Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
11 años de Cine 9009 en línea.
El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).
jueves, 25 de agosto de 2011
"Harvey" (1950).
-- "Harvey". Estados Unidos. Año 1950.
-- Dirección: Henry Koster.
-- Actuación: James Stewart, Josephine Hull, Peggy Dow, Charles Drake, Cecil Kellaway, Victoria Horne, Jesse White, William H. Lynn, Wallace Ford, Nana Bryant, Grayce Mills, Clem Bevans.
-- Guión: Mary Chase y Oscar Brodney, con Myles Connolly sin acreditar, basados en la obra teatral de Mary Chase.
-- Banda Sonora: Frank Skinner.
-- "Harvey" en IMDb.
-- "Harvey" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
El bueno de James Stewart se está yendo-yendo-yendo, y su hermana y su encantadora sobrina se quedan con un suspiro de alivio. Porque el hermano y tío en cuestión, resulta que, por lo que se dice y por lo que se ve, está un poco cucufato. Que se le pelan los cables. Que se le llueve la azotea. Que se le acabaron las pilas al control remoto. El tipo está tan loco, tan cabra de monte, que se le ocurre hacer locuras tales como... ¡confraternizar con la gente! ¡Ser amable con ellas! ¡Ser cordial! ¡No hacerse preocupaciones por nada! Difícil de creer, en una era en donde mucha gente se le pone el trasero de a cuadritos si no tienen el último teléfono celular cada 6 meses. En fin, ¿en qué estaba? Ah, sí. El tío loco y cordial saliendo de casa a ver el mundo. Poco a poco vamos descubriendo, además, que en su locura hay método. Porque, habrán de saberlo, resulta que el mejor amigo de James Stewart es Harvey. Bueno, hasta ahí no hay problema, dirán ustedes. Pero si les digo que Harvey mide como dos metros de alto, la cosa se complica. Ya, dirán ustedes, gran cosa, cuestión de agacharse para pasar por los dinteles de las puertas y listo. Bien, es que trato de irme con calma. Harvey mide dos metros de alto, y... es invisible. Uh, bueno, dirán ustedes, acá ya el hombre está un poco como perrera, pero... es que además es un conejo. Lo repetiré. El mejor amigo de James Stewart es un conejo de dos metros de alto e invisible. El caso es que la hermana y la sobrina han organizado una fiesta "de la alta" para que la chica se eche marido, y piden su poca de ayuda para que James Stewart no interfiera. Pero algo sale mal, catastróficamente mal, y James Stewart interfiere de todos modos. No importa que sea un loquito inofensivo, resulta que la jai socialité no le gusta eso de los locos en la casa, que para eso se pueden pagar buenos manicomios, y deciden marcharse. Entonces, la hermana toma una decisión drástica. James Stewart habrá de ser desconejado en un lococomio. Y se lo llevan. Con consecuencias de lo peor, porque... ¿creían ustedes acaso que Harvey existía solo en la imaginación de James Stewart...? Miren otra vez...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En la década de 1940 salió una obra teatral basada en la antigua idea de los pooka, los espíritus celtas que oscilan entre lo burlones, lo amigables y lo terroríficos (sí, estos paganos sabían montársela, no como los judeocristianos que tienen esa aburrida línea divisoria entre buenos y malos que echa a perder cualquier suspenso). Los derechos cayeron rápidamente al cine. Hagamos un poco de historia. En 1945 había empezado la Guerra Fría, y los estadounidenses, después de años sepultados en depresiones económicas y guerras mundialosas del mundo, estaban listos para disfrutar de la ingenuidad y del free-braining de nuevo. Con cosas como ésta. Un subproducto que sólo puede entenderse a la luz de lo que era una época claramente más ingenua y autoombliguista que la nuestra. Dicen que Steven Spielberg quiere montarse su propio "Harvey" (que quiere hacer un remake, vamos). A no ser que la haga a lo "Poltergeist" (a mí no me vienen con que la dirigió ese-otro-tipo, que Spielberg la produjo y se nota la mano), dudo que tenga algún éxito en boleterías hoy en día. Salvo que contrate al cariestreñido de Tom Hanks. Aunque de Spielberg siempre se dice que está en esto o en esto otro. ¿Acabará siendo Spielberg el Harvey de "Harvey"...?
¿POR QUÉ VERLA?
-- Me voy a echar encima a las tres cuartas partes de la parroquia por escribir lo que voy a escribir, pero esta peli es uno de los más insufribles "grandes clásicos del cine" jamás rodados. Existen pelis que son ñoñas, pero uno las aguanta porque las reglas del juego son así, y avisado estás si la ves (una comedia con Sandra Bullock, por ejemplo... si, ya sé, es la enésima vez que me pitorreo en ella, pero bueno, si me dan harina tengo que hacer tortas...). Y bien saben mis lectores habituales que nada tengo contra las pelis "good feelings", que muchos piensan que las pelis sólo son dignas de tener en cuenta si se refieren a hondos dramones existenciales sobre el sentido de la vida y otras monsergas, y el cine good feeling no es cine ni arte ni ná. Pero una peli como "Harvey" es algo tan ñoño que sólo hubiera podido rodarse en los '50s. Tengo entendido que a James Stewart le disgustaba mucho su papel en esta movie porque en la obra de teatro original su personaje era mucho más oscuro (era alcohólico, por más señas, mientras que aquí apenas se toma un whiskicito para no desmerecer). Como no he visto la obra de teatro, pues no sé, pero eso no es excusa para esta peli. El asunto comienza bien. Tiene ese airecillo jovial que tenían las comedias blancas en la época del Código Hays y la censura que obligaba a los matrimonios del cine a dormir en camas separadas, y eso uno lo aguanta porque, bueno, así era el cine de la época, y si no te gusta, pues quién te mandó a verlo en primer lugar. Más allá de que James Stewart se ve como un lunático de tomo y lomo, se despacha una gran actuación, a pesar de que su personaje es básicamente un insufrible (a nadie le gustan los sabidillos, ¿eh?). El resto de los actores está notablemente bien, incluyendo a esa hermana socialité interpretada con magnificencia por Josephine Hull. El juego de enredos que se arma en el manicomio, a pesar de que por los diálogos demasiado bien pulidos y sincronizados delata su origen teatral, divierte lo suyo. Y tenemos a dos gloriosas chicas, que son Peggy Dow como la enfermera y Victoria Horne como la sobrina, que ayudan a cerrar el cotarro. Hasta ahí, aguantándose uno el espíritu de época, va bien encaminado. No para clásico, pero para algo visible, por lo menos. Y entonces sobreviene el desastre. Se habían estado guardando más de la mitad de la peli, un secreto que uno ya se intuía, y que por puro fastidio, me voy a encargar de... SPOILERS MONSTRUOSOS A PARTIR DE AQUÍ - SPOILERS MONSTRUOSOS A PARTIR DE AQUÍ - SPOILERS MONSTRUOSOS A PARTIR DE AQUÍ ...reventar con todo gusto. Resulta que el chico listo al que queríamos porque veíamos en él un defecto (a saber, que está loco como una regadera), resulta que no tiene ningún defecto, y ahora sí que se hace insufrible. ¿No está loco? ¿Y entonces? Bueno, resulta que el dichoso conejo es real. No lo vemos en pantalla nunca (eso da para una gran escena, en todo caso, en donde podemos hacernos una idea de cómo es Harvey, ya que James Stewart ha mandado pintar un cuadro homoerót... canto a la amistad, ehm, de Harvey con él), pero aún así queda bien en claro que Harvey existe. ¿Y qué es? Es un pooka o puka, un duende céltico, pero sin ninguna de las características definitorias de un celta. Bueno, podríamos decir, es un mecanismo narrativo, pero el problema es que con eso se cargan la mejor parte de la peli, que era la idea del loco que, precisamente por estar loco, se tomaba la vida en solfa. Con lo que la acerada crítica social contra la hipocresía de la clase alta y de la intolerancia contra todo el que piense o mire el mundo de manera diferente, todo eso se va al garete. Y como nunca vemos a Harvey en pantalla, tampoco podemos hacernos una buena idea de su amistad, por mucho empeño que le ponga James Stewart (y le pone empeño, vamos, no seamos injustos). En definitiva, lo que iba siendo una peli decente con un planteamiento quizás no bien explotado, pero sí al menos interesante, o al menos tolerable, con esa vuelta de tuerca del guión se convierte en algo bastante difícil de tragar. Cambiar las reglas del juego a mitad del partido se vale, y bien manejado puede dar origen a maravillas (el propio James Stewart en "Vértigo", en donde no era amigo de un conejo invisible sino que quería ser amante de una mujer muerta... este tipo no aprende... o la fórmula refinada en "Psicosis", que como "Vértigo" también es de Alfred Hitchcock), pero mal manejado sucede lo que aquí. Lo que me crea una interrogante: ¿por qué esta peli sigue consistentemente siendo considerada un clásico del cine por una porción nada despreciable de la crítica? No estoy seguro de cuál sea la respuesta, pero por decencia para con mis lectores debo ensayar alguna que sea, y ustedes dirán después si están de acuerdo conmigo o no. Como decía, el cine en esos tiempos era bastante más ingenuote: era la época en que los vaqueros no decían "¡¡¡ME C*** EN LA PER** QUE PARIÓ A LA P*** DE TU MADRE!!!" sino "¡Cáspitas!" o "¡Recórcholis!", o la época en que en el cine todos eran WASP (salvo el personal de limpieza, que solían ser niggas bien domesticaditos), y no se veían en la pantalla gente gay, lesbiana, negra, latina, drogadicta, atea, agnóstica, musulmana, venal, etcétera, como personajes relevantes. Y "Harvey", a pesar de tener su punto de corrosión antisistema (la crítica contra la siutiquería y la intolerancia de los high society), en general es tan pura y aséptica que tenía todas las papeletas para gustarle a los conservadores, y para callarles la boca a los liberales de boquilla que a las últimas igual defienden sus ideas, pero en voz bajita, no sea que los conservadores los escuchen refunfuñando. Lo dicho, "Harvey" sólo podía ser rodada en 1950. En los '60s hubiera sido una tontería, y en los '70s un anacronismo. De sólo pensar que ese mismo año se rodó la un tanto irregular, pero mucho más acerada "Mientras la ciudad duerme", se me revuelve el estómago...
IDEAL PARA: Ñoñoides de corazón.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
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