11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 4 de marzo de 2007

"Rocky Balboa" (2006).


-- "Rocky Balboa". Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Sylvester Stallone.
-- Actuación: Sylvester Stallone, Burt Young, Milo Ventimiglia, Geraldine Hughes, James Francis Kelly III, Tony Burton, A.J. Benza, Talia Shire (archivo), Henry G. Sanders, Antonio Tarver, Pedro Lovell.
-- Guión: Sylvester Stallone.
-- Banda Sonora: Bill Conti.

-- "Rocky Balboa" en IMDb.
-- "Rocky Balboa" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La vida transcurre un tanto plácida y solitaria para el veteranísimo Rocky Balboa, antiguo campeón mundial que armó equipo con Ronald Reagan y Juan Pablo II para derrumbar el Muro de Berlín. El tiempo no pasa en vano. Adrian, la amantísima esposa que tuvo que tragarse todas las machadas de Rocky en las pelis anteriores ("¡no lo hagas, Rocky, te van a matar a puñetazos!"), finalmente descansa en paz. Y Rocky se ha quedado pegado en el tiempo. Su hijo, por su parte, ha evolucionado desde su anodina entrada en la peli anterior, y ahora es un ejecutivo hecho y derecho, que trata de liberarse del férreo puño de hierro boxístico de Rockito. Por esos azares y coincidencias de la vida, se encuentra con una chica a la que ayudó chorropetecientos años antes, y que ahora ha crecido para convertirse en una fracasada. Ambos unirán fuerzas y corazones para lidiar con una nueva y temible amenaza: un boxeador campeón que busca revitalizar su no mu dinerogeneratriz carrera (y ganar dólares de paso, por qué no), peleando un encuentro amistoso con el vejete papamoscas de la anterior generación. Lo que nadie espera es que Rocky peleará esta pelea en serio, y no se arrojará a la lona. Por lo que podría ser espectacularmente molido a golpes por alguien más joven, más ágil, más agresivo, y listo para comerse al mundo.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Por allá en el lejanísimo 1976, un actor en vías de convertirse en fracaso con evidentísimas limitaciones actorales (incluyendo una fea parálisis facial) llamado Sylvester Stallone, escribió un guión sobre un boxeador que lucha por la vida, la autorrealización, etcétera. Ese guión, nacido de la desesperación y la autofrustración, se convirtió en dinamita cuando el fiero puñetazo de Rocky hizo añicos la taquilla, llevándose de paso el Premio Oscar a la Mejor Película, y así fue como "Rocky" dio origen a una próspera franquicia de seis películas (tantas como Star Wars, y empezó un año antes y terminó un año después). En ese primitivo "Rocky", Rocky Balboa era un boxeador de medio pelo que conseguía un triunfo del espíritu humano, etcétera, pero el resto de la saga ingresó al glamour y la yuppie autoindulgencia triunfalista de los '80s. Por lo que con "Rocky V" trató una especie de regreso a los orígenes, que fracasó profundamente por varias razones, siendo quizás la más importante que aquélla película era en lo medular mierda clavada en un palo. Por su parte, Stallone probó suerte con otros proyectos, incluendo comedias tan inenarrables como "Oscar" o "¡Para, o mamá dispara!". Después de unda década dando tumbos, Stallone decidió regresar con una Rocky VI que le pusiera verdadero final a la saga. Todo el mundo se partió de risa, pero Stallone siguió calladamente adelante, y, ¡qué creen! Le salió una buena película, después de todo.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta es la clase de películas que se salen de su marco y se convierten en un acontecimiento sociológico. No fue un fenómeno de masas, claro está, pero es más que una película: es el testamento de Sylvester Stallone para uno de sus personajes más queridos. Y eso se nota. La película está hecha con bonhomía y dignidad, y no cae nunca en heroísmos ridículos ni en la autoindulgencia. Stallone se despide de sus personajes de manera emotiva, sin pecar de sensiblero, y eso se agradece. El Stallone actor quizás tenga un talento limitado, pero el Stallone director, sin ser una gran luminaria fílmica, sabe contar bien una historia y llevarla desde su inicio hasta el final. Stallone prometió retirarse de la actuación y sentarse detrás del sillón de director, y después de ver la madurez fílmica de "Rocky Balboa", cabe esperar buenas cosas de su futuro como tal.

-- Los personajes. Lejos de ser marionetas, están diseñados como personas con sentimientos y móviles a veces un tanto complejos. Adrian ha desaparecido, pero una nueva chica toma su lugar (¡el viejo truco de mostrar "lo de siempre" con nuevo envoltorio, pillín!). Burt Young sigue fiel como el gruñón Paulie. El conflicto con el hijo de Rocky está planteado de manera realista, sin caer en la ñoñez "soy tu padre y tengo razón porque sí"; al menos, los argumentos del hijo para pasar del padre son bastante atendibles. Incluso Mason Dixon, el villano oficial, está pintado con trazos finos: tiene características bien reconocibles del villano clásico, incluyendo una ambición sin límites, pero también hay otros motivos en sus actos, tales como inseguridad, insatisfacción consigo mismo, y tiene sus momentos en los cuales vemos que, a pesar de su duro envoltorio, en el fondo no es una mala persona.

-- La pelea final. El personaje de Rocky Balboa ha envejecido (y ha criado várices en los brazos, ¡y de qué manera!), y Sylvester Stallone tiene clara conciencia de que no puede mostrarlo peleando como una máquina, como lo hiciera en su apoteósico duelo con Iván Drago en "Rocky IV". La pelea final está diseñada también con sintonía fina, y con un buen final.

-- La última toma. Un final simple, sencillo, sin excesivo ruido... Y por lo mismo con gran fuerza.

IDEAL PARA: Despedir en plena forma a una de las sagas más reconocibles del cine (¡y esperemos que sea la despedida definitiva esta vez, nada mejor que retirarse mientras se está ganando!).

1 comentario:

Randjody dijo...

Me pareció muy acertada tu crítica, general. Sin ser de mis sagas favoritas, encuentro que la de Rocky no sólo tiene méritos propios al ser la curva del héroe; amanecer, desarrollo y ocaso, sino que ha sido bastante consistente de principio a fin (sacando quizás la 4 y la 5, que son las más débiles).

Creo que, dentro del grupete de actores de acción que han pululado durante todos estos años, Stallone claramente sobresale -como dices- no por sus dotes actorales, sino por esa habilidad para crear y contar historias de manera decente las más de las veces.

El caso de Rocky es icónico, porque es el boxeador cinematográfico por excelencia. Y se nota que Stallone lo quiere y sabe el valor sentimental que tená entre manos.

Ésta fue la primera -y ojalá última- cinta del Semental Italiano que fui a ver al cine, y -siendo un hombre más o menos parco en emociones hacia lo que me muestra la pantalla grande- logró sensibilizarme, una de ellas precisamente con el final.

La otra fue con un elemento siempre presente en todas las cintas y que se ha convertido en su marca registrada: el tema instrumental, que ya es parte del legado musical de Hollywood, inextricablemente unido a una sensación de superación y de ir más allá de los límites... bueno, es la sensación que me produce a mí, por lo menos.

Saludos.

Seguidores