-- "Munich". Estados Unidos. Año 2005.
-- Dirección: Steven Spielberg.
-- Actuación: Eric Bana, Daniel Craig, Ciarán Hinds, Mathieu Kassovitz, Hanns Zischler, Ayelet Zurer, Geoffrey Rush, Gila Almagor, Michael Lonsdale, Mathieu Amalric, Moritz Bleibtreu, Valeria Bruni Tedeschi, Meret Becker, Marie-Josée Croze, Yvan Attal.
-- Guión: Tony Kushner y Eric Roth, basados en el libro de George Jonas.
-- Banda Sonora: John Williams.
-- "Munich" en IMDb.
-- "Munich" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
1972. Terroristas árabes ingresan a los Juegos Olímpicos y manifiestan su peculiar muestra de afecto y hermandad entre las razas secuestrando a unos cuantos atletas judíos. El Gobierno de Israel no se va a quedar así, por supuesto, que para eso son el Pueblo Elegido, así es que contestan a los asesinos enviando al suyo propio. Uno de sus agentes renuncia al Mossad (oficialmente) y se sumerge en la clandestinidad, para emprender con su equipo la guerra pura y dura contra los terroristas. Una vez que la represalia comienza, empiezan entonces las contrarrepresalias, porque resulta que más de alguien trabaja para varios bandos, la información circula, la CIA y la KGB tienen sus propios intereses comprometidos, y en suma, el asesinato de algunos destacados terroristas sólo abre el camino para el ascenso de otros terroristas más duros. La historia de nunca acabar, y así es como están las cosas en Medio Oriente, tres décadas después.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En la primera década del siglo XXI, toda película que toque el problema de la religión, aunque sea tangencialmente, está llamada a ser un fenómeno sociológico (quizás no de masas, pero sociológico a fin de cuentas) y generar polémica. En este caso fue la comunidad judía la ofendida porque la película le daba algunas líneas a los terroristas palestinos para justificar sus acciones, en vez de mostrarlos como a los vietnamitas de Rambo, pura carne de cañón para ser masacrados por el superhombre nietzscheano de turno. Lo que no deja de ser raro, porque esta película, filmada por el judío Spielberg, es a ratos agresivamente sionista, porque por muchos cuestionamientos que se haga sobre la manera de hacer prevalecer la justicia de la causa judía, pues bien, el pecado original según la película sigue siendo el crimen de los palestinos en Münich, y ya no digamos la escena con el prota conversando en Nueva York con las Torres Gemelas de fondo. O quizás eso es lo incómodo, que por ser tan respetuosa con los judíos, cualquier desviación mínima es más notoria. En todo caso, como suele suceder, no es exactamente una película sobre la década de 1970, sino sobre el 2000, sobre el hecho de que las certidumbres se están cayendo a pedazos, que los "buenos" quizás no siempre son tan "buenos" o "puros", que no hay "malo" que no pueda ser reemplazado por un malo más malo, y de que la pretensión de que mi acto de violencia para acabar con la violencia es nulo porque esa misma pretensión la tiene el enemigo, que a su vez responderá la violencia con más violencia... Todos temas, desgraciadamente, muy actuales en la agenda mundial hoy por hoy.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Lo primero es lo primero. La película está filmada con todo el oficio y la maestría de Steven Spielberg, quien desconectó el piloto automático que había enganchado para "La guerra de los mundos" y se comprometió de verdad con este proyecto. En el apartado negativo, tiene también algunos de sus vicios, incluida una escena un tanto llorona y sensiblera (cuando el prota tiene sexo con su mujer), pero en general la película se sostiene bien.
-- La recreación de época está como corresponde. O sea, vemos los peinados de la época, los afiches de películas, los televisores, los automóviles, la ropa, etcétera. Considérese que muchas veces es más fácil recrear una época lejana (el Imperio Romano, la Inglaterra victoriana) en "películas de época" porque se tiene una visión "desde lejos", mientras que de una época cercana, a veces es fácil olvidar los detalles.
-- Eric Bana está creíble y sólido como protagonista (lo habíamos visto en la notable "Hulk" y en la desechable "Troya"). El resto del elenco también se moja por hacer un buen trabajo. Uno de los grandes aciertos fue haber elegido actores un tanto de segunda fila, para evitar el infaltable lucimiento de las estrellitas de rigor. Se rumorea que Tom Cruise había sido contactado para hacer el rol protagónico, pero a la vista de los resultados, podemos darnos con una roca en el pecho de que haya declinado la oferta.
-- Esta película genera algunas interesantes reflexiones, no demasiado fáciles de contestar: ¿qué derecho tiene una comunidad, cualquier comunidad, para declararle la guerra a otra?, ¿puede contestarse al mal con las armas del mal?, ¿cómo terminar una guerra que en realidad nadie puede, ni quiere, terminar?, ¿cómo determinar quién es "el bueno" y quién no?. Todas estas cuestiones son, por supuesto, candentes en la época en que vivimos, de "guerra contra el terror" utilizada por algunos para mantener secuestrados en el miedo a media Humanidad.
IDEAL PARA: Reflexionar un poco sobre hacia donde va el mundo por estos días, y sobre qué pasa cuando la "venganza" y la "justicia" son encargadas no a James Bond, Harry el Sucio o Rambo, sino a simples seres humanos que deben ejecutarla.
-- Dirección: Steven Spielberg.
-- Actuación: Eric Bana, Daniel Craig, Ciarán Hinds, Mathieu Kassovitz, Hanns Zischler, Ayelet Zurer, Geoffrey Rush, Gila Almagor, Michael Lonsdale, Mathieu Amalric, Moritz Bleibtreu, Valeria Bruni Tedeschi, Meret Becker, Marie-Josée Croze, Yvan Attal.
-- Guión: Tony Kushner y Eric Roth, basados en el libro de George Jonas.
-- Banda Sonora: John Williams.
-- "Munich" en IMDb.
-- "Munich" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
1972. Terroristas árabes ingresan a los Juegos Olímpicos y manifiestan su peculiar muestra de afecto y hermandad entre las razas secuestrando a unos cuantos atletas judíos. El Gobierno de Israel no se va a quedar así, por supuesto, que para eso son el Pueblo Elegido, así es que contestan a los asesinos enviando al suyo propio. Uno de sus agentes renuncia al Mossad (oficialmente) y se sumerge en la clandestinidad, para emprender con su equipo la guerra pura y dura contra los terroristas. Una vez que la represalia comienza, empiezan entonces las contrarrepresalias, porque resulta que más de alguien trabaja para varios bandos, la información circula, la CIA y la KGB tienen sus propios intereses comprometidos, y en suma, el asesinato de algunos destacados terroristas sólo abre el camino para el ascenso de otros terroristas más duros. La historia de nunca acabar, y así es como están las cosas en Medio Oriente, tres décadas después.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En la primera década del siglo XXI, toda película que toque el problema de la religión, aunque sea tangencialmente, está llamada a ser un fenómeno sociológico (quizás no de masas, pero sociológico a fin de cuentas) y generar polémica. En este caso fue la comunidad judía la ofendida porque la película le daba algunas líneas a los terroristas palestinos para justificar sus acciones, en vez de mostrarlos como a los vietnamitas de Rambo, pura carne de cañón para ser masacrados por el superhombre nietzscheano de turno. Lo que no deja de ser raro, porque esta película, filmada por el judío Spielberg, es a ratos agresivamente sionista, porque por muchos cuestionamientos que se haga sobre la manera de hacer prevalecer la justicia de la causa judía, pues bien, el pecado original según la película sigue siendo el crimen de los palestinos en Münich, y ya no digamos la escena con el prota conversando en Nueva York con las Torres Gemelas de fondo. O quizás eso es lo incómodo, que por ser tan respetuosa con los judíos, cualquier desviación mínima es más notoria. En todo caso, como suele suceder, no es exactamente una película sobre la década de 1970, sino sobre el 2000, sobre el hecho de que las certidumbres se están cayendo a pedazos, que los "buenos" quizás no siempre son tan "buenos" o "puros", que no hay "malo" que no pueda ser reemplazado por un malo más malo, y de que la pretensión de que mi acto de violencia para acabar con la violencia es nulo porque esa misma pretensión la tiene el enemigo, que a su vez responderá la violencia con más violencia... Todos temas, desgraciadamente, muy actuales en la agenda mundial hoy por hoy.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Lo primero es lo primero. La película está filmada con todo el oficio y la maestría de Steven Spielberg, quien desconectó el piloto automático que había enganchado para "La guerra de los mundos" y se comprometió de verdad con este proyecto. En el apartado negativo, tiene también algunos de sus vicios, incluida una escena un tanto llorona y sensiblera (cuando el prota tiene sexo con su mujer), pero en general la película se sostiene bien.
-- La recreación de época está como corresponde. O sea, vemos los peinados de la época, los afiches de películas, los televisores, los automóviles, la ropa, etcétera. Considérese que muchas veces es más fácil recrear una época lejana (el Imperio Romano, la Inglaterra victoriana) en "películas de época" porque se tiene una visión "desde lejos", mientras que de una época cercana, a veces es fácil olvidar los detalles.
-- Eric Bana está creíble y sólido como protagonista (lo habíamos visto en la notable "Hulk" y en la desechable "Troya"). El resto del elenco también se moja por hacer un buen trabajo. Uno de los grandes aciertos fue haber elegido actores un tanto de segunda fila, para evitar el infaltable lucimiento de las estrellitas de rigor. Se rumorea que Tom Cruise había sido contactado para hacer el rol protagónico, pero a la vista de los resultados, podemos darnos con una roca en el pecho de que haya declinado la oferta.
-- Esta película genera algunas interesantes reflexiones, no demasiado fáciles de contestar: ¿qué derecho tiene una comunidad, cualquier comunidad, para declararle la guerra a otra?, ¿puede contestarse al mal con las armas del mal?, ¿cómo terminar una guerra que en realidad nadie puede, ni quiere, terminar?, ¿cómo determinar quién es "el bueno" y quién no?. Todas estas cuestiones son, por supuesto, candentes en la época en que vivimos, de "guerra contra el terror" utilizada por algunos para mantener secuestrados en el miedo a media Humanidad.
IDEAL PARA: Reflexionar un poco sobre hacia donde va el mundo por estos días, y sobre qué pasa cuando la "venganza" y la "justicia" son encargadas no a James Bond, Harry el Sucio o Rambo, sino a simples seres humanos que deben ejecutarla.
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