11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

lunes, 16 de noviembre de 2015

"Rocky" (1976).


-- "Rocky". Estados Unidos. Año 1976.
-- Dirección: John G. Avildsen.
-- Actuación: Sylvester Stallone, Talia Shire, Burt Young, Carl Weathers, Burgess Meredith, Thayer David, Joe Spinell, Jimmy Gambina, Bill Baldwin, Al Silvani, George Memmoli, Jodi Letizia.
-- Guión: Sylvester Stallone.
-- Banda sonora: Bill Conti.

-- "Rocky" en IMDb.
-- "Rocky" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

¡¡¡BUM!!! ¡¡¡BUM!!! ¡¡¡BUM!!! Los nudillos de oro (de bronce, mejor dicho) de un boxeador medio fracasado hacen puré de vagabundo, y le pagan unos dolarucos. No es mucho, así es que nuestro héroe, al que llaman "Roquita" ("Rocky" en inglés sería diminutivo de "Rock", ¿no?), tiene que habérselas con algunos trabajullos menos honorables, como por ejemplo favorecer a la fábrica de muletas más cercana quebrándole las piernas a los que le deben money al usurero de la plaza; esto, aunque Rocky Roquita tiene su corazoncito, y por lo tanto, generalmente los deja ir si es que abonan algo, en vez de regalarles una paliza por cortesía de la casa (mamón, seguro que Chuck Norris sí que se encontraba los cojones para el trabajo). Su vida transcurre plácida y cansina mientras trata de hacerle los puntos a Adrian, una timiducha dependienta de una tienda de mascotas a quien su hermano, a punta de maltrato, ha pasado su personalidad por la sartén de freir. La chica no quiere, no quiere y no quiere, pero es que Rocky Roquita es muy Rocky Roquita, así es que al final de todas maneras la chica cae, era que no, si por algo a Rocky Roquita le decían el Semental Italiano. Con semejante futuro por delante, jamás hubieran hecho una peli sobre el héroe, y menos habría dado origen a una franquicia, pero en ese minuto entra Apollo Creed, el más chupi de los boxeadores del mundo, que está ayuno de contrincantes que tengan las pelotas de donar su cuerpo para moler carne para gato, y que por tanto decide contratar a un boxeador, uno cualquiera, uno que sepa aguantar un par de asaltos y tirarse dignamente a la lona después. El elegido es (no por cualidades deportivas, sino por su apodo de "Semental Italiano"), nada menos que nuestro buen Rocky Roquita. Lo que Apollo Creed no sabe es que está peleando contra alguien cuyo alter ego se llama Rambo (o se llamará, vale, todavía no), y que le va a dar la pelea más dura de todas. Bueno, eso hasta que llegue la secuela, por supuesto.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Erase que se era una vez, hace muchos años atrás, un actor fracasado llamado Sylvester Stallone, que no se comía ni una rosca, y que una vez vio una pelea de boxeo que lo inspiró para escribir la historia de un boxeador fracasado que no se comía ni una rosca. Pero a este boxeador fracasado, por una vuelta cenicientesca del destino, le llegaba su oportunidad de oro, y entonces, como un Ubermensch al uso, por una vez le salía bien la cosa. Stallone se aferró a este guión como a su teddy bear regalón, hasta el punto que cuando alguien dijo "sí, vale, hagámosla, pero con James Caan", Stallone torció la mandíbula (aún más) y dijo algo así como: "hey, bro, hi no me dan el papel 'el prota'onista, me lleo el 'uión conmi'o". Así es que le dijeron que bueno, que la hiciera. Como he señalado en otras ocasiones, el cine de los '70s estaba lleno de catástrofes ("La aventura del Poseidón", "Infierno en la torre"), apocalipsis ("Cuando el futuro nos alcance"), mafiosos ("El Padrino"), y espías ("El hombre de la pistola de oro", la Bond más catastrófica hasta "Quantum of Solace") y etcétera, consecuencia lógica de la grave crisis moral en la que se había sumido Estados Unidos después de Watergate, así es que era el momento para una peli más optimista, en donde un perdedor como tú o yo, abrumado por un sistema en el que hasta las pelis de Hollywood te mostraban como un perdedor, proporcionara un poco de escapismo. "Rocky" se transformó en un negocio redondo. Costó apenas un millón y algo de dólares, y tuvo un retorno bruto de 117 millones de los verdes (sí, saquen cuentas y maréense), además de alzarse con tres Premios Oscar, a la Mejor Película, al Mejor Director, y a la Edición (por la pelea final, que fue rodada en secuencia inversa desde el último round hasta el primero, con todo el aparataje que eso significó para tratar el tema del maquillaje de las heridas). Y Sylvester Stallone, aunque no llegó a ganar como Mejor Actor ni como Mejor Guión Original (fue batido en ambas por "Network"), se hizo lo suficientemente famoso como para cubrirse de Razzies en los años venideros. Pero qué más da. Razzies o no razzies, el filón después le dio para "Rocky II", "Rocky III", "Rocky IV", "Rocky V", "Rocky Balboa" y "Creed", fíjense ustedes. Y tú, ¿qué has hecho con tu vida hoy día?

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una de las más puras encarnaciones fílmicas del mito americano del self made man, y en forma más genérica, del viejo cuento de hadas del campesino devenido en príncipe. Rocky Roquita es un fracasado puteado por todos en esta vida, pero un día llega una invitación al baile de palac... perdón, a disputar el trofeo al Campeón Mundial, y... ¡qué creen! Sí, ya lo sé, voy a reventar el final, pero no importa, porque es un cuento de hadas, así es que el final es bastante obvio, ¿no? No, no gana la pelea, pero obtiene un maravilloso triunfo moral, se reencuentra a sí mismo, descubre de qué madera está hecho, etcétera. Es que debes tener el corazón hecho de concreto reforzado si no sueltas una lagrimita con nuestro buen Rocky Roquita gritando, como un buen chato cualquiera, eso de "Adrian..."... Buena parte del mérito, aparte del guión, por supuesto, radica en la convicción que tenía Sylvester Stallone para el papel (lo dicho, si es que Rocky era su alter ego, o por decirlo en términos más crudos e insultantes, su Mary Sue), y también por el buen hacer de John G. Avildsen, director discreto sin grandes highlights en su carrera, pero que después se las arreglaría para más o menos repetiría su hazaña con la injustamente subvalorada "Karate Kid". Después de todo, si la vieja historia de la Cenicienta funciona, ¿para qué cambiarlo...? (Mejor elimino las alusiones a la Cenicienta, porque si el Príncipe Encantado que la da la oportunidad a nuestro Rocky ceniciento es Apollo Creed, entonces el asunto quedaría un poco mariconazo, creo yo...).

-- Un punto interesante de esta peli, es la ENORME cantidad de subtexto acerca del AMERICAN DREAM. La peli se estrenó, y se ambienta, y no por casualidad, en el año del Bicentenario de Estados Unidos. ¿Y qué América describe la peli? La peli deconstruye de manera bastante sutil el sueño americano. Rocky es un tipo de esfuerzo y un buen chato, pero al final tiene que venir su golpe de suerte para triunfar... y lo que obtiene es un triunfo moral, no una victoria en toda regla. Claro, Rocky se aferra a su oportunidad como a un clavo ardiente, pero la oportunidad le llega por puro azar. La moraleja de la peli viene a ser: si estás en los sumideros, y no te llega tu día, te jodiste. Celebra el Bicentenario de un merdapaís que te margina y te condena a ser white trash sin futuro. En esto, "Rocky" es muy 70s, por supuesto. Ya vendrán las secuelas a decirnos que la cosa no era así, que AMERICA IS RIGHT, y donde digo digo digo diego, digo yo.

-- Los actores están en su punto. Sylvester Stallone hace su rol clásico, el del tipo que es un bruto sin remedio alguno, pero que en fondo igual es un buen chato, papel que aquí le salió bien, y después, de tanto repetirlo, lo gastó y se transformó en un insoportable en la pantalla. Talia Shire, por otra parte, que algunos años atrás había brillado como toda una Corleone en "El Padrino" y "El Padrino II", ahora brilla aún más porque no están Marlon Brando o Al Pacino para hacerle sombra. Burt Young se estrena como Paulie, rol que ya no le abandonará a pesar de su extensa carrera en producciones de medio y cuarto de pelo (en el fondo, suponemos que Young debe prenderle velitas a Stallone cada vez que ha decidido hacer una nueva de Rocky, y debió querer irse a su sepulcro después de rodar "Rocky Balboa"). Y mérito aparte se merece el gran Burgess Meredith, bien conocido por el aficionado al fantástico por haber sido una década antes nada menos que el Pingüino, en la mítica serie televisiva de "Batman" (sí, la de los ¡¡¡BANG!!!-¡¡¡POW!!!-¡¡¡CRASH!!!), y que aquí compone al gruñón, pero en el fondo sentimental, Mickey Goldmill. También fue la peli que le dio salario anual a Carl Weathers, como Apollo Creed, hasta que tuvieron a bien cargárselo en "Rocky IV" (¡ups! ¿dije lo que no debía?).

-- Bill Conti. ¿Quién es Bill Conti, dice usted? ¡¡¡HEREJE!!! ¡¡¡SACRÍLEGO!!! ¡¡¡BLASFEMO!!! ¡¡¡CONTRA EL MURO CON ESE PAGANO INFIEL!!! Bill Conti es el tipo que compuso el famoso tatataaaaaán... tatataaaaaán... de la banda sonora de "Rocky". Y no se agota aquí. También compuso la banda sonora de una Bond ("Sólo para tus ojos", reemplazando por la entrega al eterno John Barry), y de componer clásicos de la pantalla chica como "Dinastía", "Falcon Crest", "Cagney y Lacey"... ¡Ah, y se nos olvidaba "Karate Kid", a las órdenes otra vez de Avildsen! Puro '80s, el hombre, pero aquí, en 1976. ¿Qué más quieren, caramba?

-- Escenas para el recuerdo: Rocky Roquita dándole una lección a una nenaza porfiada (la misma que aparecerá treinta años después, con el caracho de otra actriz, en "Rocky Balboa"), Rocky Roquita en la tienda de mascotas y pasando de él, la vez en que Adrian se subleva y le grita cuatro verdades al patán de su hermano, y los clásicos infaltables, que son el "Adrian..." del final, la carrera por Filadelfia incluyendo el subir las escaleras, el entrenamiento en el matadero... ¡Cuántos recuerdos, Gran Bastet, cuántos recuerdos...!

IDEAL PARA: Ver la madre y padre de los filmes de autosuperación personal.

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