11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 4 de septiembre de 2011

"Terror en el museo de cera" (1953).


-- "House of Wax" (título original en inglés), "Los crímenes del museo de cera" (título en España). Estados Unidos. Año 1953.
-- Dirección: André de Toth.
-- Actuación: Vincent Price, Frank Lovejoy, Phyllis Kirk, Carolyn Jones, Paul Picerni, Roy Roberts, Angela Clarke, Paul Cavanagh, Dabbs Greer, Charles Bronson, Reggie Rymal.
-- Guión: Crane Wilbur.
-- Banda Sonora: Charles Belden.

-- "Terror en el museo de cera" en IMDb.
-- "Terror en el museo de cera" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La Inglaterra victoriana, escenario de tantos y tan señalados horrores como por ejemplo la banca de los Rothschild, la filosofía de Spencer o las (er...) vidas privadas de Oscar Wilde y Lewis Carroll. En ese remoto tiempo, no tan remoto en los añitos de la peli (medio siglo de nada, ¡si hasta algunos mayores debían acordarse!), había un lindo museo de cera, en donde quien lo regentaba era un... ¡¡¡ARTISTA!!! El problema es que su socio, porque nuestro artista como buen artista no puede defenderse sólo en el mundo de escualos que es la vida real, se pone impaciente porque, verán, al socio en realidad le tiene al pairo si la cosa es arte o no, lo que le importa es si las estatuas de cera de los huevos de oro dan dinero o no. Y bueno, pues ya se sabe con esto del arte, que la gente es una cicatera, mira que les gusta eso de que haya cultura, pero es que además... ¡no quieren pagar por ella! ¡que la cultura debería ser de todos! Poco más, y ya se están descargando de interné las dichosas esculturas de cera, en vez de simplemente ningunearlas haciéndoles cero visitas en el contador. El caso es que el socio decide que es buena idea cobrar el seguro, pero hay un pequeño problema: primero la cosa asegurada debe desaparecer, ojalá de la manera más trágica posible. Por lo que arma un incendio así de ná. Al artista no sólo se le cae el pelo, sino además se le chamusca, y de hecho se le da por muerto en el incendio, y el socio, ahora libre de ese lastre sociopolítico que es el artista sin visión comercial, está listo para hacer algo más interesante con el dinero, en concreto, agarrarse a una fémina muy buena (Carolyn Jones en sus mejores años, quién podría culparlo) y enseñarle a disfrutar del barco pasando por todo lo que se llama el Canal de Suez (poco sutil, pero muy imperial british el chiste). Pero qué creen... así, casi de la nada, sale un tipo que agarra al antiguo socio, casi como si fuera una sombra del pasado que le persiguiera, y... ¡¡¡ASESINATO!!! También la tal Carolyn Jones desaparece, aunque de manera muy sospechosamente sospechosa, sus bellas formas se parecen mucho a las de una estatua que... exacto, un nuevo museo de cera que se abre en la ciudad y todo. ¿Habrá alguna misteriosa conexión entre todos estos eventos...? ¿Por qué las estatuas de cera del nuevo museo se ven tan repulsivamente realistas? Y lo más importante... ¿conseguirá Vincent Price meternos miedo a la vena como ha sido su estilo tradicional desde que Price es Price...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

1953. El cine estaba a punto de experimentar... ¡¡¡SU MAYOR AMENAZA DE MUERTE!!! ¡¡¡VIENE LA TELEVISIÓN, BUAAAAAÁ!!! Era una amenaza tan, pero tan, pero tan grande, que uno no se explica cómo el cine sobrevivió medio siglo más para experimentar... ¡¡¡SU MAYOR AMENAZA DE MUERTE!!! ¡¡¡VIENE INTERNET, BUAAAAAÁ!!! Es una amenaza tan, pero tan, pero tan grande, que uno no se explica cómo sobrevivirá, si es que sobrevive... en los 2010s lo tienen claro: esas maravillosas series B de alto presupuesto que son "Avatar" y "Alicia en el País de las Maravillas" no se hubieran forrado a tutiplén como lo hicieron si no fuera por el... ¡¡¡TRIDÍ!!! De manera idéntica, en 1953 los productores dijeron... ¡¡¡EL 3-D ES EL FUTURO!!! Y se pusieron a parir pelis de ésas como locos. En lo de la Warner se dijeron: "bien, tenemos el 3-D, ahora veamos qué peli producimos con esa nueva tecnología". Ya sabemos que el camino para toda obra artística debería ser un poco al revés, primero deberíamos tener idea de qué peli vamos a rodar y luego ver qué técnicas aplicamos, pero estos de los grandes estudios tienen esa fijación de tirar con la carreta y cargar con los bueyes, fíjense ustedes, únicamente porque eso da DINERO... En fin, el caso es que revisaron sus archivos y dieron con un clásico (debe serlo, porque actúa la Fay Wray de "King Kong" y dirige Michael Curtiz nada menos, aunque no la hemos visto acá en Cine 9009 para atestiguar) llamado "Los crímenes del museo". Así es que se dijeron: "Leñe... ¡un remake!". ¡Sí, joer! ¡1953, y ya tenemos un REMAKE en 3D! ¡Así de modernos eran los antiguos! (está también el remake "El museo de cera" del 2005, tan ponzoñoso que el número más recordado es el estriptís de Paris Hilton... por las carcajadas que arranca ver a la anoréxica ésa en ropa interior, y también hay un remake bastardo que la descacharrante "El museo de cera" de 1988, con una ida de olla sobrenatural que es para partirse de... algo). Para tejer el cesto, llamaron a un director un tantín de segunda fila, un tal André de Toth, tipo que tenía eficiencia suficiente como para merecer un poquitín más de reconocimiento y menos olvido del que se lo tiene hoy en día (la razón por la que eligieron a un director tuerto para dirigir una peli en 3D cuyo efecto estereoscópico iba a ser incapaz de apreciar en el montaje final, francamente se me escapa... seriously, el pobre de Toth era tuerto, ignoro también el por qué). Y convocaron también a Vincent Price, actor que en esa época ya tenía cartel interpretando a variados villanos del Cine Noir, y que con buena previsión habida cuenta de que en los '50s el ciclo noir iba a desfallecer, con "Terror en el museo de cera" se movió al horror, en donde se enclavaría firmemente hasta transformarse en un trademark del género durante las siguientes dos décadas. El resultado fue uno de los grandes clásicos de ese género siempre pequeño que es el terror (porque admitámoslo, el terror siempre ha sido un poco la mesa del pellejo de todos los críticos estiradetes desde la Golden Age de Hollywood hasta la actualidad... y en algunos casos, desgraciadamente, con razón).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Uno podría buenamente esperar que una peli hecha con tanto sentido oportunista y comercial, fuera una reverenda mierda. Y vieran ustedes que no... En los hechos, este remake lanzó al baúl de los recuerdos a la original "El misterio del museo", y también hizo olvidables a su revoltosa progenie posterior. Partiré no por lo más obvio (Vincent Price, leñe, que todos se acuerdan de él y nadie del director), sino por el vapuleado André de Toth, un buen director que nunca tuvo una peli en donde realmente pudiera lucirse a destajo. De Toth puede parecer una extraña opción para dirigir esta peli (una de terror victoriano, recordemos, género en el cual un director hábil para manejarse con las atmósferas puede moverse como pez en el agua), habida cuenta de que el señor de Toth venía del mundo del Western y del cine policial, pero al final resulta que su estilo duro, directo y seco, que tanto habían hecho por él en su carrera anterior, termina dándole a esta peli un gusto especial: es cierto que no es muy atmosférica y a veces no te envuelve tanto que llegues a olvidarte del cartón piedra, pero a cambio el manejo de la historia, el pulso narrativo y los personajes es simplemente impecable, y te masticas el drama y la tragedia detrás de la historia hasta su lógico desenlace, que incluso hasta te da un poco de rabia y todo. Resulta curioso observar que André de Toth, cuyo destino natural hubiera sido rodar un GRAN WESTERN, al final su peli más recordada es una tan ajena al género como lo es el terror (por mucho que ambas pelis sean de ambientación decimonónica aunque en geografías distintas).

-- Y ahora vamos a lo obvio, a lo que estaban esperando, a la razón por la que llegaron hasta aquí si lo hicieron by the Google way: Vincent Price. Sin desmerecer al maestro del horror, al fantasma del cine, al cuco del cuco, que aquí nuestro actor de terror favorito está al tope de la bandera (probando que se la podía con el terror y ganándose el trono que retendría por dos décadas), lo cierto es que le ayuda un potente guión en que su personaje, más que ser un villano terrorífico, en realidad es más un antihéroe trágico. El guión y la actuación de Price nos presentan a su personaje con rasgos decididamente simpáticos, y cuando le ocurre lo que le ocurre, entendemos perfectamente sus motivaciones, más allá de que sus métodos sean, er... discutibles. Es cierto que la ecuación guión+Price aquí es ganadora, pero faltando uno de los dos elementos (y en particular faltando Price probablemente, que guionistas levantas una piedra y te encuentras cinco), es muy posible que esta peli se hubiera ido al limbo de la morralla en que sólo los más aguerridos se meten a escarbar (algunos dirían que vuestro seguro servidor el General Gato lo es, pero es que oigan, hasta mi omnívora cinefilia tiene sus límites). La actuación de Price y su personaje rebasan el pretexto original del museo de cera, que en realidad no está explotado tan a tope como podría ser. Establezcamos un punto de comparación: en "El museo de cera" del 2005 la iconografía fetichista está un tantín más explotada (eso de la cera caliente cayendo y ahogando a algún pobre desgraciado... ya me entienden, so pervertidillos), pero a cambio no tenemos ni de lejos a un personaje como Vincent Price (Elisha Cuthbert podrá verse muy bien con poleras apretadas, pero es que, bueno...). "Terror en el museo de cera" comparte con "La llamada fatal" de Alfred Hitchcock el interesante honor de que se han conservado en la historia del cine como clásicos cada uno dentro de sus géneros... y las audiencias se han olvidado de que en sus buenos años, el gancho para estas dos pelis no eran los actores o la trama, sino el consabido tridí.

IDEAL PARA: Ver una de terror clásico con un filo bastante inesperado.

VIDEOS.

[NOTA: Como Cine 9009 es un blog en 2-D, ud. no podrá apreciar la profundidad estereoscópica de estas escenas... ni aunque se ponga las estrafalarias gafas de colores].

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos... ¡¡¡EN 2-D!!!].


-- Créditos de la peli [en inglés, sin subtítulos].


-- El incendio de comienzos de la peli [en inglés, sin subtítulos].

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