11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

lunes, 19 de febrero de 2007

"Duna" (1984).


-- "Dune". Estados Unidos. Año 1984.
-- Dirección: David Lynch.
-- Actuación: Francesca Annis, Leonardo Cimino, Brad Dourif, José Ferrer, Linda Hunt, Freddie Jones, Richard Jordan, Kyle McLachlan, Virginia Madsen, Silvana Mangano, Everett McGill, Kenneth McMillan, Jack Nance, Siân Phillips, Jürgen Prochnow, Paul L. Smith, Patrick Stewart, Sting, Dean Stockwell, Max von Sidow, Alicia Witt, Sean Young.
-- Guión: David Lynch, basado en la novela de Frank Herbert.
-- Banda Sonora: Toto.

-- "Duna" en IMDb.
-- "Duna" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Es el año 10191. El universo conocido es gobernado por el Emperador Padishah Saddam IV. En este tiempo, la más preciosa substancia del universo es una droga llamada la especia melange. Con la droga puedes hacer de todo. La droga expande tu mente. La droga alarga tu vida. La droga permite el viaje espacial. La droga es controlada por fuerzas poderosas: el imperio intergaláctico, la Cofradía de los navegadores espaciales, la hermandad de las brujas Bene Gesserit, y la Casa Harkonnen. Sin embargo Arrakis, conocido también como Duna por su increíble aridez, y que es el único planeta en todo el universo que produce la especia, pasa en feudo a la Casa Atreides, enemiga de los Harkonnen. Los Atreides tienen a un joven heredero llamado Paul, que siembra la inquietud entre la Bene Gesserit y la Cofradía, porque ellos intuyen que algo raro pasa con él. Los Atreides viajan hasta Arrakis, sin saber que los Harkonnen están a punto de reconquistar el feudo por la fuerza. El complot Harkonnen sale a pedir de boca, salvo por un pequeño detalle: uno de sus agentes salva la vida de Paul y su madre, quienes encuentran refugio entre los Fremen del desierto. Ahora, Paul empieza un larvado movimiento de rebelión, que lo llevará a cumplir con su destino: ser el mesías Ubermensch que traerá la luz y la libertad al universo entero.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En 1965, el novelista Frank Herbert remeció al mundo de la Ciencia Ficción con su novela "Dune", en donde creaba un complejísimo universo en el cual se entrelazaban aventura, alta política, religión, y mucha, mucha, mucha New Age (drogas que amplían la visión, ecología profunda, religiosidad panteísta y matriarcalista, etcétera). También vinieron a entrelazarse, como quien no quiere la cosa, una seguidilla de novelas que configuraron una próspera franquicia. Casi de inmediato comenzaron las tentativas para llevarlas al cine. El realizador pseudointelectualoide chileno Alejandro Jodorowski intentó llevarse el premio mayor, contratando al afamado dibujante europeo de cómics Möebius para realizar los diseños, y llegó hasta a considerar a Salvador Dalí para interpretar al Emperador. Pero su manía de meterle cambios a su reverendo antojo causó la ira del autor Herbert, así como la irritación de Hollywood, que quería algo un poco más aventurero, para vendérselo a las masas. Retiraron a Jodorowski del proyecto y pusieron a cargo a Ridley Scott, que en el intertanto se había hecho un nombre con "Alien". Pero Scott, aburrido de las dilaciones, se marchó a rodar "Blade Runner". Raffaela de Laurentiis, la hija del prolífico productor Dino de Laurentiis, decidió entonces contratar a David Lynch, por entonces en lo alto gracias a "El hombre elefante", y que estaba siendo también tentado para dirigir "El regreso del jedi" (¡qué enredo, por Dios!). David Lynch llevó a cabo finalmente el proyecto, que resultó carísimo de dirigir, y que con todos estos cambios, era ya casi un campo minado en lo artístico. La película final resultó demasiado rara para el público, que la castigó masivamente en la taquilla, lo que significó la casi quiebra de los Estudios Universal, pero con los años, gracias al empuje de la novela, recibió un estatus de cult-movie casi ineludible para referirse a los '80s. Tanto, que se hizo después un remake en forma de miniserie televisiva que, la verdad sea dicha, aunque es más fiel a la novela, tampoco es que aporte mucho.

¿POR QUÉ VERLA?

-- A pesar de que David Lynch reniegue de "Duna" y prefiera proyectos más personales, la verdad es que tiene más de algún toque de su sello personal. Las decoraciones alambicadas y el contraste entre lo pulido del escenario y lo sórdido de sus personajes es un rasgo que repetirá después en "Twin Peaks" y "Mullholland Drive", entre otras; eso, por no hablar del regusto sádico y sexualmente perverso de muchas de sus escenas.

-- El elenco es de lo mejor. Kyle McLachlan está bien como el chico maravilla de la historia, Jürgen Prochnow impone su estatura como un magnífico Duque Leto (venía de haber protagonizado "El submarino" para Wolfgang Petersen), Francesca Annis compone a la sufrida madre del prota con mucha emotividad, y Kenneth McMillan compone a uno de los villanos más bizarros que ha dado el entero cine de Ciencia Ficción. Los personajes secundarios brillan poco como tales, pero sus actuaciones están al punto: Max von Sidow sacándole el jugo a un papel de adorno, Patrick Stewart dándole una magnífica presencia a su propia parte, Virginia Madsen bien ajustada a lo que se espera de ella (cara de muñeca pepona, como buena princesa), Miguel Ferrer compone un Emperador prepotente y al que claramente el trono le queda grande, Siân Phillips compone una inquietante bruja Bene Gesserit, Brad Dourif como el consejero Harkonnen que disfruta su propio maquiavelismo como si fuera un juego deportivo, Sting haciéndose el lindo con una mirada que verdaderamente dice "donde te pille, te voy a matar"... Muchos personajes en roles cortos, pero estupendamente bien servidos. De pocas películas puede decirse eso. Mención aparte merecen Alicia Witt, positiva en su caso, quien interpreta a la hermanita pequeña del prota, y que cuando creció y se hizo adolescente a finales de los '90s se convirtió en musa del cine indie, y Sean Young, altos sus bonos como protagonista de "Blade Runner", aunque en este caso de manera negativa, porque a diferencia de su rol como compañera de Harrison Ford, en este caso interpreta a una heroína sosa y sin mayor gusto, preludiando así el largo despeñadero al que iría a dar su carrera con posterioridad.

-- La película mantiene un poderoso sentido de la épica, a la altura de "La guerra de las galaxias", de "2001 Odisea del espacio" o de "Metrópolis". El sentido de lo superlativo está más que bien servido. En ese sentido, este filme guarda una poderosa resemblanza de aquellas producciones épicas que el polifacético Dino de Laurentiis produjo en los '60s. Es de recordar que de Laurentiis produjo, entre otras, "Barrabás", "La Biblia", "La batalla de Anzio", "Barbarella", "Flash Gordon" y "Conan el bárbaro". ¿Y Raffaela de Laurentiis? Es su hija (y de Silvana Mangano, que también tiene rol en la peli), pero eso es tan solo un dato. El capo tutti di pasta aquí es Dino. Quizás lo único que destiñe un poco la ilusión sean los efectos especiales, que en la actualidad tienen un aire de serie B que es indigno del gran Kit West, que entre otros créditos es responsable de los FXs de "Los cazadores del arca perdida", "El regreso del jedi" o "1492: La conquista del paraíso", o de Carlo Rambaldi, quien hizo lo mejor que pudo creando a unos imponentes gusanos de arena que en las tomas cercanas canta clarito el fotomontaje, y que con anterioridad había dado vida a la cabeza del monstruo en "Alien", o al muñequito de "E.T.".

-- Salvo algunas concesiones a la platea, como meter la escena de la pelea con el robot para darle un poco de acción a la historia, por no hablar del arma sónica, la película adapta tan bien la novela como se puede hacer, considerando que el mamotreto original tiene 600 páginas, incluyendo 50 de apéndices. Aún así, para entender algunas alusiones fugaces, no queda más remedio que acudir a la obra original, en donde muchos personajes están abiertamente más desarrollados. El lunar negro, por cierto, es la visión de los Fremen, que en la novela son una raza fuerte, noble y con un elevado sentido del honor y la supervivencia, y que en la peli son descritos como una tropa de bárbaros esperando a que llegue el educador de turno para llevarlos "a la civilización" (signifique eso lo que signifique).

-- Mención aparte merece la magnífica banda sonora. La misma banda Toto que en los '80s era sinónimo de chulerío musical y que ha sido después carnaza para snobs con temas como "Rosanna", "Africa" o "Hold the Line", creó un soundtrack completamente diferente, casi sin resemblanzas con aquello que componían para ganarse los garbanzos a costa de la audiencia gruesa, hasta el punto que sólo un tema tiene una vaga semejanza con los acordes del soft-rock ochentero que interpretaban. Buena parte de la carga épica de este filme viene de su impecable banda sonora. ¡Si hasta en teleseries chilenas se han colgado de este soundtrack! Causaba vergüenza ajena, por el poco talento de los musicalizadores nacionales para llegar a alturas, que el inquietante tema "The box" que en la peli acompañaba a la Reverenda Madre Gaius Helem Mohiam, interpretada por una Siân Phillips inmensa como la vida, en la teleserie chilena "Estúpido cúpido" acompañaba a una vulgar y cutre monja con calentura, interpretada por Claudia di Girolamo...

IDEAL PARA: Ver una cult-movie que se ha ganado su estatus a punta de logros, y no como otras, que lo han obtenido con la simpática condescendencia de los devoradores de cutrerías.

3 comentarios:

Anton Amigo Garcia dijo...

Compadre, ayer vi Duna por fin después de años de dilatar esta experiencia, y la verdad la encontré la zorra.
Gracias loco por tu publicación porque estimo le va como anillo al dedo.
Chao loco, saludos desde Chiloé.-

General Gato dijo...

Figúrese usted, mi amigo, cómo fue para mi cuando la vi, exhibida por primera vez en televisión, cuando lo más in que había en materia de Ciencia Ficción era "La guerra de las galaxias". Y más aún, cuando me encontré que... ¡era la adaptación de una novela! Es grato darse cuenta de que la peli ha sobrevivido más de un cuarto de siglo, y no ha envejecido casi ni un solo día en comparación a otras que rondan por ahí.

Saludos igualmente.

Randjody dijo...

Yo encuentro que la película ha sido criticada (casi) injustamente. Es una muy buena adaptación, lo cual en realidad es lo que se pide de una película basada en novela, pero esa misma adaptación no se podía hacer si sacrificar, entre otras cosas –y lo más importante para un espectáculo visual como es el cine- unas escenas más de acción.

A mí me encanta mucho la saga, y he de decir que este primer libro es –por decirlo de alguna manera- el más aburrido porque tiene que gastar mucha parte de sus páginas describiendo precisamente ese enrevesado universo de intrigas palaciegas y comerciales, la filosofía de vida de las brujas Bene Gesserit, la ecología del planeta, la relación de los Fremen con su entorno y un largo etcétera.

De la película le alabo mucho la fidelidad que trató de implementar, pero –por ejemplo- las secuencias de diálogo interior, muy necesarias y valiosas en la novela, atascan la acción en pantalla, a mi modesto juicio. Y eso se agradeció de la serie de TV, que no se detenía en esos “detalles” (entendiendo que una adaptación de un medio a otro no necesita ser una transliteración página por página… ¿escuchó, “Cómo agua para chocolate”?).

Por otro lado, aprecio también la ambientación –oscura, que sugería que en la vuelta de cada pasillo bien podía haber alguien completando- y la figura entregada de los Navegantes. Es exactamente así como me los imaginaba, aunque nunca sepa cómo podían flotar en el gas naranja con esa masa.

El mayor punto negro, a mi juicio, más allá de la representación de los fremen que hace usted referencia, o del ritmo narrativo –nada que hacer ahí si querías adaptar la novela- es el final. Todo lo demás pasa, pero (ECHADOR A PERDER… para no decir spoiler) ¿Paul hace llover así como así sobre Dune? Fue un final abrupto y facilista para terminar la idea de que el agente Coop… Paul Atreides era el ultratodopoderoso Kwisatz Haderach (bueno, el que haya leído las novelas sabrá que al final no era así, pero para qué vamos a adelantar).

En fin. Sacando y poniendo, una valiosa película de Ciencia Ficción con mayúsculas, de la que te entrega no (sólo) pistolitas láser y naves espaciales, sino un reflejo y crítica sólidas de nuestra sociedad y su posible futuro.

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