11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 24 de mayo de 2007

"El sonido del trueno" (2005).


-- "A Sound of Thunder". Estados Unidos / Alemania / República Checa. Año 2005.
-- Dirección: Peter Hyams.
-- Actuación: Edward Burns, Catherine McCormack, Ben Kingsley, Armin Rohde, Heike Makatsch, Jemima Rooper, David Oyelowo, Wilfried Hochholdinger, August Zirner, William Armstrong, Corey Johnson.
-- Guión: Thomas Dean Donnelly, Joshua Oppenheimer y Gregory Poirier, sobre una historia de los dos primeros, basados en un cuento de Ray Bradbury.
-- Banda Sonora: Nick Glennie-Smith.

-- "El sonido del trueno" en IMDb.
-- "El sonido del trueno" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Mesozoico, la época definida una vez por Homero Simpson como aquella "en la que los dinosaurios no estaban sólo en los zoológicos". Un grupo de expedicionarios por el tiempo se dedica a cazar dinosaurios. En condiciones ultracontroladas, por supuesto, porque el cambio más pequeño en ese pasado podría originar una catarata de cambios que afectaran a todo el mundo futuro: pisar un escarabajo llevaría a que no pusiera huevos, por lo que una nueva especie de escarabajos no nacería, por lo que un depredador carecería de alimentos, por lo que la tribu humana que cazara a ese depredador se extinguiría, por lo que no nacería la civilización mesopotámica, por lo que no existirían los astrólogos, y por ende, la civilización pudiera ser mucho más feliz de lo que es. Pero frente al depredador dueño de la computadora y el sistema de salto en el tiempo están el jovencito empleado con corazón de león, y la bellísima creadora de la supercomputadora TAMI, que regula el salto temporal. Cuando algo sale mal, todo parece arreglarse bien, pero de pronto, el futuro comienza a ser asaltado por ondas temporales. Cada nueva onda temporal cambia en algo el mundo: la vegetación, los depredadores, los primates, incluso la propia Humanidad... De esta manera, los expedicionarios que metieron la pata y se han metido allí donde el ser humano jamás debería meterse, violaron las leyes de Dios, etcétera, parten en un angustiante viaje, luchando con toda clase de criaturas animatrónicas, muriendo alguno de los buenos cada X minutos, etcétera.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En algún minuto de su incontinente, dulzona y éticamente reaccionaria producción literaria, Ray Bradbury escribió un cuentito llamado "El sonido del trueno", en el cual un grupo de malvados empresarios organiza una empresa de safaris para matar dinosaurios, pero algo sale mal, y la historia cambia. La anécdota del cuentito era mínima y no daba ni con elástico para una peli de dos horas de duración, pero como el cuento era famoso, se intentó la proeza de construir la Torre de Babel con cuatro ladrillos y 500 gramos de cemento. Para tan ímproba empresa eligieron de dire a Peter Hyams, creador de lustrosas joyitas del género "quiero y no puedo", como "2010: El año en que hicimos contacto", "Timecop" o "El mosquetero"; con decir que la primera opción era para el no mucho más eficiente pero al menos más entretenido Renny Harlin ("Duro de matar 2", "Riesgo total", "El exorcista: El comienzo") queda todo dicho. El resultado es una peli del subgénero "nosotros contra los monstruos", aderezada con un poco de paradoxa temporal y efectos especiales más o menos molones. Nada del otro jueves (ni un jueves cretácico).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Veamos. ¿El elenco...? Sí, la tríada protagónica Kingsley/McCormack/Burns es poderosa, pero están insultantemente bajo mínimos. ¿El concepto de base? Es interesante, y la idea de que el tiempo mute en oleadas no es tan cretina como puede parecer a primera vista (si el tiempo puede estar vinculado al espacio y a la gravedad en vez de ser un absoluto, ¿por qué no, en principio al menos?), pero es tratado con la sutileza y el tacto de una bomba H (si cuando el tiempo estaba descomponiéndose cambiaba en oleadas, ¿por qué no pasó lo mismo cuando se recompuso mágicamente?). ¿Las secuencias de acción? Aburridas. ¿Las criaturas? Interesantes de ver al principio (los saurios primates no tienen desperdicio), pero luego cansan. ¿El ritmo narrativo? Parte aceptablemente, después se pone moroso, y el final es aburrido; todo eso "amenizado" con ataques de criaturas para que el espectador no se duerma (objetivo cumplido a medias, por lo demás). ¿La estética? Ningún alarde de creatividad, una mera combinación de "2010: El año en que hicimos contacto", "Invasión" y "Yo robot". ¿Basada en la obra de Ray Bradbury? Ese es el mejor chiste de todos, y es que después de ver este filme no hay como evitar compadecerse del pobrecito escritor. Lo que deja... Pues sí, los efectos especiales. Los efectos especiales no son malos. Tampoco son la última maravilla. Pero no son malos, eso sí.

IDEAL PARA: Arrendar el DVD de al lado.

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