
-- "Avatar". Estados Unidos. Año 2009.
-- Dirección: James Cameron.
-- Actuación: Sam Worthington, Zoe Saldana, Sigourney Weaver, Stephen Lang, Michelle Rodriguez, Giovanni Ribisi, Joel Moore, CCH Pounder, Wes Studi, Laz Alonso, Dileep Rao, Matt Gerald, Sean Anthony Moran, Jason Whyte, Scott Lawrence.
-- Guión: James Cameron.
-- Banda Sonora: James Horner.
-- "Avatar" en IMDb.
-- "Avatar" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
El futuro, el siglo XXII. La Humanidad se ha expandido por el espacio y se dedica a la colonización planetaria con el espíritu de "antiguos espíritus del Mal, conviertan a este cuerpo decrépito... ¡¡¡EN HERNÁN CORTÉS!!! ¡¡¡EL INMORTAL!!! ¡¡¡HUAAAAAÁ!!!". Una de esas personas que antes se llamaban "tullidas" y ahora son "minusválidas", que le puedes prender fuego a las dos patas y sólo se va a dar cuenta cuando sienta el chamuscado en las narices, viaja en una nave espacial. A pesar de ser un completo inútil por su invalid... perdón, por su "incapacidad", tiene el material genético de su hermano gemelo, y por eso es convocado al planeta Pandora: para hacerse cargo de un avatar, una criatura híbrida de genes humanos y na'vi que es capaz de respirar en la venenosa atmósfera de Pandora (los na'vi son los nativos de Pandora, y en buena hora se les ocurrió por fin lo obvio, de no llamar "pandorianos" a las criaturas nativas del planeta, como tanta CF bruta al uso). Así, los humanitos se quedan cómodamente instalados en sus bases, y envían a los avatares al terreno. Bueno, o casi, porque el proyecto Avatar, lejos de ser apoyado por los jerifaltes de turno, es puteado de lo lindo por las altas autoridades, quienes prefieren confiar en la solución militar de toda la vida (ya saben, más napalm y menos diplomacia), y tienen a los científicos porque bueno, uno nunca sabe qué de bueno pueda salir de un lab, así es que por si acaso... pero los científicos no se hacen mucho de querer porque después de todo, ellos tienen la idea de... ¡estudiar! ...al planeta, y peor aún, tratar de... ¡comprenderlo! ...y mucho peor aún... ¡de preservarlo! ...en vez de hacer lo que se debe hacer con todo planeta poblado por una raza inferior, a saber, matar a los nativos, apropiarse de sus recursos, darse la high life, y cuando venga el empacho, ir a Copenhagen a decir que no se va a firmar ningún puto acuerdo que implique disminuir el bonito estándar de vida que nos ganamos expoliando por siglos al Tercer Mundo, perdón, al Tercer Universo. Resulta que nuestro discapacitado entra en control de su avatar, y es enviado a misión, como guardaespaldas del científico. En su primera misión, queda el cagazo. Porque como inexperto en cuestiones relativas a la flora, fauna, geología y astrología de Pandora, acaba por completo perdido y a merced de las bestias salvajes. Pero nuestro chulo jovencito, o mejor dicho su avatar, no se arredra, porque de pronto aparece una bestia salvaje de sexo femenino y muy buen ver, una na'vi por más señas, que está nada más mona, y que como corresponde a la más rancia tradición palomitera, pasa olímpicamente del héroe y se hace la difícil (esssssso ya cambiará, pierdan cuidado). Y como más tiran un par de tetas que un par de carretas, pues bien, nuestro jovencito decide que es hora de darle una oportunidad a los na'vi, a ver si esos salvajes tienen algo de interés. Y empieza a comprender al planeta, y entra en sintonía con el universo, y canta mantras New Age, y todo eso, y finalmente descubre lo que nosotros ya sabíamos desde hacía como una hora y media de peli, a saber, que los na'vi son los buenos porque son medioambientalistas y multiculturales, mientras que los humanos son los malos porque son imperialistas y destruyen todo lo que tocan. Así es que se cambia de bando, listo a plantar cara a los invasores humanos, para que triunfe el bien, la democracia, el principio de libre determinación de los pueblos, y el consumo de productos psicoactivos varios. ¿Conseguirá nuestro jovencito dar la pelea contra la imparable maquinaria militar humana neocon...? ¿Se ambientará la segunda parte de "Avatar" en los parques de Alaska amenazados por las prospecciones petrolíferas enviadas desde Texas...?
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Aunque ustedes no lo crean, había una época en que en las pelis de vaqueros e indios, los indios eran los malos. O sea, tenías a un jovencito camisolimpio bueno para las pistolas, cargándose a balazos indio genérico tras indio genérico, de ésos que no tienen otra línea de diálogo que ulular a lo bestia, y después de la escabechina, pues que ya tenemos protegida la familia y la civilización. Eso vale tanto para las pelis de John Wayne, como otros productos etnófobos como "La carga de la brigada ligera" o "Gunga Din", ambientadas en la India, o esas pelis de arcabuceros británicos contra guerreros zulúes (también genéricos, salvo su malvado y ungabunga líder), y etcétera. Pero en los '60s, la marea empezó a cambiar. Porque resulta que empezaron a surgir los ideales New Age, de revalorizar la naturaleza y las flores (y fumárselas, a según), el respeto por la ecología, los seres vivos, la maquinaria de la Tierra, el todo del que todos somos parte, etcétera. Y de pronto, antes de que nos diéramos cuenta, descubrimos que el codicioso y capitalista carapálida era el malo, y las culturas ancestrales y milenarias que aplastábamos eran los buenos, porque ellos eran los sabios y nosotros los tontos (pero pregunten ustedes en qué lado de la valla nacieron y trabajaron Miguel Angel, o William Shakespeare, o Johann Sebastian Bach, hehehé). Puntualmente hemos tenido varias pelis que nos recuerdan eso: los indios son más buenos que los occidentales ("Danza con lobos"), los japoneses son más buenos que los occidentales ("El último samurai"), los amerindios más buenos que los occidentales ("1492: La conquista del paraíso"), y sólo un reaccionario como Mel Gibson se atrevió a poner a los indios como malvados y siniestros pecadores cuyos pecados debían ser lavados por el agua bautismal de la cruz cosida en las velas de las carabelas españolas ("Apocalypto"). ¡Joer, si hasta los mayas se cachondean de nosotros desde la ultratumba en "2012"! La gente tiende a olvidar lo chocante que era para las audiencias de los '60s que un extraterrestre orejipuntiagudo y pielverde como el Sr. Spock fuera "de los buenos", o que la cubierta del Enterprise hubiera rusos, japoneses, y mujeres (¡y negras!) en vez de machos viriles WASP a cargo del cotarro (aunque el prota, eso sí, era yuzio, para no perder la costumbre). Hoy en día, el concepto de Prime Directive, de que las naves espaciales de la franquicia trekkie no pueden intervenir con civilizaciones más primitivas (concepto base de "Viaje a las estrellas: Primer contacto" y "Viaje a las estrellas: Insurrección"), es casi parte del paisaje. Pero nunca está de más recordar lo ya dicho: que somos malos, que somos malvados, que debemos golpearnos el pecho por nuestro ecopecados, y debemos renunciar a todo lo que tenemos para irnos a meter en alguna tribu de ewoks a elevar cánticos a alguna genérica deidad no antropomórfica y entrar en contacto con la naturaleza, etcétera. "Avatar" se encarga de recordárnoslo, por si lo hubiéramos olvidado desde "El último samurai" a esta parte.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Esta peli es el triunfo del espectáculo por el espectáculo, sin paliativos. Siempre he considerado un tanto sobrevalorado al director James Cameron, que no es un genio cinematográfico, y que cuando ha estado más cerca de rozarlo, es con "Terminator", pero que a cambio es un artesano obsesivo y minucioso con los detalles, hasta el punto que nadie podría imputarle haber rodado una mala peli jamás. En ese sentido, James Cameron es el continuador natural de directores como Cecil B. DeMille, de construir historias ciertamente descafeinadas de contenido, pero a cambio entretenidas, contadas con brío, y con todo el componente espectacular por el cual vale la pena pagarse la entrada en vez de conformarse con una miserable pantallita de TV dentro de la casa. Probablemente sea exagerado decir que "Avatar" es la mejor peli del 2009, y ciertamente no es la revolución fílmica que se nos prometió en el hype precedente, pero a cambio aspira (y gana de cancha) el trofeo a la peli más espectacular del año. Dura dos horas y media, y en verdad no se sienten, ni siquiera en los momentos más ridículos y ñoños (que los tiene, no se crea que no, porque esa tribu de na'vi moviéndose como en una fiesta rave al ritmo de la percusión tribal...), y ya no hablemos de las secuencias de acción pura y dura (la batalla final, es que te c... en el cine). Uno le perdona entonces que la historia no tenga prácticamente nada de original (el asunto pasa como un remake alienígena de "Danza con lobos", con detalles como robarse el rito de pasaje de "Dune", por ejemplo), porque a cambio, lo que cuenta, lo cuenta con empaque. James Cameron se dejó esperar doce años desde su peli anterior ("Titanic", otra excelente muestra de cine espectáculo), pero la espera valió la pena, porque nos entregó un producto que en lo formal al menos, está cuidado hasta los más mínimos detalles.
-- Esta peli es probablemente la máxima expresión de esa concepción de James Cameron de ser un gran mitógrafo (en el buen sentido del término) o un gran cosmólogo. Es notorio en el cine de Cameron su vocación no sólo de contar una historia, sino de construir universos narrativos enteros, como un Tolkien de toda la vida. No debe ser casualidad que su peli más débil (la entretenida pero olvidable "Mentiras verdaderas") sea justamente la menos mitológica de todas, la más lineal y menos ramificada de todas sus narraciones. Se dice que para "Avatar" se creó un mundo completo, y se lo creo. La trama en general es bastante respetuosa con las leyes naturales (se da a entender que el gigantismo de la flora y fauna de Pandora respondería a una gravedad menor que la terrestre, y se le da una explicación puramente científica a la unión de todos los seres de Pandora en una sola noósfera, por ejemplo, aunque a cambio la manera en que los humanos pueden controlar por telepresencia a sus avatares, o la forma en que las famosas rocas colgantes efectivamente cuelgan suspendidas en el aire, son cosas que se le escapan a mi inteligencia). En cuanto a la parte biológica, las bestias se ven realmente como bestias extraterrestres y no como el clásico cliché del "insecto gigante". Las plantas lucen también como criaturas alienígenas y no como el enésimo "filmed in Hawaii, try to believe it is an alien jungle". El famoso idioma na'vi suena un poco indigenoide, es cierto, pero tiene una entidad que le es propia (en una parte me pareció escuchar que, en una frase referida a los na'vi, el indígena de turno partía diciendo "na'vi", lo que quiere decir que su idioma tiene la muy inusual estructura de partir las oraciones con el predicado). Lo único un poco chocante de todo esto, es que los na'vi mismos sean tan antropomórficos, en un mundo absolutamente alienígena: tienen cuatro miembros en un planeta con una enorme cantidad de fauna con seis miembros, se pintan la cara casi con los mismos diseños que los pieles rojas de toda la vida (¡joer, si hasta se pintan rayitas en las mejillas antes de ir a la batalla!), las hembras tienen pechos igual que las mujeres humanas, sus hábitos de apareamiento parecen ser casi iguales a los humanos, etcétera. Pero uno acepta esto último porque, después de todo, en cualquier obra narrativa (y el cine lo es, igual que la Literatura o el Teatro), es necesario que "los buenos" tengan características humanas para que podamos identificarnos con ellos. No es cosa de que sean tan extraños, que no los podamos entender, luego no nos identifiquemos con sus peripecias, y al último el asunto nos aburra (pecado mortal para una superproducción de estas características, compelida de manera compulsiva a recuperar el dinero a como dé lugar). Si quieres un extraterrestre verdaderamente extraterrestre, siempre puedes ir a ver "Solaris" (la original, o la "Solaris" yanki del 2002)... y descubrirás que las peripecias del entretenido océano oleaginoso planetario omnipresente allí te importan más o menos un cuesco y tres partes de otro cuesco distinto. Pero es que allá se trataba de eso, de la incomunicación entre los seres, de la crítica a nuestro antropocentrismo, etcétera. Sería ciertamente ingenuo pedir lo mismo en una peli que se ha vendido desde el comienzo como un puro y duro festival de FXs para divertir de manera inocua al respetable, ¿no?
-- Los fanáticos de la CF me entenderán. Esta peli, desde el punto de vista estético, curiosamente no es "un paso adelante" sino "un paso atrás". Porque todo se ve y huele como a pulp, una mezcla de John Carter de Marte con pulp militarista cienciaficcionero de los '40s. Y no sólo por los escenarios presentados ni el look audiovisual que le dieron a las máquinas, los nativos y el planeta, sino también por el mismísimo guión, tan lineal como solían serlo esas historias (boy meets girl, buenos versus villanos, planeta exótico y de lujuriosa vegetación, militarofilia a discreción... lo dicho, vaya). Pero realizado obviamente con toda la tech de ahora. Si eres fanático de las historias pulp antiguas, al estilo de Doc Savage o el Capitán Futuro, entonces esta peli es un must-see para ti. Algunos dirán que no se ha avanzado entonces demasiado desde "Capitán Sky y el mundo del mañana". Bueno, qué diablos, si después de todo, desde la Biblia que no hay nada realmente novedoso bajo el Sol, en lo que a contar historias se refiere.
-- La ejecución en el detalle está más que bien lograda. Las escenografías son estupendas, y no sólo las infografías de Pandora, sino también los laboratorios humanos (aunque la tecnología de las pantallas táctiles, después no sólo de "Sentencia previa", sino hasta de "Quantum of Solace", se vea casi outdated). La maquinaria bélica humana se ve también impresionante. James Horner compone un soundtrack que, cuando no cae en la tentación del afrotribalismo, acompaña notablemente bien, recordando por momentos su excelente soundtrack para "Viaje a las estrellas II: La ira de Khan". En cuanto a los actores, dan todo lo que tienen de sí, aunque sus roles son un poco estereotipados (consecuencia natural de una peli que se plantea bastante maniquea: humanos=malos, na'vi=buenos) y por eso no lucen como deberían. Sam Worthington es un prota defendible en un rol sin mayores exigencias actorales, Sigourney Weaver aporta su presencia y convicción como científica, Michelle Rodriguez interpreta su rol de chica dura de siempre y encaja acá la mar de bien, y Giovanni Ribisi como CEO cabrón se mueve también como corresponde. Sin embargo, la pantalla se la roban íntegra por un lado Zoe Saldana, como la alienígena Neytiri, en un rol con escenas enormemente desgarradoras (en particular cuando descubre en qué pie ha calzado el prota todo el rato), y por el otro Stephen Lang como el milico cabrón que es de verlo y te dan ganas de meterle una barra de hierro al rojo vivo por el aguj... er... bien, ya me entendieron el punto. A tanto llega esto, que se los doy firmado: si alguna vez James Cameron rueda la secuela de "Avatar" (y prometió que si la recaudación iba bien la rodaría, y parece que únicamente en su primer fin de semana recobró los dos tercios de los 300 que costó, y se empinó de una al Top Ten de las diez pelis más rentables del 2009, así es que parece que para allá va el asunto), pueden contar con vuestro seguro servidor el General Gato comprando con religiosa contrición su entrada en la boletería del cine. Total, otros doce años hasta el 2021 pasan volando...
IDEAL PARA: Ver una peli simplemente espectacular.
VIDEOS.
-- Un poco de la música de James Horner para "Avatar".