Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
11 años de Cine 9009 en línea.
El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).
jueves, 17 de mayo de 2012
"El jinete pálido" (1985).
-- "Pale Rider". Estados Unidos. Año 1985.
-- Dirección: Clint Eastwood.
-- Actuación: Clint Eastwood, Michael Moriarty, Carrie Snodgress, Chris Penn, Richard Dysart, Sydney Penny, Richard Kiel, Doug McGrath, John Russell, Charles Hallahan, Marvin J. McIntyre, Fran Ryan, Richard Hamilton, Graham Paul, Chuck Lafont.
-- Guión: Michael Butler y Dennis Shryak.
-- Banda Sonora: Lennie Niehaus.
-- "El jinete pálido" en IMDb.
-- "El jinete pálido" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Un tranquilo asentamiento minero se ve de pronto sacudido por una incursión. Un grupo de jinetes entra a saco, siembra el caos, mata a unos cuantos, y comete el peor de los crímenes imaginables en un Western forever: mata al perro de la chica. La chica entierra a su pobre quiltro en alguna parte del bosque, y se pone a rezar porque llegue pronto un ángel vengador o algo así, para que le ajuste su merecido a los malvados. En ese minuto, como emergido de las brumas de los más gélidos infiernos, aparece de la nada un jinete. Uno que es... ¡¡¡CLINT!!! Uno de los mineros decide ir al pueblo, a pesar de que los agresores no quieren que los mineros vayan al pueblo a aperarse. Sucede lo obvio: los agresores lo emboscan y lo ponen a punto de membrillo. Y sucede lo más obvio: hace su aparición... ¡¡¡CLINT!!! En poquitos minutos, Clint Eastwood les enseña who is the macho. Por la vía dolorosa, por supuesto. El minero, agradecido, invita a Clint Eastwood a quedarse con ellos. Pero la cosa no ha hecho más que empezar. Porque el grupo de forajidos está a contrata de un tiburón muy entusiasmado con esa cosa tan yanki del capitalismo salvaje, que viene a hacer minería no con métodos artesanales sino con tecnología antiecológica (¡ambientalismo! ¡esta peli lo tiene todo!), y que por lo mismo quiere desalojar a los mineros artesanales. Pobrecito, no sabe que está a punto de medirse con THE AMERICAN MACHO. Con Clint Eastwood. Y es que los malos americanos nunca aprenden.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Existen cineastas que los miras y ves que son complejos. Stanley Kubrick, David Lynch, Andrei Tarkovski... el listado es interminable. Pero existen otros que en apariencia son simples, pero que en el subtexto tienen sus aguas turbulentas. Clint Eastwood es de ellos. El cine de Clint Eastwood ha permanecido popular a lo largo de los años porque parece sencillo y accesible, pero a su través se infiltra una ideología y una visión bastante potente de lo que podríamos llamar el ser americano, o mejor dicho, el ser estadounidense. Clint Eastwood se había hecho inmensamente popular con la Trilogía del Dólar ("Por un puñado de dólares", "Por un puñado de dólares más" y "El bueno, el malo y el feo"), y había quedado bastante asociado al Western, aunque capitalizó su éxito en los '70s diversificándose en géneros, en particular con su popular detective Harry Callahan en "Harry el Sucio" y secuelas, además de saltar a la dirección desde "Obsesión mortal" en adelante. Nada de raro entonces que, con la significativa excepción de "Bronco Billy" (que tampoco es un Western clásico-lo-que-se-llama-clásico), Clint Eastwood se haya ido apartando un tanto del género que lo catapultó a la fama. Incluso se había pasado al thriller anticommie con "Firefox", además de forrarse otro poquito con otra secuela de Harry el Sucio ("Impacto fulminante"). Pero la sangre tira. En particular la sangre yanketa. Así es que en 1985 dirigió y protagonizó su regreso al Western. Y esto, en una década, los '80s, en que con computadores personales y revolución informática, el Western parecía un género condenado a muerte (bueno, no es que haya levantado tanta cabeza desde entonces, tampoco). "El jinete pálido" es uno de los Western más extraños de Clint Eastwood, y contiene más de alguna clave interesante para entender la ideología eastwoodiana, un americano de pura cepa.
¿POR QUÉ VERLA?
-- En realidad, si tuviéramos que resumir el guión de la peli hasta lo mínimo, un par de líneas a lo sumo, la trama podría ser el conflicto estándar de un montón de Western promedio: "un grupo de colonos se ve acosado por unos forajidos salidos de ninguna parte, y llega un heroico pistolero desde más allá que va a imponer la justicia a balazo limpio si fuere preciso". Lo que hace distinta y distintiva a esta peli, es que el héroe es el jinete pálido. ¿Y quién es él? La peli nunca lo dice. Se lo llama "el Predicador" a secas, y el único que podía conocer su nombre, no nos lo revela jamás. En realidad, la peli es la destilación definitiva del Western en su estado más puro, una tendencia que ya venía desde la Trilogía del Dólar. En los Westerns más antiguos, en que las audiencias no estaban por completo familiarizadas con los códigos de género, y los guionistas aún podían jugar con elementos que no estaban sobreexplotados, era necesario darles a los héroes un nombre y trasfondo con el cual jugar. Eso empezó a cambiar a toda velocidad con la Trilogía del Dólar, en que Clint Eastwood protagoniza el personaje llamado con toda propiedad el Pistolero sin Nombre (a pesar de que en "El bueno, el malo y el feo" se refieren a él como el Rubio, lo que tampoco es un nombre muy nombre que digamos, bien mirado). "El jinete pálido" lleva esta destilación hasta sus últimas consecuencias: el héroe no sólo carece de un nombre o una identidad que le sean propios, sino que incluso no es tanto una persona de carne y hueso como una abstracción filosófica: es "el bueno" sin más. Excluyendo los elementos que podríamos entender como sobrenaturales en la peli y tratando éstos no como un dato objetivo sino como un punto de vista (el de los mineros), nos encontramos con que el héroe no es otra cosa sino... el héroe, y punto. Imposible ser más abstracto a partir de aquí. La peli gira en torno al concepto de que el héroe no es realmente un personaje de carne y hueso, sino de verdad una criatura sobrenatural, un ángel vengador que viene desde más allá de la muerte para hacer la justicia de Dios. La escena a mitad de peli, en que el Predicador acude a una caja de seguridad y deja la Biblia para tomar el revólver, es casi un trasunto de millones de escenas del Antiguo Testamento en que Dios se fastidia del revoltoso Pueblo Elegido y le envía plagas y lluvia de fuego del cielo (balas en este Western, pero la idea es la misma). Se intuye que el héroe ha sido objeto de una ejecución a traición en el pasado: ¿ha sobrevivido a la misma y es un ser humano, o bien de verdad murió y ha regresado como algo sobrenatural y más grande que la vida? La peli no nos lo aclara, y esa ambigüedad es una de sus mejores bazas. Sólo sabemos que el jinete pálido ha aparecido cuando la chica se pone a rezar, y se va cuando el mal ha sido castigado. Y que tiene un contacto lejano, muy lejano, con los seres humanos (por supuesto, esto podría ser un caso de impotencia, pero no nos atreveríamos a meternos con la salud sexual de... ¡¡¡CLINT!!! ...así es que esta alternativa luce un poco improbable). En esto, la peli también le da literalidad a un elemento que en muchos Westerns, y muchas pelis a secas, es alegórico: el héroe como representación de las fuerzas del bien. Aquí, el jinete pálido no es una representación de las fuerzas del bien, sino que ES la fuerza del bien a secas. O al menos eso podría entenderse, si asumimos la lectura sobrenatural.
-- A través de la deconstrucción de la mecánica de "el bien contra el mal" en el Western, la peli ofrece también una interesante parábola del espíritu yanki, siempre desde la peculiar mirada de Clint Eastwood. La cinematografía de Clint Eastwood es muy yanki en el sentido de privilegiar el individualismo a ultranza por sobre la sociedad o el sistema, que siempre es presentado como débil en el mejor de los casos, y corrupto en el peor. Pero Eastwood no es un anarquista, faltaba más. En la filmografía eastwoodiana, los individuos son o valen según lo que hacen (en esto de presentar a los personajes preferentemente a través de sus acciones en vez de su pensamiento o interioridad, Eastwood es también muy yanki). En "El jinete pálido" vemos un ambiente tan típicamente yanki como lo es "la Frontera", el territorio virgen a ser colonizado. Pero nos encontramos con dos grupos de colonos. Por un lado están los mineros, débiles pero empeñosos y llenos de valores como la camaradería, siempre a partir del respeto de un individuo por el otro (que somos liberales, no socialistas aquí, si esto es Eastwood, caramba). Por el otro está el gran capital. El gran capital no es presentado como "el sistema", aunque puede inferirse que la justicia (el sheriff corrupto) es demasiado débil como para oponerse al poder del dinero (¿Eastwood nos presenta una desconfianza de las instituciones, o parecería decir que una institucionalidad más fuerte evitaría eso? La duda queda en el aire, en lo que a esta peli se refiere). Una situación casi bíblica, de una tribu contra otra. Lo que marca la diferencia entre ambos es el respeto y la concordia de unos versus el atropello y la prepotencia de los otros. Que el jinete pálido, esta figura casi sobrenatural, aparezca defendiendo a los débiles, es casi una declaración de intenciones: ya que el yanki promedio decente es ayudado por EL BIEN A SECAS, entonces es que se merecen ganar, y se merecen la ayuda divina. Dicho más crasamente, en esta peli Dios está del lado del débil y del oprimido, pero no de cualquier débil ni oprimido, sino de aquel que lucha por su individualidad y se resiste a la corrupción. Es imposible ser más americano que esto, creo yo.
-- En el apartado técnico, la peli es superlativa. Clint Eastwood sabe como rodar escenas compactas, aprovechando bien el paisajismo, empacando bien la acción, y sacándole buenas actuaciones a sus actores. Esa ha sido la constante de su cine, y "El jinete pálido" no es la excepción. Incluso si se te da floja toda la parábola social y metafísica que carga esta peli, aún así sigue siendo un Western recio y contundente, como los mayores clásicos del género. Y es que Clint es mucho Clint, al final del día. ¡Si en esta peli personifica a uno que quizás es uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis, entonces tiene que serlo, a fin de cuentas!
IDEAL PARA: Ver un Western recio, con ribetes sobrenaturales, que a la vez opera como un interesante retrato de la espiritualidad de Estados Unidos.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
Busca otras películas relacionadas:
+ Carrie Snodgress,
+ Chris Penn,
+ Clint Eastwood,
+ Michael Moriarty,
+ Richard Dysart,
+ Richard Kiel,
+ Sydney Penny,
1985
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Maravillosa película, uno de mis westerns preferidos con un Clint Eastwood en estado de gracia. Era 1985 y supone todo un preludio del gran cine que Easwtood iba a dirigir en los años venideros.
Un saludo
Sí, se siente muy por encima del feeling del Western promedio. Es una lástima que no sea tan popular como otros Westerns que andan rondando por ahí, pareciera que sólo algunos cinéfilos desperdigados por aquí y por allá la reivindican.
Publicar un comentario