Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
11 años de Cine 9009 en línea.
El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).
miércoles, 29 de noviembre de 2006
"Los infiltrados" (2006).
-- "The Departed". Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Martin Scorsese.
-- Actuación: Leonardo DiCaprio, Matt Damon, Jack Nicholson, Mark Wahlberg, Charlie Sheen, Ray Winstone, Vera Farmiga, Anthony Anderson, Alec Baldwin, Kevin Corrigan, James Badge Dale, David O'Hara, Mark Rolston, Robert Wahlberg.
-- Guión: William Monahan, basado en el guión de Alan Mak y Felix Chong.
-- Banda Sonora: Howard Shore.
-- "Los infiltrados" en IMDb.
-- "Los infiltrados" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Muchos años atrás, un chico irlandés fue prohijado por un connotado jefe de, ejem, "esa" clase de organización. Con semejante padrino, el chico no tuvo inconvenientes para convertirse en policía estrella. De manera que ahora el mafi cuenta con un infiltrado en las filas enemigas, entre los polizontes. Aunque éstos no saben que tienen un topo cavando en su jardín, tienen la brillante idea de hacer lo mismo. Hay un joven policía irlandés, muy majo él a pesar de su aspecto rebeRRRde (Leonardo DiCaprio, ¿vale?), que es ideal. Así es que lo dan de baja (supuestamente), lo mandan a prisión, y todo el proceso necesario para infiltrarlo tras las líneas enemigas. Tras unas cuantas vueltas de guión, lo consigue (o si no no habría película, vamos). El otro chico, por su parte, empieza a hacerle los puntos a una psiquiatra de policías, usando toda su artillería humorística para encamarse con ella. Pero ella atiende a un ex policía que... ¿adivinan quién es? En adelante, las cosas se van a poner muy pesadas para todos, en particular cuando cada bando descubra que tiene una rata metida en la alcantarilla, y empiece el juego del gato y del ratón para sorprenderse mutuamente...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Quién te ha visto y quién te ve. Martin Scorsese, el chico que iba de cineasta rebelde junto con la generación de los '70s, está convertido ahora en todo un mainstream. El hombre que antaño nos regaló joyitas como "Alicia ya no vive aquí", "Taxi Driver", "El toro salvaje", "El rey de la comedia" o "La última tentación de Cristo", ahora rueda producciones hiperbólicas y no muy substanciales, como "Pandillas de Nueva York" y "El aviador". Y ahora, esto. Criada la fama, Scorsese puede rodar lo que se le venga en gana, y lo alabarán lo mismo. "Los infiltrados" no es en sí misma una mala película, ni mucho menos; está narrada con un pulso narrativo que ya se lo quisieran varios cineastas videocliperos de segunda estilo McGee y sucedáneos, pero... Esta peli es un remake de un filme asiático sobre policías y mafiosos con muy mala leche ("Asuntos infernales", concretamente), pero eso para Scorsese era muy poco. Y es que verán, yo soy Scorsese, are you listen to me?, y si ruedo una historia con violencia como "Taxi Driver" o "Cabo de miedo", no puedo limitarme a hacer escenas de acción resultonas, oh, no, sino que tengo que poner o decir algo sobre la alienación humana respecto de la sociedad, el sinsentido de la violencia, la condición existenciometafísica del hombre y etcétera, aunque no venga a cuento, porque tengo una fama que alimentar entre los espinilludos estudiantes de cine de los monacales claustros universitarios de las escuelas de cine de Europa, y tengo que regalonear a la crítica joven e intelectualoide que creció viendo y admirando mis filmes, y no soportarían que un genio como yo se diera simplemente el gusto de filmar una película menor, ¿no? Hmmm... ¿No?
¿POR QUÉ VERLA?
-- Como decíamos, la historia tiene un envidiable pulso narrativo. Se diga lo que se diga (en particular "¡se te acabaron las ideas, Scorsese!"), el hombre aún sabe narrar un buen cuento. Una escena de violencia en Scorsese es una escena de violencia, no un festín de FXs. Decae al final, con un alargue innecesario y una salida un tanto facilona, deus ex machina incluido (lo que para los intelectualoides de siempre queda molón porque refleja el absurdo y el sinsentido nihilista de la vida cotidiana, pero que para nosotros es un imperdonable crimen de guionista remiso de ideas), pero al menos el desarrollo compensa lo suficientemente bien.
-- Los actores están... Eh... ¿Cómo decirlo...? En general dan bien los papeles, aunque en este caso se trata no de un brillante trabajo actoral, sino de un casting afortunado. O sea, Scorsese no se calentó la cabeza pensando en la dirección de actores, y aprovechando su llegada en Hollywood se limitó a levantar el fono y decir "Hey, Scorsese here, do you want to shoot a film with me?" a grandes prohombres que encajaban milimétricamente con sus personajes. O sea, para un papel diseñado a la medida de Jack Nicholson llamó a Jack Nicholson, para uno diseñado a la de Leonardo DiCaprio llamó a Leonardo DiCaprio, etcétera. El resultado es discutible. Como todos interpretan más o menos los personajes clásicos que han llevado de filme en filme, son Jack Nicholson y Martin Sheen quienes imponen más presencia, mientras que Leonardo DiCaprio, a pesar de entregar una convincente perfomance, desluce su tanto (siempre hemos sostenido que es un actor con gran talento desperdiciado), y lo mismo cabe decir de Mark Wahlberg y Matt Damon. Sobre Vera Farmiga no nos pronunciamos, aunque sea porque la chica trata de hacer lo mejor que puede con un papel que linda en el ridículo más absoluto (cuesta pensar cómo una chica tan idiota y sentimentalmente inestable es capaz de llegar a un puesto de tanta responsabilidad como el que ostenta, o a lo mejor ése es el detalle de crítica social de la peli, vaya uno a saber).
-- Mirado desde cierta óptica, el filme puede verse incluso entre carcajadas. Hay varias escenas que muestran como Scorsese trata de filmar algo que no sea "otro policial más", sino que busca su incansable Grial de los personajes bigger than life, y en estas escenas recordamos aquella frasecita de Napoleón, según la cual "de lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso". Y ya no digamos la escena final con un balcón, una linda cúpula y una rata caminando por la baranda, para mostrarnos con toda claridad el concepto que nos han refregado toda la película: que todos son unas ratas, precisamente. Gracias por lo obvio, Scorsie.
IDEAL PARA: Mimetizarse entre los intelectualoides de siempre y alabar el genio (¿?) de Scorsese.
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2006,
Bajo Mundo,
Policías
domingo, 26 de noviembre de 2006
"El gran truco" (2006).
-- "The Prestige". Inglaterra / Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Christopher Nolan.
-- Actuación: Hugh Jackman, Christian Bale, Michael Caine, Scarlett Johansson, Rebecca Hall, Piper Perabo, Samantha Mahurin, David Bowie.
-- Guión: Jonathan Nolan y Christopher Nolan, basados en la novela de Christopher Priest.
-- Banda Sonora: David Julyan.
-- "El gran truco" en IMDb.
-- "El gran truco" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Todo truco consta de tres partes. La Promesa, en que se muestra un objeto de apariencia normal... pero que por supuesto no lo es. El Cambio, en el cual se hace algo extraordinario con el objeto ordinario... estás en el secreto, pero no lo quieres ver. Y hay una tercera parte, el Prestigio, en donde todo se restablece y vuelve a la normalidad. Pero por supuesto, en el Prestigio, algo puede salir mal. Aquello que tenía que regresar a la normalidad, no lo hace. Por ejemplo, puede que la chica sumergida en el interior de un barril con agua no pueda deshacerse del nudo, y perezca. Puede que dos magos, antaño amigos, comiencen a detestarse mutuamente y a sabotearse, con riesgo mortal para ambos, obsesionados por destruirse el uno al otro. Puede que uno de ellos se case, tenga una hija y sea muy feliz, y el otro sienta que le robaron toda la felicidad que le estaba destinada. Puede que uno de ellos se embarque en una verdadera cruzada científica por descubrir la máquina que le permita construir el truco definitivo. Puede que algo salga mal con esa máquina, y haya un muerto en el camino. Puede que ese muerto no esté muerto, o sí lo esté, o lo esté a medias, un poco como si estuviera dentro de la caja de Schröedinger y estuviera muerto y no muerto al mismo tiempo. Puede ser que la respuesta a todo esté delante de uno, pero no es en esa dirección hacia donde uno quiere ver...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Como una respuesta al Cyberpunk, distópico y alienador, los '80s vieron el surgimiento de su doble opuesto, el Steampunk. Variantes del Steampunk hay para todos los gustos, desde los más duros y pesados, estilo "La Liga de los Caballeros Extraordinarios" o "Steamboy", hasta algunos de regusto evanescente y vaporoso, como "El castillo andante", o la presente "El gran truco" (pésima traducción al castellano del elegante título original, "El prestigio", que juega con el doble sentido de la tercera parte del truco, pero también con el prestigio profesional de los magos). Con la novela "El prestigio", el novelista inglés Christopher Priest hizo una extrañísima exploración, en donde la atmósfera victoriana y el Steampunk sirven de pretexto y ambientación para mostrar algo mucho más sutil, mucho más sugerente, algo que tiene que ver con la condición humana misma... Puedes decir que hasta ahora es poco lo dicho sobre el espíritu de los tiempos, pero por otra parte, estás mirando hacia donde no hay que ver, para captar el truco...
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es la película en donde Christopher Nolan se encuentra definitivamente a sí mismo. El cine de Nolan había sido errático e irregular, con la provocativa "Memento", la no tan lograda "Insomnia" y la más bien encargaticia "Batman inicia". "El gran truco" es su filme más personal, y en donde sus obsesiones están más claras. Al igual que en las tres anteriores, los personajes de Nolan son entes un tanto al borde, pero no son locos, o al menos, no dan la apariencia de personas psicológicamente insanas. La insanía de los personajes de Nolan arranca no de lo que hacen o sus acciones, que para ojos mundanos pueden parecer explicables hasta cierto punto (aunque sea porque estos personajes, como el mnemoausente de "Memento", el psycho de "Insomnia", o el Batman de "Batman inicia", suelen esconder su área oscura o anormal de otras miradas, o al menos no la promocionan como un Freddy Krueger cualquiera), sino una cierta mirada o perspectiva alienada de la existencia. Eso, combinado a un trabajo estético al mismo tiempo muy elaborado y muy espartano, que resalta aún más la historia, le convierten en el gran director que hasta ahora simplemente prometía ser. Cuesta pensar en un director más acertado que Nolan para llevar la historia de Priest al cine; introdujo unos cuantos cambios a la novela original, es cierto, pero con esos cambios (sin hacer mejor una historia de por sí casi inmejorable) la hizo personal y suya, y eso se nota en el espléndido acabado final, en "el prestigio" de esta película...
-- Los actores están por todo lo alto. Christian Bale hace un nuevo papel de hombre pasado de roscas, y se roba la película con todas sus apariciones (fue Batman en "Batman inicia", y el asesino Patrick Bateman de "Psicópata americano"). Hugh Jackman no está a la altura, y actúa un tanto en plan "chico bonito atormentado", conservando algunos tics actorales de su pasado como Wolverine en "X-Men" y secuelas ("X-Men II", "X-Men III"), pero cumple bien con lo suyo. Scarlett Johansson, por su parte, luego de sus espléndidos roles en "La chica de la perla", y en menor medida en "Perdidos en Tokio" o "Match Point", se reafirma con su tendencia a ser el objeto sexy sin una participación especialmente interesante. Michael Caine, quien después de sus gloriosos '60s (véase "Golpe a la italiana") pasó algunos años bastante oscuros, está aquí con toda la gloria y majestad que nunca debió perder (¡actuó en "Tiburón IV", por Dios!). Y David Bowie, especialista en hacer roles extraños, es una elección cuando menos inquietante, para interpretar a un científico loco también desasosegante, el genial y desconocido Nikola Tesla (actuó, entre otros roles bordas, en "El ansia" y "Laberinto"). Una vieja premisa de Hollywood indica que cuando muchas estrellas se reunen para un filme, saldrá algo grandioso, o una completa birria, sin términos medios; por suerte, en este caso, es lo primero.
-- Desde hace algún tiempo a esta parte, varias películas han hecho énfasis supremo en el cambio del ideal ilustrado de lo que se supone es una persona. Desde el siglo XVIII, bajo la influencia del racionalismo, se decía que todo ser humano es una persona, dotado de dignidad y derechos. Pues bien, el cine de los últimos años ha ido derrumbando progresivamente esa barrera, planteando cuestiones bastante incómodas: ¿qué es realmente una persona?, ¿sigue estando una persona ahí si suprimimos o alteramos su memoria?, ¿qué pasa si una persona tiene dos o más memorias?, ¿qué pasa con una persona y sus alter ego, sigue siendo una sola persona o ese desdoble autoriza a hablar de más de una? Todas estas cosas, planteadas de soslayo en filmes como "Blade Runner", "Identidad", "Regresiones" o "Más allá de la muerte", por mencionar un puñado, siguen estando presentes aquí. No revelaremos el prestigio de esta película, pero como corresponde a la tradición de los magos, no está en lo evidente u obvio, sino en ese contexto más extraño que es la condición humana misma. De ahí viene la fuerza desasosegante que invade esta película, no de su estética decimonónica ni de su condición de filme Steampunk. Pero como dijimos, el truco de un buen mago es que el público no quiere mirar allí donde debería mirar, para captar el truco...
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2006,
Magos,
Steampunk
"La espía que me amó" (1977).
-- "The Spy Who Loved Me". Estados Unidos / Inglaterra. Año 1977.
-- Dirección: Lewis Gilbert.
-- Actuación: Roger Moore, Barbara Bach, Curd Jürgens, Richard Kiel, Caroline Munro, Walter Gotell, Geoffrey Keen, Bernard Lee, George Baker, Michael Billington, Olga Bisera, Desmond Llewelyn, Edward de Souza, Lois Maxwell.
-- Guión: Christopher Wood y Richard Maibaum, basados en los personajes creados por Ian Fleming.
-- Banda Sonora: Marvin Hamlisch.
-- "La espía que me amó" en IMDb.
-- "La espía que me amó" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Un submarino nuclear desaparece misteriosamente mientras andan en una poco confesable misión de espionaje en aguas del Mar Báltico. ¿Acaso fueron los rusos? ¿Los submarinos occidentales son detectables por el bloque soviético? Pues bien, resulta que los rusos tienen los mismos problemas. ¿Acaso ha llegado para James Bond la hora de colaborar con la Unión Soviética? Pareciera ser que sí. El desagrado no es tanto si el ricino viene con caramelo, por supuesto, y en este caso, el representante del antiguo enemigo es una bellísima agente que ojalá pueda encamarse con el héroe. La única pista es una conexión en Egipto, y Bond marcha a la tierra de los reyes momificados para desenmarañar todo el asunto. A medida que la misión avanza, dan con un supervillano que pretende secuestrar submarinos para usar sus misiles nucleares y dispararlos, desatando de esa manera la Tercera Guerra Mundial (¿en qué película Bond he visto eso antes?). Ahora, sólo James Bond y Anya Amasova estarán disponibles para detener el maligno plan del villano. Lo que ninguno de los dos sabe, por cierto, es que en un encuentro anterior, Bond ha asesinado al espía de la KGB que era la pareja de Anya, y cuando esta verdad salga a flote, pues bien, las cosas entre soviéticos e ingleses pueden ponerse muy, pero muy calientes... y no en el sentido erótico de la palabra, precisamente.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Después de los, ejem, discretos resultados de taquilla de "El hombre de la pistola de oro", y de la separación de Broccoli y Saltzman, parecía que la saga Bond había llegado al final. Pero lo intentaron una vez más. La clave estaba, por supuesto, en regresar a los orígenes. O sea, adios a los tópicos de actualidad como en "Vive y deja morir" y "El hombre de la pistola de oro", y bienvenidas otra vez las tramas en la cual hay un supervillano dispuesto a aniquilar el mundo para apoderárselo. No se puede decir que no lo intentaran. Extrajeron directamente a la chica Bond del cine softcore europeo (sí, esos fueron los turbios orígenes fílmicos de Barbara Bach). El director Guy Hamilton, que tan buenos resultados había obtenido con "Goldfinger" y "Los diamantes son eternos", pero que ahora parecía un poco fuera de lugar después de la decadencia de las dos últimas pelis Bond, fue reemplazado por Lewis Gilbert, y ni corto ni perezoso, se fue a dirigir "Fuerza 10 de Navarone" (a donde también fue a parar Barbara Bach, y es que estos contubernios de Hollywood...). La música rockera de Paul McCartney y Lulu fue reemplazada por una canción de créditos más romántica. Y pusieron juguetitos que impactaran a la audiencia: un supercarguero, un automóvil subacuático... El resultado fue francamente bueno, y en realidad, es justo decirlo, ésta es probablemente una de las mejores películas Bond, o al menos, una de las más prototípicas.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Jaws. Stromberg, para ser francos, es uno de los villanos Bond más descafeinados de todos, porque a pesar de tener un montón de juguetitos a su alrededor, su personalidad es demasiado opaca. A cambio, tenemos a Jaws, su matón, un tipo que es capaz de romper una cadena con sus dientes de metal. Tan buenos resultados dio Jaws, que repitió participación como villano en la siguiente peli Bond, "Moonraker", algo inédito en una saga en donde los villanos suelen morir al final de la película.
-- Es una peli Bond con un buen nudo sentimental. Bond aparece como un personaje con un pasado, en particular por las referencias a su esposa asesinada, mientras que la relación con la protagonista se ve enturbiada por sus, ejem, trabajitos al servicio de sus respectivos servicios secretos. Se sabe cómo va a acabar la cosa, por supuesto (¿acaso Bond no se iba a encamar con la chica?), pero no deja de ser una variante interesante.
-- El Ford Lotus que se sumerge. Dan ganas de tener uno, y es famosa la anécdota por la cual la lista de pedidos a la fábrica se alargó por años.
-- La secuencia de precréditos. Es trepidante, llena de acción, y la escena del paracaídas desplegado con los colores de la bandera británica es un pequeño clásico dentro de la saga Bond.
-- La música incidental. Por fuerza mayor John Barry, el compositor habitual de las pelis Bond durante cerca de un cuarto de siglo, tuvo que salir, y entró Marvin Harmslich. Con los debidos respetos al señor Barry, que nos ha regalado algunas grandes partituras en esto de musicalizar filmes, el trabajo de Harmslich es simplemente espléndido, en particular durante las peripecias de Bond en Egipto.
IDEAL PARA: Ver una Bond con músculo y en plena forma.
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1977,
Amenaza nuclear,
Guerra Fría
domingo, 19 de noviembre de 2006
ESPECIAL MENSUAL Nº 9: CHICAS MALAS.
¡Chicas malas! Desde que el cine tuvo inicio, la pantalla se llenó de jezabeles, femmes fatales, devoradoras de hombres (y de mujeres) y criaturas viperinas de todas clases. Ya en CINE 9009 nos hemos topado con algunas, como la gélida vampiresa de "La hija de Drácula", la fetisha Rosa Kloebb en "Desde Rusia con amor", la asesina vengativa de "Impacto fulminante", la hombrívora Catherine Tramell de "Bajos instintos" y "Bajos instintos 2", la trepa Meredith de "Acoso sexual", la chiflada chica de "May", y la peruanita manipuladora de "El rey de los huevones" como aporte criollo (¿se han fijado como el ser chica mala tiene generalmente que ver con el sexo...?). Pero ahora ofrecemos un especial completo, dedicado a algunas de nuestras chicas malas favoritas. Así es que disfruten (o persígnense y vayan a misa, no sé) con el siguiente elenco:
- Dos asesinas adolescentes semilesbianas: Kate Winsley y Melanie Lynskey en "Criaturas celestiales" (1994).
- Una dura asesina con corazón de oro: Anne Parillaud en "Nikita" (1990).
- Una gélida vampiresa y su lujuriosa amante: Catherine Deneuve y Susan Sarandon en "El ansia" (1983).
- Una precoz aprendiz de femme-killer: Natalie Portman en "El perfecto asesino" (1994).
- Una camionera carpintera y una chica de mafioso: Gina Gershon y Jennifer Tilly en "Sin límites" (1996).
Así es que disfruten de este nuevo especial. Nos tomamos descanso por la próxima semana, y volvemos con la continuación de los filmes Bond el Domingo 26, con "La espía que me amó". Hasta la próxima, y cúidense de las chicas malas (advertencia dirigida a hombres y mujeres por igual)...
- Dos asesinas adolescentes semilesbianas: Kate Winsley y Melanie Lynskey en "Criaturas celestiales" (1994).
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Así es que disfruten de este nuevo especial. Nos tomamos descanso por la próxima semana, y volvemos con la continuación de los filmes Bond el Domingo 26, con "La espía que me amó". Hasta la próxima, y cúidense de las chicas malas (advertencia dirigida a hombres y mujeres por igual)...
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Especiales CINE 9009
"Criaturas celestiales" (1994).
-- "Heavenly creatures". Inglaterra / Australia / Nueva Zelanda. Año 1994.
-- Dirección: Peter Jackson.
-- Actuación: Melanie Lynskey, Kate Winslet, Sarah Peirse, Diana Kent, Clive Merrison, Simon O'Connor, Jed Brophy, Peter Elliott, Gilbert Goldie, Geoffrey Heath, Kirsti Ferry, Ben Skjellerup, Darien Takle, Elizabeth Moody, Liz Mullane.
-- Guión: Fran Walsh y Peter Jackson.
-- Banda Sonora: Peter Dasent.
-- "Criaturas celestiales" en IMDb.
-- "Criaturas celestiales" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Nueva Zelanda, a mediados de la década de 1950. La existencia de Pauline es miserable, hasta que llega aire nuevo a su Escuela: la estudiante Juliet hace acto de presencia, y traban rápida amistad. Las bases de la misma son primero la admiración por el tenor Mario Lanza, y luego, la creciente convicción de que existe un paraíso reservado sólo para ellas, llamado el Cuarto Mundo. Esta amistad íntima las lleva a recrear con lujo de detalles el Cuarto Mundo, lugar en que se protegen de las acometidas de los profesores, los sacerdotes, e incluso sus propios padres, quienes llevan una vida bastante, ejem, reñida con los cánones de lo que es moral y correcto. Sin embargo, el mundo exterior es más fuerte que el Cuarto Mundo, de manera que para proteger su paraíso, las jóvenes tendrán sólo un camino: el asesinato de la madre de Pauline.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
A mediados de los '90s, el neozelandés Peter Jackson se encontraba a mitad de camino entre sus primeras bizarrías en el campo del gore, y su elefantiasis posterior de "El Señor de los Anillos" y "King Kong". En medio de todo eso sorprendió a la audiencia internacional con este filme, que marca una transición de su estilo. Conserva aspectos y resabios de su pasado gore, pero a la vez está en plena evolución hacia otro tipo de cine. El vehículo para ello fue el diario de vida de Pauline Parker, una chica que en 1954, en complicidad con la que después sería la escritora de misterio Anne Perry, dio muerte a su propia madre en un muy mal planeado crimen supuestamente perfecto. A través de las palabras de Parker, Jackson reconstruye la historia desde el punto de vista de las jóvenes. Y lo hace consiguiendo en el camino una estupenda película, que consigue trascender sus "aquí" y "ahora" para instalarse en la dimensión trascendente de lo más puro de las pasiones y afectos humanos.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una película sobre una intensa amistad. Peter Jackson tiene la inteligencia de no remarcar en exceso los aspectos mórbidos de la trama (el asesinato, la eventual relación lésbica), para darle mayor carta de presencia a la relación de las chicas con el Cuarto Mundo. Con esto consigue una cierta neutralidad y distanciamiento. No es que Jackson carezca de opinión, y ésta es muy clara a través del retrato caricaturesco de los personajes alrededor de las dos chicas, pero deja que todo luzca a través de los ojos de sus personajes, consiguiendo así una extraordinaria sutilidad para que empaticemos con ellos.
-- El Cuarto Mundo. La recreación de ese mundo de plasticina en donde las chicas son felices, cuenta como lo mejor de la película.
-- Las chicas protagonistas. Nadie creería que este es su primer rol para ambas, tan desenvueltamente se llevan con sus papeles. Irónicamente, las actrices repitieron en sus destinos el camino de sus interpretadas: Melanie Lynskey, la feíta, siguió en películas de segunda categoría, mientras que Kate Winslet, la aristócrata, saltó a la fama tres años después con "Titanic" (y parece ser que su papel en "Criaturas celestiales" fue determinante para que James Cameron la eligiera como su heroína).
IDEAL PARA: Los amantes de las películas fuera de todo canon establecido.
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1994,
Adolescentes,
Años 50,
Asesinato,
Lesbianas,
Nueva Zelandia
"Nikita" (1990).
-- "Nikita". Francia / Italia. Año 1990.
-- Dirección: Luc Besson.
-- Actuación: Anne Parillaud, Tchéky Karyo, Jeanne Moreau, Jean-Hughes Anglade, Jean Reno.
-- Guión: Luc Besson.
-- Banda Sonora: Eric Serra.
-- "Nikita" en IMDb.
-- "Nikita" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Jóvenes violentos toman por asalto una farmacia. Entre ellos va la joven, rebelde, violenta y chicledependiente Nikita. El asunto termina mal, llegan los polis, hay una matanza, y sólo Nikita sobrevive. Podría haber salido bien, pero tiene la mala ocurrencia de abrirle a un policía una nueva boca bajo la mandíbula, de un pistoletazo. Llega al Juzgado, y después es dormida. ¿Condenada a muerte? No, salvo para el mundo. Ahora, ella ha sido reclutada por una agencia del Gobierno para... er... digámoslo de una vez, hacer el trabajo sucio, porque alguien tiene que hacerlo. Nikita no quiere, no quiere, no quiere y se rebela, pero cuando descubre que todo es inútil, pues bien, habrá que sobrevivir, ¿no? Y se entrena para ser la mejor. O sería la mejor, de no ser porque a pesar de que el Gobierno la ha convertido en una fría y eficiente máquina de matar, en su interior late aún un tibio, sentimental (y caliente) corazoncito. Ahora, Nikita deberá trabajar para una organización que no conoce la palabra "renuncia" (y además no es la mafia, así es que no puede delatarlos), y luchar por tener una vida propia.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Si me dicen que ya vieron esta historia, que se llama "La femme Nikita", y que la protagonizó la australiana y tonificada Peta Wilson, váyanse a hacer gárgaras. Esta, la francesa, es la Nikita original. En aquellos años que van desde 1989 a 1992 había una cierta indecisión en el ambiente. Por una parte los duros como Ronald Reagan y el Ayatollah Jomeini estaban fuera del juego, y por la otra el Muro de Berlín se derrumbaba. ¿Se acababan los buenos contra los malos? ¿Qué vendría después? ¿Conseguiría mantener MTV su reinado incontenible? ¿Seguiría a tope el glam metal...? Ahora sí, hablando en serio, aquellos años marcó el recambio generacional, en que una generación criada en los estándares del bien y del mal, de los juegos de rol, de la incipiente computación a domicilio y de MTV, dio paso a una individualista, desapegada, internedicta y con pretensiones de intelectualismo. Nikita es, en cierto sentido (como Batman, Fox Mulder o Buffy, por mencionar ejemplos al pasar), un exponente de esa mentalidad, un personaje que inagura la década de 1990 recargada de héroes nihilistas y oprimidos por un sistema que bajo la publicidad de las lindas modelos con siliconas y bulimia, aplasta y oprime al individuo que busca expresar su propia manera de sentir y ver el mundo, y que veía como el triunfo de Occidente sobre el "imperio del Mal" no traía consigo la libertad, sino sólo un tipo diferente de opresión, ahora sin contestación posible...
¿POR QUÉ VERLA?
-- Partamos con el valor histórico de la peli. Como dijimos, es la visión perfecta de lo que era el mundo de transición entre los '80s, incluyendo una estética muy deudora de lo más icónico de la contracultura de la época (deudora de "El ansia" o "Blade Runner", por ejemplo), y al mismo tiempo, un sentimiento, rabia y melancolía muy precursora de los '90s.
-- Es la película que lo inició todo. Después vino el remake estadounidense (la infame "La asesina"), y posteriormente la pasable serie de TV. Y además de ser la original, por ser francesa, es superior a sus copias e imitaciones.
-- Anne Parillaud ES Nikita. Ni Bridget Fonda en el remake ni Peta Wilson en la serie de TV consiguieron darle toda la intensidad, dulzura, violencia y humanidad que el personaje original francés tenía. Tenía 30 años al momento de interpretar a este personaje que parte con 20 y se despide con 23, y la verdad es que no se nota, porque su físico desgarbado y macilento ayuda poderosamente a crear la idea de un protagonista desvalido y fácilmente aplastable por su entorno.
-- Es también un clásico filme Besson. O sea, con prescindencia de toda la mamonería "cine francés = aburrimiento burgués", en beneficio del espectáculo bien orquestado y coreografiado, entretenido para las masas y al mismo tiempo con ideas y personajes interesantes. En Francia, la intelectualidad estirada lo odia a muerte por eso, pero nosotros le tenemos respeto: después de todo, la mejor manera de mantener una postura estirada es meterse un palo por el culo, y nosotros preferimos vivir sin ese vital adminículo, gracias.
-- La banda sonora merece también atención aparte, cortesía de Eric Serra, siempre interesante creando bandas sonoras electrónicas alejadas del pastiche pseudoBeethoven o pseudoWagner de otros compositores.
IDEAL PARA: Ver a la antiheroína más adorable que ha parido Francia.
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1990,
Asesinos Profesionales,
Cine de Francia
"El ansia" (1983).
-- "The Hunger". Inglaterra. Año 1983.
-- Dirección: Tony Scott.
-- Actuación: Catherine Deneuve, David Bowie, Susan Sarandon, Cliff De Young, Beth Ehlers, Dan Hedaya.
-- Guión: James Costigan, Ivan Davis y Michael Thomas, basados en la novela de Whitley Strieber.
-- Banda Sonora: Denny Jaeger y Michel Rubin.
-- "El ansia" en IMDb.
-- "El ansia" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Bajo los acordes de "Bela Lugosi is dead", de Bauhaus, una elegante pareja ataviada con el fashion ochentero secuestra a un par de darkies (en esa época no se llamaban góticos... aún), y después de seducirlos, les clavan unas cruces egipcias para extraerles la sangre. Todo parece una existencia vampírica plácida y normal, pero... algo raro pasa. El componente masculino de la pareja (¿podremos decir "masculino" hablando de David Bowie...?) comienza a perder pelo, surge una arruguita, y de pronto se encuentra envejeciendo aceleradamente... La clave parece encontrarse en una pizpireta doctora que es famosa porque ha aparecido en TV promocionando su libro sobre el sueño y el envejecimiento, y que realiza unas investigaciones no muy promisorias, pero sí bien visuales, con monos agresivos, para entender el asuntillo ése de que nuestra química nos condena a morir algún día de senilidad. Pero el individuo no es el único que le ha echado el ojo. La vampiresa también hace lo suyo. Y a medida que su partner masculino va haciéndose cada vez más decrépito, ella decide que se ha aburrido de los hombres por un tiempo, y tomará una reemplazante mujer para las labores de, ejem, depredación sexual... Ella cae redondita en la trampa, y empieza su laberíntica odisea a través de las primeras sensaciones de ser una criatura longeva y chupasangre, pero aunque gozó del sexo lésbico, la verdad es que se cabrea visiblemente porque nadie le preguntó nada sobre si quería ser vampiro, dejar la condición humana, etcétera. Y supongo que no adelanto mucho, si digo que el asunto sólo se podrá resolver con sangre. Después de todo, es una de vampiros, ¿no?
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Inicios de los '80s. La rabia punketa de Sex Pistols y The Clash baía dejado paso al postpunk darkie de Siouxsie And The Banshees, Joy Division, Bauhaus, Sisters Of Mercy... Toda una nueva estética y un nuevo mundo, el mundo de la ultratumba, listo y dispuesto para ser explorado. Eran los años en que el mundo se sumergía en las tinieblas de la Era Tatcher, y por ende, el darkismo era la respuesta lógica para cualquiera con un poco de sensibilidad sobre los tiempos. Y era inevitable que saliera en algún minuto una película sobre el particular. Porque aunque el tiempo ha pasado por este filme y ya no es tan fresco como debió de serlo en el día de su estreno, lo cierto es que sigue siendo una película dark icónica, quizás la película darkie por antonomasia.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Como dijimos, es una película dark totalmente ortodoxa. Los múltiples temas del gothdark están planteados aquí derechamente: el vampiro, el culto de la muerte, el envejecimiento, la conciencia de la mortalidad, la esperanza de inmortalidad, la alienación de los "oscuros" y los "inmortales" respecto del pedestre mundo materialista exterior, el esteticismo decadente y decimonónico, las ropas oscuras, la sensualidad sofisticada... No hubiera sido más fiel a los conceptos del dark de la época, si hubiera seguido el Manual del Buen Gótico edición 1983.
-- Tony Scott. La carrera de este director ha ido de sublimemente más a dramáticamente menos, y por lo tanto, siendo ésta una de sus películas más antiguas, es de las mejores. Vean ustedes como cada paso que ha dado significa una degradación de su propio arte, respecto del escalón anterior: a "El ansia" siguió "Top Gun", de ahí siguió "Días de trueno", de ahí "El último boy scout", luego "El fanático", después "Enemigo público", a continuación "Hombre en llamas", ahora último "Domino"... Y entre medio ha repuntado, pero para abajo, como en "Un policía suelto en Beverly Hills II". El tipo siempre ha sido un esteta, pero eso era algo interesante de ver en los '80s, cuando bastaba con escarmenarse el pelo, ponerse alguna horrorsosa peluca o hacer un videoclip bien chillón para estar en la onda; ahora en la actualidad, con Internet, los juegos de rol por computadora y los modernísimos efectos especiales, el arte (¿arte, dije?) de Scott sale sobrando por superfluo. Y así es como le va.
-- El elenco está lo mejor escogido que se podía. Catherine Deneuve, la gran dama de la cinematografía francesa, aún de muy buen ver por aquellos años, compone un muy artístico rol de vampiresa. David Bowie hace un rol tan freak como los que acostumbra cuando se mete en eso de hacer cine, y lo hace a las mil maravillas. Susan Sarandon hace lo que bien sabía hacer en aquellos años (poquita ropa), aunque con mucho estilo, antes de crecer, madurar, hacerse vieja, descubrir que tenía talento de sobra, y rodar "Hombre muerto caminando" entre otras.
-- Tocan "Bela Lugosi is dead", de Bauhaus, y muestran a un jovencísimo Peter Murphy cantando en directo para la cámara. Chúpense ésa.
IDEAL PARA: Ver existencialismo fashion '80s style.
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1983,
Cine de Inglaterra,
Lesbianas,
Mujer Perversa,
Vampiros
"El perfecto asesino" (1994).
-- "Léon". Francia. Año 1994.
-- Dirección: Luc Besson.
-- Actuación: Jean Reno, Gary Oldman, Natalie Portman, Danny Aiello, Peter Appel, Willi One Blood, Don Creech, Keith A. Glascoe, Randolph Scott, Michael Badalucco, Ellen Green, Elizabeth Regen, Carl J. Masutovich.
-- Guión: Luc Besson.
-- Banda Sonora: Eric Serra.
-- "El perfecto asesino" en IMDb.
-- "El perfecto asesino" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Es Nueva York. Léon es un tipo que trabaja haciendo algunos trabajos de limpieza. No, él no limpia retretes. El limpia gente. Le pagan por hacer labores de matonaje y retiro, y en lo suyo es el mejor. Su vida es virtualmente perfecta, pero la mala suerte quiere que su adorable vecinita sea una chica metida en problemas. Concretamente, el padre de la chica hizo algo muy, pero muy malo, sacándole el 10% a un cargamento de droga (ya ser narcotraficante es malo, imagínense ser el traidor contra un narcotraficante). La consecuencia lógica, para todos aquellos quienes intentan pasarse de listos: muerte por tiroteo, para él y toda la familia. La chica escapa por accidente, y consigue que mi vecino el asesino la haga pasar a su casa, en donde se hospeda por tiempo indefinido haciéndose todo lo cargante que puede. Pero como, en cierta medida, ambos seres (el asesino y la niña) son criaturas con carencias afectivas, aprenden a soportarse y convivir en una tensa armonía. Tensa, dije, porque la chica está emperrada en aprender el oficio de "limpiadora" para limpiar a la escoria que liquidó a su familia (a su hermanito, en realidad, porque por el resto de la familia, que se vayan a hacer gárgaras en el féretro de cada quien). Tensa porque quiere que el asesino asesine a los asesinos de su familia (¡son agentes de la DEA, hombre, cómo vas a ir y matarlos así nada más!). Y tensa porque la chica se encapricha con que está enamorada del asesino, y el pobre hombre tiene que empezar a hacerle mandas a San Antonio para que la precoz aprendiz de bruja no acabe tentándolo a alguna clase de acto de pedofilia o algo por el estilo.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Luc Besson fue el cineasta que hizo por Francia lo que George Lucas por Estados Unidos: barrió de una sola vez todo el cine aburrido y seriote anterior, y trajo de regreso aquello por lo que uno ha visto películas desde que el cine es cine: la entretención, pura y dura. Los críticos viudos de Cahiers du Cinema lo denostan por ser un autor comercial, pero en el fondo sabemos que es pura envidia, porque Besson ("Azul profundo", "El quinto elemento", "Nikita", "Juana de Arco") se forra los bolsillos con billetes, en tanto que esos mendas dizqueintelectualoides se ven obligados a vivir de la mendicidad del gobierno para producir sus películas, en los más de los casos espúreas y soporíferas. "El perfecto asesino" es, en realidad, una más de Besson. Lo que siempre es una buena noticia, por supuesto.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Tiene el clásico "toque Besson". O sea, ampulosa de estilo y carácter, pero con buen ritmo, personajes llamativos o carismáticos, situaciones límite, y la gloria de aquellas viejas seriales de matiné, convenientemente adaptadas para el gusto moderno.
-- La película tiene un no sé qué de perversión sexual muy infrecuente en el cine políticamente correcto de aquellos años, que en lo sexual dura hasta hoy. La relación entre el asesino y la niña es intencionadamente ambigua, dándose a veces de manera paternofilial, y a veces como una relación romántica con una chica que recién es preadolescente. Natalie Portman, a la tierna edad de 13 años, compone aquí su primer gran papel, como una "niña mujer" bastante perversa (antes de hacerse famosa como la Reina Amidala en "La amenaza fantasma", "El ataque de los clones" y "La venganza del sith", y harto después con sus desnudos en su más que desquiciado rol de "Llevados por el deseo"). Jean Reno está como siempre, en su punto, imponiendo presencia con un personaje de gestos mínimos y miradas de orfandad.
-- Mención especial para Gary Oldman, en ese tiempo floreciente después de su gran perfomance en el "Drácula" de Francis Ford Coppola (después se repetirá el plato con Besson, oficiando de villano en "El quinto elemento"). Interpreta su rol de siempre, el de malo malísimo pasado de roscas y necesitado urgentemente de atención siquiátrica, con su ampulosidad de siempre, lo que en una de Besson encaja a las mil maravillas.
-- Secuencias magistrales. Jean Reno enseñándole a la tierna Natalie Portman a usar un rifle. La lección en terreno, con un pobre diablo tomado por sorpresa. Los avances de la chica para seducir al viejote. Y por supuesto, la espectacular batalla final entre el asesino y un ejército de policías.
IDEAL PARA: Relajarse y disfrutar con una gran pizza de acción con personajes, actuaciones e historia.
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1994,
Angst Adolescente,
Asesinos Profesionales,
Cine de Francia
"Sin límites" (1996).
-- "Bound" (título original en inglés), "Lazos ardientes" (título en España). Estados Unidos. Año 1996.
-- Dirección: Andy Wachowski y Larry Wachowski (actualmente Lana Wachowski).
-- Actuación: Jennifer Tilly, Gina Gershon, Joe Pantoliano, John P. Ryan, Christopher Meloni, Richard C. Sarafian.
-- Guión: Andy Wachowski y Larry Wachowski (actualmente Lana Wachowski).
-- Banda Sonora: Don Davis.
-- "Sin límites" en IMDb.
-- "Sin límites" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Se cruzan en un ascensor, se miran, y deciden que harán tortillas. Bueh, en realidad no es tan rápido. Tarda lo suyo: como unos 15 minutos de peli, más o menos. Una está recién estrenada en el edificio, y hace trabajos machotes de reparación. La otra es gélida y vaporosa, femme fatale por los cuatro costados, y es la novia de un mafi joven. La pareja de chicas se hacen miñu miñu con ganas, en celestial cuerpo entero, después de lo cual la chica del mafi le propone a la fontanera un trabajito. Se trata de sacarle dos millones de dólares a su chico latino (italiano cuenta como latino, ¿verdad?) y de paso, dejarlo como betún de zapato de afroamericano delante de sus jefes, para que éstos lo despachen alegremente. Pero las cosas no salen todo lo bien que deberían. El sujeto en cuestión se deja engañar, eso sí (y con Jennifer Tilly poniendo cara de gatita buena, ¿quién no?), pero se enfrenta a sus jefes, hay balaceras, el par de chicas está metida en medio de todo eso, y todo empieza a irse lentamente cuesta abajo. Mejor hubieran seguido en el negocio de las tortillas.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Corría 1996, y los hermanos Wachowski trataban de hacerse un lugar en la industria. El año anterior habían pergueñado el guión del entretenido y descerebrado thriller "Asesinos", que dirigiera Richard Donner con un descendiente Sylvester Stallone y un ascendiente Antonio Banderas. Esta es la primera que dirigieron, además de escribirla, y los resultados no fueron tan malos. Y es que, digámoslo desde ya, los hermanos Wachowski tienen un cierto sello videoclipero, de "dígalo fácil y bonito" que linda con lo artificioso. "Sin límites" pasó a ser una película capital del cine lesbo, a pesar de que en estricto rigor es un filme de cine negro, y con el tiempo adquirió un cierto estatus de cult movie, al menos para ciertas colectividades en la semipenumbra.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Aunque se la promocione como un filme de chicas malas lesbianas, en realidad es una pieza de cine noir, con todos los tópicos propios del más rancio cine de gangsters: la chica mala que es la novia del mafioso, el grupete de mafiosos que son ¡italianos!, la ambientación nocturna, las quitadas entre mafis, las apariciones de cortesía de los polizontes, etcétera. Reemplácese en este argumento "transgresor" al personaje de la chica que se ennovia con la chica del mafioso por el rudo machote de pasado turbio Bogart's style de rigor en el cine noir, y tendremos un guión absolutamente clásico. Quizás por eso no tuvo un éxito mayor: ciertas cosas, uno las aguanta en el cine de los '40s y '50s, y eso con harto espíritu histórico y deporivo de por medio, pero en los '90s, otro era el chinchibún del bombo. Bien, por acá nada que decir, qué diablos, sentimos algo de debilidad y nostalgia por lo noir, así es que dejémoslo como una virtud.
-- Las chicas lesbis se la tortillean bien tortilleada. Nada que decir al respecto, Jennifer Tilly y Gina Gershon tienen juntas un morbo insuperable, la primera como lesbi vaporosa y la segunda como la camionera amachotada (camionera, figurada y literalmente, para no abandonar el tópico). Me da lo mismo que una escritora lesbiana, una tal Susie Bright, haya supervisado las escenas de sexo: la verdad es que la Gershon lo hace bien de lesbiana sucia, como lo probó un año antes como secundaria en la por otra parte birriosa "Showgirls".
-- Es una clara muestra del concepto que los Wachowski tienen del cine: puro estilo, nada de substancia. La historia, en realidad bastante inane, gana enteros en sus primeros quince minutos por el asunto lésbico (y hartos enteros), pero la hora y media después deviene en la historia de gángsters mil veces vista, y convencionalmente resuelta. Si vale la pena seguir viéndola (motivos lúbricos aparte, claro está, que ya no quedan en el resto del metraje) es por algunos detalles como la manera de enfocar las pistolas, antecedente claro de lo que será el bullet-time de "Mátrix", o la suciedad y turbiedad ambiente. En ese sentido, los Wachowski le saben sacar partido a aquello de que están reparando la casa, creando morbo con la chica con camiseta de trabajo, con las pinturas, o con las cañerías, usándolas en ciertas asociaciones sexuales que... Quizás yo tenga una mente mórbida, vale, pero la culpa es de los Wachowski por incentivarla, ¿no?
IDEAL PARA: Ver cine negro de los '40s al estilo Wachowski y con introducción lésbica por todo lo alto.
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1996,
Lesbianas,
Neo Noir
jueves, 16 de noviembre de 2006
"La agonía y el éxtasis" (1965)
"The agony and the ecstasy". Dirigida por Carol Reed. Protagonizada por Charlton Heston, Rex Harrison, Diane Cilento, Harry Andrews, Alberto Lupo, Adolfo Celi, Venantino Venantini, John Stacy, Fausto Tozzi, Tomas Milian. Estados Unidos. Año 1965.
¿De qué se trata?
Julio II, el Papa guerrero, vuelve de la guerra como gallo a su gallinero. Y le da vacaciones por un día a todo el mundo. Y todo el mundo deja de trabajar. ¿Todos? ¡No! Un esforzado escultor resiste a la tentación, y sigue en lo suyo incólumne. Este es Miguel Angel Buonarroti, quien se esfuerza en hacer las esculturas de la tumba de Julio II, que según sus propios cálculos, debería tardar 160 años en concluir (y que de hecho, nunca concluyó). Pero Julio II le tiene otro trabajito. Su tío, el Papa Sixto V, edificó una pobre capillita llamada en su honor la Capilla Sixtina, y es tan fea, pero tan fea, la pobre (pecado capital en la Italia del Renacimiento, añadamos), que Julio II quiere decorarla con algunas pinturitas. Así es que tú, Miguel Angel, pintarás la Capilla Sixtina. ¿Yo, señor? ¡Por ningún motivo, yo soy escultor y no pintor! ¡Pues lo harás porque o yo, el Papa, te meteré huevos de aquí hasta Constantinopla si te niegas! Y pues bien, mirado así, Miguel Angel se decide. Comienza a pintar. Y comienzan los desencuentros entre Miguel Angel el artista postulante a fondos públicos culturales concursables y Julio II, el new rich metido a Papa. Como por ejemplo el que lleva a Miguel Angel a pasarse una temporadita entre los canteros de mármol de Carrara. O la de Dios es Cristo que se produce cuando Julio II bota los andamios. O las continuas intrigas de Donato Bramante para emputecer a Miguel Angel y poner a Rafael Sanzio en su lugar. Y en medio de todo eso, el trabajo, el eterno trabajo de pintar la Capilla Sixtina, eterno por su proyección artística como uno de los más hermosos monumentos pictóricos de todos los tiempos, y eterno también por el tiempo que se tomó Miguel Angel en concluirla...
El espíritu de los tiempos.
A mediados del siglo XX hubo una buena avalancha de novelistas que buscaron inspiración en temas históricos y bíblicos para editar sendas novelas que fueron éxitos de crítica en su tiempo, pero que, digámoslo con todas sus letras, pasaron después al más lapidario de los olvidos (a veces de manera injusta, por cierto), siendo recordadas sólo sus obras, y eso por haber sido objeto de suntuosas adaptaciones para el cine. Entre esos novelistas están, sólo por mencionar algunos, Lloyd C. Douglas ("El manto sagrado"), Margaret Landon ("Anna y el rey de Siam"), Mika Waltari ("Sinuhé el egipcio"), Fulton Oursler ("La historia más grande jamás contada") y el que nos ocupa, Irving Stone. El tal Stone era negocio seguro desde que su novela sobre Vincent Van Gogh se transformara en el mítico filme "Sed de vivir", que consagró a Kirk Douglas, de manera que cuando en 1961 publicó "La agonía y el éxtasis", sobre la eterna batalla de Miguel Angel y Julio II por pintar el techo de la Capilla Sixtina (o no pintarlo, a según el turno, el año, la indisposición estomacal o la conjunción astral), los productores de Hollywood se relamieron con creces. Es de recordar que en un mundo cada vez más invadido por escoria mugrosa como los beatniks y hippies por un lado, y por asesinos sanguinarios como James Bond por el otro, aún quedaba espacio para el epic tradicional de alto presupuesto. Porque digámoslo de una vez, "La agonía y el éxtasis" nació tarde: es un filme con inspiración de los tempranos '50s, realizado en 1965. Quizás sea por esto, por su condición de canto de cisne, que este filme respira tanta majestad. Es, dicho así, una digna despedida para un género, la épica tradicional, que no volvería a levantar cabeza sino hasta la llegada de la infografía Gladiator's style.
¿Por qué verla?
- Es uno de los mejores filmes históricos jamás realizados. Así dicho, sin ambages. No es una historia del bueno contra el villano, sino un retrato de la colisión de dos caracteres titánicos, el colosal Julio II contra el ciclópeo Miguel Angel. Ambos son, en el fondo, hombres bienintencionados y que aman sus respectivas labores (convertir almas el uno, aunque sea por el discutible método de la espada, y extraer figuretas de la piedra el otro, por el cincel), y cuyos desencuentros no nacen sino de sus propios caracteres, y por qué no decirlo, de su orgullo y arrogancia personales. A las últimas, el portentoso arte de Miguel Angel servirá como vehículo de expiación para sublimar todas las taras que ambos poseen como seres humanos, y elevarlos a un plano místico de contemplación trascendente. Ya sé que suena demasiado literario de mi parte describirlo así, pero es que esta película en particular se lo merece; por una vez en la vida, Hollywood se supera a sí mismo y crea un filme que es puro espectáculo, no sólo sin insultar la inteligencia del espectador, sino que además dándose el gusto de centrarse más en el altorrelieve de los personajes, que en una historia que, si se fijan bien al ver la película, es en realidad bastante anodina y episódica.
- La película cuenta con un rigor histórico inusitado. Vale que esté basada en una novela de Irving Stone, pero es sabida la maporonería de los guionistas para meter cambios a su gusto a las novelas, y la chuloputería de los productores para hacer más vendiblemente prostituta la historia. Nada de eso se ve acá. La película es sobre la historia de Miguel Angel, Julio II y la Capilla Sixtina, y no sobre lo que los productores de Hollywood consideran espectacular o sexy mostrar, so pretexto del arte renacentista. La corte de secundarios incluye a varios personajes históricos, y todos ellos aparecen en contextos bastante correctos: el cardenal Giovanni de Medici (futuro Papa León X) como protector de Miguel Angel, Donato Bramante como enemigo de Miguel Angel (incluso hasta con el detalle de presentarlo como alguien aficionado a las demoliciones, algo que en verdad era, como que se ganó el mote de "Donato Bramante, maestro arruinante" en la realidad), Rafael Sanzio como un joven ambicioso muy ocupado en la Stanzia della Signatura ("La escuela de Atenas") y más que un poco vendido a la potestad de los poderosos, y así sucesivamente.
- Rex Harrison. Digan lo que quieran de Charlton Heston como Miguel Angel, pero su papel no deja de ser algo flojo. En aquellos años, el señor Heston, futuro Führer de la Asociación Nacional del Rifle, era el héroe hollywoodense de moda (Moisés en "Los diez mandamientos", Judá Ben Hur en "Ben Hur", Rodrigo Díaz de Vivar A.K.A. el Cid Campeador en "El Cid", el prota de "El planeta de los simios"... y en "La más grande historia jamás contada" no hizo de Jesús, pero lo más bien que le alcanzó para Juan Bautista). E hizo de Miguel Angel como otro héroe Ubermensch más cualquiera, en realidad: un buen papel, es cierto, pero sólo eso, un buen papel. Rex Harrison, en cambio, como Julio II, compone un personaje memorable y de múltiples matices: arrogante, orgulloso, perdonavidas, autoritario, ladino, socarrón... Hubiera sido muy fácil hacer de Julio II el villano oficial de la historia, y en cambio, crea un personaje complejo que funciona muy bien como contrapunto del un tanto chulesco Miguel Angel Heston's style.
- "¡Cuándo lo terminarás!". "Cuando lo termine...".
IDEAL PARA: Ver cine histórico que sea de verdad histórico, y épico que de verdad sea épico.
¿De qué se trata?
Julio II, el Papa guerrero, vuelve de la guerra como gallo a su gallinero. Y le da vacaciones por un día a todo el mundo. Y todo el mundo deja de trabajar. ¿Todos? ¡No! Un esforzado escultor resiste a la tentación, y sigue en lo suyo incólumne. Este es Miguel Angel Buonarroti, quien se esfuerza en hacer las esculturas de la tumba de Julio II, que según sus propios cálculos, debería tardar 160 años en concluir (y que de hecho, nunca concluyó). Pero Julio II le tiene otro trabajito. Su tío, el Papa Sixto V, edificó una pobre capillita llamada en su honor la Capilla Sixtina, y es tan fea, pero tan fea, la pobre (pecado capital en la Italia del Renacimiento, añadamos), que Julio II quiere decorarla con algunas pinturitas. Así es que tú, Miguel Angel, pintarás la Capilla Sixtina. ¿Yo, señor? ¡Por ningún motivo, yo soy escultor y no pintor! ¡Pues lo harás porque o yo, el Papa, te meteré huevos de aquí hasta Constantinopla si te niegas! Y pues bien, mirado así, Miguel Angel se decide. Comienza a pintar. Y comienzan los desencuentros entre Miguel Angel el artista postulante a fondos públicos culturales concursables y Julio II, el new rich metido a Papa. Como por ejemplo el que lleva a Miguel Angel a pasarse una temporadita entre los canteros de mármol de Carrara. O la de Dios es Cristo que se produce cuando Julio II bota los andamios. O las continuas intrigas de Donato Bramante para emputecer a Miguel Angel y poner a Rafael Sanzio en su lugar. Y en medio de todo eso, el trabajo, el eterno trabajo de pintar la Capilla Sixtina, eterno por su proyección artística como uno de los más hermosos monumentos pictóricos de todos los tiempos, y eterno también por el tiempo que se tomó Miguel Angel en concluirla...
El espíritu de los tiempos.
A mediados del siglo XX hubo una buena avalancha de novelistas que buscaron inspiración en temas históricos y bíblicos para editar sendas novelas que fueron éxitos de crítica en su tiempo, pero que, digámoslo con todas sus letras, pasaron después al más lapidario de los olvidos (a veces de manera injusta, por cierto), siendo recordadas sólo sus obras, y eso por haber sido objeto de suntuosas adaptaciones para el cine. Entre esos novelistas están, sólo por mencionar algunos, Lloyd C. Douglas ("El manto sagrado"), Margaret Landon ("Anna y el rey de Siam"), Mika Waltari ("Sinuhé el egipcio"), Fulton Oursler ("La historia más grande jamás contada") y el que nos ocupa, Irving Stone. El tal Stone era negocio seguro desde que su novela sobre Vincent Van Gogh se transformara en el mítico filme "Sed de vivir", que consagró a Kirk Douglas, de manera que cuando en 1961 publicó "La agonía y el éxtasis", sobre la eterna batalla de Miguel Angel y Julio II por pintar el techo de la Capilla Sixtina (o no pintarlo, a según el turno, el año, la indisposición estomacal o la conjunción astral), los productores de Hollywood se relamieron con creces. Es de recordar que en un mundo cada vez más invadido por escoria mugrosa como los beatniks y hippies por un lado, y por asesinos sanguinarios como James Bond por el otro, aún quedaba espacio para el epic tradicional de alto presupuesto. Porque digámoslo de una vez, "La agonía y el éxtasis" nació tarde: es un filme con inspiración de los tempranos '50s, realizado en 1965. Quizás sea por esto, por su condición de canto de cisne, que este filme respira tanta majestad. Es, dicho así, una digna despedida para un género, la épica tradicional, que no volvería a levantar cabeza sino hasta la llegada de la infografía Gladiator's style.
¿Por qué verla?
- Es uno de los mejores filmes históricos jamás realizados. Así dicho, sin ambages. No es una historia del bueno contra el villano, sino un retrato de la colisión de dos caracteres titánicos, el colosal Julio II contra el ciclópeo Miguel Angel. Ambos son, en el fondo, hombres bienintencionados y que aman sus respectivas labores (convertir almas el uno, aunque sea por el discutible método de la espada, y extraer figuretas de la piedra el otro, por el cincel), y cuyos desencuentros no nacen sino de sus propios caracteres, y por qué no decirlo, de su orgullo y arrogancia personales. A las últimas, el portentoso arte de Miguel Angel servirá como vehículo de expiación para sublimar todas las taras que ambos poseen como seres humanos, y elevarlos a un plano místico de contemplación trascendente. Ya sé que suena demasiado literario de mi parte describirlo así, pero es que esta película en particular se lo merece; por una vez en la vida, Hollywood se supera a sí mismo y crea un filme que es puro espectáculo, no sólo sin insultar la inteligencia del espectador, sino que además dándose el gusto de centrarse más en el altorrelieve de los personajes, que en una historia que, si se fijan bien al ver la película, es en realidad bastante anodina y episódica.
- La película cuenta con un rigor histórico inusitado. Vale que esté basada en una novela de Irving Stone, pero es sabida la maporonería de los guionistas para meter cambios a su gusto a las novelas, y la chuloputería de los productores para hacer más vendiblemente prostituta la historia. Nada de eso se ve acá. La película es sobre la historia de Miguel Angel, Julio II y la Capilla Sixtina, y no sobre lo que los productores de Hollywood consideran espectacular o sexy mostrar, so pretexto del arte renacentista. La corte de secundarios incluye a varios personajes históricos, y todos ellos aparecen en contextos bastante correctos: el cardenal Giovanni de Medici (futuro Papa León X) como protector de Miguel Angel, Donato Bramante como enemigo de Miguel Angel (incluso hasta con el detalle de presentarlo como alguien aficionado a las demoliciones, algo que en verdad era, como que se ganó el mote de "Donato Bramante, maestro arruinante" en la realidad), Rafael Sanzio como un joven ambicioso muy ocupado en la Stanzia della Signatura ("La escuela de Atenas") y más que un poco vendido a la potestad de los poderosos, y así sucesivamente.
- Rex Harrison. Digan lo que quieran de Charlton Heston como Miguel Angel, pero su papel no deja de ser algo flojo. En aquellos años, el señor Heston, futuro Führer de la Asociación Nacional del Rifle, era el héroe hollywoodense de moda (Moisés en "Los diez mandamientos", Judá Ben Hur en "Ben Hur", Rodrigo Díaz de Vivar A.K.A. el Cid Campeador en "El Cid", el prota de "El planeta de los simios"... y en "La más grande historia jamás contada" no hizo de Jesús, pero lo más bien que le alcanzó para Juan Bautista). E hizo de Miguel Angel como otro héroe Ubermensch más cualquiera, en realidad: un buen papel, es cierto, pero sólo eso, un buen papel. Rex Harrison, en cambio, como Julio II, compone un personaje memorable y de múltiples matices: arrogante, orgulloso, perdonavidas, autoritario, ladino, socarrón... Hubiera sido muy fácil hacer de Julio II el villano oficial de la historia, y en cambio, crea un personaje complejo que funciona muy bien como contrapunto del un tanto chulesco Miguel Angel Heston's style.
- "¡Cuándo lo terminarás!". "Cuando lo termine...".
IDEAL PARA: Ver cine histórico que sea de verdad histórico, y épico que de verdad sea épico.
Busca otras películas relacionadas:
-- Charlton Heston,
1965,
Basada en Obra Literaria,
Histórica
domingo, 12 de noviembre de 2006
"El hombre de la pistola de oro" (1974).
-- "The Man with the Golden Gun". Estados Unidos / Inglaterra. Año 1974.
-- Dirección: Guy Hamilton.
-- Actuación: Roger Moore, Christopher Lee, Britt Ekland, Maud Adams, Hervé Villechaize, Clifton James, Richard Loo, Soon-Tek Oh, Marc Lawrence, Bernard Lee, Lois Maxwell, Marne Maitland, Desmond Llewelyn.
-- Guión: Richard Maibaum y Tom Mankiewicz, basados en la novela de Ian Fleming.
-- Banda Sonora: John Barry.
-- "El hombre de la pistola de oro" en IMDb.
-- "El hombre de la pistola de oro" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Una bala de oro llega hasta el despacho de James Bond. Es un abierto desafío: se sabe que esta clase de regalitos son enviados por Francisco Scaramanga, un despiadado asesino que, como corresponde a la tradición, es lo suficientemente escurridizo como para que no haya mucha información sobre él en el Servicio Secreto Británico... y que son enviados por Scarie a quienes van a ser sus próximas víctimas. Por la fecha, Bond tiene las manos llenas persiguiendo noticias sobre el paradero de un importante científico que parece haber desarrollado un gran invento que haría rentable la energía solar, y abriría las llaves del desarrollo tecnológico para la Humanidad del futuro. Ambas investigaciones terminan por cruzarse, por supuesto. En el asunto está enredada, y bien enredada, una tal Andrea, que es la amante de Scaramanga. Más o menos aclaradas las cosas, Scaramanga decide hacer algo que ennoblece a su personaje, a la vez que lo hace tan estúpido como otros villanos de menor cuantía en películas también de menor calaña: en vezz de exterminar a Bond de una buena vez, arregla las cosas para montar un verdadero juego mortal, en el cual el premio mayor será el secreto de la energía barata... y la vida. Scaramanga considera a Bond como su igual, y por tanto, le ofrecerá un desafío único: las seis balas de la PPK de Bond, contra una sola bala del revólver de oro de Scaramanga. Cuando Bond protesta porque la ventaja a su favor es algo injusta, Scaramanga replica: "sólo necesito una...".
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Los '70s estaban corriendo, y la renovación de Bond estaba ya completa: Roger Moore era el nuevo Bond, y la gran épica estilo "Operación Trueno" o "Sólo se vive dos veces" era historia, cediendo paso a tramas más centradas en el aquí y en el ahora, como el narcotráfico ("Vive y deja morir") o la crisis energética, tema entonces fresco por la Guerra de Yom Kippur de 1973, y el chantaje de la OPEP al mundo occidental de subir los precios del barril de petróleo. También estaban de moda el Oriente, con el cine de artes marciales a lo Bruce Lee ("Operación Dragón" era del año anterior), y el viajecito de Sylvia Kristel a Bangkok (aaaaaah, "Emmanuelle"...), en un preludio del ahora floreciente negocio del comercio sexual. Por otra parte, la relación profesional entre los productores Albert Broccoli y Harry Saltzman estaba deteriorándose, y ésta sería la última peli Bond que ambos producirían en conjunto (Broccoli seguiría en solitario). Todo esto hizo de "El hombre de la pistola de oro" una película sumamente problemática. El resultado en taquilla fue pobre, y parecía ahora sí que la saga Bond había tocado fin.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Francisco Scaramanga. Esta es una de esas películas en donde el villano lo absorbe todo, como un charco de agua bajo una esponja de baño. La trama es espúrea y la famosa máquina para producir energía solar a bajo precio es sólo un pretexto para la pelea entre el héroe y el villano, pero... existe una muy buena razón para que se llame con el nombre del malo. Viene interpretado por Christopher Lee, que parece por fin en la saga Bond después de haber rechazado el rol de Julius No en "El satánico Doctor No". Su idea de tener sexo con su mujercita es pasar por encima de su cuerpo en ropa interior su pistola de oro (fálico, ¿verdad?). Eso, además de tener refugio en una isla de Tailandia, con un enano como camarero (fíjense bien, este enano es el que después sería el famoso Tatoo de "La isla de la fantasía"). La idea es que Bond encuentra por fin a alguien que es su igual, pero en este caso no es así: el villano se come con zapatos al héroe. Y es que entre la clase de Roger Moore, y el carisma avasallador de Christopher Lee, pues bien, ya sabemos quién gana y quién no... (¿A cuántas pelis han invitado a Moore después de ser Bond, y a cuántas a Lee después de ser Drácula, Scaramanga, Saruman, el Conde Dooku...?).
IDEAL PARA: Admirar a Christopher Lee en gloria y majestad.
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1974,
Asesinos Profesionales,
Espionaje
miércoles, 8 de noviembre de 2006
"Batalla en el cielo" (2005)
"Batalla en el cielo". Dirigida por Carlos Reygadas. Protagonizada por Marcos Hernández, Anapola Mushkádiz, Bertha Ruiz, David Bornstien, Rosalinda Ramírez, El Abuelo (¡¡!!), Brenda Angulo. México / Bélgica / Francia / Alemania. Año 2005.
¿De qué se trata?
Conversación en el metro entre prota geo y gordo y señora gorda y fea, con audio deleznable. Prota feo y gordo camina por el metropolitano. Prota feo y gordo conduce a chica en automóvil. Más conversación. El asunto termina en burdelesque. Prota viaja a su casa, de noche, sin haberse merendado a la chica. Prota feo y gordo se afana a esposa fea y gorda. Prota feo y gordo trata de agarrarse a la chica, la chica le da el pase, y se la agarra. Prota feo y gordo se sale de la chica, y su piñiñi piñiñi se baja lentamente. Prota feo y gordo se trauma porque ya no aguanta a su señora la morsoide (¿y quién...?). Prota feo y gordo es rechazado por la chica. Prota feo y gordo acuchilla a la chica. Prota feo y gordo hace peregrinación a una catedral mexicana. Esposa entra antes que policías para que se entregue, y encuentra muerto al prota feo y gordo. Y fin.
El espíritu de los tiempos.
México cuenta con una tradición fílmica inusualmente sólida para los cánones latinacas, siendo los únicos que han conseguido producir auténticas megaestrellas fílmicas latinas como Jorge Negrete, Cantinflas o María Félix, que han hecho carrera en sus países en vez de irse a los Estados Unidos para triunfar (léase Salma Hayek). Lo que es una bendición, claro está, pero también una maldición, guey, porque ahorita pos qué fácil que cualquier cabrón chingao te haga una pinche película como ésta, en la que parece se reunen pos ahorita que tres amigotes, mano, y hacen esta cosa...
¿Por qué verla?
Previo a dar razones: Para que los mexicanitos aprendan, en Chile tenemos una palabra para definir esta clase de empresas artísticas. Las llamamos "choreza" o "ser choro" (algo así como la actitud de "soy atrevido, lo hago y me cago en un par, y a ver quién es el guaperas que me dice algo"). Esta peli es eso, es una choreza, y si me permiten el lazo de hermandad chilenomexicano, es una pinche choreza, hueón cabrón... Y ahora, vamos a dar las razones.
- Si te gusta el cine dizqueintelectual con harto tercermundismo por el afán de hacer tercermundismo, y que confunde realismo con naturalismo, feísmo o adefesismo, ésta es la tuya.
- La peli se abre con una felación y se cierra con otra, a toda cámara (no como cuando la mama Shannon Whirry). Claro que tienes que aguantarte todo el intermedio, y conste que hubo gente que no aguantó toda la extensión de la hora y media de metraje (no es chiste, media sala abandonó su asiento antes del final, cuando malgasté mi dinero yendo a verla al cine). Pero hay felación, eso sí. (Para los inkurtos que no sepan qué es felación: es mamada, succionada, chupada, etcétera).
- Si te gustan las bizarradas por todo lo alto, entonces encontrarás sublime la escena del gordo montándose a la gorda. Ni Fellini en sus mejores tiempos era tan hardfriki. Claro que, te lo advertimos desde ya, si esa escena te gusta es hora de que vayas pidiendo cita con el locólogo, porque alguna gotera debe estarse filtrando dentro de tu azotea...
IDEAL PARA: Salir del cine diciendo algo como "oye guey, chinga tu puta madre, pinche frijolero cabrón".
¿De qué se trata?
Conversación en el metro entre prota geo y gordo y señora gorda y fea, con audio deleznable. Prota feo y gordo camina por el metropolitano. Prota feo y gordo conduce a chica en automóvil. Más conversación. El asunto termina en burdelesque. Prota viaja a su casa, de noche, sin haberse merendado a la chica. Prota feo y gordo se afana a esposa fea y gorda. Prota feo y gordo trata de agarrarse a la chica, la chica le da el pase, y se la agarra. Prota feo y gordo se sale de la chica, y su piñiñi piñiñi se baja lentamente. Prota feo y gordo se trauma porque ya no aguanta a su señora la morsoide (¿y quién...?). Prota feo y gordo es rechazado por la chica. Prota feo y gordo acuchilla a la chica. Prota feo y gordo hace peregrinación a una catedral mexicana. Esposa entra antes que policías para que se entregue, y encuentra muerto al prota feo y gordo. Y fin.
El espíritu de los tiempos.
México cuenta con una tradición fílmica inusualmente sólida para los cánones latinacas, siendo los únicos que han conseguido producir auténticas megaestrellas fílmicas latinas como Jorge Negrete, Cantinflas o María Félix, que han hecho carrera en sus países en vez de irse a los Estados Unidos para triunfar (léase Salma Hayek). Lo que es una bendición, claro está, pero también una maldición, guey, porque ahorita pos qué fácil que cualquier cabrón chingao te haga una pinche película como ésta, en la que parece se reunen pos ahorita que tres amigotes, mano, y hacen esta cosa...
¿Por qué verla?
Previo a dar razones: Para que los mexicanitos aprendan, en Chile tenemos una palabra para definir esta clase de empresas artísticas. Las llamamos "choreza" o "ser choro" (algo así como la actitud de "soy atrevido, lo hago y me cago en un par, y a ver quién es el guaperas que me dice algo"). Esta peli es eso, es una choreza, y si me permiten el lazo de hermandad chilenomexicano, es una pinche choreza, hueón cabrón... Y ahora, vamos a dar las razones.
- Si te gusta el cine dizqueintelectual con harto tercermundismo por el afán de hacer tercermundismo, y que confunde realismo con naturalismo, feísmo o adefesismo, ésta es la tuya.
- La peli se abre con una felación y se cierra con otra, a toda cámara (no como cuando la mama Shannon Whirry). Claro que tienes que aguantarte todo el intermedio, y conste que hubo gente que no aguantó toda la extensión de la hora y media de metraje (no es chiste, media sala abandonó su asiento antes del final, cuando malgasté mi dinero yendo a verla al cine). Pero hay felación, eso sí. (Para los inkurtos que no sepan qué es felación: es mamada, succionada, chupada, etcétera).
- Si te gustan las bizarradas por todo lo alto, entonces encontrarás sublime la escena del gordo montándose a la gorda. Ni Fellini en sus mejores tiempos era tan hardfriki. Claro que, te lo advertimos desde ya, si esa escena te gusta es hora de que vayas pidiendo cita con el locólogo, porque alguna gotera debe estarse filtrando dentro de tu azotea...
IDEAL PARA: Salir del cine diciendo algo como "oye guey, chinga tu puta madre, pinche frijolero cabrón".
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2005,
Bajo Mundo,
Cine de Latinoamérica
"Nicotina" (2003)
"Nicotina". Dirigida por Hugo Rodríguez. Protagonizada por Diego Luna, Lucas Crespi, Norman Sotolongo, Jesús Ochoa, Martha Tenorio, Rafael Inclán, Rosa María Bianchi, José María Yazpik, Marta Belaustegui, Eugenio Montessoro, Carmen Madrid, Daniel Giménez Cacho, Alexis Sánchez. México / Argentina / España. Año 2003.
¿De qué se trata?
Un chico listo de las computadoras está descargando (hackeo mediante, por supuesto) información de una cuenta corriente suiza. Venderá esa información, a través de un dealer, a un par de mafiosos rusos. Pero el chico listo se pasa de listo, y mete un sistemilla de espionaje en la casa de su sexy vecina (en realidad no tan sexy, pero se deja ver). Y sigue pasándose de listo porque cuando la vecinilla está a punto de hacerse pulpa con su lover, le hace una jugada por la cual ella descubre el espionaje. A su vez, ella lo engaña e ingresa al departamento, dejando la de Dios es Cristo y mezclando los discos. El chico listo consigue una copia del disco y sale con ella, y es llevado donde los mafiosos rusos, y ¡qué creen! El disco que le pasan a los mafiosos rusos, está lleno de imágenes y archivos de la vecinita, y de las cuentas suizas, nada. Y ahí comienza la odisea de los personajes: de los mafiosos rusos por sobrevivir y salirse con la suya, de los mafiosos mexicas por sobrevivir y salirse con la suya, de una dependienta de una farmacia por salir adelante y sobrevivir emocionalmente, de una peluquera mala como el natre que trata de salir adelante y sobrevivir económicamente, y así sucesivamente. Y en medio de todo eso algunos personajes fuman, y de ahí que esta cosa se llame "Nicotina" y no "días de juerga que pasan por andar espiando a tu vecinita".
El espíritu de los tiempos.
En los '90s, el cine latinoamericano experimentó una fuerte mutación. El viejo cine '60s, deudor del Neorrealismo italiano, de la nouvelle vague francesa o el free cinema inglés, fue dando paso a otro tipo de cine, deudor de las convenciones propias del cine indie yanketa. De esta manera, muchos cineastas abandonaron el cinema novo o el realismo a la chilena para pasar a tratar de asimilarse a Guy Ritchie, Quentin Tarantino, etcétera. Esto tiene que ver, por supuesto, con la globalización, los multimedia, MTV y todas esas cosas que llegaron en los '80s, y que en la década siguiente empezaron a surtir efectos. Los resultados suelen ser irregulares, por supuesto, como ocurre cuando la copia es en realidad imitación servil, pero el ver cine pseudoindie a la latina siempre presenta algún interés, aunque sea por el manejo de las locaciones. Y es que se diga lo que se diga, una ciudad latina sigue conservando una atmósfera propia, en medio de tanta globalización, que ninguna ciudad yanketa puede reproducir.
¿Por qué verla?
- Es llevadera. Salvando los primeros veinte minutos de película, en donde se hace la presentación de los varios personajes que se entrecruzarán, y en los cuales el espectador puede buenamente preguntarse qué rayos está pasando, el resto se deja ver. No llega a ser desopilante ni bizarra, pero algo logra.
- El trabajo estético, mostrando calles y locaciones de Ciudad de México con abundancia de luces de neón y colores propios de historieta, le otorgan una atmósfera especial, casi irreal, que viene bien con el asunto del hacker.
IDEAL PARA: Amantes de las frikadas latinas y dizqueintelectuales seguidores de Tarantino.
¿De qué se trata?
Un chico listo de las computadoras está descargando (hackeo mediante, por supuesto) información de una cuenta corriente suiza. Venderá esa información, a través de un dealer, a un par de mafiosos rusos. Pero el chico listo se pasa de listo, y mete un sistemilla de espionaje en la casa de su sexy vecina (en realidad no tan sexy, pero se deja ver). Y sigue pasándose de listo porque cuando la vecinilla está a punto de hacerse pulpa con su lover, le hace una jugada por la cual ella descubre el espionaje. A su vez, ella lo engaña e ingresa al departamento, dejando la de Dios es Cristo y mezclando los discos. El chico listo consigue una copia del disco y sale con ella, y es llevado donde los mafiosos rusos, y ¡qué creen! El disco que le pasan a los mafiosos rusos, está lleno de imágenes y archivos de la vecinita, y de las cuentas suizas, nada. Y ahí comienza la odisea de los personajes: de los mafiosos rusos por sobrevivir y salirse con la suya, de los mafiosos mexicas por sobrevivir y salirse con la suya, de una dependienta de una farmacia por salir adelante y sobrevivir emocionalmente, de una peluquera mala como el natre que trata de salir adelante y sobrevivir económicamente, y así sucesivamente. Y en medio de todo eso algunos personajes fuman, y de ahí que esta cosa se llame "Nicotina" y no "días de juerga que pasan por andar espiando a tu vecinita".
El espíritu de los tiempos.
En los '90s, el cine latinoamericano experimentó una fuerte mutación. El viejo cine '60s, deudor del Neorrealismo italiano, de la nouvelle vague francesa o el free cinema inglés, fue dando paso a otro tipo de cine, deudor de las convenciones propias del cine indie yanketa. De esta manera, muchos cineastas abandonaron el cinema novo o el realismo a la chilena para pasar a tratar de asimilarse a Guy Ritchie, Quentin Tarantino, etcétera. Esto tiene que ver, por supuesto, con la globalización, los multimedia, MTV y todas esas cosas que llegaron en los '80s, y que en la década siguiente empezaron a surtir efectos. Los resultados suelen ser irregulares, por supuesto, como ocurre cuando la copia es en realidad imitación servil, pero el ver cine pseudoindie a la latina siempre presenta algún interés, aunque sea por el manejo de las locaciones. Y es que se diga lo que se diga, una ciudad latina sigue conservando una atmósfera propia, en medio de tanta globalización, que ninguna ciudad yanketa puede reproducir.
¿Por qué verla?
- Es llevadera. Salvando los primeros veinte minutos de película, en donde se hace la presentación de los varios personajes que se entrecruzarán, y en los cuales el espectador puede buenamente preguntarse qué rayos está pasando, el resto se deja ver. No llega a ser desopilante ni bizarra, pero algo logra.
- El trabajo estético, mostrando calles y locaciones de Ciudad de México con abundancia de luces de neón y colores propios de historieta, le otorgan una atmósfera especial, casi irreal, que viene bien con el asunto del hacker.
IDEAL PARA: Amantes de las frikadas latinas y dizqueintelectuales seguidores de Tarantino.
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2003,
Bajo Mundo,
Cine de Latinoamérica
domingo, 5 de noviembre de 2006
"Vive y deja morir" (1973).
--"Live and let die". Inglaterra / Estados Unidos.
-- Dirección: Guy Hamilton.
-- Actuación: Roger Moore, Yaphet Kotto, Jane Seymour, Clifton James, Julius Harris, Geoffrey Holder, David Hedison, Gloria Hendry, Bernard Lee, Lois Maxwell.
-- Guión: Tom Mankiewicz, basado en la novela de Ian Fleming.
-- Banda Sonora: George Martin.
-- "Vive y deja morir" en IMDb.
-- "Vive y deja morir" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Asamblea de las Naciones Unidas. Uno de los simpáticos inoperantes está dando un discurso, cuando de pronto su colega británico fallece repentinamente. Un espía con terno a lo Bond anda dando vueltas en Nueva Orléans, pero es rápidamente asesinado (¿acaso murió Bond?). Otro fulano prisionero en una isla sufre una horrible muerte vudú a manos de una serpiente venenosa (¿ahora sí que era Bond?). ¡Pues no! Bond estaba en realidad cómodamente instalado en su departamento, "prensando el vino" de una agente italiana. Le envían a investigar la conexión Nueva Orléans, para lo cual recibe ayuda del siempre bien dispuesto Félix Leiter, a quien conociera en "El satánico Dr. No". Parece que tras los crímenes está un individuo llamado Mr. Big, un hampón negro de las altas esferas del crimen organizado que anda en tratos sucios con Kananga, el dictador de una islita caribeña llamada Saint Monique, en donde se practica la santería y el vudú. Bond viaja a la isla de Kananga, logrando con ello una valiosa baza: consigue capturar a la joven Solitaire, una virgen que Kananga usa para predecir el futuro en las cartas (en realidad, ella cede a los requerimientos de él, y digámoslo con todas sus letras, gracias a una descarada trampa del británico). Ahora Kananga está furioso. Muy furioso. Y Bond la pagará. Aunque eso signifique hacer entrar en acción a los hambrientos yacarés de Mr. Big.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Después de "Los diamantes son eternos", los productores tenían que ajustarse a los nuevos tiempos. Sean Connery había prometido no hacer otra Bond de nuevo, pero entretanto había quedado libre una opción aceptable para los productores: un tal Roger Moore no había podido rodar "007 al Servicio Secreto de Su Majestad" por haber estado en la serie de televisión "El Santo", pero ahora estaba listo para la acción. Por otra parte, el mundo estaba ahora en la plenitud de los '70s, y el público ya no estaba interesado en los mesiánicos planes de supervillanos pulpescos para atrapar al mundo, sino en la contingencia: el black power, el blacksplotation, el auge del narcotráfico, etcétera, y también por supuesto en la espiritualidad "de los pueblos primitivos" de la emergente New Age, todas cosas que son bien visibles en "Vive y deja morir". Así es que los productores aprovecharon en esta cinta de "relanzar" al personaje Bond, enfrentándolo a problemas más cotidianos, presentando a Roger Moore como nuevo James Bond, y buscando una banda sonora más rockera dándole la canción de créditos a Paul McCartney y Wings (mejor conocida por el cover que después hizo Guns 'n' Roses), pero al mismo tiempo asegurándose de mantener una cierta continuidad, contratando como director a Guy Hamilton por tercera vez después de "Goldfinger" y la entrega inmediatamente anterior ("Los diamantes son eternos"), y trayendo de regreso al secundario Félix Leiter, además de insertar un personaje Quarrel Jr., hijo del Quarrel secundario de "El satánico Dr. No", la primera cinta Bond (por cierto, Quarrel Jr. cuenta como uno de los peores inventos en todas las historias Bond). Y también rememorando una escena Bond clásica, cual es la lucha en el tren que sufre 007 en "Desde Rusia con amor".
¿POR QUÉ VERLA?
-- ¿James Bond enfrentándose al black power? Sí, sí sucedió... La idea no deja de ser insólita, tratándose de una cinta Bond. Vale que ni Kananga ni Mr. Big son realmente villanos de la misma altura que otras cintas Bond, pero su plan es simple, lógico, y mucho más realista que otros villanos, de manera que ganan enteros por eso. De hecho, Mr. Big se permite callar a Bond cuando va a pronunciar su clásico "my name is Bond, James Bond", interrumpiéndole y escupiéndole un seco "los nombres son para las lápidas, nene". Por ese puro diálogo, Mr. Big pasa como big champion.
-- Jane Seymour. Es la primera aparición fílmica de una chica mejor conocida por cintas como "Simbad y el ojo del tigre", o su personaje televisivo de la Doctora Queen, "la mujer que cura", y digámoslo grande y fuerte, la Seymour y su personaje de Solitaire es probablemente una de las mejores chicas Bond de todos los tiempos, tanto por sex-appeal como por su personalidad carismática. Para ser más claros, no es una modelo metida a chica Bond, sino una actriz de tomo y lomo que crea una mujer de un carácter bastante especial.
-- La chica Bond negra, por su parte, es una de las más penosas que ha dado la saga. Pero por eso mismo, tiene un encanto especial. Dura lo justo y preciso para que apreciemos sus curvas (no muy abundantes) y nos sorprendamos con la memez del personaje, y después desaparece antes de poder darnos mal sabor de boca. Como una cita de una noche con una chica sexy y descocada que no sirve después de las nueve de la mañana. ¿Qué más se puede pedir?
-- Bond enfrentado a la santería y el vudú es también otra anomalía en la serie, considerando que todos sus enemigos son "del lado de acá" de la tumba. Hay algún guiño que hace pensar que lo sobrenatural tiene verdadera carta de presencia en esta historia, y eso rompe todo molde Bond (o no: para todas las fantasmadas que se ha mandado en su veintena de filmes, su ángel guardián debe trabajar horas extras).
-- No diremos "secuencias de acción". La secuencia de la persecusión con lanchas en el río debió quedar espectacular por allá en 1973, pero después de haber visto "Los magníficos", "McGyver" y muchas otras seriales de los '80s haciendo lo mismo, y muy en particular "Miami Vice", el asunto se ha añejado lo suyo. Para peor, la secuencia es larguísima, y por tanto, increíblemente lenta para los cánones actuales. Hay policiales del '40 que son más ágiles.
IDEAL PARA: Ver a James Bond poniendo los pies en el mundo "de a de veritas".
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Vudú
miércoles, 1 de noviembre de 2006
"El diablo viste a la moda" (2006).
-- "The Devil wears Prada". Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: David Frankel.
-- Actuación: Meryl Streep, Anne Hathaway, Emily Blunt, Stanley Tucci, Adrian Grenier, Tracie Thoms, Rich Sommer, Simon Baker, Daniel Sunjata.
-- Guión: Aline Brosh McKenna, basada en la novela de Lauren Weisberger.
-- Banda Sonora: Theodore Shapiro.
-- "El diablo viste a la moda" en IMDb.
-- "El diablo viste a la moda" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Una chica algo desenchufada del negocio editorial, con el encanto hiperlabial de Anne Hathaway, llega hasta la redacción de una revista de modas, y hace el ridículo más supino cuando pregunta quién es Miranda Priestly (más o menos como preguntar quién es Dios). A pesar de todo la contratan, y ella empieza a dar patinazo tras patinazo tras patinazo porque, verán, la chica ignora que Miranda siente una pasión casi sexual por exigirle disciplina a sus subalternas. El noviecito y sus amiguetes la apoyan, pero nada la ha preparado para la presión mórbida de Miranda, y la descalificación continua y sistemática de sus hueros compañeros de trabajo. Al poco tiempo está terriblemente descompensada, y no sabe qué hacer. Hasta que un compañero le dice "oye, si crees que estás de paso, olvídate, nena, porque esto es para siempre, así es que mimetízate, camúflate, ven y desciende al infierno con nosotros". Y la chica desciende al infierno, porque después de todo, en el infierno se viste Prada. Y empieza a cambiar, conoce otra gente, el noviecito ya no la reconoce (y para la cara de gándul ganapasta que tiene, no es que sea la gran pérdida, tampoco), y su mente empieza a sufrir una metamorfosis que la lleva a identificarse con Miranda Doliente, casi al estilo Síndrome de Estocolmo. Y es que como dicen, más sabe la diabla por vieja que por diabla, Miranda lleva añitos en el negocio, y la tentación es justamente el negocio del demonio...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Había una vez una chica linda que entró a trabajar a una revista, y le tocó en suerte una jefa que, según los rumores, es una perra de cuidado. La chica aguantó y aguantó, al final se fue de la revista, y se vengó escribiendo un libro sobre sus experiencias, enmascarándolos bajo un alter ego propio, y un alter ego de su antigua jefa. La novela de esta chica, cuyo nombre es Lauren Weisberger, resultó ser un éxito de librerías, tanto que según se rumorea, la gente linda no sólo compró el libro, sino que algunos hasta dieron el paso siguiente y se atrevieron a leerlo sin que les temblara el párpado. Los Estudios Fox le asestaron el palo al gato comprando los derechos de la novela, e hicieron una suntuosa adaptación para el cine, con la vieja fórmula de la actriz consagrada (Meryl Streep) versus la estrella ascendente (Anne Hathaway), y para redondear contrataron de dire a David Frankel, cuya trayectoria fílmica no es muy lucida (tiene como crédito a "Rapsodia en Miami", para que nos entendamos, y si no la han visto no se apuren en hacerlo), pero que tenía a su haber el dirigir varios capítulos de "Sex and the city", y por lo tanto, algo tenía que entender sobre cómo darle un toque chic a la historia. En este rubro también deberíamos decir algo sobre los tiempos que corren, sobre George W. Bush, sobre Irak, sobre el calentamiento global, sobre el imperialismo depredador de las grandes corporaciones, etcétera, pero ¡hey!, esto es sólo una película sobre modas, y por tanto, profundamente atemporal...
¿POR QUÉ VERLA?
-- Las actuaciones. Meryl Streep se roba la película, por supuesto. Uno podría buenamente decir que la señora Streep, después de sus años de trayectoria (desde "Kramer versus Kramer" y "El francotirador", y antes incluso), y la justa y merecida fama de actriz legendaria que se ha ganado, podría echarse a dormir en los laureles como un Robert de Niro cualquiera, pero no. A poco de verla en "Confesiones a mi suegra", llega aquí con uno de sus papeles más logrados en toda su carrera. Pero Anne Hathaway, por su parte, no desmerece tampoco, y derrocha simpatía y carisma a raudales (por no decir baba lúbrica también), y no deja de ser meritorio teniendo que hacerlo parándose al lado de un monumento viviente como la Streep. El resto del elenco brilla bien: Emily Blunt como la insoportable compañera de secretariado, y Stanley Tucci como el diseñador gay (¡hey, ya había hecho un rol amanerado en "¿Bailamos?"!).
-- El fenómeno que esta película describe, el jefe que aprovecha su posición de poder para abusar todo lo posible de sus subordinados, es algo que pasa en cualquier parte y en todo lugar. En ese sentido, la situación descrita por la película es tópica a rabiar, y por lo mismo, permite explorar algunas cosas. Como por ejemplo la retroalimentación que se produce entre el jefe abusivo, y los empleados que se dejan abusar. O como el jefe abusivo aprovecha su aura de poder como arma de combate. O como la gente le vende su alma al diablo, dejándose explotar e incluso vaciándose espiritualmente, y encontrándole finalmente la razón a estos jefes de pacotilla. Y así sucesivamente.
-- Es un buen ejemplo de filme estilo "descenso a los infiernos", en el cual el protagonista se va dejando enredar, lenta e insensiblemente, en la maraña de tentaciones y presiones que tiene alrededor, hasta que llegado el momento clave, descubre no sólo que no puede salirse de la maquinaria, sino que está muy a gusto en ella... y no sólo olvida que esa maquinaria es la causa actual de su infelicidad, sino que ni siquiera se da cuenta de lo infeliz que es. Y todo eso está retratado a la perfección.
-- Para los intelectualoides: la vacuidad del mundo actual. Aunque ese gol sale casi de chiripa, porque no parece haber estado en la mente de los creadores de esta historia, lo cierto es que queda en evidencia lo poco importantes que son al final todas estas cosas. O sea, nadie en la película lucha por curar el cáncer, contribuir a la tolerancia entre las razas o religiones, escribir una gran novela, ni siquiera editar una revista científica que lleve cultura a la gente. Al final todo se trata de... moda. MTV está lleno de ese mismo espíritu, como ácidamente lo criticaba "Zoolander".
-- Es una película elegante y sofisticada, hecha en ese apartado con todo el mimo del mundo. Hace tiempo que no las hacen así.
IDEAL PARA: Ver una comedia sobre una situación que, bien mirada, no es tan de comedia.
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2006,
Comedia,
Jefe Insoportable,
Moda,
Pacto Fáustico
"Zoolander" (2001).
-- "Zoolander" (título original), "Zoolander (Un descerebrado de moda)" (título en España). Estados Unidos / Australia / Alemania. Año 2001.
-- Dirección: Ben Stiller.
-- Actuación: Ben Stiller, Owen Wilson, Christine Taylor, Will Ferrell, Milla Jovovich, Jerry Stiller, David Duchovny, Jon Voight, Judah Friedlander, Nathan Lee Graham, Alexandre Manning, Asio Highsmith, Alexander Skarsgård, Donald Trump, Christian Slater.
-- Guión: Drake Sather, Ben Stiller y John Hamburg, sobre el personaje y la historia creados por los dos primeros.
-- Banda Sonora: David Arnold.
-- "Zoolander" en IMDb.
-- "Zoolander" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Malasia está feliz, porque acaban de elegir a un Primer Ministro que promete eliminar políticas tales como salarios bajos o trabajo infantil. Un sindicato de peces gordos vinculados al negocio de la moda está que chirría los dientes, ya que para ellos, dichas políticas humanitarias son quiebra inminente. Por lo tanto, arman un plan para que el Primer Ministro sea asesinado en su viaje a los Estados Unidos. El elegido para la empresa es Derek Zoolander, un supermodelo cuyo cerebro en algún minuto de su vida se fue a comprar cigarrillos a la esquina y nunca más volvió. Zoolander está en horas bajas porque se hace viejo, y otro supermodelo más joven está por reemplazarlo, ganando el premio que Zuie quería para sí. Para colmo, aparece una entrevista en la revista Time que lo ridiculiza abiertamente, y para peor, sus amigotes sufren el percance más idiota del mundo. Decide, por ende, retirarse del mundo de la moda, y vuelve a la mina de carbón en donde trabaja su padre, quien no acepta que su hijo ande mostrando el paque en avisos de ropa interior, vestido de sireno. En medio de todo eso recibe una oferta que no puede rehusar: trabajar para un exquisito diseñador de moda. Al mismo tiempo, la periodista del Time comienza a investigar a este diseñador, y descuibre cosas muy raras. Como, por ejemplo, que sus modelos suelen morir jóvenes, y la chica del diseñador anda siempre metida en las cercanías. ¿Caerá acaso el buen Zoolander en la trampa que le están tendiendo los malignos conspiradores del Fashion Mundial...?
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
MTV llegó para quedarse. En los '80s marcó época, en los '90s era líder, y en el 2000 es un penoso espectro de lo que alguna vez fue. Pero su legado estético y videoclipero quedó para la posteridad. MTV se lanzó al mercado de producir películas, todas las cuales tienen en común ser productos de cierta estética videoclipera, sobre temas que interesan a su target objetivo, los adolescentes, tal y como la moda, la secundaria, etcétera. Una de sus realizaciones más ambiciosas es ésta, una desopilante sátira del mundo de la moda y el fashion.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una sátira descarnada y sin misericordia sobre el mundo de la moda. Derek Zoolander es descrito como el cerebrohueco más superficial de toda la tierra, que vive en la tierra de la perfecta inconsciencia. Su mejor enemigo, el modelo Hansel, busca la profundidad espiritual, pero lo hace en rituales tántricos New Age de los cuales la parte más interesante es, por supuesto, el sexo (¿cabía otra cosa?). Las situaciones tópicas descritas son increíblemente ajustadas a lo que de verdad ocurre por allí, incluyendo el hecho de que un modelo no puede, por mucho que quiera, volver a sus raíces, porque su propia huequedad viaja consigo, y de ahí que después de sus retiros espirituales, vuelven tan imbéciles como salieron (o peor).
-- Ben Stiller. Nunca se aplaudirá lo suficiente a este comediante, probablemente el mejor de su generación. Y es que no importa cuán perdedor, ruin, estúpido o loser sea su personaje, siempre se las arregla para caer sobre sus zapatos con dignidad. En esta película se las arregla para inyectarle una enorme dosis de humanidad a un personaje en principio despreciable, como lo es Zoolander, y consigue eso sin verse patético ni mamón. Maestro.
-- El elenco está por todo lo alto. Owen Wilson compone un Hansel tan competitivo como simpático, según se tercie. Will Ferrer está igual de antipático que siempre, pero como hace el papel de villano, eso es un punto a favor y no en contra. Milla Jovovich está en su salsa haciendo de villana dura y peligrosamente sexy, incluso más que en "El quinto elemento" o "Juana de Arco"; la cara de morbo que pone en la escena final, al ser derrotada por la jovencita, es de antología. Christine Taylor desmerece un tanto, pero cumple. Jon Voight aparece en poquitas escenas, como el padre de Zoolander, pero cuando aparece, es un estupendo contrapunto para Stiller. Y mención especial se lleva David Duchovny, en un rol prácticamente irreconocible, y sacándose de encima la placa de Mulder, Fox Mulder, FBI Agent.
-- Secuencias desopilantes. El "entrenamiento" en el "spa". La revelación de la conjura de los modistos (¿sabes por qué mataron a Lincoln y Kennedy?). Las secuencias estilo Garganta Profunda (el contacto, no la peli porno). La orgía por compasión (sí, como suena). La secuencia íntegra del regreso de Zoolander a la mina. Las, ejem, "negociaciones" entre el villano villanísimo y Zoolander. El duelo entre Zoolander y Hansel, incluyendo su zafadísimo final. La secuencia en los Premios MTV. El "accidente" de los amigotes de Zoolander. ¡Caramba, harto más que el promedio!
-- Si te gustan los cameos, esta película es tu oportunidad. Aparecen Billy Zane, Donald Trump, Christian Slater, Cuba Gooding Jr., Natalie Portman, Lenny Kravitz, Gwen Stefani, Heidi Klum, Paris Hilton, Fred Durst, Claudia Schiffer, Lukas Haas, y como gran aparición especial, David Bowie himself. Esos, y un cuantuhay más.
IDEAL PARA: Partirse de risa viendo en acción al más estúpido de los modelos (¿será en verdad el más estúpido...?).
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