11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 30 de abril de 2006

"El mercader de Venecia" (2004).


-- "The Merchant of Venice" (título original), "William Shakespeare's The Merchant of Venice" (título para distribución en Estados Unidos). Estados Unidos / Italia / Luxemburgo / Inglaterra. Año 2004.
-- Dirección: Michael Radford.
-- Actuación: Al Pacino, Jeremy Irons, Joseph Fiennes, Lynn Collins, Zuleikha Robinson, Kris Marshall, Charlie Cox, Heather Goldenhersh, Mackenzie Crook, John Sessions, Gregor Fisher, Ron Cook, Allan Corduner, Anton Rodgers, David Harewood.
-- Guión: Michael Radford, basado en la obra de William Shakespeare.
-- Banda Sonora: Jocelyn Pook.

-- "El mercader de Venecia" en IMDb.
-- "El mercader de Venecia" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Venecia, a finales del siglo XVI. Dentro de Venecia, la más liberal de las naciones europeas de su tiempo, anida la semilla del fanatismo religioso, que se descarga contra los judíos, recluidos en ghettos y menospreciados por las gentes. El irresponsable joven Basanio se ha enamorado de una linda chica llamada Porcia, pero como ha malgastado toda su hacienda en lo que pulcramente podríamos llamar "pecadillos de juventud", le pide ayuda a su buen amigo (y algo más, por lo que insinúa la película) Antonio. Como éste tiene todos sus fondos en barquitos echados a la mar, pues bien, le pide un préstamo de emergencia al judío Shylock, quien le hace firmar un pagaré con una inusual condición: de no restituirse 3000 ducados en tres meses, Antonio habrá de pagar con una libra de carne humana... propia, se entiende. Pues bien, mientras Basanio está lejos, tratando de enredarse en las sábanas de la bella Porcia, los lindos barquitos de Antonio se van a pique, y se queda sin blanca para pagar, por lo que Shylock echa a andar el procedimiento legal correspondiente para cobrar su libra de carne humana. Ahora, la inhumanidad del judío que busca vengarse de las humillaciones que le infligen los cristianos, pondrá a Antonio en una situación de la que quizás no salga con vida.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Hacia 1594 (los propios biógrafos shakesperianos no se ponen de acuerdo con la fecha exacta), Shakespeare escribió esta obrita que supuestamente iba a ser una comedia romántica de enredos. Como una subtrama casi accesoria, metió la intriga de un judío maligno que pone en aprietos a un amigo del jovencito. El problema es que el morbo de la situación secundaria terminó por comerse con todo y zapatos a la historia romántica que supuestamente era la principal (si leen la obra original, verán que ésta se abre y se cierra con los avatares románticos de Basanio, y que Shylock sale de circulación bastante antes del final). "El mercader de Venecia" se transformó en una obra popular de Shakespeare porque plantea casi de manera casual (probablemente SEA casual) algunas cuestiones filosóficas sobre la naturaleza humana (¿se puede vender el propio cuerpo?, si todos los seres humanos somos iguales ¿con qué derecho puede uno llevarse una tajada del otro?)... y también por la manera casi vampírica en que Shylock pretende destruir a Antonio. No es raro que las connotaciones de la historia hayan llamado la atención de Michael Radford, un cineasta de producción más bien escasa, pero contundente ("1984", "El cartero"). Esta película sigue a rajatabla los postulados de Radford: el análisis y la disección del poder, cómo el poder degrada no sólo a quienes no lo tienen sino también a quienes lo detentan, qué pasa cuando se invierten las relaciones de poder, cómo el tener poder no necesariamente implica tener la ética y la razón de parte de uno. El resultado es... ejem... cómo lo dijéramos... es una adaptación de Shakespeare razonablemente buena (el guión está construido casi entero a partir de la obra, y en la ordenación de las escenas hay sólo un cambio, adelantando una escena romántica secundaria y prescindible entre Jessica y Lorenzo), a pesar de que para darle su peculiar lectura, Radford tiene que incurrir en forzar a veces las situaciones de manera un tanto irritante.

¿POR QUÉ VERLA?

-- A pesar de estar ambientada a finales del siglo XVI, la historia hace algunos guiños a la situación y momento actual. Hay alusiones bien concretas a la intolerancia religiosa y al fanatismo fundamentalista, especialmente con el prólogo no shakesperiano de la película, cosas que no están en la obra original. Shylock, que para Shakespeare es un villano diabólico (¡y judío, más encima!, para que vean lo que era el antisemitismo en otros tiempos), para Radford es un ser humano hundido en sí mismo por las humillaciones que le propinan los demás. Claro que estas alusiones suenan un poco forzadas, debido al prurito de Radford por respetar la obra original, y pues bien, en Shakespeare no hay nada de ese espíritu, pero en fin.

-- Las caracterizaciones de los personajes son notablemente buenas. Al Pacino construye un Shylock bastante aceptable, en fisonomía y en expresiones faciales, aunque cae en el vicio de sus papeles en los últimos quince años, a saber, hacer una gran actuación a punta de gritar y chillar (gritando y chillando, hasta yo actúo bien). Jeremy Irons sigue siendo el mismo carepalo actoralmente sobredimensionado, pero su Antonio no deja de ser una interesante lectura del original shakesperiano. Joseph Fiennes (que ya había dicho "I was a teenage Shakespeare" en "Shakespeare apasionado") está inesperadamente acertado como Basanio, aunque pudiera ser que eso es porque el actor es tan chulo como el personaje de Basanio lo exige, pero en fin. Y Porcia aparece de verdad como una chica linda y deseable, tal y como el rol lo exige. Y de que las chicas en general le añaden harto morbo al asunto (otra cosa que no está en el original shakesperiano, o al menos no con connotaciones tan abiertamente bisex), lo añaden...

-- Como decíamos, los diálogos están casi al pie de la letra de Shakespeare, así es que quien quiera enterarse de qué va la obra con fidelidad a la fuente sin aburrirse leyendo el libro, aquí hay una buena manera.

-- Toques escénicos que incrementan el morbo y lo malsano de la situación: Venecia eternamente en la bruma, prostitutas venecianas enseñando sus encantos más cercanos al grotesco canon barroco que al delicado canon renacentista, la insinuación bastante directa de una relación homosexual entre Antonio y Basanio, etcétera.

IDEAL PARA: Adeptos del teatro clásico y dizqueintelectuales amantes de las películas con segundas lecturas.

No hay comentarios.:

Seguidores