11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 31 de octubre de 2010

"Tripulación Dave" (2008).


-- "Meet Dave" (título original en inglés), "Atrapado en un pirado" (título en España). Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: Brian Robbins.
-- Actuación: Eddie Murphy, Elizabeth Banks, Gabrielle Union, Scott Caan, Ed Helms, Kevin Hart, Mike O'Malley, Pat Kilbane, Judah Friedlander, Marc Blucas, Jim Turner, Austyn Myers, Adam Tomei, Brian Huskey, Shawn Christian.
-- Guión: Rob Greenberg y Bill Corbett.
-- Banda Sonora: John Debney.

-- "Tripulación Dave" en IMDb.
-- "Tripulación Dave" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Una esfera de esto o aquello cae a la Tierra, y la muy desgraciada, lo primero que hace en el planeta es chuparse el agua de un acuario. Tres meses después cae otra cosa del cielo... Parece que es una persona, y la peli trata de mantenernos en suspenso sobre eso, pero sabemos que no es en realidad una persona sino una nave espacial con forma de ser humano poblada de innumerables humanitos que se suponen son alienígenas, porque lo vimos en el trailer y además el tagline de la peli es "EDDIE MURPHY EN EDDIE MURPHY EN TRIPULACIÓN DAVE", vaya mierda de cagarnos la sorpresa. En fin, ¿en qué estaba? Ah, sí, en la nave con forma de ser humano. Con unos primeros diálogos, aprendemos que están de misión: deben recuperar la esfera y lanzarla al mar para chupar todos los océanos y salvar a su planeta nativo. ¿Y los terrícolas? Bueno, váyanse al demonio, gigantones barbáricos. Por esos accidentes del guión, el tipejo que en realidad es una nave espacial con otros tipejos adentro (Eddie Murphy tripulando a Eddie Murphy, en la vuelta de tuerca definitiva en materia de pelis presentando a Eddie Murphy multiplicado por sí mismo ad nauseam) acaba conociendo a la madre del chico que tiene la dichosa esfera. Y la madre ésta, que es viuda y está para mojar pan y además está calentorra, lo único que quiere es agarrarse al negro, sin saber que no es un negro sino una nave espacial (¿en serio escribí eso acá en Cine 9009? Quizás ha llegado el día de proclamar al cine como un arte oficialmente muerto). Los alienígenas la tienen así fácil para agarrarse la esfera y secar la Tierra, pero hay un problema: en nuestro mundo, en contacto con la civilización humana, aprenden eso que son las emociones, los sentimientos... ¡juerga, pasarlo bien! ¿Conseguirán estos esforzados alienígenas recuperar la esfera? (Er... no). ¿Se quedarán juntos Eddie Murphy y la chica mojapán? (Er... tampoco). ¿Conseguirá Eddie Murphy esta vez sí que sí hacer una peli decente con la que reventar la taquilla? (Er... una vez más... tampoco no).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Se dice que un par de tipos que ya habían trabajado en eso de la Ciencia Ficción, llegaron a los estudios esto o aquello con un guión en el cual unos bichos alienígenas tripulaban una nave espacial con forma de ser humano. La cosa se suponía que la iba a hacer la Paramount (bien), pero después a la Fox (¡¡¡MAAAAAAL!!!), lo que algo debe haber tenido que ver con el cagazo siguiente. Para colmo, algún tarado decidió que el actor ideal para interpretar esta historia de comedia/acción de Ciencia Ficción era... ¡¡¡EDDIE MURPHY!!! Sí, el mismo tipo cuya gran incursión en la CF que se llama "Las aventuras de Pluto Nash" acabaron en otro cagazo de esos épicos. El mismo que el poco crédito que le quedaba, se le fue por el drenaje luego de que Jack Black lo parodiara inmisericordemente en la secuencia de falsos trailers de "Una guerra de película". Dicen que uno de los guionistas prefirió quedarse con su familia en vez de ir al estreno de la peli. La cosa recaudó 50 millones, pero había costado 55. Y servidor quien esto escribe, la vio gratis en el cable, y escribe esto después de regresar de una instructiva charla con su abogado, en vistas a preparar la correspondiente demanda de indemnización de perjuicios por daño psicológico.

¿POR QUÉ VERLA?

-- A ver. Partamos con una aclaración. Todas las reseñas unánimemente inciden en que esta peli es mierda pinchá en un palo. Opinión de servidor no es tan drástica, y se limita a considerarla como mierda a secas, sin pinchar ni ná. De hecho, su horita y media de duración se deja ver. A condición de poner el cerebro en piloto automático, vale. La peli no tiene ni patas ni cabeza (la dupla de policías, por ejemplo, está ahí de sobra), pero no es peor que muchas comedias basurientas de los '80s que mucha gente reivindica como clásicos por el puñetero efecto nostalgia. Puede parecer ridículo que toda una tripulación de extraterrestres acabe botándose a la vida loca después de un bailoteo de salsa, pero oigan, es que en "Robotech" eran hordas tras hordas tras hordas de fieros warriors zentraedis los que caían hipnotizados y rendidos bajo los efluvios musicales de Lynn Minmei, y nadie se quejaba del despropósito (sí, "Robotech" era mejor que "Tripulación Dave", pero despropósito sigue siendo despropósito). Eddie Murphy se limita a hacer dos papeles, y cuando deja su absurdo rol de capitán e interpreta a la nave espacial misma, hay momentos en que hasta está gracioso. Elizabeth Banks, por su parte, está para que se te caigan las babas por todas partes, y eso aunque aparece casi con vestimenta monacal o poco menos, que esto es entretención para la familia, ¿eh? ¡Incluso hasta Austyn Myers, el que interpreta al hijo de la chica, cae simpático y no revienta las bolas como otros críos en otras pelis! Si tuviera que comparar a esta peli con algún referente cinematográfico, creo que debería remitirme a las comedias basurientas de Ciencia Ficción ochentera, de ésas que eran malas de cojones, pero entretenían lo mismo si no les pedías demasiado. ¿Quiere decir que deberías verla? Bueno, eso depende de qué tan altos o bajos anden tus umbrales de tolerancia. Pero un consejo: si llegas a verla, no seas tonto como vuestro seguro servidor el General Gato quien esto escribe, que llega y lo vocea urbi et orbi en este blog Cine 9009 y se prepara para ganarse collejas de lleve once y pague diez, sino que guárdatelo para tu capote. Tu integridad corporal te lo agradecerá.

IDEAL PARA: Ver algo divertido y simplecito en la camita alguna de esas noches en que no hay nada más en el cable. Pero bien simplecito.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en español de Ezpañah].

jueves, 28 de octubre de 2010

"El padrecito" (1964).


-- "El padrecito". México. Año 1964.
-- Dirección: Miguel M. Delgado.
-- Actuación: Cantinflas, Ángel Garasa, Rosa María Vázquez, José Elías Moreno, Angelines Fernández, Rogelio Guerra, Florencio Castelló, Jorge Russek, Arturo Castro 'Bigotón', Gerardo del Castillo, Armando Gutiérrez, José Luis Moreno, Alfonso Torres, Mary Montiel, Alberto Catalá.
-- Guión: Miguel M. Delgado, con diálogos adicionales de Carlos León, sobre una historia de Miguel M. Delgado y Fernando Galiana.
-- Banda Sonora: Raúl Lavista.

-- "El padrecito" en IMDb.
-- "El padrecito" en la Wikipedia en español.

¿DE QUÉ SE TRATA?

A un soñoliento poblado de México de mediados del XX, de ésos a los cuales llega una novedad cada generación, llegan... ¡¡¡NOTICIAS!!! El sacerdote, un hombre ya un tanto vetusto, ha recibido correspondencia, en la que se le dice que un sacerdote nuevo llegará a ayudarlo. Tanto él como su familia saben lo que eso significa: el cuco cocinará sus huevos en el nido del sacerdote (metafóricamente hablando, ¿eh?) y luego cuando nazcan los polluelos, devorarán vivo al pobre viejo que los ha incubado. La hermana del sacerdote entonces lo convence de que no haga nada, de que se entregue a la voluntad de Dios porque es un sacerdote y todo eso... y luego ella misma se decide a ayudar a que la voluntad de Dios vaya por donde tiene que ir, haciéndole la vida imposible al nuevo cura para que se corra solito del pueblo. Pero éste es el menor de los malos para el nuevo cura. Porque Don Silvestre, el hacendado que maneja el lugar como deben manejarse los lugares, o sea, con mano de hierro y a puntapiés con los patipelaos, que a la chusma no se la puede dejar sola y México no te rajes, tampoco está conforme, ya que al cura viejo lo tiene comiendo de la palma de la mano con algunas buenas obrillas de esto y aquello, que le permiten que se haga la vista gorda sobre ciertos, ehm, abusillos con los contratos laborales y esas cosas (y el cura viejo, pa' qué vamos a estar con cosas, también mira pa' otro lado porque eso de introducir reformas, como que huele a comunismo, ¿eh?). Resultado: cuando el cura nuevo llega, nadie del pueblo sale a recibirlo, a pesar de que no habrá otro evento igual hasta... bueno, hasta la próxima generación. Pero... ¡no contaban con su astucia! El nuevo cura no es un nuevo cura cualquiera, sino que es... ¡Cantinflas! Que con el superpoder de la labia cantinflesca, poco a poco hará la guerra por la paz, la justicia (en particular la justicia social), y de a poco y con esa cosa tan olvidada que se llama "ejemplo", le enseñará al pueblo aquello que a veces se olvida por aquello que los árboles no dejan ver el bosque: que el centro y fuerza del Cristianismo es la caridad cristiana.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Para quienes han nacido y crecido en la atmósfera eclesiástica tridentina impuesta por Juan Pablo II y Benedicto XVI, puede resultar una sorpresa investigar en la historia hacia atrás y descubrir que la Iglesia Católica pudo... haber sido... MÁS. Desde que el tibiamente liberal Pío IX diera su paso al lado y se hiciera ultraconservador al descubrir que los liberales de 1848 iban a quitarle la pesada carga del gobierno temporal de los Estados Pontificios (al final los perdió igual, pero se dio maña en proclamarse infalible), que la Iglesia Católica había ido cayendo en una irrelevancia cada vez mayor, en un mundo moderno que le hacía cada vez menos caso (salvo Italia, España y Latinoamérica, pero es que oigan, utilicé el adjetivo calificativo "moderno" aquí). Y los curas sin enterarse, porque verán, defendiendo sus terruños como gatos de espaldas, pensaban que todo estaba bien, que eran la ortodoxia y esto y aquello. Hasta que en 1958 llegó Juan XXIII. Un Papa lo suficientemente viejo (73 años) como para que todos lo consideraran "de transición", uno que no iba a mover demasiado las cosas después del largo pontificado (19 años) de Pío XII. No se lo vieron venir: Juan XXIII les soltó la bomba de que la Iglesia Católica debía modernizarse, aggiornarse, para enfrentarse a los desafíos del siglo XX. Dejar de decir las misas en latín y traducirlas a los idiomas vulgares para que la gente entendiera qué demonios estaban rezando, en primer lugar. Incluso decidió llamar a un Concilio Vaticano II para 1963. "Es que para 1963 no se puede, Su Santidad". "Oh, bueno, lo haremos para 1962". Y salió para 1962, viéranse que no. Durante década y media, hasta el advenimiento de Juan Pablo II, soplaron aires de libertad en la Iglesia, ésta se permeó hacia ideas de justicia social a las cuales ha sido tradicionalmente reacia, incluso hasta curas comunistas y todo... bueno, ya vendría la dupla Wojtila-Ratzinger para poner las cosas en su lugar, que una cosa es libertad y otra muy distinta libertinaje, y es que no se os puede dejar solos, leñe. Pero la fiesta estuvo entretenida mientras duró, y lo comido y lo bailado no lo quita nadie...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Nadie podría decir que esta peli sea lo que se llama una originalidad. En la época ya tenían fama las pelis "Don Camilo" y secuelas, adaptaciones italianas del personaje creado por el escritor Giovannino Guareschi, sobre una pequeña aldea italiana y la feroz-pero-amable guerra entre el cura Don Camilo, y el alcalde comunista Don Peppone (hay también un "Don Camilo" de 1982, con el ínclito Terence Hill, no tan afortunada ni como adaptación ni como peli). "El padrecito" toma muchas ideas de Don Camilo: el conflicto del cura del lugar con el hombre más poderoso del mismo (Don Silvestre en "El padrecito"), los métodos poco convencionales del cura siempre a medio filo entre las enseñanzas de la Iglesia y las exigencias de la justicia, el acuerdo tácito de que por mucha hostilidad que haya ésta no va a llegar hasta extremos demasiado desagradables, la existencia de todo un pueblo que se transforma en tablero de ajedrez de la lucha entre ambos, etcétera. Pero si bien no puede predicarse que la premisa de esta peli sea original, al menos puede decirse que la adapta bien a la realidad mexicana, y latinoamericana en general, y muy en particular a la vis comica de Cantinflas, no en balde una de las superestrellas del cine mexicano de todos los tiempos. El padre interpretado por Cantinflas no es una mera copia de Don Camilo (aunque haya una inspiración no reconocida aquí), sino que es el personaje interpretado desde siempre por Cantinflas, ahora con ropajes de cura: travieso e infantil, habla cantinflesca precisamente, pero sabio gracias a su sencillez, y arrojado y valiente cuando hay que jugársela por una causa justa o noble. Muchos opinan (servidor quien esto escribe entre ellos) que la última etapa de Cantinflas, más o menos desde después de "El bolero de Raquel" (1956), significó un marcado descenso en la calidad y comicidad de las pelis, que no pudo o no supo cómo adaptarse y renovarse para seguir siendo interesante en unas décadas, los '60s y '70s, marcados por profundos cambios sociales en los cuales el humor de Cantinflas comenzaba a sonar como algo anticuado. Sin embargo, si esta tesis (que no me atrevo a suscribir sin reservas, todo sea dicho, y ya comentarán ustedes abajo si están en desacuerdo) resultara cierta, habría que hacer una importante excepción con "El padrecito", sin duda una de las mejores pelis de toda su carrera, en donde conjuga a un tiempo todo su humorismo y picardía por un lado, y por el otro toda su humanidad. Quizás ayudó que "El padrecito" no tiene ambientación urbana sino rural, y por lo tanto, funcione allí mejor el humor tradicional de Cantinflas. Puede ser. Pero lo innegable es que Cantinflas nos regala algunos de sus más grandes momentos en esta peli, como un sacerdote que, cosa rara, tiene más a la vista la justicia y la corrección, que el seguir a rajatabla los mandamientos de una Iglesia que, por muchas buenas intenciones que le coloquen a algunas cosas (tampoco es cuestión de que sean Satanás con cuernos, si gente buena y gente mala hay en todas partes... incluso bajo las sotanas), a veces tienden a privilegiar más la burocracia, los reglamentos, y por qué no decirlo, los privilegios, sobre el fondo del mensaje cristiano, de que ama a tu prójimo como a tí mismo.

-- Y tocando lo anterior. Aunque esta peli está muy enclavada en su contingencia (los vientos de reforma, de aggiornamiento, el Concilio Vaticano II), desgraciadamente casi medio siglo después esa contingencia de entonces sigue siendo la nuestra propia. En el conflicto entre el sacerdote viejo y Cantinflas hay un conflicto todavía latente en la Iglesia actual: entre aquellos que creen que la Iglesia debería limitarse a ser una guía espiritual y moralizante de las personas y darles a la gente palmaditas en la espalda para que estén felices, sean buenos y se conformen con lo que tienen, y aquellos otros que creen que parte importante del deber de caridad cristiana consiste en arremangarse la camisa y salir a luchar a brazo partido con los problemas del mundo allí donde éstos se encuentran. Lo interesante de la peli es que el cura viejo no es un hombre malvado ni mucho menos (no podría serlo, aunque en un país intensamente católico como el México de los '60s, algunos de sus conservadores criticaron ácidamente esta peli en su día como "anticlerical"), sino un hombre noble y decente que, por el peso de los años y la inercia de la vida parroquial, se ha ido abotargando y perdiendo el espíritu misionero, hasta el punto de creer que parte importante de su misión es dejar las cosas como están, y no ser un agente de cambio en el mundo. Cantinflas, por su parte, es un sacerdote que entre la justicia y el reglamento, se inclina sin dudarlo por la justicia, lo que le lleva inevitablemente a colisionar con los poderes de este mundo, encarnados principalmente en Don Silvestre. Mientras que el padre Damián (impecablemente interpretado por el genial Angel Garasa, presencia inevitable en muchas pelis de Cantinflas) representa a la Iglesia Católica tradicionalista de no mover mucho las aguas, admitiendo que las cosas están mal pero no atreviéndose a nada por el riesgo de que se pongan peor (cuando no por comodidad, e incluso por razones menos confesables), Cantinflas representa explícitamente (su personaje cita las encíclicas de León XIII y Juan XXIII) las posturas innovadoras del Concilio Vaticano II y la idea de que la caridad cristiana implica que la Iglesia Católica debe abandonar el púlpito y jugársela activamente por un mundo mejor. En la actualidad sabemos cómo acabó aquello: los curas tradicionalistas llevaron a la curia a Juan Pablo II, que con su brazo armado Ratzinger barrieron con todos los díscolos, reescribieron el Catecismo de la Iglesia Católica y el Código de Derecho Canónico, y alinearon a toda la curia para olvidarse de esas ideas que huelen a herejía comunista. Pero los porfiados problemas sociales del mundo siguen ahí, tan presentes como en los '60s, incluso agudizados, mientras que los seminarios se vacían de postulantes a curas, cada vez más hastiados los jóvenes de una Iglesia Católica sermoneadora, poco comprensiva, y cada vez más alejada de las verdaderas preocupaciones de las pobres almas desparramadas por este mundo. Repasar "El padrecito" de Cantinflas, a la luz de este contexto, no es sólo hacer arqueofilmismo o mexicanismo, sino también hacer pensar a la gente acerca de estos importantes temas sociales.

-- ¿Y el resto, qué tal? Los actores, en general estupendos. Ya hemos comentado lo grandes que son Cantinflas y Angel Garasa. La pareja romántica joven, un tanto sosilla (Rosa María Vázquez y Rogelio Guerra), aunque puede ser también en parte culpa de un guión un tanto concesión para la platea (eso de que ella lo ama, pero él sólo juega con sus sentimientos, y quiere "aquello" de ella a pesar de que ella no es "como esas otras chicas con las que tú sales", como que ya no cuela para las audiencias del XXI), con un conflicto resuelto de manera demasiado apresurada y facilona. Y dos estupendos villanos de comedia: Angelines Fernández, grande en su papel de hermana del cura y mamá de la jovencita, ganándose a pulso el título de bruja antes de pasar a ser efectivamente la Bruja del 71 (por Bastet, ¿es que esta señora nunca fue joven?), y Florencio Castelló genial como el prepotente pero aún así humano Don Silvestre.

IDEAL PARA: Ver una de las grandes pelis de Cantinflas, y una interesante reflexión sobre el rol que la Iglesia Católica debería jugar en la sociedad.

VIDEOS.

-- Inicio de la peli [en español].

domingo, 24 de octubre de 2010

"Resident Evil 4: Resurrección" (2010).


-- "Resident Evil: Afterlife" (título original en inglés), "Resident Evil: Ultratumba" (título en español). Inglaterra / Alemania / Estados Unidos. Año 2010.
-- Dirección: Paul W.S. Anderson.
-- Actuación: Milla Jovovich, Ali Larter, Wentworth Miller, Kim Coates, Shawn Roberts, Sergio Peris-Mencheta, Spencer Locke, Boris Kodjoe, Sienna Guillory, Kacey Barnfield, Norman Yeung, Fulvio Cecere, Ray Olubowale, Christopher Kano, Tatsuya Goke.
-- Guión: Paul W.S. Anderson.
-- Banda Sonora: tomandandy.

-- "Resident Evil: Resurrección" en IMDb.
-- "Resident Evil: Resurrección" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Japón. Gente caminando apiñada como lo hacen los japoneses. De pronto vemos unas piernas con minifalda. ¿Es Alice que ha regresado? Pues no, porque tiene cara japonesa... o algo así, porque pronto la cara se le convierte en pura mandíbula mientras le salta al caracho a otro japonés, y así comienza. La epidemia del virus T se propaga por la Tierra y envía la civilización al demonio, en particular porque los muertos no sólo se niegan a permanecer muertos, sino que resucitan, vuelven como zombies, quieren tu cerebro, hacen carrera política, etcétera. Resident Evil, ¿recuerdan? Cuatro años después, en los subsuelos de Tokio, en la base supersecreta de la Corporación Umbrella, vemos una infiltración. A pesar de que la cámara no nos muestra quien, los que hemos seguido pacientemente la saga entrega tras entrega ya podemos adivinar que se trata de Alice. A los pocos minutos, en medio de una masacre de personajes de los que acreditan con símbolo # y con número en los créditos finales, vemos que efectivamente es Alice. Y de pronto, ¡horror!, un tiro le llega a Alice. ¡Suspenso, emoción, mataron a la prota a los cinco minutos de peli! O no, porque detrás vienen más. Los que vimos la entrega anterior sabemos que al final de la misma, la Alice de verdad se encontraba con clones suyos manufacturados con todo mimo por Umbrella, etcétera, y he ahí la explicación (los que no la vieron, deben haberlo encontrado chorra, pero en fin). Volviendo a RE4. El ejército de Alices pasa la aplanadora, metafóricamente hablando, en los cuarteles de Umbrella, hasta que finalmente los destruyen. Sí, leñe, llevamos quince minutos de peli, y el cuartel principal de los malos a los que has aprendido a odiar durante tres pelis al hilo, explota sin mayores ceremonias. El caso es que el malo maloso más maloso escapa, él y sus lentes oscuros que lo hacen verse EVIL, y lo hace en peazo helicóptero etcétera, que debe gastar combustible a lo bruto, en un mundo postapocalíptico en donde no parecen haber mayores problemas de suministro de petróleo, por lo visto. ¿Escapa? ¡No! Porque diligentemente se mete Alice y le pone una pistola en la cabeza. ¡Y Alice dispara, dicen ustedes, y el malo muere! Cuánta ingenuidad, mis estimados. No, Alice será la heroína de la franquicia, pero es media brutita cuando le conviene al guión, así es que le dice algo así como que digas tus últimas palabras, y lógicamente el malo maloso más maloso, que por algo es el malo maloso más maloso, y llegó al top one de la Corporación Umbrella suponemos eliminando despiadadamente a todo el resto de los gerentes y subgerentes por el camino, este malo maloso más maloso le hace una jugada sorpresa a Alice y le inyecta un suero que le quita sus superpoderes de Jean Grey. Y cuando el malo maloso más maloso está a punto de desquitarse y matar a Alice, vieran ustedes que el helicóptero se estrella oportunamente, y ¡CHAN! ¿Se acabó la peli a los quince minutos? No, pues, que algo hay que alargar la cosa para justificar la entrada. Así es que después Alice se va a Alaska, total, en un mundo en que toda la producción bencinera debe estar parada pegarse un viajecito de EEUU a Japón y de ahí a Alaska debe ser como un de aquí al negocio de la esquina y cuidadito con quedarse con el vuelto, cabro tonto... Y en Alaska se pone a buscar a los personajes de la anterior entrega, porque resulta que algunos actores de la anterior entrega renovaron contrato y de alguna manera tienen que aparecer back to life. Encuentra a una, esperablemente la que tenía mayor cartel en la tercera, y luego se van a vivir nuevas aventuras, que por mucho que le pongan, no van a ser ni tan espectaculares como los primeros minutos de la peli. Vaya una manera de montársela, hombre.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Nacida un poco entre Cochabamba y la Amazonia, la saga de Resident Evil se ha transformado en una respetable presencia dentro del panorama fílmico de los 2000s, siempre dentro de ese entrañable terruño cropógeno que es la serie B. Hablamos de una franquicia que con cuatro pelis y una inversión miserable para los estándares de Hollywood, se ha embolsicado la bonita suma de más de 600 millones de dólares. Ninguna saga basada en videojuegos ha conseguido algo semejante. ¿Ninguna saga basada en videojuegos, dije? ¡No existe ninguna otra saga basada en videojuegos! Bueno, está "BloodRayne" y secuela, o la secuela de "Mortal Kombat", pero hablamos de sagas serias acá (bueno, tan serias como se puede pedir, que los videojuegos tampoco tienen como guionistas a Cervantes, Shakespeare o el Alighieri tampoco). La primera "Resident Evil", escrita y dirigida por Paul W.S. Anderson, tuvo éxito dentro de lo suyo, y desde ese entonces han sacado una nueva cada tres años. Y Milla Jovovich, actriz de cierto talento que nunca acabó por encontrar su nicho, feliz porque una vez cada tres años cobra un suculento cheque. Pero el combustible se agota. Porque "Resident Evil" estaba bien (acción y gore, si tampoco es para pasarse, pero como matarratos...), y "Resident Evil: Apocalipsis" era una secuela inferior pero resultona, pero ya con la tercera entrega, "Resident Evil: Extinción", dirigida por el chafado de Russell Mulcahy (conocido como el sonado que se ha mandado cagón tras cagón tras cagón pero sigue siendo el one-hit-wonder que dirigió "Highlander", antes de sepultar la saga con "Highlander 2", además de casi sepultar ésta), la cosa había degenerado hasta el punto que abrió la temporada de caza con los chistes fáciles sobre que la saga de los no muertos andaba media muerta. ¿Cómo revitalizarla y seguir explotando la teta? En primer lugar Paul W.S. Anderson, que venía de dirigir la entretenida pero anémica "Death Race", se hizo cargo una vez más de la dirección, lo que se veía una buena noticia (de hecho, si le di una oportunidad después de rejurar que no seguiría más allá de "Resident Evil: Extinción" en el cine, es por eso). En segundo lugar, había que componer algunas idas de olla de las dos entregas anteriores, porque eso de los poderes telekinéticos de Alice quedaban muy bien para una peli suelta, pero complicaban enormemente la continuidad de una saga debido a que los protas demasiado poderosos no tienen ningún interés ya que es difícil ponerles rival a su altura. La movida resultó perfecta en donde importa, o sea, en la taquilla: a pesar de las críticas desastrosas (y merecidas en parte, todo sea dicho), "Resident Evil: Resurrección" ha sido de lejos la más taquillera entrega de toda la saga (más de 240 MILLONES, 100 MILLONES MÁS que "Resident Evil: Extinción"). Quizás haya ayudado algo que es la primera entrega en 3D y apalearon a lo bruto con la entrada, vale, pero no importan los medios, importa el contante y sonante en el balance final. Tanta fe se tienen, que (reventemos un punto del final, aunque lo que diré no será una sorpresa para los que han tenido estómago de seguir la saga hasta acá) al final, por enésima vez, tenemos un continuará en toda regla.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Llega un punto en toda saga cinematográfica en que el universo fílmico se embrolla lo suficiente como para que los neófitos empiecen a perderle interés a eso de meterse en ella por la mitad, y por lo tanto las nuevas entregas tienden a dirigirse cada vez más hacia los fanáticos y a ser cada vez más autorreferentes. Lo que obligan a sacar secuelas apuraditos (¿alguien dijo "El juego del miedo VII"?), hacer reboot de tanto en tanto ("Batman inicia"), etcétera. Con Resident Evil, la cosa pasó cuando el mundo se fue definitivamente al carajo en la tercera parte ("Resident Evil: Extinción"). En un minuto se llegó a decir, cosa graciosa, que con la tercera parte estaba cerrada la trilogía, que Milla Jovovich se descolgaba de la franquicia, o que sólo iba a prestarle la voz a una Alice en una de animación 3D, que habría un reboot, etcétera. Al final, la sangre no llegó al río (money talks), pero la idea de limpiar un poco la mesa seguía presente. De hecho, eso fue lo que hizo Paul W.S. Anderson: en la primera escena vemos el inicio de la epidemia, lo que debió haber ido en "Resident Evil: Extinción", o sea, simbólicamente, hay una autoexpiación por haber... rodado... ESO. Lo que es gracioso si se considera que el guionista fue el propio Paul W.S. Anderson, vaya. Pero algo pasó por el camino. Generalmente defiendo a Paul W.S. Anderson como un buen artesano dentro de la serie B actual, pero ya con "Death Race" había dado muestras de agotamiento, con una peli dirigida con buena artesanía, pero con un guión debilísimo (lo que siendo una de acción serie B, ya es decir), y acá seguimos en caída libre. ¿Qué pasó con el Anderson que nos entretuvo con "Mortal Kombat", con "La nave de la muerte", con la mismísima primera "Resident Evil"? Las comparaciones son odiosas, pero es que en la primera "Resident Evil" teníamos más suspenso, más gore, más dureza en general... Después del final de la tercera entrega, con esa sala llena de clones de Alice, y con la original prometiendo que iba a hacer tiritas a los tipos de Umbrella, uno hubiera esperado que la cuarta entrega fuera justamente eso, una enorme y apoteósica guerra en donde Umbrella se parapeta hasta los dientes y las Alices... No esperábamos la Batalla del Abismo de Helm ni mucho menos, pero si eran tan villanos y tan poderosos los malos... Y resulta que la tontera se arregla en quince minutos, a los malos los infiltran como si tal cosa (¿esos mismos malos que dieron tanta guerra e incluso querían meter un bebé nuclear en Racoon City en "Resident Evil: Apocalipsis"?) y hacen desaparecer discretamente a las Alices, y a otra cosa. Luego, desandan todo lo del refugio sin infección que venía de la entrega anterior, y meten a Alice de nuevo a la acción urbana, a lo "Resident Evil: Apocalipsis" pero en versión postholocausto, y nosotros aburriéndonos lo suyo. Para colmo se mandan alguna que otra incongruencia de lógica interna, como que por ejemplo se supone que a Alice le roban los superpoderes obtenidos del virus T, y ¡sorpresa!, sesenta segundos después sobrevive a un castañazo aéreo que ni los rugbistas uruguayos en Los Andes oigalé, para acto seguido seguir haciendo el kungfú y aguantar yoyah estoicamente a lo largo de toda la peli. No es que a la peli le falte pulso, no es que los actores no se la jueguen por sus personajes, pero resulta claro que un guión como correspondía hubiera significado quizás el fin de la saga, y estos tipos querían mantenerla abierta a cómo diera lugar (el final de esta peli hubiera sido un aceptable BIG END, pero tenían que dar a entender que el malo se salva, y después meter un continuará forzado a decir basta). El taquillazo les dio la razón, aún a costa de una buena historia. Y para asegurar aún más a los fanáticos (y esto puede ser considerado una decisión buena u oportunista según el cariz), por primera vez en la saga traen de vuelta a personajes de una entrega anterior (y sí, joer, Jill Valentine reaparece, deben quedarse sentados en su butaca durante la secuencia de créditos para ver su cameo... y sigue siendo Sienna Guillory, pero ahora en rubio). Pero a pesar de todas las críticas, una cosa en bueno podemos decir de esta peli: mejora el nivel de "Resident Evil: Extinción". Un poco, al menos. La saga estaba en la UCI, y ahora pasa a la sala común. Si ustedes son fanáticos de la saga en el cine (otra cosa es el videojuego, que nunca lo he jugado y por tanto no puedo establecer comparaciones), con "Resident Evil: Resurrección" tendrán una continuación más o menos aceptable, con su poco de manga ancha. Pero tampoco es que deban ir corriendo a su cine favorito a pagar por la entrada. Con verla en DVD, o por otros medios un poco más, dijéramos, reñidos por la ley, no se van a perder un mundo de diferencia precisamente.

IDEAL PARA: Los que han seguido con devoción cuasi religiosa la saga hasta estos pagos.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

jueves, 21 de octubre de 2010

"El aura" (2005).


-- "El aura". Argentina. Año 2005.
-- Dirección: Fabián Bielinsky.
-- Actuación: Ricardo Darín, Dolores Fonzi, Pablo Cedrón, Nahuel Pérez Biscayart, Jorge D'Elía, Alejandro Awada, Rafa Castejón, Manuel Rodal, Walter Reyno, Alejandro Gancé, Daniel Alejandro Ovando.
-- Guión: Fabián Bielinsky.
-- Banda Sonora: Lucio Godoy.

-- "El aura" en IMDb.
-- "El aura" en la Wikipedia en español.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un taxidermista tiene un pasatiempo bastante creepy. Quiero decir, aparte de la taxidermia misma, claro, que eso de andar embalsamando animales ya es creepy de por sí. En fin. Su pasatiempo es pensar y planificar el crimen perfecto. Cómo lo harías para cargarte la bóveda del banco y pirarte con puturrucientos millones, por ejemplo. Por esas cosas del guión, su mejor amigo, o algo que más o menos equivale a su mejor amigo, se lo lleva a la montaña (no, no es ésa de los vaqueros maricotas, pierdan cuidado aquí). A cazar. Por esas cosas adicionales del guión, resulta que cuando llegan a donde tenían que llegar no hay alojamiento, así se que tienen que ir a otra parte, que por supuesto está aislado, no signal, etcétera. Por esas cosas más adicionales del guión todavía, resulta que el amigo tiene que irse y deja a nuestro taxidermista solo en ese limbo natural (y nosotros mirando el reloj y preguntándonos para cuando puñetas comienza la peli). Por su parte, aprovechamos de aprender que el taxidermista es epiléptico, y que la peli se llama "el aura" por la sensación de aura que le viene al prota cuando se le viene un ataque, etcétera. Y cuando ya empezamos a fastidiarnos porque la cosa no parece ir hacia ninguna parte, viene otra cosa adicional adicionalosa del guión, que en el sitio caen unos malandras que les ves la cara y te dices que patitas paqué las quiero. Pero nuestro taxidermista, ¡ah, no! Que él es bien macho... bueno, no tanto, porque con la chica del lugar de los ojitos no pasa. Pero se atreve a ir planeando cómo hacer su sueño realidad. Porque ahora se meterá de lleno en una trama que lo llevará, al final, a cometer su atraco perfecto. O... bueno, algo así. O sea, si en las pelis yankis vemos como en el Primer Mundo las cosas salen mal, qué queda para los sudacas de toda la vida, ¿eh?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Con apenas dos pelis en el cuerpo (la anterior "Nueve reinas", y la que nos ocupa ahora), Fabián Bielinsky se ha transformado en uno de los más importantes cineastas de Argentina a comienzos del XXI. Y son y serán dos per secula seculorum amén, porque el pobre hombre falleció prematura e inesperadamente a los 47, de un patatús al cucharón. La receta de Bielinsky es simple, y tiene su correlato en una tendencia también observada en el cine chileno contemporáneo al suyo: olvidarse de las pretensiones de hacer costumbrismo fílmico y de rodar en ese estilo que puede ser calificado como latincampy, para adoptar cánones y estándares propios del cine internacional de Hollywood que, al final del día, es lo que funciona. Pero sin sacrificarse tampoco. "El aura" no es una peli perfecta ni de lejos, y no estoy razonablemente seguro de calificarla como una imperdible, pero sí es para lamentar (más allá del factor humano, claro) que el cineasta haya fallecido cuando tanto prometía.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos con las aclaraciones de rigor. "El aura" está concebida desde el comienzo como un híbrido entre el thriller neo-noir (a la criolla, claro) y esa cosa tan de cine latino que es el retrato de personajes. O sea, la misma fórmula que con balances ligeramente distintos llevó al Oscarato a "El secreto de sus ojos" en 2010. Algo que, en el fondo, se agradece. Porque la máxima fábrica de hacer thrillers en el mundo es Hollywood, y te manufacturan pelis electrizantes que golpe de efecto a golpe de efecto te tienen al borde de la butaca, pero sus personajes son todo lo estereotipados que se puede (prota heroico o antiheroico sin matices, villano ambicioso antisistema, a veces un traidor que suele ser un jefe del prota, y la chica neumática de premio para el prota cuando salve el día), e incluso ese otro gran productor de thrillers que era Francia, por la larga sombra de Luc Besson se ha jolivudizado lo suyo (nada contra el cine de Luc Besson, que servidor se lo disfruta como chino, pero su fuerte por lo general no es la caracterización, precisamente). En "El aura" nos encontramos con un thriller en donde el thriller mismo es en realidad más bien accesorio. El plan para el robo perfecto no tiene las vueltas y circunvalaciones de "La gran estafa" o similares, sino que es un atraco como los de toda la vida, sólo que ejecutado con ciertos estudios previos para asegurarse el resultado. El suspenso no viene dado por las vueltas de tuerca del guión, sino por la creación de una tensión constante y creciente que llevará a... bueno, al final de la peli, qué esperaban. Además, la motivación del prota para meterse en el lío, simplemente el cumplir un retorcido sueño casi colindante con la sociopatía, le añade un grado de oscuridad adicional a la trama bastante mórbido: al final, toda la trama del thriller se va convirtiendo casi en una especie de pesadilla existencial, un descenso a la bestia que anida en el subconsciente del propio prota. Quizás el único defecto grave de la peli, lo que me impide calificarla de una pequeña obra maestra, es un comienzo leeeeeento en que las coincidencias del guión se van acumulando un poco porque sí, porque o si no, no hay peli. Pero la paciencia es una virtud, y en el caso de esta peli, su recompensa, así es que dénle tiempo a la peli para desplegarse. En cuanto a la epilepsia del prota es tratada con naturalidad y sin efectismos, y está encajada estratégicamente en la peli para provocar algún momento de tensión, sin que rechine ni parezca un recurso barato del guionista.

-- La puesta en escena es magnífica. La fotografía está muy inspirada y contribuye a crear el ambiente pesadillesco que poco a poco se apodera de la pantalla, y la música minimalista ayuda a crear ese ambiente. Ricardo Darín como el prota está simplemente perfecto, y el resto de los actores acompañan muy bien. Desde un punto de vista formal, no hay absolutamente nada que cambiar o mejorar aquí.

IDEAL PARA: Ver un thriller que confía en sus personajes, para variar.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en español].

domingo, 17 de octubre de 2010

"Los indestructibles" (2010).


-- "The Expendables" (título original en inglés), "Los mercenarios" (título en España). Estados Unidos. Año 2010.
-- Dirección: Sylvester Stallone.
-- Actuación: Sylvester Stallone, Jason Statham, Jet Li, Dolph Lundgren, Eric Roberts, Randy Couture, Steve Austin, David Zayas, Giselle Itié, Charisma Carpenter, Gary Daniels, Terry Crews, Mickey Rourke, Amin Joseph, Senyo Amoaku.
-- Guión: Dave Callaham y Sylvester Stallone, basados en una historia del primero.
-- Banda Sonora: Brian Tyler.

-- "Los indestructibles" en IMDb.
-- "Los indestructibles" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Aguas territoriales de Somalía, allí donde manda el gobierno de Somalía (o sea los piratas, no sean ingenuos, si ya saben cómo están las cosas allá). A bordo de un barco carguero de esto-o-aquello, un grupo de piratas genéricos (negros que hablan un inglés desastroso incluso para nuestro no demasiado acostumbrado sistema auditivo en español) mantienen como rehenes a los tripulantes. Y con su inglés de primer grado, hablan acerca de que la compañía ha abandonado a sus trabajadores en vez de pagar rescate, y por eso los van a ejecutar. ¿¿¿EN SERIOOOOOO...??? No, porque si usted tiene un problema, necesita ayuda, y puede localizarlos, tal vez pueda contratar a... ¡¡¡LOS INDESTRUCTIBLES!!! (insértese música de ya-saben-ustedes-quiénes aquí). Resulta que los Indestructibles entran y dejan la de Θεός es Χριστός, todos los piratas genéricos muertos, y suponemos que los rehenes rescatados de... bueno... alguna manera... bajo la lluvia de balas y cuchillos... en fin, el caso es que además vemos a uno de los indestructibles volverse loco por la sed de sangre, y liarse con sus compañeros, razón por la cual los otros indestructibles lo van a echar, yo no sé por qué, porque si son indestructibles entonces no se pueden destruir, a no ser que sean como los diamantes que sólo se pueden cortar con otro diamante... pero estoy divagando, volvamos a la peli. El caso es que después de ver al buenazo de Jason Statham siendo adornado con una linda cornamenta por la buenorra de Charisma Carpenter (sí, nuestra cheerleader favorita hasta Hayden Panettiere), nada mejor que una misión para desintoxicarse de esos horribles efluvios hormonales llamados "amor" (nadie dijo que ésta no era una peli misógina, ¿eh?). La misión en este caso se la proporciona un tal Mr. Church (cameo de Bruce Willis), lo que además sirve para una escena en que Arnold Schwarzenegger aparece de manera completamente gratuita (la persona que la vio conmigo en el cine salió preguntando de viva voz: y después Arnold no aparece más, no lo vi, ¿en dónde apareció después?, y la respuesta es que en ninguna parte porque es un cameo gratuito, pues eso). En fin, el caso es que Bruce Willis envía a los indestructibles a la misión: infiltrarse en Vilena y eliminar al dictador de turno, con un apellido tan folclóricamente español como Garza. El resto, bueno... si crecieron viendo pelis de Chuck Norris, entonces no necesitan que les haga un mapa.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

El filósofo alemán Friedrich Nietzsche, en una de sus habituales borracheras místicas zaratustrianas, esta vez en lo alto de los Alpes, tuvo una fantasmagórica y terrorífica visión: el eterno retorno, todo vuelve, todo es cíclico, no puedes escapar de la rueda del destino. Rayos, y yo que quería ser playboy lleno de mujeres y alcohol en mi siguiente vida. En fin, el caso es que Nietzsche se habría encontrado toda la razón de ver "Los indestructibles" (el risible título que le pusieron en Latinoamérica a una peli que en España tampoco tradujeron muy bien, pero al menos es más ajustado el título, "Los mercenarios", porque el original "The Expendables" literalmente sería "Los prescindibles"). Retrocedamos en el túnel del tiempo hasta los cardadosos y hombrerescos '80s, y recordemos todo ese cine de acción carne-de-videoclub que salió por esos años. Recordemos las pelis de Arnold Schwarzenegger, las que dirigió John McTiernan, las que produjo la Cannon... En los '90s, la mayor parte de los duros favoritos de ese tiempo desaparecieron más o menos de escena: se dedicaron a la política (Schwarzenegger), trataron de incursionar en la comedia (Stallone), tuvieron que bancarse que su neumática esposa los cambiara por un bebé mitad de su edad (Willis), acabaron produciendo serie B como spam viral (Seagal), acabaron hundidos en telefilmes horripilantes (Lundgren), acabaron medio parodiándose a sí mismos (Van Damme), o peor aún, salieron del closet y se hicieron reborn christians (Norris). En los 2000s hubo quienes trataron de retomar el alegre legado de muertes, asesinatos, disparos, cuchilladas, decapitaciones, empalamientos, evisceraciones, etcétera, como por ejemplo La Roca, pero el único que logró algún éxito en ello fue Jason Statham ("El Transportador" y secuelas, principalmente), y no por nada, Statham está sentado como segundo acreditado al lado de nada menos que el Dios Stallone. ¿Qué hacer entonces con estos vejetes en paro, cómo arreglárselas para que masquen algo más que el chorizo que se compran con el anémico seguro social? Sylvester Stallone dio con la clave: ¡hagamos un revival triunfal! Después de todo, el asunto funciona para los superhéroes (Liga de la Justicia, Los Vengadores), y además, los '80s están de moda. La peli "Rambo: Regreso al infierno" probó sin lugar a dudas que había espacio para el cine de carnaza ochentera, en contra de ese horrible cine de acción hiperestilizada en donde importa cualquier cosa menos la violencia bruta (la terrorífica herencia del bullet-time de "Matrix"). En muchos sentidos, la Trilogía de Bourne y el díptico jamesbondesco "Casino Royale" y "Quantum of Solace" se apegaron a la moda "24" que a su vez era un refrito de los temas y preocupaciones propios de las pelis ochenteras de Chuck Norris (incluso hasta la cámara en tonos sepia es reminiscente de las escenas desérticas de "Fuerza Delta"). Era una jugada al todo o nada, pero la capacidad de convocatoria de Sylvester Stallone hizo el milagro: la peli costó 80 millones y recaudó más de 240. ¿Alguien duda que habrá un "Indestructibles 2" con estas cifras? ¿Alguien duda que los duros ochenteros que se quedaron afuera para esta pasada, esta vez no se sumarán en masa ante la movida? ¡Compra tu entrada y ayuda a financiar el almuerzo de un geriátrico medio atontado por los golpes de las pelis de su carrera! ¡La sonrisa de estos abuelitos te lo agradecerán!

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos de entrada diciendo que Sylvester Stallone tiene las cosas claras aquí: no va a rodar GRAN CINE ni una peli para los Oscares, sino una para disfrute de los fanáticos de la carnaza pura y dura. Los que hayan visto "Rambo: Regreso al infierno", también dirigida por Stallone, sabrán a lo que me refiero. Es cierto que las audiencias actuales están más sofisticadas y ya no se sorprenden con tanta facilidad como con la moto que expedía misiles por el culo en "Fuerza Delta", pero Stallone sabe como lidiar con eso también: aumentando exponencial y geométricamente la carnaza. O sea, en "Comando" con Arnold Schwarzenegger veías tipos acuchillados y ametrallados en vivo y en directo, mientras que acá ves tipos descerrajados, acribillados, aplastados, decapitados, destripados, des-estooaquello, quemados vivos, etcétera. En lo otro veías la sangre fluir, mientras que acá ves saltar los pedacitos de carne por la metralla y las cabezas explotar en medio de una masa de sangre y sesos (bueno, no tan gráfico, está rodado de noche, probablemente para que el CGI no cante tanto, pero se ve igual). ¿La historia, qué tal? ¿Qué historia...? Tenemos al equipo de los buenos que son los buenos porque, bueno, son los buenos, alguien tenía que serlo, y tenemos al equipo de los malos, y la cosa va de que los buenos se meten a la guarida de los malos y los hacen parir sin anestesia. La historia es predecible vuelta de tuerca tras vuelta de tuerca, pero no importa, porque es bastante transparente que está ahí para lo que verdaderamente importa, o sea, las escenas de acción. ¿Y están buenas? Sí, si lo están. Stallone se ha confirmado en los últimos años como un buen director (mejor director que actor, de hecho), hizo un trabajo fino con "Rocky Balboa" y con "Rambo: Regreso al infierno", y acá confirma lo mismo. ¿La receta Stallone? Tener la historia clara y contarla de manera también clara, sin manierismos ni dárselas de esto o aquello, pero tampoco sin descuidar la bonita fotografía ni hacerle asquitos a lo bueno (fundamentalmente la violencia, porque en el sexo la peli es bastante pacata, así es que olvídense de ver algo como esas fotitos que se tomó Charisma Carpenter para Playboy años atrás). Sumémosle también un par de actuaciones inesperadamente buenas (Mickey Rourke en uno de sus días buenos, después de merendarse al resto del elenco de "Iron Man 2", atención a su monólogo sobre Bosnia, y Dolph Lundgren como el indestructible renegado, en un rol hecho casi como un guiño a que él fue el malvado Ivan Drago que casi le puso las bolas cuadradas a Rocky Balboa en "Rocky IV", casualmente también dirigida y protagonizada por Stallone), y ya estamos. La peli consigue así ese delicado equilibrio entre prometer relativamente poco, pero cumplir con lo que promete. Los "amantes del buen cine" saldrán defraudados de aquí, pero los fanáticos de la casquería ochentera estarán más o menos de plácemes. Quizás lo más decepcionante sea, curiosamente, el hype de ver a todos los veteranos juntos (en realidad de los viejos el que se luce es Stallone, porque Jet Li y Jason Statham son "the next generation", Lundgren se pasa a los malos, y Willis y Schwarzenegger sólo hacen cameos), porque a la hora de la verdad si entre todos no paran una explosión atómica con sus manos desnudas o poco menos, uno como espectador sale diciendo que vaya chorra, qué mierda de peli ésta, pero bueno, se hace lo que se puede con lo que se tiene. A sabiendas de que la peli iba a ser "una serie B de alto presupuesto" (contradictio in terminis, pero bueno), servidor quien esto escribe se la pasó pipa viéndola, y ya se está inscribiendo para "Los indestructibles 2" cuando la rueden.

IDEAL PARA: Nostálgicos de las pelis parafascistas de acción de los '80s.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "LOS INDESTRUCTIBLES":

-- "'The Expendables' de Sylvester Stallone" en Bilistorias.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

jueves, 14 de octubre de 2010

"Pantaleón y las visitadoras" (2000).


-- "Pantaleón y las visitadoras" (título original en castellano), "Captain Pantoja and the Special Services" (título en inglés para distribución internacional). Perú / España. Año 2000.
-- Dirección: Francisco J. Lombardi.
-- Actuación: Salvador del Solar, Angie Cepeda, Mónica Sánchez, Pilar Bardem, Gianfranco Brero, Gustavo Bueno, Carlos Kaniowsky, Sergio Galliani, Tatiana Astengo, Pold Gastello, Carlos Tuccio, Aristóteles Picho, César Bravo, Basilio Soraluz, Norka Ramírez.
-- Guión: Enrique Moncloa y Giovanna Pollarolo, basados en la novela de Mario Vargas Llosa.
-- Banda Sonora: Bingen Mendizábal.

-- "Pantaleón y las visitadoras" en IMDb.
-- "Pantaleón y las visitadoras" en la Wikipedia en español.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Pantaleón es milico. Y créanlo o no, es bueno, noble y correctito. Incluso se casó con la misma chica con la que fue a su graduación, en la que tuvo el honor de izar la bandera peruana por ser el mejor de la clase y too. Ni toma ni fuma, ni tampoco adorna con cuernos a su amante esposa. Cosas del fúrbol, la verdá. El caso es que por eso mismo lo llaman a Iquitos en misión supersecreta. Resulta que los insurgentes se están apoderando de las hembras en la jungla peruana. ¿Enemigos de más allá de las fronteras? ¡No, qué va! ¡Son las propias tropas peruanas preñando hembras para hacer Patria! Así es que nuestro hombre correctito tendrá ahora que empeñarse en montarles... ¡un servicio de visitadoras! ¡Para darles prestaciones! O sea, por si no entendieron nada, un servicio de putas para darles polvos. Pues, eso. Y ahí tienen a nuestro buen Pantoja, destacado en Iquitos, en misión supersecreta (¿se imaginan qué pasaría si la plebe se entera de que los milicos están montando su propio prostibulario con girls en exclusiva?), escondiéndole el follón incluso a su señora y too. Lidiando con la incomprensión de sus superiores, con las escenitas cada vez más progresivas que le va montando la señora (a ésa nadie la enseñó a ser obedientita, y eso que es señora de mili), y en particular con una putorrona con un cuerpo de orgía en el dungeon (Angie Cepeda en sus mejores años) que va a por el oro y no sólo hace prestaciones para la tropa sino que quiere agarrar a nuestro buen Pantoja, medio por afecto, medio por intereses creados... La casa de putas está servida. Literal y metafóricamente hablando.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Mario Vargas Llosa es, con diferencia, el mejor de los narradores que ha salido del boom latinoamericano, por más que el Nobel haya llegado veintiocho años después de lo que correspondía. Sin plagiarse a sí mismo novela tras novela como García Márquez, ni ser tan bombástico como Donoso, ni tan alegórico y pretencioso como Carpentier, se limita a escribir novelas que cuenten una historia y punto, y en este menos es más, consigue lo que el resto no: ser interesante. (Sus opciones políticas son otro cuento, hablemos mejor de él como novelista, que nadie es perfecto). No es casualidad entonces que se le haya buscado para adaptaciones cinematográficas, aunque por tratarse de un autor latino, no ha tenido tanta proyección fílmica como los superventas de Hollywood, claro está. Porque entre rodar a la Austen o a Vargas Llosa se quedan con la primera por ser anglo, aunque los dos son lo mismo de exótico para el yanki comedor de hamburguesas promedio. Francisco Lombardi, que ya había adaptado "La ciudad y los perros", se atrevió de nuevo con Vargas Llosa, y adaptó "Pantaleón y las visitadoras". Con mucho de eso que se llama cojones, porque debe tenérselos de hierro para, en plena dictadura militar de Alberto Fujimori, adaptar una novela que 1.- Deja como el restregado del calzoncillo contra el culo a los militares, y 2.- Fue escrita por Mario Vargas Llosa, que había sido rival del mismísimo Fujimori en las elecciones presidenciales de 1990 (en las que Fujimori ganó, cuando todavía fingía ser demócrata). La peli fue postulada por Perú (¡el de Fujimori!) para la quina a Mejor Película Extranjera en los Premios Oscar, pero no quedó candidateada, y menos ganó (por si a alguien le interesa, ese año ganó "Todo sobre mi madre"). Pobre Fujimori, que le pasen golazo con la peli, además candidatearla sin saber lo que está candidateando, y más encima quedar fuera. Bueno, por algo después tuvo que hacer maletas apresuradas e irse a Japón. Y aunque quien esto escribe sea chileno, se ahorrará los chistes pertinentes sobre la milicia peruana. Y es que en el fondo es bueno que los peruanos se rían de sus milicos, y los chilenos de los nuestros. Por algo nosotros somos civiles, y ya se sabe: un civil puede militarizarse, pero un militar no puede civilizarse...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Para serles sincero, ignoro si la adaptación es buena o no, porque jamás me he empollado la novela (no son falta de ganas, pero es que hay tanto que leer por delante, y es tan poco el tiempo...). Pero me huele a que sí. Vargas Llosa tiene un estilo bastante directo de contar el cuento, a ratos un poco barroco en lo detallista, pero siempre recto y al grano, así es que esta peli, que a pesar de su extensión anacondiana (casi dos horas y media), aunque se toma su tiempo en esto o aquello, no se siente pesada en ningún minuto (en su estreno para Estados Unidos, dato de trivia, la mutilaron salvajemente en cerca de media hora, y es que estos yankis se aburren si no hay robots que exploten, ya se sabe). La historia en ningún minuto pretende ser más de lo que es, un simple cuento entre bizarro y picaresco, ni trata de explorar el ser latinoamericano ni ninguna de esas zarajandas (nada en contra de eso tampoco, a priori, pero es que tanto cineasta tratando de ser telúrico, sin lograrlo, como que fastidia). Por supuesto que entre bambalinas hay palos sí y palos también en contra del sistema militar, y por qué no, respecto de la sociedad peruana, haciendo bueno eso de que en qué minuto se jodió el Perú (bueno, ésa era de la conversación en la Catedral, pero Vargas Llosa tiende a darles vueltas al tema).

-- Las actuaciones son de un nivel superlativo. A pesar de que esta peli es bien conocida como la que lanzó a la fama internacional a Angie Cepeda (y con esos enormes topless que se manda, era que no), la verdad es que el sufrido Salvador del Solar compone un protagónico memorable que no se deja robar por ninguna parte. Al principio lo vemos como un tipo correctito, un poco sumiso y un mucho de maniático, y después lo vemos evolucionar, desperfilarse, un poco perderse a sí mismo... pero todo de manera muy creíble, muy natural. Al final de la peli, hemos llegado a la conclusión de que todas sus virtudes y nobleza en realidad no son como para admirarlo, sino como para sentir pena del pobre desgraciado que toda la vida se ha portado bien porque, bueno, es feliz siendo un pobre ave, y aunque por eso deberíamos odiarlo como personaje, la verdad es que la actuación de Salvador del Solar lo vuelca por completo de nuestro lado. Y sí, ahora vamos con Angie Cepeda, que actúa ya bastante avanzadita la peli, y que como tentación e incitación funciona estupendamente bien, como una especie de femme fatale telúrica (segunda vez que uso la palabra, por algo será), siempre en esa ambigüedad de si está interesada en el hombre o en el cargo, para que nos entendamos. La esposa insoportable a la que el bueno de Pantoja debería darle su par de cachetes para hacerla entrar en razón, viene bien interpretada por Mónica Sánchez. El resto del elenco está un poco más en segundo plano, pero acompañan muy bien y están por la labor.

-- Resulta interesante observar que esta peli, que trata de no ser discursiva ni pedagógica ni panfletaria ni convertirse en la peli que exprese el alma latinoamericana y etcétera, clava mucho más certeramente la garra en el ser latinoamericano que muchas otras realizaciones que lo intentan y no lo logran, por mucho realismo mágico que le echen. Porque la verdadera Latinoamérica no es ese continente mágico y cuasimístico que un puñado de pringaos quieren majaderamente que sea (en el consumo yanketa y en la propia Sudaca), sino esa tierra en donde más se malvive que se vive, en donde se ocurren ideas bombásticas como, bueno, justamente ésa, la de montarle un servicio de putas a las tropas para después, cuando la cosa se ha hecho pública, negar que se ha montado un servicio de putas a las tropas justamente... en donde el principal pecado dentro de cualquier institución consiste en ser demasiado eficiente y hacer demasiado bien el trabajo... en donde cualquier aprovechado trata de sacar su tajada, y el espíritu cívico brilla por su ausencia (el único que parece tenerlo en abundancia es nuestro prota, porque su señora le reza rosario sí y rosario también, sus superiores se abanican en sus cargos, los ciudadanos no valoran a sus soldados, y con razón deberíamos decir, y las únicas que desarrollan algo que más o menos pueda decirse que recuerde al amor a la Patria son las putas, justamente, en un giro bastante irónico de la trama)... Si quieres ver por qué Latinoamérica sigue siendo el continente del subdesarrollo y del atraso, esta peli te va a aclarar un par de puntos mucho mejor que "Como agua para chocolate" o "El amor en los tiempos del cólera" o etcétera, si me preguntas.

IDEAL PARA: Ver una comedia que con el pretexto de contar una historia se pone bastante incisiva con esa cosa que tiene el ser latino.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en español].

domingo, 10 de octubre de 2010

"Oliver y su pandilla" (1988).


-- "Oliver & Company". Estados Unidos. Año 1988.
-- Dirección: George Scribner.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Joseph Lawrence, Natalie Gregory, Billy Joel, Dom DeLuise, Robert Loggia, Bette Midler, Cheech Marin, Richard Mulligan, Roscoe Lee Browne, Sheryl Lee Ralph, William Glover, Taurean Blacque, Carl Weintraub, Frank Welker, Deborah Gates.
-- Guión: Jim Cox, Tim Disney y James Mangold, sobre una historia de Vance Gerry, Mike Gabriel, Joe Ranft, Jim Mitchell, Chris Bailey, Kirk Wise, David Michener, Roger Allers, Gary Trousdale, Kevin Lima, Michael Cedeno, Peter Young y Leon Joosen, con Alex Mann sin acreditar, con aportes adicionales de Gerrit Graham, Sam Graham, Chris Hubbell, Steve Hulett y Danny Mann, basados en la novela "Oliver Twist" de Charles Dickens.
-- Banda Sonora: J.A.C. Redford.

-- "Oliver y su pandilla" en IMDb.
-- "Oliver y su pandilla" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Nueva York en los '80s, el lugar para ser un triunfador, ganar dinero, llegar a la cima del mundo... salvo que seas un gatito callejero de color naranja, en cuyo caso la vida te enseñará sus colmillos más neoliberales y te mostrará por qué en esos años Ronald McDonald Reagan como Presidente daba más bien asquito. El libre juego de la oferta y la demanda, tan caro a los neoliberales de toda la vida, permite que toda una camada de gatos se venda en la calle (vaya uno a saber a qué amos, pero no se necesita un Estado que regule esas cosas, ¿no?), salvo por el gatito naranja que decíamos, que a pesar de ser muy mono, la perfecta mano invisible del mercado se lo lleva por delante, y lo obliga a una existencia callejera en los insterticios del sistema, suponemos que para crecer de mayorcito y transformarse en un delincuente callejero (robarse las salchichas de un carrito de un próspero empresario "hago hotdogs con las mismas manos con las que me rasco las huevas, aprovechando la desregulación sanitaria") para luego como buen outsider de la sociedad neoliberal, sufrir el hostigamiento de la fuerza policial destinada a reprimir la delincuencia que el mismo sistema produce (a saber, la perrera municipal, aunque ésta no aparece en la peli, pero la suponemos presente, así como conocemos el mundo en que vivimos). Siendo dueño de su propio destino, de su propio miserable destino podríamos añadir, el gato acaba aparejado con un perro que se la juega bien jugada (como buen neoyorkino '80s, agarra al gato y lo explota con la promesa de una tajada en el botín, y luego se lleva todo el botín para la casa... ¡son los '80s, nene!). Pero el gato, que no, erre con erre, va y sigue al perro (¿hay acaso alguna ley que lo prohiba?), y termina descubriendo el escondrijo del perro, que es el de una pandilla completa. A los perros, gracia no les hace la llegada del gato, pero éste se gana su lugar con un gesto de valor: cuando el malo maloso Sykes va de visita junto con sus perros dobermanes (¡son los '80s, baby!), el gato en defensa propia le manda tarjazo a la nariz de uno de esos dobermanes. Tamaña corajada lo hace de inmediato miembro de la banda. Al día siguiente, el gato es metido en las actividades delictivas del grupo (aunque él no se da cuenta de que son delictivas, si después de todo nadie le ha enseñado un curso intensivo de regulación económica del derecho de propiedad... ¡son los '80s! Además es una peli para niños y no puede presentarse a "los buenos" como los delincuentes que en realidad son). Lo que le llevará a acabar en las manos de una niñita nada más mona, y podrida en dinero para facilitar después el ascenso social del prota (la filantropía como atenuante del inmisericorde derecho de propiedad, característica ésta muy del cine Disney). Pero las fuerzas del mal no descansan, y pronto el dichoso gato acabará en el fuego cruzado entre los villanos y la jovencita. ¿Conseguirá nuestro monísimo gato amarillo ocupar un lugar en la sociedad y trepar a la aristocracia? ¿Superará la maldición de su nacimiento humilde y hundido un darwinismo social rojo de uñas y dientes? Bueno, es una Disney, todas esas cuestiones ya pueden darlas por hecho.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Históricamente los registros marcaban los '80s como la década oscura de Disney, por lo menos hasta entrado el siglo XXI en que Disney acabó metida en una década aún más oscura si es que cabe. Y es que se decía de pelis como "El caldero mágico" o "Oliver y su pandilla" que eran debiluchas, sin carácter, sin magia, etcétera (recordemos, en esos años aún no existían esperpentos como "Tierra de osos" o "Vacas vaqueras", que ésas sí que son monumentos al desastre fílmico). Wolfgang Reitherman, quien durante los tempestuosos '70s para bien o para mal había conseguido sacar avante la división fílmica Disney después de la muerte del viejo Walt en 1967, se había retirado después de la digna aunque algo anticuada "El zorro y el sabueso" (1981), y a partir de ahí, los Estudios Disney perdieron la brújula (de hecho, escaparon por los pelos de una compra hostil, lo que hubiera hecho revolcarse a Walt Disney en su cámara criogénica). El intento de volver a situarse sobre el mapa con "El caldero mágico", tratando de hacer animación más "adulta", resultó un desastre, y el intento de colgarse del éxito de "Los rescatadores" tratando de hacer una con detectives ratones una década después ("Policías y ratones") también acabó más o menos en la intrascendencia (no demasiados añitos después, los Estudios Disney efectivamente sacaron una secuela de "Los rescatadores", que es "Los rescatadores en Cangurolandia"). Como puede observarse, el destino de Disney estaba en el páramo: el darwinismo fílmico estaba a punto de comerse a los estudios. Como salida desesperada, como manotazo de ahogado diríamos, intentaron la jugada de adaptar un clásico literario (y van...), en este caso el "Oliver Twist" de Charles Dickens, pero dándole un twist radical, y haciéndola... RAD!!! COOL!!! OCHENTAS!!! Porque acuérdense de los '80s (los que tengan edad), ser '80s era lo más cool del mundo, etcétera. ¿El resultado? La cosa tuvo algún éxito (de hecho, los Estudios Disney se entusiasmaron con la idea de hacer una cada año, después de la anémica década ya pasada), aunque la crítica los hizo pedazos. La peli pasó así a los libros de Historia del Cine con más pena que gloria, aunque en parte por un factor del que no son culpables ni los Estudios Disney ni los productores ni la peli misma por cierto: es que cumpliendo con su compromiso de una peli anual, al año siguiente sacaron otra peli que sí cumplía con el "back to the roots", con rodar una Disney llena de fantasía y emoción y magia (es decir, todo lo contrario que "Oliver y su pandilla", "moderna" y firmemente enraizada en lo cool de los '80s), y que sí pasó a la historia como un hito fílmico de proporciones. Me refiero, claro está, a "La sirenita".

¿POR QUÉ VERLA?

-- Hablando de la peli en términos generales, la verdad es que, sin ser una joya ni superlativa, se ha conservado bastante bien, y de hecho ha ido ganando enteros con el paso del tiempo. Es posible que en su época le haya jugado chueco el haber tratado de ser muy '80s, muy guay, y ser una historia mucho más "realista" dentro del canon Disney: se ambienta en su tiempo contemporáneo, no hay magia, no hay princesas Disney... El público y la crítica se enfrentaron desconcertados a una peli Disney que, efectivamente, no tenía ninguna característica reconocible como peli Disney (o sea, Disney tratando de desdisneyzarse pensando en que la fórmula del viejo Walt estaba pasada de moda, ¡qué equivocados estaban, y cómo deben haberse dado de cabezazos al descubrirlo con "La sirenita"!). Pero olvidándonos del tema expectativas y quedándonos con el material puro y bruto, la verdad es que está bien. Como los '80s quedaron atrás, la ambientación NY-'80s de la peli ya no chirría tanto y parece un ambiente tan de fantasía como la Nueva Orleans de los '20s en "La princesa y el sapo", por ejemplo (época que, hagan memoria, no está demasiado lejana en el tiempo a las primeras animaciones Disney). La cosa va de lo mismo que "Oliver Twist", aunque convenientemente limado en sus aspectos de crítica social, si después de todo es una peli Disney y no vamos a esperar que estos productores filmen un producto que subvierta las raíces del capitalismo yanketa de toda la vida. Y funciona: tenemos buenos muy buenos, malos muy malos, y un tierno gatito metido en medio de la trifulca a falta de princesa Disney. Y aunque la historia está bastante tamizada, e incluso tiene la sobreabundancia de canciones Disney de toda la vida (acá menos molestas que en otras pelis Disney, dicho sea de paso), no se crea que por ser "para niños" se ahorra algunas brutalidades. La secuencia de acción final es electrizante, y de hecho, los villanos tienen un final bastante cruel para los estándares de una peli infantil (((SPOILER AQUÍ: El malo principal acaba molido dentro de su limusina cuando ésta se estrella contra un tren lanzado a toda prisa en la dirección contraria, y los dobermanes malvados acaban electrocutados. Y claro, al final tenemos el restablecimiento del orden social (los pobres con los pobres, los ricos con los ricos, que la solidaridad está bien pero que no llegue a tanto que se convierta en promiscuidad), el ascenso del prota de gato vagabundo a gato de casa, etcétera (((FIN DEL SPOILER AQUÍ))). De esta manera, la peli tiene bastantes entrañas, y no trata de ser deliberadamente ñoña para cumplir con ser "infantil".

-- El trabajo de animación es estupendo. Esta es la primera peli Disney en donde se usaron extensivamente las computadoras, y el resultado se nota. La animación sigue siendo 2D (no estamos en el terreno del CGI todavía), pero... ¡Qué maravilloso 2D! El movimiento de los automóviles es mucho más fluido y natural que en muchas pelis de animación anteriores (incluso posteriores), se aprovechan los efectos de computadora para crear interesantes ángulos de cámara... sé que la mitad de ustedes no captan de qué estoy hablando, pero si ven la peli, me van a entender. Las escenas de apertura y de cierre de la peli, con la isla de Manhattan vista desde el aire, con esos gigantescos ventanales de rascacielos incendiándose con el sol del amanecer o el atardecer, con un efecto de acuarela, son simplemente un lujo visual. Es cierto que pronto los Estudios Disney se superarían a sí mismos (faltan tres años escasos para "La bella y la bestia"), pero desde la perspectiva de los resultados netos, se nota el esfuerzo invertido, en una peli de animación que es muy agradable desde el punto de vista visual. Algunas secuencias aisladas también son espectaculares, llevándose la palma aquella en que Georgette (la quiltra malcriada de la mansión) hace un número musical con los pájaros que es una maravilla, quizás no tanto por la canción, pero sí por la muy bien dibujada coreografía que la ilustra.

-- La protagoniza un colega gato. Y esto le añade enteros. Es cierto que Oliver está más de pelota para ser pateado entre los buenos y los malos, que como un personaje propiamente tal, pero está diseñado de una manera maravillosa. Al principio, cuando está solo y abandonado, realmente da pena, y luego nunca llega a ser cargante, a pesar de incurrir en los pecados capitales de "soy molón" y "soy tierno". Cierto es que lo dibujan pesado en el afiche, pero no le hagan caso, en la peli es mucho más querible como personaje.

IDEAL PARA: Rescatar una subvalorada peli del canon Disney.

ESTE POSTEO ESTÁ DEDICADO A LA MEMORIA DE MIGUEL, COLEGA FELINO DE ESPAÑA RECIENTEMENTE FALLECIDO. QUE MAULLE EN LA PAZ DE BASTET.

VIDEOS.

-- Inicio de la peli [en español].



-- "La perfección soy yo" (si ella lo dice...) [en español].



-- "Siempre juntos" [en español].

jueves, 7 de octubre de 2010

"El juego de Arcibel" (2003).


-- "El juego de Arcibel". Argentina. Año 2003.
-- Dirección: Alberto Lecchi.
-- Actuación: Darío Grandinetti, Diego Torres, Juan Echanove, Juan Diego, Rebecca Cobos, Vladimir Cruz, Enrique Quiñones, Alejandro Trejo, Gabriel Rovito, Vando Villamil, Lourdes Abalo, Paola Falcone, Carmen Disa Gutierrez, Oscar Di Sisto, Juan J. Masramon.
-- Guión: Daniel García Molt y Alberto Lecchi.
-- Banda Sonora: Iván Wyszogrod.

-- "El juego de Arcibel" en su sitio oficial.
-- "El juego de Arcibel" en IMDb.
-- "El juego de Arcibel" en la Wikipedia en español.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Miranda. No, no se trata de esa infrabanda argentina, sino de una república existente... bueno, en alguna parte de Latinoamérica, busquen por ahí y ya lo encontrarán sobre el mapa (sí, sé que no lo van a hacer muchos de ustedes, pero me gustaría ver cuantos tarados escupidos por nuestro asténico sistema educacional van a pensar que la joda va en serio y se van a poner a guglear dónde demonios está Miranda para después dárselas seduciendo damiselas tan tontas como ellos). ¿En qué estaba? Ah, sí. Miranda. Un paisito latinoamericano, trasnochado como todos los paisitos latinoamericanos, sometidos a los vaivenes de la política internacional, Big Stick incluido suponemos, en que gobierna en gloria y majestad una de esas figuras que la publicidad califica de "Padre de la Patria", y que la gente cuerda solemos llamar dictadores a poca honra (en voz baja, no sea que nos escuchen, claro). Nuestro prota, Arcibel Alegría, trabaja en un periódico y escribe columnas sobre ese interesante criacaracoles que es el ajedrez. Un par de tonteritas (que el artículo va a dar a la sección política con una fotito del dictador, y que además está escrito de manera florida y pretenciosa porque nuestro Arcibel es un cultureta y por lo tanto lo dicho sobre un vulgar y carca encuentro de ajedrez puede interpretarse como un ataque contra Nuestro Amado Padre De La Patria) le valen pasar una temporada tras las rejas como preso político, después de que van a buscarlo en mitad de la noche, y tortura no porque esta peli trata de mantener en todo rato el tonillo amable. El caso es que el pobre tipo trata de habituarse como puede a la vida dentro de la prisión, mientras los años pasan y pasan, y su hija de dos años ahora está convertida en una bombonaza neumática que hasta dan ganas de salirse de la cárcel para pegarle un tiro a todas las pirañas que quieran merendársela (a mí no me miren, yo soy gato, no piraña). En fin, el caso es que por abecé motivos, hay elecciones, no diré democráticas sino "democráticas", así con el entrecomillado para que se entienda, y gana... ¡el dictador que estaba gobernando! Porque éste corre acompañado y gana, no como otro que corre solo y sale segundo. El caso es que como ahora hay democracia, le dan el indulto a todos los presos políticos, pero, ¡sorpresa!, un error burrocrático en alguna parte mantiene a Arcibel metido adentro, porque ahora es un preso común (o peor aún, ni siquiera existe). Ahora, Arcibel tendrá que convivir con los presos comunes, sin imaginarse que su pasión por el ajedrez y los juegos en general, lo pondrán dentro de poco en el vértice de una revolución que podrían acabar derrocando años de dictadura...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

El dictador. Ojalá de bigotes Pancho Villa, lentes oscuros y gracioso gorrito verde. Figura emblemática de Latinoamérica como no hay otra. Piénsenlo. En las naciones civilizadas, esas cosas no se ven. Claro, hay Presidentes de Estados Unidos como Richard Nixon o George W. Bush que son unos mierdas y tales, pero nada que la prohibición de reelecciones indefinidas o un impíchimen bien introducido entre cachete y cachete no puedan arreglar. Y en Europa, cuando piensas en dictadores, piensas en tipos a lo grande, con enormes paradas militares en amplios bosques con niebla teutónica, con lienzos gigantescos destinados al récord Guinness, y con música wagneriana de fondo (Hitler, Stalin...). En Latinoamérica, las cosas son un poco más bananeras. Tipos pequeños (incluso Fidel Castro no se ve muy amenazante con su puro), con unos miliquitos todos cobrizos tratando de hacer como que mantienen el paso, entre unas palmeritas sí y unos cocoteros también, con unos palacios de arquitectura confusa que oscilan entre el españolismo siglo XIX y el afrancesamiento cutre, ambos igualmente fuera de lugar en Latinoamérica. Pero qué puedes esperar cuando en Estados Unidos tienes a Charles Chaplin cagándose en Hitler en "El gran dictador" y en Latinoamérica apenas da para el sufrido Cantinflas de "El embajador", si es por comparar políticos en el cine. O en Estados Unidos tienes al cabrón de Gregory Itzin repartiendo mala leche en "24", mientras que en Chile tienes al tablón Cristián Campos haciendo de congresista en "Top Secret" (¡qué! ¿ustedes tampoco vieron esa teleserie? Créanme que pueden vivir con eso...). En Estados Unidos sería imposible rodar una peli en donde un pobre diablo que lo único que sabe hacer bien es jugar y crear juegos, acabe por tumbarse a la Presidencia. En Latinoamérica no sólo es posible (ésta es la peli), sino que además sale hasta creíble y todo.

¿POR QUÉ VERLA?

-- La verdad es que la premisa de la peli puede parecer una tontería, pero realmente no lo es tanto. Claro, uno puede preguntarse qué carajo tiene el famoso juego de Arcibel que es tan poderoso, que puede derrocar a una dictadura bananera y todo. Pero la explicación es bastante lógica (((SPOILER DE LA SEGUNDA MITAD DE LA PELI A PARTIR DE ACÁ. SI NO QUIERES SABER DE QUÉ VA LA COSA, SÁLTATE AL SIGUIENTE PÁRRAFO ENSEGUIDA YA))). ¿Ya, listo? ¿Saltaron? ¿Están todos los que tienen que estar? Bien, seguimos. Decía que el juego en realidad no es más que un puñetero wargame de toda la vida. Tal cual. O sea, una versión más refinada del Diplomacia o el Risk. Eso es todo. Pero es bastante lógica la idea de que se juegue un wargame cuyo tablero es nada menos que Miranda, y que eso le sirva de entrenamiento al revolucionario para ir de verdad a por el dictador. No por nada, también en West Point se juegan wargames sobre tablero para que los nenes destinados a patear irakíes/afganos puedan irse entrenando un poco sobre tácticas y estrategia (nivel Harpoon y similares, claro). Además, el ajedrez con toda su abstracción, en sus puros y más concretos inicios era en efecto un wargame (las torres eran elefantes, los alfiles eran arqueros, los caballos eran... bueno, caballos). Y el go también es un juego militar, y no en balde los japoneses lo jugaban entre kamikaze y kamikaze para pulirse. Claro, así dicho la peli como que no tiene mucha gracia. Pero claro, si nos abstraemos de la desilusión de que esperábamos un juego, no sé, casi borgiano, por decirlo así, lo que tenemos es una estupenda peli de preparación. Porque el revolucionario tiene el espíritu y el ánimo, pero no tiene la preparación. Es el tipo que inventa y juega juegos, y por lo tanto piensa en términos de reglas y causas y efectos, el que sabe cómo se deben hacer las cosas para obtener determinados resultados. De hecho, y aprovecho esto ya que estamos en la zona de spoilers masivos, parte importante de por qué los milicos al final pierden la guerra civil y son derrocados, es porque son incapaces de comprender el juego de Arcibel. Es decir, lo ven como un simple juego que no tiene aplicación práctica en la realidad, en vez de aprovecharlo para entrenarse y entender cómo diablos piensa su enemigo para finalmente tumbarlo. Y mira que tenían posibilidades de hacerlo (en una escena, Arcibel le enseña al revolucionario que el dictador no necesita perseguirlo a su campamento, sino que le basta con rodearlo y dejar que se muera de hambre, coyuntura que el revolucionario no había contemplado). Quizás la moraleja de la peli sea una idea inquietante: Latinoamérica está plagada de dictadores no tanto por los dictadores mismos, sino por la estupidez general de sus habitantes a quienes el noble arte de jugar un juego como que se les hace algo tontorrón. Así nos va como continente.

-- La peli tiene un no sé qué, que podríamos definirlo como "borgiano". Borges le dedicó algunos poemas y cosas al ajedrez y a cómo el ajedrez era un reflejo de la vida y blablablá. Claro, Borges es terriblemente abstracto y no es un autor por lo mismo que sea fácil de llevar al cine, pero bien podemos ver "El juego de Arcibel" como una adaptación bastarda de Borges, no de una obra en particular sino de sus conceptos. Tenemos la idea de la realidad contra la ficción (porque después de todo "es sólo un juego", ¿verdad?), incluso de la ficción entrometiéndose en la realidad, muy en consonancia con el espíritu de "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius" por ejemplo. Tenemos la idea de cómo los acontecimientos se van enmarañando hasta producir su inevitable resultado, como la serpiente que se muerde la cola (si los milicos no hubieran metido preso a Arcibel por un error, jamás habría pasado el resto). Y en particular está el concepto de la vida como juego y de las personas como jugadores. La peli no pretende ser un homenaje a Borges (no hay ninguna alusión a su obra, como no sea el planteamiento general, y uno hubiera esperado más guiños si se tratara de eso), pero aún así, es una premisa interesante.

-- El nivel de realización es bueno. El haber mezclado actores de diversas etnias y nacionalidades (el prota es argentino, así como el revolucionario, interpretado de manera inesperadamente buena por el carilindo Diego Torres), pero varios secundarios son chilenos, incluyendo al milico Alejandro Trejo y a una de las putitas... pensándolo bien, qué habrán querido decir... y también hay de otras nacionalidades, así como haber rodado en muchos lugares diferentes, le confiere a Miranda un ambiente que le es único, a la vez amalgama de muchas realidades latinoamericanas con una identidad propia. Las actuaciones también son notables. El guión tiene diálogos estupendos, y las morcillas que deja caer el irónico y estoico Arcibel (Darío Grandinetti, bordando su rol) son para enmarcarlas (aunque a veces la peli se pase un poco de roscas mostrándolo como el tipo siempre con la salida idónea, casi bordeando en el culturetismo). Incluso cosas que podrían haber lastrado a la peli (la falta de escenas de masas, por ejemplo, casi imperdonables en una peli que va de guerra civil) son transformadas de defecto en virtud, sorteándolas con habilidad centrándose en otras cosas y dejando la faena de referir esas cosas al diálogo entre personajes. Y si piensan que eso es hacer trampa, sepan que lo hizo nada menos que el gran Esquilo en "Los persas" para ahorrarse la escenificación de la Batalla de Salamina, y ya ven... En ese sentido, no hay nada que temer de que sea una peli latinoamericana que debiera ser sangrada en una eventual "No es otra tonta película latinocultureta más".

IDEAL PARA: Ver una historia interesante y poco escenificada, dirigida y realizada de manera brillante.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en español].



-- Inicio de la peli [en español].

domingo, 3 de octubre de 2010

"El escritor oculto" (2010).


-- "The Ghost Writer" (título original en inglés), "El escritor" (título en España), "El escritor fantasma" (título en México). Francia / Alemania / Inglaterra. Año 2010.
-- Dirección: Roman Polanski.
-- Actuación: Ewan McGregor, Pierce Brosnan, Olivia Williams, Kim Cattrall, Timothy Hutton, Tom Wilkinson, Jim Belushi, Robert Pugh, Jon Bernthal, Tim Preece y Eli Wallach.
-- Guión: Roman Polanski y Robert Harris, basados en la novela de este último.
-- Banda Sonora: Alexandre Desplat.

-- "El escritor oculto" en IMDb.
-- "El escritor oculto" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un escritor cualquiera, medio opaco y medio gris, recibe el encargo de su vida: terminar las memorias de un antiguo Primer Ministro de Inglaterra (¡qué! ¿Aún existen los Primeros Ministros? ¿Y aún existe Inglaterra...?), que en realidad ya las ha escrito otro tipo antes que él), por lo que le van a pagar cuarto millón dólares únicamente por tarjar y reescribir un poco aquí y un poco allá. Lo que nuestro anodino héroe medio ignora, es que el anterior escritor desapareció en circunstancias misteriosas. O sea, lo encontraron alimentando a los peces, y todos asumieron que se fue borda abajo de un ferry, ayudado por unos pícaros grados de alcohol en la faena. Sospechosamente, nadie hizo demasiadas preguntas, al asunto le dieron carpetazo, etcétera. Bueno, nuestro héroe está metiéndose a la boca del lobo, pero en fin, es que eso ya lo sabíamos porque de lo contrario dónde está el suspenso de la peli. Y claro, podría ser que se limitara a un par de entrevistas, escribir, corregir, etcétera, hacer lo suyo sin demasiadas preguntas, cobrar el cheque para callado, y asunto arreglado. Pero es que así tampoco habría peli. De manera que nuestro escritor empieza a empaparse de la vida de Adam Lang, que así se llama el renacuajo de las memorias, y poco a poco, va descubriendo trapitos sucios. Porque resulta que en paralelo, a Adam Lang le cae una feroz acusación sobre haber autorizado traspaso de prisioneros musulmanes a Guantánamo, contrariando todas las leyes de derechos humanos blah-blah-blah, y por supuesto que las memorias son algo así como la penúltima de sus prioridades. El ambiente ideal para que el escritor haga su trabajo calladito y salir corriendo después de cobrar. Pero no. Y así es como, de tanto andar a la siga de la verdad, puede que le pase lo peor que le podría pasar a cualquier patipelao en sus circunstancias: que acabe por descubrirla...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Roman Polanski es uno de los cineastas seminales de la segunda mitad del siglo XX, el tipo que es sinónimo de destilación de la maldad. Su trayectoria fílmica, empero, ha sido de lo más irregular. En los veinte años anteriores a "El escritor oculto" ha rodado apenas cinco pelis ("Perversa luna de hiel", "La muerte y la doncella", "La novena puerta", "El pianista" y "Oliver Twist"), de las cuales sólo "El pianista" ganó alguna trascendencia. Y si le sumamos otros diez años hacia atrás, deberíamos añadir apenas dos más, la estupenda "Búsqueda frenética", y la aburridísima "Piratas". Y es que después de haber tenido que salir arrancando por pies desde Estados Unidos luego del asuntillo sexual ése, como que su cinematografía nunca volvió a ser lo mismo. Después de haberse pegado un buen porrazo con "Oliver Twist" (que a la fecha de escribir este posteo no he visto, así es que no me referiré a la peli en cuanto tal), permaneció cinco años en barbecho, período en el cual iba a rodar un drama de ambientación romana ("Pompeya", basado en una novela de Robert Harris, el tipo que escribió "Fatherland"). Pero por estos o aquellos del cine, la iniciativa no prosperó, de manera que la dupleta Polanski-Harris se volcó hacia otra novela del novelista en cuestión, que es una especie de chiste con mala baba respecto de Tony Blair, el asombroso fenómeno político que aprendiste a odiar, y acabaron por rodarlo. Con muy buenos resultados: la peli se llevó críticas muy entusiastas, y recaudó 55 millones contra un presupuesto de 45 (no demasiada ganancia, en particular si se compara con las brutales utilidades de Hollywood, pero nada mal para una coproducción anglofrancogermana).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Roman Polanski regresa en plena forma. No es el Polanski clásico de "Chinatown" o "El bebé de Rosemary", vale, pero aún así muestra que el vejete (77 cumplidos en agosto de 2010) aún sigue dando guerra. Al respecto debemos entender un punto: Polanski siempre ha tenido buena mano para el thriller debido a la fijación morbosa que tiene con el tema del mal omnipresente. En este caso, como de costumbre, la trama semipolicial le sirve a Polanski para vehicular una preocupación bien diferente: acerca de las medias mentiras y medias verdades de la vida en sociedad, en este caso, la alta sociedad, y para ser más específicos, la política. Su detective es un escritor fantasma sin ninguna personalidad ni dato personal reconocible (ni siquiera tiene nombre), porque no es tanto un personaje como un punto de vista: el de nosotros, los inocentes e ingenuos que no sospechamos las toneladas de barro y podredumbre que hay debajo de la impecable fotogenia de nuestros políticos y candidatos (bueeeeeeno, sí lo sospechamos, pero... ustedes me entienden el punto aquí). Al final, el gran misterio misterioso del final ni siquiera es para tanto, y a pesar de haber una clásica vuelta de tuerca final, no resulta ni de lejos tan sorprendente o impredecible. Pero no importa. Polanski no tiene por objeto hacernos saltar del asiento con la sorpresa final, sino llevarnos por el infierno del lado sombrío de la existencia. A lo largo de la peli hemos visto como Adam Lang y su cohorte de gente son tipos respetables y de amplias palmadas en la espalda, pero después en la intimidad no son más que una jauría de bestias salvajes que son manejados (y de muy buen grado, debemos añadir) por un mal invisible más allá de ellos mismos (y Polanski aprovecha, por qué no, de emprender su pequeña y simbólica vendetta en contra de Estados Unidos, claro está). En este punto sabemos que estamos frente al mismo tipo que rodó "El bebé de Rosemary", "Chinatown" o "La novena puerta", por ejemplo. Quizás la peli no resulte tan sorprendente porque, a diferencia de las otras, en que el mal era una presencia terrorífica, acá Polanski se empeña en que el mal sea mucho menos misterioso, incluso dando pie a aquello de "la banalidad del mal" y etcétera. O como la repulsión del joven Polanski ha sido reemplazado, en su madurez y ancianidad, por un sentimiento de calmada resignación frente a lo inevitable. Pero ESO polanskiano sigue estando ahí, de otra manera, pero definitivamente ahí.

-- El personaje del escritor fantasma es también muy interesante. Decíamos que en realidad es un vehículo que utiliza Polanski (bueno, la dupleta Polanski/Harris) para mostrarnos a la corte de los milagros alrededor de Adam Lang. Pero hay más. Polanski tiene la inteligencia de jugar con la idea de ser un "escritor fantasma", el estar ahí y no estar al mismo tiempo. El personaje adquiere entonces una muy inusual dimensión metafísica. Ya desde el comienzo de la peli, presentándolo sin nombre, sin un pasado profesional, y apenas como un punto de vista, se nos lo presenta como un tipo muerto en vida, una especie de zombi que deambula de acá para allá, un poco llevado y traído por las circunstancias: de hecho, votó por Adam Lang porque era lo que estaba de moda (o sea, no votó conscientemente), y ahora va a terminar metido en el chollo un poco porque sí, porque alguien lo recomendó, alguien lo metió, y él no hizo nada más que aceptar porque, bueno, había que aceptar. A medida que la peli avanza y la crisis alrededor de Adam Lang se vuelve cada vez más aguda, el escritor fantasma se va desvaneciendo cada vez más, se va haciendo cada vez más fantasma justamente (incluso las chicas que más o menos lo acosan, en realidad lo hacen más para descargarse ciertas frustraciones sexuales, más que por auténtica preocupación por el personaje, o cómo usar a un escritor como semental y objeto sexual, pobrecito él), y sólo cuando el escritor da muestras de saber demasiado, las alarmas alrededor de él se activan. Y se activan para que esta vez, el escritor-muerto se quede bien muerto. (((SPOILER DEL FINAL AQUÍ, SI NO QUIERES SABER CÓMO TERMINA, SÁLTATE AL SIGUIENTE PÁRRAFO))). Y el final está rodado de una manera también muy metafórica: vemos al prota saliendo del lanzamiento del libro (saliendo metafóricamente al mundo exterior), luego el automóvil arrojándosele encima... y la muerte misma, el atropello, ocurre fuera de cámara. Sólo vemos los papeles de las condenadas memorias originales volar al viento, libres al fin. El escritor fantasma ha completado por fin su periplo vital, ahora sí que es un fantasma de veritas, mientras que la importantísima (o no tanto) revelación que posee, desaparece con él. El resto del mundo ignora todo lo que ha pasado, y siempre lo ignorará. Incluso nosotros no podemos estar demasiado seguros de HABER VISTO toda la verdad. (((FIN DEL SPOILER))).

-- Las actuaciones son fenomenales. Ewan McGregor, que a veces manifiesta una preocupante tendencia a despilfarrar su talento en cosas como "La isla", "Angeles y demonios" o "Amelia", acá nos entrega un papelazo como el escritor fantasma, claramente un tipo que no es un héroe sino un pobre pringao que acaba allí donde no debería acabar. Pierce Brosnan por su parte compone un gran Adam Lang, un tipo que al comienzo de la peli se nos presenta como un político magnético y carismático, para poco a poco adivinar en él primero a un pobre infeliz y caprichosito, y luego a un tipo manipulado por su esposa y por todo su elenco estable en masa (¿será coincidencia que se llame como Adán, el primer hombre, y su apellido signifique "largo"?). Olivia Williams como la esposa de Adam Lang, por su parte, está simplemente fenomenal, como una especie de trasunto de Hillary Clinton (no en apariencia, pero sí en personalidad). Y la gran sorpresa es ver a Kim Cattrall en un refrescante rol como asistente de Adam Lang, un papel en las antípodas de la Samantha de "Sex and the City", justo cuando temíamos que la chica (nunca demasiado buena actriz, pero que lo compensa con carisma a raudales) se nos había perdido para siempre en el encandilamiento de la fama y etcétera.

-- Y una breve mención para Alexandre Desplat, con un soundtrack discreto y cumplidor.

IDEAL PARA: Ver a un maestro del thriller rodando en buena forma.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "EL ESCRITOR OCULTO":

-- "El escritor" en Cine: Bélico, Western, Negro.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

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