Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
11 años de Cine 9009 en línea.
El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).
jueves, 24 de abril de 2008
"Rambo: Regreso al infierno" (2008).
-- "Rambo" (título original en inglés), "John Rambo: Regreso al infierno" (título en España). Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: Sylvester Stallone.
-- Actuación: Sylvester Stallone, Julie Benz, Matthew Marsden, Graham McTavish, Reynaldo Gallegos, Jake La Botz, Tim Kang, Maung Maung Khin, Paul Schulze, Cameron Pearson, Thomas Peterson, Tony Skarberg, James With.
-- Guión: Art Monterastelli y Sylvester Stallone, basados en el personaje creado por David Morrell.
-- Banda Sonora: Brian Tyler.
-- "Rambo: Regreso al infierno" en IMDb.
-- "Rambo: Regreso al infierno" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Mientras ustedes, humanitos de pro, comen sus suculentos bifes y transitan en sus bellas avenidas con sus bulliciosos carritos, y nos compran el Whiskas nuestro de cada día en el supermercado, hay regiones en el mundo que se están desplomiciando. Como Birmania, por ejemplo, en donde los militares matan a la gente a santo de nada, porque sí, porque son sádicos y nos divertimos viendo como los nativos desactivan minas por el expedito medio de pasarles por encima a punta de pistola. Lejos de ahí, pero no demasiado lejos, siempre en la selva, un antiguo veterano de Vietnam trabaja cazando serpientes para los circos de exhibición de man vs. snake. No se sabe mucho de él, es hombre de pocas palabras y tiene ese rictus labial que Apollo Creed le metió a Rocky y le hizo decir eso de "¡¡¡Adriaaaaaannn...!!!" (¡ah, no, perdón, eso era en la franquicia de al lado!). Hasta que de pronto aparece un grupo de bienintencionados pijecitos que, en el nombre de un carpintero supuestamente resucitado en tiempos de las pelis de Sword&Sandals, van con rumbo a Birmania a enseñarles que... PUEDES TENER MÁS. Ya sabes, dales un poco de filantropía odontológica a los nativos y léeles un poco más de la Biblia de paso, y tendrás un mundo mejor... "John Rambo, nos han dicho que usted es el mejor, guíenos hasta allá". El otro dice lo obvio, que a Birmania no va, que ya el mundo tiene suficientes problemas y no necesita más muertos en el culo del mundo. Todo hubiera quedado ahí, pero desgraciadamente está la chica bonita y creyente que viene con las ñoñerías de toda la vida ("en algo tienes que creer"...), y que por supuesto se encarga de reblandecer el corazón de Rambo (o eso, o no hay peli, por cierto). Y éste, demonios, como si ya no estuviera viejo para esos trotes, por hacerse el galante guía su barca con los misioneros río a Birmania. Los pobres misioneros no tienen idea de en dónde se están metiendo: pronto, todo el ejército de renegados birmanos estará presto para capturarles y alimentar a sus cerdos con ellos. Y los pobres soldados del ejército de renegados birmanos tampoco tienen idea de en dónde se están metiendo: lo único que falta para que su país sea un infierno, es que viaje para allá, en misión de rescate... ¡¡¡John Rambo!!! Sí, estos pobres desgraciados no vieron la escabechina que Rambo y los Freedom Fighters hicieron en Afganistán, todo para salvar a su antiguo Coronel de Ejército, así es que... ¿qué no hará por una chica que le ha perturbado el corazón...?
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Ya los creíamos sepultados en el ataúd de Drácula, per secula seculorum, como brillantes joyas del cine de aventuras y de acción, pero se niegan a morir. Y es que en esta era de YouTubes en donde cualquier Chris Crocker puede llegar a tener una relativa celebridad y, peor aún, ser fuente de inspiración para las nuevas generaciones, cuales Alejandro, César, Genghis o Napoleón de nuevos imperios multimedia, su presencia es más necesaria que nunca. Me refiero, por supuesto, a los grandes héroes del cine ochentero, eso que obraron como un puente entre la vieja tradición épica y heroica de toda la vida, y los nuevos universos narrativos de Internet. El período 2007-2008 marca así el regreso de John McClane ("Duro de matar 4.0") y de Indiana Jones ("Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal")... Y Sylvester Stallone no iba a ser menos, en particular porque el gran musculito ochentero que fue Schwarzenegger está metido en política, y Jean-Claude Van Damme nunca fue un competidor serio (además de que, salvo por "Cyborg", cae más del lado tempranonoventero que ochentero del calendario). Ya hizo la hazaña de detener el reloj, aguantándose las várices en los brazos, con "Rocky Balboa", y ahora regresa con su otro gran héroe a forrarse. Y no se diga, ya que "Rocky Balboa" era el cierre de una franquicia, para no quedarse sin nada ya ha dicho que quizás, sólo quizás, dependiendo de cómo marche la taquilla, haya un Rambo 5 o algo así... Ya veremos, Stallone, ya veremos hasta dónde te aguantan. (UPGRADE 2010 - Hasta bastante, que se inventó una nueva posible franquicia con "Los indestructibles", y se está forrando de lo lindo con ella el vejete).
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una de Rambo. ¡Por Bastet, es una de Rambo! ¡Eso debería significar ALGO, demonios! Para bien o para mal, Sylvester Stallone matando charlies (o birmanos, en este caso) con su cara de pobrecito buen chato, es casi un icono cultural. Y es relativamente fiel al espíritu de la saga. Decimos relativamente fiel, porque eso de que veinte años no es nada queda bien para el tango, pero en el cine es una eternidad (la última, "Rambo III", era clavadita de 1988). Pero tenemos los mismos elementos: ex combatiente de Vietnam, alienado de su mundo, que sólo sabe degollar monos amarillos, al que tratan de chulear porque sí, porque los malos chulean a los buenos y punto, y que va a ponerles la frutería a cuatro por mero ejercicio de demostración, y que viene interpretado por el Gato Silvestre Talón. A partir de este piso, uno no debería esperar un gran ejercicio de cine arte, y todo lo demás es ganancia, así es que vamos a los puntos fuertes.
-- Violencia gore. A raudales. Se dice que matan más gente en esta peli que en las tres entregas anteriores completas. No lo sé, no los conté, pero me es verosímil. Porque de que vuelan cabezas, vuelan. Y brazos. Y piernas. Y vísceras no porque no alcanzan a verse en pantalla, en medio del humo de las explosiones, pero de seguro también. La violencia acá no es como en las pelis de la última hornada, todo estilizado y bonito. La violencia aquí es sucia, directa, depredadora. Matas o mueres. Y mueres de manera cruel. Punto. Nada de muertes bonitas, gloriosas o poéticas. Te llegó la china, y eso sería todo. Ya no las hacen así...
-- La ejecución de la peli es bastante buena. No diré nada del argumento, cuyo desarrollo a veces es bastante bueno (la escena en que Rambo está llevando a los ingenuotes cristianos en su barca por el río, incluyendo el incidente con los piratas, es cine en estado puro), y a veces bastante cutre (esos villanos de opereta puestos ahí porque alguien tiene que ser el cabrón que muera al final, esos mercenarios estereotipados)... Pero Sylvester Stallone no se complica contando una historia bigger than life, sino que va al grano, al hueso, mostrándonos a distintos personajes alineándose hasta que Rambo haga lo suyo, o sea, matar monos amarillos. La virtud de Stallone como director, y que lo hace grande en estas lides, es que no trata de esforzarse haciendo el mejor cine del mundo, sino que elige la manera más directa y sobria de contar su historia (algo de esto habíamos visto ya en "Rocky Balboa"), va al punto, y si bien trata de decir cosas trascendentes, no busca machacarnos con moralejas y tonterías. Si el público pesca el asunto, bien. Si el público no lo hace, por lo menos que disfrute la carnaza. Con esos ladrillos no se edifican templos gargantuescos estilo Ramsés II, pero sí casas baratas, firmes y sólidas, que a su humilde manera, resistirán mejor el paso del tiempo que el cine de otros exhibicionistas que deberían serrrrrr... (Michael Bay, hablo de ti...).
-- Al final del día, ¿qué queda de la peli? Una sensación amarga. La peli es verdaderamente cruda no porque apilen los muertos con bulldozers, ni porque los muertos pasen a ocupar su respectivo cofre partidos en 206 pedacitos, uno por cada huesecillo del cuerpo. La peli es cruda porque plantea muy seriamente que el infierno existe, que lo creamos los propios seres humanos, y ni las mejores intenciones pueden rescatarlo. Es claro en la peli que Birmania está que arde, pero la solución no la pueden traer los ingenuotes cristianos meapilas que juran sobre la Biblia que por ir ellos, los lindos y favorecidos por el Reino, a evangelizar a esos pobres paganos, ellos renunciarán automáticamente a la violencia (bueno, los hay en todas las confesiones, y ateo/agnósticos también). Tampoco la traen los Rambos que sólo pueden oponer su propia violencia a la violencia del infierno (los Rambos, los Bush, los Osamas...). La conclusión final pareciera ser que esos agujeros en el mundo existen, que también existen esos pobres desgraciados que están en ellos, que caen en ellos, o peor aún, que van a meterse voluntariamente en ellos, y respecto de los cuales incluso el heroísmo de un solo hombre nada puede hacer. Para peor, ¿hasta qué punto Rambo es un héroe? En las pelis anteriores es claro que lo era, pero aquí, ¿qué motiva a Rambo para abandonar su semirreclusión, e ir de regreso al infierno? ¿Que lo dejen en paz, como en "Rambo"? ¿Su patriotismo, como "Rambo II"? ¿La amistad, como "Rambo III"? No. Aquí un desengañado Rambo, que ha visto lo peor de todos los mundos y ya no puede estar en paz en ninguna parte, sino lejos de la civilización y los seres humanos, descubre que está hecho para matar, y para nada más. Y no se siente orgulloso de eso. Pero no puede evitarlo. Haciendo un poco de metalectura, Rambo en esta peli no es un héroe, sino un ser humano empujado por las circunstancias hacia el abismo. Dicen que si te asomas al abismo, el abismo también te mira de vuelta a ti. Algo de esto hay en la peli. En ese sentido, a pesar de todas sus irregularidades, sus baches y lo predecible de su curso, esta peli presenta una fina iluminación, que no siempre en el clásico cine de acción "bien vs. mal" está presente. No por nada, estamos en la resaca de la Era Bush, los yankis están empezando a mirar un "¡qué hicimos!"... Y "Rambo: Regreso al infierno" plantea subrepticiamente este tema. Todo esto es fuerte, y aún más si se considera que Sylvester Stallone, guionista, prota y director, es un republicano de pro, de apoyar a John McCain y todo. Y llega mucho más lejos en este, su último empeño hasta la fecha, que Steven Spielberg con "Munich" o "La guerra de los mundos", por citar a un director mucho más reconocido y de connotación más humanista, y que en esto de pontificar, obtiene resultados mucho menores (y eso que va como con intención).
IDEAL PARA: Hacer un poco de metalectura sobre el ocaso de la Era Bush, los que gustan de leer entre líneas, y ver carnaza a lo bruto, el resto de la parroquia.
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