Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
11 años de Cine 9009 en línea.
El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).
jueves, 29 de junio de 2006
"Mi reino por un amor" (1939).
-- "The Private Lives of Elizabeth and Essex" (título original en inglés), "Elizabeth the Queen" (título para la televisión de Estados Unidos), "Las vidas privadas de Isabel y Essex" (título en Venezuela), "La vida privada de Elizabeth y Essex" (título en España). Estados Unidos. Año 1939.
-- Dirección: Michael Curtiz.
-- Actuación: Bette Davis, Errol Flynn, Olivia de Havilland, Donald Crisp, Alan Hale, Vincent Price, Henry Stephenson, Henry Daniell, James Stephenson, Nanette Fabray, Ralph Forbes, Robert Warwick, Leo G. Carroll.
-- Guión: Norman Reilly Raine y Æneas MacKenzie, basados en la obra teatral de Maxwell Anderson.
-- Banda Sonora: Erich Wolfgang Korngold.
-- "Mi reino por un amor" en IMDb.
-- "Mi reino por un amor" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Inglaterra, 1596. Llega a Londres el varonil y apuesto Conde de Essex, después de un triunfal ataque a Cádiz. Y con eso, comienzan los problemas, porque a la Reina Isabel no le gusta la fama que tiene Essex entre la gente. Tampoco le gusta estar (¡ups!) enamorada de él, en particular porque es guapo y joven, y ella está... bien, cómo decirlo... La expresión "arrugado como una pasa", ¿le dice algo a alguien...? El corresponde a los mimos, pero es vanidoso y arrogante, y no se va a dejar mandonear así como así por una simple mujer, por muy Reina de Inglaterra que sea. De manera que los tórtolos la pasan mal, peleándose y riñendo, hasta que al fin se reconcilian, después de deponer ambos sus respectivos orgullos (de reina una, de abolengo el otro, porque de que ambos nobles, nobles son, pero es que hay sangre noble más antigua que sangre noble, si es que me entienden). Pero Essex tiene la mala costumbre de ser demasiado confiado, y se hace con facilidad de enemigos en la corte. A resultas de todo lo cual, mientras Essex consigue imponerse en el mando de una expedición a Irlanda, los cortesanos empiezan a intrigar a sus espaldas. Las cosas entonces comenzarán a salir mal, todo lo mal que puedan salir (y peor).
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Por alguna razón, el siglo XVI, en particular desde el punto de vista británico (británicos buenos, españoles malos, básicamente), fue muy popular en el cine anglosajón de la primera mitad del XX. Quizás el quid del asunto estribe en la marea ascendente (por aquella época) del cine de piratas, un subgénero de aventuras por derecho propio, el que por cierto hace rato tiene lápida y partida de defunción. Al mismo tiempo rondaba una obra de teatro sobre los amores de Elizabeth y Essex, que había sido muy exitosa. Es decir, negocio seguro para una adaptación fílmica, la cual era de altos vuelos, toda vez que estaba el venerable Michael Curtiz a cargo (que tres años después haría "Casablanca"), y con los estelares de la Glenn Close y el Harrison Ford de la época (o algo así). ¡Ahí tienen una idea para un remake, inteligentes!
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una película de dramas y pasiones solidísima, a pesar de su trama casi nula y lo cicatero del presupuesto, que se traduce en decorados roñosísimos a más no poder. Sabiamente, Curtiz descarga toda la artillería en los personajes y en los diálogos, consiguiendo un filme enormemente solvente.
-- Bette Davis. ¿Qué otra actriz de la época hubiera podido interpretar con tanta holgura y naturalidad a una mujer malcarada y caprichosa como la Reina Isabel de Inglaterra? (la primera por cierto, aunque la segunda, cuatro quintos de lo mismo, pero con menos poder). Bien, Bette puede. Su interpretación es simplemente soberbia, justificando con creces ver la película.
-- Errol Flynn. Se dice que la Davis no lo quería a él de intérprete, porque estaba asociado a papeles más de aventuras (filmes de piratas, de arqueros en Sherwood, esa clase de cosas). ¡Y lo logró, señoras y señores! O sea, convenció a la propia Davis de que era el adecuado, después de hacer la película. Y en verdad que queda bien como Essex, retratándolo como un tipo jactancioso y vanidoso, por otra parte tierno y frágil, y además de eso, con un cierto sentido de la nobleza y la bondad, que lo hacen un personaje muy complejo e interesante.
-- Aunque los secundarios no pintan mucho en esta película, vale la pena mencionar que es una de las primeras apariciones de Vincent Price, quien después se haría popular con las adaptaciones de Edgar Allan Poe que hizo la Hammer en los '50s. Y Olivia de Havilland, en un papel casi de adorno aunque estuviera acreditada en tercer lugar, inmediatamente por detrás de las dos grandes estrellas, y en el mismo año y meses antes de darle vida a la inmortal Melanie Hamilton de "Lo que el viento se llevó".
IDEAL PARA: Ver cine clásico de verdad.
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+ Bette Davis,
+ Erich Wolfgang Korngold,
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+ Leo G. Carroll,
+ Michael Curtiz,
+ Olivia de Havilland,
+ Vincent Price,
1939,
Drama Romántico,
Histórica
domingo, 25 de junio de 2006
"Hierro 3" (2004)
"Bin-jip" (título internacional en inglés: "3-Iron"). Dirigida por Ki-duk Kim. Protagonizada por Seung-yeon Lee, Hyun-kyoon Lee, Hyuk-ho Kwon, Dong-jin Park. Corea del Sur / Japón. Año 2004.
¿De qué se trata?
Un joven se dedica a vivir la vida de una manera bastante exótica: deja carteles pegados de comida rápida en todas las puertas a su alcance. Si al pasar de nuevo algunas horas después el avisito sigue pegado, se infiltra en la casa como un verdadero okupa y la usufructúa hasta que sus dueños se aparezcan. Y de paso, en una especie de retribución poética (es que verán, el chico en el fondo no es malo, a pesar de infringir todas las leyes civilizadas sobre la propiedad), hace algunos trabajillos domésticos como lavar la ropa de los dueños de casa, reparar juguetitos y relojes, etcétera. Hasta que un día el truco le sale mal, porque la casa en cuestión sí estaba ocupada, por una chica que está casada con un marido brutal y maltratador. El maridito no está, y la chica, en vez de hacer lo que toda mujer decente (es decir, llamar a la policía), se dedica a mirarlo con cara de disección anatómica (decepciónense: en esta etapa todo es platónico, sin sexo del bueno). Y como la necesidad es grande, cuando el maridito vuelve, ella se escapa con el joven. De manera que ahora es una parejita de allanadores de morada los que andan dando vueltas allá afuera. Todo les sale relativamente bien hasta que, ¡ups!, se meten a un hogar en donde no debían meterse, y acaban metiéndose en problemas con los ausentes obvios hasta el minuto de la película: los policías. A partir de ahora todo separará a la parejita de okupas. Pero mientras ella espera con pasividad oriental la llegada de su amorcito, él se dedica a aprender las artes fantasmales para ahora sí poder desaparecer del mundo. ¿Vencerá el bien, encarnado por las fuerzas de la poesía visual de este mundo, al maligno ser maltratador que es el dueño legal de la mujercita en disputa...?
El espíritu de los tiempos.
Desde mediados del siglo XX, el cine oriental ha sido apreciado en Occidente en dos grandes vertientes. Una de ellas es el cine serie B que ha producido subgéneros como las patadas voladoras a la Hong Kong, los monstruos estilo Godzilla o Mothra, o el moderno cine de terror a la "Ringu". La otra es el cine "d'auteur", en donde algún iluminado cineasta monta sus cogitaciones poetológicas en películas que tratan de insistir en la caricatura de la calma filosófica oriental vs. la agitación de Occidente. Como suele suceder con su pariente cercano el cine intelectualoide burgués europeo deudor de Cahiers du Cinema, en medio de ese tipo de cine hay algunas rosas muy bonitas, y el resto es barruntes de chichopoesía para masturbación intelectual de los críticos de cine anclados en cátedras universitarias y que viven de espaldas al mundo en su torre de marfil. "Hierro 3" es de estas últimas, y no es nada de raro que haya sido galardonada en Venecia y San Sebastián, ecosistemas perfectos en donde se mueve esa clase de especies cinematofágicas.
¿Por qué verla?
- La idea de la película es bastante original, de eso no cabe duda. Se trata de un joven que, en el fondo, desea vivir su existencia como un fantasma y no tener contacto con ningún otro ser humano, vivo o muerto. En describir su existencia, el filme no tiene desperdicio. En donde la fastidia es que trata de resolver esto con arranques poéticos, como por ejemplo no dejar al protagonista decir una sola palabra en toda la película, con lo cual sus actitudes y gestos, más que ser explicativos de un cierto tipo de personalidad, pasan a ser una metáfora abstracta, lo que en este caso es una manera elegante de decir lo que en buen chileno se llama "una choreza", hacer un personaje ojalá tan artístico, filosófico o existencialista como se pueda, para gustarle a los tipos que fungen de jueces en festivales internacionales. Aunque a los que les guste el cine con más poesía que contenido, está bien.
- Aunque barrunta intención a poesía por los cuatro costados, la verdad de las cosas es que se deja ver de manera llevadera. Dura apenas una horita y media, y la narración tiene algún sentido del ritmo. O sea, si el concepto básico deviene muy rápido en absurdo, tengan ustedes la seguridad de que no tendrán que sufrir tiempo adicional con escenas que harían bien en ir a dar como extras al DVD.
IDEAL PARA: Amantes del cine poético sobre la condición existencial moderna del ser humano enfrentado a... Bien, ya me entienden.
¿De qué se trata?
Un joven se dedica a vivir la vida de una manera bastante exótica: deja carteles pegados de comida rápida en todas las puertas a su alcance. Si al pasar de nuevo algunas horas después el avisito sigue pegado, se infiltra en la casa como un verdadero okupa y la usufructúa hasta que sus dueños se aparezcan. Y de paso, en una especie de retribución poética (es que verán, el chico en el fondo no es malo, a pesar de infringir todas las leyes civilizadas sobre la propiedad), hace algunos trabajillos domésticos como lavar la ropa de los dueños de casa, reparar juguetitos y relojes, etcétera. Hasta que un día el truco le sale mal, porque la casa en cuestión sí estaba ocupada, por una chica que está casada con un marido brutal y maltratador. El maridito no está, y la chica, en vez de hacer lo que toda mujer decente (es decir, llamar a la policía), se dedica a mirarlo con cara de disección anatómica (decepciónense: en esta etapa todo es platónico, sin sexo del bueno). Y como la necesidad es grande, cuando el maridito vuelve, ella se escapa con el joven. De manera que ahora es una parejita de allanadores de morada los que andan dando vueltas allá afuera. Todo les sale relativamente bien hasta que, ¡ups!, se meten a un hogar en donde no debían meterse, y acaban metiéndose en problemas con los ausentes obvios hasta el minuto de la película: los policías. A partir de ahora todo separará a la parejita de okupas. Pero mientras ella espera con pasividad oriental la llegada de su amorcito, él se dedica a aprender las artes fantasmales para ahora sí poder desaparecer del mundo. ¿Vencerá el bien, encarnado por las fuerzas de la poesía visual de este mundo, al maligno ser maltratador que es el dueño legal de la mujercita en disputa...?
El espíritu de los tiempos.
Desde mediados del siglo XX, el cine oriental ha sido apreciado en Occidente en dos grandes vertientes. Una de ellas es el cine serie B que ha producido subgéneros como las patadas voladoras a la Hong Kong, los monstruos estilo Godzilla o Mothra, o el moderno cine de terror a la "Ringu". La otra es el cine "d'auteur", en donde algún iluminado cineasta monta sus cogitaciones poetológicas en películas que tratan de insistir en la caricatura de la calma filosófica oriental vs. la agitación de Occidente. Como suele suceder con su pariente cercano el cine intelectualoide burgués europeo deudor de Cahiers du Cinema, en medio de ese tipo de cine hay algunas rosas muy bonitas, y el resto es barruntes de chichopoesía para masturbación intelectual de los críticos de cine anclados en cátedras universitarias y que viven de espaldas al mundo en su torre de marfil. "Hierro 3" es de estas últimas, y no es nada de raro que haya sido galardonada en Venecia y San Sebastián, ecosistemas perfectos en donde se mueve esa clase de especies cinematofágicas.
¿Por qué verla?
- La idea de la película es bastante original, de eso no cabe duda. Se trata de un joven que, en el fondo, desea vivir su existencia como un fantasma y no tener contacto con ningún otro ser humano, vivo o muerto. En describir su existencia, el filme no tiene desperdicio. En donde la fastidia es que trata de resolver esto con arranques poéticos, como por ejemplo no dejar al protagonista decir una sola palabra en toda la película, con lo cual sus actitudes y gestos, más que ser explicativos de un cierto tipo de personalidad, pasan a ser una metáfora abstracta, lo que en este caso es una manera elegante de decir lo que en buen chileno se llama "una choreza", hacer un personaje ojalá tan artístico, filosófico o existencialista como se pueda, para gustarle a los tipos que fungen de jueces en festivales internacionales. Aunque a los que les guste el cine con más poesía que contenido, está bien.
- Aunque barrunta intención a poesía por los cuatro costados, la verdad de las cosas es que se deja ver de manera llevadera. Dura apenas una horita y media, y la narración tiene algún sentido del ritmo. O sea, si el concepto básico deviene muy rápido en absurdo, tengan ustedes la seguridad de que no tendrán que sufrir tiempo adicional con escenas que harían bien en ir a dar como extras al DVD.
IDEAL PARA: Amantes del cine poético sobre la condición existencial moderna del ser humano enfrentado a... Bien, ya me entienden.
Busca otras películas relacionadas:
2004,
Cine de Japón
"El Padrino" (1972).
-- "The Godfather". Estados Unidos. Año 1972.
-- Dirección: Francis Ford Coppola.
-- Actuación: Marlon Brando, Al Pacino, James Caan, Robert Duvall, Diane Keaton, Talia Shire, John Cazale.
-- Guión: Mario Puzo y Francis Ford Coppola, sobre la novela del primero.
-- Banda Sonora: Nino Rota.
-- "El Padrino" en IMDb.
-- "El Padrino" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Vito Corleone es un padrino de la mafia italiana. Su trabajo es hacer favores, y además, para los negocios, los cobra, usualmente en servicios profesionales. Es el año 1946, y el mundo está cambiando aceleradamente: la vieja mafia de los sindicatos, el juego y las prostitutas está cediendo lugar al emergente mercado de los narcóticos. Corleone, italiano de vieja estampa, no se deja convencer por la oferta de un turco que quiere inundar Nueva York de drogas procedentes de sus campos de cultivo en Oriente, de manera que un estratégico atentado lo sacará del camino, por un tiempo al menos. Los mafiosos rivales intentan negociar con el clan Corleone a través de Michael, el hijo que es "civil", que nunca ha estado metido en los negocios de la familia, creyéndole un inofensivo moscardón, y no tienen idea de con quién se mete, porque saca las garras, ¡y de qué forma! Lo que sigue es una guerra a muerte, llena de traiciones y contragolpes, de asesinatos planificados con ojo clínico, de negociaciones en donde lo que se calla y lo que se oculta es incluso más importante que lo que se dice, y en dónde sólo el más fuerte se quedará con el mercado de la mafia neoyorkina.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
El traco final de los '60s y comienzos de los '70s, en medio del apogeo y comienzo de la resaca de la era hippie, marcó una fuerte renovación dentro del cine, con directores que pisaban (y pisan) fuerte, como John Cassavetes, Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, Woody Allen, George Lucas y Steven Spielberg, quienes (en sus inicios, al menos), inaguraron el concepto de "cine independiente", tal y como se lo conoce hoy en día. Su cine estaba alejado de los géneros convencionales de Hollywood (musicales, bélicas, banana movies), y cuando los abordaban, los hacían con una mirada ciertamente insolente y desmitificadora. El cine de gangsters no era género nuevo en Hollywood, pero siempre había recibido un tratamiento de novela negra, con mucha dureza. "El padrino" fue la relectura de dicho género, enfocada ahora desde un ángulo épico y heroico. Digámoslo con todas sus letras: a pesar de estar ambientada en el bajo mundo de los gangsters, en realidad el género al que mejor adscribe "El padrino" no es el cine de mafiosos, sino el cine político o la epic movie.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una película de muchas historias en una: es un filme épico, es una saga política, es un relato de familia, una historia de honor, etcétera. Funciona bien en todos esos registros, lo que habla de la destreza singular de Ford Coppola y la gente a su alrededor.
-- Mario Puzo escribe como nadie novelas de la mafia. ¿Y eso qué? No sólo la novela está escrita por su mano, sino también el guión (en colaboración con Ford Coppola). Meter la embrollada trama de las cerca de 500 páginas del libro en tres horas de película tenía sus complicaciones, y eso que una buena parte de la misma quedó aufuera (no se preocupen: el resto apareció en "El Padrino II"). Lo que habla de la capacidad de Coppola para ir a lo esencial, y el heroísmo de Puzo en sacrificar porciones importantísimas de su obra en aras de un filme que, a pesar de su extensión, sabe hacer gala de una precisión quirúrgica y es modelo de sobriedad narrativa.
-- El elenco no sólo es de primera fila, sino que se saca los zapatos actuando. Marlon Brando, iniciada ya su larga e imparable decadencia, sorprendió a todos con su cuidada interpretación de Vito Corleone, homenajeada, imitada y parodiada hasta el cansancio (antes que él, un buen alto de actores de Hollywood habían rechazado el papel como "poco interesante" en términos dramáticos). Al Pacino, jovencísimo, es su fiel contrapunto, creando un Michael Corleone en apariencia inofensivo y torvo, lejos de los manierismos interpretativos con los cuales se ha enviciado en los últimos años. Un también jovencito Robert Duvall se roba la película como el cauto abogado de la familia, haciendo hasta simpático a un miembro de aquella raza inferior que integran los picapleitos. Y Diane Keaton está espléndida, sin necesidad de robar cámara, en su época pre-Woody. Por cierto, tanto Pacino como Brando y Duvall, a la larga, entre "El Padrino" y "El Padrino II", se llevarían sendos Premios Oscar, en los tiempos en que echarse la estatuilla entre pecho y espalda todavía significaba algo.
-- Nino Rota. El gran Nino Rota. El único Nino Rota. ¿Quién es Nino Rota, preguntas? Hombre, entérate, y después arrójate a un pozo. Estamos hablando del hombre que musicalizó varias de Fellini ("Giulieta de los espíritus", "Satyricon", "8 1/2", "La Strada", "La Dolce Vita"), por no hablar de clásicos como "El Gatopardo" o el "Romeo y Julieta" de Zeffirelli. Ahora ya saben quien compuso esa linda tonadita otoñal tan asociada a los padrinos de la mafia que tienen voz gangosa.
-- Escenas hermosísimas: Vito Corleone recibiendo a sus "clientes", el tiroteo contra Corleone, el tiroteo contra Sollozzo, el atentado contra Santino, la noche de bodas de Michael, el "ajuste de cuentas" con un productor de Hollywood, la masacre final... Todo un ejercicio de buen cine, plástico, sugerente, con ideas, en el día de hoy una verdadera bofetada a los cineastas de acción y épicos que ruedan escenas con la profundidad de un platelminto y con el encefalograma de una planaria.
-- Un contexto metafísico de fondo: la muerte y el nacimiento siempre acompañados, como por ejemplo ver al viejo Vito Corleone con su nieto, o el cierre del ciclo final (Michael recibiendo gente como antaño su padre).
-- "Le haré una oferta que no podrá rehusar"...
IDEAL PARA: Ver buen cine, hacer ejercicios intelectuales, aprender un poco sobre el ejercicio del poder, estudiar un poco de ética y honor, y además de eso, gozar con lo primario que toda película debe tener, a saber, una historia bien contada.
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1972,
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Talia Shire
lunes, 19 de junio de 2006
ESPECIAL MENSUAL Nº 4: ANIMACIÓN.
Cine 9009 cumple su cuarto mes, y lo celebra con un especial de películas de animación. Y es que después del cine clásico y Star Trek, se imponía algo que fuera, por decirlo de alguna manera, "para toda la familia". Así es que disfruten con las reseñas de las siguientes películas:
"Los Increíbles".
"El viaje de Chihiro".
"Titan A.E.".
"HormiguitaZ".
"Dinosaurio".
Además, con el miniciclo dominical dedicado a las películas de Superman, hemos iniciado el recorrido por algunas célebres sagas del cine. A partir del próximo domingo echamos un vistazo a la trilogía de "El Padrino", y después, lo prometido para los fanáticos: el repaso a la monumental hexalogía de Star Wars. Así es que no se despeguen de CINE 9009.
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Especiales CINE 9009
"Los Increíbles" (2004).
-- "The Incredibles". Estados Unidos. Año 2004.
-- Dirección: Brad Bird.
-- Actuación: (Voces de) Craig T. Nelson, Holly Hunter, Samuel L. Jackson, Jason Lee, Dominique Louis, Spencer Fox, Sarah Vowell.
-- Guión: Brad Bird.
-- Banda Sonora: Michael Giacchino.
-- "Los Increíbles" en IMDb.
-- "Los Increíbles" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Es un día agitado para el Sr. Increíble. En menos de media hora salva a un gatito, detiene un atraco bancario, tiene que zafarse de un admirador compulsivo, salva a un suicida de perecer, y contrae matrimonio con la Chica Elástica. El problema es que el suicida, en vez de agradecerle con buenas maneras el haberle dado una segunda oportunidad de luchar contra la entropía universal, lo demanda judicialmente. Los superhéroes causan demasiados daños colaterales, y el gobierno se ve forzado a sacarlos de circulación, dándoles una amnistía general a cambio de su retiro en una suerte de plan de protección a testigos. Quince años después, Bob Parr es el jefe de una familia disfuncional, en donde su esposa ha asumido por completo su nueva vida como ama de casa, y quiere olvidar su pasado superheroico como una fantasía juvenil; su hija, por su parte, es una tímida preadolescente carente por completo de personalidad, y su hijo es una sanguijuela revoltosa que sólo pretende llamar la atención, aunque sea por las malas. Y no olvidemos al bebé, que hasta el momento no ha manifestado superpoderes, pero que por lo mismo es una verdadera bomba de tiempo latente dentro de la familia. El propio Bob está fastidiado porque tiene que limitarse a la aburrida vida de un empleado de seguros que en realidad, por políticas corporativas, no asegura a nadie (lo hace, pero después busca resquicios para no pagar las pólizas). Por eso, cuando le ofrecen trabajar en forma clandestina en un proyecto para el gobierno, acepta gustoso, incluso a espaldas de su familia. Lo que no sabe es que: 1.- Quien está detrás del proyecto no es el gobierno; 2.- El proyecto busca realmente matarlo; 3.- Están sacando a retiro (definitivo) a todos los superhéroes, y 4.- Su esposa terminará por descubrir sus escapaditas, así es que toda la familia terminará metida en un follón de los demonios.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Estamos a mitad de la Era Bush, y en pleno auge de la guerra contra el terror. El individualismo y el respeto por los derechos de las personas ha dado paso a la mitificación de nuevas figuras superheroicas. Es la hora de héroes como los de "Lost", el Jack bauer de "24", la agente Sidney Bristol de "Alias", etcétera. Es tiempo de heroísmo y sacrificio. Las películas de superhéroes recibieron un nuevo tirón gracias a la sociedad entre Fox y Marvel, que permitió producir "X-Men","X-Men 2", "X-Men III", "Hulk", "El castigador", "Los cuatro fantásticos", "El hombre araña", "El hombre araña 2"... Pero también es una epoca de revisionismo, de readecuar el legado mitológico dejado por el siglo XX. Un filme sobre superhéroes que revisara el mito del superhéroe iba a estar al filo de estas dos corrientes, la revisionista y la apologética. Como ocurre justamente con "Los Increíbles".
¿POR QUÉ VERLA?
-- La historia es una revisión de los principales tópicos de las historias clásicas de superhéroes, pero con una dosis de mala leche increíble. Los superhéroes son una familia que parodia de manera muy evidente a los 4 Fantásticos, pero son cualquier cosa menos un grupo unido, y tienen enormes tensiones y fricciones entre ellos. El villano, por su parte, está hecho a la imagen del Doctor Julius No, el primer villano Bond (en "El satánico Doctor No"), incluyendo la increíble base que mantiene en una isla secreta del Océano Pacífico. O sea, la trama es puro lugar común, pero desde la óptica revisionista.
-- El trabajo de animación es estupendo. Eso, a finales de los '90s era motivo de alabanza, y ahora no debería serlo, pero cuando vemos una película que pretende no ser más hiperrealista que la realidad, sino que opta derechamente por un trabajo a mitad de camino entre el realismo, el cómic y la estética 50s/60s bien cuidada, es algo para aplaudir.
-- El diseño de los personajes es de primera. Cada uno de ellos tiene una motivación, y los más, más de una. El trabajo de los actores que les infunden vida es también todo lo bueno que se puede.
-- Mención especial para la banda sonora, elaborada por el siempre fiel Michael Giacchino ("Alias", "Lost", "Misión Imposible III"), que esta vez se superó a sí mismo. El soundtrack es una mezcla de motivos jazzísticos '40s style, con homenajes abiertos al trabajo de Monty Norman y John Barry para las películas sesenteras de James Bond (incluso el tema ""Road trip!" cita abiertamente el tema "007", usual hasta los tiempos de "Moonraker" en las pelis de Bond, James Bond.
-- El mensaje de fondo es, ¡auch!, bastante más conservador de lo que a primera vista pareciera. Si se fijan bien, entre líneas, si naces superhéroe estás de lado correcto y de la justicia. Si naces como humano normal y corriente, entonces quédate así, confórmate, y no intentes ser más en la vida. Los buenos se encuentran a sí mismos cuando adoptan una posición mesiánica de tipo "aprovechemos todas las posibilidades". No están para servir a la sociedad, están para guiarla a su manera. En ese sentido, curiosamente, a pesar de su evidente enfermedad mental, el villano Síndrome, el humano común y corriente que busca emular a los superhéroes a través de inventos y artilugios mecánicos, es el más humano de todos los personajes de la serie. Al menos, él trata de que las cosas progresen, y no busca defender el status quo. Quizás esto sea otra ironía sutil, pero por sutil, da para pensar que quizás el trasfondo cultural de la temprana primera década del siglo XXI le jugó una mala pasada al guionista.
IDEAL PARA: Ver una de las mejores películas de superhéroes de todos los tiempos.
Busca otras películas relacionadas:
+ Brad Bird,
+ Craig T. Nelson,
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+ Michael Giacchino,
+ Samuel L. Jackson,
2004,
Animación Pixar,
Sátira,
Superhéroes,
Supervillano
"El viaje de Chihiro" (2001).
-- "Sen to Chihiro no kamikakushi" (título original en japonés), "Spirited Away" (título en inglés para distribución internacional). Japón. Año 2001.
-- Dirección: Hayao Miyazaki.
-- Actuación: Voces de (en el original japonés) Rumi Hîragi, Miyu Irino, Mari Natsuki, Takashi Naitô, Yasuko Sawagushi, Tatsuya Gashuin, Ryunosuke Kamiki, Yumi Tamai (todos en la versión original japonesa).
-- Guión: Hayao Miyazaki.
-- Banda Sonora: Joe Hisaishi.
-- "El viaje de Chihiro" en IMDb.
-- "El viaje de Chihiro" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Es día de mudanza, y Chihiro está de malas. Tiene cerca de 10 años, es una niña mimada y caprichosa, pero sus padres no lo hacen mejor en cuanto a ignorarla y tratarla con el discursito de "miren las cosas graciosas que dice mi pequeña". Resultado: cuando por capricho del padre se meten en un poblado fantasma en donde no deben estar, y se engolosinan con un banquete servido por manos misteriosas, acaban metamorfoseados en cerdos. Chihiro, que con bastante sentido común se ha abstenido de comer, se ve entonces prisionera de un mundo mágico muy peculiar, en donde la hechicera Yubaba controla con manos férreas una especie de spa de lujo para espíritus y dioses, en donde los humanos tienen prohibida la entrada. Sobrevivir a Yubaba es sólo el comienzo de sus problemas: ahora Chihiro deberá trabajar en el interior de ese spa, pasar toda clase de pesadillas, y crecer y madurar algo en el camino, para encontrar a sus padres y salir con vida (y forma humana) del trance.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Hayao Miyazaki es uno de los grandes nombres dentro del manga y el animé japonés, creador de clásicos como "Nausicaa", "Mi amigo Totoro", "La princesa Mononoke" o "El castillo andante". Se distingue por su enorme habilidad para crear entornos surrealistas, en donde los más disparatados elementos se integran para darle forma a universos completamente alucinantes. "El viaje de Chihiro" es otra de estas historias. Su planteamiento puede parecer sencillo (chica enfrentada a un país fantástico u onírico para salvar a sus seres queridos), pero su desarrollo no lo es, como es la tradición en las películas e historias de Miyazaki, y que le confieren su aire mágico, feérico e irreal.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es la recreación (consciente o no) del viejo mito de Circe, la hechicera que convirtió en cerdos a los compañeros de Ulises en "La Odisea". Pero con ropaje japonés. La descripción del ultramundo es todo lo minuciosa que se puede, y no deja de ser insólito presentar a una completa y pintoresca galería de criaturas sobrenaturales no como entes aterrorizantes o diabólicos, sino como simples seres de otra dimensión, que se diferencian de los humanos por vivir dentro de otras leyes físicas, pero que en el fondo tienen la misma necesidad de descanso y tranquilidad que éstos, eventualmente lejos de su presencia. O sea, nosotros les tememos, pero ellos sólo quieren que no los fastidien y los dejen en paz.
-- El tema básico de la historia es el viaje iniciático, un leit motiv viejo como los relatos de cazadores paleolíticos, pero siempre actual, que funciona a las maravillas como trasunto del proceso de abandonar la niñez y "convertirse en hombre" (o en mujer, en este caso).
-- El apartado visual es grandioso, y cuenta como lo mejor de la película. Los paisajes son hermosísimos y crean verdaderamente la impresión de estar sumergidos en un mundo aparte, con leyes distintas al nuestro. La estética está tomada predominantemente del mundo japonés, pero hay también elementos extraídos del steampunk (las calderas y maquinarias a carbón, típicamente).
-- Las criaturas están tratadas con una belleza sorprendente, y son verdaderamente inolvidables: un dragón volador, unos huéspedes solemnes, la fiera Yubaba o el encargado de las máquinas... Incluso hasta las diminutas criaturillas que transportan carbón a las calderas son todo lo simpáticas que se puede, dentro de la simplicidad de su diseño.
IDEAL PARA: Disfrutar de una película con magia verdadera.
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2001,
Animación 2D,
Cine de Japón,
Criatura Sobrenatural
"Titan A.E." (2000).
-- "Titan A.E.". Estados Unidos. Año 2000.
-- Dirección: Don Bluth y Gary Goldman, con escenas de Art Vitello.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Matt Damon, Bill Pullman, John Leguizamo, Nathan Lane, Janeane Garofalo, Drew Barrymore, Ron Perlman, Alex D. Linz, Jim Breuer, Christopher Scarabosio, Jim Cummings, Charles Rocket, Ken Hudson Campbell y Tsai Chin.
-- Guión: Ben Edlund, John August y Joss Whedon, basados en una historia de Hans Bauer y Randall McCormick.
-- Banda Sonora: Graeme Revell y Tim Simonec.
-- "Titan A.E." en IMDb.
-- "Titan A.E." en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Es el siglo XXXI. Un hijito de papá que inventa juguetes descubre que de pronto la vida no es tan malva como la pintan, cuando el planeta entero, nuestra bienamada Tierra, es literalmente reventada por invasores extraterrestres que tratan derechamente de genocidar a la raza humana en rebaño. Quince años después, los humanos están repartidos en colonias cochambrosas por todo el cosmos, malviviendo y siendo tratados a las patadas por otras razas espaciales. El chiquillo ha crecido, y se transforma en un apetecido objeto de búsqueda, tanto para una banda de humanos que pretende darle un futuro a la Humanidad, como para los invasores alienígenas, debido a que posee el secreto de la ubicación del Titan, una gigantesca nave espacial que es la clave de la supervivencia del Homo Sapiens en el universo. Al principio, al niñato maldita la gracia que le hace salir de cacería por el universo, pero cuando los alienígenas empiezan a pisarle los talones sin demasiadas buenas intenciones, no le queda más remedio que sumarse a la búsqueda. Gradualmente irá descubriendo la responsabilidad hacia su raza, el sentido de la aventura, la esperanza, el amor... vamos, lo de siempre. Todo eso, en medio de bastantes aventuras por distintas regiones del espacio.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Después de los alicaídos '80s, las películas animadas (por sistema tradicional o por computadoras) experimentaron un repunte durante los '90s. A los éxitos Disney ("La sirenita", "Aladino", "El Rey León") se plegaron otros estudios, como Dreamworks o Fox. En la factoría del número 20 grande en portada, emergió el éxito relativamente discreto de "Anastasia", por lo que se embarcaron en este proyecto algo más ambicioso, dispuestos a llevarse un pedazo del cotarro. "Titan A.E." (sigla de "after Earth", o sea, después de que la Tierra ha sido hecha puré) es el intento por crear una película de animación más madura, dirigida a captar ya no el público infantil, sino el adolescente. La maniobra resultó bastante mal, la película fue un fracaso de taquilla, y de seguro que en Fox ni quieren acordarse de ella. ¿Era para tanto? Bien, la historia de la película es bastante tópica y anodina, lo que le hace un flaco favor al intento de crear "una de animación inteligente", pero tiene algunos puntos fuertes por los cuales vale la pena verla.
¿POR QUÉ VERLA?
-- El trabajo de animación, por supuesto. Es claro que la inspiración emergió del cómic europeo. Puede decirse que la vocación de "Titan A.E." era ser para los inicios del XXI algo así como lo fue "Heavy Metal" para los tempranos '80s: es decir, una película espacial con ambientes sicodélicos, una historia adulta, escenarios dibujados a la manera del cómic europeo mencionado, y una banda sonora rockera de fondo. Por supuesto que desde la pretensión al hecho hay mucho techo, pero ¡hey!, es la misma época en que salió "Heavy Metal 2000", y allí la cosa iba peor, así es que a no quejarse, ¿eh?
-- La historia... Pues bien, qué decir de la historia... Desde ya digamos que no hay una pretensión de hacer Sci-Fi pura y dura, o de lo contrario no se explican cosas tan acientíficas como la energía de los bichos enemigos, por no hablar de la aberración darwiniana que es el bosque de árboles de hidrógeno, que en términos de acción de película es buenísimo, pero que por pura lógica no debería existir (a la primera tormenta cae un rayo y ¡zaz!, la especie se extingue en un holocausto bíblico). También hay algunos giros en la trama que la hacen harto tópica: la relación maestro-discípulo entre Korso y el prota, la relación de amistad/amor con la chica... (sí, ya sé dónde lo vieron: en "Mátrix"). Pero todo está resuelto de manera digna. O sea, es una de animación en donde vemos personajes morir, y ése es un atrevimiento que no se ve todos los días en este terreno. Como dato, digamos que en la confección del guión anduvo metiendo sus manos Joss Whedon, el hombre tras series de TV como "Buffy la Cazavampiros" o "Firefly".
-- La secuencia de la destrucción de la Tierra por obra y gracia de la nave madre drej, es seguramente una de las más salvajes interpretaciones visuales sobre el "fin del mundo". El revientaplanetas drej no tiene nada que envidiarle a la Estrella de la Muerte, e incluso el concepto físico básico, aunque improbable, es interesante: inyectar energía para acelerar la rotación del cuerpo celeste y volatilizarlo. Esta pura secuencia vale la película entera, y el resto es ganancia. Por cierto, hay algo de nostálgico que esta secuencia de destrucción, reminiscente de la explosión de la Estella de la Muerte en "La guerra de las galaxias", sea precedida por una nostálgica escena con unos innegables aires '50s.
IDEAL PARA: Ver una película animada bienintencionada y con un buen empaque visual.
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2000,
Adolescentes,
Animación 2D,
Futuro Postapocalíptico
"HormiguitaZ" (1998)
-- "AntZ" (título original en inglés), "Hormigaz" (título en España). Estados Unidos. Año 1998.
-- Dirección: Eric Darnell y Tim Johnson.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Woody Allen, Sharon Stone, Sylvester Stallone, Gene Hackmann, Jennifer Lopez, Christopher Walken y Anne Bancroft.
-- Actuación: Woody Allen, Sharon Stone, Gene Hackman, Sylvester Stallone, Jennifer Lopez, Christopher Walken, Anne Bancroft, Dan Aykroyd, Grant Shaud, Danny Glover.
-- Guión: Todd Alcott, Chris Weitz y Paul Weitz, con Catherine Dingman como coordinadora de la historia.
-- Banda Sonora: Harry Gregson-Williams y John Powell.
-- "HormiguitaZ" en IMDb.
-- "HormiguitaZ" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Una hormiguita con todas las señas de ser una loser (es obrera, se llama Z, y está interpretada por Woody Allen), por la magia de los guionistas, conoce a la princesa Bala, que tiene una noche de juerga para conocer la vida de las clases bajas, en plan excursión antropológica (formicológica, mejor dicho). El dichoso Z se mete a soldado cambiando lugares con un amigo, y por una serie de accidentes, termina en una fiera batalla con las termitas, de la que resulta único superviviente (por cobarde) y héroe de guerra para colmo. Lo que aprovecha para acercarse a Bala, raptarla, sacarla al mundo exterior, etcétera. O sea, un Luke Skywalker de rebajas y en versión hormiga.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Dreamworks, el monstruo multimedia de Spielberg, Katzenberg y Geffen, estaba recién creada y era una factoría de ideas novedosas (en ese entonces). Y fue a disputarle el cetro de la animación digital nada menos que a Pixar, el brazo fuerte de Disney en ese terreno gracias a "Toy Story", que por ese mismo tiempo producía otra de insectos ("Bichos"). La animación digital era en aquellos años el boom, y cada película intentaba ser más realista que la anterior. Y en cuanto a ideas no se quedaban atrás. Después de todo, eran los años dorados de la administración Clinton, que si bien fueron deprimentes en lo político, en lo cultural fueron mejores (no porque Clinton sea muy culto, sino porque en general los odiosos republicanos no metían sus garras religiosas en donde no les importaba, y se podía ser un poco más impolíticamente correcto que ahora).
¿POR QUÉ VERLA?
-- Porque es una película hecha a la medida de su casting, quienes parodian deliberadamente sus propios "yo" reales. O sea, ver a la pseudochicana Jennifer Lopez interpretando a la hormiga Azteca, o a Gene Hackmann interpretando a un general loco, es por todo lo alto. ¡Si hasta Sly Stallone está entrañable! A cambio, Sharon Stone sigue igual de insufrible que siempre, con el agravante de que no muestra nada (y siendo una de hormigas, no es que queramos un striptease precisamente...).
-- Dicen que Woody Allen escribió él mismo sus propios libretos, incluyendo el monólogo que introduce la película. Sí, el mismo en donde dice que se siente un fracasado porque no puede "ni siquiera levantar diez veces mi propio peso"...
--Es una película políticamente incorrecta. El que habla de sacrificio, del bien de la colectividad y todas esas cosas, es el villano. Que por cierto es un tipo muy odioso y atractivo, gracias a la magia de Gene Hackmann, sin parecido alguno con la patética marioneta de los poderes fácticos que es George W. Bush.
-- Sobre todo, es una película inteligente, sin chistes tipo Warner Bros. Admitámoslo, los porrazos del Coyote y el Correcaminos se dejan ver porque los vemos con un aire de nostalgia, a sabiendas de que fueron hechas en los '50s, pero eso mismo trasplantado a "Madagascar" es aburridísimo.
-- Por último, es una película histórica. Algún día los niños la verán como nosotros vemos al "King Kong" de 1933: una historia entretenida, en su tiempo innovadora por los efectos especiales, pero seriamente necesitada de un remake (aunque por otra parte, después de ver el remake de Jackson, más adoramos el "King Kong" de 1933...).
IDEAL PARA: Ver un cuento de hadas con hormigas y con toques de incorrección política.
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1998,
Animación DreamWorks,
Animales
"Dinosaurio" (2000).
-- "Dinosaur". Estados Unidos. Año 2000.
-- Dirección: Eric Leighton y Ralph Zondag
-- Actuación: Una manada de dinosaurios y protomamíferos animados por computadora, con las voces (en el original inglés) de D. B. Sweeney, Alfre Woodard, Ossie Davis, Max Casella, Hayden Panettiere, Samuel E. Wright, Julianna Margulies, Peter Siragusa, Joan Plowright, Della Reese y Frank Welker.
-- Guión: John Harrison y Robert Nelson Jacobs, sobre una historia de ambos y de Thom Enriquez y Ralph Zondag, con un guión previo de Walon Green, con Gregory Gunter en el departamento creativo, con material escrito adicional de Shirley Pierce, Jonathan Roberts y Rhett Reese, e historia adicional de Tamara Lusher.
-- Banda sonora: James Newton Howard.
-- "Dinosaurio" en IMDb.
-- "Dinosaurio" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Por la desafortunada aparición de un depredador que se merienda a la madre de unos huevos de dinosaurio, sólo uno de ellos sobrevive, aunque el caprichoso destino (léase "mano del guionista") lo lleva hasta una distante familia de lemures. Este huevo nace, crece, se desarrolla, y se transforma en el jovencito valiente y bonachón Aladar. El pobre vive en una isla en donde es el único dinosaurio, y por tanto, aunque los lemures lo quieren, miman y respetan, en el fondo está solo porque le falta, por decirlo de cierta manera, remojar el remo. Ya saben de qué hablo, no se hagan. Las cosas cambiarán dramáticamente cuando un gigantesco regalo rocoso del cielo caiga y aniquile medio planeta Tierra, después de lo cual los últimos supervivientes del Mesozoico deberán emprender una arriesgada odisea para mantenerse con vida. Pruebas no le faltarán a Aladar: tendrá que llevarse a los lemures consigo, y plegarse al rebaño del tiránico Kron, cuya hermana Neera está de muy buen ver (para ojos de Aladar, claro, que para nosotros los gatos, la Arlene de Garfield).
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
A finales de los '90s, los estudios de animación habían experimentado un enorme boom, con joyas como "Toy Story", "HormiguitaZ" o "El príncipe de Egipto". Disney, que había marcado el despegue con "La sirenita", "Aladino" y "El rey león", estaba quedándose atrás en su propio terreno. "Dinosaurio" fue el intento de retomar su posición en el mercado con fuerza, haciendo una de animación que resultara verdaderamente inolvidable. Bien, en esto último quedó un poco corto, porque lo cierto es que la película ha acumulado polvo en las estanterías desde el día de su estreno, aunque un tanto injustamente, porque si bien no es una pieza maestra, fílmicamente hablando, méritos propios no le faltan, y tiene un nivel bastante superior al promedio.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una aventura épica, hecha desde la pura óptica de la entretención, sin complejos. Pero una entretención de altura, hecha por todo lo alto, con un guión arquetípico (ya saben, joven pobre que conoce a princesa rica y se aparea con ella para hacerla poner huevos), pero a la vez cuidado, y sin excesivas concesiones a lo que malamente se entiende como "cine infantil". De hecho, cosa curiosa tratándose de una de Disney, no tiene canciones, lo que se agradece notablemente.
-- El apartado visual es todo lo majestuoso que se permite en la animación fílmica. Los paisajes son sumamente naturales, y los movimientos de los saurios son movimientos de saurio y no gestos de dibujo animado, para que nos entendamos. Los paisajes son realmente espectaculares, aunque se gozan mejor en pantalla panorámica que en las pulgaditas de un TV de casa. Secuencias como el robo del huevo de Aladar, o el impacto del meteorito, han sido resueltas sacándole todo el partido necesario a la historia.
-- El personaje de Aladar es un superhombre arquetípico (o supersaurio). Incluso comparte con Moisés el detalle de haber sido salvado de las aguas. Desde esta óptica, puede dársele a la peregrinación de la película en búsqueda de un equivalente de la Tierra Prometida un sentido inclusive religioso, algo que no debería ser raro, habida cuenta de que están los viejos valores familiares de los Estudios Disney detrás de este filme.
-- Las criaturas que se muestran (dinosaurios y lemures) son todo lo creíbles y verosímiles que cabe. No diremos "fidedignos", porque la colección de saurios presentados allí no son todo lo paleontológicamente correctos que deberían, pero como la intención es hacer una entretenida y no un National Geographic, pues eso no importa la gran cosa. Cuando vemos a un dinosaurio en la película vemos a un dinosaurio (aunque hable), y no a un sucedáneo de humano en piel de reptil. O sea, no veremos a dinosaurios con pulgares oponibles manipulando objetos o cosas parecidas.
IDEAL PARA: Entretenerse con una película confeccionada y cuidada hasta en los menores detalles.
Busca otras películas relacionadas:
2000,
Alfre Woodard,
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Julianna Margulies,
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Ralph Zondag
domingo, 18 de junio de 2006
"Dos por el dinero" (2005)
"Two for the money". Dirigida por D. J. Caruso. Protagonizada por Al Pacino, Matthew McConaughey, Rene Russo, Armand Assante, Jeremy Piven, Jaime King. Estados Unidos. Año 2005.
¿De qué se trata?
Cuando niño, el pobrecito prota estaba convencido de que si ganaba y ganaba trofeos en el olvidable rubro del deporte, papi se iba a quedar con él. No se quedó, la bebida fue más fuerte. Años después se hizo deportista profesional, hasta que una salvaje lesión lo dejó fuera de las pistas. Se dedicó a trabajar en el negocio de la consejería de apuestas (y es que los yankis de todo hacen negocio), hasta que lo llama un pez gordo ofreciéndole el empleo de su vida por hacer eso mismo, predecir apuestas. Cuando llega, descubre lo que todos más o menos sabemos por esa clase de películas estilo "Wall Street", en donde los arribistas se encuentran con que tienen que vender su alma al diablo para tener dinero, mujeres, etcétera. Bien, nuestro prota decide también que su alma está en venta por un módico precio, y se deja envolver por su nuevo jefe y su labia monumental (¡es Al Pacino, hombre, cómo no va a tener un buen blablá!). Le echa también un vistazo a la señora del jefe, que está madurona, pero aún sexy. Y en particular, le toma el gusto a eso de ser el as, el nuevo, el protegido, y no considera que los dioses son particularmente envidiosos del éxito de los mortales. El resto de la película es bastante predecible, pero aún así no voy a adelantar acontecimientos (además, me pregunto si vale la pena).
El espíritu de los tiempos.
En los '80s estuvieron de moda esas películas de arribistas que llegan a la cima vendiendo el alma al demonio, y después tratando de recobrarlas de vuelta. Se justificaba: era el tiempo de los yuppies, los Chicago Boys, la especulación y el dinero fácil, la época dorada en donde los sicarios de Ronald Reagan gustaban más de la especulación que del trabajo duro y honesto de toda la vida. Esos buenos y viejos tiempos nunca han vuelto, pero ese tipo de cine que contrapone el valor del individuo vs. la maldad de las corporaciones llegó para quedarse (pensamos en "Robots", "En buena compañía", etcétera). Esta película va más o menos por esos rumbos.
¿Por qué verla?
- A pesar de que la premisa de la película está vista a más no poder, el guión no toma el rumbo más obvio. O sea, no se decanta por el contraste maniqueo entre "pobres de toda la vida buenos vs. depredadores económicos malos", ni tampoco se va a meter a las procelosas aguas del triángulo amoroso (no de lleno, al menos). En ese sentido, la película tiene un desarrollo bastante humano y realista (descontado el hecho de que el prota es un prodigio adivinando resultados de partidos, a una escala virtualmente inhumana, pero en fin, esto es cine, después de todo), e intenta irse por el lado de la metáfora sobre que la vida es en general una apuesta (y por cierto, pusimos especial cuidado en decir la palabra "intenta" en vez de "consigue"). Se puede cuestionar qué tan entretenido o qué tanto jugo arroje este enfoque del guión, pero al menos toma algún riesgo en vez de seguir los trillados caminos de la moralina antitrust.
- Las actuaciones. Y es que después de verla, uno hasta cree que Matthew Conaughey, que ha hecho ilustres ridículos actorales en filmes como "Tiempo de matar", "Contacto", "U-571", "Experta en bodas", "El reinado del fuego" o "Cómo perder a un hombre en diez días", tiene en verdad dotes actorales. Al Pacino, por su parte, aunque no está en su mejor forma (hace años que no lo está), se deja de lado algunos tics y mañas propios de la edad (hacer papeles demasiado vociferantes para lucirse y cosas así) y se esfuerza por recrear un jefe que es también un ser humano bastante conflictuado, en las antípodas de su penoso rol como John Milton en "El abogado del diablo". Rene Russo, a pesar de estar vieja, flaca y huesuda en este filme, deja caer algún encanto madurón también. No son actuaciones que cambien la historia de la dramaturgia mundial, ni tampoco salvan por completo la película, pero al menos hacen más atractivo seguir el más bien plano desarrollo de la misma. Mención especial para Armand Assante, que aparece en apenas dos secuencias del filme, pero que en ellas demuestra por qué es Armand Assante, y tú a recolectar gavillas en el campo, hijo mío.
IDEAL PARA: Ver una película de trepas ambiciosos con actuaciones decentes y sin sobredosis de moralina.
¿De qué se trata?
Cuando niño, el pobrecito prota estaba convencido de que si ganaba y ganaba trofeos en el olvidable rubro del deporte, papi se iba a quedar con él. No se quedó, la bebida fue más fuerte. Años después se hizo deportista profesional, hasta que una salvaje lesión lo dejó fuera de las pistas. Se dedicó a trabajar en el negocio de la consejería de apuestas (y es que los yankis de todo hacen negocio), hasta que lo llama un pez gordo ofreciéndole el empleo de su vida por hacer eso mismo, predecir apuestas. Cuando llega, descubre lo que todos más o menos sabemos por esa clase de películas estilo "Wall Street", en donde los arribistas se encuentran con que tienen que vender su alma al diablo para tener dinero, mujeres, etcétera. Bien, nuestro prota decide también que su alma está en venta por un módico precio, y se deja envolver por su nuevo jefe y su labia monumental (¡es Al Pacino, hombre, cómo no va a tener un buen blablá!). Le echa también un vistazo a la señora del jefe, que está madurona, pero aún sexy. Y en particular, le toma el gusto a eso de ser el as, el nuevo, el protegido, y no considera que los dioses son particularmente envidiosos del éxito de los mortales. El resto de la película es bastante predecible, pero aún así no voy a adelantar acontecimientos (además, me pregunto si vale la pena).
El espíritu de los tiempos.
En los '80s estuvieron de moda esas películas de arribistas que llegan a la cima vendiendo el alma al demonio, y después tratando de recobrarlas de vuelta. Se justificaba: era el tiempo de los yuppies, los Chicago Boys, la especulación y el dinero fácil, la época dorada en donde los sicarios de Ronald Reagan gustaban más de la especulación que del trabajo duro y honesto de toda la vida. Esos buenos y viejos tiempos nunca han vuelto, pero ese tipo de cine que contrapone el valor del individuo vs. la maldad de las corporaciones llegó para quedarse (pensamos en "Robots", "En buena compañía", etcétera). Esta película va más o menos por esos rumbos.
¿Por qué verla?
- A pesar de que la premisa de la película está vista a más no poder, el guión no toma el rumbo más obvio. O sea, no se decanta por el contraste maniqueo entre "pobres de toda la vida buenos vs. depredadores económicos malos", ni tampoco se va a meter a las procelosas aguas del triángulo amoroso (no de lleno, al menos). En ese sentido, la película tiene un desarrollo bastante humano y realista (descontado el hecho de que el prota es un prodigio adivinando resultados de partidos, a una escala virtualmente inhumana, pero en fin, esto es cine, después de todo), e intenta irse por el lado de la metáfora sobre que la vida es en general una apuesta (y por cierto, pusimos especial cuidado en decir la palabra "intenta" en vez de "consigue"). Se puede cuestionar qué tan entretenido o qué tanto jugo arroje este enfoque del guión, pero al menos toma algún riesgo en vez de seguir los trillados caminos de la moralina antitrust.
- Las actuaciones. Y es que después de verla, uno hasta cree que Matthew Conaughey, que ha hecho ilustres ridículos actorales en filmes como "Tiempo de matar", "Contacto", "U-571", "Experta en bodas", "El reinado del fuego" o "Cómo perder a un hombre en diez días", tiene en verdad dotes actorales. Al Pacino, por su parte, aunque no está en su mejor forma (hace años que no lo está), se deja de lado algunos tics y mañas propios de la edad (hacer papeles demasiado vociferantes para lucirse y cosas así) y se esfuerza por recrear un jefe que es también un ser humano bastante conflictuado, en las antípodas de su penoso rol como John Milton en "El abogado del diablo". Rene Russo, a pesar de estar vieja, flaca y huesuda en este filme, deja caer algún encanto madurón también. No son actuaciones que cambien la historia de la dramaturgia mundial, ni tampoco salvan por completo la película, pero al menos hacen más atractivo seguir el más bien plano desarrollo de la misma. Mención especial para Armand Assante, que aparece en apenas dos secuencias del filme, pero que en ellas demuestra por qué es Armand Assante, y tú a recolectar gavillas en el campo, hijo mío.
IDEAL PARA: Ver una película de trepas ambiciosos con actuaciones decentes y sin sobredosis de moralina.
Busca otras películas relacionadas:
-- Al Pacino,
2005,
Bajo Mundo
"Superman III" (1983).
-- "Superman III". Estados Unidos. Año 1983.
-- Dirección: Richard Lester.
-- Actuación: Christopher Reeves, Richard Pryor, Jackie Cooper, Marc McClure, Annette O'Toole, Robert Vaughn, Annie Ross, Pamela Stephenson, Margot Kidder.
-- Guión: David Newman y Leslie Newman, basados en el personaje creado por Jerry Siegel y Joe Shuster.
-- Banda Sonora: Ken Thorne.
-- "Superman III" en IMDb.
-- "Superman III" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Un parásito del seguro social se hace notar demasiado, y por tanto es echado incluso de esa bolsa de mendigos, así es que tiene que buscarse trabajo. Inesperadamente, resulta tener talento para las computadoras (o lo que en esa época arqueozoica podían llamarse como tales), y mediante una estafa se hace con 85 mil. Como su jefe es el villano principal y por lo tanto es inteligente, no se acabrona, sino que le ofrece trabajo como el computín que se apoderará del mundo. Mientras tanto, Clark Kent regresa a su pueblucho Smallville, en la América Profunda, y se encuentra con su antigua compañera Lana Lang, sexy a pesar de los años pasados (maternidad incluida). Cuando está por iniciar el romance, Superman entra en acción para detener a los villanos, por lo que éstos se fastidian. El malo malísimo ordena al computín fabricar kryptonita recopilando información de un satélite artificial, y como este milagro de la oligofrenia humana es interpretado por Richard Pryor (no se crean, los autistas estilo Rain Man también son buenos con los números), pues bien, le mete nicotina a la mezcla. El resultado es una kriptonita que no mata a Superman, pero que lo vuelve progresivamente malo. El supervillano, por su parte, auxiliado por su amigo el computín imbécil (¡y negro, más encima, que no digan que la película no es racista!), se construye una supercomputadora que supuestamente va a controlar el mundo. ¿Alcanzará Superman a detener a esta banda de descerebrados, antes de volverse por completo malo...? (un dato: apuesten a que sí).
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Después del exitazo de las dos entregas anteriores de Superman ("Superman" y "Superman II"), la tercera se imponía casi por presencia. Como se mantuvo Richard Lester en la dirección desde la última entrega, impuso sus propios cánones. Es decir, su visión personal de Superman iba a ser en clave de comedia estilo The Beatles, o sea, de payasada chusca y absurda. Desmitificar una historia siempre es filón eficaz para extraerle aún más jugo, como bien lo sabía la gente tras "Viaje a las estrellas IV", pero digámoslo de una vez y con todas sus letras: aquí no trabaja la gente de "Viaje a las estrellas IV".
¿POR QUÉ VERLA?
-- Supuestamente es "una de superhéroes" en clave de desmitificación. Para eso el protagonismo está repartido entre el caucásico superhumano Superman, y el negrito estúpido para todo lo que no tenga que ver con computadoras, que representa al hombre común, al peatón de la calle, con el cual todos nos podemos identificar. La cosa hubiera resultado interesante, de no ser porque dicho papel recayó en el pesadote de Richard Pryor. Qué caray, un siglo entero luchando por los derechos civiles de los negros, y luego llega un negro haciendo humor afroamericano políticamente incorrecto, que dan ganas de regresarlos a todos a las algodoneras bajo el látigo, pero en fin.
-- Richard Lester trata de construir una visión más distendida de los superhéroes, imponiéndole un tono de comedia. Claro que se trata de la vieja comedia de gags, sobre lo que no hay mucho de novedoso. Algunos chistes son buenos, pero en general el nivel es más bien mediocre. No cabe duda de que el "Superman malo" es interpretado al máximo por un Christopher Reeves más brillante que nunca, pero las maldades de Superman son tan estúpidas, que ni siquiera son risibles, por no hablar de que tampoco son verdaderamente malignas (apagar la antorcha de los Juegos Olímpicos y cosas así). Esto es lo que pasa cuando dejas a Richard Lester campear a sus anchas en una de superhéroes, no como en "Superman II" en donde casi todo el trabajo se lo había hecho Richard Donner, y Lester apareció casi para la sola firma en los créditos, por mandato de Warner Bros., que eran los que ponían dinero y distribución (y para que después no dijeran nada sobre vagancia y parasitismo, Lester había regrabado algunas secuencias de "Superman II").
-- Toda la trama gira en torno a las computadoras y lo que pueden hacer. Algo que en su tiempo era novedoso, pero hoy en día... Bien, la película tiene algo de nostálgico por eso mismo, casi como emprender un tour arqueológico por las ruinas de Luxor o algo así. Ya por eso, gana hartos enteros.
IDEAL PARA: Ver una de superhéroes de manera distendida y relajada. De manera MUY distendida y relajada. De la manera MÁS DISTENDIDA Y RELAJADA que se pueda.
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1983,
Supercomputadora,
Superhéroes
jueves, 15 de junio de 2006
"Kiltro" (2006).
-- "Kiltro". Chile. Año 2006.
-- Dirección: Ernesto Díaz Espinoza.
-- Actuación: Marko Zaror, Caterina Jadresic, Miguel Angel de Luca, Daniela Lhorente, Luis Alarcón, Alejandro Castillo, Man Soo Yoon, Ximena Rivas, Alex Rivera.
-- Guión: Ernesto Díaz Espinoza.
-- Banda Sonora: Rocco.
-- "Kiltro" en IMDb.
-- "Kiltro" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Hace dos años atrás, el "Kiltro", un joven vagabundo sin otro oficio ni beneficio que liarse a mamporros en el emblemático barrio Patronato de Santiago, quedó convertido en un cachorrillo babeante cuando a golpazo limpio rescató a Kim, una linda jovencita de ascendencia asiática, de unos ladrones candidatos a violadores, y en recompensa recibió un besito en la boca. Pero desde entonces, la veleidosa chica no ha vuelto a darle apunte al muchacho, que llora, sufre y pena por la chica, y se desquita haciéndole un recorrido por todas las constelaciones del cielo a su rival en amores, artísticas golpizas mediante. Pero cuando las cosas se ponen cada vez más tenebrosas para el chico de los golpes tristes, he aquí que regresa un viejo fantasma del pasado, un hombre que busca venganza contra aquellos quienes lo humillaron y lastimaron. En el extenso listado de ítemes liquidables de la venganza, están tanto el coreano que es papito de Kim, como el mismísimo Kiltro, porque después de todo, él es hijo de uno de quienes hicieron quedar mal al villano. Ni corto ni perezoso, el Kiltro aprovecha su oportunidad para poner a Kim de su lado. Pero el villano deja al Kiltro hecho una cola entre las piernas, de modo que la única salida posible es enviar al peleador al norte, lejos de Santiago, en donde recibirá entrenamiento para convertirse en un verdadero luchador.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Como comentábamos a propósito de otros estrenos del 2006 ("Fuga", "Límite"), en Chile el cine de género está consolidándose, prueba viva de que el costumbrismo cinematográfico de tiempos pasados está batiéndose en retirada (por suerte). O sea, la identidad cultural de Chile pasa ahora por algo que busca conectar lo local y criollo, encarnado en este filme en particular en las secuencias del Barrio Patronato, y lo universal, que en este caso son los códigos fílmicos de las pelis de karatekas de Bruce Lee, las primeras de Jackie Chan y toda la larga tradición hongkonesa de los '70s. En ese sentido "Kiltro", a pesar de ser promocionada como "la primera de artes marciales en Chile", realmente es menos que eso, y también más, a un tiempo. Es menos, porque toma la tradición de esos venerables filmes bastante en solfa. Y es más, porque integra varios elementos muy reconocibles para el público chileno: la presencia de las colonias de inmigrantes extranjeros (árabes, coreanos), el bajo mundo (el barrio Patronato, los centros de entrenamiento de karatekas de población, etcétera), y una serie de paisajes que son muy característicos de Chile, por vegetación y arquitectura.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una estupenda película de género, que consigue el casi imposible de aunar los códigos y tópicos propios de éste (en este caso, el mencionado cine de artes marciales), con una tradición localista, en una mixtura delicada que en ningún caso abusa de las dos temibles lacras del apego al modelo preestablecido (ni su contrario, el parodiarlo a mansalva), ni tampoco del costumbrismo trasnochado que es la marca de fábrica que según algunos atrasados de noticias que se quedaron pegados en los '70s, debe tener toda película chilena que se precie de tal.
-- La fotografía es impecable. Acompaña muy bien al filme, deja realmente con la boca abierta en algunos trechos, pero en ningún caso se pasa de pretenciosa. Es una película que podría estar ambientada en cualquier parte del mundo, pero el adecuado uso de escenografías chilenas muy bien escogidas (el barrio Patronato, las dunas de Ritoque, los poblados campesinos de la IV Región) le otorgan un sabor especial.
-- La nómina de actores no podría estar mejor elegida. Marko Zaror, que hace el primer protagónico de su magra filmografía (su mejor crédito es haber sido doble de La Roca, para que nos entendamos), compone a un prota en la mejor tradición del duro con corazón, que se hace muy querible a punta de carisma. Caterina Jadresic, como objeto de deseo del Kiltro, también está en su punto, más allá de una cara bonita. Luis Alarcón y Alejandro Castillo muestran la solvencia que les es habitual en sus roles secundarios, y Miguel Angel de Luca como el villano consigue imponer presencia a pesar de que, en estricto rigor, no tiene grandes escenas. Ya sé lo que van a decir: siendo una peli romántica con artes marciales de aderezo, ¿qué tan difíciles pueden ser estos papeles para ser interpretados? La verdad es que no mucho, pero considerando que incluso en filmes hollywoodenses se ve a actores en roles aún más básicos pifiarla en proporciones aberrantes, el tener a una plantilla de actores que trabajen como un solo hombre es algo enormemente gratificante.
IDEAL PARA: Ver una entretenida frikada de artes marciales y romance con el sabor típico "made in Chile".
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2006,
Artes Marciales,
Cine de Chile
domingo, 11 de junio de 2006
"X-Men III: La batalla final" (2006).
-- "X-Men: The Last Stand". Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Brett Ratner.
-- Actuación: Hugh Jackman, Halle Berry, Ian McKellen, Famke Janssen, Anna Paquin, Kelsey Grammer, Rebecca Romijn, James Mardsen, Shawn Ashmore, Aaron Stanford, Vinnie Jones, Patrick Stewart, Ben Foster, Dania Ramirez, Ellen Page.
-- Guión: Simon Kinberg y Zak Penn.
-- Banda Sonora: John Powell.
-- "X-Men III: La batalla final" en IMDb.
-- "X-Men III: La batalla final" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Las aguas están revueltas. Los Hombres X no lo pasan muy bien porque su líder Cíclope, en vez de tragarse virilmente las lágrimas por su amorcito perdido (Jane Grey, muerta en la entrega anterior, se la pasa llorando como una magdalena por los rincones. Su archinémesis Magneto no está mucho mejor, porque está en fuga permanente, y para colmo, su brazo derecho Mystique fue capturada por el Gobierno. Y si creían que con esto los mutantes tenían las manos llenas, pues hay más. Una nueva amenaza se cierne sobre los mutantes: un chico en cuyo entorno inmediato desaparece toda clase de poder, habilidad o capacidad mutante, ha sido reclutado por una empresa farmacéutica para crear la cura contra el gen X. Algunos mutantes se pliegan y buscan una cura para su "enfermedad", mientras que otros, orgullosos de ser superiores a los simples peatones de la calle, se preparan a resistir, por la violencia si es preciso. Y aún se pone peor: Jane Grey resucita al mejor estilo Jason Vorhees (sí, saliéndose del lago en que quedó sumergida en la entrega anterior), pero cuando lo hace, lo hace con un poder telequinético que está radicado no en su mente consciente, sino en un vasto subcontinente mental que se cobija bajo la personalidad alternativa de Fénix (sí, Jane no era tan buenita como se veía... o como las envidiables formas físicas de Famke Janssen hacían ver). Ahora, los hombres X deben lidiar con la doble amenaza de Magneto, quien pretende la aniquilación completa de la "cura", y de Fénix, tan poderosa que es capaz de ponerse frente a frente con el profesor Charles Xavier y hacerle guapos, y quedar quítame el polvo del camino de ello.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En el año 2000, y después del receso de los clásicos Superman y Batman, la película "X-Men" inició la moda de los filmes de superhéroes, trayéndonos consigo la avalancha Marvel de "Spiderman", "El Castigador", "Hulk", "Daredevil", más alguna secuela y spin-off adicional. "X-Men II" repitió el éxito, así es que debía ser completada la trilogía. Una tercera entrega que se veía como problemática, porque Bryan Singer, director de las dos primeras, había hecho suyos los personajes como nadie, pero para la tercera dijo "no" porque se iba a hacer la nueva entrega de cierto patriota yanki de capa voladora que le teme a la kriptonita (llevándose a James Mardsen, "Cíclope", de paso; véase para ello "Superman regresa"). La labor recayó en Brett Ratner, quien tiene entre sus créditos "Una pareja explosiva" y secuela (y viene una tercera), y "Dragón rojo"; o sea, director discreto y eficiente. El resultado no es todo lo bueno que podría haber sido, pero tampoco todo lo catastrófico que más de alguien se esperaba. Si "X-Men" era una película incrustada en el ocaso de la Era Clinton, con vientos de fascismo circulando solapadamente por los corredores, éste filme es muy Era Bush, ya que plantea de manera bastante cruda dos problemas éticos modernos: ¿cómo evitar que el exceso de poder lleve al abuso del mismo?, y ¿es posible crear barreras de contención entre comunidades de seres humanos, si la ciencia moderna es perfectamente capaz de demoler esas barreras... o de crear otras nuevas...?
¿POR QUÉ VERLA?
-- El guión cumple solventemente con lo que se espera de una película que es anunciada como "la última de la trilogía". Es decir, los personajes de las entregas anteriores se encuentran finalmente con su destino, y para algunos de ellos, no diremos cuáles, ese destino es la muerte. Lo que no evita algunos vicios de marketing como, por ejemplo, introducir algunos nuevos mutantes porque sí, sin que resulten un gran aporte a la trama (léase Arcángel o Juggernaut). Y he aquí el problema de la peli: una historia tan embrollada resuelta en una hora y cincuenta minutos, queda a ratos en borrador grueso, sin mucha sutileza en el desarrollo de personajes y todo eso que hace grande a una historia cualquiera, no sólo una de superhéroes. Y aunque en estricto rigor no quedan cabos sueltos, lo cierto es que queda más de alguna hilacha suelta en la densa trama de la alfombra mutante, que podría llevar eventualmente (¿por qué no?, el negocio manda) a una cuarta parte. Por lo pronto es casi oficial que se rodará una película basada en el personaje de Wolverine...
-- Vemos en escena un complejo dilema ético. Después de todo, si Fénix pudo nacer dentro de la mente de Jane Grey, fue porque el Profesor Xavier hizo algo que no debía. Lo hizo con las mejores intenciones del mundo, y nunca creyó que las cosas pudieran salir mal... pero salieron mal. Los refunfuños de Magneto porque Xavier se la pasa sermoneándolo para que "vuelva al buen camino", están más que justificados, porque el jefe de los hombres X resulta al final ser un simple ser humano, que puede verse sutilmente tentado, arrastrado por las hebras del poder... ¿Cuántas veces no nos hemos encontrado con sangrientos dictadores convencidos de que sus actos eran el designio de Dios para grandeza de su pueblo, del que se consideran la fuente de su felicidad...?
-- El elenco está sólido, como ya es tradición en la saga, aunque sus actuaciones desmerecen un poco (pareciera ser que Singer es mejor director de actores que Ratner, más preocupado de la espectacularidad y los efectos especiales, para que nos entendamos). Ian McKellen roba cámara allí donde va, como de costumbre, y si Patrick Stewart no le hace oposición, es porque en definitiva su personaje no aparece con todo el protagonismo que tenía en las películas anteriores. Jackman, Berry y Paquin están aceptables en sus roles, y las grandes sorpresas son Rebecca Romijn, que compone una Mystique aún más fiera y letal que en las entregas anteriores, si es que cabía, y la novata Ellen Page, que en su brevísima aparición como Kitty Pride se roba la pantalla a todo lo ancho. ¿El lunar negro? Famke Janssen, cuyo personaje no había tenido mucho que hacer en "X-Men" y "X-Men II", como pasivo objeto de deseo de Cíclope y Wolverine, pero que ahora, al gravitar media película sobre ella, demuestra lastimosamente que su talento actoral no está a la altura de su belleza pectoral (¿les gustó mi horripilante versito?). La mala noticia es que, después de seis años desde la primera, es notorio que el Padre Tiempo ha pasado por Janssen, Berry, Paquin y Romijn, y ya no se ven tan suculentas como en la primera parte, lo que puede pasar por venial en una saga normal y corriente, pero que en una de superhéroes, en donde se supone por convención del género que las chicas son siempre bonitas, siempre curvilíneas, y siempre de 25-30 aunque su primera aparición en la historieta haya sido el siglo pasado, es un demérito, ¿no?
IDEAL PARA: Ver en qué termina el asunto ése de los mutantes.
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2006
"Superman II" (1980).
-- "Superman II". Estados Unidos. Año 1980.
-- Dirección: Richard Lester, con Richard Donner sin acreditar.
-- Actuación: Christopher Reeves, Gene Hackman, Ned Beatty, Jackie Cooper, Terence Stamp, Sarah Douglas, Margot Kidder, Valerie Perrine, Susannah York.
-- Guión: Mario Puzo, David Newman y Leslie Newman, con aportes de Tom Mankiewicz sin acreditar, sobre una historia del primero, basados en los personajes creados por Jerry Siegel y Joe Shuster.
-- Banda Sonora: Ken Thorne.
-- "Superman II" en IMDb.
-- "Superman II" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Un grupo terrorista, abuelito lejano de Al Qaeda, pone una bomba atómica en la Torre Eiffel de París. Para variar un poco, la entrometida Lois Lane se mete debajo del ascensor donde está la bomba. Cuando está a punto de convertirse en una reporteril nube radiactiva, es salvada por el hombre de las mallas coléricas, Superman himself, quien envía la bomba atómica al espacio exterior. Un efecto indeseado de la explosión es que (¡AUCH!) hace pedazos la Zona Fantasma, lugar en donde estaban recluidos tres supervillanos kryptonianos, quienes viajan al "planeta Houston" (es decir, la Tierra) para establecer su dominio mundial. ¿Quién les va a plantar cara? Si dijeron "Superman", piénsenla dos veces. El forzudo de mallas, en el intertanto, le ha revelado su identidad secreta a Lois Lane y renuncia a su superhumanidad alienígena para estar con ella (¿es que a ella no le gusta el sexo superrrápido?). Así es que, mientras el General Zod y sus secuaces cometen el sacrílego acto (para ojos yankis) de arrodillar nada menos que al Presidente de Estados Unidos (y yo que creía que el hombre más poderoso del mundo era el director de Shell Company), Clarkie enfrenta las consecuencias desagradables de ser humano, incluyendo ver su propia sangre en una vulgar riña de cantina... (¿qué se siente, Supie?).
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Esta película nació como gemela de "Superman". Y es que la historia (¡creada por Mario Puzo, el tipo de "El Padrino"!) daba para un guionazo, así es que los productores, sabiendo que tenían pan caliente entre las manos, la fraccionaron en dos (razón por la que aparecen casi todos los personajes de la primera, a veces en roles casi decorativos). El resultado fue que Richard Donner dirigió la segunda casi entera, pero cuando estaba casi listo, los estudios Warner decidieron prescindir de sus servicios (por decirlo diplomáticamente) y contrataron a Richard Lester, que en los '60s había marcado época dirigiendo las películas de The Beatles, pero que en lo de superhéroes, pues bien... eso no era lo suyo, definitivamente.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una película de superhéroes más "canónica". Es decir, hay supervillanos con superfuerza con los que liarse a puñetazos, algo que no se vio en la primera. Esta es una buena razón, para los amantes del cine de superhéroes.
-- Trata el tema del "lado humano" de Superman. Lo hace con la sutileza de un camionero al volante, claro está (todo se reduce a una pelea en una fuente de soda), pero incluso de esta lección de como hilvanar mal una historia, se puede sacar algo: queda bien clarito que los demiurgos y semidioses salvadores se hacen humanos cuando les conviene, pero cuando las cosas vienen mal dadas, se acuerdan enseguida de que tienen al alcance todo un arsenal de herramientas sobrehumanas con los que cargarse a los pecadores que los molestan. Era así en tiempos de Dionisio en la Antigua Grecia, de cierto predicador galileo en la Palestina del Imperio Romano, y sigue siendo así en esa encarnación moderna de los semidioses que son los superhéroes.
-- Sarah Douglas. Su personaje de supervillana fetichista y con ciertos tintes sadomasoquistas es todo lo perverso que se espera de un vill... ¡Bah, a quién le interesa la filosofía, digamos de una que la tía estaba más buena que la mermelada de moras! Y es que no hay nada más bueno que una gata mala... Años después tendría un rol secundario en "V", la serie televisiva de lagartos comerroedores, y le pondría condimento a "Conan el Destructor" como la pérfida Reina Taramis.
-- Los efectos especiales siguen siendo tan buenos como en la primera, y no se ven envejecidos. No en exceso, al menos.
IDEAL PARA: Ver a un hombre en mallas liado a mamporros con tres superfortachones salidos de un bar sadomaso tipo Village People.
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1980,
Superhéroes,
Supervillano
jueves, 8 de junio de 2006
"El Código Da Vinci" (2006).
-- "The Da Vinci Code". Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Ron Howard.
-- Actuación: Tom Hanks, Audrey Tautou, Ian McKellen, Jean Reno, Paul Bettany, Alfred Molina, Jürgen Prochnow, Etienne Chicot, Jean-Pierre Marielle.
-- Guión: Akiva Goldsman, basado en la novela de Dan Brown.
-- Banda Sonora: Hans Zimmer.
-- "El Código Da Vinci" en IMDb.
-- "El Código Da Vinci" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Mientras da una conferencia en París, el especialista en simbología Robert Langdon es "invitado" por la policía de París al Museo del Louvre, ya que sus conocimientos sobre esoterismo y abracadabra pueden ayudar en un misterioso crimen: el Conservador del museo ha aparecido muerto y desnudo, tirado en el piso como el hombre de Vitrubio (¡el dibujito ése del cuerpo humano con brazos y piernas extendido, de Leonardo da Vinci, no sean ignorantes, por favor!). Las cosas se complican cuando aparece una pizpireta criptóloga que revela ser la nieta del individuo, y que posee claves importantísimas para llegar hasta un gran secreto escondido: el priorato de Sión, una vieja orden esotérica, ha estado en lucha perenne contra la Iglesia Católica para proteger el Santo Grial, la sangre de Jesús, que no es otra cosa sino su descendencia (sí, Jesús según la película, tuvo descendientes). Y se complican aún más cuando un monje albino sacado de la mejor tradición Bond, James Bond, se pone a perseguir a la parejita (o sea, máquina de matar psicótica, y físicamente freak), porque el Opus Dei está metido hasta el pescuezo en el lío, y busca silenciar a como dé lugar a los sostenedores de tan importante secreto.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Se dice que un día en la playa, Dan Brown estaba leyendo un libro de Sidney Sheldon, cuando se fastidió diciendo "¡hasta un imbécil como yo puedo escribir algo mejor!". Y lo escribió. Y se supone que es mejor (claro que para mejores que ambos, Hawthorne, Borges, Lem...). Después de un par de arrebatos literarios parió "El Código Da Vinci", una novela pésimamente hilvanada y aún peor escrita, pero que con el cebo de "aquí encontrarás los secretos que nadie más te ha contado antes", se transformó en superventas mundial. Y es innegable que la novela cayó en terreno abonado: el tema de la religión ha ido cobrando vuelos cada vez mayores, gracias a Su Majestad el Presidente de los Estados Unidos George W. Bush, y a Benedicto XVI, por no hablar de los talibanes. La novela combina una serie de elementos ganadores: trama policíaca (armada con calzador, pero policíaca a fin de cuentas), la Iglesia Católica son los malos (tienen que serlo, si son todos unos pederastas, ¿no?), los "buenos" defienden a una diosa femenina (guiño al auge del movimiento hembrista actual), y hay referencias esotéricas para que el lector se sienta partícipe de un gran secreto y por ende pueda mirar por encima del hombro a su vecino ("Yo leí el Código Da Vinci, y por eso sé más cosas que tú, pobre pagano"). Por supuesto que más tarde o temprano iba a venir una película. Y por supuesto que, para preservar los sacrosantos equilibrios en la boletería de los cines, iba a ser una película harto respetuosa con el material original, por lo que el filme sobre esta pésima novela iba a ser también un pésimo filme. O quizás no tan malo (al menos no aburre en CASI ningún minuto), pero tampoco es una belleza de película. Y es que en definitiva, como mucho mejor plantea "El péndulo de Foucault" de Umberto Eco, sobre el mismo tema, quizás al final todo esto del esoterismo barato sea pura y simple agua de borrajas...
¿POR QUÉ VERLA?
-- Salvo detalles puntuales, lo cierto es que la película es casi ciento por ciento fiel a la novela. Ahora bien, para los puristas esto puede resultar un plus, pero considerando el debilísimo argumento, eso es más que discutible. En la novela teníamos una criptóloga que no resolvía nada, un especialista en símbolos que no explicaba el simbolismo de nada (y cuando debe hacerlo de verdad, recurre a otro especialista con toda la humildad del mundo), y un detective incapaz de llevar adelante una investigación coherente, y, oiga usted, pues esas cosas podrían haberlas mejorado un poquito en la película, ¿no? Es decir, no hacía falta ser tan canónico eonl material original incluso en esos pequeños defectillos, ¿no? Eso, por no hablar de que al final, el baile de sospechosos candidatos a ser el "malo malísimo" llega a dar risa. Digamos que la película contó en el guión con los oficios de Akiva Goldsman, ilustre perpetrador de guiones como "El cliente", "Tiempo de matar", "Batman eternamente", "Batman y Robin", "Perdidos en el espacio", "Una mente brillante" y "Yo, robot". Ya saben a lo que van. Sí, el guionista de las dos Batman de Joel Schumacher adaptó a Dan Brown. Así de terrorífico. Más incluso que el Opus Dei.
-- Es una de Ron Howard. Y por ende, posee todo el "estilo" de una dirigida por Ron Howard: es decir, es una película técnicamente sólida como una casa, pero que carece de cualquier detalle que pudiera ser considerado como mínimamente imaginativo. Su currículum incluye "Splash", "Cocoon", "Willow", "Un horizonte lejano", "Apolo 13" y "Una mente brillante", para que nos entendamos. O sea, "El Código Da Vinci" tiene una buena fotografía, un buen uso de escenarios y un buen elenco, pero ninguna escena verdaderamente memorable... y eso que está tratando con los más sagrados misterios del Cristianismo. Quizás lo mejor esté en el sentido épico y un cierto airecillo bigger than life que le añaden las "escenas para el recuerdo", ya que las aburridas conversaciones intelectuales son sazonadas con imágenes de la Antigua Roma, el Concilio de Nicea (debe ser la primera vez que vemos una escena de este memorable momento histórico en el cine), las Cruzadas, la cacería de los templarios y la quema de brujas en la Edad Media. Lástima que no duren más de un minuto cada una, con suerte. En cuanto a la dirección de actores, brilla por su ausencia. No es que sus roles fueran la gran cantera de material dramático en la novela, pero eso podrían haberlo mejorado un poquitito en el trasvasijado al cine. En ningún minuto Tom Hanks impone el respeto que debería generar un catedrático de reputación internacional, mientras que Audrey Tatou actúa en piloto automático, lejos del encanto desplegado en "Amelie", y en cuanto a Ian McKellen (Gandalf en "El Señor de los Anillos" y Magneto en "X-Men"), hace el payaso más absoluto (involuntariamente) tratando de darle algo de seriedad a un personaje que no la tiene por ninguna parte.
-- El tratamiento del tema de la religión, de veta claramente gnóstica, masónica y demiúrgica, es algo también digno de verse. Lástima que antes, Discovery Channel y Nat Geo hayan saturado la parrilla programática con documentales y "documentales" sobre los mismos temas, a propósito del mismísimo Código Da Vinci (en esa época, en novela todavía)... O sea, aplicando televisionismo inverso, usted puede ver un documental Nat Geo sobre el Código Da Vinci de una hora, y sale lo mismo, pero sin la cara de pasmado de Tom Hanks.
-- Hans Zimmer. Este destacado soundtrackista compone una banda sonora que es indigna de la película a la que soporta (o al revés, mejor dicho: esta película no se merece semejante soundtrack). Usa los clásicos coros de iglesia, sin abusar de ellos, no resulta especialmente estridente, y a ratos pareciera que la película avanza sólo porque la música genera el efecto envolvente sobre la trama que no consiguen ni las alicaídas actuaciones, ni lo aburrido del guión, ni la poco imaginativa fotografía. La recomendación personal del General Gato es que si tienen un dinerillo para gastar en "El Código Da Vinci", no lo inviertan ni en la novela ni en el DVD, sino que le den la oportunidad a la banda sonora, que seguro es mejor inversión (y si quiere leer la novela o ver la película por esnobismo, piense cuánto más snob se verá diciendo "yo tengo el CD").
IDEAL PARA: Hacer vida social ulterior diciendo "yo ví la peli del código ése. Y no era tan buena" (u optativamente, a según los gustos y el público: "Y no era tan mala").
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domingo, 4 de junio de 2006
"Superman" (1978).
-- "Superman". Estados Unidos. Año 1978.
-- Dirección: Richard Donner.
-- Actuación: Christopher Reeves, Marlon Brando, Gene Hackman, Ned Beatty, Jackie Cooper, Glenn Ford, Margot Kidder, Valerie Perrine, Susannah York, Jeff East.
-- Guión: Mario Puzo, David Newman, Leslie Newman, Robert Benton, y Tom Mankiewicz (este último sin acreditar), sobre una historia de Mario Puzo, basados en el personaje creado por Jerry Siegel y Joe Shuster.
-- Banda Sonora: John Williams.
-- "Superman" en IMDb.
-- "Superman" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Para los que han estado debajo de una piedra durante los últimos treinta años (o setenta, si sumamos la historieta): la sociedad perfecta del planeta Krypton está a punto de irse al demonio por una fatal combinación de supermonstruoso fenómeno espacial con inepcia política superior. Jor-El sabe que no puede abandonar Krypton, porque a los disidentes los castigan enviándolos a una prisión 2D flotante en el espacio, pero como no ha prometido nada sobre su hijo Kal-El, pues bien, lo monta en un artefacto espacial que lo hará recorrer seis galaxias y lo llevará hasta la Tierra. Una vez que el chichichu tecnospacial se estrella con la Tierra, unos granjeros de la América profunda llamados los Kent lo recogen. Kal-El crece bajo la identidad de Clark Kent, y sufre las privaciones de todo joven, hasta que experimenta el dolor en carne propia al morir su padre, pese a sus superpoderes (nosotros también: el gran Glenn Ford aparece menos de cinco minutos en pantalla). Viaja hacia el norte, en donde un supercristal de su mundo le ahorra la faena de construirse una baticueva, levantando la Fortaleza de la Soledad. Llega entonces a Metrópolis, bajo la identidad del tímido y torpe Clark Kent, y comienza su cruzada para luchar contra el mal, con las mallas pseudogay de Superman. Ahora habrán dos amenazas en su vida: el malvado científico loco Lex Luthor, quien planea una maquiavélica operación especulativa con bienes raíces que involucra revalorizar terrenos con un par de bebés nucleares gentilmente donados por el U.S. Army, y la pizpireta reportera Lois Lane, tan preocupada de las hazañas superheroicas del macho kryptoniano como de si la totalidad de sus, ejem, funciones orgánicas corporales, son como la de los humanos con testosterona en las venas.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Para gusto de unos y disgusto de otros, es innegable que Superman es el más clásico, además del primero (nacido en 1938), de los superhéroes. Para 1978, año en que se cumplían 40 (terrestres) del kryptoniano, los productores sabían que tenían algo grande entre las manos. Tanto, que el guión original intentaba hacer un espectáculo colosal que agotara todos los aspectos del mito. Para darnos una idea: estaba metido Mario Puzo, por ese entonces guionista hot gracias a "El Padrino" y "El Padrino II". Conscientes de que la gallina de los huevos de oro podía dar mucho de sí, dividieron el guión en dos, razón por la que "Superman" y "Superman II" fueron rodados de manera casi simultánea. La aventura podía parecer toda una locura, porque hasta el momento sólo habían seriales de matinée y series de TV como adaptaciones del personaje, pero nadie había soñado con llevar a un superhéroe al cine como un filme de alto presupuesto. Después de todo, los superhéroes eran cosas para niños, y no "cine serio" (díganle eso a los ejecutivos de Hollywood hoy en día). El resultado sobrepasó todas las espectativas, y aún hoy el filme se mantiene como el epítome de lo que debe ser una buena película de superhéroes.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Superman es el más famoso y representativo de los superhéroes. Ya ese solo valor sociológico justifica echarle un vistazo a este filme. En particular con una adaptación tan fiel a lo que es el espíritu de la historieta (o lo que era en 1978, porque desde entonces acaeció la Crisis de las Tierras Infinitas y el guión de Superman sufrió algunas drásticas revisiones, incluyendo convertir a Lex Luthor de científico loco en empresario maquiavélico, pero en fin).
-- Christopher Reeves. Los productores apostaron fuerte dándole el rol principal a un actor incipiente casi sin currículum, y obtuvieron resultados con creces. Reeves hizo tan suyo el rol, que ninguno de los supermanes posteriores ha conseguido emular su magia. Y Reeves, por su parte, aunque no logró desmarcarse del personaje que le dio fama, sí que pudo hacerse reconocer por sus dotes actorales en variados otros filmes ("Los bostonianos", "Pídele al tiempo que vuelva", "Lo que queda del día").
-- Gene Hackman. Lo más débil de la trama es, sin duda, el absurdo complot de Lex Luthor (¡y es que con milicos tan torpes, hasta el General Gato quien esto escribe se roba una cabeza nuclear el próximo fin de semana!), pero Hackman le inyecta tanto carisma y presencia a su personaje, que se disculpa este detalle de los guionistas. Por cierto, el plan que Luthor usa en esta película, fue imitado/plagiado en el filme "En la mira de los asesinos", una Bond de Roger Moore.
-- Richard Donner. El hombre ha tenido una trayectoria más que irregular, pero en este caso no cabe duda de supo hacer de "Superman" y "Superman II" algo grande. Y si no, vean lo que pasó cuando la saga cayó en manos de Richard Lester. Por esos mismos años, Donner filmó "La profecía", y ha vuelto a tener algún que otro éxito después ("El hechizo del águila", "Arma mortal", "Maverick", "Asesinos", "Rescate en el tiempo")...
-- Es una exposición directa y crudísima de los aspectos mesiánicos del mito del superhéroe. Superman mismo señala que su misión es luchar por la justicia, la libertad y el "american way of life" (frase sacada de la serie de TV). Los padres de Superman disertan sobre por qué enviar a Kal-El a la Tierra, y mientras la madre teme que lo odien por ser su superior, el padre señala que es un buen planeta, y sólo necesita un líder superior que los guíe, al tiempo que lo menciona como su "único hijo"... O los guionistas estuvieron leyendo a Nietzsche, o... Por cierto, ese diálogo nietzscheano de Marlon Brando como el padre de Superman, fue reutilizado en el trailer promocional de "Superman regresa" (suponemos que estaba enlatado en una grabación, porque Brando en persona lleva su tiempo siendo festín romano de gusanos).
-- Las chicas, ¡oh, las chicas...! Lois Lane (Margot Kidder) haciéndole una entrevista hot a Supie, y virtualmente ofreciéndose para inseminación alienígena... Valerie Perrine robándole un besito al Ubermensch con paquete en mallas (por algo ella apareció después en portada de Playboy con supertraje)... Incluso hasta Susannah York como la madre de Superman está, bien, ejem, "visible", por decirlo así, y eso que ya tenía sus añitos la actriz, por esa fecha.
IDEAL PARA: Entretenerse una tarde con las peripecias de alguien que es mejor que tú (si eres hombre) y que podría magnetizarte y poseerte (si eres mujer).
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1978,
Superhéroes
jueves, 1 de junio de 2006
"El hechizo del águila" (1985).
-- "Ladyhawke". Estados Unidos. Año 1985.
-- Dirección: Richard Donner.
-- Actuación: Matthew Broderick, Rudger Hauer, Michelle Pfeiffer, Leo McKern, John Wood, Ken Hutchinson, Alfred Molina.
-- Guión: Edward Khmara, Michael Thomas, Tom Mankiewicz y David Webb Peoples, basados en una historia del primero.
-- Banda Sonora: Andrew Powell.
-- "El hechizo del águila" en IMDb.
-- "El hechizo del águila" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Un joven ladronzuelo sepultado en unas mazmorras, que responde al muy apropiado mote de Ratón (en verdad es una rata), tiene el golpe de suerte de su vida cuando consigue abrirse paso por unas alcantarillas y escapa. Pero como es un bocazas de lo peor, revela en una taberna en los arrabales que fue él, nada menos que él, el ingenuo inoperante, quien consiguió escaparse. Por supuesto que andaban guardias por ahí cerca, y debe luchar por su vida. Recibe entonces la inesperada ayuda de Etienne de Navarra, un caballero que anda para todas partes con su halcón fetiche. Después de la gresca subsiguiente, Navarra y Ratón unen fuerzas, pero el Ratón Panza empieza a descubrir que alrededor del pijo guerrero ario pasan cosas muy raras. Como por ejemplo, que por las noches desaparece, y un lobo toma su lugar. Y que, al mismo tiempo por las noches, el halcón se esfuma, y aparece una bella dama circulando por ahí. Otro accidente del destino revelará a Ratón la verdad, y ésta es que... Pues bien... No, me la guardaré, aunque ustedes ya saben si vieron la película, porque la han repetido en el cable hasta decir basta, o bien ya pueden intuir con esas mentes maestras que tienen para abrirse camino hasta Cine 9009, el mejor blog de cine en Internet. Digamos sólo que para impedir las cosas que están pasando, hay que asegurarse de conseguir la egregia persona del malvadísimo Obispo, que es quien está detrás de todo esto, y que controla su feudo con una mano de hierro que ya la envidiarían los redactores de la Patriot Act (conservadurismo compasivo, que le dicen).
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Las películas ambientadas en la Edad Media, y con elementos mágicos y legendarios, se pusieron realmente de moda en los '80s. Razones había dos. Por una parte estaba la influencia del cómic europeo, que le había dado un lugar preponderante a las temáticas que podríamos llamar "de Fantasía Heroica". Por la otra, la industria de los efectos especiales estaba descubriendo las bondades de utilizar supercomputadoras para desarrollar una imaginería visual que las películas antiguas tenían que tentar con el viejo truco de las maquetas, sobreexposiciones, etcétera. Y como no faltan en Hollywood mentes preclaras que buscan tomar temas de altura y trivializarlos para las masas, pues bien, tomemos a un director taquillero como el irregular Richard Donner (el hombre tras "La profecía", "Superman" y "Superman II", y más recientemente "Maverick", "Asesinos", "Rescate en el tiempo" o "16 calles"), a dos prometedoras estrellas del firmamento hollywoodense como Broderick y la entonces y aún ahora suculentísima Pfeiffer, y a un Hauer al tope después de su rol de "villano" en "Blade Runner". Condiméntese la mezcla con algo que suene como a rock progresivo de finales de los '70s, y listo, ya tenemos hechizo para el águila.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Pese a algunas desafortunadas elecciones narrativas (centrar la historia en el ladrón en vez del guerrero o la chica es remedio seguro para infantilizar una buena historia), lo básico de la trama es bastante prometedor, y es bien desarrollado. Es lo más básico de lo básico: amor imposible, venganza y un malo malísimo. Sin ulteriores lecturas. O sea, se asume como cine de entretención pura y dura, sin otras pretensiones, y no pretende engañar a nadie.
-- El ladrón, que pintaba para personaje insufrible, termina por ganarse las simpatías gracias a la cara de inocentón que es el sello patentado de Broderick (futuro Inspector Gadget en el cine). Además, tiene unas "conversaciones" con Dios de lo más sinvergüenza ("sabes que no quiero ser malo, es que no tengo más remedio...").
-- La banda sonora no está mal, después de todo. El problema es que no acompaña muy bien. Para un filme tipo "Flashdance" hubiera estado bien, pero no en una historia épica fantástica medieval (por lo demás, algo de la fotografía del filme sí que se parece a "Flashdance")... Así es que eso podemos dejarlo en reserva, sobre si es o no un motivo para verla...
IDEAL PARA: Ver una fantástica medieval con ciertas pretensiones, dirigida a los que en los '80s iban de quinceañeros por la vida.
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