11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 7 de abril de 2013

"Quiero matar a mi jefe" (2011).


-- "Horrible Bosses" (título original en inglés), "Cómo acabar con tu jefe" (título en España). Estados Unidos. Año 2011.
-- Dirección: Seth Gordon.
-- Actuación: Jason Bateman, Steve Wiebe, Kevin Spacey, Charlie Day, Lindsay Sloane, Michael Albala, Jennifer Aniston, Jason Sudeikis, Jennifer Hasty, Reginald Ballard, George Back, Barry Livingston, Meghan Markle, Donald Sutherland, Celia Finkelstein, Jamie Foxx.
-- Guión: Michael Markowitz, John Francis Daley y Jonathan M. Goldstein, basados en una historia del primero.
-- Banda Sonora: Christopher Lennertz.

-- "Quiero matar a mi jefe" en IMDb.
-- "Quiero matar a mi jefe" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

¿La clave del éxito, del ascenso social? No es el estudio. Ni el trabajo duro. Oh, no, señóh, la clave para el éxito y ascenso social es... tragar mierda. Tragar húmeda, olorosa, humeante mierda. De tanta mierda que tragas, te mimetizas, te conviertes en mierda, y los mierda de arriba te reciben como uno de los suyos. Bueno, funciona hasta que el mierda de arriba desaparece, y cuando viene el tirón... el mierda de aún más arriba dice que ese puesto quedará para él mismo con doble titularidad (y doble salario, suponemos), y además aprovecha de unificar las dos oficinas para tener una más grande. Oh-shit. Paso a... Otro tipejo que está a punto de casarse con una mina ideal, o sea, una bonita romántica que no abre la bocota para nada. Sólo que trabaja para una dentista que es una comehombres. Bueno, no está tan mal, igual está maciza la coma're... (Jennifer Aniston en un rol... UUFFFFFF...), hasta que la otra se pone en plan "si no me taladras duro, le diré a tu nena que lo hicimos, además soltaré unas fotos tuyas comprometedoras, y en general voy a hacer de tu vida un infierno viviente". Y al tipo le pasa algo muy masculino y viril, que cuando lo obligan al sexo como que se le viene abajo el iñipiñi. Paso al tercer pringao del grupo, uno que tiene como jefe a... Donald Sutherland. Porque si quieres a un viejo cool en tu elenco, debes contratar a Donald Sutherland. Es cosa de verle y ya le vas tomando las medidas al ataúd, porque claro, como el título de la peli dice, la cosa va de jefes cabrones, así es que es claro que es demasiado cool para durar. Dicho y hecho, el Sóderlan para las chalas y asciende su hijo, que es un cocainómano putero cabrón de tres pares el desgraciao (y no, señores, no es Kiefer Sutherland, lo que hubiera sido la rechifla, sino Colin Farrell... me ponen tan fácil el chiste que por dignidad intelectual ni siquiera voy a intentarlo). De manera que el trío se reune a llorar sus penas, porque... se conocen de... bueno, qué me importa. El caso es que uno de ellos suelta la bomba. ¿Y si los matamos? Los otros se miran entre sí, que no, que no es para tanto, que al final la vida siempre sonríe, no puede ser tan darwiniana la cosa... hasta que sucede lo inevitable, claro. Que uno de los jefes, la comehombres en concreto, se pasa de la raya, y los otros dos deciden que yastá bueno, a darles por culo a los cabrones. Con la mentalidad de revolucionario ingenuote de "matemos a los opresores del sistema y ya después vemos con quién tenemos que lidiar después", que a ninguno se le ocurre que si se cargan al cabrón tragaempleos puede llegar otro peor, que si se cargan a la dentista la consulta se cierra y se acaba el trabajo, y que si se cargan al tercero la empresa familiar seguirá en familia y no hay garantías de que el resto no sean unos cabrones de mierda también. Es lo que pasa por montarse revoluciones sin un plan para el día después. Y es lo que pasa por encargarle el protagonismo de la peli a una versión bastarda de los Tres Chiflados. Polque... compañerou... ¡viva la revolucióh...!

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Ser califa en lugar del califa. El sueño del hombre desde que el primer cavernícola abandonó su cueva, miró al cavernícola del piso superior, miró su propia cueva y dijo "mala cueva". Uno de los progresos inevitables de la civilización es la necesidad de crear ese estamento de cleptócratas llamados JEFES. Gentes que, como bien sabemos por nuestras lecciones de marxismo de bolsillo, se dedican a soltar las patas sobre un escritorio fumando un puro habano mientras, ¡malvados ellos!..., se apoderan de la PLUSVALÍA de los trabajadores. Y claro, por pura supervivencia darwiniana, es mucho más apetecible ser uno de ellos que un cavazanjas, ¿no? Ser tu propio jefe. Va pensiero sull'ali dorate... Por supuesto, una alternativa para ser tu propio jefe es montarte un blog, y EN ESTE BLOG SE ESCRIBE Y PUBLICA LO QUE YO DIGO MIERDA!!! Aunque, claro, eso no lleva porotos a la mesa. La otra alternativa es provocar una especie de insurgencia, ya se sabe, dejarse llevar por las corrientes de la historia, la inevitable dialéctica que aprovecha las contradicciones internas del capitalismo para promover una revolución socialista que llevará a la dictadura del proletariado que, después de enviar como la mitad de ese proletariado a Siberia, supuestamente va a llevar a un paraíso comunista (bueno, paraíso lo que se llama paraíso, para unos poquitos... jefes, eso es. Que las contradicciones internas del comunismo llevaron a una revolución anarcocapitalista que te cagas, si Marx levantara la cabeza...). En medio de este panorama es que, en el año 2005, cuando a la economía le iba bien (bueno, le iba menos mal, si después de todo eran los años entre la Burbuja Punto Com y la actual Burbuja Sub Prime) llegó a los estudios esto-o-aquello el guión de tres sangrantes parodias de comunistas que intentaban su propia revolución pasando a cuchillo de sus jefes. Por esta o aquella razón, el guión se pasó seis años en desarrollo, hasta que después del inevitable revoltijo de reescrituras, cambios en la dirección e idas y venidas de actores, terminó estrenada en el cine. Con un muy buen resultado. Obtuvo buena crítica, y lo más importante, hizo dinero. Costó 35 millones, recaudó más de 200. De hecho, se rumorea una próxima "Quiero matar a mi jefe 2". Que suponemos, ya que la primera iba de revolución comunista, irá a ser de revolución anarcocapitalista, ¿no?

¿POR QUÉ VERLA?

-- Para ser sinceros me cuesta entender qué tanta gracieta le encuentran a esta cosa. O sea, la peli se trata de tres pringaos medio tontorrones que tratan de deshacerse de sus jefes, pero no tienen las agallas ni cojones para HACER LO QUE SE DEBE, LEÑE. O sea, si te vas a cargar a alguien, anda y cárgatelo, no estés con dudas weonas y símiles. La cosa al final termina como una especie de upgrade de los cortos clásicos de los Tres Chiflados, con una premisa un poco más negra (no demasiado tampoco, salvo hacia el final), y un poco menos de comedia de te pego y tú me pegas. En resumen, una aburrición. La peli se salva de la quema (a duras penas) gracias a la actuación más o menos simpática del trío de protas, a que uno de los jefes es un completamente terrorífico Kevin Spacey que pareciera haberse tomado el trabajo como entrenamiento para "House of Cards", a que el jefe putero cokero es Colin Farrell (ya lo habíamos dicho, creo), y a que cuando la cosa va camino de hundirse siempre se las arreglan para poner a Jennifer Aniston mostrando ni qué academia a sus venerables 41-42 en la época de rodaje con lencería negra de infarto y dándole la patada de tres cuadras a sus habituales modales de maruja modosita. ¡Si hasta el cameo del siempre agradecido Jamie Foxx es una puta mierda! Y por supuesto que, para gustarle a las audiencias yanketas de hoy por hoy (crítica incluida, claro), cualquier trasfondo social del asunto se mete con escoba bajo la alfombra (la maravilla que hubiera hecho Billy Wilder con esta misma historia, sin necesidad de ponerse comunacho). De repente hasta te sueltas risas, aunque por el manido recurso a la burra (la escena en el motel con el tipo al que contratan como asesino es para mearse de risa). Pero claro, la idea es que la cosa sea entera divertida, no que cada X minutos te sueltes una risita porque, bueno, alguna gracioseta salió buena. ¿Conclusiones? Las de siempre: los jefes son unos cabrones, pero es lo que hay, es el precio de vivir en una sociedad libre, los empleados son empleados no por las injusticias del sistema sino porque no tienen loh cohoneh para tomar la vida por su cuenta, y la cosa se arregla cuando el prota se transforma en jefe, sin ni sombra de ridículo o autocuestionamiento. Hollywood clásico, cómo te echamos de menos...

IDEAL PARA: Fanáticos de Jason Bateman, que los hay aunque usted no lo crea, o tipejos que no les baste con guglear las imágenes y escenas de la Aniston en lencería.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].


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