Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
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jueves, 28 de septiembre de 2006
"X-Men II" (2003).
-- "X2". Estados Unidos. Año 2003.
-- Dirección: Bryan Singer.
-- Actuación: Patrick Stewart, Hugh Jackman, Ian McKellen, Halle Berry, Famke Janssen, James Mardsen, Anna Paquin, Rebecca Romijn, Brian Cox, Alan Cumming, Bruce Davison, Aaron Stanford, Shawn Ashmore, Kelly Hu, Katie Stuart.
-- Guión: Michael Dougherty, Dan Harris y David Hayter, basados en una historia de este último y de Zak Penn y Bryan Singer.
-- Banda Sonora: John Ottman.
-- "X-Men II" en IMDb.
-- "X-Men II" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Las tensiones entre mutantes y humanos se incrementan. Desde el incidente de Liberty Island (referido en "X-Men"), las cosas han estado en tensa calma. Pero no tardarán en quebrarse. Un mutante capaz de teleportarse llamado Nightcrawler ingresa a la Casa Blanca y ataca al mismísimo Presidente de los Estados Unidos. Aunque fracasa, la Casa Blanca reacciona con energía, comisionando al duro militar Stryker para perseguir a los mutantes haciendo uso policíaco de la milicia. Mientras tanto, los mutantes comienzan a moverse por su lado. Los Hombres X de Charles Xavier comienzan la persecusión de Nightcrawler, mientras que otro grupo le hace una visita a Magneto, su viejo archienemigo, quien yace en una prisión. Temporalmente separados, son blanco fácil para Stryker, quien realiza una incursión relámpago contra la mansión de los Hombres X. Parece una rutinaria operación de represión política contra los disidentes al sistema, pero hay algo más profundo: Stryker odia a los mutantes por principio, debido a que su propio hijo era un mutante, y Xavier fracasó en darle una nueva vida. Y el plan de Stryker incluye a Xavier para una terrorífica operación de genocidio, digna de Adolf Hitler o Genghis Khan, que de tener resultado, conseguirá que ningún mutante sobre el planeta Tierra prosiga con vida. Ahora, la única posibilidad de detener a Stryker estriba en la unión de dos facciones irreconciliables: los tolerantes y liberales Hombres X, y los fundamentalistas de Magneto.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Las películas de superhéroes que se sacrifican en aras de la Humanidad habían estado en el invernadero durante los individualistas '90s (lo siento, pero el parafascista Batman no cuenta), pero a finales de la década soplaban vientos de cambio. En medio de ese ambiente fue parido el brillante alegato humanista que fue "X-Men", que de paso, empapeló la casa de sus productores con billetes de alta denominación. Tanto por éxito de taquilla como por calidad fílmica, debía hacerse una secuela, ojalá con el mismo equipo original. Bryan Singer se repitió el plato en la dirección, y todo el elenco en masa hizo lo mismo, de manera que pudieron extenderse a sus anchas. Como una década antes sucediera con "Batman regresa", la secuela fue superior a la original, y por las mismas razones: el mismo director y el mismo equipo trabajaron todos más afiatados, pudieron saltarse las siempre engorrosas presentaciones de personajes, y al tener más espacio para maniobrar, pudieron desarrollar una historia más densa.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una de las mejores películas de superhéroes de todos los tiempos. Tiene literalmente todo lo que una gran historia de superhéroes debería tener: un argumento sólido, un villano de peso, un plan maligno a escala masiva, diseño de personajes, buenas actuaciones, soluciones estéticas correctas sin caer en el preciosismo, y acción a raudales. Y por si fuera poco, el planteamiento intelectual de fondo es pesadísimo. Pocas películas de superhéroes podrían ya no digamos comparársele, sino siquiera acercársele (quizás "Superman", "Batman" y "Batman regresa").
-- Es una historia con una enorme carga épica, ya que integra una enorme cantidad de subtramas. A la lucha principal de los Hombres X contra el maligno plan de Stryker, se suma la búsqueda de Wolverine respecto a su propia identidad, la paciente labor de Mistique para rescatar a su jefecito Magneto, la relación de Rogue con Iceman, la creciente intolerancia racial de Pyro... ¡y todo eso encaja a la perfección dentro de la trama, sin chirriar en ningún minuto!
-- ¡Qué manera de contar la historia! Salvo quizás la secuencia del ataque contra el avión de los Hombres X, que es una exhibición casi gratuita de efectos especiales, lo cierto es que no sobra absolutamente ningún minuto. Cada escena aporta algo nuevo, sea una pista que hace avanzar la historia, o un detalle o rasgo que ayuda a darle un nuevo matiz a alguno de los personajes. Y al mismo tiempo, hay una envidiable economía de medios que la hace aún más potente. Casi ningún diálogo sobra o duplica información innecesariamente, y cada personaje se retrata a sí mismo de cuerpo entero con apenas unas poquitas frases. En ese sentido, "X-Men II" reniega del cine exhibicionista actual y parte a beber de las grandes fuentes, de los grandes directores. Y conste que la tenían difícil, ya que el equipo que se reune para dar la batalla contra Stryker es de... a ver, contemos: Charles Xavier, Cíclops, Jean Grey, Storm, Wolverine, Nightcrawler, Magneto, Mistique... Ocho personajes completamente diseñados de pies a cabeza, sin que ninguno sobre ni ninguno falte. Brett Ratner podría haber aprendido algo de aquí, para filmar "X-Men III".
-- Las actuaciones son soberbias. Patrick Stewart sigue luciéndose como el jefe bonachón de los Hombres X. James Mardsen como Cíclope hace el mismo chulo de siempre, y por suerte no aparece demasiado, pero incluso hasta cuando aparece, tiene una figuración mucho más digna que en la primera parte. Hugh Jackman sigue componiendo un Wolverine al mismo tiempo rudo y tierno. Las féminas Halle Berry y Famke Janssen, como Tormenta y Jean, están un poco de adorno, pero aún así tienen sus momentos, y los aprovechan bien; Kelly Hu como Deathstrike sí que está de adorno y trágicamente desperdiciada, pero es que oigan, no todo podía ser perfecto (venía saliendo recién de "El Rey Escorpión", por más señas). Brian Cox compone un villano muy alejado de los cánones de la opereta barata, y con hacerlo un soldado competente que se limita a cumplir con lo que juzga su deber, su personaje adquiere resonancias mucho más siniestras. El nunca bien ponderado Alan Cumming interpreta un Nightcrawler al mismo tiempo juguetón, tierno y profundo, y sale bien parado en todas sus facetas. Incluso hasta Aaron Stanford y Shawn Ashmore, dentro de sus roles teen-target, están en su punto y no deslucen.
-- Los planteamientos de fondo son de una profundidad increíble. Existe el problema de la convivencia entre humanos mutantes y humanos normales. ¿Cómo arreglar eso? La solución fácil es que los buenos sean tolerantes y los malos intolerantes, o sea, maniqueísmo puro y clásico. Pero en "X-Men II" hay cualquier cosa, menos maniqueísmo. Existen grados y grados de convivencia posibles, existen varias posturas sobre el problema entre mutantes y humanos, y no todos los personajes son tocados por los acontecimientos de la misma manera, y por tanto, el precio emocional que deben pagar por la tolerancia y la convivencia es bien distinto en cada caso.
-- Mención especial para la banda sonora, que acompaña muy bien en todo minuto, sin querer destacarse por encima de la trama misma, ni recurrir en exceso a los odiosos golpes de sonido a que el cine hollywoodense actual nos tiene (mal)acostumbrados.
IDEAL PARA: Fanáticos de los Hombres X y de los superhéroes en general, gustadores del cine de acción, y de las películas con contenido.
"X-Men" (2000).
-- "X-Men". Estados Unidos. Año 2000.
-- Dirección: Bryan Singer.
-- Actuación: Hugh Jackman, Patrick Stewart, Ian McKellen, Famke Janssen, James Mardsen, Halle Berry, Anna Paquin, Rebecca Romijn, Bruce Davison.
-- Guión: David Hayter, sobre una historia de Tom DeSanto y Bryan Singer.
-- Banda Sonora: Michael Kamen.
-- "X-Men" en IMDb.
-- "X-Men" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Escena tópica: una chica y un chico prepúberes se miran y dudan sobre si besarse o no. O no tanto: se besan, y ella lo manda en coma tres semanas al hospital. Así, ella descubre ser una mutante capaz de absorber poderes y energía vital de otros. En vez de hacer lo sensato, cual es visitar a su doctor de cabecera, decide emprender un recorrido que la llevará a encontrarse con Wolverine, un luchador mutante con el que pronto (o no tanto) hará buenas migas. Ambos son atacados en medio de un camino nevado de la América Profunda, y son rescatados por los acólitos de una "escuela para jóvenes dotados", que en realidad es una completa base de operaciones construida por Charles Xavier, un mutante psíquico que está preocupado porque los seres humanos "normales" temen a los mutantes, y muy en particular el agresivo senador Kelly, quien pretende pasar una ley antimutante en el Congreso. Xavier está preocupado porque Wolverine sea el objetivo de Magneto, un antiguo amigo superviviente de los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial, y que está preparando un diabólico plan para destruir a la Humanidad, porque él, a diferencia de Xavier, no cree en monsergas tales como la tolerancia, la igualdad, etcétera, sino que es un darwinista convencido, que considera los humanos como "el pasado", y a los mutantes y él mismo como los nuevos superhombres que habrán de regir la Tierra. La lucha está servida.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Salvo intentos aislados, como los filmes de Superman y de Batman, lo cierto es que el subgénero fílmico de las "pelis de supers" no estaba bien consolidado. Por otra parte, la alianza DC Comics y Warner Bros. se había forrado los bolsillos de billetes con las cuatro cintas de Superman y las cuatro de Batman. Marvel llevó entonces a cabo una operación logística para unir fuerzas con Fox. El resultado fue una seguidilla de filmes: "X-Men", "X-Men 2", "X-Men 3: La batalla final", "Spiderman", "Spiderman 2", "Daredevil", "Elektra", "Hulk", "El Castigador", "Los 4 Fantásticos"... Que llevaron a una reactivación y consolidación del género. En ese sentido, Marvel y Fox eligieron el momento justo. ¿Por qué? Porque terminó la bananera Era Clinton y comenzó la Era Bush, la del temor al terrorismo, la de un Presidente que se siente llamado por Jesús para llevar el más crudo Destino Manifiesto a todo el mundo no democrático, la de los superhombres que están más allá del bien y del mal para salvar al mundo (como los protagonistas de "Alias", de "Lost", de "24"). ¿O es coincidencia que en "X-Men", mientras en el lado "malo" de la discriminación y el darwinismo se ve a humanos y mutantes por igual, en el lado "bueno" de la tolerancia y la concordia sólo se vean a los mutantes de Charles Xavier...?
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una más que correcta adaptación del cómic de la Marvel. Del primer cómic, aquél en el cual predominaba la cuestión racial como factor predominante, antes de que el asunto se liara con la aparición de Apocalipsis, Genosha, los Shi'ar, los viajes en el tiempo, las realidades paralelas, etcétera. O sea, del lado más comprometido políticamente.
-- Tiene un guión quizás un poco forzado para que todo encaje, pero que a cambio se da tiempo para describir adecuadamente a varios personajes distintos: la ternura de Rogue, la dureza de Wolverine, la chulería de Cíclope (digan lo que digan las féminas, el Sr. Correctito siempre ha sido un tanto detestado por esta casa), lo paternal de Xavier, y un Magneto con un estupendo discurso que no lo convierte ni en villano ni en "alma atormentada", sino en un personaje hecho y derecho y con toda una postura bien meditada sobre el problema de las relaciones entre mutantes y humanos (casi dan ganas de que gane).
-- El elenco es de primera. Patrick Stewart, el Capitán Picard de "La nueva generación" de Star Trek, es casi insustituible como Charles Xavier, tanto por físico como por presencia actoral. Ian McKellen (Galdalf en "El Señor de los Anillos") compone un Magneto con menos épica y pasión que el cómic, pero a cambio es un villano calculador y maquiavélico que lo hace incluso más peligroso. Anna Paquin como Rogue, a casi un decenio de ser la ganadora al Oscar más joven de todos los tiempos (11 años, por "La lección de piano"), demostró que no era sólo una estrella infantil, y que había crecido (¡y cómo!). Y esta película lanzó al estrellato a Halle Berry, a Famke Janssen (anteriormente la sexópata Xenia Orthrop en "Goldeneye"), a Hugh Jackman, y a Rebecca Romijn (después protagonista lésbica de "Mujer fatal" de Brian de Palma, y coprota en otra de héroes Marvel, "El Castigador").
-- Bryan Singer. Al igual que Richard Donner rodando la primera de "Superman" un par de décadas antes, Singer es mejor artesano que artista, y su visión estética es interesante, aunque algo pobre. Pero en cuanto a pulso y ritmo narrativo, "X-Men" es una película sólida por los cuatro costados. Trabajo le debe haber costado hacer tan creíble un guión que, bien mirado, no es más que una astracanada de alto presupuesto.
IDEAL PARA: Ver la madre de las películas de superhéroes (o al menos, la madre de las películas de superhéroes Marvel del 2000 en adelante).
domingo, 24 de septiembre de 2006
"El rey de los huevones" (2006).
-- "El rey de los huevones". Chile. Año 2006.
-- Dirección: Boris Quercia.
-- Actuación: Boris Quercia, Angie Jibaja, Rhandy Piñango, Tamara Acosta, Diego Hurtado, Daniel Vilches, Ernesto Belloni.
-- Guión: Boris Quercia.
-- Banda Sonora: Manuel Riveiro.
-- "El rey de los huevones" en su sitio oficial de Internet.
-- "El rey de los huevones" en IMDb.
-- "El rey de los huevones" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Anselmo es el rey. El máximo. El prócer. El Padre Fundador. Pero el rey de los hueones (en Chile, ser huevón, o coloquialmente "hueón", significa ser tonto, asopao, agilao, gil, cretino, tarado, menso, bruto, zonzo, boludo, todo eso en superlativo). Se ganó el apelativo cuando en su humilde taxi encontró un maletín lleno de dinero, y en vez de embolsicárselo, lo devolvió a la poli. Y después, porque los títulos regios son títulos regios y no hay que perderlos, ha seguido yendo de imbécil por la vida. Dejó que la neumática Sandra se le escapara, y ahora se va a casar con un amigo guardia de seguridad, que le pega sablazos inmisericordemente (sablazo: en chileno antiguo, pedir dinero prestado sin intención de devolverlo). En el trabajo, los otros taxistas son más avispados, y le quitan la clientela en las narices. De esta manera, cuando aparece una bella peruanita con un cuerpo de chica playboy y con un niñito chico, cae por caliente en la más vieja emboscada del mundo: le endilgan el niño. Ahora, el rey de los huevones tiene un súbdito, y tendrá que hacerse cargo de él por tiempo indefinido, todo por una vaga insinuación de que el taxista podría comerse un pedacito del pastel de carne made in Perú. Lejos de ser un ángel que le de un empujoncito a su vida plana y gris, la peruanita sólo le trae problemas al taxista. Ella misma está metida hasta el pescuezo con unos malandrines de baja estofa, el niño chico es un desastre de comportamiento, y para colmo, Sandra se pone celosa. Si ya era el rey de los huevones con distinción, ahora va camino por la corona imperial. Y quizás la gane.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Lo hemos dicho antes, pero para nuestros nuevos lectores de Cine 9009: el cine chileno está abandonando esa asquerosa tendencia de que cada filme debe ser la quintaesencia del alma chilena, y que esa quintaesencia está en la mugre y la hez social, para estallar en una califragilística explosión de géneros distintos ("Kiltro", "Límite", etcétera). Una de las películas señeras en esto fue "Sexo con amor", también de Boris Quercia, que en Chile batió récords de taquilla con su fórmula de comedia ligera y levemente eroticona, al estilo italiano de los '70s, y que de paso mostraba la horrorosa realidad sexual chilena. Con la vara anormalmente alta, para ser cine chileno, Boris Quercia la tenía difícil. Todos esperaban otro "Sexo con amor", y lo que es peor, el propio Quercia se abocó a la tarea de producir otro "Sexo con amor". El resultado es bueno, por cierto, pero digámoslo desde ya: no es otro "Sexo con amor", aunque se esfuercen.
¿POR QUÉ VERLA?
-- La premisa de base es corrosiva en grado máximo, políticamente muy incorrecta... pero lastimosamente cierta. El tipo que trata de ser honrado y cabal con los demás, pasa por imbécil, por huevón. Los vivales, los despiertos, los que pueden aprovecharse del prójimo sin misericordia alguna, ésos son los triunfadores. Todos los personajes de la película son supervivientes darwinianos natos. Incluso el taxista que oficia de prota, en cierto aspecto es también tres cuartos de lo mismo: asumiéndose como el rey de los huevones, se construye una identidad distintiva y reconocible, y se comporta como una sanguijuela emocional dando lástima a los demás (aunque por suerte, sin llegar a los extremos vampíricos del Chavo del Ocho). Desde esa perspectiva, su comportamiento no es exactamente naif.
-- La descripción de la sexualidad chilena que hace la película, es desoladora. La chica chilena es reprimida y llena de conflictos, dudas, vacilaciones, temores e incertidumbres. Eso dentro de la pantalla, claro, pero fuera de ella la cosa no es excesivamente distinta, que digamos. La chica extranjera, por el contrario, es suelta y anda por la vida exhudando sensualidad. Nótese la diferencia de desempeño entre ambas, en la cama. El que estos prototipos resulten tan nítidos en la pantalla, y que nadie se queje por eso, es un claro indicador de lo desastrosas que son las mujeres chilenas en las relaciones sentimentales. Lástima que en Chile las extranjeras no sobreabunden, como no sean las rameras argentinas que vienen a trabajar en la TV chilena. Y a ver si las chilenitas, con ver la película, algo aprenden.
-- Las chicas. De sexo, la película tiene más bien poco (casi nada). Pero la peruana Angie Jibaja luce cuerpo a discreción y sin escándalo. Tamara Acosta, en cambio, de haber sido la musa del cine chileno de finales de los '90s (léase "El chacotero sentimental" o "El desquite"), aparece quizás demasiado adocenada: con suerte se ve algún escote. Lástima (y tengo la impresión de que para la próxima vez NO será, tampoco).
-- Su humor sarcástico. La película tiene algunos chistes fáciles, pero casi todo su humor es pura y ácida ironía. Es a través de ésta donde se desliza todo el pesimismo darwinista del filme. El peor chiste de todos es, por supuesto, el final. ¿Es un final feliz? ¿Es un final triste? Que el espectador juzgue.
IDEAL PARA: Entender un poco por qué la vida en Chile es un perpetuo coitus interruptus.
"Goldfinger" (1964).
-- "Goldfinger". Inglaterra / Estados Unidos. Año 1964.
-- Dirección: Guy Hamilton.
-- Actuación: Sean Connery, Honor Blackman, Gert Fröbe, Shirley Eaton, Tania Mallet, Harold Sakata, Bernard Lee, Cec Linder, Lois Maxwell, Desmond Llewelyn.
-- Guión: Richard Maibaum y Paul Dehn, basados en la novela de Ian Fleming.
-- Banda Sonora: John Barry.
-- "Goldfinger" en IMDb.
-- "Goldfinger" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
El gobierno británico está inquieto por los manejos bursátiles de Auric Goldfinger, un rico industrial que está acaparando el mercado mundial del oro (hablamos antes de 1971, año en que Richard Nixon separó al dólar del patrón oro). El agente Bond, James Bond, es enviado a investigar a este sujeto, que pronto se revela como un jugador de cartas tramposo, y un fetichista aficionado a matar por asfixia a sus mujeres, pintando su cuerpo de oro. Bond le tiende una trampa en un juego "amistoso" de golf, y consigue seguirle la pista hasta un complejo industrial en donde descubre el pavoroso plan de Goldfinger: nada menos que... Eh... Er... No, no revelaremos el plan de Goldfinger, por si nuestro amable lector aún no ha visto la película, pero digamos que tiene que ver con Fort Knox, la reserva de oro de los Estados Unidos, y no, no es tan obvio como se podría suponer.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Tanto "El satánico Dr. No" como "Desde Rusia con amor" habían sido grandes éxitos de taquilla, pero entre medio, el tema de la Guerra Fría comenzaba a caer mal (en 1962 el mundo había estado al borde del holocausto nuclear por la Crisis de los Misiles), y el avispado productor Broccoli decidió que la nueva de Bond iba a dejar descansar a los rusos y a SPECTRE por un rato. Para ello sacaron a Terence Young de la dirección y pusieron a Guy Hamilton, algo que se nota en el manejo de la fotografía (Young era más realista y cercano al cine negro, y Hamilton es más idealista y épico). "Goldfinger" no sólo resultó un éxito inmediato, sino que marcó un hito en los filmes Bond: es el primero que cuenta con secuencia de precréditos, el primero en que Shirley Bassey canta la canción de créditos, el primero en que aparece la división Q de inventos extravagantes, el primero en que Bond usa un automóvil preñado de artilugios... Y es también uno de los filmes Bond más recordados y homenajeados. ¡Si hasta la tercera de Austin Powers se llama "Goldmember"...!
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una Bond de Sean Connery, y no por nada, Sean Connery es considerado el más emblemático de los Bond. Y con razón.
-- Auric Goldfinger es uno de los villanos Bond más emblemáticos de todos los tiempos. Iban a contratar a Orson Welles para interpretarlo, pero se decantaron finalmente por Gert Fröbe (por unos cochinos dólares menos), y el resultado fue notablemente bueno. Y es que Fröbe, sin ser especialmente repulsivo como otros villanos Bond, impone una presencia malsana que, oiga usted, uno hasta se cree que es capaz de excitarse sexualmente matando a sus chicas pintándolas de oro...
-- El plan de Goldfinger para apoderarse del mundo es tan desquiciado, que alcanza ribetes míticos.
-- Tiene bastante acción y es sumamente ágil, incluso para los estándares actuales. Es el primer filme Bond que contó con un presupuesto serie A, y eso se nota en el generoso despliegue de aviones y soldados, y en los escenarios mucho más trabajados que en las dos anteriores.
-- Escenas brillantes, y varias de ellas clásicas. La chica del villano desnuda y pintada en oro. James Bond con un rayo láser industrial a punto de, ejem, dejarlo cantando agudo. La ejecución del plan en Fort Knox. La exhibición del plan maligno. Los intercambios de amor violento entre Pussy Galore y James Bond. Y suma y sigue...
-- Honor Blackman. Es la primera chica Bond dura en la historia, y una de las más sexies. Por cierto, en la película sólo se insinúan las razones que la llevan a rechazar a Bond: en la novela se explica que es lesbiana, algo que no pudo pasar la censura fílmica (de todas maneras, que su circo volador esté integrado sólo por chicas ya es bastante revelador).
-- La canción de Shirley Bassey es, junto con Tom Jones cantando "Thunderball" (de "Operación Trueno"), la canción Bond por excelencia, la más citada y referida en toda clase de parodias. Shirley Bassey cantó después "Diamonds Are Forever" ("Los diamantes son eternos") y "Moonraker" ("Moonraker").
-- Aparece por primera Desmond Llewelyn como Q. Jovencito, por supuesto (bien, no tanto, digamos de edad media, pero harto menos senescente que sus últimos papeles). Llewelyn trabajó en el rol de Q hasta "El mundo no es suficiente"; después se murió.
-- Es la primera película Bond con la estructura definitiva de las mismas: secuencia de precréditos, créditos con siluetas de chicas desnudas, chica Bond buena versus chica Bond mala, división Q, plan megalomaníaco para apoderarse del mundo, etcétera.
IDEAL PARA: Ver una de las Bond más clásicas de todas.
martes, 19 de septiembre de 2006
ESPECIAL MENSUAL Nº 7: THRILLER NOVENTERO.
Así como la década del '80 vio el reinado glorioso del filme de acción a lo Schwarzenegger, la del '90s cedió paso al thriller que dosificaba la acción con el suspenso y las vueltas de tuerca inesperadas en la trama. Los resultados fueron, como suele suceder, mediocres, y el 90% de todo eso era una soberana plasta, pero, ¡hey!, el 90% de todo en realidad es lo mismo, así es que no vamos a ponernos demasiado exigentes. Además, cómo no tomarle cariño a esos filmes que, dentro de todo lo descerebrados que algunos podían ser, por lo menos trataban de ofrecerle al espectador un puzzle que debía más o menos ser resuelto con su inteligencia, algo que hoy en día no es exactamente visible, con la infantilización progresiva del cine de Hollywood y el reinado omnipotente de la silicona y el bikini. Así es que nuestro especial mensual de Septiembre en CINE 9009 viene dedicado al thriller en la década de los '90s. Y los elegidos son:
"Encima de la hora" (1995).
"Misión: Seguridad máxima" (1998).
"Sin rastro" (1997).
"Un crimen perfecto" (1998).
"Acoso sexual" (1994).
Así es que bien, disfruten, pásenla bien, y nos vemos este próximo Domingo con la reseña de "Goldfinger", la clásica tercera película dedicada a James Bond, que se suma a las reseñas publicadas de "El satánico Doctor No" y "Desde Rusia con amor".
"Encima de la hora" (1995).
"Misión: Seguridad máxima" (1998).
"Sin rastro" (1997).
"Un crimen perfecto" (1998).
"Acoso sexual" (1994).
Así es que bien, disfruten, pásenla bien, y nos vemos este próximo Domingo con la reseña de "Goldfinger", la clásica tercera película dedicada a James Bond, que se suma a las reseñas publicadas de "El satánico Doctor No" y "Desde Rusia con amor".
"Encima de la hora" (1995).
-- "Nick of Time" (título original en inglés), "A la hora señalada" (título en España), "Tiempo límite" (título en Argentina). Estados Unidos. Año 1995.
-- Dirección: John Badham.
-- Actuación: Johnny Depp, Courtney Chase, Charles S. Dutton, Christopher Walken, Roma Maffia, Marsha Mason, Peter Strauss, Gloria Reuben, Bill Smitrovich, G.D. Spradlin.
-- Guión: Patrick Sheane Duncan.
-- Banda Sonora: Arthur B. Rubinstein.
-- "Encima de la hora" en IMDb.
-- "Encima de la hora" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Un tal Watson llega con su hija a una estación de trenes. Allí, un incidente vulgar y corriente con unos marginales skatedictos los pone en la mira de un par de fulanos que se revelan como agentes del Gobierno, y los secuestran. Ahora, el tal Watson, el hombre de la calle, afronta el desafío supremo: si en hora y media no liquida descerrajándole el cargador entero de una pistola a un blanco prefijado, su hija morirá. Los problemas comienzan a sucederse cuando Watson descubre que el famoso blanco prefijado es, en realidad, la Gobernadora de California, que está postulando a la reelección, y que además, la conspiración para liquidarla llega hasta los más altos niveles...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
tic (pj), tac (pj), tic (pj), tac (pj)... Antes de que conociéramos al reloj agobiante presionando a Jack Bauer en "24", tuvimos esta pequeña joyita del cine de suspenso. A mediados de los '90s, el suspenso clásico de buena y vieja ley, el heredero de Hitchcock y Polanski, estaba desapareciendo ante la progresiva infantilización del cine pop-corn. En medio de todo eso, este filme pasó desapercibido en su tiempo (éramos cuatro pelaperros viéndolo en la sala, en la escasa semanita que duró en cartelera). Por suerte, gracias al cable hemos podido reivindicarlo como un gran precursor. La premisa es la siguiente: el protagonista es un hombre común, que debe resolver un problema de vida y muerte con mucha acción y balas en hora y media... en la hora y media que dura la película. Es, por tanto, una película en tiempo real, sobre conspiraciones políticas, traiciones y asesinatos. O sea, la fórmula que "24" ha venido explotando durante cinco temporadas (y viene la sexta en camino), anticipada al pie de la letra media década. Para que vean de dónde salió la idea.
¿POR QUÉ VERLA?
-- La historia cumple con dos requisitos esenciales: es simple y sólida. Hay vueltas de tuerca, por supuesto, pero éstas no llegan a ser tan agobiantes que el espectador se sienta estafado. Todo el plan de la conspiración es lógico y natural (descartado el uso de inocentes para realizar el crimen maestro, por supuesto).
-- John Badham. El hombre ha probado su maestría en diversos filmes de consumo popular, y más de alguno ha marcado época ("Fiebre de sábado por la noche", "Relámpago azul", "Juegos de guerra"), y aquí vuelve a mostrarse como un artesano genial. La película tiene ritmo, es trepidante, cada minuto que pasa incrementa la tensión sin cesar, y todo eso sin hacer abuso de trucos cinematográficos. (Por favor, no lo maltraten por haber realizado "Cortocircuito", "La asesina" o "Zona de impacto"; hasta los grandes tienen sus caídas, ¿bien?).
-- Supongo que ya le echaron un vistazo al elenco. Después de ser "Burton boy" y hacer algunos de los roles más estrafalarios del cine en los últimos quince años, Johnny Deep... perdón, Johnny Depp, hace uno de sus papeles más "normales", y no se crean, demuestra que lo suyo es talento y no pura pirotecnia. Christopher Walken, como su atosigador antagonista, se desmarca un tanto de sus roles más pasados de rosca y consigue algo más de naturalismo (además que abandona su clásico peinado estilo '80s y se peina como un aburrido burócrata del Gobierno). Roma Maffia está impecable en su rol de colega asesina: ella era inevitable en las pelis y en la TV de aquellos años ("Acoso sexual", "El protector", "Doble riesgo"). Y G.D. Spradlin infunde respeto como el hombre que parece orquestarlo todo entre las sombras con el cinismo propio de quien se limita a jugar una partida de ajedrez.
-- A veces, la vida imita al arte. La conspiración que plantea esta película, uno puede buenamente preguntarse cuántas veces no habrá sucedido en la vida real... Esta película es de la Era Clinton, y en aquellos años, había cosas que el cine podía decir en voz alta. En la actualidad, rodar una peli de las mismas características sería irse a meter bajo la pata de los caballos, al menos, mientras gobiernen Bush y Cia.
IDEAL PARA: Fanáticos de "24" que quieran ver dónde empezó todo (y que deseen enterarse de las cosas en hora y media, en vez de esperar las 24 horas de cada temporada)...
"Misión: Seguridad máxima" (1998)
"Mercury rising". Dirigida por Harold Becker. Protagonizada por Bruce Willis, Alec Baldwin, Miko Hughes, Chi McBride, Kim Dickens, Robert Stanton, Bodhi Elfman, Carrie Preston, Kevin Conway. Estados Unidos. Año 1998.
¿De qué se trata?
En un infecto poblado de la América profunda, un pequeño banquito agrario está siendo tomado por asalto. Los tipos están atrincherados, pero ahí está el bravo agente interpretado por Bruce Willis, infiltrado tras líneas enemigas, tratando de conseguir la rendición. Como siempre, los de arriba en el Gobierno no comparten las ideas del prota (si el prota es humanitario, los de arriba son perros de presa, y si el prota es Jack Bauer, los de arriba son titubeantes, vacilantes, etcétera). Los villanos son masacrados, entre ellos un jovencito por el cual Bruce Willis se siente, por decirlo en literario, "hondamente acongojado", porque el pobre chico no tenía la culpa de nada (el padre lo había reclutado). Pasa un tiempo, y el recio agente FBI está metido en labores fuera de la acción, relegado por sus superiores (¿no había otra de Willis en que le pasaba lo mismo, y terminaba liándose con Sarah Jessica Parker a bordo de unos lanchones en el río...?). Lo envían entonces a la búsqueda de un chico que se ha perdido (¿quién habrá sido el estúpido con una idea tan brillante, en las esferas superiores, si el tipo estaba calificado como "paranoide" en un informe psiquiátrico...?). El chico aparece. Y detrás de él, una gigantesca conspiración que involucra nada menos que a la NSA, la todopoderosa Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Sucede que el mandamás de la NSA estaba desarrollando un proyecto criptográfico sumamente complejo, y alguien sin su autorización hizo una prueba pública, publicando parte del código en una revista de acertijos. Y como suele suceder, el acertijo es indescifrable por métodos de ataque con fuerza bruta por ordenadores Cray-2, pero bastó que un niño autista lo viera, para que descubriera instantáneamente el patrón matemático (¿Y por qué no reclutan los gobiernos más niños autistas, si son tan buenos? Seguro que no tenían necesidad de robarse una Enigma en la Segunda Guerra). Ahora, el niño es el blanco de los agentes del propio gobierno, quienes buscan matarlo para que nunca jamás, por muy autista que sea, vaya a quebrar otra vez el código, por no hablar de que el niño de oro no caiga en manos de fundamentalistas árabes o algo así.
El espíritu de los tiempos.
Durante la Era Clinton se puso de moda el tema de "el gobierno te vigila". Eran historias sobre cómo el gobierno es inherentemente bueno, pero siempre habían manzanas podridas en las altas esferas que armaban consìraciones descabelladas para hacerse con el poder, etcétera: el ejemplo más paradigmático de esta corriente fue la serie televisiva "Expediente X". Con el paso del tiempo, este tipo de cine conspiranoico murió de muerte natural, porque después de lo que sabemos sobre el 11/9, sobre Al Qaeda, sobre la grosera manipulación de información por parte de la CIA, el Pentágono y la Presidencia de los Estados Unidos sobre el affaire Torres Gemelas, la ficción ha superado del todo a la realidad.
¿Por qué verla?
- Este filme es un thriller al uso, y bastante decente, si me preguntan. Oigan, dije "decente", no "bueno". Es una película que lo tiene todo en contra: villano de opereta, ausencia de secuencias de acción pura y dura (algunos tiroteos como la gran cosa), y la presencia ominosa y terrible de uno de esos pequeños bajitos, que para colmo es autista, o sea, justamente la clase de personaje hecho para irritar a cualquier audiencia sensata. Que con todos esos hándicaps en contra aún se deje ver, habla bastante bien de la peli. Desde la dirección optan por un tratamiento discreto, sin una banda sonora demasiado estridente, dosificando la acción para privilegiar la interacción entre el detective y el chico autista, y sin secuencias de espectáculo bigger than life como explosiones de automóviles, hordas de asesinos tras el bueno o espectaculares persecusiones en una autopista de alta velocidad. Esta vocación de construir un thriller más bien "realista" es quizás lo mejor de la peli (lo de realista se queda en borrajas, por supuesto, en varias partes, porque no nos engañemos, sigue siendo un thriller hollywoodense que en varias partes evidencia una cierta condición de serie B).
- La interpretación de Bruce Willis como duro con sentimientos. No por lo buena, sino porque es para partirse de risa. Ese año, Bruce Willis se llevó el Premio Razzie al peor actor por esta película, y además por "Armagedón" y "Contra el enemigo". Y con justicia.
IDEAL PARA: Ver después de un tenso día de trabajo, con el cerebro en remojo, con un plato para comer o para picar, como preparativo antes de irse a la camita.
¿De qué se trata?
En un infecto poblado de la América profunda, un pequeño banquito agrario está siendo tomado por asalto. Los tipos están atrincherados, pero ahí está el bravo agente interpretado por Bruce Willis, infiltrado tras líneas enemigas, tratando de conseguir la rendición. Como siempre, los de arriba en el Gobierno no comparten las ideas del prota (si el prota es humanitario, los de arriba son perros de presa, y si el prota es Jack Bauer, los de arriba son titubeantes, vacilantes, etcétera). Los villanos son masacrados, entre ellos un jovencito por el cual Bruce Willis se siente, por decirlo en literario, "hondamente acongojado", porque el pobre chico no tenía la culpa de nada (el padre lo había reclutado). Pasa un tiempo, y el recio agente FBI está metido en labores fuera de la acción, relegado por sus superiores (¿no había otra de Willis en que le pasaba lo mismo, y terminaba liándose con Sarah Jessica Parker a bordo de unos lanchones en el río...?). Lo envían entonces a la búsqueda de un chico que se ha perdido (¿quién habrá sido el estúpido con una idea tan brillante, en las esferas superiores, si el tipo estaba calificado como "paranoide" en un informe psiquiátrico...?). El chico aparece. Y detrás de él, una gigantesca conspiración que involucra nada menos que a la NSA, la todopoderosa Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Sucede que el mandamás de la NSA estaba desarrollando un proyecto criptográfico sumamente complejo, y alguien sin su autorización hizo una prueba pública, publicando parte del código en una revista de acertijos. Y como suele suceder, el acertijo es indescifrable por métodos de ataque con fuerza bruta por ordenadores Cray-2, pero bastó que un niño autista lo viera, para que descubriera instantáneamente el patrón matemático (¿Y por qué no reclutan los gobiernos más niños autistas, si son tan buenos? Seguro que no tenían necesidad de robarse una Enigma en la Segunda Guerra). Ahora, el niño es el blanco de los agentes del propio gobierno, quienes buscan matarlo para que nunca jamás, por muy autista que sea, vaya a quebrar otra vez el código, por no hablar de que el niño de oro no caiga en manos de fundamentalistas árabes o algo así.
El espíritu de los tiempos.
Durante la Era Clinton se puso de moda el tema de "el gobierno te vigila". Eran historias sobre cómo el gobierno es inherentemente bueno, pero siempre habían manzanas podridas en las altas esferas que armaban consìraciones descabelladas para hacerse con el poder, etcétera: el ejemplo más paradigmático de esta corriente fue la serie televisiva "Expediente X". Con el paso del tiempo, este tipo de cine conspiranoico murió de muerte natural, porque después de lo que sabemos sobre el 11/9, sobre Al Qaeda, sobre la grosera manipulación de información por parte de la CIA, el Pentágono y la Presidencia de los Estados Unidos sobre el affaire Torres Gemelas, la ficción ha superado del todo a la realidad.
¿Por qué verla?
- Este filme es un thriller al uso, y bastante decente, si me preguntan. Oigan, dije "decente", no "bueno". Es una película que lo tiene todo en contra: villano de opereta, ausencia de secuencias de acción pura y dura (algunos tiroteos como la gran cosa), y la presencia ominosa y terrible de uno de esos pequeños bajitos, que para colmo es autista, o sea, justamente la clase de personaje hecho para irritar a cualquier audiencia sensata. Que con todos esos hándicaps en contra aún se deje ver, habla bastante bien de la peli. Desde la dirección optan por un tratamiento discreto, sin una banda sonora demasiado estridente, dosificando la acción para privilegiar la interacción entre el detective y el chico autista, y sin secuencias de espectáculo bigger than life como explosiones de automóviles, hordas de asesinos tras el bueno o espectaculares persecusiones en una autopista de alta velocidad. Esta vocación de construir un thriller más bien "realista" es quizás lo mejor de la peli (lo de realista se queda en borrajas, por supuesto, en varias partes, porque no nos engañemos, sigue siendo un thriller hollywoodense que en varias partes evidencia una cierta condición de serie B).
- La interpretación de Bruce Willis como duro con sentimientos. No por lo buena, sino porque es para partirse de risa. Ese año, Bruce Willis se llevó el Premio Razzie al peor actor por esta película, y además por "Armagedón" y "Contra el enemigo". Y con justicia.
IDEAL PARA: Ver después de un tenso día de trabajo, con el cerebro en remojo, con un plato para comer o para picar, como preparativo antes de irse a la camita.
"Sin rastro" (1997).
-- "Breakdown". Estados Unidos. Año 1997.
-- Dirección: Jonathan Mostow.
-- Actuación: Kurt Russell, J.T. Walsh, Kathleen Quinlan, M.C. Gainey, Jack Noseworthy, Rex Linn, Ritch Brinkley, Moira Harris. Estados Unidos. Año 1997.
-- Guión: Jonathan Mostow y Sam Montgomery, sobre una historia del primero.
-- Banda Sonora: Basil Poledouris.
-- "Sin rastro" en IMDb.
-- "Sin rastro" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
En una de esas autopistas yankis construidas en desiertos que Estados Unidos alguna vez arrebató a los sioux y a los apaches, circula un apacible matrimonio. Son de Massachussets, y están mudándose a California. Mientras él tiene el pie metido en el acelerador de su flamante, hermosa y nueva camioneta, casi chocan con otra camioneta, vieja, sucia y destartalada, que sale por un costado. Más allá, en una gasolinera, los campiranos de la camioneta cayéndose a pedazos y los citadinos tienen un encontrón. Algún trecho después, la camioneta del matrimonio se descompone. Como el tipo valora más su camioneta que su mujer, deja que ésta se vaya con un camionero, mientras él se queda cuidándola (ya lo sé, hay un capítulo de "Los Simpsons" en donde Homero hace lo mismo... pero "Los Simpsons" es una comedia). Al rato, el propio tipo descubre la falla, y parte alegremente a buscar a su mujercita. Por supuesto que de ésta, ni rastros. ¿Se ha chasqueado porque le tocó hacer el trabajo sucio? ¿Encontró sexy al camionero...? ¡Descubra usted mismo el misterio de la desparición de la mujer del chico rico!
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Alguna vez actor fetiche del nunca bien ponderado director John Carpenter, en los '90s la carrera de Kurt Russell empezó a irse lentamente por el despeñadero. En este contexto, fue reclutado por un director de segunda fila llamado Jonathan Mostow, para interpretar el rol principal en una historia fresquita que acababa de escribir (este Mostow después hará filmes como "U-571", para que nos entendamos). El resultado es este filme medianamente interesante.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Tiene el sello propio que Mostow imprimirá a sus siguientes películas, "U-571" y "Terminator 3". O sea, un estupendo sentido del ritmo y del suspenso que te mantiene pegado a la silla, combinado con el derroche de valiosos personajes reducidos a verdaderas nulidades, de tan estereotipados que son. Que esto pase en un filme de Schwarzenegger es algo venial, porque nadie espera mucho más del Gobernator, pero habiedno dado con filones tan interesantes, el crimen de Mostow linda con la apostasía cinéfila. Pero si lo que buscas es acción pura y dura con un argumento serio que la sustente, este filme está bien.
-- La trama es... ¿cómo decirlo? A ver, la primera parte, en donde el prota busca a su esposa desaparefcida y no tiene ninguna pista sobre su paradero, es la más lograda, y es una pesadilla de ribetes casi metafísicos. Uno puede preguntarse, pasado algún rato de metraje, si es que el tipo realmente tuvo alguna vez una esposa, o no estará soñándolo todo como una suerte de gigantesca pesadilla. En la segunda parte, cuando empieza a quedar claro qué ocurre, la película se va por el camino del thriller más convencional, y sin mayores sorpresas. Eso sí, la secuencia final es lo suficientemente adrenérgica como para proporcionar una salida con buen gusto en la boca del asiento.
-- La fotografía de la película es espectacular, y Mostow sabe dofisicarla sabiamente, sin caer en el derroche ni la pirotecnia visual. Como dicen, a veces lo mejor es enemigo de lo bueno, y Mostow sabe mantenerse en su punto al respecto.
IDEAL PARA: Ver una peli de suspenso confeccionada con oficio, sobre una de las peores pesadillas que podrían ocurrirle a un citadino cualquiera.
"Un crimen perfecto" (1998)
"A perfect murder". Dirigida por Andrew Davis. Protagonizada por Michael Douglas, Gwyneth Paltrow, Viggo Mortensen, Sarita Choudhury, Michael P. Moran, Novella Nelson, Constance Tower. Estados Unidos. Año 1998.
¿De qué se trata?
Parece un matrimonio perfecto. El es un big man de los negocios, ella trabaja como intérprete para las Naciones Unidas. Pero hay un tercero en discordia. El maridito es perfeccionista y obsesivo con los detalles, así que ella se busca a alguien más bohemio y relajado. Como un pintor, por ejemplo. Por supuesto que el otro se entera, pero en vez de hacer lo que todo macho viril y deshacerse del problema por sí mismo, resuelve extorsionarlo para que mate a la señora. Diseña para eso un plan bastante complicado, que implica hacer malabares con las llaves del departamento que tiene la señora, pero cuyo resultado final es proveer una coartada para el maridito, al mismo tiempo que hacer parecer todo como un vulgar robo devenido estúpidamente en homicidio. Todo hubiera salido perfecto, de no ser porque la señora tiene más voluntad de vivir que la aconsejable en alguien que es blanco de un complot para ser asesinado, consigue defenderse con uñas y dientes, y...
El espíritu de los tiempos.
De tarde en tarde, Hitchcock se pone de moda: no en balde es el más grande director que suspenso que haya parido la tierra de Inglaterra, y quizás todas las tierras. En 1998, al tiempo que Gus van Sant preparaba su superfluo remake de "Psicosis", Andrew Davis se atrevió a perpetrar este remake de "La llamada fatal", porque como podrán observar de la reseña anterior, la historia es casi la misma. No es que esta película sea mala. Por el contrario, consigue imponer bastante suspenso y crea tensión. El problema es que para cualquiera que haya visto la original, no será nunca más que una mala copia. Y es que compárese el currículum del señor Davis ("Código del silencio", "Alerta máxima", "El fugitivo", "Daño colateral") con el del maestro ("Psicosis", "Los pájaros", "La soga", "Vértigo", "Extraños en un tren")...
¿Por qué verla?
- Si uno omite que esta historia la rodó Hitchcock hace muchos años y de manera brillante, es un aceptable thriller de suspenso. Decimos "aceptable" porque, para mantener el suspenso, tienen que introducir algunos elementos y cambiar otros, de modo que quienes hayan visto "La llamada fatal" también puedan sorprenderse con el final. Y en esto de ponerse a cambiar elementos, descuadran el equilibrio perfecto que había conseguido Hitchcock, por no hablar de lo principal que esconde el modelo, y que esta película omite casi sin darse cuenta: el sentimiento de culpa de la protagonista. Pero para quienes no hayan visto "La llamada fatal", puede ser una película de aceptable suspenso.
- El trío protagónico está bien afiatado en sus papeles. La belleza gélida de Gwyneth Paltrow le viene bien a una historia en la que interpretará, en realidad, a una "Hitchcock girl". Michael Douglas demuestra que le vienen mejor los roles de villano al estilo Gordon Gekko, que los de héroe al estilo Nick Curran ("Bajos instintos"). Y Viggo Mortensen, en un papel previo a su reconocimiento y fama mundial como Aragorn en "El Señor de los Anillos", está también en su elemento.
IDEAL PARA: Fanáticos del buen suspenso, que nunca hayan visto a Hitchcock.
¿De qué se trata?
Parece un matrimonio perfecto. El es un big man de los negocios, ella trabaja como intérprete para las Naciones Unidas. Pero hay un tercero en discordia. El maridito es perfeccionista y obsesivo con los detalles, así que ella se busca a alguien más bohemio y relajado. Como un pintor, por ejemplo. Por supuesto que el otro se entera, pero en vez de hacer lo que todo macho viril y deshacerse del problema por sí mismo, resuelve extorsionarlo para que mate a la señora. Diseña para eso un plan bastante complicado, que implica hacer malabares con las llaves del departamento que tiene la señora, pero cuyo resultado final es proveer una coartada para el maridito, al mismo tiempo que hacer parecer todo como un vulgar robo devenido estúpidamente en homicidio. Todo hubiera salido perfecto, de no ser porque la señora tiene más voluntad de vivir que la aconsejable en alguien que es blanco de un complot para ser asesinado, consigue defenderse con uñas y dientes, y...
El espíritu de los tiempos.
De tarde en tarde, Hitchcock se pone de moda: no en balde es el más grande director que suspenso que haya parido la tierra de Inglaterra, y quizás todas las tierras. En 1998, al tiempo que Gus van Sant preparaba su superfluo remake de "Psicosis", Andrew Davis se atrevió a perpetrar este remake de "La llamada fatal", porque como podrán observar de la reseña anterior, la historia es casi la misma. No es que esta película sea mala. Por el contrario, consigue imponer bastante suspenso y crea tensión. El problema es que para cualquiera que haya visto la original, no será nunca más que una mala copia. Y es que compárese el currículum del señor Davis ("Código del silencio", "Alerta máxima", "El fugitivo", "Daño colateral") con el del maestro ("Psicosis", "Los pájaros", "La soga", "Vértigo", "Extraños en un tren")...
¿Por qué verla?
- Si uno omite que esta historia la rodó Hitchcock hace muchos años y de manera brillante, es un aceptable thriller de suspenso. Decimos "aceptable" porque, para mantener el suspenso, tienen que introducir algunos elementos y cambiar otros, de modo que quienes hayan visto "La llamada fatal" también puedan sorprenderse con el final. Y en esto de ponerse a cambiar elementos, descuadran el equilibrio perfecto que había conseguido Hitchcock, por no hablar de lo principal que esconde el modelo, y que esta película omite casi sin darse cuenta: el sentimiento de culpa de la protagonista. Pero para quienes no hayan visto "La llamada fatal", puede ser una película de aceptable suspenso.
- El trío protagónico está bien afiatado en sus papeles. La belleza gélida de Gwyneth Paltrow le viene bien a una historia en la que interpretará, en realidad, a una "Hitchcock girl". Michael Douglas demuestra que le vienen mejor los roles de villano al estilo Gordon Gekko, que los de héroe al estilo Nick Curran ("Bajos instintos"). Y Viggo Mortensen, en un papel previo a su reconocimiento y fama mundial como Aragorn en "El Señor de los Anillos", está también en su elemento.
IDEAL PARA: Fanáticos del buen suspenso, que nunca hayan visto a Hitchcock.
"Acoso sexual" (1994).
-- "Disclosure" (título original), "Acoso" (título en España). Estados Unidos. Año 1994.
-- Dirección: Barry Levinson.
-- Actuación: Michael Douglas, Demi Moore, Donald Sutherland, Caroline Goodall, Roma Maffia, Dylan Baker, Stephanie Forsythe, Dennis Miller, Suzie Plakson, Nicholas Sandler, Jacqueline Kim.
-- Guión: Paul Attanasio, basado en la novela de Michael Crichton.
-- Banda Sonora: Ennio Morricone.
-- "Acoso sexual" en IMDb.
-- "Acoso sexual" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Seattle, a finales del Siglo de los Depredadores Económicos. Dos importantísimas empresas de computación se preparan para una megafusión corporativa. En medio de las cuchilladas traperas producto de la próxima reestructuración, queda un cupo libre en los sillones más mullidos del mundo superior de la empresa. Tom Sanders se relame pensando en las maravillas onánicas que podrá hacer subiendo hasta allá, pero sobreviene una mala noticia: sus jefes han designado para el puesto a Meredith Johnson, una perra hipersexuada que se viste mal, y que para colmo tuvo en el pasado con el prota (ahora casado) una relación que parece hecha para una página extensión ".ru". Celebran una reunión de noche, y el tarado va sin sospechar nada, como inocente ovejita (labor en la que Michael Douglas no es el tipo más creíble del universo, digámoslo ya). La chica se le tira encima y trata de ponerse a lamer el helado, y el otro, en vez de cubrirla virilmente, sufre un arranque de beatería y sale corriendo por pies de ahí. Al día siguiente descubre una desagradable sorpresa: ella lo ha denunciado por acoso sexual. El infierno acaba de comenzar, porque cada nuevo orgasmo que Tommy sufra con los reveses del asunto lo pondrá en la pista de una verdad aún mayor, y que en definitiva, nada tiene que ver con el sexo, sino como dicen algunos personajes, con el poder.. (¡chachachacháaaaan...!).
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
A comienzos de los '90s, terminada la tétrica Era Reagan, el cine sufrió un proceso de liberalización sexual sin precedentes. Lo de "liberalización" es relativo, por supuesto, porque esas películas tenían sexo libre a destajo, pero también un marcadísimo mensaje conservador. Pensamos en, por supuesto, "Bajos instintos", "El cuerpo del delito", "Boxing Helena", "Una propuesta indecente", etcétera. "Acoso sexual" alcanzó a sumarse al carro cuando esta explosión empezaba a agonizar. Estaba planificado como un éxito desde el comienzo. No en balde estaba basada en una novela de Michael Crichton, superventas tras las novelas hechas como preludio para filmes como "Jurassic Park" y "Sol naciente", y que después iría bajando de perfil a medida que salieran otras basadas en sus novelas como "Congo", "Twister", "Esfera" y otras incluso peores. Pero algo pasó. No tuvo todo el éxito que debería. Quizás porque, aparte de una escena hot que para colmo funciona como coitus interruptus, la verdad es que no hay sexo. ¿Qué gracia tiene ver una película llamada "Acoso sexual", si no se ve sexo...?
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es un retrato, no demasiado fidedigno, pero retrato al fin, de cómo eran las cosas en el mercado de las computadoras a finales de os '90s, cuando esas cosaas eran todavía esotéricas e Internet estaba recién tomándose por asalto al mundo. El escenario de realidad virtual que aparece era toda una novedad para la época, todavía babeando con "El hombre del jardín", aunque suena delicadamente obsoleto hoy en día. Si hicieran un remake de la película, el escenario ciberespacial en que se mueve Sanders, un correctísimo edificio neoclásico, sería reemplazado por un mundo salvaje y primitivo con espadas y brujerías al estilo de Warcraft, seguramente.
-- Es una película hecha con el "sello" de Barry Levinson. Es decir, tiene un buen pulso narrativo, lleva de una escena a otra sin pausas, crea interés en la historia, pero en definitiva, todo se ve plástico y artificial, sin un toque de verdadera inspiración. No olvidemos que Levinson ha dirigido, entre otras, las cintas "El joven Sherlock Holmes", "Good morning, Vietnam", "Rain Man", "Esfera", y (cosa rara) esa joyita que fue "Escándalo en la Casa Blanca". Es esa especie de artesanía genial, esa suerte de trabajo del idiota de la aldea que por puro milagro hace bonitas chucherías para el público de turistas, lo que permite seguir una historia que, en definitiva, tiene pocas patas y aún menos cabeza; la vendieron como una película sobre sexo, y al final, la intriga no tiene nada que ver con eso, girando por completo hasta el punto que la trama del juicio por acoso termina cuando recién llevamos dos tercios de filme (es lo que pasa cuando pones a un judío dirigir una con sexo, podrían haber contratado mejor a Mel Brooks, y así al menos nos hubiéramos reído).
-- El elenco es discreto. Michael Douglas repite plato como el chico vampirizado de "Bajos instintos", Demi Moore hace un papel dotado de cierto morbo andrógino (la perra tiene un cuerpo muy penetrable, pero es agresiva y peleona como un camionero cualquiera, pero con clase). Donald Sutherland hace más o menos su rol de siempre, y eso siempre es de agradecer. Quizás ésta sea una de esas películas en donde la magia invisible proviene no de los protagonistas, tiesos a veces hasta más no poder, sino de los secundarios: Caroline Goodall como la sexualmente reprimida esposa, Roma Maffia como abogada "Hard Copy" style, y Jacqueline Kim en un pequeño, pero caristmático rol como secretaria del prota (esta actriz, como dato de trivia, hizo una brevísima aparición ese mismo año en "Viaje a las Estrellas: La nueva generación", nada menos que como la hija de Sulu).
IDEAL PARA: Ver una película con gancho sexual, que en definitiva tiene muy poco sexo, y de computadoras ultramodernas que hoy en día ya no son muy modernas, que digamos.
domingo, 17 de septiembre de 2006
"La dama en el agua" (2006).
-- "Lady in the Water" (título original en inglés), "La joven del agua" (título en España). Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: M. Night Shyamalan.
-- Actuación: Paul Giamatti, Bryce Dallas Howard, Jeffrey Wright, Bob Balaban, Sarita Choudhury, Cindy Cheung, M. Night Shyamalan himself, Freddy Rodríguez.
-- Guión: M. Night Shyamalan.
-- Banda Sonora: James Newton Howard.
-- "La dama en el agua" en IMDb.
-- "La dama en el agua" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Antiguamente, los seres humanos estaban en contacto con las criaturas del mar. Pero luego empezaron a inventar cosas, como las aldeas, las ciudades, las armas y los teléfonos celulares, y el contacto con la naturaleza y el mundo acuático se fue perdiendo definitivamente (para suerte de los acuáticos, podríamos decir). Pero eso está por cambiar. Es el presente. Un edificio de departamentos con una bonita piscina, es cuidado por un fulano acabado por la vida, que para colmo es tartamudo. Los inquilinos son tipos de lo más normales, lo que quiere decir en resumidas cuentas que son una fauna de personajes medio extraños por un lado, pero sin caer en el frikismo delirante de Alex de la Iglesia o Melrose Place. Las cosas comienzan a cambiar lentamente, cuando de pronto aparece una doncella desnuda. La chica revela de sí misma que es una narf. ¿Y qué diablos es una narf? ¿Una criatura nacida de un "¡narf!" de Pinky, el amigo de Cerebro? La respuesta está en manos de una anciana oriental, a quien le contaban la historia desde niña pequeña. Las narf son criaturas acuáticas con extraños poderes mentales, y también extrañas limitaciones, que se han dado cuenta de un suceso próximo. Pronto vendrá una revolución, un gran cambio cósmico en el corazón de los seres humanos, y saltarán a un nuevo nivel de desarrollo espiritual, y la narf ha llegado para advertirnos, y para guiar al responsable, un escritorzuelo de media suela que ha escrito un libro con amargas verdades, que sin embargo sembrará la semilla del cambio, cuando lo lea en un futuro cercano un líder humano todavía no nacido. O sea, el tipo es el esenio del siglo XXI (¿y la narf es la shekinah, o algo así?). El problema es que la narf debe apañárselas para hacer todo esto antes de que un águila la rescate... o de sucumbir ante las garras de un voraz lobo comando que se camufla en el pasto, al mejor estilo Rambo. Sólo la unión de los vecinos del edificio, cada uno asumiendo sus respectivos roles, conseguirán introducir la revolución. ¡Porque hay que ver cómo se hacen jaleo para ponerse de acuerdo sobre qué debe hacer cada quién...!
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Night Shyamalan, con sus virtudes y defectos (incluyendo ese apellido horripilantemente difícil de escribir, así es que por una vez en la vida, compadézcanme), es uno de los cineastas más interesantes que ha parido Hollywood en los últimos años. Sus filmes pueden pecar de efectistas y hollywoodenses, pero tiene el valor de ser uno de los pocos cineastas del minuto que se atreven a internarse en las procelosas aguas de la metafísica y el cuestionamiento del rol humano frente al universo, a su destino, etcétera, en vez de ganar dinero fácil poniendo a Jessica Alba en bikini a hacer películas de rescate de tesoros en playas tropicales. Ahí están "Sexto sentido", "El protegido", "Señales" y "La aldea" para atestiguarlo. Su cine ha ido cuajando como anillo al dedo en los tiempos de religiosidad exacerbada en que vivimos, y sus propuestas han reinventado el género para Hollywood. Y además, en vez de envanecerse con sus éxitos, sus filmes han ido madurando y haciéndose más sólidos cada vez. "La dama en el agua" es una muestra de este buenhacer del señor... de... bueh, ya saben de quien hablo, no me hagan escribir su apellido por enésima vez, BE MERCIFUL, PLEASE!!!
¿POR QUÉ VERLA?
-- Night Shyamalan se aparta definitivamente del feo vicio de hacer películas con finales sorprendentes o tramposos. Una vez la llevaba ("Sexto sentido"), dos veces pasaba ("El protegido"), pero la fórmula se agota, y Shyamalan por fin lo ha entendido. En "La dama en el agua" se preocupa más de la historia que del final, y eso se nota. Así es que ya saben: no esperen final sorpresa, porque la película es lineal de principio a fin.
-- Rescata de manera estupenda todo el ambiente y las circunstancias de los viejos cuentos de hadas, aquellos que nuestros primitivos ancestros contaban alrededor del fogón del hogar durante la Edad Media. Y para que nos entendamos: cuando queremos decir "cuento de hadas" (fairy tales) no nos referimos a una de la factoría Disney (de hecho, para hacer este filme según sus propios conceptos, Shyamalan rompió el trato que tenía con Disney, que produjo sus cuatro pelis anteriores), sino a esas historias cargadas de ominosidad y respeto reverencial por las fuerzas de la naturaleza, por lo numinoso que ronda allá afuera. En ese sentido, es inútil buscarle lógica a la película: no la tiene. O mejor dicho, la lógica que la preside de principio a fin, es aquella propia del enfrentamiento entre fuerzas de la naturaleza, que son personificadas por entes vivos ficticios, y que representan fuerzas subconscientes del ser humano, tales como el afán de encontrar el lugar propio en el mundo, el terror a lo desconocido, la esperanza del cambio, etcétera, y por lo tanto, la lógica racional aristotélica del "A es A y No-A es No-A", carece de sentido. Esta película es paganismo puro, tiene un gran regusto a Sturmgotten, y tiene una poderosa relación con la épica sajona pagana primitiva (¡con razón Disney no la quiso producir!).
-- Paul Giamatti, en el rol del conserje tartamudo a quien la vida entrega la oportunidad de trascender de sí mismo (o sea, la vieja historia del campesino rescatando a la princesa), está inmenso como la vida. Las escenas más morosas de la película están generalmente a su cargo, y ¿qué creen?, con su físico esmirriado y su caracterización un tanto patosa, consigue llenar la pantalla con una dignidad increíble. En cuanto al resto del elenco, podemos prescindir de él: Giamatti se los come con corbata y zapatos sin asco alguno. La interpretación de Bryce Dallas Howard como la ninfa está un tanto desvaída, pero es que tampoco se le podía exigir tanto a un rol que básicamente era de adorno (¿para qué otra cosa están las princesas en peligro, en los cuentos de hadas clásicos? Y no me vengan con la horrible cenicienta que interpretó Drew Barrymore en... ¿cómo se llamaba ese asco de película...?).
-- Un tanto de megalomanía garantizada: el motivo del viaje es poner en conocimiento del escritor, que su obra va a ser un éxito (y de paso, se va a morir sin ver los resultados, toma eso). ¿Y quién interpreta a este atormentado escritor, inseguro de su obra, condenado a morir antes de ver sus frutos, nuevo Juan Bautista que no verá al Jesús crucificado redimir a la Humanidad...? ¡Shyamalan mismo! Vale que el hombre haya hecho costumbre de sus apariciones esporádicas como actor en sus propios filmes, pero no deja de ser un rasgo de megalomanía... y no sé si debería calificarlo de genial. Pero merece mención, aunque sea por la brutal franqueza en decir "yo soy lo mejor que les ha pasado, oh, pobres míseros espectadores, y aún así no me escuchan". Falta de modestia, sí, pero mejor que falsa modestia, si me preguntan.
-- Los efectos especiales están a tono con la película. O sea, los FXs no se roban cámara en ningún minuto, y al cabo de un rato, uno se olvida perfectamente de éstos. Es, dicho de otro modo, una película en donde la parte visual está al servicio del argumento, como corresponde, y no al revés (los chicos de "Rápido y furioso" y "XXX" podrían aprender algo al respecto).
IDEAL PARA: Ver un cuento de hadas con su correspondiente carga terrorífica, a la usanza decimonónica (quizás anterior), con ambientación moderna.
"Desde Rusia con amor" (1963)
-- "From Russia with love". Inglaterra / Estados Unidos. Año 1963.
-- Dirección: Dirigida por Terence Young.
-- Actuación: Sean Connery, Daniela Bianchi, Pedro Armendáriz, Lotte Lenya, Robert Shaw, Bernard Lee, Eunice Gayson, Lois Maxwell.
-- Guión: Richard Maibaum, sobre una adaptación de Johanna Harwood, basados en la novela de Ian Fleming.
-- Banda Sonora: John Barry.
-- "Desde Rusia con amor" en IMDb.
-- "Desde Rusia con amor" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Número 1, el diabólico jefe de la organización criminal SPECTRE, está emperrado. Un hombrecillo jactancioso y mujeriego tuvo la indelicadeza de matar a su Número 2, el diabólico Dr. No (hechos descritos en la película anterior de Bond). Así es que, en venganza, echa a andar un complicadísimo plan para vengarse de 007, y, de paso, desatar la Tercera Guerra Mundial. Llega hasta Military Inteligence 5 la noticia de que una bellísima desertora rusa ofrece una máquina descifradora Lektor, que los británicos ansían codiciosamente. La chica pide que quien la rescate sea nada menos que Bond, James Bond. Ella cree que está engañando a Occidente como parte de un trabajo para la KGB, pero no sabe que, al mismo tiempo, ella es la pobre e indefensa víctima engañada, porque su superiora directa, la temible Rosa Klebb, ya no trabaja para la KGB sino para SPECTRE. Bond llega hasta Constantinopla y busca la manera de contactarla, haciendo buenas migas con un amigote turco, al tiempo que SPECTRE provoca algunos incidentes que tensen la situación en los Balcanes. Una vez en contacto la chica y el infalible 007, viene el resto: ¡escapar! ¿Podrá 007 salir con vida de la implacable persecusión que emprende SMERSH, el peligrosísimo servicio de contraespionaje soviético...? (por supuesto que sí, o no habrían más películas Bond).
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
A pesar de que en estricto rigor era una película de bajo presupuesto (una de espías serie B, para decirlo más crudamente), "El satánico Doctor No" había sido todo un suceso de taquilla alrededor del mundo. Rápidamente entonces, antes de que el pan se enfriara sobre la mesa, Broccoli y Saltzman rodaron la secuela, que se estrenó al año siguiente, cual es "Desde Rusia con amor". Si 007 era un agente del bloque occidental, entonces tenía que enfrentarse con los soviéticos ahora, y para hacerla más "secuela", metieron con fórceps la participación de SPECTRE, que en la novela original de Ian Fleming no aparece, y que en la película anterior fue mencionada casi de pasada (y en la novela original de "Dr. No" tampoco aparece). "Desde Rusia con amor" es una película de espías bastante más convencional que "El satánico Dr. No", incluso más adocenada y aburrida, por más que Terence Young se repitiera en la dirección, hecha con demasiado espíritu de secuela, pero también tiene algunos puntos positivos a su favor.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es la primera película en donde aparece SPECTRE propiamente tal, incluyendo su villano en jefe, que sólo es identificado como el Número 1. Aunque no se le ve el rostro, sí aparece el gato blanco angora que será característico de él, en apariciones sucesivas.
-- Las escenas de acción son bastante cuidadas. La lucha entre Bond y Grant a bordo del Expreso de Oriente tiene un aire claustrofóbico que la hace aún más angustiante. Recuérdese que en aquellos tiempos Bond era aún simplemente un hombre, y no el superagente de las entregas siguientes, así es que Bond podía aparecer magullado, y a veces bien magullado. Como aquí, por ejemplo.
-- La película tiene una buena cantidad de morbo, todo lo que se podía forzar considerando los límites de la moral y la censura en 1963. Así, la conversación entre Rosa Klebb y Tatiana Romanova adquiere pronto el regusto de un acoso sexual lésbico de una superiora a su subordinada, mientras que se insinúa un menâge a trois entre Bond y dos chicas gitanas, y hay una escena voyerista en donde Bond es filmado mientras está haciendo caramelo con el azúcar de Tatiana. Vale, desde "Bajos instintos" y "Criaturas salvajes" se ha visto mucho más, y "Desde Rusia con amor" queda como paseo al campo en comparación, pero considerando la época...
IDEAL PARA: Ver a James Bond haciendo una de espías más o menos convencional.
-- Dirección: Dirigida por Terence Young.
-- Actuación: Sean Connery, Daniela Bianchi, Pedro Armendáriz, Lotte Lenya, Robert Shaw, Bernard Lee, Eunice Gayson, Lois Maxwell.
-- Guión: Richard Maibaum, sobre una adaptación de Johanna Harwood, basados en la novela de Ian Fleming.
-- Banda Sonora: John Barry.
-- "Desde Rusia con amor" en IMDb.
-- "Desde Rusia con amor" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Número 1, el diabólico jefe de la organización criminal SPECTRE, está emperrado. Un hombrecillo jactancioso y mujeriego tuvo la indelicadeza de matar a su Número 2, el diabólico Dr. No (hechos descritos en la película anterior de Bond). Así es que, en venganza, echa a andar un complicadísimo plan para vengarse de 007, y, de paso, desatar la Tercera Guerra Mundial. Llega hasta Military Inteligence 5 la noticia de que una bellísima desertora rusa ofrece una máquina descifradora Lektor, que los británicos ansían codiciosamente. La chica pide que quien la rescate sea nada menos que Bond, James Bond. Ella cree que está engañando a Occidente como parte de un trabajo para la KGB, pero no sabe que, al mismo tiempo, ella es la pobre e indefensa víctima engañada, porque su superiora directa, la temible Rosa Klebb, ya no trabaja para la KGB sino para SPECTRE. Bond llega hasta Constantinopla y busca la manera de contactarla, haciendo buenas migas con un amigote turco, al tiempo que SPECTRE provoca algunos incidentes que tensen la situación en los Balcanes. Una vez en contacto la chica y el infalible 007, viene el resto: ¡escapar! ¿Podrá 007 salir con vida de la implacable persecusión que emprende SMERSH, el peligrosísimo servicio de contraespionaje soviético...? (por supuesto que sí, o no habrían más películas Bond).
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
A pesar de que en estricto rigor era una película de bajo presupuesto (una de espías serie B, para decirlo más crudamente), "El satánico Doctor No" había sido todo un suceso de taquilla alrededor del mundo. Rápidamente entonces, antes de que el pan se enfriara sobre la mesa, Broccoli y Saltzman rodaron la secuela, que se estrenó al año siguiente, cual es "Desde Rusia con amor". Si 007 era un agente del bloque occidental, entonces tenía que enfrentarse con los soviéticos ahora, y para hacerla más "secuela", metieron con fórceps la participación de SPECTRE, que en la novela original de Ian Fleming no aparece, y que en la película anterior fue mencionada casi de pasada (y en la novela original de "Dr. No" tampoco aparece). "Desde Rusia con amor" es una película de espías bastante más convencional que "El satánico Dr. No", incluso más adocenada y aburrida, por más que Terence Young se repitiera en la dirección, hecha con demasiado espíritu de secuela, pero también tiene algunos puntos positivos a su favor.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es la primera película en donde aparece SPECTRE propiamente tal, incluyendo su villano en jefe, que sólo es identificado como el Número 1. Aunque no se le ve el rostro, sí aparece el gato blanco angora que será característico de él, en apariciones sucesivas.
-- Las escenas de acción son bastante cuidadas. La lucha entre Bond y Grant a bordo del Expreso de Oriente tiene un aire claustrofóbico que la hace aún más angustiante. Recuérdese que en aquellos tiempos Bond era aún simplemente un hombre, y no el superagente de las entregas siguientes, así es que Bond podía aparecer magullado, y a veces bien magullado. Como aquí, por ejemplo.
-- La película tiene una buena cantidad de morbo, todo lo que se podía forzar considerando los límites de la moral y la censura en 1963. Así, la conversación entre Rosa Klebb y Tatiana Romanova adquiere pronto el regusto de un acoso sexual lésbico de una superiora a su subordinada, mientras que se insinúa un menâge a trois entre Bond y dos chicas gitanas, y hay una escena voyerista en donde Bond es filmado mientras está haciendo caramelo con el azúcar de Tatiana. Vale, desde "Bajos instintos" y "Criaturas salvajes" se ha visto mucho más, y "Desde Rusia con amor" queda como paseo al campo en comparación, pero considerando la época...
IDEAL PARA: Ver a James Bond haciendo una de espías más o menos convencional.
miércoles, 13 de septiembre de 2006
"Vuelo 93" (2006)
-- "United 93". Francia / Inglaterra / Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Paul Greengrass.
-- Actuación: Christian Clemenson, Trish Gates, Polly Adams, Cheyenne Jackson, Opal Alladin, Gary Commock, Nancy McDoniel, David Alan Basche, Richard Bekins, Susan Blommaert, Ray Charleson, Liza Colón-Zayas.
-- Guión: Paul Greengrass.
-- Banda Sonora: John Powell.
-- "Vuelo 93" en IMDb.
-- "Vuelo 93" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Cae la noche sobre los Estados Unidos. Un grupo de musulmanes practica sus rituales sagrados, preparándose para el día siguiente. En ese día, todo comienza con relativa normalidad. Los aviones arriban y despegan. Los pasajeros abordan sus respectivos vuelos. Entre ellos, gente arábiga hace lo propio. Los controladores de vuelo van guiando a los aviones hacia las salidas, como todos los días, mientras las azafatas atienden con cortesía de rutina a sus pasajeros. Los tripulantes de las aeronaves hacen entre sí los comentarios baladíes de todos los días. De pronto, algo comienza a ir mal. Un vuelo aparece desviándose en las pantallas de radar. El Vuelo 93 de United Airlines, mientras tanto, no ha despegado todavía: se encuentra en la cola de una quincena de aviones esperando su propio turno en un congestionado aeropuerto. Mientras tanto, muy lejos de allí, comienzan a llegar noticias confusas. Hay una explosión en la Torre Norte del World Trade Center. Se difunde la especie de que una avioneta se ha estrellado. Desaparece un segundo avión. Y un tercero. Y un cuarto. Surge la alarma: quizás están haciendo frente a una serie de secuestros terroristas. ¿Terroristas? ¡Eso es imposible! ¡No ha ocurrido por lo menos en una década! Pero pasan cosas raras. Como que los terroristas no han pedido rescate. Como que un enorme avión se estrella contra la torre sur del World Trade Center, y poco después las dos Torres Gemelas se desploman. ¡Los terroristas están usando los aviones como arietes! ¡Ahora es el turno del Pentágono! Mientras tanto, el Vuelo 93 es secuestrado por un tipo armado con una bomba. Los pasajeros, hablando por celular, se enteran de las confusas nuevas allá afuera: las Torres Gemelas han sido atacadas. El Vuelo 93 se desvía. ¿Será también usado como blanco? Los pasajeros no esperarán a averiguarlo. La única salida posible es fraguar la rebelión. Ahora, de la lucha que emprendan los pasajeros del Vuelo 93 dependen no sólo sus propias vidas, sino además aquellas que estén presentes en algún posible blanco terrorista del más dantesco ataque que Estados Unidos ha vivido en territorio propio en casi 200 años.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Los '90s fueron una buena década para los Estados Unidos. La Unión Soviética se había desplomado, los chinos tenían que virar hacia el capitalismo, y Europa... bueno, Europa no pesa desde la Segunda Guerra Mundial, y quizás antes. Se dieron el lujo de cambiar entonces a su Presidente George Bush, antiguo director de la CIA, por Bill Clinton, el saxofonista del pene travieso. Todo eso se fue al demonio después del 2001, cuando un multimillonario árabe, Osama bin Laden, planificó un satánico atentado terrorista, desplomando las Torres Gemelas y quebrando incluso al Pentágono. Este evento fue traumático, porque ni Pearl Harbor fue tan doloroso: después de todo, aquello otro había ocurrido en unas islitas sumamente lejanas en el Océano Pacífico. A la larga el cine siempre se hace cargo de estas cosas, pero tomen nota: el primer filme sobre Vietnam ("El francotirador") salió apenas tres años después de la caída de Saigón, pero el primer filme sobre las Torres Gemelas tardó cinco en cocinarse, toda una eternidad en la era de Internet. Pero más tarde o más temprano, alguien tenía que contar la historia.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es el primer filme de gran calado sobre el ataque contra las Torres Gemelas, y esto le asigna un valor histórico.
-- Es un filme neutro, que se limita a contar una historia y punto. No cae en ningún minuto en el tono apologético sobre "aquellos hombres y mujeres, en la hora de la adversidad, unieron sus hombros e hicieron frente común en contra de los diabólicos villanos que...". La historia en sí misma tiene algo de eso, pero la película deja bien en claro que los pasajeros del Vuelo 93 no eran héroes, superhombres o Rambos, peleando por la libertad, la justicia y el american way of life, sino simples seres humanos, mortales y corrientes, que en una situación desesperada se limitaron a defender sus vidas con todo lo que tenían a la mano. Los musulmanes, por una vez, no son los villanos de la historia, sino otros seres humanos que están embarcados en su propia cruzada, y por tanto, no son los villanos sin rostro, ni tampoco se cae en la trampa de justificarlos o demonizarlos. Lo que por supuesto es una debilidad latente, porque el conflicto de fondo lo entendemos bien hoy en día, pero ¿quién dice que un espectador en 50 años más comprenda las sutilezas de la situación que llevó al 9/11?
-- El tono del filme es objetivo, casi documental. No aparecen dramatizaciones mostrando a algún personaje principal que sea el ancla emocional entre el espectador y la historia. El relato salta de lugar en lugar casi sin pausa, mostrando con el hilo conductor del Vuelo 93, un amplio espectro de situaciones, incluyendo lo que ocurre entre los controladores de vuelo, las oficinas federales y los altos mandos militares. No sabemos más ni menos que ellos: descubrimos el horror a medida que ellos mismos lo hacen, cuando poco a poco se despejan las tinieblas de la incertidumbre que ellos mismos vivieron (por supuesto que sabemos por anticipado el resultado final del filme, pero la película no apuesta a mostrarnos más de lo que ningún personaje debería saber). Este intento de hacer una crónica fidedigna, más que una historia seminovelada, cuenta como lo mejor del filme.
-- Algo propio de la época. Este filme es deudor directo de la era del reality show. Es un reality show sobre las Torres Gemelas, sin morbo ni desplantes, pero reality show a fin de cuentas.
IDEAL PARA: Ver en un par de horas una crónica del 9/11, contada con verismo extremo y sin caer en los americanismos chovinistas de costumbre.
-- Dirección: Paul Greengrass.
-- Actuación: Christian Clemenson, Trish Gates, Polly Adams, Cheyenne Jackson, Opal Alladin, Gary Commock, Nancy McDoniel, David Alan Basche, Richard Bekins, Susan Blommaert, Ray Charleson, Liza Colón-Zayas.
-- Guión: Paul Greengrass.
-- Banda Sonora: John Powell.
-- "Vuelo 93" en IMDb.
-- "Vuelo 93" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Cae la noche sobre los Estados Unidos. Un grupo de musulmanes practica sus rituales sagrados, preparándose para el día siguiente. En ese día, todo comienza con relativa normalidad. Los aviones arriban y despegan. Los pasajeros abordan sus respectivos vuelos. Entre ellos, gente arábiga hace lo propio. Los controladores de vuelo van guiando a los aviones hacia las salidas, como todos los días, mientras las azafatas atienden con cortesía de rutina a sus pasajeros. Los tripulantes de las aeronaves hacen entre sí los comentarios baladíes de todos los días. De pronto, algo comienza a ir mal. Un vuelo aparece desviándose en las pantallas de radar. El Vuelo 93 de United Airlines, mientras tanto, no ha despegado todavía: se encuentra en la cola de una quincena de aviones esperando su propio turno en un congestionado aeropuerto. Mientras tanto, muy lejos de allí, comienzan a llegar noticias confusas. Hay una explosión en la Torre Norte del World Trade Center. Se difunde la especie de que una avioneta se ha estrellado. Desaparece un segundo avión. Y un tercero. Y un cuarto. Surge la alarma: quizás están haciendo frente a una serie de secuestros terroristas. ¿Terroristas? ¡Eso es imposible! ¡No ha ocurrido por lo menos en una década! Pero pasan cosas raras. Como que los terroristas no han pedido rescate. Como que un enorme avión se estrella contra la torre sur del World Trade Center, y poco después las dos Torres Gemelas se desploman. ¡Los terroristas están usando los aviones como arietes! ¡Ahora es el turno del Pentágono! Mientras tanto, el Vuelo 93 es secuestrado por un tipo armado con una bomba. Los pasajeros, hablando por celular, se enteran de las confusas nuevas allá afuera: las Torres Gemelas han sido atacadas. El Vuelo 93 se desvía. ¿Será también usado como blanco? Los pasajeros no esperarán a averiguarlo. La única salida posible es fraguar la rebelión. Ahora, de la lucha que emprendan los pasajeros del Vuelo 93 dependen no sólo sus propias vidas, sino además aquellas que estén presentes en algún posible blanco terrorista del más dantesco ataque que Estados Unidos ha vivido en territorio propio en casi 200 años.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Los '90s fueron una buena década para los Estados Unidos. La Unión Soviética se había desplomado, los chinos tenían que virar hacia el capitalismo, y Europa... bueno, Europa no pesa desde la Segunda Guerra Mundial, y quizás antes. Se dieron el lujo de cambiar entonces a su Presidente George Bush, antiguo director de la CIA, por Bill Clinton, el saxofonista del pene travieso. Todo eso se fue al demonio después del 2001, cuando un multimillonario árabe, Osama bin Laden, planificó un satánico atentado terrorista, desplomando las Torres Gemelas y quebrando incluso al Pentágono. Este evento fue traumático, porque ni Pearl Harbor fue tan doloroso: después de todo, aquello otro había ocurrido en unas islitas sumamente lejanas en el Océano Pacífico. A la larga el cine siempre se hace cargo de estas cosas, pero tomen nota: el primer filme sobre Vietnam ("El francotirador") salió apenas tres años después de la caída de Saigón, pero el primer filme sobre las Torres Gemelas tardó cinco en cocinarse, toda una eternidad en la era de Internet. Pero más tarde o más temprano, alguien tenía que contar la historia.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es el primer filme de gran calado sobre el ataque contra las Torres Gemelas, y esto le asigna un valor histórico.
-- Es un filme neutro, que se limita a contar una historia y punto. No cae en ningún minuto en el tono apologético sobre "aquellos hombres y mujeres, en la hora de la adversidad, unieron sus hombros e hicieron frente común en contra de los diabólicos villanos que...". La historia en sí misma tiene algo de eso, pero la película deja bien en claro que los pasajeros del Vuelo 93 no eran héroes, superhombres o Rambos, peleando por la libertad, la justicia y el american way of life, sino simples seres humanos, mortales y corrientes, que en una situación desesperada se limitaron a defender sus vidas con todo lo que tenían a la mano. Los musulmanes, por una vez, no son los villanos de la historia, sino otros seres humanos que están embarcados en su propia cruzada, y por tanto, no son los villanos sin rostro, ni tampoco se cae en la trampa de justificarlos o demonizarlos. Lo que por supuesto es una debilidad latente, porque el conflicto de fondo lo entendemos bien hoy en día, pero ¿quién dice que un espectador en 50 años más comprenda las sutilezas de la situación que llevó al 9/11?
-- El tono del filme es objetivo, casi documental. No aparecen dramatizaciones mostrando a algún personaje principal que sea el ancla emocional entre el espectador y la historia. El relato salta de lugar en lugar casi sin pausa, mostrando con el hilo conductor del Vuelo 93, un amplio espectro de situaciones, incluyendo lo que ocurre entre los controladores de vuelo, las oficinas federales y los altos mandos militares. No sabemos más ni menos que ellos: descubrimos el horror a medida que ellos mismos lo hacen, cuando poco a poco se despejan las tinieblas de la incertidumbre que ellos mismos vivieron (por supuesto que sabemos por anticipado el resultado final del filme, pero la película no apuesta a mostrarnos más de lo que ningún personaje debería saber). Este intento de hacer una crónica fidedigna, más que una historia seminovelada, cuenta como lo mejor del filme.
-- Algo propio de la época. Este filme es deudor directo de la era del reality show. Es un reality show sobre las Torres Gemelas, sin morbo ni desplantes, pero reality show a fin de cuentas.
IDEAL PARA: Ver en un par de horas una crónica del 9/11, contada con verismo extremo y sin caer en los americanismos chovinistas de costumbre.
domingo, 10 de septiembre de 2006
"El satánico Doctor No" (1962).
-- "Dr. No". Inglaterra / Estados Unidos. Año 1962.
-- Dirección: Terence Young.
-- Actuación: Sean Connery, Ursula Andress, Joseph Wiseman, Jack Lord, Bernard Lee, Anthony Dawson, Zena Marshall, John Kitzmiller, Eunice Gayson, Lois Maxwell, Peter Burton.
-- Guión: Richard Maibaum, Johanna Harwood y Berkely Mather, con aportes sin acreditar de Terence Young, basados en la novela de Ian Fleming.
-- Banda Sonora: Monty Norman, y John Barry sin acreditar.
-- "El satánico Doctor No" en IMDb.
-- "El satánico Doctor No" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
En los bellos parajes de Jamaica, un flemático british y su secretaria son asesinados. Mientras tanto un hombre de impecable terno blanco se luce en el casino ganando, encendiendo su cigarrillo con clase, y presentándose como "Bond, James Bond". A este Bond, el MI-5 británico lo envía a investigar la desaparición de su compinche. Después de hurgar en el club de amigotes del agente, descubre una conexión entre la desaparición y un misterioso chino al que nadie ve, que se hace llamar Dr. No, y que se ha aislado en una misteriosa isla jamaiquina para llevar a cabo un ambicioso proyecto con el cual pretende destruir el programa espacial de los Estados Unidos. Ahora, sólo Bond, ayudado por el agente de la CIA Félix Leiter, el lugareño Quarrel y la hermosísima Honey Rider, son los únicos que pueden parar el proyecto del megalomaníaco científico loco...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
A comienzos de los '60s se venía con fuerza la liberalización de las costumbres. El conservadurismo moral de la Era Eisenhower y el baby boom estaba en retirada. En medio de este ambiente, un tal John F. Kennedy, que por ese entonces era algo así como Presidente de los Estados Unidos, declaró en público que entre crisis de misiles y crisis de misiles, se relajaba leyendo novelistas de un escritor británico llamado Ian Fleming, catapultando a la fama al agente James Bond. El avispado productor Albert Broccoli compró la franquicia completa, salvo "Operación Trueno", y unió fuerzas con el dueño de los derechos de esa otra para producir varias novelas y exprimir al máximo lo que se esperaba podía ser el acontecimiento fílmico de la temporada. Nadie esperaba que las películas Bond se empinarían por sobre la veintena, y darían paso a parodias, versiones bastardas, etcétera. ¿El secreto del éxito? Simplemente poner un agente guaperas bien trajeado con licencia para hacer todo lo que es bueno en esta vida (matar, tomar, fumar y tener mujeres), y ponerlo a defender el status quo internacional.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es la primera película de James Bond, así es que tiene un valor clásico (pasemos de la discreta "Casino real", un telefilme hecho para la BBC en 1954, y que en la actualidad tiene un valor puramente arqueológico).
-- Es la presentación de Sean Connery, el primero y más grande de los Bond que ha conocido la pantalla. Aquí es donde dice por primera vez su famoso "Bond, James Bond". Por cierto, el por entonces desconcido Connery no era ni de lejos la primera opción de Broccoli para el papel, pero se lo ganó asestando un violento puñetazo en la mesa cuando le pidieron que hiciera una prueba de cámara; el puñetazo resultó suficiente.
-- Es también la presentación de un buen turrón de personajes recurrentes: M (Bernard Lee, que interpretó el papel en cerca de una quincena de filmes Bond, hasta su muerte), Moneypenny (interpretada por la entonces jovencísima Lois Maxwell), y Félix Leiter (que en todas las pelis Bond en que aparece, ha sido interpretado por alguien distinto, así es que casi nadie lo reconoce como personaje recurrente).
-- Aparece la primera chica Bond: Ursula Andress como Honey Ryder, en una imagen ya clásica, cual es ella saliendo del agua con su bikini blanco con un cuchillo al costado, en un cinturón, bajo el glorioso sol de la mañana. No importa cuántas conejitas playboy hayan pasado después por chicas Bond, la Andress sigue siendo la primera y la mejor.
-- Y si es por hablar de apariciones, el Dr. No es el primer villano Bond característico: un hombre mutilado (tiene un brazo mecánico), con algunos complejos sexuales que oponer a la impoluta masculinidad de Bond. De paso, se menciona a SPECTRA, la organización criminal contra la que Bond contenderá en unas cinco películas posteriores (si las cuentas no fallan).
-- Es todo lo políticamente incorrecta que puede ser una película con los resabios machistas de antaño: Bond fuma como chimenea industrial, bebe cuotas importantes de bebidas espirituosas, maltrata a las mujeres a discreción, se permite reirse en la cara de sus víctimas, etcétera.
IDEAL PARA: Ver una de las más clásicas películas de espías de todos los tiempos.
miércoles, 6 de septiembre de 2006
"La estafa maestra" (2003).
-- "The Italian Job". Estados Unidos. Año 2003.
-- Dirección: F. Gary Gray.
-- Actuación: Mark Wahlberg, Charlize Theron, Donald Sutherland, Jason Statham, Seth Green, Mos Def, Edward Norton.
-- Guión: Donna Powers y Wayne Powers, basados en el guión original de Troy Kennedy-Martin.
-- Banda Sonora: John Powell.
-- "La estafa maestra" en IMDb.
-- "La estafa maestra" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Papá se marchó a dar un último golpe... último por ahora, porque parece que lo suyo es una adicción. Lo invitó su joven aprendiz. El golpe es en Venecia, e implica el robo de una caja fuerte. El asunto sale impecable, pero por desgracia, cuando están viajando fuera de Italia para esconder el botín, la banda es emboscada por los sicarios de un traidor dentro del grupo. Papá muere abaleado, para desesperación del joven aprendiz, quien se va a buscar a... ...la hija (y siendo Charlize Theron, ¿alguien lo puede culpar?). La hija abre cajas fuertes como campeón de Rubik haciendo lo suyo, así es que es ideal para devolver el golpe, porque verán, la banda se desquitará y robará por segunda vez el mismo botín al ladrón que se los robó a ellos... Para quienes tuvieron la oportunidad de ver el primer "The italian job", ya saben cómo sigue la cosa: el golpe implicará crear el más grande atasco de tránsito posible, ahora en Los Angeles, para sustraer como sea un furgón blindado. Todo eso en las narices del tipo que es el traidor, y que es malo, muy malo, muy malo, tan malo que sólo el elegante cinismo de Edward Norton es capaz de interpretarlo con acomodo.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Alguien decidió, en la primera década del XXI, que era buena idea desherrumbrar aquel viejo cine de estafas y golpes de ladrones preparados con ingenio y guante blanco por sobre la fuerza bruta. "La gran estafa", el remake de "Once a la medianoche" protagonizado por George Clooney, Brad Pitt, Matt Damon y etcétera, resultó ser un exitazo, así es que los de la Paramount se pusieron a devanarse los sesos buscando alguna de ladrones que tuvieran en su archivo, para hacer su propio remake. Dieron así con "Golpe a la italiana", una chorrada semisurrealista protagonizada por Michael Caine que podía muy bien servir a los propósitos. La operación no resultó todo lo bien que debería, aunque parece que algo recaudó, puesto que se habla seriamente de una secuela titulada provisionalmente "The brazilian job". En cuanto a este filme, si bien es un remake, tiene méritos para sostenerse por sí mismo.
¿POR QUÉ VERLA?
-- A diferencia de otros remakes que tratan de seguir el argumento metiéndole más elementos para hacerlo más "¡guau!" (léase "El chacal" o "Un crimen perfecto"), en este caso optaron por basarse sólo en la premisa y los personajes principales. Todo el resto de la trama está adaptado. Esto genera algunos problemas, por supuesto, como por ejemplo meter un primer trabajito en Venecia para justificar aquello de "italian job", porque la historia original sí transcurría en Italia, y ésta en Los Angeles, además de unos mafiosos ucranianos que no vienen a cuento. Pero en general, la idea de reconcebir la historia casi desde cero funciona, y hace que uno pueda mirar el remake sin fastidio, en caso de haber visto antes "Golpe a la italiana" (salvando el hecho de que Mark Wahlberg no tiene ni de lejos el estilo y la clase de Michael Caine).
-- Donald Sutherland. Aparece poquito en la película (es el papi corazón al que le dan un tiro al comienzo de la historia), pero como de costumbre, se la roba con ese toque personal que sólo él ha conseguido (vamos, que su hijo Kiefer podrá tener carisma, pero no ese charming especial). En cuanto al resto del elenco, cumplen bien con sus papeles de chulo americano (Mark Wahlberg) y chica dura-pero-linda (Charlize Theron). Lo que es un plus o un contra, según se mire. Seth Green como el computín supuestamente creador de Napster, está insufrible, aunque la escena en que lo relegan de un trabajito entretenido (comerse a una chica, por el negocio) se la roba íntegra. Incluso hasta a Edward Norton le hemos visto mejores roles, y eso que aquí entrega una buena perfomance.
IDEAL PARA: Ver una peli de ladrones entretenida, llevadera, y con cierto new rich style.
"Golpe a la italiana" (1969).
-- "The Italian Job" (título original en inglés), "Faena a la italiana" (título en Uruguay), "Un trabajo en Italia" (título en España). Inglaterra. Año 1969.
-- Dirección: Peter Collinson.
-- Actuación: Michael Caine, Noel Coward, Benny Hill, Raf Vallone, Tony Beckley, Rossano Brazzi, Margaret Blye, Irene Handl.
-- Guión: Troy Kennedy-Martin.
-- Banda Sonora: Quincy Jones.
-- "Golpe a la italiana" en IMDb.
-- "Golpe a la italiana" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
En los Alpes italianos, un Lamborghini rojo demasiado bonito, y por tanto condenado a la destrucción según los cánones del cine comercial, marcha a todo pedal. Sucede lo obvio: accidente. O no tan accidente, porque hay un poco de ayuda por parte de cierto sindicato del crimen italiano muy bien organizado. Por su parte en la alegre Inglaterra, un presidiario abandona la cárcel, y recibe un paquete del muertito: un golpe maestro que podrá propinarse en Italia, el famoso "trabajo italiano" del que habla el título original en inglés. El asunto implica usar el sistema computacional de control de tráfico en Turín para atascar un vehículo blindado que transporta cuatro de los verdes grandotes, en barras de oro. El hombre, ni corto ni perezoso, empieza su trabajo. Vienen entonces los inevitables problemas: armar el equipo, conseguir el financiamiento, ¡eludir a la Mafia!
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
En los '60s se puso de moda el subgénero de los golpes maestros, estafas maestras, etcétera, con pequeños clásicos como "Once a la medianoche" o "Topkapi". Además, era la época de las primeras pelis de James Bond ("Goldfinger" también iba de un gran golpe), y de la serie televisiva "Misión Imposible". "Golpe a la italiana" es otro de esos filmes, que hoy en día, todo hay que decirlo, tienen un cierto encanto naif, lo que les han valido los inevitables remakes ("La gran estafa" para "Once a la medianoche" y "La estafa maestra" para el filme en comento). La película puede ser algo lenta para nuestros días, y haber perdido una buena cuota de espectacularidad, pero aún así sigue siendo una joyita.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Michael Caine. Las peripecias de la banda de ladrones se tornan a ratos bastante aburridas, pero ahí está este actorazo, en los tiempos en que Michael Caine era Michael Caine, y no se había perdido aún en subproductos infumables como "Tiburón IV: La venganza" (ahora se ha repuesto, por sus secundarios en "Miss Simpatía", "Batman inicia" y su secuela "El caballero de la noche" y otros). Tenía el toque y encanto británico, un sentido del humor a prueba de todo, y nadie como él hubiera dicho aquello de "se trataba sólo de volar la maldita puerta"...
-- Los minis. Y es que el operativo entero hubiera tenido la mitad de la gracia sin ver a esos pequeños insectos de la fauna automovilística correteando a lo loco a través de Turín, por encima... y por debajo. No adelantaré nada, pero digamos que, para quienes vieron el remake del 2003, que estos minis se comen con zapatos a los que manejaba Mark Wahlberg.
-- Benny Hill interpreta a un supergenio computacional que siente debilidad sexual por las gordas. Sí, lo leyeron bien, y para que se convenzan, lo escribiré de nuevo: Benny Hill interpreta a un supergenio computacional que siente debilidad sexual por las gordas. No me hagan escribirlo por tercera vez. Aparece poco, pero eso ya de por sí es surrealismo puro, ¿no? (si son demasiado jóvenes para saber quien fue Benny Hill, sorry for all of you)...
-- El final. Cuando empezó el rodaje de la película, nadie sabía exactamente cómo iba a terminar. Surrealista, pero cierto. Y más surrealista aún es el final que se inventaron, completamente impredecible, más o menos desconectado del resto de la trama, y que es el delirio justo para coronar todo esto (y no lo contaremos, para no arruinar nada).
IDEAL PARA: Ver una distendida película de ladrones, con toda la sofisticación y el surrealismo del cine popular de los '60s.
domingo, 3 de septiembre de 2006
"Viviendo con mi ex" (2006).
-- "The Break-Up" (título original en inglés), "Separados" (título en España). Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Peyton Reed.
-- Actuación: Vince Vaughn, Jennifer Aniston, Joey Lauren Adams, Cole Hauser, Jon Favreau, Jason Bateman, Judy Davis, Justin Long, Ivan Sergei, John Michael Higgins.
-- Guión: Jeremy Garelick y Jay Lavender, basados en una historia de ambos y de Vince Vaughn.
-- Banda Sonora: Jon Brion.
-- "Viviendo con mi ex" en IMDb.
-- "Viviendo con mi ex" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
En un partido de béisbol, un tipo que es un perfecto pelmazo para a una chica buena para tratar de arrancarle una cita. La cita en cuestión acaba en boda, a la vuelta de una cantidad indeterminada de tiempo, y pues bien, el pelmazo se revela como es, de cuerpo entero: un niñato metido en cuerpo de adulto, muy amigo de la cerveza con sus amigos, ver el canal de deportes, y matar marcianos con su PlayStation. Ella, por su parte, está cada vez más reventada porque se quiebra el lomo tratando de limpiar, fijar y dar esplendor a su casita, todo eso pasando por sobre la desidia del holgazanote de ya sabemos quién. El asunto revienta cuando la familia de ella llega a cenar con ellos, y el tipo se comporta de una manera sumamente desagradable (aunque con lo estiradotes que son los familiares de ella, eso es hasta comprensible, para qué vamos a decir una cosa por otra). ¡Y viene la ruptura! Ella decide acabarlo, y echa al tarambanas de la cama, a que duerma en el sofá-cama. ¿Ahí termina todo? ¡No! Un día que ella está inocentemente dibujando, él llega y la echa a su habitación, porque el salón es su dormitorio ahora. En respuesta, ella invita a sus amigos del coro masculino quierosalirdelclosetynomeatrevo. En respuesta, él trae una mesa de billar y la instala del modo más antiestético posible. Ella, por su parte, pone a Alanis Morissette a todo volumen. En medio de todo esto están los amigotes de ambos, unos chicos rudos de la taberna en el caso de él, y un mariconcete ufffi-ufffi-ufffi en el caso de ella, a cada cual dando consejos más imbéciles. De esa manera, la relación se viene abajo con fuerza cada vez mayor, como un bólido, y a pesar de que se quieren, las cosas podrían llegar a terminar mal, muy mal...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Es un lugar común decir que en los '90s, la comedia se volvió estúpida. A las viejas pelis de los '80s sobre estudiantes nerds buscando ver tetas, o sobre pilotos de avión y policías cachondeándose metatextualmente de sus respectivos géneros, en plan Leslie Nielsen, siguió lo que habitualmente se conoce como "comedia de baño", lo que llevó incluso en algún año a que en los Premios Razzie hubiera una categoría especial a la "Película Más Flatulenta Del Año". Por el otro lado, el de la comedia elegante, tuvimos la magistral "La boda de mi mejor amigo", y desde entonces una serie de sucedáneos, cortesía de Jennifer Lopez, que, pues bien, seamos honestos... WHO CARES? Parecía que el nicho estaba vacío, y que ya nada lo volvería a llenar. Hasta ahora. Porque "Viviendo con mi ex" es seguramente la mejor comedia romántica que se ha filmado en cerca de una década, o al menos, una de las mejores. ¿El secreto? Algo tan simple como lo siguiente: una comedia no tiene que ser estúpida por el solo hecho de que deba hacer reir. O sea: se puede hacer reir y tener algunos gags de lo más estúpido, sin que eso interfiera con una historia principal que va en serio. Algo que parece simple, que cualquier imbécil puede entender (¡por favor, si hasta yo estoy posteando el secreto a voces!)... pero que en Hollywood tienden a olvidar con demasiada facilidad.
¿POR QUÉ VERLA?
- El tema de fondo es serio, mortalmente serio. ¿Qué tiene esto que ver con una -comedia? Pues bien, el toque de comedia viene dado por los chistes y gags, los cuales nunca llegan a ocultar la macabra realidad que muestra este filme: en la guerra de los sexos por lo general no existen ni buenos ni malos, sino simplemente visiones distintas sobre cómo hacer las cosas. La relación de pareja se mueve cada vez más al borde del abismo simplemente porque ambos quieren cosas distintas, y no pueden, o no se atreven, a comunicar lo que verdaderamente quieren, o lo hacen de mala manera, y entonces surgen los problemas. Lo decía en su día "La guerra de los Roses", con 80's style, y lo dice ahora esta película, de manera harto más deportiva, como corresponde al 2000 y pasados.
-- Los chistes no son los más graciosos que haya visto en una película, y varios de ellos, para ser francos, apenas conseguían esbozar una sonrisa. Pero funcionan bien para amenizar el espectáculo. Impagable es la escena en la cual uno de los chicos intenta camelarse un par de chicas en un bar, diciéndole "¿sabes qué me gustaría hacer contigo? Pues bien...", y después le describe una bonita perversión sexual... sin saber primero como se llama o cuál es su número telefónico... O las apariciones del hermano déjenmesalir-noencuentrolapuertadelcloset de la protagonista.
-- Los protagonistas... ¿qué decir de ellos? Bien, creo que nadie ha afirmado alguna vez en serio que Jennifer Aniston es una actriz de primera línea, pero como de costumbre, cumple con entregar una actuación decente. Lo mismo va para Vince Vaughn, que compone un personaje adorable a pesar de sus defectos, o quizás por ellos mismos. Los secundarios, más allá de ciertos tópicos (machote de bar, jefaza dura/sensible, amiguete maricón, etcétera), funcionan muy bien. En particular roban cámara John Michael Higgins como el hermano cantocomounaprimadonna de la prota, y la venerable Judy Davis como jefaza de la galería de arte en donde trabaja ella (su curriculazo incluye "Pasaje a la India", "Improptu", "Barton Fink", "El almuerzo desnudo", "Poder absoluto" y "Los enredos de Harry", entre otras).
IDEAL PARA: Ver ¿una comedia, un drama? en su punto sobre el aspecto negro del amor: cuando éste se termina.