"The agony and the ecstasy". Dirigida por Carol Reed. Protagonizada por Charlton Heston, Rex Harrison, Diane Cilento, Harry Andrews, Alberto Lupo, Adolfo Celi, Venantino Venantini, John Stacy, Fausto Tozzi, Tomas Milian. Estados Unidos. Año 1965.
¿De qué se trata?
Julio II, el Papa guerrero, vuelve de la guerra como gallo a su gallinero. Y le da vacaciones por un día a todo el mundo. Y todo el mundo deja de trabajar. ¿Todos? ¡No! Un esforzado escultor resiste a la tentación, y sigue en lo suyo incólumne. Este es Miguel Angel Buonarroti, quien se esfuerza en hacer las esculturas de la tumba de Julio II, que según sus propios cálculos, debería tardar 160 años en concluir (y que de hecho, nunca concluyó). Pero Julio II le tiene otro trabajito. Su tío, el Papa Sixto V, edificó una pobre capillita llamada en su honor la Capilla Sixtina, y es tan fea, pero tan fea, la pobre (pecado capital en la Italia del Renacimiento, añadamos), que Julio II quiere decorarla con algunas pinturitas. Así es que tú, Miguel Angel, pintarás la Capilla Sixtina. ¿Yo, señor? ¡Por ningún motivo, yo soy escultor y no pintor! ¡Pues lo harás porque o yo, el Papa, te meteré huevos de aquí hasta Constantinopla si te niegas! Y pues bien, mirado así, Miguel Angel se decide. Comienza a pintar. Y comienzan los desencuentros entre Miguel Angel el artista postulante a fondos públicos culturales concursables y Julio II, el new rich metido a Papa. Como por ejemplo el que lleva a Miguel Angel a pasarse una temporadita entre los canteros de mármol de Carrara. O la de Dios es Cristo que se produce cuando Julio II bota los andamios. O las continuas intrigas de Donato Bramante para emputecer a Miguel Angel y poner a Rafael Sanzio en su lugar. Y en medio de todo eso, el trabajo, el eterno trabajo de pintar la Capilla Sixtina, eterno por su proyección artística como uno de los más hermosos monumentos pictóricos de todos los tiempos, y eterno también por el tiempo que se tomó Miguel Angel en concluirla...
El espíritu de los tiempos.
A mediados del siglo XX hubo una buena avalancha de novelistas que buscaron inspiración en temas históricos y bíblicos para editar sendas novelas que fueron éxitos de crítica en su tiempo, pero que, digámoslo con todas sus letras, pasaron después al más lapidario de los olvidos (a veces de manera injusta, por cierto), siendo recordadas sólo sus obras, y eso por haber sido objeto de suntuosas adaptaciones para el cine. Entre esos novelistas están, sólo por mencionar algunos, Lloyd C. Douglas ("El manto sagrado"), Margaret Landon ("Anna y el rey de Siam"), Mika Waltari ("Sinuhé el egipcio"), Fulton Oursler ("La historia más grande jamás contada") y el que nos ocupa, Irving Stone. El tal Stone era negocio seguro desde que su novela sobre Vincent Van Gogh se transformara en el mítico filme "Sed de vivir", que consagró a Kirk Douglas, de manera que cuando en 1961 publicó "La agonía y el éxtasis", sobre la eterna batalla de Miguel Angel y Julio II por pintar el techo de la Capilla Sixtina (o no pintarlo, a según el turno, el año, la indisposición estomacal o la conjunción astral), los productores de Hollywood se relamieron con creces. Es de recordar que en un mundo cada vez más invadido por escoria mugrosa como los beatniks y hippies por un lado, y por asesinos sanguinarios como James Bond por el otro, aún quedaba espacio para el epic tradicional de alto presupuesto. Porque digámoslo de una vez, "La agonía y el éxtasis" nació tarde: es un filme con inspiración de los tempranos '50s, realizado en 1965. Quizás sea por esto, por su condición de canto de cisne, que este filme respira tanta majestad. Es, dicho así, una digna despedida para un género, la épica tradicional, que no volvería a levantar cabeza sino hasta la llegada de la infografía Gladiator's style.
¿Por qué verla?
- Es uno de los mejores filmes históricos jamás realizados. Así dicho, sin ambages. No es una historia del bueno contra el villano, sino un retrato de la colisión de dos caracteres titánicos, el colosal Julio II contra el ciclópeo Miguel Angel. Ambos son, en el fondo, hombres bienintencionados y que aman sus respectivas labores (convertir almas el uno, aunque sea por el discutible método de la espada, y extraer figuretas de la piedra el otro, por el cincel), y cuyos desencuentros no nacen sino de sus propios caracteres, y por qué no decirlo, de su orgullo y arrogancia personales. A las últimas, el portentoso arte de Miguel Angel servirá como vehículo de expiación para sublimar todas las taras que ambos poseen como seres humanos, y elevarlos a un plano místico de contemplación trascendente. Ya sé que suena demasiado literario de mi parte describirlo así, pero es que esta película en particular se lo merece; por una vez en la vida, Hollywood se supera a sí mismo y crea un filme que es puro espectáculo, no sólo sin insultar la inteligencia del espectador, sino que además dándose el gusto de centrarse más en el altorrelieve de los personajes, que en una historia que, si se fijan bien al ver la película, es en realidad bastante anodina y episódica.
- La película cuenta con un rigor histórico inusitado. Vale que esté basada en una novela de Irving Stone, pero es sabida la maporonería de los guionistas para meter cambios a su gusto a las novelas, y la chuloputería de los productores para hacer más vendiblemente prostituta la historia. Nada de eso se ve acá. La película es sobre la historia de Miguel Angel, Julio II y la Capilla Sixtina, y no sobre lo que los productores de Hollywood consideran espectacular o sexy mostrar, so pretexto del arte renacentista. La corte de secundarios incluye a varios personajes históricos, y todos ellos aparecen en contextos bastante correctos: el cardenal Giovanni de Medici (futuro Papa León X) como protector de Miguel Angel, Donato Bramante como enemigo de Miguel Angel (incluso hasta con el detalle de presentarlo como alguien aficionado a las demoliciones, algo que en verdad era, como que se ganó el mote de "Donato Bramante, maestro arruinante" en la realidad), Rafael Sanzio como un joven ambicioso muy ocupado en la Stanzia della Signatura ("La escuela de Atenas") y más que un poco vendido a la potestad de los poderosos, y así sucesivamente.
- Rex Harrison. Digan lo que quieran de Charlton Heston como Miguel Angel, pero su papel no deja de ser algo flojo. En aquellos años, el señor Heston, futuro Führer de la Asociación Nacional del Rifle, era el héroe hollywoodense de moda (Moisés en "Los diez mandamientos", Judá Ben Hur en "Ben Hur", Rodrigo Díaz de Vivar A.K.A. el Cid Campeador en "El Cid", el prota de "El planeta de los simios"... y en "La más grande historia jamás contada" no hizo de Jesús, pero lo más bien que le alcanzó para Juan Bautista). E hizo de Miguel Angel como otro héroe Ubermensch más cualquiera, en realidad: un buen papel, es cierto, pero sólo eso, un buen papel. Rex Harrison, en cambio, como Julio II, compone un personaje memorable y de múltiples matices: arrogante, orgulloso, perdonavidas, autoritario, ladino, socarrón... Hubiera sido muy fácil hacer de Julio II el villano oficial de la historia, y en cambio, crea un personaje complejo que funciona muy bien como contrapunto del un tanto chulesco Miguel Angel Heston's style.
- "¡Cuándo lo terminarás!". "Cuando lo termine...".
IDEAL PARA: Ver cine histórico que sea de verdad histórico, y épico que de verdad sea épico.
¿De qué se trata?
Julio II, el Papa guerrero, vuelve de la guerra como gallo a su gallinero. Y le da vacaciones por un día a todo el mundo. Y todo el mundo deja de trabajar. ¿Todos? ¡No! Un esforzado escultor resiste a la tentación, y sigue en lo suyo incólumne. Este es Miguel Angel Buonarroti, quien se esfuerza en hacer las esculturas de la tumba de Julio II, que según sus propios cálculos, debería tardar 160 años en concluir (y que de hecho, nunca concluyó). Pero Julio II le tiene otro trabajito. Su tío, el Papa Sixto V, edificó una pobre capillita llamada en su honor la Capilla Sixtina, y es tan fea, pero tan fea, la pobre (pecado capital en la Italia del Renacimiento, añadamos), que Julio II quiere decorarla con algunas pinturitas. Así es que tú, Miguel Angel, pintarás la Capilla Sixtina. ¿Yo, señor? ¡Por ningún motivo, yo soy escultor y no pintor! ¡Pues lo harás porque o yo, el Papa, te meteré huevos de aquí hasta Constantinopla si te niegas! Y pues bien, mirado así, Miguel Angel se decide. Comienza a pintar. Y comienzan los desencuentros entre Miguel Angel el artista postulante a fondos públicos culturales concursables y Julio II, el new rich metido a Papa. Como por ejemplo el que lleva a Miguel Angel a pasarse una temporadita entre los canteros de mármol de Carrara. O la de Dios es Cristo que se produce cuando Julio II bota los andamios. O las continuas intrigas de Donato Bramante para emputecer a Miguel Angel y poner a Rafael Sanzio en su lugar. Y en medio de todo eso, el trabajo, el eterno trabajo de pintar la Capilla Sixtina, eterno por su proyección artística como uno de los más hermosos monumentos pictóricos de todos los tiempos, y eterno también por el tiempo que se tomó Miguel Angel en concluirla...
El espíritu de los tiempos.
A mediados del siglo XX hubo una buena avalancha de novelistas que buscaron inspiración en temas históricos y bíblicos para editar sendas novelas que fueron éxitos de crítica en su tiempo, pero que, digámoslo con todas sus letras, pasaron después al más lapidario de los olvidos (a veces de manera injusta, por cierto), siendo recordadas sólo sus obras, y eso por haber sido objeto de suntuosas adaptaciones para el cine. Entre esos novelistas están, sólo por mencionar algunos, Lloyd C. Douglas ("El manto sagrado"), Margaret Landon ("Anna y el rey de Siam"), Mika Waltari ("Sinuhé el egipcio"), Fulton Oursler ("La historia más grande jamás contada") y el que nos ocupa, Irving Stone. El tal Stone era negocio seguro desde que su novela sobre Vincent Van Gogh se transformara en el mítico filme "Sed de vivir", que consagró a Kirk Douglas, de manera que cuando en 1961 publicó "La agonía y el éxtasis", sobre la eterna batalla de Miguel Angel y Julio II por pintar el techo de la Capilla Sixtina (o no pintarlo, a según el turno, el año, la indisposición estomacal o la conjunción astral), los productores de Hollywood se relamieron con creces. Es de recordar que en un mundo cada vez más invadido por escoria mugrosa como los beatniks y hippies por un lado, y por asesinos sanguinarios como James Bond por el otro, aún quedaba espacio para el epic tradicional de alto presupuesto. Porque digámoslo de una vez, "La agonía y el éxtasis" nació tarde: es un filme con inspiración de los tempranos '50s, realizado en 1965. Quizás sea por esto, por su condición de canto de cisne, que este filme respira tanta majestad. Es, dicho así, una digna despedida para un género, la épica tradicional, que no volvería a levantar cabeza sino hasta la llegada de la infografía Gladiator's style.
¿Por qué verla?
- Es uno de los mejores filmes históricos jamás realizados. Así dicho, sin ambages. No es una historia del bueno contra el villano, sino un retrato de la colisión de dos caracteres titánicos, el colosal Julio II contra el ciclópeo Miguel Angel. Ambos son, en el fondo, hombres bienintencionados y que aman sus respectivas labores (convertir almas el uno, aunque sea por el discutible método de la espada, y extraer figuretas de la piedra el otro, por el cincel), y cuyos desencuentros no nacen sino de sus propios caracteres, y por qué no decirlo, de su orgullo y arrogancia personales. A las últimas, el portentoso arte de Miguel Angel servirá como vehículo de expiación para sublimar todas las taras que ambos poseen como seres humanos, y elevarlos a un plano místico de contemplación trascendente. Ya sé que suena demasiado literario de mi parte describirlo así, pero es que esta película en particular se lo merece; por una vez en la vida, Hollywood se supera a sí mismo y crea un filme que es puro espectáculo, no sólo sin insultar la inteligencia del espectador, sino que además dándose el gusto de centrarse más en el altorrelieve de los personajes, que en una historia que, si se fijan bien al ver la película, es en realidad bastante anodina y episódica.
- La película cuenta con un rigor histórico inusitado. Vale que esté basada en una novela de Irving Stone, pero es sabida la maporonería de los guionistas para meter cambios a su gusto a las novelas, y la chuloputería de los productores para hacer más vendiblemente prostituta la historia. Nada de eso se ve acá. La película es sobre la historia de Miguel Angel, Julio II y la Capilla Sixtina, y no sobre lo que los productores de Hollywood consideran espectacular o sexy mostrar, so pretexto del arte renacentista. La corte de secundarios incluye a varios personajes históricos, y todos ellos aparecen en contextos bastante correctos: el cardenal Giovanni de Medici (futuro Papa León X) como protector de Miguel Angel, Donato Bramante como enemigo de Miguel Angel (incluso hasta con el detalle de presentarlo como alguien aficionado a las demoliciones, algo que en verdad era, como que se ganó el mote de "Donato Bramante, maestro arruinante" en la realidad), Rafael Sanzio como un joven ambicioso muy ocupado en la Stanzia della Signatura ("La escuela de Atenas") y más que un poco vendido a la potestad de los poderosos, y así sucesivamente.
- Rex Harrison. Digan lo que quieran de Charlton Heston como Miguel Angel, pero su papel no deja de ser algo flojo. En aquellos años, el señor Heston, futuro Führer de la Asociación Nacional del Rifle, era el héroe hollywoodense de moda (Moisés en "Los diez mandamientos", Judá Ben Hur en "Ben Hur", Rodrigo Díaz de Vivar A.K.A. el Cid Campeador en "El Cid", el prota de "El planeta de los simios"... y en "La más grande historia jamás contada" no hizo de Jesús, pero lo más bien que le alcanzó para Juan Bautista). E hizo de Miguel Angel como otro héroe Ubermensch más cualquiera, en realidad: un buen papel, es cierto, pero sólo eso, un buen papel. Rex Harrison, en cambio, como Julio II, compone un personaje memorable y de múltiples matices: arrogante, orgulloso, perdonavidas, autoritario, ladino, socarrón... Hubiera sido muy fácil hacer de Julio II el villano oficial de la historia, y en cambio, crea un personaje complejo que funciona muy bien como contrapunto del un tanto chulesco Miguel Angel Heston's style.
- "¡Cuándo lo terminarás!". "Cuando lo termine...".
IDEAL PARA: Ver cine histórico que sea de verdad histórico, y épico que de verdad sea épico.
7 comentarios:
Bueno, me gustaria verla no tenes un link para descargarla me parece muy interesante seria bueno q pusieras el link para descargarla
Sería bueno para grueso público, pero también podría tener más de alguna severa repercusión (no me gustaría que clausuraran Cine 9009 desde arriba sólo porque alguien que se echa dinero al bolsillo con los copyrights, dice que éste es un blog que delinque contra la ley y etcétera).
De todas maneras, yo la vi en el cable, y con un poco de paciencia aparece.
La he buscado sin descanso y nada ... me ilusione que aca si estaba y NADA.......
No hay manera de conseguirla !!
Si alguien la tiene , "por favor " compartanla..........eternamente agradecida
un abrazo grande
intente todo pero no me da opcion para descargarla !!
Que puedo hacer !!
Gracias
Como lo dije más arriba... Cine 9009 no es un sitio de descargas. Más que nada, por aquello de no violar las políticas de Blogger, cancelaciones de cuenta y todo eso. Siento no poder ser de más ayuda.
Saludos.
es.gloria.tv/?media=320698
Quiero ver la pelicula ";;"si alguienla tiene escribeme por favor. Gracias
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