11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 24 de enero de 2010

"La princesa y el sapo" (2009).


-- "The Princess and the Frog" (título original en inglés), "Tiana y el sapo" (título en España). Estados Unidos. Año 2009.
-- Dirección: Ron Clemens y John Musker.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Anika Noni Rose, Bruno Campos, Keith David, Michael-Leon Wooley, Jennifer Cody, Jim Cummings, Peter Bartlett, Jenifer Lewis, Oprah Winfrey, Terrence Howard, John Goodman, Elizabeth M. Dampier, Breanna Brooks, Ritchie Montgomery, Don Hall.
-- Guión: Ron Clements, John Musker y Rob Edwards, sobre una historia de los dos primeros, y de Greg Erb y Jason Oremland, inspirados en la novela de E.D. Baker.
-- Banda Sonora: Randy Newman.

-- "La princesa y el sapo" en IMDb.
-- "La princesa y el sapo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Nueva Orleans. Una familia nigga trata de sobrevivir, ella como costurera y él como obrero. Ambos tienen una hija que se lleva lo más bien con la hija del ricacho alcalde de Nueva Orléans. Y como esto es una amable peli Disney, y no un amargo estudio social, resulta que a pesar de estar a comienzos del siglo XX y el racismo del Sur y todo eso, no hay señales de acrimonia ni de los blancos contra los negros ni de los negros contra los blancos, así es que la prota, que se llama Tiana y es hija de los dos negros ya mencionados, sólo tiene como problema matarse trabajando para surgir en la vida, porque... THIS... IS... AMERICA!!! Pasan los años, Tiana crece, su padre desaparece de escena (es lo que tiene ser héroe de guerra, que a veces regresas con armadura de madera a casa, y ¡a la fosa!), y ahora trabaja como camarera. De pronto se anuncia que a Nueva Orleans llegará el príncipe de esto-o-aquello, que como la peli está ambientada en Estados Unidos y allá no hay realeza (y los Kennedy que se bajen las ínfulas), debe venir del extranjero, de uno de esos países imaginarios que son recurso tan socorrido de los guionistas remisos a trabajar con las tensiones internacionales del mundo mundialoso. En fin, que la hija del alcalde pone sus ojitos en el príncipe porque es príncipe, incluso antes de conocerlo. Y también un siniestro personaje que le hace al vudú y otros alucinógenos varios. El siniestro personaje que le hace al vudú se adelanta, y consigue secuestrar al príncipe. Mientras tanto la chica negra ha ido a cocinar panecillos de esto-o-aquello a la fiesta de la hija del alcalde, y ahí tendrá ocasión de que empiecen a pasar cosas. Concretamente, de que un sapo se digne a dirigirle cordialmente la palabra. Tiana, en vez de despertársele la curiosidad zoológica ante un especímen tan interesante (¡figúrense, un batracio parlante!), le descarga un libraco en todo lo que se llama espinazo, pero al final el sapo la envuelve y envuelve, y consigue arrancarle un besito. Bueno, la gracia era que él se convirtiera en humano, pero pasa al revés: es ella la que acaba convertida en rana. Sí, la cacareada primera princesa Disney de raza negr... perdón, "de color", acaba convertida en rana. Bueno, sigue siendo de color... verde. Las siete octavas restantes partes de la peli. Ambos tendrán entonces que fugarse, sobrevivir en el pantano, arreglárselas para esquivar al malvado vuduísta en el tejado, y tratar de volver a ser humanos, y como si eso fuera poco, también aquello de crecer, madurar, encontrar su lugar en el mundo...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Los pilares mismos de la Tierra temblaron en aquel histórico año 2004 en que no solamente el pueblo de los Estados Unidos dio muestras de tener dos bocas para hacerles chupar dedos, reeligiendo al malvado George W. Bush como Emperador, sino que además, la empresa Disney se mandó batatazo padre con "Vacas vaqueras", peli deleznable donde las haya, de una factoría especializada en lanzar pelis a lo menos de decentes para arriba. Y es que ya llevaban muchos años viviendo de las glorias de "La sirenita" (¡la peli favorita de Lisa Simpson!), "Aladino" y "El Rey León", y en algún momento los fondos iban a terminarse. En particular si a la malentendida "El planeta del tesoro" la haces seguir la ínfima "Tierra de osos", para acabar con las borras de "Vacas vaqueras", claro está. Y entonces los fieros directivos de Disney salieron afuera con música marcial para anunciar que el vetusto estudio 2D bye-bye. Pero la gente es porfiada, los viejos añoran su terruño, y los cristianos su Tierra Santa, así es que era que Disney no volvía más tarde o más temprano al 2D. Ahora con computadoras, por supuesto, que ya no están los tiempos para plantar miles de coreanos a dibujar a tiempo completo a dos granos y medio de arroz cocido el fotograma como tarifa. El hombre de los milagros en este caso debía ser John Lasseter, que se había hecho un nombre en la industria con "Toy Story", y había sido uno de los puntales en el surgimiento de ese coloso llamado Pixar, empresa de animación conocida también a lo amigo como "la muleta en que se apoya el departamento audiovisual de Disney". Después de unos años vagando por el desierto del 3D ("Chicken Little", "La familia del futuro"... ¡ah! Y la entrañable "Bolt"), Lasseter volvió a darse el salto. Y este tipo se las sabe por libro. Algo nuevo para las audiencias: ahora la princesa Disney iba a ser negra (bueno, 1/7 del metraje al menos). Algo clásico para las audiencias: todo lo demás. He aquí los resultados.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Contra la opinión de quienes han saludado a "La princesa y el sapo" como la Tercera Era Disney o poco menos, la peli que traerá de regreso al Renacimiento Disney como una segunda "La sirenita" de toda la vida, esta peli se queda un poco en deuda en algunos aspectos. Una cosa es clasicismo y otra es respeto irrestricto al manual, para que nos entendamos. Aunque sin ser pesados: después de todo, si las cosas van como van con la dupleta formada por "Bolt" y "La princesa y el sapo" (las que están anunciadas son "Rapunzel" y "King of the Elves"), podríamos con el tiempo a tener una Tercera Edad de Oro Disney (o Cuarta. O Quinta. Ya perdí la cuenta). El problema acá es que el clasicismo pesa, a la hora de hacer una "Disney de toda la vida". La moralina de la peli podría haberla dicho el viejo Walt Disney, y a través de él, la adusta voz de Benjamin Franklin hablando: cree en tus sueños, trabaja duro, la riqueza no es tan importante pero al final sí es importante, etcétera. Bueno, si te gustan las Disney de toda la vida, eso no es un problema. Aunque eso depende de las expectativas. Si se esperaba una peli que rindiera aceptablemente bien en la taquilla y no hiciera ver a los tipos que dijeron "OK, reabramos la división 2D de Disney" como una manga de tarados, la peli funciona bien. Si se esperaba en cambio una revolución, para eso mejor "Avatar" (o no, a según).

-- El upgrade de la peli al siglo XX. Aunque los estudios Disney no desdeñaron en sus buenos tiempos rodar pelis ambientadas contemporáneamente ("La dama y el vagabundo" o "La noche de las narices frías", por ejemplo), en general el conservadurismo inherente a los estudios los ha llevado a refugiarse en arcadias felices y distantes en el tiempo y espacio. Ahora le tocó a Nueva Orleans a comienzos del XX (irónicamente, un ambiente que hubiera sido contemporáneo a un primerizo Walt Disney, y que ahora está envuelto por las brumas del historromanticismo). Claro que la Nueva Orleans presentada acá tiene poco que ver con la ciudad sucia y cochambrosa en que nació el jazz, si después de todo eso era "música de negros" y por lo tanto, despreciada por la gente bien (¡si levantaran la cabeza para ver a sus sofisticados nietos escuchando Thelonius Monk, se les caerían los suspensores a las polainas!). Bueno, supongo que desde lo del Huracán Katrina, Estados Unidos está deseando inconscientemente un Nueva Orleans bello y fastuoso como el de siempre, no el asentamiento consistentemente fusilado por Hollywood desde la de 007 "Vive y deja morir" hasta "Dracula 2000", entre otras. Bueno, al menos se tomaron el riesgo de darle un upgrade a las ambientaciones, y ahora ya no tenemos una peli atemporal ni en una época mitológica, como el chorreón pseudohistórico que representó cargarse a la Edad Media ("La bella y la bestia"), a Arabia ("Aladino"), al Africa salvaje ("El rey León"), a la América Colonial ("Pocahontas"), a la Edad Media strike two ("El jorobado de Notre Dame"), a la Mitología Griega ("Hércules"), a China ("Mulan"), al Africa strikes back ("Tarzán") y al Imperio Inca ("Las locuras del Emperador"). Un minuto, déjenme tomar aliento. Bien, ahora sigo. Lo que tenemos es otra ambientación histórica pasada por el pelotón de fusilamiento, que ahora es la América de los '20s. Pero aún así, si nos saltamos el eliminar todo lo feo del período (tensiones raciales, "separados pero iguales", la pobreza inmunda, etcétera), lo que queda es una visión romántica de la época. Algo que en definitiva no tiene por qué ser malo, a según. Después de todo, "Blancanieves y los siete enanitos" es una visión ultraidealizada de una Edad Media que sólo existió en la mente calenturienta de algunos románticos del XIX enfermos de historicismo, pero eso no la hace menos respetable como peli.

-- Sorprendentemente, para tratarse de un conato de blockbuster de estos tiempos, la peli tiene... ¡¡¡HISTORIA!!! Y... ¡¡¡PERSONAJES!!! Bueno, en lo de historia queda un poco huelgo, porque aunque tiene un buen arranque, el desarrollo (es decir, cuando empiezan a vivir aventuras en el pantano) es como esos episodios intermedios en una temporada televisiva cualquiera, capítulos autoconclusivos que están puestos ahí de relleno, o peor aún, como algunos de los peores momentos de "La espada en la piedra" o "El libro de la selva". Por suerte, cuando el aburrimiento comienza a hacer presa de nosotros, la historia agarra emoción, y acaba con un final que, bueno, no es el mejor que haya visto jamás ni mucho menos, pero en fin, se nota que al menos el guionista se tomó la molestia de cranearse un final en forma, que hasta sorprende en algunos minutos. En cuanto a los personajes, están bastante bien delineados. Tiana es la típica princesa Disney, vale, pero está dispuesta a arremangarse el hombro y trabajar duro, valores que no son muy clásicos de las princesas Disney de toda la vida (es que la de "Blancanieves y los siete enanitos" era una flojonaza de tomo y lomo... ¡mira que andar esclavizando pajaritos y cervatillos para que hagan el trabajo DE ELLA!). Aunque, bueno, es una Disney, así es que (SPOILER DEL FINAL A PARTIR DE AQUÍ... BUENO, COMO SI FUERA TAN IMPREDECIBLE TAMBIÉN) se casa con el príncipe y los suegros suponemos ponen toda la pasta que faltaba para surgir en la vida y etcétera (FIN DEL SPOILER AQUÍ). El príncipe es un vivales (¡en una Disney!), pero a la larga le coge el gusto a eso de americanizarse, lo que es sinónimo de trabajo duro, of course (es una Disney). El villano, no sé si la palabra sea "infundir pavor" (salvo a los niños más pequeños a quienes esas cosas del vudú asusten su poco), pero tiene presencia y carisma. La Mama Odie es una especie de Madame Mim ("La espada en la piedra") upgradeada ad usum 2009. Y la subtrama de la luciérnaga enamorada de una estrella hace ganar muchos enteros al conjunto. La peli al final es una Disney de fórmula en muchos aspectos, pero al menos hay que reconocerle que supieron explotar la fórmula bien aquí.

-- Un aspecto bastante interesante, y en general poco tocado por las pelis Disney, e incluso el cine en general, y que esta peli acierta de lleno, es la diferencia entre querer algo y necesitarlo. Piénsalo un minuto. ¿En verdad necesitas todo lo que quieres? ¿Y te has puesto a pensar en qué cosas realmente necesitas? Claro que sí, por supuesto, faltaba más, me dirán ustedes. Mmmmmm... ¿¿¿LO HAN PENSADO DE VERDAD...??? Los personajes se la pasan toda la peli corriendo en pos de esto o aquello, y en algún minuto del camino deben retroceder para cuestionarse eso, precisamente, la diferencia entre querer y necesitar. Y en una escena bellísima, cuando el mago vudú pone a Tiana contra las cuerdas y le ofrece su pacto fáustico, ella debe aprender la diferencia entre ambas cosas. Esa sola escena debería pasar a la Historia como una de las mejores que Disney ha producido ever. Claro, después lo arruinan (SPOILER DEL FINAL... AGAIN) con un final en que Tiana obtiene todo lo que quiere y todo lo que necesita, y todos tan felices, si es que es una Disney y un "cuento de hadas" al final. Pero por un momento (FIN DEL SPOILER AQUÍ... BUAJ, COMO SI FUERA TAN IMPREDECIBLE EL FINAL) hemos tenido la ilusión de remontarnos por encima del utilitarismo ramplón yanketa de toda la vida, que ha sido el espinazo vertebral de ese ícono del conservadurismo yanki que son las pelis Disney, para alcanzar un ámbito casi filosófico en relación a la vida y sus consecuencias. No es poco, no digamos de Disney, sino del cine "comercial" y "hollywoodense" en general.

IDEAL PARA: Ver una Disney de toda la vida, algo upgradeada a los estándares de 2009, y hecha con mimo y cariño hacia los fanáticos de toda la vida.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

2 comentarios:

El Bueno de Cuttlas dijo...

A veces creo que la corrección política llega a unos extremos demasiado inverosímiles. El hacer que una chica negra encarne el papel tradicional de princesa de cuento me parece un poco forzado, pero bueno. Creo que Disney se equivoca con sus historias, no tienen mucha imaginación a primera vista (puede que me equivoque). El único estudio de animación con buenos guiones sigue siendo Pixar, en mi opinión, y el resto le sigue muy por detrás. Aunque ahora recuerdo que Disney compró a Pixar hace no mucho, así que todo queda en casa.

Un saludo

General Gato dijo...

Y para que quede más en casa aún, el hombre detrás de "Bolt" y "La princesa y el sapo" es Mr. Lasseter, quien partió en Pixar...

En cuanto a las princesas Disney, buenoooooo... Disney siempre va a ser Disney, pedirle que se modernicen y vayan de progres por la vida es un casi imposible. Lo que tiene su punto bueno, porque de otra manera... ¿de qué haríamos befas y cuchufletas a discreción?

Y como decía, la princesa negra acá se transforma rápidamente en princesa rana. No sé qué habrán querido decir con eso... :-D

Saludos.

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