11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

martes, 19 de febrero de 2008

"Los pájaros" (1963).


-- "The Birds" (título original en inglés), "Els ocells" (título en catalán). Estados Unidos. Año 1963.
-- Dirección: Alfred Hitchcock.
-- Actuación: Rod Taylor, Tippi Hedren, Jessica Tandy, Suzanne Pleshette, Veronica Cartwright, Ethel Griffies, Charles McGraw, Ruth McDevitt, Lonny Chapman, Joe Mantell, Doodles Weaver, Malcolm Atterbury, John McGovern, Karl Swenson, Richard Deacon.
-- Guión: Evan Hunter, basado en la historia de Daphne Du Maurier.
-- Banda Sonora: Remi Gassmann y Oskar Sala, como productores y compositores de sonido electrónico.

-- "Los pájaros" en IMDb.
-- "Los pájaros" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En una pajarería, una chica ingresa al local buscando un plumífero para regalarse la vida. Mientras la están atendiendo, aparece el clásico chico-guapo-apuesto que la confunde con una vendedora. Ella, en vez de sacarlo delicadamente de su error como la dama que debería ser, deja salir el instinto de golfa y le sigue el juego, para ver si se enzorra con él. Al final resulta la del burlador burlado, porque el chico desde el comienzo sabía que ella no era vendedora de aves, el muy jopú. Pero ya sabemos como son las chicas, que si las tratas como a una reina te tratan como a un sirviente, y si las tratas como a una sirvienta te tratan como un rey, así es que la chica se consigue información sobre el tipo que la ha fregado, y empieza a perseguirlo, con un pretexto cualquiera, hasta un puertecillo perdido en los arrabales de Dios, llamado Bodega Bay. Allí se topa con su chico guapo, que tiene una hermanita pequeña, y con la profesora de la hermanita pequeña, que anda verde por ser la "alumna" del hermanito grande, y con la mami de la criatura chica y la criatura grande, una señora dominante y posesiva como es la costumbre de las Hitchcock's Moms. De este modo comenzará a avanzar el idilio entre los dos pimpollos de la pajarería, idilio al que sólo podrían amenazar esos cuclillos molestos (la profe, la mami...), de no ser porque pájaros de un calado mucho mayor están a punto de descargar una lluvia de picotazos, y convertir a los pacíficos citadinos de Bodega Bay en alfileteros ambulantes...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Alfred Hitchcock tuvo el buen olfato, a finales de los '50s, de darse cuenta de que los tiempos estaban cambiando aceleradamente, y de que pronto su estilo de cine policial iba a ser historia (lo es, de hecho, para desgracia nuestra). Ya con "Vértigo" y "Psicosis" había intentado tensar la cuerda, marchando hacia otros lares, concretamente hacia el suspenso psicológico (y psicopatológico, podríamos decir) por sobre la intriga policíaca propiamente tal. Después de "Psicosis" insistiría con "Marnie la ladrona", pero entre medio, se las apañó para hacer algo completamente atípico en su filmografía: una de bichos asesinos. Sin crimen. Sin misterio. Sólo unos animaluchos que se dedican a desquiciarse sin razón alguna, y hacer chancadillo de humano. No es que los bichos asesinos no se conocieran antes en el cine, pero quizás es la primera vez en que el bicho se transforma en el centro de la historia, además de que no se trata de un bicho individual con su personalidad asesina bien definida (al que por lo tanto se lo puede matar y recibir alivio después del minuto 90 del filme), sino de manadas (parvadas, más bien) de ellos, y a ver cómo los exterminas. Hitchcock creó así literalmente un nuevo subgénero fílmico, el de las manadas de aves/insectos/carnívoros que iban a cebarse sobre un grupo de pobrecitos humanos. Productos y subproductos fílmicos como "Tiburón", "Piraña", "Ranas", "Aracnofobia" y demases estaban a la vuelta de la esquina. Resulta curioso observar, dicho sea de paso, lo ideológicamente reaccionaria que resulta esta película, visionada en la actualidad: los chicos buenos son los pacíficos habitantes de un suburbio con la típica vida doméstica tranquila yanki de toda la vida, y los malos son la naturaleza. ¡Eso, en una época en la cual los hippies hablaban de paz y amor, y el regreso a la naturaleza, como grandes valores positivos contra la sociedad industrial que todo lo malversa y corrompe! Pero Hitchcock era Hitchcock, podía ser un tipo muy de avanzada en lo fílmico, pero no le pidan que vote por los demócratas, gracias...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Digámoslo desde ya. En la actualidad, esta peli tiene más que nada un valor arqueológico. Hitchcock jugó mucho a crear el suspenso con los valores de su época. El público que ya había visto "Psicosis" podía sentirse tentado a adivinar lo que vendría: aparece la chica linda así es que quizás haya un asesinato, aparece la madre perturbada así es que quizás el jovencito esté un poco pirado, la peli va demorándose así es que en algún minuto entrará en vereda con un asesinato... Obviamente nada de eso pasa, porque como sabe todo el mundo (o debería saber, al menos), ésta no va de pirados, sino de bichos asesinos. Pero mirada de manera discontinuada, la primera parte se transforma en un latazo de marca mayor (¡mira que demorar el primer ataque en masa nada menos que una hora entera de metraje!), amenizado tan solo por algún que otro picotazo ocasional (el primero, a los veintipasados minutos del filme). Y la segunda, cuando empieza el Reinado de los Pájaros... pues bien... en su tiempo puede haber sido lo más aterrador del mundo, pero hoy en día, con tanto cine gore suelto por ahí, simplemente ya no tienen tanto impacto (por no verse, casi ni se ve sangre). Lo dicho: para la época debió ser el colmo del horror, en particular por la inteligente idea de usar un elemento de la vida cotidiana de todos los días (las aves, en este caso) para sembrar el terror y conseguir que nadie se vaya tranquilo a la cama, pero hoy en día, simplemente ya no espanta (bueh, salvo que tengas siete años... o la inteligencia de un niño de siete años).

-- El soundtr... perdón, casi debería decir, la ausencia de soundtrack. Casi todas las películas desde la magnífica banda sonora de Max Steiner para el "King Kong" de 1933 tienen aunque sea un toque por aquí y uno por allá de instrumentos de cuerda para amenizar el cotarro un rato. "Los pájaros" no. Una de las ideas más astutas de Hitchcock fue prescindir por completo de toda clase de música incidental, y utilizar simples sonidos electrónicos que debían reproducir el ruido chirriante que produce el aullar de los pájaros (ya sé que los pájaros no aullan, no se crean, pero así escrito queda más mono). Quizás Bernard Herrmann, el soundtrackista de toda la vida de Hitchcock, que le compuso esos chulos violines para la escena del asesinato en la ducha de "Psicosis", no se sintiera tan complacido por la evolución natural de la música en las pelis de Hitchcock, hasta prescindir por completo de sus servicios, pero Hitchcock lo recompensó por la paciencia acreditándole como Consultor de Sonido, o algo así.

-- Los actores están más o menos bien ajustados en sus roles. Tippi Hedren hace su primera aparición como chica Hitchcock aquí (se repite plato en "Marnie la ladrona"), y lo hace con elegancia. Rod Taylor, fresco aún su buen hacer en "La máquina del tiempo", resulta un poco débil como sucedáneo de Cary Grant (y es que Cary era Cary, en eso no hay caso), pero aún así cumple bien. Suzanne Pleshette, la profesora que quiere ser enseñada en las artes amatorias, se roba la peli en todas las escenas que aparece (de hecho, como más de alguna vez sucede, uno puede preguntarse qué diablos vio el prota en la otra chica, si a ésta la tenía todo el tiempo por delante y estaba bien... tiempeable, ejem). La mamá de Rod Taylor es... ¡¡¡CHACHÁNNN...!!! ¡¡¡SÍ, SEÑORAS Y SEÑORES!!! ¡¡¡JESSICA TANDY!!! Sí, ya en 1963 la veterana uvapasa que hacía ver como un mozalbete a su chofer negro Morgan Freeman en "Conduciendo a la señora Daisy", hacía roles de madre avejentada... ¿es que esta señora nació vieja...? Y la hermanita de 11 años es otra vieja conocida, pero en ese entonces estaba niñita irreconocible... sí, estamos hablando de Verónica Cartwright, que entre otros créditos tuvo un secundario en "Las brujas de Eastwick", pero que para el fanático de CF promedio, aparte de interpretar a uno de esos clásicos personajes "hago aparición de lujo y me muero cuatro capítulos después" en "Expediente X", fue carnaza de otro bicho, esta vez alienígena, en el clásico "Alien" (la buena, la original, la de Ridley Scott). Bueh, aquí doña Cartwright hace de niñita linda con la que todos tenemos que conmovernos, blah blah blah, pero... supongo que en esa época, el truco de la chica cargante de correctita funcionaba bien (díganselo a los insufribles niños cantores de "Algo para recordar").

IDEAL PARA: Ir a la madre y el padre de todas las pelis de bichos asesinos.

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