11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 5 de julio de 2007

"El buen pastor" (2006).


-- "The Good Sheperd". Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Robert De Niro.
-- Actuación: Matt Damon, Angelina Jolie, Alec Baldwin, Tammy Blanchard, Billy Crudup, Robert De Niro, Keir Dullea, Michael Gambon, Martina Gedeck, William Hurt, Timothy Hutton, Mark Ivanir, Gabriel Macht, Lee Pace, Joe Pesci, Eddie Redmayne, John Sessions, Oleg Stefan, John Turturro.
-- Guión: Eric Roth.
-- Banda Sonora: Bruce Fowler y Marcelo Zarvos.

-- "El buen pastor" en IMDb.
-- "El buen pastor" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Los chicos lindos de América se lanzan a una operación militar contra Cuba, pero los estaban esperando, y básicamente los masacran. Después de Bahía Cochinos, 1961, empiezan a buscar dentro de la CIA para ver quién demonios fue el soplón. O peor aún: quizás les interesa un puñetero cuesco quién rayos fue el lenguaraz, y tan solo se trata de eliminar un poco de grasa, un poco de músculo, echar a los menos relevantes, a los menos contactados, etcétera. En medio de todo eso, uno de los mandamases de la CIA, el Jefe de Operaciones, empieza a recordar. Parece casi ayer cuando fue un estudiante de Yale que hacía de marica en representaciones teatrales, y que fue invitado a una peculiar ceremonia con velitas y capuchas, en la que será iniciado como un miembro de la todopoderosa Skull & Bones, y en la que sigue a pesar del visible cabroneo de ser mechoneado en una poza con barro y obligado a luchar como hembra con bikini en el lodo, siendo orinado desde las barandas superiores (¡caray! ¿Habrá tenido George W. Bush una novatada tan urinaria?). Después comienza a ascender, descubre que para mantenerse a tope por la patria hay que traicionar a la germanischen conexión, en la que él podría haber estado gravitando, y pues bien, le sale tan natural eso de apuñalar por la espalda, que lo invitan a la recientemente fundada OSS, una agencia gubernamental de espionaje empeñada en sablearse nazis durante la Segunda Guerra Mundial. El pobre muchacho aceptan, porque verán, está enamorado hasta lo más recóndito de su escroto de una chica pelinegra, pero en el camino se le atravesó Angelina Jolie y se embarazó de él, así es que el chico, por ser cumplidor, contrae el dulce himeneo con ella, y la chica pelinegra a freir waffles. Lo que sigue es la carrera de este hombre, mientras va zigzagueando por la agencia, lidia con su familia, tiene que hacer entrar en vereda al cretinoide de su hijo, etcétera.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Los estadounidenses ya no son lo que eran. Antaño, en los '50s, en esas bonitas historietas de batallas, eran los héroes, los capos, los matajapis, el Mongolicus Malleum. Ahora en la actualidad, y en particular después del desastroso gobierno de George W. Bush (no por casualidad un Skull & Bones, así como su padre y una chorronada de Presidentes de Estados Unidos), la bandera yankoide no es tan fácil de portar. En medio de todo eso, sale esta película que es una recia y dolorosa crítica contra la CIA (otra más, desde "Syriana", en donde dicho sea de paso también rondaba de secundario Matt Damon). No la acusa de lo de siempre, o sea, de intervenir rectamente (por aquello de "por la vía rectal" y no "por caminos de justicia") en otros países, sino por algo peor: ¿quién vigila a los vigilantes? La CIA nació para defender al ciudadano estadounidense de las amenazas exteriores, pero a la larga, ha servido de trampolín para varias cositas sucias (¿ustedes creen que George Bush padre hubiera llegado a ser Presidente de los Estados Unidos sin haber sido antes director de la CIA...?). Y eso, la película lo retrata con fiereza.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos desde el comienzo. Esta película no es exactamente sobre la historia de la CIA. De operaciones y contraespionajes no vemos nada: sólo una intervencioncita menor en contra de unos nativos que pretenden tener libertad y rebelarse contra el imperialismo de Estados Unidos, en vez de aceptar pacificamente su rol dentro del Destino Manifiesto. Eso, y Bahía Cochinos. Y la trama con un mínimo de espionaje, es la investigación sobre quién diablos pasó el soplo al otro lado. Pero una vez desmontado eso, tenemos una estupenda película sobre lo que es el mundo del espionaje en sí. No se trata aquí de las operaciones glamorosas ultratech a lo James Bond, sino de espías como los de John LeCarré y "El sastre de Panamá", en donde la mayor parte del trabajo es simplemente contactar gente, llevar cheques de allá para acá, y de tarde en tarde quitar del camino a aquellos suches que terminan por carecer de utilidad. En ese sentido, muestra el trabajo de espionaje como otra aburrida burocracia que, nacida para servir al orden y al bienestar público, termina por acumular el poder de la información clasificada y se transforma en una casta, acaso un cáncer, dentro del sistema. Exactamente igual que cualquier otra puñetera repartición pública en cualquier puñetera democracia moderna. Para quienes están habituados a las soluciones estilo Jack Bauer, puede parecer algo bochornoso que a veces sea preferible conversar amigablemente con el enemigo, y que de hecho se trabaje a veces codo a codo y mano a mano con los espías enemigos, más que con los propios políticos a quienes supuestamente los espías protegen, dentro de una lógica similar a aquella del gran duque ruso que declaró detestar las batallas porque "deterioran las tropas"...

-- Aunque a las claras no es la intención, puede también ser vista como una película sobre el exceso de dedicación al trabajo y sus consecuencias. Algo explotado en muchos filmes, por supuesto, sea directamente o sea metiendo una subtrama, pero que aquí aparece nítidamente retratado. El prota tiene un dilema insoluble: por un lado debe guardar secreto absoluto sobre su trabajo, y por el otro, debería compartir su vida con su esposa. Hay esposas que aguantan tales cosas (después de todo, a veces no se hacen preguntas si el cheque de la mesada es generoso), pero otras que tienen toda la razón del mundo para acabronarse, en particular si como ésta, se encuentra con un marido que primero se casa con ella y luego encuentra su peculiar "trabajo de oficina".

-- ¿Ya mencionamos el malsano ambiente criptogay de la peli? Algunos personajes tienen los tejos bastante corridos en materia sexual, e incluso la ambigüedad del personaje protagónico da para algunas interesantes sublecturas (¿es que nunca trató de comerse a la bomba rubia que tenía por mujer?). Vamos, que es un plus, porque después de todo, son mucho más entretenidas las pelis con algo degenerete en el camino. Además, todos sabemos que "los de arriba" no son precisamente los tipos más inmaculados del mundo, sexualmente hablando...

-- Matt Damon. Veamos, la película dura casi tres horas corridas, y se trata sobre un tipo vulgar y opaco, cuya única virtud es una inteligencia que no se la muestra a nadie. ¿Cómo mantener el suspenso con un personaje de esa calaña, sin caer en ningún tic ni marienismo? Vean la actuación de Damon acá, que simplemente se saca los zapatos haciendo el papel de un individuo torvo y poco comunicativo, y además facialmente inexpresivo, pero a través del cual se trasluce todo el cansancio y la presión del empleo, y tendrán la respuesta, hijos míos. Damon puede haber tenido roles buenos, decentes, mediocres y malos, pero aquí realmente sostiene hercúleamente una película que, con otro actor, quizás se habría vuelto excesivamente pesada de digerir.

-- Angelina Jolie. Debe ser su mejor rol en años, a mucha distancia no sólo de sus papeles de historieta en "Lara Croft: Tomb Raider" o "Sr. y Sra. Smith", sino también de roles supuestamente serios que terminaron siendo para la risa, como su Olimpia en "Alexander". Y todo eso, sin necesidad de mostrar su mejor carta de presentación (sus dos mejores cartas de presentación, podríamos decir). Lo único malo con ella es la escena en que se conoce con Matt Damon, en la cual, pues bien, se supone que el personaje tiene una veintena, pero es bien clarito en pantalla que la actriz ya ha pasado la treintena, lo que envía a dichas escenas a la Dimensión "Beverly Hills 90210". Pero en fin, no todo podía ser perfecto.

-- Los secundarios están en su salsa. Robert De Niro hace más o menos su rol de siempre, pero como no sale mucho, está bien (antaño era grande, hoy es sólo otro actor viejo forrado en dólares). William Hurt compone un estupendo cabrón jodepú, y Alec Baldwin se cachondea divertidísimo en su rol de agente del FBI. El resto, los desconocidos de siempre, apoyan bien la peli.

-- Eric Roth. En general no ensalzamos demasiado a los guionistas, no porque su trabajo no sea mínimamente importante al menos, sino porque el sufrido guionista puede componer el mejor guión del mundo, y después entre la avidez del productor, los arrebatos líricos del director, el egotismo del actor y el cabroneo del departamento de efectos especiales, se lo hacen pedazos de tanto cambiarlo por aquí y por allá. Eric Roth es el hombre detrás de sólidos guiones como "Forrest Gump", "El informante" o "Munich" (también de cadáveres en el armario como "Aeropuerto 79" o "El cartero", y no el Cartero de Neruda precisamente sino la de Kevin, pero nada es perfecto en este mundo). En el guión de "El buen pastor" no se puede decir que sobren cosas. Incluso situaciones que podrían haber acabado muy mal resueltas (miren quién fue a acabar siendo el soplón), y que podrían haberse depravado en moralina barata a la Disney, acaban con una buena salida.

-- Unas palabritas para la banda sonora. En general acompaña bien y crea una atmósfera incómoda, sin ser especialmente brillante. Aunque a ratos flaquea visiblemente. Un poco más de pulido y de acabado, y sería otro sólido pilar del filme.

IDEAL PARA: Ver una película con espías de verdad.

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