11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 25 de junio de 2006

"Hierro 3" (2004)


"Bin-jip" (título internacional en inglés: "3-Iron"). Dirigida por Ki-duk Kim. Protagonizada por Seung-yeon Lee, Hyun-kyoon Lee, Hyuk-ho Kwon, Dong-jin Park. Corea del Sur / Japón. Año 2004.

¿De qué se trata?
Un joven se dedica a vivir la vida de una manera bastante exótica: deja carteles pegados de comida rápida en todas las puertas a su alcance. Si al pasar de nuevo algunas horas después el avisito sigue pegado, se infiltra en la casa como un verdadero okupa y la usufructúa hasta que sus dueños se aparezcan. Y de paso, en una especie de retribución poética (es que verán, el chico en el fondo no es malo, a pesar de infringir todas las leyes civilizadas sobre la propiedad), hace algunos trabajillos domésticos como lavar la ropa de los dueños de casa, reparar juguetitos y relojes, etcétera. Hasta que un día el truco le sale mal, porque la casa en cuestión sí estaba ocupada, por una chica que está casada con un marido brutal y maltratador. El maridito no está, y la chica, en vez de hacer lo que toda mujer decente (es decir, llamar a la policía), se dedica a mirarlo con cara de disección anatómica (decepciónense: en esta etapa todo es platónico, sin sexo del bueno). Y como la necesidad es grande, cuando el maridito vuelve, ella se escapa con el joven. De manera que ahora es una parejita de allanadores de morada los que andan dando vueltas allá afuera. Todo les sale relativamente bien hasta que, ¡ups!, se meten a un hogar en donde no debían meterse, y acaban metiéndose en problemas con los ausentes obvios hasta el minuto de la película: los policías. A partir de ahora todo separará a la parejita de okupas. Pero mientras ella espera con pasividad oriental la llegada de su amorcito, él se dedica a aprender las artes fantasmales para ahora sí poder desaparecer del mundo. ¿Vencerá el bien, encarnado por las fuerzas de la poesía visual de este mundo, al maligno ser maltratador que es el dueño legal de la mujercita en disputa...?

El espíritu de los tiempos.
Desde mediados del siglo XX, el cine oriental ha sido apreciado en Occidente en dos grandes vertientes. Una de ellas es el cine serie B que ha producido subgéneros como las patadas voladoras a la Hong Kong, los monstruos estilo Godzilla o Mothra, o el moderno cine de terror a la "Ringu". La otra es el cine "d'auteur", en donde algún iluminado cineasta monta sus cogitaciones poetológicas en películas que tratan de insistir en la caricatura de la calma filosófica oriental vs. la agitación de Occidente. Como suele suceder con su pariente cercano el cine intelectualoide burgués europeo deudor de Cahiers du Cinema, en medio de ese tipo de cine hay algunas rosas muy bonitas, y el resto es barruntes de chichopoesía para masturbación intelectual de los críticos de cine anclados en cátedras universitarias y que viven de espaldas al mundo en su torre de marfil. "Hierro 3" es de estas últimas, y no es nada de raro que haya sido galardonada en Venecia y San Sebastián, ecosistemas perfectos en donde se mueve esa clase de especies cinematofágicas.

¿Por qué verla?
- La idea de la película es bastante original, de eso no cabe duda. Se trata de un joven que, en el fondo, desea vivir su existencia como un fantasma y no tener contacto con ningún otro ser humano, vivo o muerto. En describir su existencia, el filme no tiene desperdicio. En donde la fastidia es que trata de resolver esto con arranques poéticos, como por ejemplo no dejar al protagonista decir una sola palabra en toda la película, con lo cual sus actitudes y gestos, más que ser explicativos de un cierto tipo de personalidad, pasan a ser una metáfora abstracta, lo que en este caso es una manera elegante de decir lo que en buen chileno se llama "una choreza", hacer un personaje ojalá tan artístico, filosófico o existencialista como se pueda, para gustarle a los tipos que fungen de jueces en festivales internacionales. Aunque a los que les guste el cine con más poesía que contenido, está bien.
- Aunque barrunta intención a poesía por los cuatro costados, la verdad de las cosas es que se deja ver de manera llevadera. Dura apenas una horita y media, y la narración tiene algún sentido del ritmo. O sea, si el concepto básico deviene muy rápido en absurdo, tengan ustedes la seguridad de que no tendrán que sufrir tiempo adicional con escenas que harían bien en ir a dar como extras al DVD.

IDEAL PARA: Amantes del cine poético sobre la condición existencial moderna del ser humano enfrentado a... Bien, ya me entienden.

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