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domingo, 17 de septiembre de 2006

"La dama en el agua" (2006).


-- "Lady in the Water" (título original en inglés), "La joven del agua" (título en España). Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: M. Night Shyamalan.
-- Actuación: Paul Giamatti, Bryce Dallas Howard, Jeffrey Wright, Bob Balaban, Sarita Choudhury, Cindy Cheung, M. Night Shyamalan himself, Freddy Rodríguez.
-- Guión: M. Night Shyamalan.
-- Banda Sonora: James Newton Howard.

-- "La dama en el agua" en IMDb.
-- "La dama en el agua" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Antiguamente, los seres humanos estaban en contacto con las criaturas del mar. Pero luego empezaron a inventar cosas, como las aldeas, las ciudades, las armas y los teléfonos celulares, y el contacto con la naturaleza y el mundo acuático se fue perdiendo definitivamente (para suerte de los acuáticos, podríamos decir). Pero eso está por cambiar. Es el presente. Un edificio de departamentos con una bonita piscina, es cuidado por un fulano acabado por la vida, que para colmo es tartamudo. Los inquilinos son tipos de lo más normales, lo que quiere decir en resumidas cuentas que son una fauna de personajes medio extraños por un lado, pero sin caer en el frikismo delirante de Alex de la Iglesia o Melrose Place. Las cosas comienzan a cambiar lentamente, cuando de pronto aparece una doncella desnuda. La chica revela de sí misma que es una narf. ¿Y qué diablos es una narf? ¿Una criatura nacida de un "¡narf!" de Pinky, el amigo de Cerebro? La respuesta está en manos de una anciana oriental, a quien le contaban la historia desde niña pequeña. Las narf son criaturas acuáticas con extraños poderes mentales, y también extrañas limitaciones, que se han dado cuenta de un suceso próximo. Pronto vendrá una revolución, un gran cambio cósmico en el corazón de los seres humanos, y saltarán a un nuevo nivel de desarrollo espiritual, y la narf ha llegado para advertirnos, y para guiar al responsable, un escritorzuelo de media suela que ha escrito un libro con amargas verdades, que sin embargo sembrará la semilla del cambio, cuando lo lea en un futuro cercano un líder humano todavía no nacido. O sea, el tipo es el esenio del siglo XXI (¿y la narf es la shekinah, o algo así?). El problema es que la narf debe apañárselas para hacer todo esto antes de que un águila la rescate... o de sucumbir ante las garras de un voraz lobo comando que se camufla en el pasto, al mejor estilo Rambo. Sólo la unión de los vecinos del edificio, cada uno asumiendo sus respectivos roles, conseguirán introducir la revolución. ¡Porque hay que ver cómo se hacen jaleo para ponerse de acuerdo sobre qué debe hacer cada quién...!

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Night Shyamalan, con sus virtudes y defectos (incluyendo ese apellido horripilantemente difícil de escribir, así es que por una vez en la vida, compadézcanme), es uno de los cineastas más interesantes que ha parido Hollywood en los últimos años. Sus filmes pueden pecar de efectistas y hollywoodenses, pero tiene el valor de ser uno de los pocos cineastas del minuto que se atreven a internarse en las procelosas aguas de la metafísica y el cuestionamiento del rol humano frente al universo, a su destino, etcétera, en vez de ganar dinero fácil poniendo a Jessica Alba en bikini a hacer películas de rescate de tesoros en playas tropicales. Ahí están "Sexto sentido", "El protegido", "Señales" y "La aldea" para atestiguarlo. Su cine ha ido cuajando como anillo al dedo en los tiempos de religiosidad exacerbada en que vivimos, y sus propuestas han reinventado el género para Hollywood. Y además, en vez de envanecerse con sus éxitos, sus filmes han ido madurando y haciéndose más sólidos cada vez. "La dama en el agua" es una muestra de este buenhacer del señor... de... bueh, ya saben de quien hablo, no me hagan escribir su apellido por enésima vez, BE MERCIFUL, PLEASE!!!

¿POR QUÉ VERLA?

-- Night Shyamalan se aparta definitivamente del feo vicio de hacer películas con finales sorprendentes o tramposos. Una vez la llevaba ("Sexto sentido"), dos veces pasaba ("El protegido"), pero la fórmula se agota, y Shyamalan por fin lo ha entendido. En "La dama en el agua" se preocupa más de la historia que del final, y eso se nota. Así es que ya saben: no esperen final sorpresa, porque la película es lineal de principio a fin.

-- Rescata de manera estupenda todo el ambiente y las circunstancias de los viejos cuentos de hadas, aquellos que nuestros primitivos ancestros contaban alrededor del fogón del hogar durante la Edad Media. Y para que nos entendamos: cuando queremos decir "cuento de hadas" (fairy tales) no nos referimos a una de la factoría Disney (de hecho, para hacer este filme según sus propios conceptos, Shyamalan rompió el trato que tenía con Disney, que produjo sus cuatro pelis anteriores), sino a esas historias cargadas de ominosidad y respeto reverencial por las fuerzas de la naturaleza, por lo numinoso que ronda allá afuera. En ese sentido, es inútil buscarle lógica a la película: no la tiene. O mejor dicho, la lógica que la preside de principio a fin, es aquella propia del enfrentamiento entre fuerzas de la naturaleza, que son personificadas por entes vivos ficticios, y que representan fuerzas subconscientes del ser humano, tales como el afán de encontrar el lugar propio en el mundo, el terror a lo desconocido, la esperanza del cambio, etcétera, y por lo tanto, la lógica racional aristotélica del "A es A y No-A es No-A", carece de sentido. Esta película es paganismo puro, tiene un gran regusto a Sturmgotten, y tiene una poderosa relación con la épica sajona pagana primitiva (¡con razón Disney no la quiso producir!).

-- Paul Giamatti, en el rol del conserje tartamudo a quien la vida entrega la oportunidad de trascender de sí mismo (o sea, la vieja historia del campesino rescatando a la princesa), está inmenso como la vida. Las escenas más morosas de la película están generalmente a su cargo, y ¿qué creen?, con su físico esmirriado y su caracterización un tanto patosa, consigue llenar la pantalla con una dignidad increíble. En cuanto al resto del elenco, podemos prescindir de él: Giamatti se los come con corbata y zapatos sin asco alguno. La interpretación de Bryce Dallas Howard como la ninfa está un tanto desvaída, pero es que tampoco se le podía exigir tanto a un rol que básicamente era de adorno (¿para qué otra cosa están las princesas en peligro, en los cuentos de hadas clásicos? Y no me vengan con la horrible cenicienta que interpretó Drew Barrymore en... ¿cómo se llamaba ese asco de película...?).

-- Un tanto de megalomanía garantizada: el motivo del viaje es poner en conocimiento del escritor, que su obra va a ser un éxito (y de paso, se va a morir sin ver los resultados, toma eso). ¿Y quién interpreta a este atormentado escritor, inseguro de su obra, condenado a morir antes de ver sus frutos, nuevo Juan Bautista que no verá al Jesús crucificado redimir a la Humanidad...? ¡Shyamalan mismo! Vale que el hombre haya hecho costumbre de sus apariciones esporádicas como actor en sus propios filmes, pero no deja de ser un rasgo de megalomanía... y no sé si debería calificarlo de genial. Pero merece mención, aunque sea por la brutal franqueza en decir "yo soy lo mejor que les ha pasado, oh, pobres míseros espectadores, y aún así no me escuchan". Falta de modestia, sí, pero mejor que falsa modestia, si me preguntan.

-- Los efectos especiales están a tono con la película. O sea, los FXs no se roban cámara en ningún minuto, y al cabo de un rato, uno se olvida perfectamente de éstos. Es, dicho de otro modo, una película en donde la parte visual está al servicio del argumento, como corresponde, y no al revés (los chicos de "Rápido y furioso" y "XXX" podrían aprender algo al respecto).

IDEAL PARA: Ver un cuento de hadas con su correspondiente carga terrorífica, a la usanza decimonónica (quizás anterior), con ambientación moderna.

2 comentarios:

  1. Excelente película y excelente reseña. También recojo tu opinión acerca de la visión que tiene de si mismo Shyamalan y como esto podría haber influido en la relación que tiene la crítica estadounidense con el director.

    No sé si él es un incomprendido o adelantado a su tiempo, pero en mi opinión, la crítica se ha cebado con él de una manera injusta. Sus películas son miradas alternativas a temas atemporales con una perspectiva, si bien no única, si particular.

    Quizás también Shyamalan se convirtió en víctima de su propio éxito y su tríptico 'Sixth Sense - Unbreakable - Signs', exacerbó las expectativas de su potencial y talento, así como la recepción que debería sus películas posteriores.

    No es posible que de aparecer en la portada de la revista Time como el sucesor de Spielberg, pase a ser considerado un director risible e incapaz. Además la tradición del 'final twist' no podía extenderse en su obra posterior, no solamente porque lo había hecho repetidamente, sino porque todo Hollywood adaptó ese modelo y lo desgastó hasta parodiarlo.

    Supongo que la crítica tampoco se tomó bien que uno de los 'villanos' de la función fuera precisamente un crítico de cine, quien claramente con su visión cínica de los acontecimientos, es un reflejo de la intención catárquica del director, debido a la incomprensión que él percibe por parte de la crítica de su país.

    Por otra parte he notado que en países como España su cine es más respetado e incluso admirado, quizás porque aprecian mejor su sensibilidad e intenciones.

    Un saludo General!

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  2. Shyalaman es un caso tremendamente problemático dentro del cine del temprano XXI, por una serie de razones. En primer lugar, el hombre es uno de los pocos cineastas actuales que tiene ideas sobre qué rodar y cómo, y se las juega por ellas (con independencia de si gustan o no, o si le resultan al ciento por ciento o no, pero eso es harina de otro costal), y esa integridad artística es un arma de doble filo, ya que por un lado le ha dado a su cine una entidad única que sobrevivirá cuando muchas pelis contemporáneas muy alabadas estén reposando en el olvido. Pero por el otro lado, el hombre ES y SE SABE superior al promedio, y eso como que le disgusta a la panda de mediocres que endiosan a los grandes porque hay que estar bien con los dioses, pero que están afilando los cuchillos mientras esperan verlo caer para... bueno, ya se sabe. No ayuda tampoco que Shyalaman quiera evolucionar y crecer como cineasta, pero no parezca tener del todo claro el cómo ni hacia dónde (pero creo que con su talento, tiene una oportunidad razonable de reencontrar su rumbo y salir del bache creativo en donde parece haberse metido).

    Por el otro lado está la maquinaria productora de Hollywood y el público que están ávidos de encasillar a los cineastas y ponerles etiquetas, y no están dispuestos a permitirles cambiar o evolucionar porque eso implica RIESGO, y cuando se tienen producciones de 100-250 millones en taquilla, lo que menos se quiere es riesgo, tanto por los productores que invierten como por el público que pagará el cada vez más sobrepreciado ticket del cine. "Una de Shyalaman" para los productores significa una de suspenso con final sorpresa, y para el público lo mismo, y si el hombre rueda cualquier otra cosa van a gritar RUINED FOREVER!!! no porque sea bueno o malo (que puede ser, por lo demás), sino simplemente por lo que en el idioma de "Los Simpsons" es el famoso "haz lo tuyo, Bart"...

    En definitiva, lo de Shyalaman hundiéndose cada vez más es la tragedia de cualquier cineasta que hoy por hoy está por sobre la media, tiene conceptos nuevos e interesantes, y se enfrenta con la enorme pared de un cine hoy por hoy demasiado codificado, por no decir plastificado, como para permitirse vuelos o miradas personales, e incluso con un mínimo de ideas. Porque cuando pelis entretenidas pero entretenidas como "The Avengers" son saludadas como OH-MY-GOD-BEST-OF-THE-BEST, es que algo anda muy mal en Hollywood. Digo yo...

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