"Broken Flowers". Dirigida por Jim Jarmusch. Protagonizada por Bill Murray, Julie Delpy, Jeffrey Wright, Sharon Stone, Alexis Dziena, Frances Conroy, Christopher McDonald, Jessica Lange, Chlöe Sevigny, Tilda Swinton, Pell James. Estados Unidos. Año 2007.
¿De qué se trata?
Un tipo que antaño fue bueno para muñimuñi ñamiñami con las chicas, ahora está en plena decadencia y a punto de ser abandonado por una bella rubia que quiero estar contigo, pero no quiero estar contigo (estas rubias, por Dios...). Al mismo, le llega una carta muy cartosa, que dice más o menos así: "sabes qué, nunca quise molestarte, pero es que te voy a cagar la vida, tienes un baby de 19, y parece que el crío va camino a verte, quiere conocerte y esas mamadas, le dije que no vale la pena porque eres un paramecio con alma de amiba, pero ya sabes como son las criaturas, ¡ah!, y para joderte más, pues sabes, no te voy a decir quien soy yo, huichi pirichi". El tipo, en vez de ir a consultar con su abogado más cercano por una eventual millonaria demanda de alimentos, decide quedarse tan campante. Pero ahí está su vecino y mejor amigo, el metiche, quien no pierde tiempo en tratar de dárselas de Sherlock Holmes y adivinar quién demonios es la señorita. De manera que, calculando 19 años hacia atrás, pues bien, el número se reduce, hay sólo cinco posibles candidatas. Además la cosa es más fácil aún porque una de ellas está cómodamente instalada en la tierra, gracias, cortesía de un accidente de autos, de manera que sólo queda la nimiedad de cuatro que pudieron haber escrito la carta maldita. Así es que el amigo empuja al antiguo donjuán a descubrir la verdad, averiguar quién es su hijo, de paso arreglárselas para ver en qué andan sus antiguas conquistas, y todo eso que podemos englobar bajo el título general de "sé lo que hiciste el año pasado (cochinón)".
El espíritu de los tiempos.
Las cosas ya no son lo que eran. Antaño, uno como buen gato dejaba preñada a una linda gatita y se iba, y todo estaba bien; la gata criaba a sus gatitos chicos, a los dos meses los destetaba y echaba, y fin de la historia. Pero ahora no, resulta que esas horribles feministas quieren que uno... ¡¡¡SEA PADRE!!! Y además... ¡¡¡SE HAGA CARGO!!! O sea, que sea un... ¡¡¡PADRE PREOCUPADO!!! Pero como nuestro venerable Jim Jarmusch no iba a rodar una peli llorona, sensiblera e intelectochantajista al uso, pues bien, tomó el asunto del vejete bueno para mojar el remo y lo convirtió en un viaje de autoconocimiento interior. O algo así. Reclutó al buen Bill Murray, con los bonos altos como actor dramático desde su gran actuación en la no tan grande "Perdidos en Tokio", y se las apañó para agarrar un elenco de lujo. Hay un viejo axioma según el cual una peli constelada de estrellas (de cine, se entiende) será la rechifla madre de buena, o por el contrario será un asqueroso truño de lo peor. En este caso el resultado es... Pues bien... Es bastante bueno, en realidad. Aunque un tanto confuso por aquello de las intenciones, del hacia donde apunta el mensaje. Salvo que quiera ser otra película intelectualoide sobre la desorientación y soledad del hombre moderno, ahora enfrentado no al quién soy, sino al dónde metí mi pijita veinte años atrás, pero con pretexto argumental más o pretexto argumental menos, sigue siendo la misma tonada con otra partitura.
¿Por qué verla?
- Jim Jarmusch. Entre todos los directores culturetas y dizqueintelectuales, es uno de los mejores porque no trata de hacerla el más difícil para hacerse el culterano. Tiene sus vicios y tics de director europeo de la alta intelectual, por supuesto, pero en general no abusa de ellos. A Jarmusch le debemos algunas joyitas como "Una noche en la Tierra" o "El camino del samurai", y aquí sigue básicamente el estilo. O sea, historia de tinte más o menos realista, pero con personajes entre naturalistas y zafados, que le permiten un suave distanciamiento irónico respecto de personajes e historias... ¡por Dios que les hace falta ironía, a otros directores culturetas...!
- Digamos algo del elenco, en particular por el pelotón de estrellas congregadas. No diré que es la mejor actuación de Bill Murray, para empezar. El hombre está bien, mostrando en plena forma la recuperación que le significó su magnífico rol en la no tan magnífica "Perdidos en Tokio", compensando así los años de humillación apareciendo como Bosley en "Los ángeles de Charlie" (y al menos ésa en lo suyo era buena, porque también apareció en... ¡"Criaturas salvajes"!). Pero a veces como que no supiera abordar a su personaje. Algunas secuencias son notables, en particular cuando se permite un poco de comedia (no bufa, por supuesto), pero en otras pasea una cara de impávido que aburre, acompañada de un tono de voz también impávido, que también aburre. Jeffrey Wright, por su parte (sí lo conocen, es el negrito Félix Leiter de "Casino Real"), acompaña bien, y a pesar de lo gilipollas que es su personaje, realmente anima un tanto el cotarro frente al carapalismo circunstancial de Murray. Por su parte, las chicas están estupendamente bien. Sharon Stone como belleza madurona está más que lucida, y sus cinco minutos en escena (bueh, no seamos malos, quizás fueron unos diez) deben contarse entre lo mejor que ha interpretado jamás. También está bastante bien la chica Alexis Dziena, que interpreta a su hija, y que además de estar bastante bien, actúa bien (por cierto, aporta de muy buena forma el desnudo integral que toda película cultureta de pro debe obligatoriamente incluir, con una escena adicional en bikini como guinda de la torta). El matrimonio de Frances Conroy y Christopher McDonald está también grandioso. Jessica Lange sigue mostrando que es una actriz de línea, en particular porque ha envejecido lo suficiente para que no nos distraiga la belleza natural que tenía hace... ¿cuánto...? ¿Treinta años...? A su lado, la siempre turbia Chlöe Sevigny aporta una gota de lo suyo, ñomi ñomi. Y Tilda Swinton, la chica "no quiero ser Orlando" (sí, todos la conocen por "Orlando", aunque tiene posibilidades de sacarse el cartel después de ser la villana de "El león, la bruja y el ropero"), aparece de manera casi testimonial, lo que siendo ella, es un desperdicio.
- LO QUE VIENE ES SPOILER GRUESO, ASÍ ES QUE ADVERTIDOS QUEDAN. La peli sigue, en el fondo (y lo hace bien, por eso lo destacamos) el viejo tema del descenso al infierno. Cada chica habita un círculo del infierno más abajo que la anterior. En el primero, al prota lo reciben bien (tanto la madre como la hija, ¡y qué recibimiento le da la hija!) e incluso aprovecha de reverdecer laureles mojando un poco. En el segundo hay cariño encubierto, pero también un poco, un buen poco en realidad, de tensión. En la tercera, la chica ya no quiere saber nada más, y todo parece indicar que incluso se ha convertido a la religión del lesbianismo (la veterana Jessica Lange con la turbia Chlöe Sevigny, podría tener sueños húmedos con esa parejita lésbica). En la cuarta, ya no digamos como acaba. Y después, el final termina siendo el fin del camino, y un fin bastante infernal, si me preguntan, porque el prota se queda más o menos colgado de la brocha, sin saber bien qué hacer con su vida, o siquiera si acaso tendrá respuestas para sus dudas existenciales, o peor aún, si de verdad tiene alguna duda existencial o tiene su vida ya resuelta (para mal, en este caso, pero resuelta a fin de cuentas, porque no en balde la gente muchas veces prefiere seguridad a felicidad)... Aunque si me preguntan, el final podría haber sido un poco más pulido. ¡En fin! Peor hubiera sido uno de esos finales pseudopoéticos hollywoodenses con cámara silenciosa y voz poética en off lanzando un discurso pseudoshakesperiano sobre existencialismo de opereta.
IDEAL PARA: Ver una peli cultureta con un argumento razonable, actuaciones buenas y una dirección impecable.
¿De qué se trata?
Un tipo que antaño fue bueno para muñimuñi ñamiñami con las chicas, ahora está en plena decadencia y a punto de ser abandonado por una bella rubia que quiero estar contigo, pero no quiero estar contigo (estas rubias, por Dios...). Al mismo, le llega una carta muy cartosa, que dice más o menos así: "sabes qué, nunca quise molestarte, pero es que te voy a cagar la vida, tienes un baby de 19, y parece que el crío va camino a verte, quiere conocerte y esas mamadas, le dije que no vale la pena porque eres un paramecio con alma de amiba, pero ya sabes como son las criaturas, ¡ah!, y para joderte más, pues sabes, no te voy a decir quien soy yo, huichi pirichi". El tipo, en vez de ir a consultar con su abogado más cercano por una eventual millonaria demanda de alimentos, decide quedarse tan campante. Pero ahí está su vecino y mejor amigo, el metiche, quien no pierde tiempo en tratar de dárselas de Sherlock Holmes y adivinar quién demonios es la señorita. De manera que, calculando 19 años hacia atrás, pues bien, el número se reduce, hay sólo cinco posibles candidatas. Además la cosa es más fácil aún porque una de ellas está cómodamente instalada en la tierra, gracias, cortesía de un accidente de autos, de manera que sólo queda la nimiedad de cuatro que pudieron haber escrito la carta maldita. Así es que el amigo empuja al antiguo donjuán a descubrir la verdad, averiguar quién es su hijo, de paso arreglárselas para ver en qué andan sus antiguas conquistas, y todo eso que podemos englobar bajo el título general de "sé lo que hiciste el año pasado (cochinón)".
El espíritu de los tiempos.
Las cosas ya no son lo que eran. Antaño, uno como buen gato dejaba preñada a una linda gatita y se iba, y todo estaba bien; la gata criaba a sus gatitos chicos, a los dos meses los destetaba y echaba, y fin de la historia. Pero ahora no, resulta que esas horribles feministas quieren que uno... ¡¡¡SEA PADRE!!! Y además... ¡¡¡SE HAGA CARGO!!! O sea, que sea un... ¡¡¡PADRE PREOCUPADO!!! Pero como nuestro venerable Jim Jarmusch no iba a rodar una peli llorona, sensiblera e intelectochantajista al uso, pues bien, tomó el asunto del vejete bueno para mojar el remo y lo convirtió en un viaje de autoconocimiento interior. O algo así. Reclutó al buen Bill Murray, con los bonos altos como actor dramático desde su gran actuación en la no tan grande "Perdidos en Tokio", y se las apañó para agarrar un elenco de lujo. Hay un viejo axioma según el cual una peli constelada de estrellas (de cine, se entiende) será la rechifla madre de buena, o por el contrario será un asqueroso truño de lo peor. En este caso el resultado es... Pues bien... Es bastante bueno, en realidad. Aunque un tanto confuso por aquello de las intenciones, del hacia donde apunta el mensaje. Salvo que quiera ser otra película intelectualoide sobre la desorientación y soledad del hombre moderno, ahora enfrentado no al quién soy, sino al dónde metí mi pijita veinte años atrás, pero con pretexto argumental más o pretexto argumental menos, sigue siendo la misma tonada con otra partitura.
¿Por qué verla?
- Jim Jarmusch. Entre todos los directores culturetas y dizqueintelectuales, es uno de los mejores porque no trata de hacerla el más difícil para hacerse el culterano. Tiene sus vicios y tics de director europeo de la alta intelectual, por supuesto, pero en general no abusa de ellos. A Jarmusch le debemos algunas joyitas como "Una noche en la Tierra" o "El camino del samurai", y aquí sigue básicamente el estilo. O sea, historia de tinte más o menos realista, pero con personajes entre naturalistas y zafados, que le permiten un suave distanciamiento irónico respecto de personajes e historias... ¡por Dios que les hace falta ironía, a otros directores culturetas...!
- Digamos algo del elenco, en particular por el pelotón de estrellas congregadas. No diré que es la mejor actuación de Bill Murray, para empezar. El hombre está bien, mostrando en plena forma la recuperación que le significó su magnífico rol en la no tan magnífica "Perdidos en Tokio", compensando así los años de humillación apareciendo como Bosley en "Los ángeles de Charlie" (y al menos ésa en lo suyo era buena, porque también apareció en... ¡"Criaturas salvajes"!). Pero a veces como que no supiera abordar a su personaje. Algunas secuencias son notables, en particular cuando se permite un poco de comedia (no bufa, por supuesto), pero en otras pasea una cara de impávido que aburre, acompañada de un tono de voz también impávido, que también aburre. Jeffrey Wright, por su parte (sí lo conocen, es el negrito Félix Leiter de "Casino Real"), acompaña bien, y a pesar de lo gilipollas que es su personaje, realmente anima un tanto el cotarro frente al carapalismo circunstancial de Murray. Por su parte, las chicas están estupendamente bien. Sharon Stone como belleza madurona está más que lucida, y sus cinco minutos en escena (bueh, no seamos malos, quizás fueron unos diez) deben contarse entre lo mejor que ha interpretado jamás. También está bastante bien la chica Alexis Dziena, que interpreta a su hija, y que además de estar bastante bien, actúa bien (por cierto, aporta de muy buena forma el desnudo integral que toda película cultureta de pro debe obligatoriamente incluir, con una escena adicional en bikini como guinda de la torta). El matrimonio de Frances Conroy y Christopher McDonald está también grandioso. Jessica Lange sigue mostrando que es una actriz de línea, en particular porque ha envejecido lo suficiente para que no nos distraiga la belleza natural que tenía hace... ¿cuánto...? ¿Treinta años...? A su lado, la siempre turbia Chlöe Sevigny aporta una gota de lo suyo, ñomi ñomi. Y Tilda Swinton, la chica "no quiero ser Orlando" (sí, todos la conocen por "Orlando", aunque tiene posibilidades de sacarse el cartel después de ser la villana de "El león, la bruja y el ropero"), aparece de manera casi testimonial, lo que siendo ella, es un desperdicio.
- LO QUE VIENE ES SPOILER GRUESO, ASÍ ES QUE ADVERTIDOS QUEDAN. La peli sigue, en el fondo (y lo hace bien, por eso lo destacamos) el viejo tema del descenso al infierno. Cada chica habita un círculo del infierno más abajo que la anterior. En el primero, al prota lo reciben bien (tanto la madre como la hija, ¡y qué recibimiento le da la hija!) e incluso aprovecha de reverdecer laureles mojando un poco. En el segundo hay cariño encubierto, pero también un poco, un buen poco en realidad, de tensión. En la tercera, la chica ya no quiere saber nada más, y todo parece indicar que incluso se ha convertido a la religión del lesbianismo (la veterana Jessica Lange con la turbia Chlöe Sevigny, podría tener sueños húmedos con esa parejita lésbica). En la cuarta, ya no digamos como acaba. Y después, el final termina siendo el fin del camino, y un fin bastante infernal, si me preguntan, porque el prota se queda más o menos colgado de la brocha, sin saber bien qué hacer con su vida, o siquiera si acaso tendrá respuestas para sus dudas existenciales, o peor aún, si de verdad tiene alguna duda existencial o tiene su vida ya resuelta (para mal, en este caso, pero resuelta a fin de cuentas, porque no en balde la gente muchas veces prefiere seguridad a felicidad)... Aunque si me preguntan, el final podría haber sido un poco más pulido. ¡En fin! Peor hubiera sido uno de esos finales pseudopoéticos hollywoodenses con cámara silenciosa y voz poética en off lanzando un discurso pseudoshakesperiano sobre existencialismo de opereta.
IDEAL PARA: Ver una peli cultureta con un argumento razonable, actuaciones buenas y una dirección impecable.
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