11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

martes, 23 de agosto de 2011

"Mi otro yo" (2011).


-- "The Beaver" (título original en inglés), "La doble vida de Walter" (título en Argentina), "El castor" (título en España). Estados Unidos / Emiratos Arabes Unidos. Año 2011.
-- Dirección: Jodie Foster.
-- Actuación: Mel Gibson, Cherry Jones, Jodie Foster, Anton Yelchin, Riley Thomas Stewart, Zachary Booth, Jennifer Lawrence, Jeff Corbett, Baylen Thomas, Sam Breslin Wright, Kelly Coffield Park, Michael Rivera, Kris Arnold, Elizabeth Kaledin, Matt Lauer.
-- Guión: Kyle Killen.
-- Banda Sonora: Marcelo Zarvos.

-- "Mi otro yo" en IMDb.
-- "Mi otro yo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Walter Black le hace honor a su apellido: está black. Deprimido. Cansado. De. La. Vida. Del. Mun. Do. ¿Por qué? Bueno, porqueeeeee... porque está deprimido, sí. ¿Y por qué está deprimido? Porqueeeeee... er... se siente deprimido. Sí, eso es. Mis sufridos lectores supondrán que me estoy cachondeando de ellos, pero créanlo o no, la peli viene así. En fin. (Tan ayuna viene la peli de esto, que al final en los créditos sale un cartelito tipo telemovie diciendo "la depresión es un tema serio que debería tener asistencia profesional" o algo así. Seriously). Resulta que Mel Gibson se manda a cambiar de su casa, dejando a su hijo menor con las velas enfiladas hacia el autismo, a su hijo mayor odiándolo porque es lo que en la jerga siquiátrica se llama un padre como la mierda, y a su esposa medio amándolo pero medio cansada... Pues eso. El tipo está tan terriblemente mal consigo mismo, que incluso recoge un castor de la basura. O sea, no un castor de verdad, se entiende, sino un castor de mentirijillas, un muñeco, una marioneta de ésas que le haces fisting por el culo y las haces hablar para... er... mmmmmm... volvamos a la peli mejor. El caso es que se pone a hacer locuras como en esa peli de una década antes, la de que Mel Gibson se transforma en telépata con las mujeres, pero esta vez no le resulta meterse en la cabeza de nadie, sino que simplemente se cuasi-mata y punto. En este trance, el castor le habla. Como Guzmán a Longueira. Porque en definitiva no es que el castor hubiera cobrado vida (¡hey, eso habría estado a todo dar! ¿No?). Es que el propio Mel Gibson empieza a rallar pesado, y le pone voz al castor, y el castor empieza a decir y expresar toda la mierda que Mel Gibson no quiere o no se atreve a dejar salir. Pero no es que el castor se ponga antisemita o defienda el tradicionalismo católico, sino que se limita a poner las cosas en orden en los dos sacrosantos templos de todo yanki de pro: la familia y el negocio. Como resultado (¡esto es AMÉRICA!), la familia empieza a reunirse de nuevo, o más o menos, mientras que la empresa que iba marcándose puntos para la bancarrota de pronto resurge de sus cenizas y gana dinero y todo eso. ¿Se arregla entonces la vida? ¿Es el fin de la peli? ¡Oh, no! Porque... verán... el castor empieza a crecer sicológicamente. A desarrollarse. A apoderarse de la mente de Mel Gibson. Porque ahora el castor... ¡¡¡ESTÁ VIVO!!! Literalmente... TALK TO THE HAND!!! Quién diría que una peli sobre un sonado con un castor de peluche NO era una comedia...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

No han sido días buenos ni para Mel Gibson ni para Jodie Foster. Hablamos de un católico pechoño de misa en latín que se separó de su esposa, se embutió con una rusa con la que se putearon mutuamente, y que fue agarrado conduciendo borracho y recitando los Protocolos de los Sabios de Sión. Y hablamos de una actriz que más o menos salió del armario, y en el último tiempo o ha sido secundaria ni tan de lujo tampoco ("Plan perfecto"), se ha mandado peazo roles en pelis que no ha visto nadie ("Valiente"), o simplemente se ha subido a trenes sin destino ("La isla de Nim"). Jodie Foster decidió dar la última guerra y subirse al guión más bizarro que le ofrecieron, y rodarlo y protagonizarlo, y llamar a un amiguete en horas bajas para que le ayude a resolver la papeleta. Porque si quieres hundir bien hundida a una peli en la taquilla, nada mejor que llamar al prota de "Al filo de la oscuridad" para que haga la faena. A pesar de que la peli fue baratita (21 millones, una caquita de castor al lado de los leviatanes fílmicos que se manda la bestia negra de este blog que es Michael Bay), aún así se las compuso para mandarse un castañazo padre que le debe estar doliendo hasta el fondo de la represa al castor desgraciao ése (6 millones de utilidades... saquen cuentas). La cosa salió tan mal, que la productora decidió virar desde "estreno comercial con dos estrellas sólidas y potentes" a "frikada para consumo de los cine artes". Así de mal. Aunque capaz que cuele: a los culturetas les gusta la peli con rollete de prota alienándose y tal. Aunque ni por esas va a recuperar. Qué mundo capitalista éste...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esto va a ser complejo, porque lo que tenemos entre las manos es una peli francamente irregular. Y que aún así, vale la pena echarle un vistazo. Aunque sea por ver a Mel Gibson divirtiéndose mientras le hace un fist a un pobre castor de peluche. Porque bueno, ya se habrán dado cuenta de que la premisa es una reverenda mierda, y no da mucho de sí tampoco, salvo si la quieres hacer artsy tipo David Lynch o algo así (en cuyo caso, sincerémosnos, tampoco vendería un churro). Partamos por decir que, una vez más, el trailer y la publicidad nos vendieron la peli que no era. Porque todo parecía indicar que la cosa es una de esas comedias graciosetes de autosuperación personal en donde un hombre hundido encuentra que en el mundo pasan muchas cosas lindas y se reconcilia con la existencia y etcétera. La peli tiene algo de eso, sí. Pero también tiene ese algo otro que es... buenoooooo... Creepy. Ver a Mel Gibson con la cara de lunático que se viene gastando en la última década aterrorizando a su familia con un peluche que para colmo empieza a cobrar personalidad propia dentro de la mente esquizo del director de "La pasión de Cristo" y "Apocalypto", no es algo que uno calificaría de comedia ligera de buenas a primeras. De hecho el final (sin spoilers) es... bueno, tiene su punto siniestro. Definitivamente no es una comedia, a pesar de que Jodie Foster se la juega por bajarle el drama a la cosa, y que en definitiva sea más soportable. Uno de los principales problemas aquí es que el guión es bien poco explicativo: de pronto Mel Gibson está deprimido y se vuelve lunático, pero no se nos entregan demasiadas pistas acerca de su pasado como para que entendamos qué le sucedió y por qué llegó a ese estado en primer lugar, con lo que la compenetración con el drama del personaje principal es imposible, y a partir de ahí, todo el castillo se desmorona. O sea, que la peli debería calificarse como una mugre. Y sin embargo no lo es. Principalmente gracias a la esforzadísima labor de Jodie Foster, que se manda una de esas actuaciones memorables por las que nunca deberíamos olvidarnos de que ella existe y sigue dando guerra, y también por Mel Gibson, a quien esos personajes bordes ("Arma mortal", y en menor medida "Hamlet") se le dan casi como una segunda naturaleza (o primera, vaya uno a saber). La complicidad actoral entre ambos es el motor que levanta todo lo que de otra manera sería un muermo. En los secundarios, Anton Yelchin ("Terminator: La salvación", "Star Trek") y la ascendente Jennifer Lawrence ("X-Men: Primera generación") están actoralmente bien... pero cada uno por su lado, y no terminan de haber fiato. Tampoco ayuda que el personaje de ella sea tan improbable (una cheerleader que además es la campeona de las buenas notas, y que además de eso, toma ya, tiene peazo talento artístico... si al currículum le falta puro que descubra la cura contra el cáncer y ya es la mujer 10). O sea mi General, se estarán diciendo ustedes, con qué nos quedamos al final, si la vemos o no la vemos... Buenoooooo... a según. Si piensan que porque aparece un castor de peluche la cosa es una comedia infantil o una peli feelin' fine, les recomiendo que NO la vean porque no sólo no les va a gustar, sino que van a salir del cine o van a parar el DVD mirando por sobre el hombro a ver si no les sale un puto castor de peluche a sicopatearlos, eso se los doy firmado. Pero si están dispuestos a aguantar un drama familiar un tanto bizarro, algo hueco, pero sacado adelante a punta de esfuerzo, entonces adelante. Aunque sea porque esta peli está enormemente lejos de lo que suele llegar desde las productoras de Estados Unidos por estos días. O de cualquiera otra parte, ya puestos.

IDEAL PARA: Amantes de las pelis y personajes bizarros.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "MI OTRO YO":

-- "La insoportable depresión de 'The Beaver'" en Extracine.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

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