11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 10 de marzo de 2011

"Atmósfera cero" (1981).


-- "Outland". Estados Unidos. Año 1981.
-- Dirección: Peter Hyams.
-- Actuación: Sean Connery, Peter Boyle, Frances Sternhagen, James Sikking, Kika Markham, Clarke Peters, Steven Berkoff, John Ratzenberger, Nicholas Barnes, Manning Redwood, Pat Starr, Hal Galili, Angus MacInnes, Stuart Milligan, Eugene Lipinski.
-- Guión: Peter Hyams.
-- Banda Sonora: Jerry Goldsmith.

-- "Atmósfera cero" en IMDb.
-- "Atmósfera cero" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Io, satélite de Júpiter. Las corporaciones mineras se hacen su agosto explotando el planeta en condiciones infrahumanas. Y como no hay población na'vi nativa de la que abusar, obligados a hacerlo con los obreros. Hasta ese mundo llega un sheriff más o menos fondón (hay que ver la ponchera que se gasta Sean Connery), que está dispuesto a hacer cumplir la ley, etcétera. Buena suerte, cowboy, que hacer cumplir la ley en la tierra de nadie es... bueno, digamos que su trabajo es más o menos como impartir clases de moral, buenas costumbres y protección antiladillas en el interior de un burdel. El caso es que ha ocurrido una muerte misteriosa (un pobre tipo aparentemente se ha suicidado tratando de quitarse el traje espacial en plena explotación minera), y luego otra más (un tipo quiere salir al exterior de Io en ropa calle, total, la infernal atmósfera de azufre hará bien para los pulmones, ¿no?). El nuevo sheriff del lugar quiere investigar, pero como es el newbie, nadie lo quiere mucho. Los obreros, porque hay un trapito sucio que esconder. Los capataces, porque eso le puede hacer mal a los números. El sheriff se encuentra entonces como esa ave mítica que es omnipotente, a condición de que no haga nada: que se le pague por hacer la vista gorda, en definitiva. Y cuando de verdad quiera empezar a limpiar el antro, pues bien, se transforma en una amenaza, y ahora sí que tendrá a toda la colonia (¡incluidos sus propios policías subordinados!) en su contra.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Los tempranos '80s fueron tiempos revueltos. Por un lado, la sociedad estadounidense estaba recuperándose de varias pesadillas contra el american dream (Watergate, Vietnam, los polis corruptos de NY y LA, esos mariconcitos en San Francisco) y estaba dispuesta a creer de nuevo (cortesía de "La guerra de las galaxias" y "Encuentros cercanos del Tercer Tipo", en lo que a cine se refiere), y por la otra, como analfabetos funcionales que son los yanketas de toda la vida, ¿en qué iban a creer? ¡¡¡EN RONALD REAGAN!!! Los '80s ya no serían la década de "El padrino" o "Serpico", sino de "Rambo III" o "Rocky IV", para que nos entendamos. En medio de todo eso, las gargantuescas corporaciones adhirieron a los credos neoliberales propulsados por Milton Friedman y la Escuela de Chicago (Reaganismo, Tatcherismo, Piñerismo, póngasele el nombre que se quiera... Piñerismo por José Piñera, claro, el autor del Plan Laboral chileno, y que sea hermano del Presidente Sebastián Piñera debe ser una coincidencia, así como lo es que ambos sean hermanos del Negro Piñera, y sobrinos de Monseñor Bernardino Piñera), y las gargantuescas corporaciones, decíamos, estaban extendiendo sus tentáculos a la manera en que lo hará en 2019 la Corporación Tyrrell de "Blade Runner". Dos pelis de CF de aquellos años recogieron el guante, en lo que a corporativismo desmadrado se refiere. La primera fue "Alien", en la que aunque la trama principal de la peli va en sacarse de encima a un polizonte molesto y paseababas, en el trasfondo se deja ver como fue la corporación minera misma la que envió a los pobres desgraciaos como bichos de prueba al planeta ése de los aliens. Y la segunda es "Atmósfera cero", en que ya la trama corporativa no es oblicua a la primaria, y el villano principal ya no es un alienígena, sino la corporación en cuanto corporación, o más precisamente, el sistema corporativo mismo.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta peli ha envejecido bien por un respecto, y mal por otro. Partamos por las malas noticias. La verdad es que esta peli, para haber sido rodada en 1980, tiene un look francamente envejecido incluso para esos años, muy deudor de "2001: Odisea del espacio", que es 12 años anterior. Y 12 años son una eternidad en materia fílmica (díganselo a James Cameron y sus doce años entre "Titanic" y "Avatar"). No debe ser casualidad que Peter Hyams, a la vuelta de algunos añicos, haya sido contratado para dirigir la innecesaria secuela ("2010: El año en que hicimos contacto"), buena peli de CF en sí, pero que era empresa temeraria y finalmente fallida frente a la ciclópea producción kubrickiana (por algo no ha habido tercera parte en el cuarto de siglo siguiente). Parece mentira que este cineasta tan competente, después haya caído a los extremos de "El sonido del trueno" y otras por la misma línea. Tampoco ayuda que las computadoras sean omnipresentes, pero tengan ese aspecto que hace ver a Windows 3.11 como un prodigio de modernidad. En ese sentido, uno acepta con más facilidad las computadoras alimentadas con cintas magnéticas de "Star Trek" por un tema de "son los '60s", pero es más difícil acá. Y ahora vamos a las buenas noticias.

-- Lo que contribuye a paliar un poco esto, es que Peter Hyams se esfuerza por crear un universo futurista plausible. La física presentada dentro de la peli en general es plausible, aparte de los inevitables gazapos de rigor (cuerpos que explotan al estar expuestos al vacío en claro antecedente de "El vengador del futuro", caídas libres en gravedad cero cuando en el interior de la estación espacial hay gravedad normal... lo de siempre, vamos), pero no se inventan artefactos tecnochorras para justificar esto o aquello (que no hay cosas como: "¡oh, sí, tiene una herida de bala que le ha penetrado en un tumor incurable dentro del cerebro, pero esto lo arreglamos con el mágico encefalocilindrador y... listo, ya puede usted caminar de nuevo!"). La base minera no está en un ficticio planeta de otro ficticio sistema solar, sino en un cuerpo celeste bien conocido, real y tangible como es Io (además de moda en aquellos años gracias a que la sonda Voyager había descubierto la existencia de volcanes extraterrestres en Io). Claro, es una chapuza que de todos los satélites de Júpiter, sea Io precisamente el elegido (un planeta sobre el que Júpiter ejerce tantos efectos de marea, que ríanse ustedes de la tectónica de placas en la Tierra, no es que los iomotos sean Escala XX Richter, sino que el propio Io se deforma como una pelota de goma hasta crear volcanes extraterrestres ahí). Pero por otra parte, de los cuatro grandes (Io, Calixto, Europa, Ganímedes), es el único que no tiene agua en cantidades (azufre sí), por lo que el punto científico que la peli pierde por un lado, lo gana por el otro. Además, el futuro presentado es sucio y cochambroso, casi dickensiano en sus alcances, lo que seguramente no diferirá mucho del verdadero futuro que nos espera, a diferencia de las visiones luminosas startrekianas o starwarsianas, simplemente porque el ser humano es así, y las corporaciones gastarán lo justo y preciso en reparaciones y maquinarias para mantenerlas funcionando, así como lo hacían con las fundiciones de metal en que trabajaban niños por catorce horas diarias en el XIX (malditas leyes laborales, ¿verdad?). Eso es lo más inquietante del futuro presentado en "Atmósfera cero": que el universo no ha cambiado ni la Humanidad tampoco, y que es deprimentemente cercano a nuestro propio presente. ¡Incluso hasta las armas de fuego son casi similares! (Y hablando en serio, ¿para qué querrían pistolitas de rayos láser si las escopetas funcionan igual de bien en una estación minera?).

-- Un aspecto interesante de esta peli es haberse asumido desde el comienzo como una especie de Western crepuscular. El cinéfilo más perspicaz ya habrá notado que el argumento es en muchos respectos un remake futurista de un Western, precisamente, cual es "A la hora señalada". Cuando uno piensa en "Space Western" (¿y qué otra cosa no es sino la Space Opera, la aventura galáctica de toda la vida?), uno tiende a pensar en pistoleros de rayos montados en gloriosos corceles con propulsores de iones, matando apaches alienígenas, etcétera. Pero la inspiración claramente acá no son los Western triunfalistas de los '40s, sino el Western revisionista de los '60s. Al igual como la contemporánea "Escape de Nueva York" el personaje de Snake Plissken parece un descendiente lejano del Pistolero Sin Nombre interpretado por Clint Eastwood de "El bueno, el malo y el feo", acá el prota de "Atmósfera cero" va también más o menos de lo mismo. Es un vaquero, está dispuesto a hacer cumplir la ley por la fuerza de las armas si es preciso, pero su lucha no tiene nada de épica ni gloriosa. En realidad es casi un sinsentido, así como lo es la empresa del vaquero que trata de imponer la paz en un Far West violento y convulso (¿han notado ustedes como en las pelis de vaqueros más antiguas, el Far West era casi bucólico, y los bandoleros eran casi manchas en el mapa y nada más?). Como Western futurista, la verdad de las cosas es que "Atmósfera cero" funciona brillantemente bien, y es un ejemplo superlativo del género.

-- Un punto interesante de esta peli es lo que podríamos llamar el aspecto moral. Repasemos: el sheriff viene a la estación minera a limpiarla de la corrupción y las malas prácticas. Al principio pareciera que las manzanas podridas son unas cuantas, y se puede hacer una desinfección. Pero a medida que todo va avanzando, se hace cada vez más evidente que TODOS son manzanas podridas, y que el sistema entero está mal, hasta el punto que se le pregunta al prota por qué sigue insistiendo en hacer "lo correcto", cuando en realidad lo suyo es una cruzada sin sentido. La peli toma partido claramente por el prota, presentándolo heroico básicamente porque nunca se rinde ante la adversidad y lo que podríamos llamar en términos cinematográficos "el Mal". Y sin embargo, en una segunda lectura, ¿qué sentido tiene todo ello? Mientras más metraje se desarrolla en la peli, más queda claro que en realidad los mineros y la corporación están tácitamente de acuerdo, y que todos aceptan las reglas del juego como son. ¿Qué sentido tiene que el sheriff se esfuerce tanto en su cruzada? ¿Va a cambiar acaso el sistema por un solo hombre? ¿Cómo se puede salvar a todo un mundo de gentes, encapsuladas en una estación minera en este caso, si ni uno solo de esos hombres quiere ser salvado, y más aún, obstaculizan positivamente que esa salvación llegue? ¿Acaso no sería éticamente mejor dejarlos hundirse en su marasmo, considerando que es una opción libremente tomada y a conciencia? Esos tipos corruptos, una estación minera entera en este caso, saben bien lo que están haciendo, son adultos y no una panda de niños o de inconscientes. Es cierto que la tarea del sheriff es hacer cumplir la ley, pero ¿acaso no es la verdadera ley en este caso otra diferente de la escrita, una ley de la jungla que todos aceptan con fatalismo, pero que la aceptan al final del día, y que en realidad a sus condiciones de vida les es mucho más cómoda? ¿Acaso los mineros no se irían si encontraran tan dura su existencia? ¿O no probarían a rebelarse? Al final, la peli parece regocijarse en una postura de "miren a este sheriff, es un tipo demasiado bueno y noble para esta panda de depravados morales", pero en una segunda lectura, resulta que nadie le pidió al sheriff ser un héroe. Todas estas preguntas, la peli no se las hace, pero quedan dando vueltas por detrás. En realidad, a través de la situación planteada estamos viendo los límites del héroe, las fronteras de lo que un hombre correcto puede hacer, la delgada línea entre ser un héroe que lucha por una causa con sentido y un mártir que se sacrifica por amor al martirio. Como de costumbre en estas materias, no hay una respuesta fácil, y no pretenderé ofrecerla aquí. Sin embargo, la peli plantea estas interrogantes (subrepticiamente, de manera inconsciente), y no deja de ser estimulante preguntarse esas cosas, en particular considerando que puede verse a la estación minera como una parábola o un paralelo desquiciado y extremo de nuestra propia sociedad, cada vez más hundida en el conformismo y la mediocridad, y en la que mucha gente prefiere (la mayoría, probablemente) vivir una existencia vacía y sin sentido, a buscar algo mejor, un "new society treaty" que les permita a todos ser más felices y barrer con problemas sociales que podrían eliminarse, o al menos aminorarse, con un poco de buena voluntad por parte de todos.

-- Mencionemos para terminar el apartado visual de esta peli, muy bien logrado y ejemplar en lo que a buena Ciencia Ficción se refiere, y la magnífica banda sonora del siempre agradecido Jerry Goldsmith, ambas grandes contribuciones a redondear esta peli.

IDEAL PARA: Ver un interesante Western futurista con variadas ramificaciones éticas.

2 comentarios:

El Bueno de Cuttlas dijo...

Prácticamente es una especie de "Solo ante el Peligro" en una estación espacial remota. La atmósfera minera, sombría y áspera está muy conseguida. Me gusta mucho este tipo de ciencia-ficción "a la soviética", donde el ambiente es claroscuro, los cacharros a veces no funcionan y todo es muy industrial. Sean Connery está estupendo, como siempre. Saludos

General Gato dijo...

Precisamente es de "High Noon" de que estamos hablando ("A la hora señalada" en Latinoamérica, "Sólo ante el peligro" en España... esta maldita costumbre de usar dos títulos distintos para cada lado de Atlántico... y a veces más de dos). La atmósfera "a la soviética" creo que es uno de los grandes valores de esta peli, que la hace más seria y adulta, porque si hubiera seguido la estética limpia entonces de moda gracias a Star Wars, quizás habríamos acabado tomándola como otra americanada más, o peor, como objeto de cachondeo involuntario. Y sí, gran Sean Connery envejecido y medio acabado en esta peli. Saludos igualmente.

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