11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 23 de mayo de 2010

"Los 39 escalones" (1935).


-- "The 39 Steps". Inglaterra. Año 1935.
-- Dirección: Alfred Hitchcock.
-- Actuación: Robert Donat, Madeleine Carroll, Lucie Mannheim, Godfrey Tearle, Peggy Ashcroft, John Laurie, Helen Haye, Frank Cellier, Wylie Watson, Gus McNaughton, Jerry Verno, Peggy Simpson.
-- Guión: Adaptación de Charles Bennett y diálogos de Ian Hay, sobre la novela de John Buchan.
-- Banda Sonora: Hubert Bath, Jack Beaver y Charles Williams, todos ellos sin acreditar.

-- "Los 39 escalones" en IMDb.
-- "Los 39 escalones" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En la época anterior a Internet, para divertirse la gente tenía que... ¡salir de sus casas! ¡Y congregarse en espacios públicos! En uno de esos espacios, un teatro para ser más exactos, se presenta un tipo que se hace llamar el señor Memoria, y que es tan memorión que lo sabe todo, como el tipo ése de la serie John Doe, pero en chungo (más viejo y más esquelético, para que nos entendamos). De pronto, resuenan los disparos, la multitud escapa... y hay un muertito. Uno de los concurrentes, que sabemos es el prota porque es chulo y mijo, no parece preocuparse demasiado porque, miren ustedes, le cae del cielo una chica que también estaba en el sarao. A pesar del comportamiento obviamente sospechoso de la chica, el tipo en vez de denunciarla a Scotland Yard, decide hacerla buena, dárselas de galán y llevársela a casa, y a ver qué pasa después, pero con mucha flema british, eso sí. El caso es que la susodicha, así de buenas a primeras, se ofrece entera a él (¡YOMI-YOMI!), pero no en el sentido sexual del término (BUUUUUU...), sino en abrirle su corazón y su alma. La chica es una espía, y está persiguiendo un complot para realizar un atentado contra una persona X, y que algo tiene que ver una cosa llamada los 39 escalones, que no se explica porque algún suspenso tiene que tener la peli. El caso es que cumplida su misión de poner al prota en campaña, la chica es convenientemente asesinada, y el prota es también convenientemente perseguido por asesinato. Ahora ya tenemos todos los elementos: un prota X persiguiendo un complot Y mientras "los buenos" lo acusan de Z. ¿Qué diablos es X, Y y Z? Bueno, en todas las pelis de hombre inocente perseguido varía, pero la receta de toda la vida es la que acabo de escribir. Y a partir de aquí se me hace un poco pesado seguir, así es que mejor pasemos a la siguiente sección.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Antes de que Alfred Hitchcock se transformara en leyenda con pelis como "La llamada fatal", "Vértigo" o "Psicosis", mucho antes de todo eso, pasó por una época que suele llamarse de manera informal su "etapa inglesa", o sea, que todaba pelis en Inglaterra. Para que vean, eso de expropiar cineastas de sus tierras natales para tragárselos en Estados Unidos, por parte de los escualos de Hollywood, es práctica vieja. La etapa inglesa de Hitchcock es ante todo, una de formación, en que fue desarrollando sus resortes narrativos, puliendo el estilo, enfocándose. Si Alfred Hitchcock se hubiera muerto sin haber rodado nada fuera de Inglaterra, sería recordado por los historiadores del cine como una curiosidad local, porque la verdad es que esas pelis no dan para demasiado más tampoco. "Los 39 escalones" es considerada como una de las obras cumbres de Hitchcock, y como una pieza maestra e imperecedera de suspenso. Francamente, me cuesta entender por qué. Aunque las audiencias de 1935 pensaban distinto, y la premiaron con una suculenta recaudación (suculenta, entendámonos, para los estándares de aquel tiempo).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Digamos, antes que nada, que esta peli tiene algunos elementos bien propios de las pelis hitchcockianas. Esta es la primera vez que empleó su fórmula patentada de "hombre inocente perseguido mientras persigue a los verdaderos criminales", que con variantes repitió aquí y allá (incluyendo "Intriga internacional", "La cortina rasgada"...). Aparecen algunas insinuaciones de lo que después será su mórbida percepción de lo sexual (esa chica que es una espía y que accede a algo tan pecaminoso como dejar que... ¡horror! ...la visiten en su departamento de noche, y que lógicamente paga su atrevimiento con la muerte). Y también el clásico mcguffin de rigor, en este caso, el complot internacional que en realidad es un pretexto para que el prota pueda ponerse en pie de guerra contra los malvados. Pero aparte de eso, es poco lo que queda de rescatable en esta peli. No es culpa de Hitchcock, probablemente. Hoy en día, los estándares de esta clase de pelis (pelis de suspenso con muchos lugares geográficos diferentes) lo marcan cosas como "Quantum of Solace" o "Bourne: El ultimátum", con amplios despliegues de cámaras y paisajes apabullantes, y en ese sentido, "Los 39 escalones" y su apego a la costumbre muy '30s de rodárselo todo en estudios, incluso las escenas de exteriores (por aquello de controlar el paisaje, la iluminación, etcétera), conspira contra la credibilidad de cara al espectador moderno. En cuanto al resto, todo es tan de receta (aunque, es justo reconocerlo, la receta en aquellos años era todavía nueva), que sólo muy de tarde en tarde levanta mínimamente el interés. Cuando averiguamos por fin qué diablos son los malditos 39 escalones, bien podemos rezongar sobre para qué tanta chimuchina, si al final todo se reducía a eso. Hay un par de detalles, con todo, que levantan el conjunto bastante envejecido. Uno de ellos, es la estupenda secuencia de dos personajes mutuamente esposados, e imposibilitados de quitarse sus esposas, con todo lo que eso les significa de problemas (la idea seguirá pareciendo bueno en la muy posterior peli "Fuga en cadenas"). La otra, es el personaje del señor Memoria, que a ratos pareciera ser una bizarra versión de Funes el Memorioso, el personaje de Jorge Luis Borges que lo podía recordar todo (esto sería interesante, casi tanto como una colisión entre dos planetas: "Borges vs. Hitchcock: The Final Battle Begins"...).

IDEAL PARA: Historiadores del cine y fanáticos de Alfred Hitchcock a partes iguales.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "LOS 39 ESCALONES":

-- "39 escalones" en Celuloides En Su Jugo.
-- "The 39 Steps: ¿Qué son los 39 escalones?" en CinemaScope: Una Mirada al 7mo Arte.

VIDEOS.

-- Persecusión a bordo de un tren [en inglés, sin subtítulos].

2 comentarios:

Piru dijo...

Es una película que vi después de conocer a Hitckock en su etapa americana, lo que podría restarle interés a la cinta, pero al contrario me gustó mucho. Creo que es interesante la etapa inglesa por lo que tu dices, es su período de formación. Ver estas películas es como asistir a un curso sobre cine. En concreto esta cinta me gustó mucho poniéndonos en el lugar del año 35, ya que tu apunte es genial, actualmente este tipo de películas abusan de otros recursos para atraer al público. Quizás por eso la recuerdo con gran cariño.

General Gato dijo...

De acuerdo, por muy primitivo que se vea este tipo de cine, está hecho con mucho más corazón y agallas que los productos plásticos que muchas veces tratan de vendernos como pelis por estos días.

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