-- "The Cat's Meow". Inglaterra / Alemania / Canadá. Año 2001.
-- Dirección: Peter Bogdanovich.
-- Actuación: Kirsten Dunst, Edward Herrmann, Eddie Izzard, Cary Elwes, Joanna Lumley, Jennifer Tilly, Claudia Harrison, Victor Slezak, James Laurenson, Ronan Vibert, Chiara Schoras, Claudie Blakley, Ingrid Lacey, John C. Vennema, Steven Peros.
-- Guión: Steven Peros, basado en su propia obra teatral.
-- Banda Sonora: Ian Whitcomb.
-- "El maullido del gato" en IMDb.
-- "El maullido del gato" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Hollywood puede ser un lugar tan elegante, tan chic, tan... sucio. Tan mortal. ¿Quién es la persona dentro del ataúd? Sólo hay rumores, todos cuentan la historia a su modo... Podemos quedarnos con la versión de Elinor Glyn, por ejemplo. Una versión que principia a bordo del yate de William Randolph Hearst, el chupimillonario de los medios de comunicación. Un yate al que llega Thomas H. Ince, un tipo tan sobrado como semifracasado en el negocio de Hollywood, al que van a celebrar el cumpleaños... lo que en realidad es más bien un pretexto para la fiestoca (léase sexo, drogas...). Está presente Marion Davies, la amante de WRH, a quien WRH ama con todo su corazón (entonces podría divorciarse de su esposa y casarse con ella, ¿no? Say it with me: dick-dick-dick-dick-dick...). Y también Charles Chaplin, que ha dejado preñada a una de sus actrices, y aún así tiene la cara y tupé para hacer la rutina del vagabundo frente a la Davies para ver si puede encamarse con ella... Y también una retahila de otros invitados, incluyendo a la clásica y descocada bailarina de charleston que, promediando la peli y ya en plena orgía, se bajará el vestido y nos mostrará sus Josephine Baker. Poco a poco, Chaplin empieza a acosar el cerco en torno a Marion (¡eso no se hace, birlarle la chica al anfitrión del yate...! Aunque sea porque puede tirarte por la borda y aquí nadie ha sido...), de una manera tan poco inteligente que todos empiezan a darse cuenta de lo que pasa, salvo como de costumbre el señor Cornelius (por supuesto, que también le pone cuernos a su señora...)... Y Thomas Ince, que no por nada es una sanguijuela despreciable, está ávido de usar esa información para hacerse amiguete de WRH y así conseguir financiamiento para sus pelis. La tragedia está servida, por supuesto, y ya sabemos que uno de ellos saldrá con las patitas por delante, con su terno de madera bien puesto.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Peter Bogdanovich sufrió el destino común a tantos y tan señalados pioneros en el mundo del cine y del arte. En los '70s era parte de la tunda de imberbes que, empepados hasta el querétano de Cahiers du Cinéma, se dedicaron a decir "Nuevo Cine o muerte", y con sus coleguetes Friedkin, De Palma, Scorsese, Ford Coppola, etcétera, se las dieron de renovadores. Mirada hacia atrás, esta voluntad de back to the basics es casi risible porque les pasó los que a tantos revolucionarios, que estaban seguros de estar CONTRA algo, pero no estar A FAVOR de algo, y por lo tanto, de pronto despertaron y se encontraron que ELLOS eran la voz del cine oficial, y así es como su cine entró en una profunda espiral de decadencia. Que la noticia más importante para él desde 1975 en adelante no sea ninguna peli suya, sino el haberse afilado a Dorothy Stratten (la conejita Playboy que, a resultas de esto, fue asesinada a escopetazos por su noviecito celoso), y después haberse casado con la hermana menor de la Playmate, algo dice. En medio de sus ires y venires crepusculares, Bogdanovich decidió rodar esta peli, más o menos inspirada en eventos reales (en la historia real, el incidente en que se basa nunca fue bien aclarado, probablemente porque money talks...). Supongo que podemos decir que se dio el gusto, porque en realidad nadie la vio. Comprensiblemente, por lo demás. ¿A quién carajos le importa una peli sobre un productor olvidado del cine mudo, con una tropa de actores de segunda división, y que no tiene ni sexo ni escándalo? ¿Quién vería algo así...? Pues bien... General Gato la vio, y está listo para entregar su reporte.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Partamos por el principal escollo de esta peli, para que después no la vean diciendo "el General Gato la recomendó" y se queden desconcertados y ensartados con su seguro servidor quien esto maulla y escribe. El guión es, no diré débil (no lo es), pero más que un poco pueril. A lo largo de la peli se va construyendo tensión dramática, un poco a lo Agatha Christie, mostrando a varios personajes, uno de los cuales sabemos va a terminar fertilizando narcisos, pero en el momento de la verdad todo se resuelve de una manera tan increíblemente forzada que, es que ni un culebrón venezolano, oiga... Pero si exceptuamos eso, la peli está dirigida con dignidad y solvencia. Hay hallazgos notables, como la escena inicial en la que vemos el féretro sin saber quién va adentro, y después la escena cambia a retrospectiva, sobreponiéndose por un instante la imagen del dichoso ataúd con la del yate en que ocurrirá la tragedia. Pero esto no quiere decir que la peli sea malabarismo o birbiloque, sino que estos destellos de pirotecnia narrativa están bien mesuraditos, de manera que la peli fluye naturalmente. La presentación de personajes funciona bien, considerando que son varios de ellos, cada uno con bien poquitas líneas, pero aún así podemos seguirles la pista a todos y saber quiénes son sin extraviarnos por falta de carta de navegación. Y el final, que le quita harto aire a los neumáticos, aún así tiene un dejo melancólico, un "miren lo que hemos visto, y lo que el mundo nunca sabrá"... Sí, la historia tendrá debilidades y algún que otro agujero monumental, pero por lo menos está bien contada, y eso siempre se agradece.
-- Los protagonistas están notablemente bien. Kirnsten Dunst, superada su etapa de niñita chupasangre en "Entrevista con el vampiro", y oscilando entre el culturetismo de "Vírgenes suicidas" y el popcornerismo de "Triunfos robados" un año antes de su gran irrupción como Mary Jane Watson en "Spiderman", trata de alejarse de sus clásicos tics actorales para darle vida a Marion Davies, y a veces incluso lo consigue. Edward Herrmann es un buen William Randolph Hearst, amable y fiestero según lo seguro que está de poder ponerle el pie encima a todo el resto del mundo a golpe de chequera, pero tan indefenso como un niño cuando le arrebatan aquello que verdaderamente quiere (la chica, en este caso). Eddie Izzard, por su parte, interpreta a Charles Chaplin de una manera un tanto desafortunada, aunque concedámosle que tenía la vara alta, una porque... It's Chaplin, man...!!! Y dos, porque estaba a nueve años de distancia en el futuro de la que por décadas será la interpretación canónica de Chaplin por excelencia, que es la de Robert Downey Jr. para el biopic "Chaplin". Pero de que se esfuerza, se esfuerza. El sanguijuelesco Thomas Ince es interpretado por su solvencia habitual por el gran Cary Elwes, que como hemos dicho es el gran actor al que nunca le llegó su gran rol, y que en ese tiempo tenía que llevar legumbres a la mesa trabajando en la ya por entonces agotada franquicia televisiva de "Expedientes secretos X" (algunos años después, los amigos del cine de terror lo conocerán por "El juego del miedo"). Jennifer Tilly por su parte se luce como la pizpireta y métomentodo Louella Parsons, interpretándola de manera un tanto caricaturesca, pero reforzando con ello el aire de farsa general que tiene todo el tinglado.
-- ¿Qué queda al final de esta peli? Sin lugar a dudas, el sentimiento predominante es la melancolía. La moraleja nunca se explicita en la peli, pero a través de la recreación del mundo del cine clásico, puro oropel por delante y pútrido entre bastidores, es claro que Bogdanovich le ajusta cuentas al Hollywood de toda la vida, al que te atrapa y devora y después escupe tus huesos secos. No creo sea casualidad que uno de los grandes villanos sea William Randolph Hearst, que fue tan sangrantemente caricaturizado en "Ciudadano Kane" (según Bogdanovich, la anécdota de la peli fue sugerida por Orson Welles, lo que nos sitúa a lo menos quince años antes de su realización, y el propio Bogdanovich ha sido saludado como un director "wellesiano" de estilo y temática...), y que es uno de los prototipos más sólidos de sociópata con poder dentro de la cultura fílmica estadounidense (o por lo menos lo era hasta antes del Gordon Gekko de "Wall Street" y de Bill Gates). Y en un sentido más genérico, un poco a la "Gosford Park" (que es del mismo año, por lo demás), la peli utiliza los códigos del cine agathachristiano para subvertirlos y deconstruirlos, y mostrarnos que no necesariamente hay detectives heroicos cada vez que hay un crimen, que el bien no necesariamente vence sobre el mal, que el universo no tiene por qué ser un constructo racional (o si lo es, Dios puso los planos en el anaquel de al lado, y nosotros sin enterarnos), y que después de la tragedia nuestras vidas llenas de brillo, pero al final finitas y vacías, prosiguen como si nada hubiera pasado y como si los bárbaros no estuvieran gentilmente pidiendo el paso allá en la puerta. ¿Deprimente, dicen ustedes? Bueno, a mí no me miren, yo sólo soy el mensajero...
IDEAL PARA: Ver una peli con fortalezas y debilidades, sobre el oscuro submundo detrás del fasto de la vida.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
-- Dirección: Peter Bogdanovich.
-- Actuación: Kirsten Dunst, Edward Herrmann, Eddie Izzard, Cary Elwes, Joanna Lumley, Jennifer Tilly, Claudia Harrison, Victor Slezak, James Laurenson, Ronan Vibert, Chiara Schoras, Claudie Blakley, Ingrid Lacey, John C. Vennema, Steven Peros.
-- Guión: Steven Peros, basado en su propia obra teatral.
-- Banda Sonora: Ian Whitcomb.
-- "El maullido del gato" en IMDb.
-- "El maullido del gato" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Hollywood puede ser un lugar tan elegante, tan chic, tan... sucio. Tan mortal. ¿Quién es la persona dentro del ataúd? Sólo hay rumores, todos cuentan la historia a su modo... Podemos quedarnos con la versión de Elinor Glyn, por ejemplo. Una versión que principia a bordo del yate de William Randolph Hearst, el chupimillonario de los medios de comunicación. Un yate al que llega Thomas H. Ince, un tipo tan sobrado como semifracasado en el negocio de Hollywood, al que van a celebrar el cumpleaños... lo que en realidad es más bien un pretexto para la fiestoca (léase sexo, drogas...). Está presente Marion Davies, la amante de WRH, a quien WRH ama con todo su corazón (entonces podría divorciarse de su esposa y casarse con ella, ¿no? Say it with me: dick-dick-dick-dick-dick...). Y también Charles Chaplin, que ha dejado preñada a una de sus actrices, y aún así tiene la cara y tupé para hacer la rutina del vagabundo frente a la Davies para ver si puede encamarse con ella... Y también una retahila de otros invitados, incluyendo a la clásica y descocada bailarina de charleston que, promediando la peli y ya en plena orgía, se bajará el vestido y nos mostrará sus Josephine Baker. Poco a poco, Chaplin empieza a acosar el cerco en torno a Marion (¡eso no se hace, birlarle la chica al anfitrión del yate...! Aunque sea porque puede tirarte por la borda y aquí nadie ha sido...), de una manera tan poco inteligente que todos empiezan a darse cuenta de lo que pasa, salvo como de costumbre el señor Cornelius (por supuesto, que también le pone cuernos a su señora...)... Y Thomas Ince, que no por nada es una sanguijuela despreciable, está ávido de usar esa información para hacerse amiguete de WRH y así conseguir financiamiento para sus pelis. La tragedia está servida, por supuesto, y ya sabemos que uno de ellos saldrá con las patitas por delante, con su terno de madera bien puesto.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Peter Bogdanovich sufrió el destino común a tantos y tan señalados pioneros en el mundo del cine y del arte. En los '70s era parte de la tunda de imberbes que, empepados hasta el querétano de Cahiers du Cinéma, se dedicaron a decir "Nuevo Cine o muerte", y con sus coleguetes Friedkin, De Palma, Scorsese, Ford Coppola, etcétera, se las dieron de renovadores. Mirada hacia atrás, esta voluntad de back to the basics es casi risible porque les pasó los que a tantos revolucionarios, que estaban seguros de estar CONTRA algo, pero no estar A FAVOR de algo, y por lo tanto, de pronto despertaron y se encontraron que ELLOS eran la voz del cine oficial, y así es como su cine entró en una profunda espiral de decadencia. Que la noticia más importante para él desde 1975 en adelante no sea ninguna peli suya, sino el haberse afilado a Dorothy Stratten (la conejita Playboy que, a resultas de esto, fue asesinada a escopetazos por su noviecito celoso), y después haberse casado con la hermana menor de la Playmate, algo dice. En medio de sus ires y venires crepusculares, Bogdanovich decidió rodar esta peli, más o menos inspirada en eventos reales (en la historia real, el incidente en que se basa nunca fue bien aclarado, probablemente porque money talks...). Supongo que podemos decir que se dio el gusto, porque en realidad nadie la vio. Comprensiblemente, por lo demás. ¿A quién carajos le importa una peli sobre un productor olvidado del cine mudo, con una tropa de actores de segunda división, y que no tiene ni sexo ni escándalo? ¿Quién vería algo así...? Pues bien... General Gato la vio, y está listo para entregar su reporte.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Partamos por el principal escollo de esta peli, para que después no la vean diciendo "el General Gato la recomendó" y se queden desconcertados y ensartados con su seguro servidor quien esto maulla y escribe. El guión es, no diré débil (no lo es), pero más que un poco pueril. A lo largo de la peli se va construyendo tensión dramática, un poco a lo Agatha Christie, mostrando a varios personajes, uno de los cuales sabemos va a terminar fertilizando narcisos, pero en el momento de la verdad todo se resuelve de una manera tan increíblemente forzada que, es que ni un culebrón venezolano, oiga... Pero si exceptuamos eso, la peli está dirigida con dignidad y solvencia. Hay hallazgos notables, como la escena inicial en la que vemos el féretro sin saber quién va adentro, y después la escena cambia a retrospectiva, sobreponiéndose por un instante la imagen del dichoso ataúd con la del yate en que ocurrirá la tragedia. Pero esto no quiere decir que la peli sea malabarismo o birbiloque, sino que estos destellos de pirotecnia narrativa están bien mesuraditos, de manera que la peli fluye naturalmente. La presentación de personajes funciona bien, considerando que son varios de ellos, cada uno con bien poquitas líneas, pero aún así podemos seguirles la pista a todos y saber quiénes son sin extraviarnos por falta de carta de navegación. Y el final, que le quita harto aire a los neumáticos, aún así tiene un dejo melancólico, un "miren lo que hemos visto, y lo que el mundo nunca sabrá"... Sí, la historia tendrá debilidades y algún que otro agujero monumental, pero por lo menos está bien contada, y eso siempre se agradece.
-- Los protagonistas están notablemente bien. Kirnsten Dunst, superada su etapa de niñita chupasangre en "Entrevista con el vampiro", y oscilando entre el culturetismo de "Vírgenes suicidas" y el popcornerismo de "Triunfos robados" un año antes de su gran irrupción como Mary Jane Watson en "Spiderman", trata de alejarse de sus clásicos tics actorales para darle vida a Marion Davies, y a veces incluso lo consigue. Edward Herrmann es un buen William Randolph Hearst, amable y fiestero según lo seguro que está de poder ponerle el pie encima a todo el resto del mundo a golpe de chequera, pero tan indefenso como un niño cuando le arrebatan aquello que verdaderamente quiere (la chica, en este caso). Eddie Izzard, por su parte, interpreta a Charles Chaplin de una manera un tanto desafortunada, aunque concedámosle que tenía la vara alta, una porque... It's Chaplin, man...!!! Y dos, porque estaba a nueve años de distancia en el futuro de la que por décadas será la interpretación canónica de Chaplin por excelencia, que es la de Robert Downey Jr. para el biopic "Chaplin". Pero de que se esfuerza, se esfuerza. El sanguijuelesco Thomas Ince es interpretado por su solvencia habitual por el gran Cary Elwes, que como hemos dicho es el gran actor al que nunca le llegó su gran rol, y que en ese tiempo tenía que llevar legumbres a la mesa trabajando en la ya por entonces agotada franquicia televisiva de "Expedientes secretos X" (algunos años después, los amigos del cine de terror lo conocerán por "El juego del miedo"). Jennifer Tilly por su parte se luce como la pizpireta y métomentodo Louella Parsons, interpretándola de manera un tanto caricaturesca, pero reforzando con ello el aire de farsa general que tiene todo el tinglado.
-- ¿Qué queda al final de esta peli? Sin lugar a dudas, el sentimiento predominante es la melancolía. La moraleja nunca se explicita en la peli, pero a través de la recreación del mundo del cine clásico, puro oropel por delante y pútrido entre bastidores, es claro que Bogdanovich le ajusta cuentas al Hollywood de toda la vida, al que te atrapa y devora y después escupe tus huesos secos. No creo sea casualidad que uno de los grandes villanos sea William Randolph Hearst, que fue tan sangrantemente caricaturizado en "Ciudadano Kane" (según Bogdanovich, la anécdota de la peli fue sugerida por Orson Welles, lo que nos sitúa a lo menos quince años antes de su realización, y el propio Bogdanovich ha sido saludado como un director "wellesiano" de estilo y temática...), y que es uno de los prototipos más sólidos de sociópata con poder dentro de la cultura fílmica estadounidense (o por lo menos lo era hasta antes del Gordon Gekko de "Wall Street" y de Bill Gates). Y en un sentido más genérico, un poco a la "Gosford Park" (que es del mismo año, por lo demás), la peli utiliza los códigos del cine agathachristiano para subvertirlos y deconstruirlos, y mostrarnos que no necesariamente hay detectives heroicos cada vez que hay un crimen, que el bien no necesariamente vence sobre el mal, que el universo no tiene por qué ser un constructo racional (o si lo es, Dios puso los planos en el anaquel de al lado, y nosotros sin enterarnos), y que después de la tragedia nuestras vidas llenas de brillo, pero al final finitas y vacías, prosiguen como si nada hubiera pasado y como si los bárbaros no estuvieran gentilmente pidiendo el paso allá en la puerta. ¿Deprimente, dicen ustedes? Bueno, a mí no me miren, yo sólo soy el mensajero...
IDEAL PARA: Ver una peli con fortalezas y debilidades, sobre el oscuro submundo detrás del fasto de la vida.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
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