-- "36 Quai des Orfèvres". Francia. Año 2004.
-- Dirección: Olivier Marchal.
-- Actuación: Daniel Auteuil, Gérard Depardieu, André Dussollier, Roschdy Zem, Valeria Golino, Daniel Duval, Francis Renaud, Catherine Marchal, Guy Lecluyse, Alain Figlarz, Vincent Moscato, Anne Consigny, Stéphane Metzger, Solène Biasch, Aurore Auteuil.
-- Guión: Olivier Marchal, con la colaboración de Dominique Loiseau, sobre una historia de Franck Mancuso, Julien Rappeneau y Olivier Marchal.
-- Banda Sonora: Erwann Kermorvant y Axelle Renoir.
-- "El muelle" en IMDb.
-- "El muelle" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Una banda de asaltantes ronda por las calles. No se andan con chicas: usan ametralladoras y granadas, y matan gente simplemente porque estorban entre ellos y el botín. Algo nada personal, que le dicen. Y ahora, ¿quién podrá defendernos? Pues, la última muralla entre la civilización y la barbarie, unos policías corruptos y hábiles en forzar los límites de la ley, protegiendo a informantes y criminales si es preciso, a la vez que hacen un arte de limpiarse el culo y hacerle zancadillas a sus compañeros. El jefe está por retirarse, y hay dos candidatos a sucederlo. El que llegue hasta la banda primero, ése asciende. La guerra sucia comienza. Parafraseando a los antiguos romanos: ¿quiénes nos cuidan de quiénes deberían cuidarnos...?
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Hace tiempo que los franchutes se dejaron de estupideces y cambiaron la aburridísima nouvelle vague y la espúrea Cahiers du Cinema por un cine con más garra y peso. El resultado podrá ser bueno, mediocre o malo, pero ¡hey! en eso Hollywood no anda mejor, y a ratoa dan francamente peor. Esta película es un buen exponente de esto. Lo que los franceses saben, y en Hollywood ignoran, es que no puedes tener una buena historia si no tienes buenos personajes que la protagonicen.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una película de género indefinible. Parte como un policial clásico, incluso de estilo hollywoodense (oséase, shoot & blast), pero deriva pronto hacia el drama humano. Y todo ello, sin perder tensión ni volverse lacrimógena. Aunque el final esté un poco arreglado para que todas las piezas del rompecabezas se encuentren en sus posiciones.
-- Confía en los personajes y las actuaciones. La historia misma es bastante lineal y predecible (el policía que se retira, huele a cadáver de antemano, entre otros tics clásicos del género), y aún así se mantiene sólida, quizás justamente porque no se confía al tramposo recurso de las vueltas de tuerca. Y hablando de actuaciones, la dupla protagónica está notablemente bien como enemigos sordos y enconados.
-- Los policías se mueven de manera realista. Esto es, son un puñado de funcionarios burócratas sujetos a rutinas y procedimientos, algunos empeñados en hacer bien su trabajo, y otros en chuparle presupuesto a los fondos de los contribuyentes, no un grupo de superhombres rubios impartiendo justicia más allá del bien y del mal. La información se recopila en la calle, atornillando informantes, y no con milagrosos descubrimientos de la superenzima califragilísticoespiralodasa de última hora para arreglar la trama (y es que las técnicas CSI funcionan, pero, ¡cómo se resienten los culoflojos del presupuesto de gastar en esas cosas!).
-- La banda sonora está compuesta de música electrónica con cierta personalidad, y ayuda a crear bien la atmósfera de suspenso. No existen esos estridentes y molestos golpes de sonido a que las bandas sonoras yankis nos tienen malacostumbrados.
IDEAL PARA: Ver una historia policial de tono naturalista y hecha como corresponde.
-- Dirección: Olivier Marchal.
-- Actuación: Daniel Auteuil, Gérard Depardieu, André Dussollier, Roschdy Zem, Valeria Golino, Daniel Duval, Francis Renaud, Catherine Marchal, Guy Lecluyse, Alain Figlarz, Vincent Moscato, Anne Consigny, Stéphane Metzger, Solène Biasch, Aurore Auteuil.
-- Guión: Olivier Marchal, con la colaboración de Dominique Loiseau, sobre una historia de Franck Mancuso, Julien Rappeneau y Olivier Marchal.
-- Banda Sonora: Erwann Kermorvant y Axelle Renoir.
-- "El muelle" en IMDb.
-- "El muelle" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Una banda de asaltantes ronda por las calles. No se andan con chicas: usan ametralladoras y granadas, y matan gente simplemente porque estorban entre ellos y el botín. Algo nada personal, que le dicen. Y ahora, ¿quién podrá defendernos? Pues, la última muralla entre la civilización y la barbarie, unos policías corruptos y hábiles en forzar los límites de la ley, protegiendo a informantes y criminales si es preciso, a la vez que hacen un arte de limpiarse el culo y hacerle zancadillas a sus compañeros. El jefe está por retirarse, y hay dos candidatos a sucederlo. El que llegue hasta la banda primero, ése asciende. La guerra sucia comienza. Parafraseando a los antiguos romanos: ¿quiénes nos cuidan de quiénes deberían cuidarnos...?
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Hace tiempo que los franchutes se dejaron de estupideces y cambiaron la aburridísima nouvelle vague y la espúrea Cahiers du Cinema por un cine con más garra y peso. El resultado podrá ser bueno, mediocre o malo, pero ¡hey! en eso Hollywood no anda mejor, y a ratoa dan francamente peor. Esta película es un buen exponente de esto. Lo que los franceses saben, y en Hollywood ignoran, es que no puedes tener una buena historia si no tienes buenos personajes que la protagonicen.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una película de género indefinible. Parte como un policial clásico, incluso de estilo hollywoodense (oséase, shoot & blast), pero deriva pronto hacia el drama humano. Y todo ello, sin perder tensión ni volverse lacrimógena. Aunque el final esté un poco arreglado para que todas las piezas del rompecabezas se encuentren en sus posiciones.
-- Confía en los personajes y las actuaciones. La historia misma es bastante lineal y predecible (el policía que se retira, huele a cadáver de antemano, entre otros tics clásicos del género), y aún así se mantiene sólida, quizás justamente porque no se confía al tramposo recurso de las vueltas de tuerca. Y hablando de actuaciones, la dupla protagónica está notablemente bien como enemigos sordos y enconados.
-- Los policías se mueven de manera realista. Esto es, son un puñado de funcionarios burócratas sujetos a rutinas y procedimientos, algunos empeñados en hacer bien su trabajo, y otros en chuparle presupuesto a los fondos de los contribuyentes, no un grupo de superhombres rubios impartiendo justicia más allá del bien y del mal. La información se recopila en la calle, atornillando informantes, y no con milagrosos descubrimientos de la superenzima califragilísticoespiralodasa de última hora para arreglar la trama (y es que las técnicas CSI funcionan, pero, ¡cómo se resienten los culoflojos del presupuesto de gastar en esas cosas!).
-- La banda sonora está compuesta de música electrónica con cierta personalidad, y ayuda a crear bien la atmósfera de suspenso. No existen esos estridentes y molestos golpes de sonido a que las bandas sonoras yankis nos tienen malacostumbrados.
IDEAL PARA: Ver una historia policial de tono naturalista y hecha como corresponde.
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