Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
11 años de Cine 9009 en línea.
El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).
jueves, 18 de octubre de 2007
"Drácula 2000" (2000).
-- "Dracula 2000". Estados Unidos. Año 2000.
-- Dirección: Patrick Lussier.
-- Actuación: Gerard Butler, Christopher Plummer, Jonny Lee Miller, Justine Waddell, Colleen Fitzpatrick, Jennifer Esposito, Omar Epps, Sean Patrick Thomas, Danny Masterson, Lochlyn Munro, Tig Fong, Tony Munch, Jeri Ryan, Shane West, Nathan Fillion.
-- Guión: Joel Soisson, sobre una historia de éste y de Patrick Lussier.
-- Banda Sonora: Marco Beltrami.
-- "Dracula 2000" en IMDb.
-- "Dracula 2000" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Una linda nave de los tiempos en que se usaban velas y esas cosas, navega por los mares. Es el siglo XIX, y cosas raras pasan a bordo. Después, en pleno siglo XXI, en un Londres con algún que otro resabio de victorianismo arquitectónico, hay tres individuos. Uno de ellos es un vejete digno, como manda el cliché, que está a cargo de una chupicienta empresa (y que se apellida van Helsing, oigan, miren ustedes qué coincidencia)... El otro es un joven que le consigue ciertos encargos, de esos que no siempre aparecen en eBay (ballestas viejas, cosas así), y que le echa los tejos a la tercera, a la buenorra que es el brazo derecho del vejete. El problema es que la buenorra está coaligada con un grupete de mafiosos que se mete a la bóveda del jefazo, sin saber bien lo que hay adentro, pero tiene que ser algo bueno, porque después de todo, el vejete no habría construido la pichu bóveda si no hubiera algo bueno que esconder adentro. O en este caso, "algo malo". Porque adivinen: el gran tesoro es un ataúd. Y adivinen más: el ataúd contiene unos restos que no son cualquiera, sino los del más diabólico engendro que haya recorrido nunca la tierra de las sombras. Y si, alentados por el título de la peli, me gritan a coro: "¡Ya sabemos, es Drácula!", piénsenlo de nuevo. O sea, sí es Drácula, pero también es... Oh, no les develaré el gran secreto. Además, eso es algo que nuestro pijo ayudante del vejete deberá descubrir por sí mismo, además de tener que proteger a la estupenda hija del vejete (lo clásico, el gato cuidando la carnicería), mientras por su parte, nuestro bienamado Drácula empieza a merendarse a los varones, y reclutar a las féminas bellas que se cruzan en su camino para armar su ejército de tinieblas... lo de siempre, vamos, que no hay Drácula que se precie si no tiene rameras de Satanás para complacerle (en la de Ford Coppola, era Monica Bellucci, ¿OK?).
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Hemos comentado antes en Cine 9009 que el paso de siglo llevó a un cierto revival del viejo cine de terror serie B, que parecía sepultado en el paso de los '80s a los '90s, con el "Drácula" de Ford Coppola como último colofón, porque a los grungies no les gustaba mucho eso del terror, y preferían el existencialismo estilo "La dura realidad", o bien el estilo alienating goth de "El extraño mundo de Jack"... todavía hoy, incluso. En medio de todo eso, el bueno de Wes Craven, que se había hecho un lugar en el cine con su clásico "Pesadilla en la Calle Elm", dijo que era buena idea producir un remake de Drácula, o algo así. La filosofía es la de siempre: tomamos la vetusta historia del siglo XIX, pero para vendérsela a los críos Nü Metal del 2000, pues bien, la ambientamos en el 2000, le ponemos una banda sonora Nü Metal, le añadimos eso de "2000" a Drácula para enfatizar bien que es del 2000, y ¡hála! pan caliente para vendérselo a las larvas que todavía no saben nada de cine (y no se crean, conozco a cuarentones frikis que siguen sin saber nada de cine, y lo que es peor, porque se han visto todas las películas frikis, creen que SÍ saben... ésos tampoco leen Cine 9009, dénlo por hecho).
¿POR QUÉ VERLA?
-- Seamos honestos. El público respondió no muy bien (abrió 7° en su primer fin de semana y siguió 8° en la taquilla), ganó 47 millones de los verdes a nivel mundial (había costado, por contra, 28 millones), y la crítica simplemente la despedazó. ¿Era tan mala? Con la almohadilla de mi pata en el corazón (sí, los gatos tenemos corazón, ¿OK?), puedo decir que no era tan buena, pero tampoco es el bodrio infecto que muchos dijeron que se dice que era. Tiene buenas ideas, un cierto ritmo, algunas pretensiones visuales que remontan vuelo por sobre lo que es la serie B convencional, y actuaciones no buenas, pero decentes. ¿Por qué falló? Quizás el problema fue el exceso de premura al realizarla. Y es que el guión es, digámoslo desde ya, simplemente imposible (no quiero mencionar esos diálogos chulos que harían palidecer de vergüenza a los vampiros abacanados de "Buffy la Cazavampiros", con el agravante de que en lo de Joss Whedon, los diálogos chulos eran puro metatexto, y aquí se supone que va en serio). Es una adaptación que pretende ser más o menos fiel al "Drácula" de Bram Stoker, pero al ambientarla un siglo después, pues bien, ya no puede ser fiel aunque lo quiera. Pero seamos piadosos, olvidémonos de los aspectos más cutres del filme, y concentrémonos en las cosas buenas, que escabando un poco aparecen.
-- ¿Cuál es el verdadero origen de Drácula? La novela original no es exactamente explícita al respecto, aunque hay una cierta sugerencia de que Drácula podría ser Satanás en persona (el vampiro odia la luz del día, aborrece las cruces y los símbolos religiosos, representa la noche, las criaturas bestiales, le gusta el sexo del bueno...). Esta película crea un estupendo origen para Drácula, por qué no decirlo, el mejor de todos los posibles, y su verdadera identidad alcanza ribetes metafísicos, además de explicar una serie de elementos. Es una desgracia que una idea tan perfecta y redonda, haya terminado sepultada en una de serie B, cuando merecía mucho mejor destino, pero ya se sabe, no hay justicia en el mundo...
-- ¿Ya echaron un vistazo a quién es Drácula? Pues sí, nuestro buen y viejo amigo Gerard Butler... Hecho un crío, el hombre. Y digámoslo desde ya, su actuación es realmente esforzada como siempre. ¿Quién preguntó eso, que quién es Gerard Butler? ¡¡¡INFIEL!!! ¡¡¡HEREJE!!! El señor Butler, para tu información, pequeña ratita de sala de cine de barrio, es el enmascarado que le cantaba serenatas a Emmy Rossum en "El Fantasma de la Opera", el que recitaba esa chula línea de "Madness? This is not madness!!! This... Is... SPARTA!!!" en "300" (también aquello de "today... WE DINNER... IN HELL!!!"), también rodó con la neumática Angelina Jolie en "Lara Croft: La cuna de la vida"... Pero debemos reseñar también lo malo, aunque sólo para mencionar que no es culpa del señor Butler: su actuación se pierde en medio de líneas de diálogos horribles, y también en esa desgreñada melena que le hace parecer un Jim Morrison de rebajas, o peor aún, un Enrique Bumbury en su época "puez yo zoy el Morrizon hizpano, joer" (después Bumbury se cortó el pelo y siguió viéndose igual de mal, pobre hombre). Quizás no quisieron cortarle el pelo pensando en lo de Sansón, que con el pelo se le fue la fuerza, o en su versión moderna, la pobre Keri Russell en "Felicity"... Pero bueno, ya por tener a Gerard Butler de Drácula, deberíamos tirar fuegos de artificio, aunque no lo luzcan demasiado (y si se hubiera quedado ahí, hoy en día sería otro actor de rebajas más).
-- El resto del elenco masculino se complementa con Christopher Plummer como Van Helsing, con la presencia majestuosa que lo caracteriza desde que le echara los tejos a Julie Andrews, hecho un crío, en "La novicia rebelde", aunque una vez más, sus diálogos estilo Obi Wan Kenobi (y por qué no decirlo, su penosa muerte estilo Obi Wan Kenobi) no le ayuden a sumar puntos. A cambio, tendríamos derecho a pedir una actuación mejor de Jonny Lee Miller, que se supone es el prota, y resulta completamente anodino, en particular cuando recita las líneas chulas de rigor ("¡¡¡Nunca te metas... con... UN ANTICUARIO!!!", merecía más compromiso actoral).
-- Las chicas... Ay, señó mi Dió... Veamos. La prota es Justine Waddell, con escasa repercusión fílmica anterior y posterior, cuya actuación es bastante deslavada, con ciertos aires de muñeca pepona, pero que aún así tiene ese algo que no se qué (quizás porque no la muestran como la clásica heroína con tonicidad muscular de gimnasio). Por su parte, las consortes de Drácula son la antigua mano derecha de Van Helsing, en el siempre bien agradecido cuerpo de Jennifer Esposito (una de serie B que aparece y desaparece por aquí y por allá, y aquí tuvo a buen gusto aparecerse); la Lucy que es la mejor amiga de la prota y termina como carne de vampiro (¡no digan que no sabían, si eso está en la novela original!) es Colleen Fitzpatrick, muy carismática tanto vestida como desnuda; y el trío es completado por Jeri Ryan, que como 7 de 9 elevó el rating de la hasta entonces decadente "Star Trek: Voyager" (para los no enterados: el personaje SÍ se llama "7 de 9"), y después se encargó de darle calor a la serie de TV "Boston Public", y que de paso se cachondea de lo lindo de su propio rol, diciendo con mucho desplante eso de que tiene buenas tetas (sí, no te contrataron para actuar, pero eso podemos decir del 80% de las "actrices" de Hollywood)...
-- Salgamos del apartado lúbrico y vamos al escenario. Porque, aunque sobre el papel es un despropósito, ambientar la peli en Nueva Orléans al final da de sí. Veamos. Es una de vampiros. Es una sobre el vampiro primordial. Se supone entonces que la atmósfera debe ser victoriana y tétrica. Londres funcionaba en 1897, pero en el 2000 difícilmente podemos considerarla como una ciudad tétrica, después de que los impresentables de Oasis y las warreras de Spice Girls han tocado allá... ¿Qué mejor locación entonces que Nueva Orléans...? (bueh, la Nueva Orléans anterior al Huracán Katrina, claro está, que la peli es de cinco años antes). El barrio negro de Nueva Orléans conserva esa atmósfera dieciochesca de casonas mezcla de estilo franchute con ezpañó, tiene un Carnaval que también saca de sí aquello de lo salvaje y primitivo que se supone asociado al vampiro (algo que la peli, con una grave falta de imaginación, no explota).
IDEAL PARA: Disfrutar con una peli de vampiros que podría haber sido algo grande con un buen poco más de mimo, aunque sigue teniendo buenas ideas, después de todo.
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