Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
11 años de Cine 9009 en línea.
El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).
jueves, 12 de septiembre de 2013
"Tiempos difíciles" (1994).
-- "Hard Times". Inglaterra. Año 1994.
-- Dirección: Peter Barnes.
-- Actuación: Harriet Walter, Bill Paterson, Alan Bates, Beatie Edney, Bob Peck, Emma Lewis, Richard E. Grant, Christien Anholt, Dilys Laye, Damian Hunt.
-- Guión: Peter Barnes, basado en la novela de Charles Dickens.
-- Banda Sonora: Stephen Deutsch.
-- "Tiempos difíciles" en IMDb.
¿DE QUÉ SE TRATA?
"Ahora lo que quiero son HECHOS". Cuando tienes un profesor protovictoriano (bueno, dickensiano, eso es) hablando así ante un salón de clases estilo Another Brick in the Wall, ya te va dando cositas, y no de las cositas buenas precisamente. El profesor en cuestión es un educador encantando de conocerse a sí mismo, y que no enseñará a los chicos nada como imaginación o fantasía, sino LOS DUROS HECHOS. LOS FRÍOS CÁLCULOS. LA CRUDA REALIDAD. Tres criaturillas se verán particularmente expuestos a esta enseñanza digna de planes de estudio chilenos. Dos de ellos son hijos del profe, hermano y hermana. La tercera es una chica que venía del circo, y que el profesor, en uno de esos raptos paternalistas de "miren qué bueno soy, cuánta conciencia social, jojojó", decide adoptar. Los tres críos crecen rápido y juntos (¡sobre todo rápido! ¡El ritmo de esta peli es de marearse!). Y bueno, trataré de no atropellarme, pero hay que presentar a otros personajes. El jefe de la fábrica local, un orgulloso self-made-man que como todos los self-made-man de raza, no pierde ocasión de refregarle a los demás en la cara que SOY LA HOSTIA porque miren de dónde vine y hasta dónde llegué. El obrero que no quiere unirse al sindicato por una promesa estúpida que hizo hace un cuanturreón de años atrás. La señora del obrero que no quiere unirse al sindicato y que aparece de repente para envenenarle la vida a su maridito. La criada del dueño de la fábrica, que igual le tiene un ojito puesto y too, porque se sabe que todo mal jefe se casa con su secretaria, pero toda buena secretaria se casa con su jefe. ¿Me falta alguien? ¡Ah, sí! El estudiantillo aplicadito pobretón-pero-trepa estilo liceano devenido en columnista de diario de derecha, que se lo aprende todito porque quiere llegar a ser ALGUIEN. En fin, el caso es que pasan los años, y el jefe de la fábrica se le ocurre fijarse en la hija del profesor (la hija biológica, no la adoptada... sí, es un chorreón de personajes. Y dicen que es la novela más corta de Charles Dickens, vaya). El profesor, feliz porque es un buen matrimonio (dineri, quiridi, dineri), y le ofrece a su hija una serie de argumentos (¡con HECHOS! ¡¡¡Con ESTADÍSTICAS!!!) en donde prueba más allá de toda duda que ese matrimonio cosa buena es para el funcionamiento de la economía y la prosperidad nacional. (¿Un profesor que está dispuesto a vender a su propia hija núbil a un vejete que le triplica la edad porque eso es lo que se ajusta a los HECHOS DE LA CIENCIA? ¡Joer, que este profesor es un NEOLIBERAL!!!). Pero las cosas comenzarán pronto a salir todo lo mal que pueden salir. En particular cuando aparezca un joven político en el horizonte... Bueno, la cosa se llama "Tiempos Difíciles", ¿no? Hablamos de los inicios de la industrialización en Inglaterra. De la automatización. De la deshumanización. Ya Charles Dickens en esos tiempos primigenios lo criticaba. Dos siglos después, las cosas no se han hecho mucho más fáciles tampoco.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Charles Dickens fue sin lugar a dudas el más grande folletinista inglés del siglo XIX. Dicho sin demérito. Los folletinistas del siglo XIX, esas gentes que publicaban historias por capítulos en la prensa de la época, inventaron prácticamente todos los grandes resortes dramáticos que son explotados hasta el día de hoy por los guionistas de culebrones. El grueso de los folletinistas hoy en día han sido olvidados, por supuesto (vale, el 90% de los folletines eran malos, pero por otra parte, el 90% de todo es malo), pero Charles Dickens ha sobrevivido. En buena medida, porque consiguió plasmar como nadie, en forma de melodrama, todas las tensiones sociales provocadas por la industrialización desregulada en Inglaterra, en donde los plutócratas del carbón y del acero se hacían cada vez más ricos en Liverpool o Manchester, explotando por salarios de hambre y horarios de trabajo indignos a sus obreros sin leyes laborales ni de previsión. No es que Dickens fuera un adalid de la revolución social ni mucho menos, pero él mismo había trabajado de joven en una de esas fábricas, así es que sabía de lo que hablaba, y no quería callar la indignación que le provocaban los excesos de un grupito muy pagado de sí mismo que se llenaban la boca con eso de "dejar hacer, dejar pasar, el mundo marcha solo", "las regulaciones atentan contra el libre mercado", "la economía funciona de manera más eficiente si el Estado no se mete", "flexibilización laboral", etcétera. No en balde, los neoliberales actuales le añadieron el prefijo "NEO" porque quieren ser igualitos a los liberales del XIX. Y están ganando la batalla, porque con la desregulación salvaje, el cheque en blanco a la banca, la cooptación de la clase política y la erosión de los derechos sociales, el siglo XXI está empezando a tener un regusto a XIX que le falta la pura absenta y el opio, leñe (bueno, ya no se hacen guerras imperialistas por el opio. Pero sí por la coca. Las drogas cambian, las tendencias sociales permanecen). Porque la Historia se repite primero como tragedia y luego como comedia, porque al menos los economistas liberales del XIX eran absolutamente serios en lo que decían, mientras que los neoliberales actuales no son más que una manga de payasos de quienes su público no se ríe porque, bueno, ellos son muy selectivos con el público al que invitan a sus conferencias en sus think tank en primer lugar. Debido a la relativa ausencia de melodrama (no es que no haya, pero es que en comparación a "Oliver Twist", "David Copperfield" o "Grandes esperanzas"... en esta novela hay una huerfanita, es cierto, porque es una novela de Dickens, pero no lo pasa ni de lejos tan mal como los otros huerfanitos dickensianos), así como su fijación en el discurso doctrinal, esta novela no es tan popular. Lo que no quita que haya sido adaptada algunas veces. Como por ejemplo esta miniserie de la BBC (bueno, de BBC School, lo que no augura grandes valores de producción precisamente) que para la distribución internacional fue convertida en una peli de dos horitas de duración. Que no tuvo ningún éxito, quizás porque no salía ningún robot transfórmer asesino. Dickens, te estás quedando obsoleto.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Estamos frente a una peli densamente doctrinal. El punto entero es básicamente agarrar al utilitarismo por las solapas, tironearlo al piso, y arrastrarlo por el fango. La primera mitad está dedicada a construir el discurso: vemos como el profesor educa a tres jóvenes y les enseña que el mundo será un lugar mejor con la fría lógica y el cálculo mesurado en vez de esas bajas pasiones, al tiempo que hay pistas que vinculan al movimiento obrero con dichas bajas pasiones (a qué me suena eso...). La segunda mitad explora cómo sale el pastel después de horneado. Porque a saber que las cosas terminarán estallándole en la cara al profesor: su hijo le saldrá un apostador, un dilapidador y un vago porque se rebela contra la educación castradora de su padre, su hija será infeliz en un matrimonio sin amor con un vejetemerda, y la hija adoptiva, curiosamente, será la más feliz del ramillete, en buena medida porque es la que más tarada sale para recibir las enseñanzas de su frío y racional profesor. Seriously, la fila estilo conga de humillaciones que sufren los personajes por recibir una educación MODERNA que los prepare para la SOCIEDAD INDUSTRIALIZADA es de verla. Puede acusarse a la peli de que a veces carga un poco las tintas, pero es que, vamos... estamos en una época en la que regresamos aceleradamente al XIX, y ciertas verdades que creíamos ya aprendidas, es necesario volver a repasarlas, porque hay un chorreón de economistas y políticos actuales que están seriamente necesitados de quedar condicionales para marzo. A pesar de referirse al siglo XIX, esta peli es tremendamente actual porque no sólo quedan tarados que no entienden que nosotros el 99% somos demasiado grandes para caer, sino que además a esos tarados les pagan por aparecer como sesudos comentaristas económicos en la tele, por escribir columnas laudatorias de los políticos (sobre todo de derechas) y del sistema en la prensa, y en general proporcionarle todo el espinazo ideológico a esa depravada forma de expolio económico en que se está convirtiendo lo que alguna vez nosotros llamábamos nuestra democracia. El ideólogo que llama estudio económico a su púlpito de adoctrinamiento religioso, y que llama "populismo" o "demagogia" a cualquier intento por desviarse de la sagrada ortodoxia económica friedmaniana, en realidad es descendiente directo del catedrático de esta peli que insiste en los hechos en vez de la emoción. Algo que es particularmente visible en la escena en que el profesor trata de convencer a su hija para que se case con el millonario porque ES LO RACIONAL. Es casi como estar escuchando a los clase media siendo convencidos por ciertos grupos de interés de que "no se puede aspirar a una sociedad más justa porque los hechos y las leyes de la Economía no lo apoyan". En ese sentido, la peli es un must-see para cualquier persona que todavía sea tan estúpida como para dejarse engañar por la charlatanería de unas urracas cuya prédica social sería para reirse, si hubiera algo de cómico para reirse en las interminables hileras de subempleados trabajando hasta 12 horas diarias en el retail por un salario mínimo que apenas les permite más o menos llegar al mes siguiente.
-- ¿La realización? Asín-asín. Aunque es una "inglesa de época", que nadie se espere grandes valores de producción ni mucho menos. La ambientación de época es funcional, pero no suntuosa. Quizás que haya sido producida por BBC School tenga algo que ver con eso (con ese nombre, me sugiere algo así como "producciones para nuestros pupilos ingleses en el salón de clases", un poco en plan Teleduc). Sumémosle a eso una edición y un ritmo agotador, en donde varios personajes (no diré una tonelada, pero sí más que un puñado) se mueven y relacionan entre sí de manera un tanto confusa, en la primera mitad por lo menos. Imagino que siendo Charles Dickens, tuvieron que condensar un montón de desarrollo de personajes y situaciones, lo que termina por conspirar contra el interés que podamos tener como espectadores en su destino. En lo que la peli no falla, es en esa cosa tan inglesa de que hasta el extra con dos líneas de diálogo es un actor entrenado en Shakespeare, y por lo tanto todas las actuaciones son desde excelente hacia arriba. En definitiva, es una peli que exige paciencia, mucha paciencia. Pero recompensa. Al final, todos los personajes y situaciones terminan encajando en su lugar. El final es algo blando, pero es que también es uno de esos folletines, no le vamos a pedir algo tan trepidante. Por un lado, la peli se queda en deuda, pero por el otro, hablamos de Charles Dickens, un autor por lo general bastante intratable a la hora de adaptarlo debido a la longitud de sus historias y a la cantidad de personajes y situaciones que presenta. O sea, el guión es a ratos laborioso de seguir, pero también es de lo mejor que se podía hacer con el material de base.
IDEAL PARA: Hacer un poco de memoria sobre cómo se las gastaban en el XIX para convencerse de que lo malo era bueno y lo negro era blanco.
VIDEOS.
Busca otras películas relacionadas:
+ Alan Bates,
+ Bill Paterson,
+ Bob Peck,
+ Emma Lewis,
+ Peter Barnes,
+Beatie Edney,
1994,
Cine de Inglaterra
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Hola, tendrías el link de la película para descargarla, es con fines educativos, para chicos del nivel secundario
Publicar un comentario