Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
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domingo, 30 de septiembre de 2007
"Poseidón" (2006).
-- "Poseidon". Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Wolfgang Petersen.
-- Actuación: Josh Lucas, Kurt Russell, Jacinda Barrett, Richard Dreyfuss, Emmy Rossum, Mia Maestro, Mike Vogel, Kevin Dillon, Freddy Rodríguez, Jimmy Bennett, Stacy Ferguson, Andre Braugher, Kirk B. R. Woller, Kelly McNair, Gabriel Jarret.
-- Guión: Mark Protosevich, basado en la novela de Paul Gallico.
-- Banda Sonora: Klaud Badelt.
-- "Poseidón" en IMDb.
-- "Poseidón" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Vísperas de Año Nuevo. Viaja por las aguas un gran trasatlántico de placer (¿quedan de los otros, en esta era de aviones supersónicos?). La compañía naviera le ha puesto el nombre de... ¡¡¡CHACHÁAAANNN...!!! "Poseidón" (éstos no se enteraron de lo que le pasó en 1972 a uno del mismito nombre, a ese paso capaz que sus otras naves sean el "Titanic", la "Esmeralda", el "Yamato" y el "María Celeste"). A bordo del Poseidón viajan unos cuantos pasajeros que son la pequeña muestra de que los ricos también lloran, porque tienen billetes para forrar los ataúdes de toda su parentela, pero a cambio viven sus pequeñas miserias familiares: uno es antiguo alcalde de Nueva York y antiguo bombero y quiere mantener a su bella y virginal hija en un régimen semimonacal, otro es maricón y lo ha dejado su chiche, otra es una indocumentada que viaja a ver a su hermano enfermo... Ya saben, la vieja receta Irwin Allen. Todo empezará a irse al garete después de que, pasadas las doce campanadas que anuncian un Año Nuevo (y aquí en Chile, que la estrenaron en Julio los pardillos), una gigantesca ola aparece en el horizonte. La tripulación hace su mejor esfuerzo, pero como el éxito asegura que no hay película, pues bien, fracasan. La ola golpea de lleno al barco y lo tumba de campana, con la panza arriba recibiendo alegremente el fresco de la noche. El capitán, un negro muy simpático y poco avisado (no me digan racista, la peli venía así), decide que se quedarán a esperar al equipo de rescate, pero el viejito muerdealmohadas decide, como arquitecto que es, que el casco de la nave no resistirá y el agua marina entrará a presión porque no está diseñado para eso. Así es que un grupete de valientes, a refilón de lo que diga el negrito simpático y poco avisado con los galones de capitán, emprenden la fuga. Tenían razón. Quizás mueran en el camino, y de hecho se defunciona alguno que otro por ahí, pero de los que se quedan, no se salva ni uno, ni siquiera la linda Fergie...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Había una vez, en el simpático 1972, un productor llamado Irwin Allen, que se había mandado hacer alamedas nuevas con el dinero de varias series de TV clásicas de la ciencia ficción ("El túnel del tiempo", "Viaje al fondo del mar", "Perdidos en el espacio", "Tierra de gigantes"). Conocedor de los resortes psicológicos del espectador como pocos en la historia del cine, Allen se dedicó entonces a la gran pantalla, inundándola con dos clásicos del cine de catástrofes como un tanque cada uno: "Infierno en la torre", y particularmente la adaptación de una novela de Paul Gallico (¿y ése, en qué equipo juega?), que se transformó en la mayestática "La aventura del Poseidón". Pasó el tiempo, la peli adquirió una cierta estatura mítica, a lo menos para cierto grupo de público... Y entonces decidieron que era hora de rejuvenecerla. La historia corta es que resultó un fiasco de taquilla, la vieron el cortaboletos del cine y tres personas más, demasiados pocos en todo caso para recobrar el dinero que supuestamente iba a ganar a montones (se la comió con zapatos "Misión Imposible III", el fin de semana de estreno, en Estados Unidos), y después siguió perdiendo: el Oscar a los Mejores Efectos Visuales se lo llevó "Piratas del Caribe 2: El cofre de la muerte". (No, la historia no termina tan mal: sumando la recaudación mundial y el lanzamiento en DVD, superó un tanto la barrera de los 200 millones de dólares, pero habían invertido 160 en hacerla, y una ganancia de un miserable 25% para estos tiburones gordos es casi para suicidarse)...
¿POR QUÉ VERLA?
-- A veces creo que el público en masa tiene una sartén con aceite caliente y un par de huevos friéndose, en vez de cerebro. "Troya", la peli anterior de Petersen, era básicamente un pastel de vaca defecado en mitad de la carretera, y la vio todo el mundo. Y "Poseidón", que es bastante mejorcita (no un clásico cinematográfico ni la peli por la cual Dios te preguntará cuando llegues al Cielo después de morir, pero sí mejor contada, interpretada y adaptada), pasó sin pena ni gloria. Injusticias de este mundo. "Poseidón" es una película para comer palomitas de maíz, se asume como tal, no trata de ser más grande que la vida, la historia está contada con rectitud y en tiempo récord (una hora y media clavadas), y por ende es uno de los filmes de acción y/o aventuras más honestos que se han hecho en los últimos años. Mérito indiscutible de todo esto le corresponde a Wolfgang Petersen, cuyo rango de pelis va desde clásicos indiscutibles como "El submarino" o "La historia sin fin" hasta filmes más o menos inocuos (o peor) como "La tormenta perfecta" o "Troya". Den por seguro que "Poseidón" no se va a vender en el DVD boxset de "Las cinco mejores películas de Petersen" (bueno, quizás sí), pero es aperrada y cumplidora, se deja ver, no tiene momentos flacos ni agujeros de importancia, y por lo mismo debería ser reivindicada, no como gran cine, pero sí como un pequeño clásico de la entretención.
-- El casting es bastante afortunado. Kurt Russell ha envejecido lo suyo desde que era el chico maravilla de John Carpenter, y ya no puede hacer las chulezas de su época como Snake Plissken, pero aún impone presencia, no sólo como héroe de acción, sino como ser humano, aunque su personaje es quizás un poco mucho (fue bombero, alcalde de Nueva York, antiguo militar)... A su lado, Josh Lucas es el digno contrapunto, como tipo duro e individualista que encuentra un nuevo sentido en el servicio a los demás en la hora de la tragedia. Emmy Rossum está encantadora como siempre (la habíamos visto junto a Gerard Butler como una inmejorable Christine en "El Fantasma de la Opera"), aunque sospecho que el fiasco recaudatorio de "Poseidón" ayudó a cortar prematuramente su carrera cinematográfica, porque a la fecha de reseñar esto, no hay noticias de ella. Richard Dreyfuss por su parte compone un secundario memorable, un arquitecto homosexual que, por una vez en la vida, no anda chillando como loca por todas partes para ser el supuesto alivio cómico de la peli, sino que es capaz de comportarse como un héroe, sin excesivos manierismos, salvo por uno que otro gesto sutil. Incluso las scream queens de rigor (Jacinda Barrett y Mia Maestro) son adorables, sin pasarse en eso de chillar para que el macho de paso las rescate. ¡Si hasta el clásico mijolindo noviecito de la prota, que viene interpretado por Mike Vogel, está simpático! (y eso que me esforcé todo lo posible por odiarlo, porque se presupone que su personaje se echa a Emmy Rossum... ¡y nada, es que no pude aborrecerlo ni con toda la mala borra del mundo, de la que tengo en cantidad...!). Y mencionemos por último, casi para la trivia por lo poco que aparece, que la cantante ezque Abba's style de la original "La aventura del Poseidón", aquí es reemplaza por Fergie, la antigua vocalista de Black Eyes Peas, y se gana aún más nuestra simpatía porque no anda de sexy por la peli, sino que cumple con lo poquito de su papel, y bien.
-- Quizás la principal debilidad de esta peli sea algo que podríamos llamar "exceso de prudencia". Lo que hacía especial a "La aventura del Poseidón", la original, no era la premisa básica del barco puesto panza al aire, ni que fuera una de catástrofes con un promedio de tantos muertos cada tantos minutos, sino su toque religioso: el héroe era una especie de pastor protestante renegado que se las arreglaba para encontrar a Dios en medio de la catástrofe, mientras que como un nuevo Moisés llevaba a su Pueblo Elegido a través del desierto de maquinarias y escotillas hasta la Tierra de Promisión a plena luz del día, mientras que los estúpidos que se negaban a creer en él y se quedaban en el fondo del barco condenado (condenado por vuelco, pero también porque era su último viaje e iba al desguazadero), les pasaba lo que les pasa a los pecadores en todo texto bíblico que se precie de tal. Toda esa parábola mesiánica que le daba sabor adicional a "La aventura del Poseidón", y que la hacía trascender su condición de mero entretenimiento, aquí está ausente. El héroe que ocupa su lugar es un bombero y antiguo alcalde de Nueva York, pero bueh, eso no lo lleva ni por asomo a la categoría de Moisés redivivo. Habrá quienes vean eso como un logro de la peli, el haberse despojado de la carga religiosa que llevaba la versión original. Quien esto escribe, por su parte, se queda, aunque sea por esto precisamente, con la primera versión.
IDEAL PARA: Ver la antigua aventura ésa del barco que se volcaba, con el doble de efectos especiales y la mitad de contenido.
"La aventura del Poseidón" (1972).
-- "The Poseidon Adventure". Estados Unidos. Año 1972.
-- Dirección: Ronald Neame, con Irwin Allen en las escenas de acción sin acreditar.
-- Actuación: Gene Hackman, Ernest Borgnine, Red Buttons, Carol Lynley, Roddy McDowall, Stella Stevens, Shelley Winters, Jack Albertson, Pamela Sue Martin, Arthur O'Connell, Eric Shea, Fred Sadoff, Leslie Nielsen.
-- Guión: Stirling Silliphant y Wendell Mayes, basados en la novela de Paul Gallico.
-- Banda Sonora: John Williams.
-- "La aventura del Poseidón" en IMDb.
-- "La aventura del Poseidón" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Año Nuevo. La tripulación de un lindo trasatlántico llamado Poseidón está dispuesta a celebrar por todo lo alto. Después de todo, es el último viaje de la nave, porque va a un desguazadero en Atenas. Los pasajeros ignoran que hay tensiones entre el capitán y el agente del armador, ya que éste quiere irse lentito por las olas grandes, y el otro reclama que cada minuto de retraso le cuesta una millonada, etcétera. En eso se reporta una ola de las lindas, formándose al noroeste de Creta, producto de un eructo telúrico de la Madre Tierra. La ola tiene el desatino de chocar contra el Poseidón justo cuando todos están cenando y festejando el Año Nuevo (como en "24": los muertos más importantes se producen justito al vencer la hora), y la muy descriteriada no encuentra nada mejor que volcar al Poseidón de campana. El barco comienza a hundirse lentamente, y por tanto, la única posibilidad de permanecer vivos es escapar hacia las cubiertas inferiores (superiores ahora, dadas las circunstancias). Surge una lógica división: el fatuo y bien autopagado contramaestre dice que no, que hay que esperar el rescate, y en general adopta la actitud de "me gusta cruzarme de brazos y demostrar autoridad, gracias por escuchar". Un predicador insolente y de armas tomar dice que no, que Dios no ayuda a quienes no se ayudan a sí mismos (¿mande, reverendo?), y se lanza a una campaña por guiar a su rebaño, cual Moisés en el Desierto del Sinaí, hasta la redención, literalmente en lo alto, cerca del casco. El periplo reunirá a algunos pintorescos pasajeros que emprenderán así la última batalla por la superviviencia, luchando contra el mar que todo se lo traga, cubierta por cubierta, contra una topografía literalmente puesta patas arriba, y con las lógicas fricciones en el equipo, estallidos de damas histéricas incluidos.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Bienvenidos a los '70s. El fermento que había estallado en el '68 estaba quedando atrás. El Presidente no era el telegénico JFK, ni el discreto Lyndon Johnson, sino el cetrino y purufumbúlico Richard Nixon. Vietnam se alarga y se alarga, se eterniza, los hippies ahora son desordenados, está surgiendo con fuerza el black power... solía ser una bonita sociedad para vivir, pero los políticos y los hippies la arruinaron. No es casualidad entonces que haya comenzado el largo coqueteo setentero del cine con las catástrofes, incluidos terremotos, maremotos, volcanes, incendios en las torres, etcétera. "La aventura del Poseidón" es, en ese sentido, una cinta emblemática de su época. Como un nuevo Pueblo Elegido hundido en el pecado, los tripulantes del Poseidón zozobran, y sólo la enérgica mano de un predicador estilo Moisés/Rambo pondrá las cosas en su lugar, guiando a sus escogidos a la salvación. Esta era la gente que, estando en la quincena, vio esta película, y diez años después, pasfrisando el cuarto de siglo, le dio el voto a Ronald Reagan...
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es la película de catástrofes por antonomasia, formando un triángulo definitorio con "Infierno en la torre" y "Aeropuerto". La película no sólo es puro tópico, sino que, más bien dicho, inventó la práctica totalidad de los tópicos del género. Hay una tripulación variopinta, un héroe redentor, un antihéroe, un grupo en donde habrán personas vueltas fiambre cada algunos minutos, etcétera.
-- El elenco está todo lo bien elegido que se puede. Gene Hackman está inmenso como un predicador bastante sui generis, que no se anda con chicas con los adoradores del becerr... perdón, con los tripulantes. Las viejas estrellas se lucen lo suyo, en particular Shelley Winters. Ernest Borgnine compone un policía antihéroe que es un personaje altamente improbable, pero como se lo toma con enorme bonhomía, se gana el cariño de la platea. En cuanto a las mujeres, en general dan ganas de abofetearlas, porque es que oiga, con la excepción de la gordita, ninguna hace mucho de peso, pero por otra parte era el cine de otros tiempos, cuando aún no llegaban las duras y combativas estilo Leia Organa o Teniente Ripley. Mención especial para Leslie Nielsen, en un papel bastante breve como el capitán del Poseidón, portando toda la seriedad del gran actor que siempre ha sido, y que ha tenido que dejar atrás para adoptar la careta de payaso desde otra de catástrofes, pero en tono de burla, cual era "¿Y dónde está el piloto?" (que a su vez, parodiaba a "Aeropuerto" y secuelas... contubernio que le llaman).
-- John Williams. Trabajador infatigable al servicio del productor Irwin Allen, éste lo arrastró de la musicalización de sus seriales de televisión de matiné ("Perdidos en el espacio", "El túnel del tiempo", "Tierra de gigantes") hasta este filme. Este filme marca una cierta inflexión, ya que Williams se desprende de algunos manierismos propios de su primer tiempo, y la sicodelia sesentera, para adoptar formas musicales más clásicas: es el vivero desde donde surgirán sus grandiosas partituras para "La guerra de las galaxias", "Superman", "Tiburón", y el largo etcétera subsiguiente.
IDEAL PARA: Ver a la madre (o una de las madres) de los filmes de catástrofe.
jueves, 27 de septiembre de 2007
"El núcleo" (2003).
-- "The Core". Estados Unidos. Año 2003.
-- Dirección: Jon Amiel.
-- Actuación: Aaron Eckhart, Hilary Swank, Delroy Lindo, Stanley Tucci, DJ Qualls, Richard Jenkins, Tchéky Karyo, Bruce Greenwood, Alfre Woodard, Christopher Shyer, Ray Galletti, Eileen Pedde, Rekha Sharma, Tom Scholte, Glenn Morshower.
-- Guión: Cooper Layne y John Rogers.
-- Banda Sonora: Christopher Young.
-- "El núcleo" en IMDb.
-- "El núcleo" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
De un día para otro, y sin bacterias asesinas mediante, un puñado de gente cae muerta. Los milicos llaman a un destacado científico para que descubra si el asunto es un ataque terrorista. El científico, que es listo como el hambre, al descubrir que tiene a su lado un colega especialista en campos electromagnéticos, y siendo él un geólogo, sin ver los cadáveres adivina que todos tienen marcapasos. Pero cuando descarta que pueda ser un pulso electromagnético producto de una potencia enemiga, el militar pierde interés y los echa sin contemplaciones, como la subespecie de ratas llamadas "civiles" que son. Al poco tiempo, hay un extraño incidente, en donde las aves de la Plaza Trafalgar deciden ver si postulan para el remake de la peli con pájaros, de Hitchcock. El geólogo, al enterarse, relaciona ambos incidentes y descubre que algo pasa con el campo magnético de la Tierra: el núcleo se está deteniendo, la magnetósfera se irá al carajo, y en un año el planeta se convertirá en un gigantesco horno microondas -y los humanitos junto con toda vida no microbiológica será limpiamente esterilizada por la radiación solar. Los milicos deciden entonces que, para salvar a la Tierra, hay que enviar una expedición al centro de la Tierra, con un puñado de valientes astronautas y científicos (incluyendo a nuestro mijo geólogo), sumado a un especialista en bebés nucleares, para echar a andar la rotación del núcleo terrestre a megatonazo limpio. Pero lo que nadie en la expedición sabe, ni siquiera el chulo geólogo ni la sexy astronauta de la NASA que oficia de piloto, es que uno de los científicos a bordo atornilla al revés, y que un lindo proyecto ultrasecreto que estaban desarrollando podría tener mucho que ver con la misteriosa y en apariencia accidental catástrofe "natural"...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
¡Cuán lejanos están los tiempos en que Verne y Bulwer-Lytton nos entretenían con sus fantasías de una Tierra Hueca repleta de antiguosaurios y de amables civilizaciones esotéricas! Todo eso pasaba según la ciencia del XIX, que calculaba una rápida velocidad de enfriamiento para la Tierra y quizás su próximo final, y por ende, la suponía en su interior fría como una osamenta y horadada como un queso suizo. Pero andando el tiempo, los geólogos aprendieron que quizás la Tierra era mucho más caliente y más compacta de lo que se pensaba. En la actualidad, rodar una historia como "Viaje al centro de la Tierra" sólo tiene sentido si se hace como una fantasía steampunk o retrofuturista. Pero si quieres un thriller científico, o al menos con aromas a ciencia, ambientado en la actualidad, tienes que tentar un tipo de expedición diferente, uno con una especie de submarino que pueda navegar bajo el magma o algo así. Mézclese con ello algo de la vieja paranoia contra el Gobierno, tema siempre bienvenido en particular después de ver como George W. Bush mintió descaradamente para justificar una guerra, y aún así los yankis lo votan como Presidente... Y película de acción habemus.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Quebremos una lanza por esta película, tan terriblemente denostada por polis y ladrones. En verdad no termino de entender tanto encono contra una cinta que tiene un ritmo aceptable, sigue la clásica fórmula del "accidente con muertos cada tantos minutos", y le saca bastante partido a una anécdota que por sí misma daría para poco más que un episodio de Pinky y Cerebro. Cierto es que tampoco es una maravilla de cinta, pero es harto mejor que subproductos como "Armagedón" o "Impacto profundo". Esta peli es entretenimiento palomitero al cien por ciento, y no vale la pena buscarle la quinta pata al gato; vista con humor, es bastante entretenida. Cierto es que el contenido científico de la peli es mediocre tirando a malo, y no insistiremos sobre algo que los blogs de fascismo científico han machacado con espíritu catedralicio, pero es que... ¡Holaaaaa...! ¿Me escuchaaaaannnn...? ¡Es una película! ¡¡¡NO SE SUPONE QUE TENGA QUE RESPETAR AL CIEN POR CIENTO LAS LEYES NATURALES, IMBÉCILES!!!! O de lo contrario, aprovechemos de mandar a la basura el "Drácula" de Ford Coppola y su pretensión de vincular el vampirismo con el SIDA, "La guerra de las galaxias" y su vergonzosa misticiencia, "Superman" por razones obvias, todas las de Arnold Schwarzennegger, y la horneada Marvel post "X-Men" en masa (¿una araña radioactiva te da superpoderes? ¡Ya sabes por donde tomar si te la crees!). La ciencia está bien para desarrollar nuevas vacunas y erradicar el hambre en el mundo, pero no necesariamente para ilustrar el cine de Hollywood, y quienes insisten en lo contrario no son más que una manada de fascistas autorreferentes que dicen "yo sé mucho sobre ciencia así es que todo tiene que ser ciencia, para que yo sea el importante". ¿Acaso leen ustedes a General Gato decir que todo debe ser cine para que General Gato sea el importante? ¡¡¡NO!!! Así es que aprendan un poco y cierren la bocota, la próxima vez que quieran denostar a una peli por su trato ligero de los temas científicos. ¡Ah, se me olvidaba! Los fascistas paracientíficos que se merecen el reto no me están leyendo, porque son demasiado estúpidos para salirse de su cabeza cuadrada y entender este mensaje. En fin, ya les mandaré un Mensaje de Arecibo para que me entiendan en su idioma...
-- La peli entera gira sobre la misión para salvar al mundo, sin distracciones. Una gran virtud, si se la compara con, por ejemplo, la universalmente denostada (y con justicia) "Armagedón", que no puede evitar meter de contrabando el típico drama palomitero estilo "BUAH, BUAH, DADDY NO QUIERE QUE ME CASE CONTIGO". Incluso, a pesar de insinuarse un romance entre la pareja protagónica, no se insiste mayormente en este tópico, ni aún como excusa para un morreo caliente. Todos los conflictos que estallan, se resuelven en la esfera puramente profesional: los científicos tratando de hacer su trabajo, los milicos cagándola como de costumbre (en el cine fantacientífico de Hollywood, al menos), los astronautas tratando de guiar una nave... Nada de distracciones.
-- Tenemos los clásicos ingredientes del cine de catástrofes de la más rancia escuela, aunque un tanto dosificados, para introducir suspenso. Gente muere a manadas, hay una escenita en donde la radiación de microondas hace de las suyas, el transbordador espacial está a punto de irse al demonio por una fluctuación del escudo electromagnético de la Tierra... Lo que nos permite recordar que la misión ES importante, y contribuye a darle épica.
-- Del director no diremos nada, en particular porque la trayectoria de Jon Amiel no es de lo más brillante ("Sommersby: El regreso de un extraño", "El imitador", "La emboscada"), y aquí tampoco repunta de sus trabajos anteriores, pero se las arregla... bien... de alguna manera. El elenco protagónico, por su parte, está bien, sin demasiadas exigencias. Aaron Eckhart da el tipo como el héroe del día sin tratar de posar estatuario ni ser un nuevo Bruce Willis o un nuevo Nicolas Cage. Hilary Swank interpreta a la clásica chica dura, pero su físico desgarbado, andrógino y sus facciones un tanto alienígenas le confieren un aura distinta al promedio de chicas heroínas con bustos voluptuosos y cinturitas estrechas para la misión, y es un afortunadísimo casting (otro cuento es al revés, que la chica de "Los chicos no lloran" y "Million Dollar Baby" haya terminado acá, pero es cuestión de perspectiva). Los secundarios acompañan bien, robándose cámara por supuesto el genial, único y grande Stanley Tucci como el científico trepa y con cadáveres en el armario; Tucci se las apaña para dar lecciones de actuación, transformando a un personaje que en el papel es el maquiavélico y unidimensional villano de opereta, en un prodigio de matices y gestos varios (quienes piensen que sobreactúa, deberían ver a algunos profesores universitarios). Y Bruce Greenwood hace una aparición casi de cortesía, pura bonhomía él, y llegamos a quererlo a pesar de que a inicios de la peli, pintaba para ser el clásico bastardo que putea a la chica, y se lleva su merecido por ello (al final estábamos equivocados, aunque en el caso de su personaje, "final" es bastante antes de que lleguen al centro de la Tierra). Por último, como dato de trivia, no puedo evitar mencionar el pequeñísimo rol como agente del FBI que le dieron a nuestro estimado Glenn Morshower, de quien somos fanáticos incondicionales después de verlo salvar a Estados Unidos una y otra vez como el indestructible agente secreto Aaron Pierce de "24".
-- Al computín le ofrecen, literalmente, hackear el planeta. Para que se te caiga la mandíbula babeando. Ni el malo cabrón de "Duro de matar 4.0" podía tanto. Claro que el geek de "El núcleo" tuvo como ayudita nada menos que de todos los recursos del Gobierno de los Estados Unidos. Les recuerdo que muchos quienes en su día criticaron "El núcleo", son tipos que se babeaban con cosas como "Los exploradores" y otras cintas de "niños genios" de los '80s, con premisas igual de cretinas. Hay gente para todo.
-- Los efectos especiales son buenos, incluso para los estándares propios de la animación por computadoras de alto presupuesto. Si la trama de la peli no te gusta, por lo menos disfruta con esa visión del interior de la Tierra con manchas psicodélicas. Julio Verne hubiera llorado de emoción.
-- ¿Será todo ciencia ficción? Quiero decir, lo de debilitar el campo magnético de la Tierra es difícil de llevar a cabo, pero... ¿alguien realmente duda de que el gobierno de los Estados Unidos, o algún otro de los tecnológicamente avanzados, no haya tentado hacer un arma del Juicio Final como la planteada en la peli...? Antes de 1945, sólo los más avisados pensaban que una bomba atómica era posible, y resultó cierto... ¿quién garantiza que los cerebrutos del Pentágono no se les ocurra construir algo así, ahora o en un futuro más o menos cercano...?
-- Unobtanium. ¿Cómo alguien puede querer criticar a la película por tomársela muy en serio, después de que el científico encargado de construir el taladro para viajar al centro de la Tierra, dice que la máquina está hecha de UNOBTANIUM...? ¿Es que los fascistas paracientíficos fueron fabricados en probetas con espermatozoides donados por el Señor Spock...?
IDEAL PARA: Ver una peli palomitera no tan mala como los culteranos de toda la vida pretenden que es.
"Viaje al centro de la Tierra" (1959).
-- "Journey to the Center of the Earth". Estados Unidos. Año 1959.
-- Dirección: Henry Levin.
-- Actuación: Pat Boone, James Mason, Arlene Dahl, Diane Baker, Thayer David, Peter Ronson, Robert Adler, Adam Napier, Gertrude the Duck.
-- Guión: Walter Reisch y Charles Brackett, basados en la novela de Julio Verne.
-- Banda Sonora: Bernard Herrmann.
-- "Viaje al centro de la Tierra" en IMDb.
-- "Viaje al centro de la Tierra" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Edimburgo, 1880. El profesor Lindenbrook acaba de ser nombrado caballero, pero ni aún así se detiene en su incansable fiebre científica. Uno de sus alumnos, el zarrapastroso Alec, le lleva una piedra volcánica, casi como un souvenir y una muestra de respeto, sin saber lo que está por desatar. Porque el profesor se obsesiona con la piedra y no para hasta revelar su secreto: en su interior hay una peonza que contiene escritos nada menos que de Arne Saknussem, un antiguo sabio que después de pontificar urbi et orbe sobre el centro de la Tierra y otras charadas, desapareció misteriosamente. ¡Eureka!, dice el profesor, ¡el sabio Saknussem bajó de verdad al centro de la Tierra! Entusiasmado, le pide su ayuda a un profesor sueco, para escuchar su veredicto sobre semejante descubrimiento. Pero el profesor sueco desaparece misteriosamente. Nervioso, Lindenbrook parte con el fiel Alec con rumbo a Islandia, en donde supuestamente está la abertura que Arne Saknussem utilizó para llegar al centro de la Tierra; algunos incidentes le hacen pensar que el profesor sueco está tratando de robarle la idea, pero cuando descubre el cadáver de éste, con su tracto digestivo convenientemente aliñado con cianuro, y a la encantadora viudita que el sueco ha dejado atrás, se hace con dos verdades puñeteras del tamaño de un Dreadnought: 1.- Hay todavía alguien más siniestro que el profe sueco tras su pista, alguien que no trepida en el asesinato a lo Agatha Christie para llegar a sus resultados, y 2.- Si quiere bajar al centro de la Tierra, tendrá que aceptar a... ¡una mujer! ...en el equipo... ¡La expedición comienza!
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
El mito de la Tierra hueca es viejo como la Tierra misma, o al menos como los seres humanos que la habitan. Según éste, por debajo de nuestro querido, viejo y sólido mundo, existe otro territorio completamente diferente en donde habitan razas y animales imposibles acá arriba. El mito tuvo un cierto auge en el siglo XIX, coincidiendo con los nuevos progresos de la Geología (ya se había desarrollado la teoría según la cual la Tierra se estaba enfriando), cuando con diferencia de seis años aparecieron dos clásicos del género: "La raza venidera" de Edward Bulwer-Lytton (1870), y el que nos ocupa, "Viaje al centro de la Tierra" de Julio Verne, en 1864. La novela ha tenido posteridad (además de por la estupenda prosa de Verne) en parte por el afán casi maníaco de Julio Verne por dotar de verosimiltud científica a sus obras, y en parte también por el carácter místico de la obra, ya que es bien sabido que Verne era aficionado a meter claves ocultistas en sus novelas, que tanto grano han dado a los molinos de la conspiranoia. El interés sobre Verne no estaba muy boyante en el mundo del cine, hasta que los Estudios Disney se forraron con dinero, por su adaptación de "20.000 leguas de viaje submarino", y después por el éxito de "La vuelta al mundo en 80 días" (la de 1956, con la pareja dispareja de David Niven y ¡Cantinflas!, y decimos esto porque hubo un deslucido remake en 2004). De manera que los Estudios Fox se lanzaron a su propia adaptación de Julio Verne de alto presupuesto. El mimo que pusieron en esta empresa queda bien reflejado en el departamento de efectos especiales, y también por el elenco elegido, que no será de primera fila (salvo por el inmenso James Mason), pero que algo daban que hablar en su tiempo.
¿POR QUÉ VERLA?
-- El elenco. No diremos que era imposible elegir uno mejor, pero está aceptablemente bien. James Mason interpreta a un profesor Lindenbrook inesperadamente fiel al original literario verniano (alguien que lo fuera, en esta peli, dicho sea de paso), maniático a carta cabal, empecinado en sus descubrimientos científicos, aunque por otra parte, lo hemos visto en mejores roles antes y después (¿y? Aunque éste sea un rol menor en la carrera de Mason, hay muchos actores reconocidos que se amputarían la pierna y el brazo y los donarían en caridad, por una interpretación así, y es que Mason era Mason, caramba)... Pat Boone cumple como el jovencito chulo que está ahí para convencer a la muchachada, aunque por razones no demasiado difíciles de entender, su carrera posterior fue oscura (en esta peli hizo uno de sus primeros papeles). Las chicas están por todo lo alto. Arlene Dahl se las arregla para interpretar una fiera mujer de armas tomar, en un tiempo que parecía un presagio del women power de los '60s; es una injusticia del destino que su carrera fílmica nunca haya levantado mayor vuelo. Diane Baker, por su parte... Confesémoslo, la señorita Baker es una debilidad de su seguro servidor el General Gato, porque allí donde va se las arregla para verse y presentarse encantadora (ya hablamos sobre ella en Cine 9009, al referirnos a "Los 300 espartanos" y "El premio", y ya habrá tiempo de comentar su secundario en "Marnie la ladrona", películas todas posteriores a "Viaje al centro de la Tierra"); eso, aunque aquí su rol sea básicamente de relleno.
-- En cuanto al guión... Pues bien... Lo mejor es tomárselo como lighter than light, porque la verdad es que de Julio Verne tiene poco más que el título, el tema, y dos o tres episodios de la trama. De partida, en la novela tanto el profesor como el estudiante son ALEMANES, no escoceses, aunque quizás para la conservadora platea estadounidense haya sido un poco conflictivo poner como "los buenos" a dos kreutzers, habida cuenta de que habían pasado catorce años desde la Segunda Guerra Mundial (¿y qué? El franchute Verne puso a dos alemanes de buenos... aunque eso fue seis años ANTES de la Guerra Franco-Prusiana, justo es decirlo). Por otra parte hay una serie de adiciones que no echábamos de menos en la novela, como por ejemplo el villanísimo Conde Saknussem o la búsqueda de la Atlántida, y que en realidad no aportan demasiado a la peli. Y ya no hablemos de la sarta de despropósitos científicos o simplemente lógicos como la estupidez de hacer que los protagonistas floten literalmente en el centro de la Tierra y que sus objetos vuelen imantados fuera de la balsa por eso (piénselo, el campo magnético de la Tierra es demasiado débil para eso, y por otra parte, si verdaderamente el núcleo de la Tierra fuera un mar interior, deberían acceder al punto central exacto no en una balsa sino en un submarino muy bien presurizado); algo que es insultante para la memoria del pobre Verne que, como dijimos, se preocupó tanto como pudo de dar carácter de científicos a los datos usados en la novela (bueno, tan científicos como podían serlo con las ideas intelectuales de 1864). ¿Y sirvió para algo? En algunos aspectos sí. Por ejemplo, la inclusión de Gertrudis el ganso cuenta como lo más memorable de la peli, y (SPOILER GRUESO A CONTINUACIÓN) su trágico destino final (sí, por una vez en las pelis hollywoodenses el animalito no sobrevive) es una de las partes más conmovedoras. Pero por otra parte, todas las adiciones le dan a la trama un carácter marcadamente más infantil, y eso no en el mejor sentido del término. Para que no se diga eso de que destripar novelas clásicas es un vicio de los '90s en adelante. Por eso, si se la visualiza como una peli de entretención infantil, se puede pasar un gran rato, pero que nadie se llame a engaño o confusión: el que busque una adaptación fiel y rigurosa, por no decir literal, del clásico verniano, está perdiendo miserablemente su tiempo.
-- Los efectos especiales... Esta era una peli de alto presupuesto para la época, y por lo tanto se usaron los FXs más chulos que encontraron en el armario. Por desgracia, el resultado en este apartado es irregular (la honorable Academia no opinó igual en aquellos años, y le dio unas buenas nominaciones a Mejor Dirección de Arte, Mejores Efectos Especiales y Mejor Sonido, aunque los perdió frente al acorazado fílmico de 1959, "Ben Hur", el "Titanic" de la época, que al igual que el trasatlántico de James Cameron también secuestró once Oscares para su mesita de noche). Algunos efectos son buenos incluso hoy, como por ejemplo el ataque de los dinosaurios gigantes (en realidad unas iguanas con placas de plástico, pero que se ven muy realistas, salvo en las imágenes de fotomontaje con los actores). Otros en cambio cantan clarito hoy en día, como por ejemplo muchas secuencias subterráneas que no parecen haber sido filmadas en las Cavernas Carlsbad como dice el reclamo publicitario, sino en un estudio con vulgar cartón piedra y papel maché. El premio al mejor escenario en la peli se lo lleva el bosque de hongos gigantes y las ruinas de la Atlántida, en donde parecen haber focalizado el presupuesto, y que por ende se ven por todo lo alto.
IDEAL PARA: Ver una adaptación un tanto infantiloide de Verne, algo envejecida, aunque de un aceptable nivel técnico.
domingo, 23 de septiembre de 2007
"El chacal" (1997).
-- "The Jackal". Estados Unidos / Inglaterra / Francia / Alemania / ¡Japón!. Año 1997.
-- Dirección: Michael Caton-Jones.
-- Actuación: Bruce Willis, Richard Gere, Sidney Poitier, Diane Venora, Mathilda May, J. K. Simmons, Richard Lineback, John Cunningham, Jack Black, Tess Harper, Leslie Phillips.
-- Guión: Chuck Pfarrer, basado en el guión de Kenneth Ross.
-- Banda Sonora: Carter Burwell.
-- "El chacal" en IMDb.
-- "El chacal" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Unos créditos informativos con sampleos de noticiarios y música industrial nineinchnailoide de fondo nos ponen en ambiente: la Unión Soviética ha colapsado, todo es un caos, la corrupción se está comiendo vivo al antiguo país de los soviets, y los heroicos polis deben hacer sus mejores esfuerzos por mantener a raya a la poderosa mafia rusa. En un operativo contra uno de los cabrones que controlan a la mafia, el tipo trata de pasarse de insolente, busca sobornar a un par de agentes insobornables, y luego pelea porque él no es cualquiera, no-no-no, sino un mafioso ruso, y por ende, tiene derecho a que lo dejen envenenar a la sociedad en paz. Por supuesto que el desgraciado acaba viendo la luz al final del túnel. Su hermano, otro connotado mafioso, en vez de adquirir un poco de humildad e ir a la Iglesia Ortodoxa a rezar por la salvación de su alma, decide que debe vengarse, y contrata para eso al Chacal, el peor asesino que conoce, un tipo que para el FBI es poco más que una leyenda urbana. Para su desgracia, los rusos interceptan a un correo, le aplican un pequeño cariñito para que hable, y confirman lo que está pasando: el Chacal, antiguo asesino al que nadie conoce, pero que hizo algunos trabajitos para la fenecida URSS, está a punto de llegar a los Estados Unidos de América. La única posibilidad que el FBI tiene para detener al asesino, es poner al ladrón tras el ladrón, porque el único nexo es un terrorista del IRA que lleva ocho años purgando una condena de 25. A partir de ahora, la cacería comienza.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En 1973, el mundo se remeció con un gran thriller de acción, "El día del chacal", de Fred Zinnemann, basado en la novela del multiventas Frederick Forsythe. Llegó el tiempo en que Forsythe se pudrió en plata y empezó a escribir cada vez menos, y con menos adaptaciones al cine, al tiempo que nuevos escritores de technothriller (Tom Clancy y demases) tomaron el relevo. Algún lumbreras discurrió entonces la idea de hacer un remake de "El día del chacal". Piénselo un minuto. Si usted fuera cineasta, ¿se atrevería a hacer un remake de "Lo que el viento se llevó", "La quimera del oro", "Casablanca" o "El ciudadano Kane"? Yo, difícilmente, porque ésas son obras maestras, y por muy buena que me quedara la cinta, el resultado sería claramente inferior al original (bueno, se atrevieron con "La llamada fatal" de Hitchcock, y parieron "Un crimen perfecto", por no mencionar el "Psicosis" de Gus Van Sant). Bueh, "El día del chacal" quizás no sea la mejor película de todos los tiempos, pero dentro del cine "de género", y concretamente dentro del espionaje y el suspenso, es una de las mejores pelis de todos los tiempos, o al menos de los 100 primeros años del cine, y hacer un remake era, desde todo punto de vista, un despropósito. El asunto olía tan mal que Fred Zinnemann y Frederick Forsythe pidieron al unísono que no se asociara su peli y su novela con la nueva versión (motivo por el cual se llama "El chacal" y no conserva el título original), y que varios actores rechazaran participar en esta, ejem, humorada... como Sean Connery, Liam Neeson... ¡Matthew McConaughey, Dios Santo Bendito! Si añadimos que la dirige el nunca excesivamente inspirado Michael Caton-Jones ("Escándalo", la del año '89, "Doctor Hollywood", "Rob Roy", "Herencia de sangre", "Bajos instintos 2"), entonces la tenemos liada. Así es como les fue.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Más que nada, por los actores. Y esto, con reticencias. A Richard Gere le ofrecieron hacer el papel de villano, pero ¡ah, no!, yo soy muy chulo y muy mijo, así es que quiero hacer el héroe, y pues bien... Richard Gere se esfuerza como actor cuando quiere, pero aquí no quiso. Bruce Willis trata de hacer un asesino psicópata y sádico, y en verdad hace lo imposible por contenerse y no estallar en carcajadas de villano de opereta, pero cuando uno recuerda el frío e implacable asesino que interpretara Edward Fox en la original "El día del chacal", no puede menos que mirar con cierta misericordia a Bruce, que se esfuerza, se esfuerza, y aún así no lo consigue. El venerable Sidney Poitier ("Al calor de la noche", "Adivina quién viene a cenar", "Al maestro con cariño", "El pequeño Nikita") es quien mejor se lo pasa, haciendo un secundario de lujo, y uno puede buenamente preguntarse qué demonios hace un actor tan bueno con una actuación tan buena, en medio de este desastre. Mathilda May, medio lanzada a la fama por su rol en la esperpéntica "Tango desnudo" y "estrella" de "La teta y la luna", hace su papel más hollywoodense hasta la fecha, y la verdad sea dicha, es agradable verla aquí, aunque esté de garbancera y su rol no tenga mayor relevancia (parece que la contrataron por su ascendencia española, así lo de "terrorista vasca" queda algo creíble). Mención especial merece Jack Black, por lo ineficaz (en general queremos a Jack Black en Cine 9009, pero hasta él ha cometido errores, y firmar para realizar esta peli fue uno de ellos; pero ¡hey!, eran los años en que tenía que hacer de secundario en "Mundo acuático" para sobrevivir, y al año siguiente cayó más bajo aún en "Todavía sé lo que hicieron el año pasado")...
-- La historia es simplemente imposible. En la original "El día del chacal", los equilibrios de la narración estaban tan bien entretejidos, que todo tenía un sentido, y el Chacal emergía sobre la niebla de intrigas como una amenaza real y temible. Aquí, por introducir cambios aquí y allá, el Chacal simplemente no se ve temible, sino como el malo al que hay que hacer entrar en cintura, a balazos si es preciso. Peligroso y brutal, sí, pero... ¿especial...? ¿Verdaderamente inteligente? Pues no, que me digan. Entre la galería de crímenes que perpetra el guión está la de hacer la guerra entre el chico bueno y el chico malo algo personal, por cuentas que ajustar con el pasado, cuando uno de los grandes méritos que tenía la historia original (y la peli de 1973) es que el trabajo del policía era por amor a la profesión, y el trabajo del asesino era también... por amor a la profesión, y por lo tanto, la atmósfera de intriga era mucho más cerebral, y por ende le inyectaba mucho más suspenso. No mencionemos que algunos diálogos de la peli original son conservados casi textuales, y se nota porque son los únicos diálogos realmente buenos en toda la peli. ¡Ah! Y no olvidemos el aborrecible final, que alarga la historia original en cerca de un cuarto de hora, con un final de acción totalmente prescindible (el final con secuencia de acción en el metro estaba mucho mejor logrado, por ejemplo, en "Colateral", pero es que ahí dirigía el Michael correcto, el gran Michael Mann, y no el anémico Michael Caton-Jones, ¿OK?).
-- No mencionemos el peor mal gusto de todos: el gran alarde de dramatismo de Caton-Jones es meter, en las escenas claves, la típica cámara lenta con el rostro del personaje que crea la tensión, con coros épicosoviéticos de fondo, para que veamos que la escena es realmente dramática y emotiva. Danke dich, Michael, por darnos algo de emoción, aunque sea de una manera tan tópica; peor es mascar lauchas, ¿no?
IDEAL PARA: Saltársela en la tienda de DVDs y marchar a la sección clásicos, para buscar si tienen la versión original.
"El día del chacal" (1973).
-- "The day of the Jackal". Inglaterra / Francia. Año 1973.
-- Dirección: Fred Zinnemann.
-- Actuación: Edward Fox, Terence Alexander, Michel Auclair, Alan Badel, Tony Britton, Denis Carey, Adrien Cayla-Legrand, Cyril Cusack, Maurice Denham, Vernon Dobtcheff, Jacques François, Olga Georges-Picot, Raymond Gérôme, Barrie Ingham, Derek Jacobi.
-- Guión: Kenneth Ross, basado en la novela de Frederic Forsythe.
-- Banda Sonora: Georges Delerue.
-- "El día del chacal" en IMDb.
-- "El día del chacal" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Charles de Gaulle, el milico que creía en las democracias siempre que fueran bien autoritarias (con razón le gustaba tanto a la Comisión Ortúzar), decidió que el Imperio Francés en Argelia debía acabarse. Los franchutes son el país de la democracia universal y los derechos humanos, pero en todas partes hay manzanas podridas, y en este caso se trata de grupos parafascistas que deciden por su cuenta que a los franceses no se los puede dejar solos, y por ende, Charles de Gaulle debe morir para que ELLOS puedan mostrarle al mundo que los franchutes son algo más que bolsas de aire caliente. Un primer complot fracasa de manera patética (se gastan lo que no tienen ametrallando a gusto con una churrada de francotiradores, y aún así la palman), de manera que los remanentes de este grupo ultranacionalista cambian de estrategia, y deciden que utilizarán a un asesino solitario para la misión. Para este propósito llaman a un tipo que no pueda ser buscado en Francia, por carecer de prontuario criminal allí; éste resulta ser un inglechute cuyo nombre código es el Chacal, y que ha sido nada menos que... ¡¡¡CHACHÁN!!! ...el tipo que se cargó a Rafael Leónidas Trujillo (si vieron el episodio de "X-Files" que revela como el Hombre del Cigarrillo fue el tipo que mató a JFK y Martin Luther King, ya saben de dónde se robaron la idea). El Chacal pone condiciones leoninas para el trato, y como los otros no tienen mucho que perder, acceden. El Chacal empieza entonces por estudiar el terreno y encargar una linda arma, amén de falsificar los pasaportes necesarios para moverse con comodidad por Francia. Para su desgracia, los polis franceses no son exactamente unos tontos, y espiando a los jefes del Chacal, descubren que algo raro se está cocinando, por lo que empiezan también sus propias averiguaciones. Sin embargo, ¿cómo se consigue detener a un hombre que ni siquiera se sabe su nombre ni su rostro...? El tiempo se agota, y cada segundo le permite al Chacal acercarse un pasito más a Charles de Gaulle...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Ya no se hacen pelis como éstas. Y cuando se intentan, salen cosas como ese remake desabrido que fue "El chacal" (escribí "desabrido" simplemente por usar una palabra suave). En los '70s, cualquier peli de complots internacionales debía tener un argumento sólido como una casa. Por eso, la aparición de un novel escritor, que venía de las aguas del océano periodístico, llamado Frederick Forsythe, fue saludada por todo lo alto; y es que "El día del chacal" venía escrita con pulso, además de una potente documentación. Este Forsythe fue para los '70s y '80s lo que Tom Clancy fue para los '90s: el novelista de tramas meticulosas e hiperdetallistas que jugaban con enormes intrigas internacionales mezclando a políticos, mercenarios, espías, etcétera. Basta recordar que aparte de "El día del chacal", se basan en obras suyas las películas "Odessa", "Los perros de la guerra" y "El cuarto protocolo". Lo que tiene de malo jugar a la política ficción, es que cuando la política pasa (Charles de Gaulle lleva casi cuarenta años de muerto), la ficción interesa menos. Pero sigue siendo buena ficción, si ha sido confeccionada por un maestro. Y Fred Zinnemann era de los buenos (dirigió, entre otras, "A la hora señalada", "Un hombre de dos reinos" y "De aquí a la eternidad").
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es un thriller de espionaje por todo lo alto. Quien esté acostumbrado al cine palomitero actual, con tramas simples y situaciones estandarizadas que permiten desviar la vista un par de minutos y enterarse igual de qué va el asunto, pueden verse más que un poco confundidos con un montaje rápido y acelerado (incluso para los cánones actuales), en donde cada escena cuenta, nada se sobreexplica, y se debe estar atento a todos los detalles. Esto, en particular porque la cantidad de personajes puede llegar a resultar apabullante, a ratos. Pero nada falta ni nada sobra. El trabajo de edición y montaje es una joyita maestra. Por cierto, Zinnemann se da el lujo de hacer un montaje paralelo vagamente reminiscente de la escena en que llega el villano al pueblo en la peli "A la hora señalada", en la escena cuando el Chacal aborda el tren mientras sale a la luz otra de sus barbaridades.
-- Edward Fox. Para los seguidores de ese género cinematográfico de vagos contornos que es el "cine de época" (es decir, esos filmes ambientados en una época que no es la actual ni la de nuestros padres, pero no es un tiempo tan lejano para hablar de "romanos", "caballeros", "piratas" o "pelucones dieciochescos"), Edward Fox es un individuo ciertamente reconocible: "Un puente demasiado lejos", "Fuerza 10 de Navarone", "Gandhi" y "Nunca digas nunca jamás" se cuentan en su currículum. Para quienes ya lo reconocieron, debe ser toda una curiosidad verlo hecho un crío, interpretando al Chacal (y yo que pensé que había nacido viejo). Resulta curioso también observar que un factor determinante en su elección como protagonista fue que Fred Zinnemann quería justamente un rostro poco reconocible y no una superestrella, para que fuera creíble un asesino escondido entre la multitud, y hoy en día el rostro de Edward Fox es bastante reconocible por cualquier aficionado cinéfilo (Michael Caine, quien quería el rol, debía estar más que chasqueado, y otro tanto con Roger Moore, aunque éste en ese mismo año se apuntó su primera Bond con "Vive y deja morir"; digamos para la trivia que al contrario, Jack Nicholson lo rechazó)... A diferencia de Bruce Willis en el desastroso remake de 1997 ("El chacal"), Edward Fox no trata de ser más malo que el diablo sólo para que lo odiemos, sino que interpreta al Chacal como un hombre de negocios cualquiera con un horario de trabajo que podría ir perfectamente de nueve a cinco, sólo que su negocio es el asesinato selectivo de personas y comprende muchas salidas a terreno. Esto es justamente lo que hace tan escalofriante al Chacal, en la versión de 1973 (bueno, esto, y que no le hace asco al sexo ni con hombres ni con mujeres, y esto no por placer sino por trabajo). Dicho en breve, el Chacal es en esta película una amenaza peligrosa no porque sea el villano maligno, sino porque en definitiva la vida o la muerte de una persona le importa un reverendo bledo (léase "comportamiento psicopático").
-- Otro detalle adicional: la película apenas cuenta con música incidental. Esta se reduce al mínimo, y casi todo el sonido proviene de los diálogos y el ruido ambiental. Era una práctica más común antes que ahora, cuando la sensiblería hollywoodense y la progresiva insensibilización del público obliga a bandas sonoras cada vez más sobrecargadas y ampulosas. A veces, regresar a lo básico, a esas películas que decían lo más con toda economía de recursos (de banda sonora, en este caso), es sumamente refrescante.
-- El hecho de que Charles de Gaulle sea un personaje histórico, y de actualidad para la época, le añade un plus, una gran sensación de realismo. Esta lección no la aprendieron en el remake de 1997, y con eso se destiñeron un punto más.
IDEAL PARA: Ver un gran thriller de suspenso, incluso para los estándares de una época en la que de verdad sabían hacer thrillers de suspenso.
jueves, 20 de septiembre de 2007
"Harry el Sucio" (1971).
-- "Dirty Harry". Estados Unidos. Año 1971.
-- Dirección: Don Siegel.
-- Actuación: Clint Eastwood, Harry Guardino, Reni Santori, John Vernon, Andrew Robinson, John Larch, John Mitchum, Mae Mercer, Lyn Edgyngton, Ruth Kobart, Woodrow Parfrey, Josef Sommer, William Paterson, James Nolan, Maurice Argent.
-- Guión: Harry Julian Fink, Rita M. Fink y Dean Riesner, con aportes sin acreditar de John Milius, sobre una historia de los dos primeros.
-- Banda Sonora: Lalo Schifrin.
-- "Harry el Sucio" en IMDb.
-- "Harry el Sucio" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Hay una bella chica con un bikini amarillo que revela un bien formado busto, nadando en la piscina de una azotea. A salvo y segura del mundo, ¿no? Pues no. Porque un francotirador se ha subido a una azotea vecina aún más alta, apunta, dispara... y la chica pasa directamente del bikini al piyama de madera. Al poco tiempo llega una nota del asesino, que firma como Scorpio, a la Municipalidad, que dice algo así como "paguen 100.000 o seguiré matando gente hasta que se me despachurre la gana" (suponemos que 100.000 dólares en esa época, con la inflación, aún era algo de dinero). ¡Pobre Scorpio! No tiene idea de que San Francisco es el hogar y nido de nada menos que del Inspector Harry Callahan, A.K.A. Harry el Sucio, el grande y único, aunque a su favor podemos decir que era la primera peli de la serie de Harry el Sucio, así es que no podía haberse enterado viendo las anteriores. Harry es la clase de detective que no va a detenerse a merendar con activistas de las libertades cívicas. Si ve a un puñado de putos asaltantes bancarios atracando una institución financiera, no se va a andar con tonteras como el respeto de los derechos civiles o la integridad ciudadana: si jodes en mi ciudad, damn nigga, entonces vamos a limpiar la escoria a balazo limpio, ya punk. Aunque no tienen prácticamente ninguna pista para llegar a Scorpio, mejor que se esfuerce por actuar como un fantasma sin dejar rastro, porque de verdad que Harry se va a enojar mucho contigo si sigues portándote mal.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Soplaban vientos de cambio en Estados Unidos. Los joviales y felices y hippies '60s estaban dejando paso a una década más dura y complicada, una en la que veríamos Watergate, el crecimiento del terrorismo (véase "Munich", por ejemplo), el ascenso de los fundamentalistas... El permisivismo ambiente y la lucha por los derechos civiles había llevado a su consecuencia lógica, el recrudecimiento de la delincuencia, cuyo epítome es el asesino conocido como el Zodíaco, y al que nunca pudieron agarrar (y con el cual David Fincher hizo su bonita peli "Zodíaco", precisamente). Ya hemos dicho que el cine de los '70s es inusitadamente duro, no sólo respecto del cine anterior, sino incluso del glamoroso stripes&bars ochentero o el psicótico noventero o el popcórnico 2000. Es la época del cine de catástrofes al estilo "La aventura del Poseidón" o "Infierno en la torre", del thriller político al estilo "El día del chacal", del cine de mafiosos al estilo "El Padrino" y "El Padrino II", del softcore europeo al estilo "La historia de O"... El gran héroe justiciero de acción durante la década anterior había sido James Bond, desde la peli "El satánico Doctor No" de 1962, pero en verdad este estilo glamoroso y carilindo estaba quedando desfasado en el tiempo (la última clásica de Connery, "Los diamantes son eternos", fue estrenada en 1971 precisamente, y de ahí derivaría al "realismo sucio" de "Vive y deja morir", en donde los malos ya no son los supervillanos a la conquista del mundo, sino los traficantes de heroína). A James Bond debía sucederle un héroe igual de rudo, pero menos contemporizador con el glamour, un tipo sucio y dispuesto al trabajo policíaco brutal. Si los '60s fueron de James Bond, los '70s fueron de Harry el Sucio, la versión hardcore del asesino Bond, con todo su feísmo y su fascismo, pero sin sus toques de sofisticación. Es que la delincuente urge y arrecia, y no hay tiempo para martinis agitados y no revueltos...
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es la presentación de Harry el Sucio, uno de los más grandes íconos del cine de acción de todos los tiempos. Situemos al Inspector Harry Callahan en el árbol genealógico de los duros. Hasta 1962, los chicos buenos defendían la ley, los derechos de las personas, etcétera. James Bond fue el primer asesino que consideraba legítimo y moral el matar al enemigo porque sí, porque es el enemigo y no hay mejor enemigo que el enemigo muerto. Pero aún Bond era puro glamour. El paso siguiente fue, por supuesto, buscarse un asesino aún más rudo, y éste fue Harry el Sucio. En los '70s, Estados Unidos nadaba en delincuentes, y además el ciudadano promedio muchas veces estaba asustado con esos mugrosos hippies que se drogaban y practicaban (¡horror!) el amor libre. En los '70s, los yankis pedían mano dura. Un personaje como Bond ya no bastaba. De manera que entra en escena el brutal y violento Harry el Sucio, que está dispuesto a defender el sistema a ultranza, no sólo de esa brutal escoria nigga y esos locos pirados de allá afuera, sino también de esos blandengues burócratas bien empotingados en sus asientos, que desde la comodidad de su oficina pontifican sobre la seguridad de todos los ciudadanos, mientras que Harrito se quiebra el culo haciendo prevalecer la ley y el orden. Esta concepción del héroe, o mejor dicho del antihéroe, que encarna Harry el Sucio, incluyendo la fórmula "seamos laxos con los medios en tanto conservemos orden y seguridad", será después, con variaciones, el tema de los numerosos héroes asesinos posteriores como John McClane (el Bruce Willis de "Duro de matar"), Marion Cobretti (Sylvester Stallone en "Cobra"), los héroes fascistoides de Chuck Norris ("Fuerza Delta", "Desaparecido en acción" y secuelas de ambas), y después de un repliegue durante los '90s, volvieron a florecer otra vez en gloria y majestad en plena Era Bush, con otro fascista como George W. "Matarife" Bush, con el Batman de "Batman inicia", la versión 2004 de "El Castigador" (¡basada en un personaje del cómic de los '70s!), y muy en particular la gran encarnación del espíritu Dirty Harry que es Jack Bauer, el prota de la serie "24". Como puede observarse, Harry el Sucio era el personaje justo en el momento justo, y se convirtió en la encrucijada de numerosos referentes culturales (hasta el punto que el propio Clint Eastwood se dio maña para autoparodiarse en "El novato").
-- Clint Eastwood. Es una obviedad a estas alturas del partido, pero no hay actor que hubiera podido encarnar mejor a Harry el Sucio que el duro por antonomasia, el chico que se había hecho un nombre en el spaghetti western como el pistolero de la tríada clásica "El bueno, el malo y el feo", "Por un puñado de dólares" y "Por unos pocos dólares más". Sin embargo, en esa época la asociación Eastwood/Callahan no era tan obvia, toda vez que el guión y el rol fueron escritos... ¡para Frank Sinatra! Y éste lo rechazó por tener una herida en la mano. También se tanteó al insigne republicano John Wayne para el papel, quien sin duda se hubiera sentido a sus anchas dentro de las fascistas ropas de Harry Callahan, pero éste por orgullo no quería ser la segunda opción detrás de Sinatra...
-- Podríamos decir que esta película no se termina hasta que se termina. Porque la primera parte de la peli versa netamente sobre los intentos de Harry el Sucio por parar los asesinatos de Scorpio. Pero en la segunda parte aparece un enemigo impensado: la burocracia judicial. Porque resulta que el pobrecito Scorpio al final, por el puro hecho de ser un humanito, también tenía derechos civiles, mire usted, y esos derechos civiles hay que respetárselos, pues faltaba más, y ahora Harry el Sucio está con las manos atadas para impedir que cometa más crímenes, porque las propias autoridades defienden a Scorpio contra la justicia. Lo que pone sobre el tapete el viejo problema de ¿qué hacemos en una sociedad abierta y democrática, con aquellos elementos subversivos que de buena gana aprovecharían esas libertades para hacer imposible la vida de los demás ciudadanos...? Es una cuestión aún no resuelta, que ha hecho correr ríos de tinta (¡y de sangre!). Entre los propios partidarios de la mano durazna pueden incluso haber matices, como lo prueba "Magnum 44", la primera secuela de Harry, con sus villanos más harristas que el propio Harry el Sucio, eso ya es decir. Por cierto, estos planteamientos son la base de ideas parafascistas como la Doctrina de Seguridad Nacional, la Tolerancia Cero, la Guerra contra el Terror y su consecuencia la nunca bien deplorada Patriot Act... Pero es claro que el otro extremo, el de los blandengues para quienes las víctimas de los enemigos del sistema tuvieron la estúpida idea de cruzarse en el camino de los chicos malos, que no son tan malos, fíjese usted, porque se criaron en un medio ambiente hostil y por eso hay que ayudarlos y tenerles compasión, y las víctimas a cavar sus propias tumbas por ser tan estúpidas que no cruzaron la calle cuando vieron venir al chico malo, y además las víctimas eran culpables de haberla tenido más fácil que los pobrecitos malos malosos ignorados por la sociedad... Ya saben a qué me refiero.
-- Como mencionamos, la historia de Scorpio está vagamente inspirada en los crímenes del Zodíaco, un sujeto al que nunca llegaron a cazar. Insistimos: vean la peli "Zodíaco" de David Fincher, en la cual, por cierto, los personajes van al cine a ver la última novedad, un nuevo personaje llamado Harry el Sucio, que... De antología es el diálogo en "Zodíaco", en el cual un desencantado detective Toschi dice algo así como: "ahora se hacen películas con el Zodíaco"...
-- "Yo sé lo que estás pensando: '¿Disparó seis tiros, o sólo cinco?'. Bien, déjame decirte la verdad, con toda esta excitación perdí la cuenta. Pero siendo ésta como es, una Magnum calibre 44, la más poderosa arma en el mundo, que puede reventarte limpiamente la cabeza, debes preguntarte una sola cosa: '¿Me siento con suerte?'. Bien, ¿te sientes así, infeliz?"... ("I know what you're thinking. 'Did he fire six shots or only five?'. Well, to tell you the truth, in all this excitement I kind of lost track myself. But being as this is a .44 Magnum, the most powerful handgun in the world, and would blow your head clean off, you've got to ask yourself a question: Do I feel lucky? Well, do ya, punk?").
IDEAL PARA: Ver al padre, la madre y la familia completa de los actuales antihéroes Bauer's style.
"Sala de espera al infierno" (1988).
-- "The Dead Pool" (título original en inglés), "La lista negra" (título en España). Estados Unidos. Año 1988.
-- Dirección: Buddy Van Horn.
-- Actuación: Clint Eastwood, Patricia Clarkson, Liam Neeson, Evan C. Kim, David Hunt, Michael Currie, Michael Goodwin, Darwin Gillett, Anthony Charnota, Christopher P. Beale, John Allen Vick, Jim Carrey.
-- Guión: Steve Sharon, sobre una historia de éste, de Durk Pearson y de Sandy Shaw, basados en el personaje creado por Harry Julian Fink y Rita M. Fink.
-- Banda Sonora: Lalo Schifrin.
-- "Sala de espera al infierno" en IMDb.
-- "Sala de espera al infierno" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Han pasado los años (¡y cómo!), y ahora el otrora incorrecto y malvisto Harry "el Sucio" Callahan es toda una celebridad. Lo que por supuesto lo fastidia, ya que si le cascarrabiaba el día tener que estar haciendo las cosas entre un montón de pendehos elsistemafuncionadictos, ahora se pone peor. Por una parte, los matones del último tipo a quien mandó a prisión están tratando de mandarlo al ataúd, y con las piernas quebradas si eso fuera posible. Por la otra, los mamones del SFPD tratan de proteger a su estrella más valiosa y sacarlo de las calles para mandarlo a un escritorio a hacer relaciones públicas (¿sacarlo de las calles...?, ¿al Jack Bauer de los '80s...?, ¿para hacer QUÉ...?). Para peor, anda una periodista suelta tratando de apuntarse el reportaje de su carrera sobre el currículum, y entre sus piernas si para ello alcanzara. En medio de todo esto, incluyendo el inevitable nuevo compañero con cara de futuro fiambre, surge un nuevo caso. Un mierdarrockstar que se inyecta hasta las muestras de uremia del hospital, aparece congeladito en su carro, mientras está rodando una peli estilo "El terror de la casa serie B Parte IX: La nueva venganza del fantasma asesino cutre". Asignan a Callahan para el caso, y éste poco a poco, un poco con la ayuda de la periodista, descubre la existencia de una lista negra, un "inocente" jueguito en el cual se incluyen varias celebridades, y el que al cabo de un año le ha acertado a la mayor cantidad de muertes en el período, gana. El problema es que alguien parece haberse tomado la lista demasiado en serio, quiere ganar a cómo dé lugar, y si eso implica adelantarle el menú a los gusanos, pues bien, que así sea. Y si pensaban que se estaba poniendo peor, aún falta lo mejor: Harry Callahan también está en la lista negra de celebridades...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Había pasado la respetable cantidad de 17 años desde la primera peli de la serie de Harry Callahan, "Harry el Sucio", y la saga se había transformado en una de las más representativas e icónicas de su tiempo, los '70s y '80s. La última peli de Dirty Harry había sido "Impacto fulminante", de 1983, y había significado una digna entrada a la estética y ambiente de los '80s, así es que debía aprovecharse eso para una nueva secuela. La quinta película de Harry el Sucio (y final, por ahora al menos) es ya plenamente '80s (¿y cómo no, si la década iba terminando?), pero ya exhibe un aire soñoliento o trasnochado, con inclusiones tales como el cine de asesinos seriales estilo Jason Vorhees o Freddy Krueger, o los rockstar pendejos (es increíble lo que ha envejecido Guns 'n' Roses en veinte años), cosas que no iban con los '70s. Incluso hay una nota autoparódica en el hecho de que Harry el Sucio, antaño el renegado del sistema, ahora justamente por esa condición pasa a ser una celebridad y un monumento cultural DENTRO de la peli, un poco como lo que ocurría afuera. Por suerte se detuvieron aquí y no siguieron adelante con la saga, o con una sexta se la habrían cargado. Aunque pensándolo bien, "El novato" bien pasa por una secuela bastarda de Harry el Sucio...
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es el adios y despedida a Harry el Sucio. Durante años ha rondado la idea de que Clint Eastwood debería volver a hacer una secuela (¿veinte años después?, ¿están bromeando?), pero ojalá que eso no suceda. El mundo ha cambiado mucho y probablemente Harry Callahan no domine en un mundo regido por gentes como los de "24" o "The Shield". No podemos decir que es una despedida en plena forma porque aquí el declive es ya evidente, pero al menos tuvieron la decencia de no estrujar la teta hasta las últimas y abyectas consecuencias.
-- Hay dos roles menores para dos estrellas que recién estaban comenzando, que necesitaban el dinero, y que después se hicieron estelares (y nunca más quisieron acordarse que habían estado en una de Harry el Sucio). El director de la peli y principal sospechoso viene interpretado por Liam Neeson, cinco años antes de hacerse famoso por protagonizar "La lista de Schindler", y digámoslo desde ya, su interpretación no es especialmente lucida (quizás porque Neeson tiende a ser irónico y bonachón, y carecía de la mala leche para darle vida a un director de cine algo pasado). El otro es Jim Carrey himself, seis años antes de "La máscara", cuando no lo conocía ni su perro, y haciendo toda la gesticulación y el histrionismo patológico de siempre, pero como él es el rockstar muerto a los cinco minutos de aparecer en cámara, además de que el personaje lo exigía, pues está bien...
-- ¿Qué más ochentero que tener a Guns 'n' Roses como chicos malos haciendo cameo, y además tener una larguísima secuencia con el tema "Welcome to the jungle"? Vale, los chicos de Axl y Slash han envejecido lo suyo y su música no suena tan rasgatripas después de la avalancha power de Pantera, rapmetalera de Korn, chancagótica de Rammstein, industrialoide de Marilyn Manson, goticoide de Evanescence... incluso ya entra en el archivo MP3 de "música para el recuerdo"... pero bueno, sigue teniendo un encanto funumbular, qué diablos. Vale por la excentricidad (¿y ésos eran malos? ¡Ja! A la próxima, incluyan a Diamanda Galas, y ahí tendrán...).
-- La secuencia de la persecusión automovilística entre el vehículo de Harry el Sucio y... un autito de juguete. Así dicho suena ridículo, y puede que ustedes empiecen a considerar que de tanto ver y postear películas, al General Gato está por freírsele la sesera, pero por favor, si ven la película, no se pierdan la secuencia que les digo para hacer algo tan pedestre como ir a buscar bebida o papas fritas. Piensen: San Francisco, calles con subida de infarto, Harry Callahan siendo perseguido por un autito de juguete explosivo... delirante y adrenalínico, qué más puedo decir.
-- Por último... ¡Es una de Harry el Sucio! No es de las mejores, pero sigue siendo nuestro viejo y entrañable Harry. ¿Qué más...?
IDEAL PARA: Ver un ocaso decente para Harry el Sucio.
domingo, 16 de septiembre de 2007
"Licencia para casarse" (2007).
-- "License to Wed". Estados Unidos. Año 2007.
-- Dirección: Ken Kwapis.
-- Actuación: Robin Williams, Mandy Moore, John Krasinski, Eric Christian Olsen, Christine Taylor, Josh Flitter, DeRay Davis, Peter Strauss, Gracie Zabriskie.
-- Guión: Kim Barker, Tim Rasmussen y Vince Di Meglio, basados en una historia de Kim Barker y Wayne Lloyd.
-- Banda Sonora: Christophe Beck.
-- "Licencia para casarse" en IMDb.
-- "Licencia para casarse" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Es la historia de siempre. Un chico y una chica se conocen en una fila, el chico se las arregla para, ejem, hacer un desaguisado (en realidad, la palabra en la que pensaba principia con "cag"), y la chica, en vez de considerarlo como el peor palurdo del mundo, lo invita a salir. El asunto degenera en... (¡¡¡¡AJJJJ!!!!) ...relación de pareja, y de ahí sigue decayendo hasta terminar en proposición para... (¡¡¡¡REYIAJJJJ!!!!) ...boda. Todo es lindo, todo es maravilloso, todo es estupendo, pero la chica, que para algo es mujer, tiene la idea genial de todos los tiempos: ¡¡¡CASÉMONOS EN "X" LUGAR!!! El problema es que "X" lugar (Saint Augustine o algo así) es el feudo privado del Reverendo Frank, el hombre que controla con mano de hierro el proceso de admisión a matrimonio religioso, y que está dispuesto a someter a la pareja a su infalible programa de preparación para el matrimonio. Después de conocerle, la pareja descubrirá que tanto más les valía ir a Auschwitz, que ahí podían aprender más o menos lo mismo con la ventaja de que sólo estarían expuesto a alguna eventual dosis de Zyklon-B, en vez del maniático y entrometido Reverendo Frank, que como buen hombre de religión, cree que la salvación espiritual justifica los medios, y asume su tarea con un talante más propio de Harry el Sucio que de un provecto y compasivo pastor de almas.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Aparte del género de las megapelículas palomiteras, Hollywood tiene un segundo coto de caza en las comedias románticas (bueh, y otro en las pelis de terror, la tríada sagrada made in Hollywood). Las comedias románticas Hollywood' style siguen más o menos el mismo patrón: boy meets girl, boy and girl are in troubles, girl says goodbye to boy, boy runs to airport for her girl (and she loses her plain). Lo puse en inglés, porque es el estilo Hollywood, así es que tiene que ser a lo yanketa. Pues bien, resulta que en este caso, "the great T" (por "troubles") es el Reverendo Frank. El resto es más o menos de fórmula.
¿POR QUÉ VERLA?
-- A pesar de que no pasa de ser una película topicaza (y es que el director Ken Kwapis es más bien del tipo "telefilme/TV serie", y también es conocido por una película tan ampliamente visionada y reconocida como "El dice, ella dice"... Lo de "ampliamente visionada y reconocida" fue un sarcasmo, por supuesto), tiene algunos elementos rescatables. Cuando digo rescatable, no quiero decir "vayan corriendo al cine". Pero si en algún minuto quieren ver algo relajado en DVD, sigue siendo una opción. La principal es que dentro de todo lo previsible del guión, éste se aparta en algunos puntos del lugar común. Por ejemplo, al principio vemos a un tipo más o menos corriente, metiéndose con una niñita bien y de familia firulí, y de inmediato decimos que ¡¡¡AAAAAAHHHHHH!!! es el remake de "La familia de mi novia", con eso de suegros estiradotes y mejor amigo de la novia que quiere comérsela en vez del novio. Pero no. La familia es estiradota, sí, pero no le tiene mala especial a nuestro héroe el novio, y el mejor amigo de la novia, que fue su antiguo novio, realmente la quiere como amiga y no quiere comérsela, e incluso llegado el momento le da un buen raspaorejas para que enmiende el rumbo y no pierda a su chico maravilla. La novia tiene hermana recién separada, y de inmediato pensamos en el enredo de que la malvada cuñada va a querer comerse al novio y armará una intriga que derivará en comedia de enredos, y... Pues, tampoco. La película entera, toda ella, gira en torno a los tres personajes protagónicos, y el resto está para el bulto, y eso es algo que se agradece (o no, según el punto de vista).
-- Las actuaciones no son brillantes ni mucho menos, pero por lo menos son discretas. Después de algunos años tratando de hacerse el actor serio en pelis como "El hombre bicentenario", "Insomnia", "Retratos de una obsesión" o "Más allá de la muerte", Robin Williams ha estado regresando a su terruño natal como el comediante a quienes todos aprendimos a sufrir, desde "Una noche en el Museo"; aquí, Williams está tan insufrible como siempre, pero como el personaje se supone que también lo sea, pues está bien; además, lo creepy del personaje deja flotando un cierto aire a secuela (ojalá que no, en este caso con una basta). Mandy Moore sigue consolidándose como el ersatz de Jessica Alba con su pizca de Jennifer Lopez, pero como aparece linda en la peli, pues no diremos mucho (aunque llegado el minuto, su personaje se transforma en la clásica chica toctoc-aló-cerebro-hay-alguien-ahí). John Krasinski, por su parte, en el rol del novio, se encarga de echar a pique cualquier intento de remontar la peli, con su actuación desastrosamente mala; y miren ustedes que la tenía fácil, sólo tenía que ganársela o al menos estar a la altura de Mandy Moore. Los secundarios están de relleno, pero como floreros pintan bien: el papi corazón de la novia es el venerable Peter Strauss, la adorable y eterna secundaria Christine Taylor ("La mejor de mis bodas", "Zoolander", aunque aquí más entradita en años) brilla su punto como la cuñada, el infante asesino Josh Flitter está lo suficientemente insoportable como para ser un borrador de Jack Black (¿habrá sido así Black a los 13?), y aunque no pinta nada en la peli, no puedo dejar de mencionar a la ultraveterana, y ya no diré otoñal sino invernal Grace Zabriskie, conocida como la madre de Laura Palmer en "Twin Peaks", y que aquí interpreta a la abuela de la prota.
-- Quizás el punto más significativo de la peli es que al final no hay personajes malos. El reverendo Frank pintaba para sicópata, pero al final del cuento tenía más que un poco de miga de razón, por más que sus métodos fueran más bien del tipo me-cago-en-los-derechos-civiles-y-qué. Los dos protas, por su parte, se quieren bien y son bienintencionados, pero a medida que transcurren los sucesos demuestran que debían madurar y descubrir un par de cosas... AMBOS (o sea, no es la peli machista en que la chica es la tonta, ni feminista en que el chico es el infantil, sino que AMBOS son tonta ella e infantil él). Reventaré el final, pero no importa porque ustedes, bien recomendados por el General Gato, seguramente no la verán en el cine, y además, porque es una comedia romántica al uso: no hay castigo para nadie, el amor triunfa, y todos terminan tan amigos. Un final optimista y good vibes, claro está, pero no todo va a ser drama en la vida, tampoco.
IDEAL PARA: Ver bien arrumacado por el pololo/novio/marido/amante/andante/afilante o lo que corresponda (reemplácese por sus correspondientes femeninos en caso de que proceda).
"Dirty Love" (2005).
-- "Dirty Love". Estados Unidos. Año 2005.
-- Dirección: John Mallory Asher.
-- Actuación: Jenny McCarthy, Eddie Kaye Thomas, Carmen Electra, Kam Heskin, Victor Webster, Guillermo Díaz, Jessica Collins.
-- Guión: Jenny McCarthy.
-- Banda Sonora: D.A. Young.
-- "Dirty Love" en IMDb.
-- "Dirty Love" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Una fotógrafa cualquiera entra un día a la casa, pregunta si el shansho del refri está todavía bueno, y cuando va a la cama, descubre que el shansho del refri está malo... y que su novio está jugando al emboque con una bitch en la cama. Visita a una adivina, y la adivina le profetiza que cuando todo termine, encontrará su felicidad junto a un pony blanco... (a mí no me miren, yo sólo estoy reseñando esta cosa). De manera que llama a sus dos mejores amigas, les cuenta su drama, y ellas empiezan a tratar de emparejarla con algunas citas. A cual más desastrosa que la anterior. La intención es poner verde al ex novio de celos, pero como no consigue sino hacer los ridículos más espantosos, pues bien, es ella quien termina causándole a él un ataque de risa. Y la verdad, me niego a seguir adelante.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Después de ver esta película, he perdido la confianza en los espíritus. Filosóficamente, me he vuelto un materialista.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Rara vez decimos esto, pero POR FAVOR, háganle un favor a su cerebro, y NO LA VEAN. Lo vuelvo a escribir para que quede claro el concepto: NO LA VEAN. Explicaré por qué. Se supone que es una comedia sobre las mujeres despechadas. Hasta ahí podría ser una película simplemente mala, así como son malas las columnas para mujeres treintonas en la prensa nacional chilena. El problema es que para burlarse de algo, es necesario establecer distancias, y por eso uno no debe ser parte de ese algo. ¿Se imaginan acaso a un hombre haciendo chistes feministas, o a la inversa, a una mujer haciendo chistes machistas? Pues no, ¿verdad? Ese es el concepto. No hay distancia, no puede nacer la ironía. Ahora bien, una comedia sobre la estupidez de las mujeres que buscan al Mr. Right a como dé lugar y a cualquier costo, tiene que ser hecha por alguien que NO SEA UN ESTÚPIDO. Y en esta película, simplemente todos son estúpidos. Jenny McCarthy se ganó un lugar en el Infierno de los Guionistas al pergueñar una "comedia" la cual, al final del día, son puros topicazos comunes: el chuloputo que abandona a la chica, la chica que la pasa mal, el chico bueno y sensible que la mira y la mira y nunca pasa nada... y el consabido final feliz en que el amor cura mágicamente todas las heridas. Al servicio de una idea tan pobre y archirrepetida está un elenco que... bien... está Jenny McCarthy de protagonista, haciendo berrinches de niña chica que supuestamente son graciosos (y es que la peli entera está al servicio de su egolatría, y el director también, como que fue su marido, y supongo que a cambio de rodar este bodrio ella dejó que se la faenaran)... está Carmen Electra, que se niega a hacer lo suyo (mostrar carrocería), y en vez de eso interpreta a una blanca que quiere ser negra (¡¡!!), oscureciendo su piel ¡¡¡CON POLVOS AUTOBRONCEANTES!!! Curiosamente la única que saca una actuación mínimamente decente, la señorita Kam Heskin (con un currículum no muy lucido, y con razón), interpreta a una candidata a actriz que simplemente no sabe actuar... No digamos el anodino que interpreta al chico bueno, o al tarado que interpreta al chico malo... El humor es grueso y carente de gracia (especialmente penosa resulta la secuencia en la que Jenny pasa vergüenza cuando se le desata la menstruación en el pasillo de un supermercado, y hace lo imposible por no dejar el chorro de sangre allí por donde pasa... no, no me lo estoy inventando). Fue nominada a seis Premios Razzies y ganó cuatro, y con justicia (Peor Actriz, Peor Director, Peor Película y Peor Guión, y se salvó de Peor Pareja Fílmica y Peor Actriz Secundaria, suponemos que por poco).
IDEAL PARA: Valientes sin mucho aprecio por sus esforzadas neuronas.
ADVERTENCIA. Recuerden que las reseñas de este blog son hechas por un profesional que se ha entrenado especialmente para el peligro neurológico de ver una mala película. Por favor, no intenten repetir la hazaña de ver esta película en sus casas. Por el solo hecho de leer esta advertencia, usted el lector libera de toda responsabilidad al redactor de este blog por las graves secuelas neurológicas a las que podría exponerse. Por favor, no se arriegue innecesariamente: su vida vale más. Es un consejo de su buen amigo el General Gato.
jueves, 13 de septiembre de 2007
"La vie en rose: La extraordinaria vida de Edith Piaf" (2007)
-- "La Môme". Francia / Inglaterra / República Checa. Año 2007.
-- Dirección: Olivier Dahan.
-- Actuación: Marion Cotillard, Sylvie Testud, Pascal Greggory, Emmanuelle Seigner, Jean-Paul Roure, Gérard Depardieu, Clotilde Courau, Jean-Pierre Martins, Catherine Allégret, Marc Barbé, Caroline Sihol, Manon Chevallier, Pauline Burlet, Elisabeth Commelin, Marc Gannot.
-- Guión: Olivier Dahan e Isabelle Sobelman.
-- Banda Sonora: Christopher Gunning, y canciones de Edith Piaf.
-- "La Vie in Rose" en IMDb.
-- "La Vie en Rose" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
1959. Una mujer fea como un engendro del demonio, pero con un peazo voz que conmueve hasta el basalto volcánico, está cantando en el escenario, cuando de pronto se desploma. Es el momento más crítico en la vida de Edith Piaf, que a sus tempranos y avejentadísimos 44 parece estar por fin finiquitada, derrotada por ese romance sensual que siente por sus inyecciones de morfina. Es el momento, por supuesto, para regresar en el tiempo, examinar la infancia, y todas esas cosas que hace la gente en momentos de crisis, en los biopics desde que el cine es cine. Asistimos así al abandono de su madre en manos de su abuela, al abandono de su abuela a que se cuide a sí misma, al abandono de su padre en brazos de su otra abuela (regenta de un prostíbulo, ¡ups!), a la separación forzosa respecto de aquellas prostis con corazón de oro que son las únicas que la querían (snif), y después, a sus arduos comienzos como cantante callejera, cantante de cabaret, cantante de lo que sea que sea... Hasta que viene el momento del triunfo... Los sinsabores de la fama... Los nuevos triunfos... Los nuevos sinsabores de la fama... Nada que no hayamos visto en "Behind the Music", claro está.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
El cine está trufado de biopics sobre artistas que vivieron el infierno en vida, las pasaron canutas, y después pudieron triunfar, con grandes apoteosis con aromas de santidad al final de todo, para mostrar que el sentimiento por la vida es más fuerte que el sufrimiento sublimado en música, blah blah blah. A la memoria se me vienen "The Doors", "Ray", "Johnny y June: Pasión y locura", y no se me vienen más a la cabeza, pero se me ocurrirán, porque de haberlas, las hay. El atractivo de estas historias es que ofrecen existencias atormentadas de culebrón con las cuales el cine puede identificarse. ¿Es esto malo? ¡Por supuesto que no! Nadie va al cine o lee un libro porque sea profundo o densamente filosófico (bueno, algunos sí, pero hablamos de gente normal y no de catedráticos universitarios). Lo que la gente pide es circo, y por lo tanto, mientras más conflictivo sea el biografiado, más material para explotar. Era cuestión de tiempo antes de que alguien se fijara en Edith Piaf, la abuelita de las rockstar actuales, que vivió rápido (y medio drogada, o tres cuartos de drogada), y se despachó joven, a los prematuros 48, aunque arrugada como uva pasa, acabada por las drogas, después de haber sufrido cuanta miseria puede sufrir una persona... Pero feliz con la vida por todo lo que le ha dado (snif)...
¿POR QUÉ VERLA?
-- Marion Cotillard. Esta película la ha puesto bruscamente en el mapa internacional, y con razón. Hasta el momento había hecho alguna que otra película de interés, fundamentalmente en el cine francés, y había saltado a Hollywood con roles ultrasecundarios como la esposa del prota en "El gran pez" (la de Tim Burton), y había hecho algo de ruido poniéndose guapa para Russell Crowe en "Un buen año". Como sucedió con Charlize Theron en "Monster", la Cotillard tuvo que afearse hasta lo ridículo para que lucieran sus roles actorales, bien escondido detrás de sus, ejem, otras cualidades. Ver a la Cotillard en esta película es ver a Piaf en acción. Cierto es que la bebé Piaf y la niña Piaf son interpretadas por las actrices infantiles de rigor, pero la Cotillard se encarga de darle vida a Edith desde el final de adolescencia hasta su muerte, y hace una presentación absolutamente fina, haciendo evolucionar a su personaje desde la chica no demasiado convencida de su destino histórico, hasta una diva prisionera de sus gestos y manierismos y, por qué no decirlo, una caricatura de sí misma. Ayuda, por supuesto, la extraordinaria caracterización llevada a cabo por el Departamento de Maquillaje, haciendo que las facciones de la Cotillard desaparezcan casi por completo debajo de las distintas edades del personaje, caracterización por la cual más de alguien en el Departamento de Maquillaje debe haber acabado con colapso nervioso por la recarga de trabajo.
-- ¿Diremos "por Olivier Dahan"? Bueno, démosle algo de crédito al director, que lo hizo notablemente bien. La peli no es una obra maestra de la dirección escénica, y tiene por aquí y por allá algunas soluciones dizqueintelectuales, pero en general se limita a contar el cuento, y lo cuenta bien. Personalmente no hubiera apostado por Olivier Dahan para el trabajo, considerando que la mayor luz de su currículum es la entretenida, pero insubstancial, "Los ríos de color púrpura 2: Los ángeles del Apocalipsis". Aunque por otra parte algún acercamiento tenía con el mundo musical, dirigiendo el videoclip de "Salvation" para The Cramberries (les hizo un favor, porque el video, sin ser una maravilla, mejoró harto la canción; por cierto, hay una miga de ironía en que esta peli sobre una morfinómana venga firmada por un tipo que hizo una década antes un videoclip tipo "say no to drugs").
-- La película tiene un excelente ritmo. Tomen nota de que dura casi dos horas y media, bastante larga incluso para un biopic (ya han visto lo fatigosa que es "Gandhi"... si han aguantado hasta el final), más si se considera que la vida de Edith Piaf no es precisamente material narrativo de primera (romance tras romance tras romance, canción tras canción, inyección tras inyección tras inyección, puede ser algo agotador después de la primera hora). Pero las casi dos horas y media prácticamente no se sienten, a no ser por algunas concesiones al culturetismo al final, durante la larga, laaaaaarga agonía (con algunos rápidos flashbacks para mostrar material que seguramente no cabía en otra parte, y con mal criterio, decidieron no relegarla a la edición especial en DVD). Aparte de este detalle, insignificante si se considera que en un biopic el final suele ser lo de menos (si es una peli biográfica, se sabe que el biografiado tiene que morirse al final, ¿no?), la película no se siente cansadora en ningún minuto.
-- Canciones de Edith Piaf. Ya he insistido antes (concretamente en "Los Estados Unidos contra John Lennon"), en la mala costumbre que tienen algunos directores de pelis sobre artistas, en usar material que no venga del artista, y preferir incluso la música incidental por sobre la música del artista biografiado. Bien, por suerte, ese error no lo cometen aquí. Es más: salvo unas tres o cuatro canciones, todo el material que escuchamos es el original de Edith Piaf (por tanto, la Cotillard fue doblada al cantar). Y es que las canciones de Edith Piaf... ¡son las canciones de Edith Piaf! De otra manera nadie hubiera podido aguantar a ese engendro malacatoso, y feo por añadidura (sí, la Piaf era fea como un ogro, ¿qué pasa con eso, no han visto fotos de ella acaso?).
-- Por cierto, al retitular la película como la canción más famosa de Edith Piaf ("La vie en rose") se pierde el detallito irónico de que la peli se llama "La môme", o sea, "La niña" (el primer nombre artístico de ella era "La Môme Piaf"). Y es que la describe de cuerpo entero, porque en verdad el pequeño engendro nunca dejó de ser en el fondo una niña chica y abandonada, que se había acostumbrado a no amar y a no ser amada, y que por lo mismo, al llegar al estrellato, era incapaz de comportarse como un adulto maduro y normal. Así es como le fue. Pero su desgracia personal fue nuestra fortuna, porque de ahí sacó el pathos para esta buena película... Admítanlo, a ustedes también les gusta congratularse con la desgracia ajena.
IDEAL PARA: Conocer a Edith Piaf y encariñarse con su música (con la música y no con ese pequeño reptil francés).