11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 8 de junio de 2006

"El Código Da Vinci" (2006).


-- "The Da Vinci Code". Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Ron Howard.
-- Actuación: Tom Hanks, Audrey Tautou, Ian McKellen, Jean Reno, Paul Bettany, Alfred Molina, Jürgen Prochnow, Etienne Chicot, Jean-Pierre Marielle.
-- Guión: Akiva Goldsman, basado en la novela de Dan Brown.
-- Banda Sonora: Hans Zimmer.

-- "El Código Da Vinci" en IMDb.
-- "El Código Da Vinci" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Mientras da una conferencia en París, el especialista en simbología Robert Langdon es "invitado" por la policía de París al Museo del Louvre, ya que sus conocimientos sobre esoterismo y abracadabra pueden ayudar en un misterioso crimen: el Conservador del museo ha aparecido muerto y desnudo, tirado en el piso como el hombre de Vitrubio (¡el dibujito ése del cuerpo humano con brazos y piernas extendido, de Leonardo da Vinci, no sean ignorantes, por favor!). Las cosas se complican cuando aparece una pizpireta criptóloga que revela ser la nieta del individuo, y que posee claves importantísimas para llegar hasta un gran secreto escondido: el priorato de Sión, una vieja orden esotérica, ha estado en lucha perenne contra la Iglesia Católica para proteger el Santo Grial, la sangre de Jesús, que no es otra cosa sino su descendencia (sí, Jesús según la película, tuvo descendientes). Y se complican aún más cuando un monje albino sacado de la mejor tradición Bond, James Bond, se pone a perseguir a la parejita (o sea, máquina de matar psicótica, y físicamente freak), porque el Opus Dei está metido hasta el pescuezo en el lío, y busca silenciar a como dé lugar a los sostenedores de tan importante secreto.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Se dice que un día en la playa, Dan Brown estaba leyendo un libro de Sidney Sheldon, cuando se fastidió diciendo "¡hasta un imbécil como yo puedo escribir algo mejor!". Y lo escribió. Y se supone que es mejor (claro que para mejores que ambos, Hawthorne, Borges, Lem...). Después de un par de arrebatos literarios parió "El Código Da Vinci", una novela pésimamente hilvanada y aún peor escrita, pero que con el cebo de "aquí encontrarás los secretos que nadie más te ha contado antes", se transformó en superventas mundial. Y es innegable que la novela cayó en terreno abonado: el tema de la religión ha ido cobrando vuelos cada vez mayores, gracias a Su Majestad el Presidente de los Estados Unidos George W. Bush, y a Benedicto XVI, por no hablar de los talibanes. La novela combina una serie de elementos ganadores: trama policíaca (armada con calzador, pero policíaca a fin de cuentas), la Iglesia Católica son los malos (tienen que serlo, si son todos unos pederastas, ¿no?), los "buenos" defienden a una diosa femenina (guiño al auge del movimiento hembrista actual), y hay referencias esotéricas para que el lector se sienta partícipe de un gran secreto y por ende pueda mirar por encima del hombro a su vecino ("Yo leí el Código Da Vinci, y por eso sé más cosas que tú, pobre pagano"). Por supuesto que más tarde o temprano iba a venir una película. Y por supuesto que, para preservar los sacrosantos equilibrios en la boletería de los cines, iba a ser una película harto respetuosa con el material original, por lo que el filme sobre esta pésima novela iba a ser también un pésimo filme. O quizás no tan malo (al menos no aburre en CASI ningún minuto), pero tampoco es una belleza de película. Y es que en definitiva, como mucho mejor plantea "El péndulo de Foucault" de Umberto Eco, sobre el mismo tema, quizás al final todo esto del esoterismo barato sea pura y simple agua de borrajas...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Salvo detalles puntuales, lo cierto es que la película es casi ciento por ciento fiel a la novela. Ahora bien, para los puristas esto puede resultar un plus, pero considerando el debilísimo argumento, eso es más que discutible. En la novela teníamos una criptóloga que no resolvía nada, un especialista en símbolos que no explicaba el simbolismo de nada (y cuando debe hacerlo de verdad, recurre a otro especialista con toda la humildad del mundo), y un detective incapaz de llevar adelante una investigación coherente, y, oiga usted, pues esas cosas podrían haberlas mejorado un poquito en la película, ¿no? Es decir, no hacía falta ser tan canónico eonl material original incluso en esos pequeños defectillos, ¿no? Eso, por no hablar de que al final, el baile de sospechosos candidatos a ser el "malo malísimo" llega a dar risa. Digamos que la película contó en el guión con los oficios de Akiva Goldsman, ilustre perpetrador de guiones como "El cliente", "Tiempo de matar", "Batman eternamente", "Batman y Robin", "Perdidos en el espacio", "Una mente brillante" y "Yo, robot". Ya saben a lo que van. Sí, el guionista de las dos Batman de Joel Schumacher adaptó a Dan Brown. Así de terrorífico. Más incluso que el Opus Dei.

-- Es una de Ron Howard. Y por ende, posee todo el "estilo" de una dirigida por Ron Howard: es decir, es una película técnicamente sólida como una casa, pero que carece de cualquier detalle que pudiera ser considerado como mínimamente imaginativo. Su currículum incluye "Splash", "Cocoon", "Willow", "Un horizonte lejano", "Apolo 13" y "Una mente brillante", para que nos entendamos. O sea, "El Código Da Vinci" tiene una buena fotografía, un buen uso de escenarios y un buen elenco, pero ninguna escena verdaderamente memorable... y eso que está tratando con los más sagrados misterios del Cristianismo. Quizás lo mejor esté en el sentido épico y un cierto airecillo bigger than life que le añaden las "escenas para el recuerdo", ya que las aburridas conversaciones intelectuales son sazonadas con imágenes de la Antigua Roma, el Concilio de Nicea (debe ser la primera vez que vemos una escena de este memorable momento histórico en el cine), las Cruzadas, la cacería de los templarios y la quema de brujas en la Edad Media. Lástima que no duren más de un minuto cada una, con suerte. En cuanto a la dirección de actores, brilla por su ausencia. No es que sus roles fueran la gran cantera de material dramático en la novela, pero eso podrían haberlo mejorado un poquitito en el trasvasijado al cine. En ningún minuto Tom Hanks impone el respeto que debería generar un catedrático de reputación internacional, mientras que Audrey Tatou actúa en piloto automático, lejos del encanto desplegado en "Amelie", y en cuanto a Ian McKellen (Gandalf en "El Señor de los Anillos" y Magneto en "X-Men"), hace el payaso más absoluto (involuntariamente) tratando de darle algo de seriedad a un personaje que no la tiene por ninguna parte.

-- El tratamiento del tema de la religión, de veta claramente gnóstica, masónica y demiúrgica, es algo también digno de verse. Lástima que antes, Discovery Channel y Nat Geo hayan saturado la parrilla programática con documentales y "documentales" sobre los mismos temas, a propósito del mismísimo Código Da Vinci (en esa época, en novela todavía)... O sea, aplicando televisionismo inverso, usted puede ver un documental Nat Geo sobre el Código Da Vinci de una hora, y sale lo mismo, pero sin la cara de pasmado de Tom Hanks.

-- Hans Zimmer. Este destacado soundtrackista compone una banda sonora que es indigna de la película a la que soporta (o al revés, mejor dicho: esta película no se merece semejante soundtrack). Usa los clásicos coros de iglesia, sin abusar de ellos, no resulta especialmente estridente, y a ratos pareciera que la película avanza sólo porque la música genera el efecto envolvente sobre la trama que no consiguen ni las alicaídas actuaciones, ni lo aburrido del guión, ni la poco imaginativa fotografía. La recomendación personal del General Gato es que si tienen un dinerillo para gastar en "El Código Da Vinci", no lo inviertan ni en la novela ni en el DVD, sino que le den la oportunidad a la banda sonora, que seguro es mejor inversión (y si quiere leer la novela o ver la película por esnobismo, piense cuánto más snob se verá diciendo "yo tengo el CD").

IDEAL PARA: Hacer vida social ulterior diciendo "yo ví la peli del código ése. Y no era tan buena" (u optativamente, a según los gustos y el público: "Y no era tan mala").

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