"Nicotina". Dirigida por Hugo Rodríguez. Protagonizada por Diego Luna, Lucas Crespi, Norman Sotolongo, Jesús Ochoa, Martha Tenorio, Rafael Inclán, Rosa María Bianchi, José María Yazpik, Marta Belaustegui, Eugenio Montessoro, Carmen Madrid, Daniel Giménez Cacho, Alexis Sánchez. México / Argentina / España. Año 2003.
¿De qué se trata?
Un chico listo de las computadoras está descargando (hackeo mediante, por supuesto) información de una cuenta corriente suiza. Venderá esa información, a través de un dealer, a un par de mafiosos rusos. Pero el chico listo se pasa de listo, y mete un sistemilla de espionaje en la casa de su sexy vecina (en realidad no tan sexy, pero se deja ver). Y sigue pasándose de listo porque cuando la vecinilla está a punto de hacerse pulpa con su lover, le hace una jugada por la cual ella descubre el espionaje. A su vez, ella lo engaña e ingresa al departamento, dejando la de Dios es Cristo y mezclando los discos. El chico listo consigue una copia del disco y sale con ella, y es llevado donde los mafiosos rusos, y ¡qué creen! El disco que le pasan a los mafiosos rusos, está lleno de imágenes y archivos de la vecinita, y de las cuentas suizas, nada. Y ahí comienza la odisea de los personajes: de los mafiosos rusos por sobrevivir y salirse con la suya, de los mafiosos mexicas por sobrevivir y salirse con la suya, de una dependienta de una farmacia por salir adelante y sobrevivir emocionalmente, de una peluquera mala como el natre que trata de salir adelante y sobrevivir económicamente, y así sucesivamente. Y en medio de todo eso algunos personajes fuman, y de ahí que esta cosa se llame "Nicotina" y no "días de juerga que pasan por andar espiando a tu vecinita".
El espíritu de los tiempos.
En los '90s, el cine latinoamericano experimentó una fuerte mutación. El viejo cine '60s, deudor del Neorrealismo italiano, de la nouvelle vague francesa o el free cinema inglés, fue dando paso a otro tipo de cine, deudor de las convenciones propias del cine indie yanketa. De esta manera, muchos cineastas abandonaron el cinema novo o el realismo a la chilena para pasar a tratar de asimilarse a Guy Ritchie, Quentin Tarantino, etcétera. Esto tiene que ver, por supuesto, con la globalización, los multimedia, MTV y todas esas cosas que llegaron en los '80s, y que en la década siguiente empezaron a surtir efectos. Los resultados suelen ser irregulares, por supuesto, como ocurre cuando la copia es en realidad imitación servil, pero el ver cine pseudoindie a la latina siempre presenta algún interés, aunque sea por el manejo de las locaciones. Y es que se diga lo que se diga, una ciudad latina sigue conservando una atmósfera propia, en medio de tanta globalización, que ninguna ciudad yanketa puede reproducir.
¿Por qué verla?
- Es llevadera. Salvando los primeros veinte minutos de película, en donde se hace la presentación de los varios personajes que se entrecruzarán, y en los cuales el espectador puede buenamente preguntarse qué rayos está pasando, el resto se deja ver. No llega a ser desopilante ni bizarra, pero algo logra.
- El trabajo estético, mostrando calles y locaciones de Ciudad de México con abundancia de luces de neón y colores propios de historieta, le otorgan una atmósfera especial, casi irreal, que viene bien con el asunto del hacker.
IDEAL PARA: Amantes de las frikadas latinas y dizqueintelectuales seguidores de Tarantino.
¿De qué se trata?
Un chico listo de las computadoras está descargando (hackeo mediante, por supuesto) información de una cuenta corriente suiza. Venderá esa información, a través de un dealer, a un par de mafiosos rusos. Pero el chico listo se pasa de listo, y mete un sistemilla de espionaje en la casa de su sexy vecina (en realidad no tan sexy, pero se deja ver). Y sigue pasándose de listo porque cuando la vecinilla está a punto de hacerse pulpa con su lover, le hace una jugada por la cual ella descubre el espionaje. A su vez, ella lo engaña e ingresa al departamento, dejando la de Dios es Cristo y mezclando los discos. El chico listo consigue una copia del disco y sale con ella, y es llevado donde los mafiosos rusos, y ¡qué creen! El disco que le pasan a los mafiosos rusos, está lleno de imágenes y archivos de la vecinita, y de las cuentas suizas, nada. Y ahí comienza la odisea de los personajes: de los mafiosos rusos por sobrevivir y salirse con la suya, de los mafiosos mexicas por sobrevivir y salirse con la suya, de una dependienta de una farmacia por salir adelante y sobrevivir emocionalmente, de una peluquera mala como el natre que trata de salir adelante y sobrevivir económicamente, y así sucesivamente. Y en medio de todo eso algunos personajes fuman, y de ahí que esta cosa se llame "Nicotina" y no "días de juerga que pasan por andar espiando a tu vecinita".
El espíritu de los tiempos.
En los '90s, el cine latinoamericano experimentó una fuerte mutación. El viejo cine '60s, deudor del Neorrealismo italiano, de la nouvelle vague francesa o el free cinema inglés, fue dando paso a otro tipo de cine, deudor de las convenciones propias del cine indie yanketa. De esta manera, muchos cineastas abandonaron el cinema novo o el realismo a la chilena para pasar a tratar de asimilarse a Guy Ritchie, Quentin Tarantino, etcétera. Esto tiene que ver, por supuesto, con la globalización, los multimedia, MTV y todas esas cosas que llegaron en los '80s, y que en la década siguiente empezaron a surtir efectos. Los resultados suelen ser irregulares, por supuesto, como ocurre cuando la copia es en realidad imitación servil, pero el ver cine pseudoindie a la latina siempre presenta algún interés, aunque sea por el manejo de las locaciones. Y es que se diga lo que se diga, una ciudad latina sigue conservando una atmósfera propia, en medio de tanta globalización, que ninguna ciudad yanketa puede reproducir.
¿Por qué verla?
- Es llevadera. Salvando los primeros veinte minutos de película, en donde se hace la presentación de los varios personajes que se entrecruzarán, y en los cuales el espectador puede buenamente preguntarse qué rayos está pasando, el resto se deja ver. No llega a ser desopilante ni bizarra, pero algo logra.
- El trabajo estético, mostrando calles y locaciones de Ciudad de México con abundancia de luces de neón y colores propios de historieta, le otorgan una atmósfera especial, casi irreal, que viene bien con el asunto del hacker.
IDEAL PARA: Amantes de las frikadas latinas y dizqueintelectuales seguidores de Tarantino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario