"Hard Candy" (2005).

-- "Hard Candy". Estados Unidos. Año 2005.
-- Dirección: David Slade.
-- Actuación: Patrick Wilson, Ellen Page, Sandra Oh, Odessa Rae y Gilbert John.
-- Guión: Brian Nelson.
-- Banda Sonora: Harry Escott y Molly Nyman.

-- "Hard Candy" en IMDb.
-- "Hard Candy" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En un chat se pueden decir muchas cosas. Incluyendo que acuerdas una cita para pasarla bien. Una niñata de catorce años y un fotógrafo que frisa la treintena se citan en un café. Tienen una conversación que podría ser simplemente de amigos, o quizás un enmascarado baile de seducción... El fotógrafo, ni corto ni perezoso, se la lleva en la grupa de su automóvil, hasta su casa. Una vez allí prosigue la conversación. Quizás pase algo, quizás no. Quizás lo que pase no sea sexo, después de todo; quizás lo que pase sea que el pobre hombre caiga al suelo, drogado, y cuando despierte, se encuentre amarrado a una silla, mientras que la angelita delante suyo se ha transformado en un perverso demonio que quiere arrancarle sus sucios secretos... y está dispuesta a cortar cualquier obstáculo que haya en su camino, para conseguir su objetivo.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

No decimos nada nuevo si afirmamos que Internet ha revolucionado el mundo de las comunicaciones humanas. Pero algo mucho más discutible, y discutido de hecho, es el tema de la pedofilia. Que un grandote trate de abusar de una menor muy menor, que no tiene conciencia de lo que hace ni desarrollo sexual para entender ciertas cosas, es reprensible, claro está. Pero para esos menesteres, las leyes de todo el mundo entregan permiso de fornicación recién a la mayoría de edad, típicamente 18. O sea, la sociedad ha avanzado hacia una hipersexualización de la juventud, por una parte, y por la otra la ley sigue considerando a los jovencitos como regordetes ángeles asexuados de alguna pintura barroca (la primera menstruación llegaba en promedio a los 17, a comienzos del siglo XX, y ahora vamos por los 11 o 12)... No creo que sea casualidad el tono de creciente histeria sobre "meterse con menores de edad" se haya incrementado a partir de los '90s, justamente cuando con el poderoso impulso de MTV y las sex idols estilo Britney Spears, los teenagers se desbocaron aún más. "Hard Candy" es, en buena medida, el fiel reflejo de lo que ocurre con una sociedad occidental hipócrita y puritana, que se niega a aceptar la evidente verdad de que los jóvenes tienen una vida sexual hiperactiva, que presenta a los adolescentes como pareja sexual ideal a través de la publicidad, los programas televisivos y los videoclips (hasta el punto que los adultos, mediante lociones o cirugías, quieren seguir siendo eternamente jóvenes y seductores), y después barrunta que los jóvenes inocentes y angelicales deben ser protegidos a toda costa de la corrupción de los malvados y pérfidos mayores...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Lo dicho. Esta película refleja fielmente toda la hipocresía y pacatería de aquellos quienes buscan reprimir a como dé lugar la sexualidad adolescente, a través de dos personajes que están en trincheras opuestas del problema. La gracia del tema es que no es un juego de "el bueno contra el malo", como otras pelis de pobrecito tipo acosado por la malvada psicópata (léase "Atracción fatal", "Acoso sexual", "Misery", etcétera). Es cierto que la chica tiene más de alguna conexión neuronal demasiado enroscada, pero por la otra, el tipo no es precisamente de los trigos limpios. Hay un fortísimo elemento de crítica social en el hecho de que el tipo, para defenderse, recurra a todos los argumentos clásicos de los abusadores de menores, no sólo mintiéndole descaradamente a ella, sino además a sí mismo. Pero por otra parte, la chica psicópata, a la hora de justificar su comportamiento y explicar su rol de ángel vengador, ¿qué dice...? Pues todos los argumentos de las feministas beligerantes y de los defensores de la pureza virginal de los adolescentes, lo que cubre a estos guardianes de la hipocresía moral de glorioso ridículo.

-- La pareja protagónica está por todo lo alto. Patrick Wilson, a quien ya habíamos visto como el chulesco y pagado Vizconde de Chegny en "El Fantasma de la Opera" (en 2004, frente a Gerard Butler y Emmy Rossum), compone a un tipo quizás demasiado pagado de sí mismo, pero en el fondo alguien que aparenta ser normal... hasta que empiezan a aparecer los cadáveres en el armario. Ellen Page, por su parte, está simplemente genial en su rol de adolescente sicótica, absolutamente convencida de que lo sabe todo, lo puede juzgar todo, y lo hará todo, pero que también es vulnerable e insegura, y en definitiva no pasa de ser una adolescente que se ha buscado un deporte peligroso para probarse a sí misma; al año siguiente, no por accidente, y desde un rol absolutamente de tercera fila y casi sin visibilidad, se las apañará para robarse por completo la película de "X-Men 3" y plantarle cara a Halle Berry, Hugh Jackman y varios otros consagrados (Kitty Pride, la atraviesaparedes, ¿recuerdan?). Considerando que la trama de la peli es bastante lineal, las locaciones son mínimas y los personajes escasos, la única manera de sacar esto adelante era conseguir un trabajo actoral sólido, y en eso el señor Slade se las compuso de lo más bien.

-- La trama no cae en el recurso fácil de la sensualidad o del gore. Por una parte es una lástima que no veamos a la señorita Page mostrando nada, pero por otra parte, salvando el lado más animal de contemplar una película, el efecto de tensión se ve bastante incrementado. A veces, sugerir es más interesante que mostrar.

IDEAL PARA: Ver un buen testimonio de cómo marcha el mundo de las relaciones interpersonales en esta era internética a la que no todos quieren acostumbrarse.