustituto" casi-casi, porque no se suponía que la fuera a dirigir él, y Clint Eastwood se sentó en el sillín del director una vez que Ron Howard se salió para rodar "Frost contra Nixon". Salimos ganando, porque quizás qué le hubiera metido Ron Howard, a lo mejor hubiera puesto a la madre a ver números misteriosos en la pared como en "Una mente brillante" y "El Código da Vinci"... En realidad el padre conceptual de la criatura es J. Michael Straczynski, que estuvo un año entero buceando entre archivos para reconstruir la historia, y que es mejor conocido por ser el hombre orquesta detrás de esa parida Sci-Fi que fue "Babylon 5" (¡¡!!). "El sustituto" estuvo postulado para ver si podía comerse algún hombrecillo dorado en los Oscares, y como suele pasar con las buenas pelis, quedó mirando para la carnicería, frente al acorazado "Slumdog Millionaire". Luego, fue opacada por "Gran Torino" (lo dicho, Eastwood haciéndose la competencia a sí mismo). Pero no importa. Ninguneada y todo, hasta por su propio autor, sigue siendo una buena peli. Recia. Viril. Como las que se hacían antes. ¿Cómo las que se hacían antes? ¡Como las que siempre deberían hacerse, demonios!
¿POR QUÉ VERLA?
-- Lo que decíamos. Es una peli con una dirección sólida como un roble. Vale que a veces la historia parezca un poco ejem-esto, ejem-aquello, cayendo a ratos un poco en la caricatura (los buenos son todos sensibles y emocionales, los malos son todos fríos y calculadores... chantaje emocional clásico y viejo como el cine mismo, e incluso anterior). En cierto minuto uno puede preguntarse (y la peli esto no lo resuelve) cómo tal o cual funcionario policial fue tan estúpido como para tratar de hacer una barrabasada como la de la peli, cambiar un niño por otro, y pensar que la madre fuera a tragarse el anzuelo con plomada, caña y pescador de yapa, y hubiera sido bueno que la peli en algún minuto se hiciera cargo del asunto, pero por otra parte hemos visto a tanto tarado sentado en puestos de responsabilidad dejando desastres peores, que bueno... (el último, a la fecha de esta peli, solía vivir en Avenida Pennsilvania 1600, y sea dicho para el registro criminal, dejó clavado al Gobierno de los Estados Unidos con una deuda pública siderostronómica, además de asesinar por interpósita mano a cientos de irakíes y marinesen una guerra absurda). Pero aún así, con estos baches narrativos y todo, Clint Eastwood toma siempre las opciones más directas para contar el cuento, y consigue que una historia potencialmente desastrosa se transforme, si no en algo memorable, por lo menos en entretenida. Y entretenida de la manera honesta, o sea, sacando la tensión del drama de los personajes, y no de ninguna parafernalia adicional. ¿Pudo haber sido incluso mejor? Probablemente sí. Pero así como está, es tensionante y buena de principio a fin, con armas narrativas leales, y al final queda, por una vez en la vida, la sensación de que has visto algo con significado, y no sólo un mero pasarratos (o peor aún, una de esas pelis que tratan de vendértelas con significado y en realidad no tienen ninguno, como las pelis de... bueno... lo siento, Ron Howard, acabo de mencionarte hace tres minutos y todavía andas por aquí, así es que, a los lobos contigo...).
-- Angelina Jolie. Quienes seguíamos a la Jolie desde tempranito (pasando sus lúbricos nudies en la por otra parte olvidable "Cyborg 2"), en pelis como "Unidas para siempre", "Gia" o "Inocencia interrumpida" (en donde le robó el prota en la cara a Winona Ryder, por no hablar del Premio Oscar), e incluso podríamos mencionar la por otra parte olvidable y semiolvidada "El coleccionista de huesos", sabíamos que teníamos a una gran actriz, pero después se le ocurrió botarse a chica sexy con cosas como "Tomb Raider" o "Sr. y Sra. Smith", echando por la borda cualquier intento de aproximación con el cerebro de arriba para privilegiar el otro cerebro, el... bueno... ya saben cuál. Pero no desesperéis, cachorros míos. Debajo del bótox y la silicona, seguía habiendo una gran actriz en potencia, y ahora, en la hora más inesperada, vuelve por sus fueros. En esta peli Angelina Jolie es más que un ser humano, es más que un personaje, es casi una fuerza de la naturaleza. Su papel le exige mucha pasividad y contención, de manera que no puede expresar el dolor o la desesperación por la vía fácil del exhabrupto, y puesta contra las cuerdas en esa tesitura, saca uno de los mejores roles de su carrera. Uno puede comprender mentalmente el dolor de una leona herida porque le han birlado al cachorro, pero el rol de Angelina Jolie simplemente lo clava en el corazón. Y pensar que Clint Eastwood dijo que la había fichado porque su carita encajaba bien con la época... Bueno, no puedo decir que yo fuera tan inocente, si yo también quedé preguntándome en qué diablos estaba pensando Clint Eastwood (con el cerebro de arriba, se entiende) para ficharla como prota de una peli tan hondamente dramática, si la Jolie hacía tiempo que no se mandaba un rol como corresponde (lo siento, neumáticos labiales y pectorales no cuentan), pero resultó que todos los temores eran infundados, y tenemos una prota que, como dicen los ezpañóleh, está como la copa de un pino. Bien por ella. Y bien por nosotros, que no tuvimos que sufrir en el proceso.
-- El resto de la peli está en su punto de cocción. John Malkovich desentona un poco siendo demasiado Malkovich y rompiendo un poco la ilusión de la peli (es que lo hemos visto en tantas con esos roles un poco al borde que se gasta...), aunque concedámosle que trata de hacer matices sobre su rol de villano en "Eragon" (aquí es el bueno, de todos modos), pero a cambio tenemos en Colm Feore un malo soberbio (sí, el pseudoBush de "La batalla de Riddick" es el malo acá), y como henchman del villano tenemos a Jeffrey Donovan, que es de verlo y salir a putearlo a funas de por vida por cabrón jodepú. Mención especial se gana Devon Conti como el criaturo que supuestamente es el niño recobrado (el "changeling" del título, en el folklore europeo el changeling es un espíritu que se dedica a suplantar niños), y que ofrece una actuación enormemente creepy por la sangre fría con la que actúa. Alrededor la atmósfera de época está bien conseguida (aunque a ratos el recurso al CGI hace que todo se vea demasiado como de postal de época), sin necesidad de recursos baratos como presentar el enésimo club de swing que hayamos visto en estas "de época". Y el minimalista soundtrack, compuesto por Clint Eastwood himself (un apasionado del jazz desde siempre, como que nos regaló "Bird" en su minuto) termina de crear la ilusión, renunciando (¡en buena hora!) a la ampulosidad de las partituras con coritos góticos que ha campeado a sus anchas en el cine de los 2000s para deliberadamente go-down the feeling y generar empatía desde lo hondo.
IDEAL PARA: Ver un drama como los de siempre.
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jueves, 2 de abril de 2009
"Un plan brillante" (2007).
-- "Flawless". Reino Unido / Luxemburgo. Año 2007.
-- Dirección: Michael Radford.
-- Actuación: Demi Moore, Michael Caine, Lambert Wilson, Nathaniel Parker, Shaughan Seymour, Nicholas Jones, David Barras, Joss Ackland, Silas Carson, Derren Nesbitt, Rosalind March, Kevan Willis, Stanley Townsend, Jonathan Aris, Ben Righton.
-- Guión: Edward Anderson.
-- Banda Sonora: Paul Englishby (director), Robert Houston (ingeniero asistente de sonido) y Allan Jenkins (editor musical).
-- "Un plan brillante" en IMDb.
-- "Un plan brillante" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Los diamantes siguen un largo camino, desde que algún nigga de dientes brillantes lo extrae por unos puñeteros centavos desde una mina, hasta que son clasificados, tallados, exhibidos al público, comprados por mujeres grupías con eso de que diamonds are forever, y terminan en las manos ¿de...? Adivinaron, de Demi Moore. Que anda con un pedrusco de los grandotes. De los que cortan el aliento. Así como así, en una cafetería cualquiera de la City londinense, dando una entrevista para una periodista a la que no conoce (¿y si la periodista tiene un novio psycho con fetish por los diamantes...?). De la entrevista, nuestra ancianita rememora cómo era el mundo medio siglo atrás, en los prósperos y fashionosos '60s. En esa época ella estaba en un alto puesto gerencial de una empresa de diamantes, pero adivinen qué, es mujer, y los machistas a su alrededor no la dejan trepar a gusto (miren como esta clase de pelis "drowned girl screams" deben ambientarse cada vez más y más en el pasado para ser creíbles...). El mercado de los diamantes está un poco remecido porque, verán, Dios fue tan tarado que dejó las semillas de diamantes creciendo en países tercermundistas con esa asquerosa variable macroeconómica llamada "inestabilidad política", en vez de ponerlos en el bueno y santo Primer Mundo. Nuestra chica es inteligente y da algunas buenas ideas, y los malvados y misóginos hombres, era que no, en vez de agradecérselo la p***** primero con negarle un ascenso y dárselo al lambiscón de turno, y luego con hacer algunas negociaciones pa'callao con los rusos y ponerla en la lista de despidos. OK, ahora sí que está furiosa. Pero, ¿qué podrá hacer? ¿Sustraer secretos industriales y venderlos a la competencia? ¿Instalar su propia agencia? ¿Casarse con algún tipo interesado en mujeres con empuje y temperamento, ehm, masculino...? Bueno, hay un barrendero ya ancianito que anda dando vueltas por ahí, que le sugiere un plan. Se trata nada menos que de atracar la inexpugnable caja fuerte de la casa central de la empresa de los diamantes. Bueno, en esos tiempos era más fácil porque la tecnología de las cámaras de seguridad estaba aún en embrión. Pero aún así, comprensiblemente, no es tarea sencilla. Nuestra chica, después de pensárselo bien, y considerando que no quiere jubilarse todavía, termina aceptando. De esta manera comienza la ejecución del plan. Ejecución que, por supuesto, devendrá en el típico plan perfecto con imperfecciones que animarán su tanto el cotarro, y pondrán a nuestros protas en peligro, etcétera.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En los '60s, el mundo se dividió en dos. A un lado de la trinchera estaban los contraculturales que fumaban maría juana, leían a William Burroughs, compraban historietas de la Marvel y veían "Busco mi destino". Al otro lado estaban los correctitos y adocenaditos que consumían whisky, leían la prensa de derechas, escuchaban música lounge y veían en el cine al muy terneado James Bond. En este clima, y del segundo lado, el lado chic, de la barricada, hubo un subgénero de pelis "de ladrones", y de golpes perfectos: "Once a la medianoche", "Golpe a la italiana", "El caso Thomas Crown", "Topkapi", "Cómo robar un millón de dólares", "Ladrona por amor"... El esquema era en todos bastante similar: un tesoro (billetes o piedras de las brillantes, tanto más daba) que sirviera como mcguffin, fuertemente custodiado por medidas de seguridad en apariencia invencibles, más un grupo de truhanes que armara un ingenioso plan para apoderarse de esa fortuna, plan que en algún minuto, por una razón u otra, podía terminar saliendo mal, para meterle un poco de salero al asunto, pero al final salía por lo general bien, todo rodeado con el glamour y la elegancia de esos bares estilo Dean Martin o esos casinos de martini stirren and not shaken. De tarde en tarde, el género vuelve a levantar cabeza (ahí tienen "La gran estafa", remake de "Once a la medianoche", y sus dos secuelas), pero siempre de manera un tanto artificiosa, porque admitámoslo, los '60s no se volverán a repetir (ahí tienen esa de "El caso Thomas Crown" con Pierce Brosnan...). Esta peli puede inscribirse dentro de ese revival, pero el guión fue más habilidoso: en vez de hacerle un homenaje al subgénero ambientándolo en la actualidad, creó un aura romántica alrededor de la historia simplemente asociando elementos muy sesenteros: la chica de peinado con melenita, los diamantes (sesentero a tope desde "Desayuno con diamantes"...), y el atraco perfecto, en una trama también ambientada en los '60s. Negocio redondo. Claro que las pelis hechas con clara vocación de homenaje suelen ser bastante inferiores a los homenajeados (desventajas del tributo servil, of course), pero aún así, de hacerse con tacto y habilidad, puede salir algo bueno.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Partamos por darle crédito no a la dupla actoral (Michael Caine y Demi Moore, what a weird combination...), sino al director Michael Radford, bien conocido por el cinéfilo de pro gracias a pelis como "1984", "El cartero" (ésa de Neruda, el remake de "Ardiente paciencia" que superó a la versión original, que conste, la dirigía el mismo que escribió la novela) o más recientemente, la estupenda "El mercader de Venecia". Si hay un tema común a todas estas pelis, y a la en comento, es el tema del poder: quien lo tiene, quien lo ambiciona, y quien sufre bajo su bota. En este caso, la trama del robo de los diamantes se ve enriquecida porque la principal motivación de la prota es que, por no tener poder, no sólo es ninguneada por sus jefes, sino que además le agarra el trasero en público nada menos que un ruso de pro (vaya con Demi Moore, pensar que en "Una propuesta indecente" se dejaba faenar por Woody Harrelson y en "Acoso sexual" pedía screaming ser violada por Michael Douglas...). En fin, volviendo al asunto del poder, Michael Radford sigue insistiendo con el tema, de una manera quizás poco sutil, pero al menos no se le puede negar consecuencia, al hombre, sacando sus motivaciones personales al ruedo en medio de una peli que podría haber sido mucho más sellout. Bueno, bien por Radford. Y por nosotros también, que ganamos algo de calado en una peli que en principio es de pura entretención.
-- Demi Moore. Actriz hot (en más de un sentido) en los tempranos '90s, su carrera se fue al drenaje después de "Striptease" y "Hasta el límite", y ni siquiera "Los ángeles de Charlie 2: Al límite" (y dále con los límites) la levantó de su tumba (de hecho, es probable que su rol de villana haya colaborado en el hundimiento de una peli que de entrada olía a doomed). El mismo año en que hizo un secundario en la estimable y subvalorada "Mr. Brooks", se daba maña para aparecer acá. Y es que está casi irreconocible. ¡Damn it, si hasta pareciera buena actriz! Claro, puede que se haya interpretado a sí misma, un poco como cuando la única escena buena que le salió de "Los ángeles de Charlie 2: Al límite" se quejó histericona de que todos la dejaban abandonada, mientras que aquí hace ese rol (no el de histericona, sino el de chica abandonada por todos) durante toda la peli. En cualquier caso, su presencia es un plus. Las escenas en que debe interpretar a una mujer anciana en el presente (o sea, fuera del gran flashback que es la peli), más allá de que los tipos haciendo partes prostéticas se esforzaron bien esforzados, Demi Moore las resuelve con bastante solvencia, y nos consigue hacer creer que para su personaje ha pasado el tiempo. A su lado Michael Caine, cuya carrera ha estado en alturas como "El caballero de la noche" o en putos negr... perdón, en puntos negros como "Tiburón IV: La venganza", hace más o menos su rol de siempre, con la bonhomía también de siempre, y aunque a ratos se le siente un tanto a desgana (bueno, tampoco es que su personaje sea el mejor guionizado del mundo, tampoco, y sus motivaciones últimas son puro pulp), al menos hace buena dupla con Demi Moore. Era una combinación ímproba, por supuesto, y mezclarlos fue casi un trabajo de alquimia, pero funcionó. Se ven bien en la pantalla. Creíbles. Que es, lo que al final del día, importa.
-- Veamos la historia. El misterio final de la trama no es tan difícil de adivinar, en realidad, si uno mira para otro lado en vez de dejar envolverse con lo obvio (además, es una solución quizás un poco inverosímil). Pero si uno se deja llevar por la trama, está bien. La peli consigue imprimir suspenso, y lleva a que en verdad uno se pregunte "bueno, ¿y cómo?". Tuvo un paso discretísimo en los cines, pero no es una mala opción para arrendar en DVD. Seguro que tiene un argumento más interesante y mejor armadito que la mayor parte de los thrillers de suspenso de Hollywood.
IDEAL PARA: Ver una peli de suspenso de las buenas, como las de antes.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].
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