11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 17 de febrero de 2008

"Soy Leyenda" (2007).


-- "I Am Legend". Estados Unidos. Año 2007.
-- Dirección: Francis Lawrence.
-- Actuación: Will Smith, Alice Braga, Charlie Tahan, Salli Richardson, Willow Smith, Darrell Foster, April Grace, Dash Mihok, Joanna Numata, Abbey, Kona, Samuel Glen, James Michael McCauley, Marin Ireland, Pedro Mojica.
-- Guión: Mark Protosevich y Akiva Goldsman, basados en el guión de 1971 de John William Corrington y Joyce Hooper Corrington, y en la novela de Richard Matheson.
-- Banda Sonora: James Newton Howard.

-- "Soy Leyenda" en IMDb.
-- "Soy Leyenda" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Nueva York, año 2012 (lo que en un lustro será el pasado tipo "¡mira cómo pensaban que iba a ser el futuro!"). Nueva York está completamente en solitario, sin rastro de presencia humana. ¿Completamente? ¡No! Porque tenemos al bravo Robert Neville, como único residente de sus calles. Bueh, él y su bella pastora alemana (o sea, una perra cánida de la raza pastor alemán, por si las dudas). Corriendo en un bólido que ya se lo envidia el Mach 5 de Meteoro. Disparándole a la fauna salvaje que se ha tomado las calles. O lo que queda de ella. Porque hay alguien acechando, allí, bien escondido, en las sombras. Un alguien que a estas alturas del partido, ya no es humano. Es algo más. ¿De dónde diablos salió? Neville hace un poco de memoria. Tres años atrás, él era un militar de alta graduación, con una bella familia y una cachorrita nada más mona. Hace poco ha salido en las noticias que tienen una cura definitiva contra el cáncer. Pero algo se sale de control. La famosa terapia génica se escapa de las manos, y sucede el desastre. Crea un virus. El virus se propaga. Y convierte a la gente en repugnantes bichos que merodean en la noche (la peli no lo dice, pero la novela sí, así es que grítenlo conmigo: "¡¡¡VAMPIIIIIIROOOOOOS!!! ¡¡¡BUAAAAAAH!!!"). Nuestro héroe ha dejado atrás a su familia y se ha quedado solito en la ciudad, buscando la cura que permita volver a los pobres desgraciados a la única condición que vale la pena de ser vivida, o sea la humana, que para eso somos la Criatura Superior Sobre El Planeta y el Rey De La Creación, demonios. Pero poco a poco, su nuevo medio ambiente irá corroyéndole la cordura. ¿Podrá evitar la perrita nada más mona, convertida ahora en una flamante hembra de tres años, que su amo termine volviéndose loco, o peor aún, comida para vampiros...? (perdón, en la peli no los llaman así, así es que... "...presa de darkseekers?").

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En 1954, el un tanto inefable Richard Matheson, escritor de algunas notables novelas de SciFi, en su propio estilo un tanto poético (sin pasarse, que no es Ray Bradbury) y alejado de los cohetes espaciales y los B.E.M., escribió una obra capital del género, cual es "Soy leyenda". La obra resultó innovadora en muchos aspectos: presentaba el apocalipsis por una gran pandemia, actualizaba el mito del vampiro, estaba teñida del existencialismo entonces al uso en la Grossenkultur (aquello del hombre solitario sobre las ruinas de toda la civilización humana, un Albert Camus llevado al extremo), y era un tenebroso reverso para la cultura del Baby Boom estilo Era Eisenhower, asentada sobre el pie de manzana en la ventana y el hombre con sombrero que vuelve de la oficina para comer el almuerzo diligentemente preparado por su amante esposa. No es raro que haya sido objeto de al menos tres adaptaciones cinematográficas (la que tenemos en comento, más "El último hombre sobre la Tierra" y "El hombre omega"), además de varias versiones bastardas (pelis de zombies como "La noche de los muertos vivientes" o "28 días" tienen más que un aire de familia a la novela de Matheson). Desgraciadamente, Richard Matheson es un autor demasiado autoconsciente, y por qué no decirlo, pesimista, para que sea factible trasladarlo bien a la pantalla gigante, y de ahí que cuando se lo adapta para el cine, queda el desastre, bien porque tratan de ser fieles a su espíritu y con eso cabrean a la audiencia, o bien porque para complacer al público ñoño popcornero tienen que traicionar sus ideas (ejemplos de uno u otro: "Ecos mortales", "Más allá de los sueños", "Pídele al tiempo que vuelva", "El increíble hombre menguante"... ninguna de ellas, más allá de ser buenas o malas, un gran éxito de taquilla). Es lo que obtienes con ser demasiado inteligente: dejas de ser rentable para las masas... Pero bueno, podría ser peor. Recuerden que en los '90s, se hablaba de esta adaptación de una novela profunda y seria sobre la condición humana y la relatividad de los valores de la civilización humana, como vehículo para el lucimiento de... ¡Arnold Schwarzenegger!

¿POR QUÉ VERLA?

-- ¿Alguien tuvo, después de ver esta peli, la rara sensación de estar viendo dos pelis distintas? O sea, la mayor parte de la peli trata sobre Will Smith luchando con los vamp... perdón, con los darkseekers. En esta parte de la peli tenemos puro suspenso sicológico del bueno, del que nace no por los efectos especiales y lo chulo de las explosiones, sino por la tensión interna de una situación para la cual no parece haber salida posible. Y de pronto, de la nada, porque sí, aparecen una chica con su hijo, y la peli cambia de tono, se hace más ligera, y pasa a ser una peli de acción al uso, con una bonita batalla final con hartas explosiones. Si han leído la novela original, pueden tener una clave al respecto. La primera parte de la peli es bastante fiel al espíritu de la novela (al espíritu dije, que no a la letra). O sea, tenemos un prota absolutamente en solitario, tratando de sobrevivir como el último representante de un estilo de vida que hasta antes de la catástrofe se le antojaba como un regalo de Dios hasta el último de los días, constantemente acosado por tipos enfermos que se le han hecho tan extraños, que ya no los reconoce como humanos, y angustiado no sólo por su guerra permanente contra lo en apariencia inevitable, sino también por su propia cordura. Esta parte de la peli vale oro. Uno hasta les perdona la sobreabundante explicación sobre el virus derivado de la cura contra el cáncer (algo que en la novela no queda tan claro, y menos está relacionado con el cáncer), que hayan convertido a Robert Neville, de un oficinista cualquiera estilo Darrin Stephens, en un militar del ejército, que hayan puesto a la perra en toda la peli en vez de hacerla aparecer en un par de escenas como en la novela (y es que, por otra parte, es tan adorable que... ¡cómo quejarse!), y que le hayan regalado un laboratorio de propina, en vez del prota de la novela, cuyo laboratorio tuvo que construírselo a pulso. ¿Y después? Después aparece la chica (en la novela aparece, pero su aparición tiene un sentido muy diferente... y no hay niño chico en la novela), y todo cambia. Porque el final de la peli NO ES EL FINAL DE LA NOVELA. ¿Qué pudo haber pasado? Miren, tengo mis sospechas. El guión aparece perpetrado por Akiva Goldsman, por cuyas sarmentosas garras han pasado cosas como "Batman eternamente", "Batman y Robin", "Perdidos en el espacio", "Una mente brillante", "Yo robot" (¡también con Will Smith!), "El Código da Vinci"... O sea, varias joyas del cinechicle de la última década, con los desastrosos resultados que son de conocer. Digámoslo desde ya, el final de la novela es, para los estándares de ahora, absolutamente infilmable. Trataré de no reventar el final, pero daré una señal al respecto. La expresión que sirve de título y frase final a la novela, y que más o menos adaptada es también la frase final de la peli, tiene un sentido diferente en ambas. En la novela original, el prota dice "soy leyenda" cuando se da cuenta de que en una nueva sociedad dominada por vampiros, ellos son los verdaderos seres humanos, que la sociedad en conjunto ha cambiado, y que su valerosa cruzada para regresar al status quo ha fracasado porque ahora hay un nuevo status quo, y dentro de él no existe lugar para los Robert Neville del antiguo orden: los supervivientes del antiguo orden ahora son leyendas para contarles a los niños chicos, dentro de sus prosaicas vidas en el nuevo orden. En la peli, en cambio, los protas dicen que Robert Neville es leyenda porque su increíble misión contra toda esperanza ha traído la cura y la salvación para la Humanidad, y con ello ha pasado a inmortalizarse en la Historia (sí, en esta peli tenemos un mesías negro... ¡para que no digan que el cine actual es racista!). ¿Alguien, con toda sensatez, piensa que el final de la novela, cuya moraleja es el relativismo moral, es posible de ser vendido al público yanki, que con sus entradas aporta la mitad de los beneficios mundiales de cualquier peli hollywoodense, siempre imbuidos ellos en su creencia de ser el Pueblo Elegido, de tener un Destino Manifiesto, y en particular después de vivir casi una década bajo el 9-11 que los ha obligado a ponerse una venda en los ojos para no tener que considerarse con el mismo rasero que el resto de la Humanidad? Sí, el señor Akiva Goldsman traicionó el final de la novela y se cagó en el cadáver del venerable señor Matheson (¡esperen, acabo de investigar! ¡Aún está vivo!), pero es que esto es un negocio, así es que... Por lo tanto, dejemos que esta peli hay que verlo por los dos primeros tercios que son Matheson puro, o casi, y después, cuando aparece la chica, pueden pararse e irse, porque verán un final que lo desinfla todo (y que además está completamente impostado sobre lo que es el espíritu de la obra original, muy superior ideológicamente al rampante mesianismo de la peli, por cierto).

-- Will Smith. Sí, aunque no lo crean, el Príncipe del Rap se defiende de lo más bien en esta peli, y no trata de hacer el payaso ni el chulo. O sea, no trata de hacerlo en la parte buena, o sea, en los primeros dos tercios de peli. Después, en la traca final, le baja el espíritu, no seré tan exagerado para decir "El día de la independencia", pero sí se ve poseído por el "Yo, Robot", y pasa lo que pasa. Incluso, para no olvidarse de que él era antiguamente el Fresco de Beverly Hills, hace una imitación de Eddie Murphy como el burro de "Shrek" (¡pobre Matheson!). Pero antes de eso, cuando está solitario en la ciudad, sí que da el punto como un pobre desgraciado para quien el mundo se ha ido en fundido a negro. Algunas de sus escenas consiguen incluso hasta emocionarnos. (Por otra parte, verlo con tremendos músculos haciendo barras, pues bien, alguna chulería debía quedarle, si es Will Smith a fin de cuentas...).

-- Dejando de lado la reluctancia natural que los gatos sentimos hacia los perros, debo decir que Abby y Kona son de lo más querible... Si, ellas dos interpretan a la buena de Samantha, la pastora alemana que le hace la vida un poco más placentera a Will Smith. Y contribuye con algunos de los momentos más elegíacos, algo que se agradece considerando que cualquier cosa que contenga la chulería de Will Smith es noble y justo en este universo.

-- Esta es otra peli muy de la época. En los '50s, la novela jugaba como el reverso tenebroso del American Dream, de la creencia común e inconsciente de que la Era Eisenhower era el epítome de la vida civilizada (ya saben, Superman diciendo que lucha por "la justicia, la democracia y el estilo de vida americano"), y el portal a una nueva sociedad en donde los robots harán el trabajo asalariado y los humanos sólo se dedicarán a gozar o al arte futurista; "el futuro puede ser bello y optimista, pero también puede que no", insinuaba la novela. En el 2000, la peli recoge bien los miedos de una Nueva York puesta bajo asedio por los "monstruos" de allá afuera (vampiros o Al Qaeda, qué tanto más da), por el resurgir de los fundamentalismos religiosos (la peli tiene un complejo de Frankenstein que vuela, con aquello de que la ciencia ha causado todos los males, y que la desinhibida novela original no tenía), y por la esperanza mesiánica en que los superhombres que se sobreponen contra todo y todos, salvarán en definitiva la situación. Claro que si es por salvadores mesiánicos, al Robert Neville de Will Smith le tomó tres años encontrarle salvación a la Humanidad, al Jack Bauer de Kiefer Sutherland le hubiera tomado sólo 24 horas...

IDEAL PARA: Ver una correcta adaptación de la obra original de Richard Matheson... Dos tercios de la peli, al menos.

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