11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 30 de julio de 2006

"Steamboy" (2004)


"Suchîmubôi". Dirigida por Katsuhito Otomo. Protagonizada por (las voces de, en la versión japonesa) Anne Susuki, Masane Tsukayama, Katsuo Nakamura, Manami Konishi, Kiyoshi Kodama, Ikki Sawamura, Susumu Terajima. Japón. Año 2004

¿De qué se trata?
Señoritas y señoritos, sed todos bienvenidos a la Inglaterra de mediados de la década de 1860. Ya sabéis, por supuesto, si vuestros mayores os han contado, o si vosotros mismos lo habéis visto en relatos de vetustos libros de tiempos pretéritos en nuestras memorias, que en dichos años la alegre Inglaterra estaba ya de suyo imbuida en la Revolución Industrial. Pero sabed vosotros, mis muy estimados contertulios, que ésta no es una Inglaterra cualquiera, que no es la Inglaterra histórica a la que vosotros por tanto tiempo os habéis habituado a través de las flemáticas series de la también muy seria televisión inglesa. No, pues no, señor. Esta Inglaterra es una Inglaterra de ambientación... ¿cómo diríamos? Sí, ya sé que habéis escuchado la palabra antes, es una Inglaterra "steampunk". En estas tierras es donde podéis encontrar, si es que prestáis atención, a un jovencito cuyo padre ha emigrado de casa a distantes tierras. Recibe un infausto día la noticia, este jovencito cuya historia os refiero, de que su padre ha fallecido, y su abuelo vigila que cierto prototipo que circula por los alrededores, no caiga en manos indebidas o inapropiadas. Pues bien, el jovencito se ve involucrado entonces en un abierto conflicto. El artefacto es una esfera que lleva consigo un líquido supercrítico, que como debéis saber para la adecuada comprensión de esta historia, ha sido extraída de las cavernas de Islandia. Este líquido es, como podréis intuir, mis muy inteligentes contertulios, la base de un vapor muy poderoso, a través del cual podéis fabricar máquinas que el asombro del mundo no ha sido capaz de concebir jamás. Y se lo disputan, por un lado, el Imperio Británico, la flamante potencia cuya bandera ondea en la cuarta parte de las astas levantadas sobre las tierras emergidas del globo, y por el otro, como podréis suponer, un enorme consorcio americano. A quién el niño entregará el artefacto, pues bien, ése es precisamente el meollo del asunto, porque si hemos de ser consecuentes y diligentes con la verdad, anmbos bandos tienen propósitos no en exceso limpios, como por ejemplo el uso de la nueva tecnología para desarrollar máquinas de muerte y destrucción bélica, y tales cosas no son consideradas como correctas por el jovencito, como bien podréis suponer...

El espíritu de los tiempos.
Como comentábamos hace un tiempo atrás, el Steampunk es un género literario bastante maltratado en el cine. Esta clase de historia alternativa en la cual existe una hipertecnificación a base de vapor, en la Inglaterra de comienzos del siglo XX, ha tenido escuálidos representantes en filmes olvidables como "Wild Wild West" o "La liga de los caballeros extraordinarios" (y ya no hablemos de "Van Helsing"). Sólo en Japón, al otro lado del mundo, los productores de animé han tenido la inteligencia para captar el concepto, como por ejemplo "El castillo andante". Existen dos versiones del Steampunk. Una de ellas es la resultante de la interacción entre lo fantástico y lo ucrónico, como "El castillo andante" precisamente. La otra es la versión más dura, científica y radical, sin elementos de fantasía ni magia, como lo es precisamente "Steamboy", hasta el momento la película steampunk por excelencia. Y no podía venir de otro sino Katsuhito Otomo, el hombre que años atrás nos entregó una de las mejores joyas del cine Cyberpunk, género especular y hermano del Steampunk por excelencia: me refiero, por supuesto, a "Akira".

¿Por qué verla?
- "Steamboy" es Steampunk en estado puro, sin añadidos fantásticos de ninguna clase. Pasando por alto la explicación de que toda la tecnología que se ve es producto de un líquido supercrítico extraído de Islandia, todo el resto es ciencia ficción pura y dura, sin concesiones a la magia y al misticismo. Si un líquido así existiera en estado natural, todo lo que se ve en la película serían derivados lógicos y científicos de dicho elemento. Y no se diga que novelas "científicas" no recurrían a los materiales extraños: la muy científica "Los primeros hombres en la Luna", de Herbert George Wells, recurría a la "cavorita" como mineral antigravitatorio que permitía alcanzar la Luna. La maquinaria que se ve, también es Steampunk en estado puro: maquinaria del siglo XX, pero con estética propia del siglo XIX.
- El planteamiento de fondo es bastante denso. Todo gira en torno al papel de la ciencia en relación al resto de la sociedad. ¿Debe progresar la ciencia de manera indefinida porque el ser humano debe conocer cosas, o bien el científico tiene alguna clase de responsabilidad social con respecto al resto de la sociedad? La cuestión, dentro de la película, no es nada fácil, porque ninguno de los dos bandos, en realidad, está pensando en el bienestar social. La Fundación O'Hara pretende el desarrollo científico sin más, extrayendo el conocimiento científico de la aristocracia y entregándolo al pueblo... en forma de productos que se puedan vender y de los cuales se pueda profitar mucho, pero mucho, dinero. Por otra parte el Imperio Británico también pretende el bienestar de la Humanidad, pero es incapaz de concebirlo sin un Imperio fuerte que tenga muchas, muchas armas de guerra con las cuales aplastar a sus enemigos. O sea, el planteamiento de la película es cualquier cosa, menos maniqueo. La mejor parte de todo esto es que cada bando tiene sus cinco minutitos en los cuales explica su propia posición, y critica la posición contraria, de manera que este filme es un excelente punto de partida para cualquier debate sobre el problema del atentado que ciertos avances científicos pueden significar para valores como la dignidad humana o los derechos de las personas. Y no se diga que el tema es decimonónico, o que el planteamiento lo sea. Que el abuelo del protagonista haya sido un cientifista a ultranza y que se cambie de bando hacia un planteamiento más social de la ciencia, y que el padre del protagonista haya recorrido exactamente el mismo camino, pero a la inversa, es algo que pasa todos los días en la actualidad. Por otra parte, el padre del protagonista, siendo un cyborg cada vez más extraviado entre su propia maquinaria, hasta el punto de fundirse al final con su castillo volador, le añade una ácida crítica a la deshumanización que provoca la ciencia hoy en día.
- La historia está plagada de guiños históricos diversos. El principal adalid del Imperio Británico es nada menos que Robert Stephenson, uno de los principales pioneros en el desarrollo de las locomotoras en la historia real. El escenario en donde transcurre la acción es la Exposición Universal de Londres, de 1851, que en nuestra historia propia organizó la Reina Victoria, y que ha sido recreado cuidadosamente y de manera muy realista para la película. En cuanto al consorcio rival del Imperio Británico, es llamado la Fundación O'Hara, y aunque nunca se dice su apellido, la principal heredera es una chica llamada Scarlett... ¿a nadie le suena Scarlett O'Hara? ¿"Lo que el viento se llevó", quizás? De todas maneras, estos elementos no se encuentran organizados de manera histórica (Stephenson trabajó a comienzos del XIX, la Exposición fue en 1851, y se menciona que la Fundación O'Hara traficó con armas después de la Guerra Civil en Estados Unidos), pero estos anacronismos son perdonables, porque después de todo, estamos en una ucronía, en una historia paralela, y no en nuestro propio universo real.

IDEAL PARA: Ver (¡ahora sí, por fin!) una película Steampunk de verdad, no Steampunk a medias o que huela a Steampunk o Steampunk comercial, sino Steampunk puro y sacado de la veta, como corresponde, como hacía tiempo los modernos fabricantes de mitología y los historiadores del arte como su humilde servidor tenía merecido ver en pantalla.

"La guerra de las galaxias, Episodio II: El ataque de los clones" (2002)


-- "Star Wars: Episode II - Attack of the Clones". Estados Unidos. Año 2002.
-- Dirección: George Lucas.
-- Actuación: Ewan McGregor, Natalie Portman, Hayden Christensen, Christopher Lee, Samuel L. Jackson, Frank Oz, Ian McDiarmid, Pernilla August, Rose Byrne, Temuera Morrison, Daniel Logan, Jimmy Smits.
-- Guión: George Lucas y Jonathan Hales, basados en una historia del primero.
-- Banda Sonora: John Williams.

-- "La guerra de las galaxias, Episodio II: El ataque de los clones" en IMDb.
-- "La guerra de las galaxias, Episodio II: El ataque de los clones" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Ha pasado una decena de años desde el luctuoso Episodio I. La antigua Reina Amidala ahora es senadora (¿quién entiende esa menda de sistema político?). Cuando llega a Trantor... perdón, quise decir, a Coruscant, el gigantesco mundo-ciudad, hay un atentado, aparentemente perpetrado por las facciones separatistas que desean abandonar la República. Parece que Amidala murió, pero no, a la que mataron es a una doble (lástima, me hubiera gustado seguir viendo a Keira Knightley en pantalla). Amidala es puesta bajo un grueso cerco de seguridad, que prueba la completa ineficiencia de los jedis en esta clase de faenas, porque una asesina vulgar y cutre consigue infiltrarse y poner en peligro otra vez a la reina jubilada. Aunque la asesina muere en la persecusión subsiguiente, ésta compite en cretinismo con los jedis, porque usa un veneno tan rebuscado, que pone a Obi Wantan Kenobi, u Obi Wan Kenobi, o como se llame, en la pista de un planeta escondido. Allí descubre un programa secreto de la República para crear un ejército de clones que pueda contender con los separatistas. Por otra parte, a los jedi les parece una estupenda idea que Amidala sea custodiada por el inestable, rebelde, problemático, edípico y chulopiscina Anakin Skywalker: o sea, poner al perro a cuidar la carnicería. Por supuesto que Anakin desobedece sus órdenes y se lleva a Padmé Amidala a visitar Tatooine, guiado por sus sueños de sexualidad reprimida sobre su madre. Allí descubre a su madre masacrada, y se venga convirtiéndose en alguien torvo y resentido contra el mundo (o se supone que eso debemos creer). Las andanzas de todos los personajes llevarán hasta la guarida del maléfico Conde Dooku, quien ha estado obrando en las sombras como agente del intrigante de la capucha que entrevimos en la entrega anterior.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Seguro que pocos esperaban que aquel filme que responde al rimbombante título de "La guerra de las galaxias, Episodio I: La amenaza fantasma" fuera una obra maestra, o siquiera algo al nivel de "La guerra de las galaxias original". Lo que nadie esperaba, es que resultara ser tan inenarrablemente malo. Así que papi Lucas tomó apuntes y corrigió algunos puntos. El Episodio II tiene un tono más oscuro, tiene una trama algo más densa, va más al grano, y Jar Jar Binks aparece lo mínimo (lo justo y preciso para meter las patas otra vez, en escala galáctica, transformándose en el títere de Palpatine: ahora sabemos que Jar Jar Binks es el criaturomorfo que aniquiló a la República completita). Pero George Lucas no pudo evitar embarcarse con el chulesco Hayden Christensen en un papel que le queda grande como una casa. ¿Ese rebelde sin causa que se revienta las espinillas masturbándose con su madre... ÉSE va a ser después Darth Vader...? MEIN GOTT!!! Por otra parte, al adquirir la trama un tono más político, los manejos comienzan a parecerse cada vez más a los turbios negocios internacionales de la Dinastía Bush, y la República carcomida por adentro y vigilada por una tropa de jedis incompetentes, empieza a tener más de una resemblanza con los conservadores que luchan por enseñar el diseño inteligente al lado del evolucionismo en las escuelas públicas de Kansas.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Natalie Portman, e Ian McDiarmid. En medio de este desastre general, son los dos actores que se roban la película y la sostienen casi íntegramente cuando aparecen. ¡Seguro que pintan muy bien si algún día hacen el remake de "Titanic"!

-- Las escenas en el planeta escondido, incluyendo los asépticos laboratorios en donde están siendo fabricados los clones que integrarán a futuro el ejército imperial, aunque no son un hallazgo estético (están copiados limpiamente de la estética de "Inteligencia artificial", y se parecen notablemente a los de "Sentencia previa"), están bien trabajados y le dan cierta prestancia a una película sin grandes alardes creativos en lo que a imaginería visual se refiere, como no sea en el apartado de los FXs.

-- Una vez más, así como en el "Episodio I", la subtrama política cuenta como lo mejor del filme. Después de dejar bien clarito que ha perdido la magia, George Lucas opta por irse al terreno del relato de personajes y la historia de acción de matiné, cosas ambas en las que fracasa miserablemente, pero esto es lo que precisamente ayuda a potenciar la trama política: ya que apenas la toca y la deja en guiños y sutilezas de fondo, gana muchos puntos en oscuridad y numinosidad.

-- El resto de la película es un desastre. La trama tiene más agujeros que un termitero. Hayden Christensen es una penosísima elección para futuro Señor del Mal. Contratar a Christopher Lee, antiguo Conde Drácula, en un papel llamado el Conde Dooku, sólo porque Lee era la primera elección para Moff Tarkin en "La guerra de las galaxias" y lo rechazó (y le dieron el rol a otro grande del cine de monstruos, Peter Cushing), no es más que un capricho de niñato mimado por parte de George Lucas. El tercio final de la película, supuestamente el más emocionante, tiene el suspenso y la tensión propia de un videojuego (ahora salta este caldero hirviente... ¡bien, 50 puntos!). Y mejor no hablar de la chorrombélica seguidilla de metidas de pata de los jedi, que podría haber pasado como un estudio crítico de la descomposición interna de un cuerpo o logia u orden de iluminados, pero cuyo tono marcadamente apologético desvirtúa cualquier reflexión "a la Gibbon" sobre el particular.

IDEAL PARA: Ver una peli interesante, aunque fallida, sobre Star Wars.

jueves, 27 de julio de 2006

"Bajo el sol de Toscana" (2003)


"Under the Tuscan Sun". Dirigida por Audrey Wells. Protagonizada por Diane Lane, Sandra Oh, Lindsay Duncan, Raoul Bova, Vincent Riotta, Mario Monicelli, Roberto Nobile, Anita Zagaria, Evelina Gori, Giulia Steigerwalt, Pawel Szadja, Valentine Pelka. Estados Unidos / Italia. Año 2003.

¿De qué se trata?
Una mujer de edad media, de los Estados Unidos, afronta un traumático proceso de divorcio, finiquitando un matrimonio en donde ella lo dio todo a cambio de nada (o sea, ella trabajaba para mantener a su maridito que, mientras tanto, se dedicaba a escribir un libro). Decepcionada, recibe un peregrino regalo de un par de amigas lesbianas: un viajecito en primera clase para participar en un tour gay en Toscana. Lo de compartir con semejante fauna le causa no poco escozor, pero como se ha mudado a un departamento en donde tiene un vecino quejica que no la deja concentrarse en el eximio arte de la Literatura, decide marcharse, a ver si los marimachos son menos escandalosos (lo son, de hecho). En Italia, cae en amor a primera vista con... no, no con un macho itálico, sino con una villa que evidentemente conoció mejores tiempos en alguno de sus 300 años de existencia sobre sus cimientos. Después de esta alocada decisión, comienza el proceso de reconstruir todo el mundo a su alrededor. O sea: lidiar con los maestros que arreglan la casa, no dejarse convencer con las miraditas de un abogado casado, pelear con los maestros polacos que llegan a trabajar a Italia, hacer de casamentera entre dos jóvenes que se quieren contra la oposición del padre de la chica, y cómo no, darse tiempo para encontrar el amor en los brazos de algún sensual italiano. De alguna curiosa manera, consigue abrirse paso a través de los contratiempos (que, digámoslo con todas sus letras, tampoco son para echarse a morir), y se abre camino lentamente hacia la felicidad. Lindo, ¿no?

El espíritu de los tiempos.
Etre el público yanki siempre ha existido una fascinación con los países latinos, con una cierta vibración de sensualidad y belleza de sus chicos, chicas y gastronomía, de la que los yankis parecen ser carentes (o así nos hacen creer). A veces le toca a los mexicas, a veces a los españoles, y ahora les tocó a los italianos. Y en realidad no andan tan desencaminados. No importa qué tan hermoso sea el Empire State Building o el Golden Gate, jamás podrán competir con la inmutabilidad de la Pirámide del Sol en Tenochtitlán, con la majestuosidad del Domo de la Catedral de Florencia, con la elegancia del Parlamento de Londres, con la alegría de vivir de Sans Souci, con el sentimiento de Notre Dame de París...

¿Por qué verla?
- Es una película que se asume y reconoce como una comedia ligera y sin pretensiones, pero a la vez con finura y elegancia. No engaña queriendo prometer las respuestas a la existencia, ni resulta aburrida como historia de situaciones. Es una de esas películas en donde todos los elementos armonizan entre sí. Resulta poco verosímil a veces, en particular por la manera en que cae en ese feo vicio yanki de mostrar al resto del mundo (Italia, en este caso), como si fuera una postal romántica, pero tampoco la idea es hacer un retrato verídico, sino aprovechar el entorno toscano para tejer una historia sofisticada y llevadera, así que está bien... si no se asume con gravedad de intelectualoide izquierdista de tipo "¡miren lo que la cultura imperalista yanki hizo con nuestro hermoso país italiano!". Por cierto, las citas a Fellini salen sobrando.
- La fotografía de este filme es simplemente espectacular. Sin hacer grandes alardes de paisajismo, salvo en algunas secuencias, consigue recrear un entorno mágico sin caer en la chapucería del realismo mágico a lo Laura Esquivel.
- Diane Lane. El elenco está en su punto y armoniza muy buen cada personaje con el otro, pero sin lugar a dudas recae en ella la mayor parte del éxito de este filme. Belleza madurona y cercana a la cuarentena, en esa época estaba fresco su exitazo en la por otra parte insípida "Infidelidad", por lo que elegirla a ella de protagonista no podía ser una mejor elección.

IDEAL PARA: Ver una película optimista, sin ser empalagosa, de manera relajada, y silbar una linda tonada después.

"El diario de Bridget Jones" (2001).


-- "Bridget Jones's Diary". Inglaterra / Irlanda / Francia. Año 2001.
-- Dirección: Sharon Maguire.
-- Actuación: Renée Zellweger, Hugh Grant, Colin Firth, Gemma Jones, Jim Broadbent, Celia Imrie, James Faulkner, Shirley Henderson, James Callis, Charmian May, Paul Brooke, Sally Phillips, Embeth Davidtz, Patrick Barlow, Felicity Montagu, Salman Rushdie, Jeffrey Archer.
-- Guión: Helen Fielding, Andrew Davies y Richard Curtis, basados en la novela de la primera.
-- Banda Sonora: Patrick Doyle.

-- "El diario de Bridget Jones" en IMDb.
-- "El diario de Bridget Jones" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Bridget Jones es una chica treintona, soltera y con poco que ofrecerle a un hombre (físico algo abultado, vida intelectual bajo mínimos, inteligencia afectiva de una mocosa de quince), y que trabaja en una editorial que publica a intelectuales muy por encima de su nivel académico. Es Año Nuevo, y decide dejar de ser una perdedora. Bajará de peso, dejará de fumar, dejará de tomar. Y en particular, cazará a un hombre. El hombre que se pone a tiro es, ¡ups!, su jefe, un donjuán duro/tierno/sensible que hace lo imposible por meterse bajo sus pantaletas de abuela. Como debería deducirse a partir de la descripción que hicimos del personaje, Bridget Jones cae redonda en la trampa, y se transforma en una diosa sexual con un sinvergüenza entre las piernas. Más tarde o más temprano, por supuesto, la verdad se sabe, así es que Bridget corre rápido fuera de la protección uterina de la editorial, para hacer su propia vida en el mundo exterior. En medio de las procelosas aguas de la vida a las que ha sido arrojada con tan poca misericordia, comienza a hacerle los puntos un letrado que parece ser un genio en las ligas mayores de la abogacía, pero que de calor humano, nada. Así es que Bridget comienza a debatirse entre los dos prospectos, el sinvergüenza simpático y el témpano correcto... todo eso condimentado con las inevitables metidas de pata que perpetrará una y otra, y otra, y otra vez, ayudada por su escasa habilidad social y su aún más penoso sentido de cómo aterrizar sobre los pies en caso de caída inminente.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Treinta años después de que el tema de la liberación femenina se transformó de movimiento rebelde y contestatario en problema instalado en las agendas de todos los países civilizados, una nueva generación de mujeres ha devenido en esto. No es cosa de enviar a las mujeres de regreso a las tres K alemanas (Kuchen, Kirche, Kinder), pero sí podrían haber aprovechado un poco mejor todo el movimiento, ¿no? Algunas mujeres nacidas con la ventaja de que sea social y políticamente correcto potenciar el rol de la mujer en la sociedad lo han aprovechado para superarse a sí mismas y demostrar que pueden lidiar en igualdad de condiciones con los hombres, pero otras no se han liberado, sino que las liberaron a la fuerza, y no se lanzaron a la vida, sino que fueron lanzadas a ella. El mundo de comienzos del siglo XXI está plagado de chicas clónicas de Bridget Jones, cuyo horizonte vital queda penosamente reducido a encontrar un hombre con el cual copular y reproducir la especie, y hacer un poco de vida social con los amigotes de bar para no aburrirse. No es raro entonces que se haya formado un buen piso de base para proporcionarle lectores a la columna que Helen Fielding comenzó a escribir sobre Bridget Jones en la prensa (¡no en un libro, porque las Bridget Jones no leen nada que no sea "autoayuda y superación"!). No es raro que ese piso de lectores le haya dado éxito al personaje. Y no es raro por tanto que haya devenido en película (¡y hasta se pueda hacer estrujado jugo para una segunda parte!). No creo que todo esto haya estado en la mente de Simone de Beauvoir, cuando escribió "El segundo sexo".

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es un retrato crudo y duro de hacia donde devino la liberación femenina del último tercio del XX. Bridget Jones es una chica independiente, pero lo único que añora es depender de un hombre porque su vida es tan vacua que nada más puede rellenar sus ansias por existir (¡y para colmo, ese hombre al final aparece!). Ya ese puro valor antropológico debería hacer esta película de visionado obligado para entender nuestra época, mucho más que cintas laureadas con el Premio Oscar por dizqueintelectuales de medio pelo y verborrea pseudoheideggeriana.

-- Renée Zellweger. Hizo tan suyo el personaje, se sacrificó tanto por él, lo hizo con tanto carisma, que consiguió hacerlo relativamente entrañable, a pesar de sus numerosos defectos. Digámoslo de una vez, después de verla a ella es impensable este papel en manos de otra actriz. No, si se quiere que la película tenga un mínimo de trabajo actoral.

-- Algunos chistes, aunque previsibles, tienen gracia. Pocas vergüenzas se pueden pasar en la vida tan crueles como la secuencia de la fiesta de prostitutas y curas, por ejemplo.

IDEAL PARA: Verla, mirar después alrededor, y ponerse a llorar.

miércoles, 19 de julio de 2006

ESPECIAL MENSUAL Nº 5: COMEDIAS ROMÁNTICAS.

Después de habernos dado la ronda por varios géneros distintos, es ahora el turno de las comedias románticas, un género tan viejo como el cine mismo... y que a veces trata de reinventarse una y otra vez, con mayor o menor fortuna. Este mes posteamos:

"La boda de mi mejor amigo" (1997).
"El padrino de la boda" (1999).
"La cosa más dulce" (2002).
"Divorcio a la francesa" (2003).
"Juntos en la nieve" (1999).

Y como lo prometimos, el domingo pasado dimos inicio al ciclo dominical sobre "La guerra de las galaxias", con el siempre controversial "Episodio I". Durante este domingo no habrá posteo, pero al siguiente reanudaremos la serie con el "Episodio II". Y así, hasta culminar con la hexalogía.
Todo eso condimentado, como siempre, con las reseñas de las películas de estreno que es posible ver en el cine (aunque aquí en Chile a veces lleguen con uno o dos años de retraso, e incluso suceda el ridículo que las estrenan en TV cable antes que en el cine, pero así son las cosas por acá)...
Y mientras nos acercamos a nuestros primeros seis meses, completando medio año en total, nos despedimos, siempre invitándolos a que sigan leyendo las reseñas de CINE 9009.

"La boda de mi mejor amigo" (1997).


-- "My Best Friend's Wedding". Estados Unidos. Año 1997.
-- Dirección: P. J. Hogan.
-- Actuación: Julia Roberts, Dermot Mulroney, Cameron Diaz, Rupert Everett, Philip Bosco, M. Emmet Walsh, Rachel Griffiths, Carrie Preston, Susan Sullivan, Christopher Masterson.
-- Guión: Ronald Bass.
-- Banda Sonora: James Newton Howard.

-- "La boda de mi mejor amigo" en IMDb.
-- "La boda de mi mejor amigo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Julianne es una chica cercana a la treintena, exitosa e independiente. O sea, una chica que en materia de relaciones sentimentales postmodernas es una arpía que se sienta en los hombres. Hizo un pacto, alguna vez, de casarse con cierto chico si es que ambos estaban solteros a cierta edad, y cuando se acerca el cumpleaños, pues bien, ella recibe la llamada que arreglará el matrimonio de Michael... no con Julianne, sino con otra chica llamada Kim. Y el tipo, con un sentido de la discreción no excesivamente desarrollado, invita a la más o menos "ex" a ser dama de honor. A la tal Julianne, maldita la gracia que le hace, así es que viaja para luchar con la competencia, una chica descerebrada e inocentona que está embobada hasta los talones con él. Julianne hace lo imposible por sabotear el matrimonio, y lo único que logra es, por una parte, que el novio trate gentilmente de disuadirla, al tiempo que la novia, pues bien, le coge cada vez más cariño... El problema es que el chico aún siente algo por la arpía exitosa e independiente, y, pues bien...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Mientras los veinteañeros de los '90s se escudaban en la escena de Seattle y seguían a bandas yonkis depresivas autorreferentes como Nirvana o Alice In Chains, los treinteañeros experimentaban un cambio de proporciones. La vida era linda y frívola para los adinerados que, hijos de la revolución sexual de los '60s, no estaban dispuestos tan abiertamente al dulce vínculo matrimonial. Consecuencias de la liberación femenina, que le llaman. El sexo en los '90s era, en consecuencia, algo distendido y neurótico a la vez, una mezcla de la decadencia frívola de "Sex And The City" y la tragedia narcisista de "Buffy la Cazavampiros". En medio de este panorama irrumpió con fuerza esta comedia aparentemente ligera, con muchos referentes irónicos y a la vez distanciadores con la comedia romántica de los '50s (partiendo con los números musicales), y cuya sátira no por involuntaria es menos corrosiva. La fórmula de "La boda de mi mejor amigo" (treinteañeros que descubren que el trabajo no lo es todo, música en abundancia, entornos de cierto glamour, amigo gay) fue después imitada por "El diario de Bridget Jones", las "comedias" de Jennifer Lopez, y varios otros subproductos de menor categoría.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Julia Roberts. En su papel de villana adorable alcanzó la cúspide de popularidad en su carrera (interpretativa no, ese rol queda para su ninguneado papel en "Mary Reilly"). Dan ganas de abrazarla tiernamente para consolarla, y también de ahorcarla para que se deje de estupideces de una vez. Es decir, la esencia misma de lo que significa ser una hembra humana (suerte para los gatos, que sólo tenemos que lidiar con gatas).

-- Cameron Díaz. Hasta ese minuto era la rubia sexy de "La máscara". Este rol le entreabrió las puertas de la fama, que después pateó con brutalidad al reventar las taquillas con "Loco por Mary". Y es que en esta película está chispeante como nunca (como antes de hacerse famosa, por lo menos). La escena del karaoke, en donde canta con más voluntad que calidad, forma parte de la leyenda en la historia de la comedia cinematográfica.

-- Dermot Mulroney. ¿Este tipo aburrido y sin gracia, motivo suficiente para ver una película...? Pues sí... Si ese desangelado y maltrecho gato de callejón puede convertirse en objeto de deseo de Cameron Díaz y Julia Roberts, entonces cualquiera puede, hasta yo, ¿no? (voy a ir a lamerme la barriga y acicalarme los bigotes por si acaso).

-- P. J. Hogan. Si no eres Woody Allen o los Hermanos Coen, entonces dirigir una comedia es un infierno, porque lo hagas bien o mal, nadie se va a fijar en ti. Así es que démosle palco a este pobre australiano ninguneado, cuya filmografía es más bien escasa, pero contundente (entre sus filmes se cuentan "La boda de Muriel", que cuando la vi en el cine éramos cinco personas adentro de la sala, y el "Peter Pan" del 2003).

-- Las secuencias musicales. Tienen todo el encanto de los filmes de los '50s, pero actualizados: partiendo con la secuencia de créditos con chicas en rosado, la mencionada escena del karaoke, y acabando con ese gran coro de mitad de tiempo cantando una de... ¿de quién era? ¿Dionne Warwick...? Se me olvidó el otro día, cuando trataba de memorizarme los 626 Kegels de Mozart...

-- El humor. Hay chistes estilo gag, por supuesto, pero también hay mucho humor de diálogo. Y de buenos diálogos, no chistes obvios ni evidentes. Ya este solo detalle debería dejar esta comedia entre el decil superior de las mejores comedias de todos los tiempos.

IDEAL PARA: Ver una comedia con la que te puedas reir porque es divertida, y no porque estás acompañado por una chica y más vale que muestres tener sentido del humor.

"El padrino de la boda" (1999)


"The best man". Dirigida por Malcolm D. Lee. Protagonizada por Taye Diggs, Nia Long, Morris Chestnut, Harold Perrineau, Terrence Howard, Sanaa Lathan, Monica Calhoun, Melissa De Sousa. Estados Unidos. Año 1999.

¿De qué se trata?
Esta es una ambientada entre la gente nigga con clase y dinero, algo que no debería extrañar a nadie si decimos que es una producción de 40 acres y una mula, el acorazado cinematográfico de Spike Lee. Pues bien, un grupo de cuatro amiguetes se reune porque uno de ellos, un mediocre deportista bueno para rezarle a Dios y fuckearse perras, va a sentar cabeza y contraerá matrimonio. Entre estos amiguetes está un escritor que publicará su primera novela, y que ¡ups! ha escrito sobre todas sus relaciones en clave de ficción. O no tanto, porque todos los amiguetes y sus respectivas parejas se reconocen en los personajes ficticios, y le sacan en cara al escritor la manera en que los pinta. Pero aún no sucede nada. La trama central de la novela en comento, refiere nada menos que una indiscreción de la chica que acompañará al deportista al altar, con el escritor. Saquen cuentas de qué pasará cuando el deportista, un tipo alto y macizo como un toro, se de cuenta y agarre al más bien esmirriado escritor y le proporcione la golpiza de su vida. ¡Ah! Y mencionemos también que el libro, maldita la gracia que le hizo a la novia oficial del escritor, por no hablar de los líos con cierta periodista que también se ve reflejada y quiere terminar el "coitus interruptus" (figuradamente hablando) de hace años atrás... Mejor, si escribes, dedícate a los cuentos infantiles.

El espíritu de los tiempos.
Como decíamos, "40 Acrees And A Mule" es la productora oficial de Spike Lee, para hacer cine supuestamente alternativo, desde el ángulo afroamericano. De que sus películas están plagadas de afroamericanos lo están (los famosos 40 acres y una mula hacen alusión a una ley del siglo XIX que le daba tales cosas a los campesinos negros recién emancipados, promesa que nunca se cumplió), pero en lo de alternativo cabe preguntarse qué tanto, porque con el auge del cine independiente, y de la tolerancia políticamente correcta, ser nigga que hace películas sobre gente nigga se volvió algo respetable, quizás demasiado. Esta es otra de esas películas que pretenden mostrar el sonriente mundo de los negros (de hecho, no hay personajes blancos), pero que en definitiva no sale de los estereotipos de siempre que han estigmatizado a esa pobre y esforzada raza, perseguida por los cuatro rincones del mundo (¿cómo quedo con esa frase...?).

¿Por qué verla?
- Es una comedia relativamente llevadera. No es para parirse de risa ni mucho menos, pero se deja ver con cierta holgura.
- La película aborda, al menos de soslayo, un tema poco frecuentado por el cine, cuál es la relación del escritor con sus propias ficciones. Después de todo, por muy ficticio que sea lo que escribe, el escritor tiene que sacar sus invenciones de algún lado. Uno de los mejores diálogos de la película se produce cuando el deportista le enrostra al escritor que no se dejará manipular porque no es un personaje de una de sus novelas, y el escritor, en definitiva, no es un Dios (en la vida real, al menos). O sea, la película no cae en el preciocismo intelectualoide de poner a los escritores en un pedestal, sino que el escritor de turno es un tipo lleno de problemas y carencias internas. Algo que, ¡auch!, duele, porque cae de cerca, pero que digámoslo de una vez, la mayor parte de las veces es la pura verdad.
- Nia Long. Pasado el intervalo de reflexión intelectual... ¡qué buena está la nigga ésa! Y la escena en que aparece con un body de encaje oscuro... ¡UFFF! O sea, como dicen los brothers... KILL DA NIGGA!!! KILL DA NIGGA!!! Y el par de estripeteseras que aparecen por ahí... ¡¡¡Qué suerte la que se gastan los negros con plata!!!

IDEAL PARA: Ver una comedia con contenido (saltándose los estereotipos raciales, por supuesto).

"La cosa más dulce" (2002).


-- "The Sweetest Thing". Estados Unidos. Año 2002.
-- Dirección: Roger Kumble.
-- Actuación: Cameron Diaz, Christina Applegate, Selma Blair, Thomas Jane, Frank Grillo, Jason Bateman, Eddie McClintock, Lillian Adams, Johnny Messner, Sybil Temtchine, Parker Posey, Joe Bellan, Chelsea Bond, Richard Denni, Georgia Engel.
-- Guión: Nancy Pimental.
-- Banda Sonora: Ed Shearmur.

-- "La cosa más dulce" en IMDb.
-- "La cosa más dulce" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Una fulana de cuyo nombre no quiero acordarme, es bonita y hueca, y vive haciéndole el quite al amor, sin pensar más que en pasarlo bien. Viene interpretada por Cameron Diaz, para que nos entendamos, y le sale naturalito el papel, no puedo decir otra cosa. Hasta que por esas cosas que ocurren en las comedias románticas rodadas outside of this world, conoce a un tipo que ¡ups! se va a casar. Como es comedia romántica, pues bien, la hueca y su mejor amiga emprenden un largo viaje para encontrar al fulano al que apenas conoce, y que por esos azares de la vida es lo que los yankis llaman Mr. Right, en vez de un asesino psicótico en serie. Lástima, hubiera sido lindo ver una en donde descuartizan a Cameron (nada personal, pero soñar no cuesta nada).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

¿Qué espíritu?

¿POR QUÉ VERLA?

Antes que nada, una excusa. A veces posteamos esta clase de cosas para no decir que ver tal o cual película fue un desperdicio completo (hasta de lo malo podemos sacar un posteo), y además sirve de advertencia para que otros incautos no caigan, perdiendo hora y media de su vida viéndola en el cable, o arrendándola en DVD, o gastándose ancho de banda en descargarla. Además, con eso nos quitamos de encima la acusación de que sólo posteamos cine de altura. Dicho lo cual, volvemos con la programación habitual:

-- Por los chistes de baño. Si te gustan los chistes de baño.

-- Por ver a todo el elenco haciendo el payaso. Si te gusta ver al elenco de una película haciendo el payaso.

-- Por ver una película livianita y sin mayor contenido. Si te gustan las películas livianitas y sin mayor contenido, pero verdaderamente livianitas y sin mayor contenido (cuando decimos "livianita y sin mayor contenido", pensamos en algo parecido a una pompa de jabón).

IDEAL PARA: Chicas tan estúpidas que creen que no hay nada más en la vida que la fiesta en la disco el próximo fin de semana.

"Divorcio a la francesa" (2003).


-- "Le divorce". Francia / Estados Unidos. Año 2003.
-- Dirección: James Ivory.
-- Actuación: Kate Hudson, Naomi Watts, Glenn Close, Thierry Lhermitte, Melvil Poupaud, Matthew Modine, Sam Waterston, Stockard Channing, Thomas Lennon, Jean-Marc Barr, Romain Duris, Esmée Buchet-Deàk, Samuel Labarthe, Leslie Caron, Nathalie Richard, Bebe Neuwirth, Rona Hartner, Stephen Fry.
-- Guión: Ruth Prawer Jhabvala y James Ivory, basados en la novela de Diane Johnson.
-- Banda Sonora: Richard Robbins.

-- "Divorcio a la francesa" en IMDb.
-- "Divorcio a la francesa" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Va de dos hermanas yanketas en Francia. Una de ellas es madre de una retoña, y espera otro little american, pero el padre es un franchute joputa que se larga para vivir un apasionado romance con una perra especialista en menear la cola (por decirlo de alguna manera). La otra hermana llega para cuidarla, pero ¡ups! acepta una propuesta indecorosa de un viejo sexy con money (¿ven que rima?, cualquier vejete es sexy con dinero). Todo lo cual las llevará a ambas chicas a liarse en una peculiar y sutil maraña de relaciones con los nativos, ya que la cultura francesa y la americana son diferentes y etcétera. ¡Ah! Hay también una disputa por un cuadro que es supuestamente un La Tour legítimo, aunque quizás no. (Si no saben quien fue Georges de La Tour, investiguen un poco, maldita sea, no esperarán que yo haga todo el trabajo, ¿o sí?).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Esta película es más o menos atemporal. El tema central de la misma (que los yankis y los europeos se miran mutuamente como alienígenas) es algo explotado hasta la saciedad por todo tipo de cine, de todas las épocas. Además, no tiene excesivas alusiones a nuestro tiempo actual. En realidad, es otra estirada más del interesante, aunque un tanto sobrevalorado, director James Ivory, quien parece sentirse más feliz construyendo universos de encanto semidecadente, que retratando las preocupaciones de su propio tiempo y lugar (en la época eduardiana se hubiera sentido como en casa).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una de James Ivory. Recordemos sus características como director. No es pedante ni peca de erudito, pero sí es estirado, esteticista, quizás un poco afectado, y por qué no decirlo, algo aburrido. No es casualidad que su campo propio es el cine histórico, en donde ha creado algunas perlas maravillosas, y otras no tanto ("Los bostonianos", "La mansión Howard", "Lo que queda del día", "Jefferson en París" y "Sobreviviendo a Picasso" están en su currículum). Esto produce un efecto positivo y uno negativo sobre "Divorcio a la francesa": por una parte, nadie mejor que él para retratar a una civilización fatua e inflada de autosuficiencia como la francesa, pero por la otra, ni la comedia ligera ni el drama íntimo son sus fuertes, y ésas eran las opciones más obvias para abordar este filme. O sea, los fanáticos de Ivory pueden estar de fiesta, y el resto, ejem...

-- Naomi Watts no está en un papel tan lúbrico como "Mulholland Drive" o tan beautiful como "El aro" o "King Kong", pero se defiende bien. Kate Hudson actúa de manera bastante contenida, alejada de la comedia tonta, y por ello brilla un poco más (no en exceso, pero en fin). El resto de los secundarios está en su punto.

-- El "choque de civilizaciones" entre los bárbaros yankis y los hinchados franchutes está más o menos contenido. Hay algunos diálogos y perlas obvios sobre como ambos ven la vida y el mundo distintos, pero son bastante pequeños. No degenera en discursos patéticos ni en la comedia racial, y eso es algo que se agradece. Por otra parte, todos los personajes son ricos y semiintelectuales, así es que se entienden la mar de bien (veamos qué opina el pueblo al respecto).

-- ¿Sabías que, según insinúa la película, los franceses son una amenaza sexual para los yankis...?

IDEAL PARA: Los amantes del cine contenido, de personajes, con harto ricachón ocioso fingiendo de intelectual (o sea, para que pueda denostarla toda la plana mayor del mundillo intelectual de Occidente).

"Juntos en la nieve" (1999)


"Snow days", o bien "Let it snow" (nuevo título en Estados Unidos). Dirigida por Adam Marcus. Protagonizada por Kipp Marcus, Alice Dylan, Bernardette Peters, Larry Pine, Henry Simmons, Miriam Shor. Estados Unidos, 1999.

¿De qué se trata?
Chico encuentra a chica (con nieve de por medio). Chico se enamora de chica. Chica se enamora de chico, pero cree que el chico y ella son sólo amigos. Chico y chica salen juntos a un baile. Chico y chica se besan. Chica decide que lo mejor es terminar con chico. Chico se queda callado y no le dice a chica sus sentimientos. Chica espera que él se declare y por tanto, cuando cuelga, se pone a llorar. Chica se marcha a Inglaterra, a estudiar. Chico se queda solo y desolado, abandona sus estudios y se dedica a malvivir como camarero. Chica regresa, pero comprometida. Chico deprimido. Chica deprimida. Chica cabezadura por fin entiende. Chica se reencuentra con chico. Chica rara no le gustan los finales de las películas, y chico la comprende y adora por eso, así es que corremos riesgo de no ver el final de esta película.

El espíritu de los tiempos.
La segunda mitad de la década de 1990 marcó una profunda reacción frente al cine hollywoodense estirado, de altos presupuestos, enormemente vistoso, pero al mismo tiempo con una carencia anémica de ideas. Por ese tiempo comenzaron a aparecer nuevas tecnologías, como cámaras digitales, edición de películas por computadora, etcétera, que rebajaron enormemente los precios de hacer esta clase de filmes. Floreció entonces la industria del cine independiente como la vida, de bajos presupuestos, en general poco vistoso, y a veces dotado también de una cierta carencia de ideas, que no pocos dizqueintelectuales vinieron a meterse acá y corrompieron lo que era un noble movimiento de renovación cinematográfica. "Juntos en la nieve" es... ¿cómo decirlo? Es una película romántica convencional disfrazada de cine independiente. Pero no se fijen: es absolutamente adorable. En el peor de los casos, no es aburrida, y eso ya es decir. Y en el mejor... sí, tiene bastante bizarría con personajes que podrían haber sido mucho más convencionales.

¿Por qué verla?
- Aunque la historia es de lo más convencional (chico pobre conoce princesa rica, princesa rica se larga y se va a casar con príncipe prepotente, chico pobre lucha con príncipe prepotente y se queda con la chica), está llevada de un modo graciosísimo. No es una comedia de gags, sino de situaciones, que explota muy bien los personajes: el chico que decide ser cocinero en vez de "alguien" en la vida, la chica que lo tiene todo pero que es una incomprendida porque tiene algunas manías raras (no le gusta ver el final de las películas, por ejemplo), la "mejor amiga" que es una psicótica de cuidado (le dice al muchacho que la bese pensando en la otra, a la vez que ella pensará en Alan Sheppard, el astronauta... pasada de roscas, lo que se dice), el "mejor amigo" que es un negro yuppie estirado, la madre pseudohippie que literalmente fregó la psique de su hijo... Todos interpretados con tanto carisma que se transforman en personajes entrañables.
- La película está contada en un ritmo sumamente ágil. Ninguna escena dura más de lo necesario. La comedia no se detiene en ningún momento para dar paso a la infaltable escena melancólica del chico mirando hacia ninguna parte mientras añora a su chica que... Bien, ya me entienden. El problema es que a veces, si pestañean, pueden perderse algún chiste, pero en fin, una cosa por otra.

IDEAL PARA: Verla abrazada con el o la pareja, arrullándose como un par de tortolitos.

domingo, 16 de julio de 2006

"Días de furia" (2004)


"The Assassination of Richard Nixon". Dirigida por Niels Müeller. Protagonizada por Sean Penn, Naomi Watts, Don Cheadle, Jack Thompson, Brad William Henke, Nick Searcy, Michael Wincott. Estados Unidos / México. Año 2004.

¿De qué se trata?
Sam Bicke es básicamente un perdedor. Y para mayor desgracia, es un perdedor en los '70s, la década prodigiosa del surgimiento del funky, el black power, y por tanto, de la apertura sexual y de la "década del yo". El tipo es contratado para vender muebles, y le meten a la pasada un turro de libros de autoayuda y superación, y peor aún, CINTAS DE AUDIO de autoayuda y superación. Pero nada funciona. Como vendedor de muebles es alguien, cómo decirlo, no especialmente incompetente, pero tampoco es una luminaria de las grandes ventas. Por otra parte su esposa no quiere saber nada de él. Embarcado en una lucha por ser alguien y pertenecer a algo, comenzará a achacarle la culpa de todos sus problemas a los poderosos, aquellos quienes monopolizan para sí el sueño americano. Lentamente, la sombra de Richard Nixon, el peor de los poderosos, comienza a cernirse sobre él. De manera que cuando la esposa se divorcia y su empeño infantil de lanzarse al campo empresarial comienza a irse a pique, decide que hará algo radical: le enviará cintas grabadas con sus memorias a Leonard Bernstein, el afamado director de orquesta, y diseñará un atentado terrorista para acabar con la vida del Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon.

El espíritu de los tiempos.
Ya ni las cintas para protestar contra las injusticias del sistema son lo que eran. Antes, los enemigos del sistema eran idealistas como Edward R. Murrow ("Buenas noches y buena suerte"), empresarios innovadores como Larry Flint ("El nombre del escándalo"), o esforzados trabajadores ganándose el pan litigando contra las grandes compañías como Erin Brockovich ("Erin Brockovich", precisamente), y también había lugar para los idealistas trágicos como... como... ¿cómo es que se llamaba ése abogado sidítico? Ya saben, el que hacía Tom Hanks en "Filadelfia". Bueh, no importa. Y cuando tocaba el turno de los antisociales y los casos clínicos, eran sujetos revestidos de un aura romántica y trágica, como Robert de Niro en "Taxi Driver" o Michael Douglas en "Un día de furia". Pero en la actualidad, parece que ser el Enemy Number 1 del sistema es algo pasado de moda. En esta película vemos que el enemigo del sistema es un pobre diablo que, bien mirado, se tiene bien merecido todo lo que le pasa, por anodino, y cuyo destino final no tiene nada de pathos (vale, soy un pedante, lo diré de otra manera: no tiene nada de tragedia ni altas pasiones). Quizás sea mejor criticar al sistema en clave de comedia amable, como lo hace "En buena compañía", que consigue sacar mejores dividendos en clave de comedia romántica (yeah, the times, they're changing!).

¿Por qué verla?
- La interpretación de Sean Penn. No es lo mejor que se le ha visto, y es más que un poco reminiscente de su rol en "Yo soy Sam" (sintomáticamente, este personaje también se llama Sam). Pero sigue siendo un buen papel, que aunque no consigue identificación con el público, sí consigue construir un personaje coherente y creíble en lo que, dicho con franqueza brutal, es un caso de psicosis clínica galopante a campo traviesa.
- El guión afinado y la cinematografía intencionadamente descuidada, crean un cierto ambiente, no diremos intimista, pero sí alejado de la grandilocuencia propia de los filmes del individuo solo contra el sistema. Aquí queda claro que importa el retrato del hombre, no la valoración lacrimógena de la justicia o injusticia su causa. Algo que Hollywood olvida, cuando toma esta clase de historias y las convierte en apologías de héroes sobrehumanos sacrificándose por su causa.
- Cierta deliberada ambigüedad en el tratamiento de la historia. ¿Es realmente el protagonista un héroe que lucha por la libertad, y que cruza la línea ahogado por las circunstancias? ¿O más bien es un pobre payaso que no hace sino echarle la culpa a los demás de sus propios fracasos y es siquiátricamente incapaz de asumir ninguna responsabilidad por su propia vida...? Es un problema interesante, y no tan alejado de la realidad, el de los infelices que se visten con la bandera o la cruz y aparentan idealismo (y en muchos casos convencen), porque son inmaduros que quieren ver a todo el mundo adaptado a ellos mismos, en vez de hacer ellos un esfuerzo por adaptarse al mundo.

IDEAL PARA: Ver en un taller de psicología o psiquiatría básica.

"La guerra de las galaxias, Episodio I: La amenaza fantasma" (1999).


-- "Star Wars: Episode I - The Phantom Menace". Estados Unidos. Año 1999.
-- Dirección: George Lucas.
-- Actuación: Liam Neeson, Ewan McGregor, Natalie Portman, Jake Lloyd, Pernilla August, Frank Oz, Ian McDiarmid, Oliver Ford Davies, Ray Park.
-- Guión: George Lucas.
-- Banda Sonora: John Williams.

-- "La guerra de las galaxias: Episodio I - La amenaza fantasma" en IMDb.
-- "La guerra de las galaxias: Episodio I - La amenaza fantasma" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Son tiempos revueltos para la República Galáctica (¿habré leído eso en Gibbon? ¿O en Asimov?). Aprovechando un tecnicismo legal, la Federación de Comercio ha puesto bajo bloqueo comercial al planeta Naboo. La antigua y venerable Orden de los Jedi envían a un par de agentes a negociar. Los comerciantes, molestos porque vienen los religiosos a pontificar contra la usura e impedirles desarrollar su honesta y legal piratería en paz, los reciben con sus más espléndidos androides de combate. Pero como el espíritu es más fuerte que la materia, los jedi se las componen para acabar con estos lerdos guerreros metaloides. Asustados porque sus márgenes de ganancia pueden caer en picada, los comerciantes recurren a su red de contactos y aceleran la ocupación de Naboo, que ahora, en plan "soy Bush y me paso Irak por el culo", se convierte en ocupación militar en plena forma. Los negociadores jedi, un jovencito llamado Obi Wantan Kenobi o como se escriba, y su maestro, quedan varados en Naboo, y para colmo se les cuela un engendro llamado Jar Jar Binks, tan patético que los habitantes subacuáticos de Naboo, que ya eran mirados como el culo del planeta por los de la superficie, le exilian de entre sus filas por lastimoso. Y es que, bien mirado, Jar Jar Binks es la prueba viviente de que todo esto pasa en una galaxia muy, pero muy, pero muy lejana, porque en una con leyes naturales buenas y decentes como la nuestra, hace mucho tiempo que se habría extinguido calladamente como la trágica aberración darwiniana que en estrictor rigor "missa es"... Ahora los dos jedis, más la reina Amidala de Naboo, más la aberración anfibia Jar Jar Binks, emprenden un largo viaje para escapar de los pobrecitos comerciantes que buscan aplicar libremente las leyes del mercado. En ese viaje van a dar a un planetucho en los arrabales del universo llamado Tatooine, en donde se topan con la siguiente sorpresa desagradable: un crío sabelotodo que sabe arreglar robots y en el cual la Fuerza es fuerte... (se ve que la Fuerza es una fuerza bien impersonal, porque de lo contrario hubiera tenido mejor tino sobre en quién se hace fuerte o no). Ahora con el crío a cuestas, deben afrontar la batalla final para salvar a Naboo de la globalización y volver a darle autodeterminación y proteccionismo a su conservador sistema político.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Cuando George Lucas tuvo éxito con "La guerra de las galaxias" en 1977, dijo de inmediato que había planificado la cosa como una trilogía. ¿Trilogía, dije? ¡No! En realidad iba a ser la trilogía central de tres trilogías enlazadas, y... durante años no se supo más del proyecto, hasta que George Lucas se gastó el equivalente a una nueva trilogía completita en restaurar y añadir chismes digitales a su trilogía central, en 1997, celebrando los 20 años de su primer filme, que ahora sería el Episodio IV (¡menudo enredo!)... Finalmente, en 1999, llegó lo que todo el mundo esperaba: la continuación/precuela de las aventuras de los Skywalker, en donde íbamos a enterarnos de cómo Darth Vader llegó a ser el tipo de la escafandra de buzo galáctico. Los resultados fueron, por decirlo suavemente, desalentadores. Que el publico masivo la encontrara débil y sin magia era un riesgo del negocio, plausible por las desmesuradas expectativas provocadas por el estatus cuasidivino alcanzado por Lucas y su trilogía central, más la apabullante campaña de marketing adicional. Pero que los propios fanáticos de Star Wars en muchos casos la denostaran, eso era preocupante, porque sin una base política adecuada... ¿cómo forrarse los bolsillos con unos por entonces futuros Episodios II y III? Esta película tuvo éxito rotundo en la boletería, pero un éxito con advertencia: haz otra igual, Georgie, y ya verás como te va... Sí, igualito a cómo te fue con "Willow" o "Howard el pato", a ver cómo te sales de ésa.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Para bien o para mal, en la actualidad es el comienzo canónico de la que actualmente es la hexalogía de "La guerra de las galaxias". Un comienzo penoso y anémico, por cierto, pero comienzo a fin de cuentas.

-- ¿Te gustan los personajes para odiar? Entonces ésta es tu película. Jar Jar Binks ha pasado con facilidad a la historia como uno de los Top Ten entre el reducido mundillo de los personajes más odiados en el cine. ¡Si hasta surgieron webpages de "maten a Jar Jar Binks"! Esta combinación de rastafari con aberración biológica con amigo de infancia de George W. Bush habla mal, hace estupideces sin elegancia ninguna, carece de chispa, no tiene ningún diálogo ni minuto para el bronce... La lástima de que sea un personaje digital, es que nunca veremos una vivisección suya (¿o habrá algún fanático que haga una película digital con él pasando bajo el bisturí del Servicio Médico Legal...?).

-- ¿Te gutan las películas familiares Disney de la década del '50, estilo Herbie 53 el cupido motorizado? También ésta es la tuya. La vieja trama de los niños que se meten a la carrera/competición de algo para ganar el primer premio y donarlo al viejecito dueño del parque de atracciones semiclausurado para que pague sus deudas y evite así ser presionado por los matones de una poderosa inmobiliaria que quiere demoler el parque de diversiones para dar paso a un edificio moderno con aire acondicionado, está aquí actualizada con un niño que se mete a una carrera para ganar el primer premio y donarlo a sus amiguitos jedi para que salgan de Tatooine y eviten así ser presionados por los matones de los poderosos comerciantes que quieren abrir Naboo por la fuerza al comercio galáctico. Ya sé que esas películas Disney eran un infierno, y generaciones de chicos fueron trágicamente torturados con ellas, pero puede que hayas sido uno de los alienados con ellas, que te gusten, y entonces gozarás media amenaza fantasma como un niño pequeño. Y eso está bien... en un psiquiátrico, pero es un bien, a fin de cuentas.

-- Aunque no lo crean, la intriga política, tan cuestionada por los críticos por no ser Costa-Gavras, cuenta como lo más rescatable de la trama. Y es que vemos una discusión de alta política en toda forma, con el Senador Palpatine mirando todo desde las alturas, y adivinamos bien que entre bambalinas, algo gordo se está cocinando. Si hay algo que rescatar de este Episodio I, sería probablemente esta arista, la más denostada, y de manera injusta, por los críticos.

IDEAL PARA: Amantes del principio de autodeterminación de los pueblos, luchadores de la antiglobalización, y pedófilos con debilidad por los rubiecitos.

jueves, 13 de julio de 2006

"El Mundo del Río" (2003).


-- "Riverworld". Estados Unidos. Año 2003.
-- Dirección: Kari Skogland.
-- Actuación: Brad Johnson, Karen Holness, Emily Lloyd, Jeremy Birchall, Kevin Smith, Nikita Kearsley, Brian Moore, Cameron Daddo, Jonathan Cake, Paolo Rotondo, Patrick Kake, Colin Moy, Lloyd Edwards, Crawford Thomson.
-- Guión: Stuart Hazeldine, basado en la novela de Philip Jose Farmer.
-- Banda Sonora: Victoria Kelly.

-- "El Mundo del Río" en IMDb.
-- "El Mundo del Río" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Año 2009. A bordo de un transbordador espacial, el heroico y valiente capitán Hale afronta la amenaza final: una lluvia de meteoritos. La nave se sale de control, la pantalla se va a blanco... Despierta inmerso bajo el agua, en una especie de celda transparente individual, en medio de muchas otras de éstas. Cuando vuelve a la conciencia, está saliendo del agua, en medio de un paisaje agreste cuyo gran rasgo característico es un gigantesco río que va de parte a parte del horizonte. Con él han resucitado varios otros. Como Hale es muy machote, toma naturalmente el liderazgo, como un superhombre nietzscheano al uso, pero se le opone otro fulano que prontamente es derrotado por el incontenible poder físico de Hérc... perdón, de Hale. No pasa mucho tiempo antes de ser capturado por una banda de salvajes que han sido resucitados con anterioridad, con mucha anterioridad (varios años). Es allí donde el otro tipo, que le ha cobrado sangre en el ojo a Hale, se revela como el antiguo Emperador Nerón, derroca al líder de la horda, y se transforma él mismo en el cabecilla. A estas alturas del partido, todos han aprendido que están en otro mundo, en una vida después de la vida, que han sido resucitados con un propósito no conocido, y que deberán luchar por su vida en un lugar en donde toda organización social conocida se ha desplomado. Hale y los suyos huyen por sus vidas, de la furia del Emperador Nerón, y se encuentran con una sorpresa: un adusto extraterrestre llamado Monat los lleva hasta un excéntrico poblado cercano en donde un tal Sam está construendo un fabuloso barco fluvial, al estilo de los que recorrían el Mississipi en tiempos de Tom Sawyer. La guerra entre Sam y Nerón está por estallar, y Hale está en medio de la misma...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

A comienzos de los '70s, el mundillo literario de la ciencia ficción estadounidense abandonaba la llamada "Nueva Cosa" experimental, e ingresaba en lo que buenamente puede ser calificada como la "década de la resaca". Poco de la ciencia ficción de aquellos años se ha conservado vigente. En medio de todo eso, en 1972, Philip Jose Farmer desató una pequeña bomba con "A vuestros cuerpos dispersos", primer volumen de la saga del Mundo del Río, a los cuales seguirían "El fabuloso barco fluvial", "El oscuro designio", "El laberinto mágico", "Dioses del Mundo del Río", y un par de volúmenes de cuentos adicionales (no todos escritos por P.J.F.). La idea era grandiosa (planteamiento básico: los 36 mil millones de seres humanos vivos desde el alba de los tiempos hasta el siglo XXI son resucitados en un gigantesco mundo con forma de río), aunque su desarrollo en cinco tomos adolecía de un tratamiento folletinesco, con todas las virtudes (entretención garantizada) y los defectos (tratamiento superficial) propios de esta opción narratiuva. Era cuestión de tiempo antes de que alguien decidiera usar ese material, y la opción más interesante era, desde luego, una serie de televisión: contaría con menos medios que una película, pero a cambio, conseguiría rescatar de mejor forma el carácter culebreante de la historia. Esta peli parece ser el episodio piloto de una serie televisiva que, en el mejor de nuestros conocimientos, no llegó a realizarse jamás. Por desgracia, porque esta película, de indiscutible vocación serie B, se hubiera beneficiado grandemente de capítulos posteriores que hubieran redondeado algunos aspectos que quienes leímos las novelas tenemos claros, pero que para el público abierto pueden ser, por decir lo menos, un tanto misteriosos.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta película hace un esfuerzo loable por condensar en dos horas de narración lo que en la obra de Farmer son dos tomos completos (los dos primeros: "A vuestros cuerpos dispersos" y "El fabuloso barco fluvial", que en novela ocupan cerca de 500 páginas entre ambos). Consigue rescatar a la mayor parte de los personajes de la novela, incluyendo a Sam, Gwenafra, Alice, Monat, Ruach, etcétera. A cambio, comete el crimen imperdonable de reemplazar al complejísimo carácter protagónico de Richard Francis Burton, el explorador de las fuentes del Nilo que aquí se lanza a explorar las fuentes del Mundo del Río, por el capitán Hale, un héroe americanazo mezcla de Flash Gordon con Hércules en versión peplumita, cuya psicología es más simple que un cubo. Muchos aditamentos de la novela, incluyendo las cámaras de resurrección, los cilindros, los conos que proporcionan alimento y los meteoritos que traen hierro desde el espacio, están tratados como corresponden. Algunos cambio son inevitables: en la novela, todas las resurrecciones ocurren al mismo tiempo, mientras que aquí están espaciadas por años de distancia, algo que puede parecer sacrílego, pero que sirve al buen propósito de acelerar la historia, y presentarla comprimida ante el público en dos horas (de otra manera hubiera tomado quién sabe cuánto tiempo, y no olvidemos que esto, supuestamente, iba a ser un episodio piloto). La idea de condensar a Goebbels y a Juan Sin Tierra en un único personaje, el socorrido Nerón, por su parte, sirve bien a propósitos dramáticos, pero por otra, simplifica la trama quizás en exceso (y es que Nerón, se diga lo que se diga, resulta ser un villano demasiado tópico).

-- La parte de puesta en escena y efectos especiales, ejem, cómo decirlo... "Irregular" es probablemente la palabra adecuada. En aspectos tales como recrear el paisaje del Mundo del Río con sus cañones y su atmósfera claustrofóbica, se defiende bastante bien (considerando que en la Tierra no hay locaciones como los descritos en las novelas, y el descartar el uso de infografías por computadora mejora bastante el naturalismo). El barco fluvial, sin ser una maravilla de diseño, acompaña bien a la trama. La secuencia en la cámara de resurrecciones está por su parte bien resuelta. A cambio, las secuencias de pelea tienen una coreografía lastimosa, y ya no hablemos del humano que interpreta al extraterreste Monat y su máscara de Día de Brujas que canta clarito y fuerte la octava entera de la escala musical (además, podrían haberle dado un aspecto que no le hiciera parecer un drac de rebajas como el que interpretaba el venerable Louis Gossett Jr. en "Enemigo mío").

IDEAL PARA: Enterarse de qué va el asunto de las novelas, pero eso, en términos generales, bien generales.

domingo, 9 de julio de 2006

"Inframundo: La evolución" (2006)


"Underworld: Evolution". Dirigida por Len Wiseman. Protagonizada por Kate Beckinsale, Scott Speedman, Tony Curran, Shane Brolly, Derek Jacobi, Bill Nighy, Steven Mackintosh. Estados Unidos. Año 2006.

¿De qué se trata?
Selene, la vampiro en látex sadomaso, está de regreso. Ahora es una perseguida porque... er... trataremos de no decir por qué. Es una secuela, ya lo sé, y retoma los acontecimientos allí donde quedó "Inframundo", así es que es complicado no dar pistas sobre lo ocurrido en la primera parte. El caso es que están de fuga él y su noviecito, un híbrido entre vampiro y hombre lobo, porque ella sabe demasiado. Qué es eso demasiado, ni siquiera ella sabe, pero el caso es que sabe demasiado. Los sucesos de la primera parte han lanzado la alta política de los vampiros por el caño, y por eso un vampiro viejo como su casta entera aprovecha la oportunidad para alcanzar a un legendario hombre lobo que se encuentra prisionero en alguna parte. La clave reside en un historiador vampiro que, así da gusto ser intelectual, vive en un exilio dorado afilándose los colmillos en dos vampiras con silicona. En sus peripecias, Selene descubrirá un antiquísimo secreto, y además, abrirá una nueva época de caos para ambas razas, vampiros y hombres lobo.

El espíritu de los tiempos.
Desde finales de los '90s, la moda gótica y cyberpunk comenzó a golpear cada vez más fuerte en la cultura popular. El reventón vino con Mátrix. ¿Mátrix, gótica? Pues sí, fíjense si no en la serie de referencias teológicas que están insertas dentro de la atmósfera cyberpunk, además de ese tonillo oscuro de la trilogía en general... En medio de todo esto, se imponía una actualización del mito de las tinieblas, porque digámoslo con todas sus letras, Lon Chaney sigue siendo el hombre lobo clásico y Bela Lugosi con Christopher Lee son Drácula indiscutiblemente, pero en los tiempos que corren actualmente, entre los tres no provocan el miedo de uno. Estuvo "Blade" y secuelas, por cierto, pero allí la cosa estaba todavía un poco en el candelero. En ese sentido, la película "Inframundo" del 2003 reventó como la necesaria actualización del mito. En más de algún aspecto, la estética y la trama de "Inframundo" son enormemente deudoras de los juegos de rol de White Wolf, en particular de "Vampiro: La Mascarada" y "Hombre Lobo: El Apocalipsis", hasta el punto que podría decirse que son una versión fílmica bastarda y sin acreditar de éstos.

¿Por qué verla?
- Esta película redondea todos los cabos sueltos dejados por "Inframundo", que por cierto no eran pocos. Esto es una fortaleza y una debilidad al mismo tiempo: fortaleza porque cierra un ciclo, pero también debilidad porque el argumento se resiente mucho de su carácter de secuela, privilegiando la acción pura y dura por encima del trasfondo de intriga política y puñaladas traperas por la espalda que tenía la primera parte. Por suerte el ciclo queda bien cerrado y sin cabos sueltos (por más que el monólogo final de Selene cante tercera parte con voz bien operática).
- Es fiel a la estética gótica de finales del XX y comienzos del XXI, en particular en su deuda nunca bien reconocida con White Wolf. Es una de vampiros a lo Mátrix, se sabe un filme estetitizante, y usufructúa muy bien su condición de tal.
- La dupleta conformada por "Inframundo" e "Inframundo: La evolución" es uno de los pocos ciclos fantásticos actuales, sino el único (haciendo excepción de "Mátrix" y secuelas), cuya trama es absolutamente original, no basada en una historieta como "Blade" o "X-Men" y secuelas, en una novela o saga de novelas como "El Señor de los Anillos", "El león, la bruja y el ropero" o Harry Potter, o que sea continuación de una franquicia más antigua, como la segunda trilogía de "La guerra de las galaxias" o la seguidilla de "Viaje a las estrellas". En estos tiempos en donde los ejecutivos de Hollywood sólo quieren historias archiprobadas y buscan novelas, historietas y hasta videojuegos de éxito para adaptar, semejante opción y riesgo es, por decir lo menos, saludable.
- Kate Beckinsale. Y es que forrada en cuero y látex se ve muy, muy, pero es que muy, "vampirizable".

IDEAL PARA: Ver en qué termina (por ahora) el asunto de los vampiros fashion.

"El Padrino III" (1990).


-- "The Godfather: Part III". Estados Unidos. Año 1990.
-- Dirección: Francis Ford Coppola.
-- Actuación: Al Pacino, Diane Keaton, Talia Shire, Andy Garcia, Eli Wallach, Joe Mantegna, George Hamilton, Bridget Fonda, Sofia Coppola, Raf Vallone, Franc D'Ambrosio, Donal Donnelly, Richard Bright, Helmut Berger, Don Novello.
-- Guión: Mario Puzo y Francis Ford Coppola.
-- Banda Sonora: Carmine Coppola.

-- "El Padrino III" en IMDb.
-- "El Padrino III" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

A finales de los '70s, el viejo Michael Corleone es nombrado comendador de una orden muy encopetada y encumbrada del Vaticano. Recibe entonces una oferta que no puede rehusar: un arzobispo en el Vaticano está metido en problemas financieros y necesita urgentemente un cañonazo de 500 millones de los verdes para sanear la, ejem, "banca de Cristo". Corleone acepta porque tendrá el control de las finanzas del Vaticano, podrá sacar por fin el dinero de la Familia a la legitimidad, y cerrar para siempre su pasado mafioso con unciones y óleos sagrados tramitados por sacristía. Algo que el viejo Corleone necesita con toda sus fuerzas, porque verán, el haberse carneado años atrás a su propio hermano y ser responsable de hacer pedazos su propia vida le está pasando factura, en forma de remordimientos de conciencia. Pero una vez sucio, la suciedad se te pega: los viejos socios mafiosos arden en deseos de meter las manos en el negocio vaticano y ensuciarlo con lavado de capitales, algunos obispos y cardenales vaticanos andan en negocios harto sucios, y para colmo, aparece un sobrino muerto de ganas por hacerse respetar como nuevo padrino. Michael Corleone tendrá que esquivar atentados de toda clase, además de luchar con el hijo que no quiere seguir sus pasos, la esposa que se niega a perdonarlo, y también debe impedir que su sobrino se coma a su propia hija, y todo eso, mientras lidia con una organización tan corrupta como la Mafia, cual es la Iglesia Católica, y ello, sin contar con la lucha interior contra su propia alma. ¿Algo más...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Después de las monumentales y soberbias "El Padrino" y "El Padrino II", había mucho que apuntaba hacia una tercera parte. Los estudios Paramount estaban ansiosos por forrarse de dinero y Oscares con una nueva entrega. Se barajaron varios directores: el propio Ford Coppola, Martin Scorsese, Sidney Lumet, Costa-Gavras, Alan J. Pakula, Michael Cimino, Michael Mann, ¡Sylvester Stallone! Se encargaron también una tonelada de guiones distintos. Finalmente, Francis Ford Coppola aceptó, en gran parte porque Zoetrope Studios (su propia productora) estaba al borde de la quiebra luego del monumental fracaso de "Tucker: Un hombre y su sueño". Paramount puso una serie de condiciones, incluyendo una cantidad límite de minutos, y un presupuesto exigente. A la larga, estas limitaciones ayudarían poderosamente a esta película, de parida tan accidentada que los nombres de Alec Baldwin, Matt Dillon, Val Kilmer, Charlie Sheen, Billy Zane y Nicholas Cage fueron barajados para hacer del sobrino de Corleone (terminó en las solventes manos de Andy García), y los de Julia Roberts, Wynona Ryder y Rebecca Schaeffer para el de hijita de papá (rol que cayó en una hijita de papá precisamente: Sofia Coppola).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es un digno final para la trilogía. Estamos hablando de una saga cuyas dos entregas primeras habían sido en un período de un par de años, y la última demoró 16, y fue hecha más que nada por motivos financieros, así es que podría haber sido mucho más adocenada y aburrida. Desmerece un tanto frente a las otras dos, pero sólo porque ésas eran titánicas en concepción y resultados, pero si "El Padrino III" fuera la única sobre Michael Corleone que se hubiera rodado, seguiría siendo un filme muy bueno. Digamos que parte de la magia está en que, por tercera vez, el escritor de la novela original Mario Puzo unió fuerzas a Ford Coppola en el guión, y eso se nota.

-- El elenco es todo lo bueno que se puede pedir. Da escalofríos pensar que el rol de Michael Corleone podría haber ido a dar a otras manos, después de verlo en la soberbia versión de Al Pacino. Andy García está en plena forma, muy creíble como chulo metido a mafioso que conforme va internándose en los meandros de la suciedad, se convierte en un nuevo Padrino. El gran lunar es, por supuesto, Sofia Coppola, que ese año obtuvo el Premio Razzie a la Peor Actuación con el resultado inusualmente alto de 66% de los votos. No por nada, esta película fue no sólo su debut actoral, sino también la sepultura de la misma (en la actualidad está abocada a la dirección, incluyendo la sobrevaluada "Perdidos en Tokio").

-- La trama repite algunos motivos de la primera película, incluyendo la idea del outsider metido dentro de la Mafia que va ascendiendo posiciones a medida que el viejo padrino se retira, lo que crea una percepción de "tiempo cíclico", permitiendo nuevas lecturas sobre las verdaderas razones que el viejo Vito Corleone podría haber tenido para hacer todo lo que hizo, hasta el día de su muerte. Es decir, la historia redondea y cierra adecuadamente un círculo que, por otra, según se insinúa, no puede tener final alguno. Por cierto, hubiera sido una película mucho mejor si el guión hubiera enfatizado más este aspecto. Por otra parte, el hecho de tener que hacer una no demasiado larga (dos horas tres cuartos y no más, por imposiciones de Paramount) la benefició con un ritmo algo más ágil que las dos anteriores.

-- Hay un interesante discurso sobre la redención. Hay un agudo contraste entre Michael Corleone, el hombre sucio por fuera y anhelante de salvación por dentro, y la Iglesia Católica, con un cáliz rebosante de piedad hacia afuera y corrupta hasta la médula por adentro. Ese contrapunto es uno de los ejes motores de la película, otorgándole una nueva dimensión metafísica a todo el cuadro.

-- Es una de las pocas películas que mete el dedo en la llaga en la enigmática muerte de Juan Pablo I. Es secreto a voces que hubo operaciones mafiosas, logias masónicas y tráfico de dinero en la política italiana relacionadas con lo prematuro de su muerte (después de sólo 33 días de pontificado). Pero el cine, ha mirado siempre en otra dirección al respecto... salvo por esta película.

IDEAL PARA: Terminar la maratón de diez horas iniciada con las otras dos películas de la franquicia.

jueves, 6 de julio de 2006

"Más allá de la muerte" (2004)


"The final cut". Dirigida por Omar Naïm. Protagonizada por Robin Williams, Mira Sorvino, Jim Caviezel, Mimi Kuzyk, Stephanie Romanov, Thom Bishops, Genevieve Buechner. Canadá /Alemania. Año 2004.

¿De qué se trata?
Alan es un exitoso editor de implantes de memoria. ¿Editor de qué? De implantes de memoria. Me explico: se supone que en un futuro cercano, a los bebés antes de nacer se les implanta un chip orgánico que graba video y audio de toda la vida en primera persona (como Doom o Quake, pero sin sangre). Al morir el individuo, ese chip se rescata, con todas las horas y vivencias del individuo, y se edita para hacer una breve cintita que va a ser exhibida en memoria del difunto. Alan no tiene duda moral alguna sobre su trabajo: a él le pagan una enorme cantidad de dinero por hacer no una crónica histórica fidedigna del difunto, sino un panegírico que no muestre nada de los aspectos más turbios y siniestros del sujeto en cuestión. Hasta que de pronto, en una de esas memorias, aparece alguien de su pasado. Alguien por quien se siente sumamente culpable. Alguien por el cual se ha transformado en una especie de "devorador de pecados", consumiendo en sí mismo los pecados de aquellos quienes fallecen y cuyas memorias debe procesar, viviendo esas vidas oscuras como una expiación para su propia falta. En la búsqueda de la verdad, Alan no sólo se enfrentará a sus demonios personales, sino que además, tendrá que hacerle el quite a una organización de fanáticos cuasirreligiosos que andan tras la memoria en cuestión, porque son activistas que les interesa exponer las actividades ilegales de la empresa para la cual el muertito trabajaba en vida. Y son activistas que no se detendrán ante nada...

El espíritu de los tiempos.
Desde novelas como "Jinetes de la antorcha" de Norman Spinrad (1974), y muy en particular desde "Neuromante" de William Gibson (1984), y en el cine desde filmes como "Proyecto Brainstorm" (1983), el tema de la posibilidad de tratar al ser humano, a la esencia humana, como un mero acopio de datos que puede procesarse a la bruta mediante un ordenador capacitado para trabajar con datos de cualquier clase, con el software adecuado, ha abierto un nuevo filón científico, filosófico y ético, el cual ha sido bastante aprovechado por el cine. Así, se reactualiza el viejo debate sobre qué es el ser humano en última instancia: ¿tenemos a una persona completa si reunimos todos los datos que conocemos sobre ella? ¿Es el todo de un ser humano, más que la suma de sus partes (en este caso, de sus minutos de existencia uno por uno)? Una película como "Más allá de la muerte", que retrata todos estos temas anteriormente tocados en otras cintas, pero ahora de una manera mucho más autoconsciente, era sólo cuestión de tiempo.

¿Por qué verla?
- Trata muy bien el problema filosófico de fondo, sin caer en el discurso pedante, aburrido o pseudointelectual. En la película vemos como toda una persona es reducida a memoria por un chip, y luego, toda esa memoria es aún más reducida para una remembranza que es preparada por técnicos que trabajan con la frialdad de un matarife faenando ganado, inconscientes de que trabajan con la esencia humana, y que para colmo, no debe ser fiel a la verdad histórica (es más, a veces es deseable que no lo sea), sino que debe servir a los intereses de quien pone el dinero para hacer la remembranza. Y se solaza en el análisis de las consecuencias de procesar a una persona de esta manera, apareciendo una florida fauna alrededor. Así, vemos a personas que trabajan en esto porque es su negocio; a las que lo hacen y están perdidas en la búsqueda espiritual de sí mismos; a las que pagan y ni siquiera se dan cuenta de que están reconstruyendo el universo a su alrededor, antojadas porque todo sea como ellas quieren; a las que se resisten y buscan oponerse por todos los medios a esta invasión al cofrecillo privado del ser humano; a las que quieren preservar su propia intimidad por pudor; a las que hacen negocio trabajando con tecnología diseñada para anular a la anterior tecnología... Todos con sus cinco minutos que explican mejor lo que otros cineastas invierten en una película entera.
- Las actuaciones están en su punto. Robin Williams, inmerso por completo en su cruzada para redimirse de sus actuaciones como payaso con corazón, ofrece un interesante rol como un personaje a quien el pasado ha aplastado de tal manera, que ya ni siquiera califica como "alma torturada", sino un ser completamente anodino. Mira Sorvino, ya cercana a la cuarentena, se perfila como una belleza madura, y se roba la cámara en los pocos minutos que interviene en ella. Jim Caviezel, tratando de espantarse la maldición del "killer role" de cuando interpretó a Jesús en "La Pasión de Cristo", está realmente odioso como una especie de fanático antitech que con su obcecación está destruyendo justamente aquello que busca preservar con su jihad. Y la familia Bannister (Stephanie Romanov, la madre, y Genevieve Buechner, la hija) hacen un adecuado contrapunto como personas tan perdidas en su propio dinero y posición, que prefieren hacer caso omiso de todo aquello que se sale de los esquemas que ellos mismos han prefijado, tratando de reconstruir toda una vida como si fuera montar una casita de muñecas.
- El tratamiento del filme es muy interesante. Aunque su temática es de sci-fi, su ambientación pasa perfectamente por contemporánea, renunciando a presentarnos imágenes del "mundo futuro" que, de todas maneras, quedarán obsoletas cuando ese mundo futuro llegue. Los efectos especiales apenas se notan, tan integrados como están a la trama de la película. O sea, es una película en donde los FXs están al servicio de la trama, y no al revés. Las ambientaciones son perfectamente actuales, lo que le añade un toque incluso más irreal a todo (en la época del filme, se supone que los chips más antiguos tienen cerca de 80 años, y es claro que con la tecnología actual eso no se puede). Una irrealidad que conviene mucho, porque aunque no es una película de tipo "cuestiona la realidad", como "Mátrix" o "Piso 13", sí es un filme sobre los permanentes intentos de reescribir la historia. La ambientación actual, intencionadamente lejos de los cánones del cyberpunk, potencia mucho ese aspecto. Incluso la máquina del editor, en vez de ser una ultraconsola estilo "Sentencia previa", tiene en realidad un diseño arcaico que lo emparenta con las primeras monstruosas máquinas para trabajar en la TV con tubos y a blanco/negro.
- Es una película sobre la banalidad de todas las cosas. En definitiva, todo el lío de los chips de memoria sirven no para el bienestar de la Humanidad, sino como una frivolidad de los millonarios, emperrados en su lucha en definitiva estéril por doblarle la mano a la muerte. Su patético fracaso es pariente cercano de esos esfuerzos por construirse un ataúd en el espacio para ser llevado por el transbordador espacial y similares. Y eso, la película lo rescata muy bien. SINIESTRAMENTE bien, si me preguntan.

IDEAL PARA: Reflexionar un poco sobre qué demonios es el ser humano, o lo que queda de él, en una época en donde hasta su más remota intimidad puede ser tratada como una masa amorfa de datos.

domingo, 2 de julio de 2006

"El Padrino II" (1974).


-- "The Godfather, Part II". Estados Unidos. Año 1974.
-- Dirección: Francis Ford Coppola.
-- Actuación: Al Pacino, Robert Duvall, Diane Keaton, Robert de Niro, John Cazale, Talia Shire, Lee Strasberg.
-- Guión: Francis Ford Coppola y Mario Puzo, sobre la novela de este último.
-- Banda Sonora: Nino Rota.

-- "El Padrino II" en IMDb.
-- "El Padrino II" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Sicilia, 1901. Algunas muertes en Sicilia hacen aconsejable que el retoñín de la familia, Vito, desaparezca en América. Por provenir del poblacho de Corleone, en la aduana le ponen dicho apellido. Este Vito Corleone es, por supuesto, el patriarca de la familia que vimos en "El Padrino", la primera, la que lo originó todo. Vito Corleone sobrevive malamente en Nueva York, entre los inmigrantes italianos, hasta que enfrenta a un abusivo de poca monta y se gana el respeto de su comunidad, cimentando el imperio que veremos después, en la primera película de la serie, y en...
...1958. Han pasado los años. Michael Corleone es ahora el indiscutible dueño del clan. Nueva York es sólo un recuerdo. Ahora la apuesta es invertir en Las Vegas y en Cuba, sorteando en el camino el escollo de una investigación senatorial sobre sus actividades, ejem, poco santas. Pero ha pagado un alto precio por su posición: ya no tiene aliados ni amigos, su vida familiar se descompone progresivamente, y la desconfianza comienza a extenderse incluso entre su propia sangre. En medio de la tragedia se cimenta el dominio de hierro de Michael Corleone, cada vez más poderoso, cada vez más inflexible, cada vez más sanguinario... cada vez más solo y aislado del mundo que lo rodea.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

De la novela original de Mario Puzo, pese a sus módicas 500 páginas ("Lo que el viento se llevó" y "El Conde de Montecristo" tienen el doble), quedó una enorme cantidad de material fuera, concretamente todo lo relativo al origen y ascenso de Vito Corleone. Para quienes vieron la primera de "El Padrino", esa película relata sólo una de las historias de la novela. La otra parte cayó acá. El negocio era redondo. La película había recaudado mucho dinero, había ganado varios Oscares, y por cierto, el elenco original estaba aún disponible, y apareció en masa para la secuela, con la visible excepción de Richard Castellano, que en la primera parte había interpretado a Clemenza, personaje que en la segunda fue retirado por un estratégico ataque cardíaco (lo de siempre: cobró demasiado), y reemplazado por otro personaje incluido aposta para cubrir la parte de historia que le tocaba.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es considerada la mejor secuela en la historia del cine. Posiblemente sea cierto. Es mucho más densa que la primera parte, y complementa y explica muchas cosas, además de tocar un tópico distinto. La primera era sobre el honor, la lealtad, etcétera. La segunda es, derechamente, sobre el poder. El poder que Vito Corleone utiliza para crear un imperio "del bien", el poder que Michael Corleone usa para crear un imperio "del mal". Dos de los personajes de la segunda parte dan en la diana, cuando comparan a la familia Corleone con el Imperio Romano. Pocas películas han retratado tan bien como ésta el proceso de aislamiento de los poderosos, y la creciente descomposición moral, o la "hybris", por usar un poco de pendantería griega ("el poder absoluto corrompe absolutamente", decía brillantemente Lord Acton). Es tan férrea la espiral de sucesos que llevan desde los orígenes, desde Vito Corleone, hasta el apogeo imperial de Michael Corleone, que la historia en masa cobra un carácter trágico que muy pocas películas en Hollywood han conseguido igualar.

-- Al Pacino ha entregado muy buenos papeles después de interpretar a Michael Corleone, pero digámoslo con todas sus letras, éste fue su rol cumbre, lejano como las estrellas como meta a alcanzar. Si hubiera hecho sólo esta película y se hubiera muerto, aún así seguiría siendo uno de los mejores actores de todos los tiempos.

-- Robert de Niro era actor con currículum antes de este filme, pero con "El Padrino II" llegó a las grandes ligas. Incluso obtuvo un Premio Oscar, compartiendo con Marlon Brando el récord hasta el momento único de haber ganado con él una de esas estatuillas impúdicas sin ropa por haber interpretado el mismo papel (el de Vito Corleone). Y con justicia. Después de ver a Robert de Niro como Vito Corleone, uno puede buenamente preguntarse si el resto de la carrera de de Niro es en realidad una caricatura, o por decirlo más cruelmente, una autoparodia de sí mismo...

-- Escenas desgarradoras: el atentado contra Michael Corleone que abre la película, la patética noche de Año Nuevo en la Cuba de Batista, la llegada de Vito Corleone a América con la Estatua de la Libertad de fondo, el enfrentamiento de Vito Corleone contra el matón de barrio, el filosófico diálogo final en la prisión, y por último, después de todo lo anterior, la escalofriante escena final de Michael Corleone... solo.

-- Nino Rota. Le puso esa melancólica tonadita a "El Padrino", y aquí repite plato, con una banda sonora más pulida si es que cabe. Como en la primera, la música cumple una función mafiosa, de poder en las sombras, manipulando la película a diestra y siniestra sin mostrar nunca demasiado su propia mano. Adecuado, sin duda.

IDEAL PARA: Ver una historia grande y épica como la vida. O probablemente más.

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