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domingo, 24 de diciembre de 2006

"El nacimiento" (2006)


"The Nativity Story". Dirigida por Catherine Hardwicke. Protagonizada por Keisha Castle-Hughes, Oscar Isaac, Hiam Abbass, Shaun Toub, Ciarán Hinds, Shohreh Aghdashloo, Stanley Townsend, Alexander Siddig, Nadim Sawalha, Eriq Ebouaney, Stefan Kalipha, Alessandro Giuggioli. Estados Unidos. Año 2006.

¿De qué se trata?
Es un bonito día en la aldea de Nazaret. Los aldeanos recolectan sus cultivos, las chicas miran a los chicos... pero la mano tributaria de Herodes, el rey que se quiere construir una chula piscina, aprieta lo suyo, y como el impuesto debe pagarse en mujeres núbiles si es que no hay pasta, entonces los padres de la bella María deciden rescatar a ésta, casándola a temprana edad con un carpintero llamado José. María protesta y lanza un berrinche de niña chiquita, pero si pensaba que ahí terminaban sus pesares, estaba equivocada. Se le aparece nada menos que un ángel, y le anuncia que su prima Isabel está embarazada. María viaja y descubre que la profecía es cierta... y que le espera la segunda parte, que ella misma será madre de manera virginal, por el puro poder inseminador de Dios, del Redentor del género humano. Lo que le acarrea el esperable cabreo de José, quien piensa, de manera harto humana y comprensible, que su esposa "ha conocido varón" en alguna parte. Pero María, firme con eso de que es un embarazo virginal. José duda y duda, pero se le aparece un ángel para revelarle la verdad. José acepta su incómoda posición de tercero en discordia entre María y, ahí es nada, Dios en persona, y recoge a su esposa. Por ese tiempo se ordena un censo, cada persona deberá censarse en su lugar de nacimiento (una medida bien estúpida, bien mirada, porque ¿qué costaba preguntarle a cada persona "dónde naciste tú"?), y por ende, José debe viajar a Belén, la ciudad de David, la futura ciudad del mesías, junto con su esposa. ¿Conseguirán llegar a tiempo, antes de que nazca el niño de María, y antes de que las tropas de Herodes el Grande den buena cuenta de éste...?

El espíritu de los tiempos.
El cine bíblico parecía sepultado y bien sepultado desde hacía largos años, pero el éxito de "Gladiador" en el 2000 llevó a Mel Gibson a jugársela por "La pasión de Cristo" en el 2004, con jugo$o$ resultados. Era cuestión de tiempo antes de que llegara otra peli bíblica de alto perfil, tema espinoso donde los haya, porque es archisabida la de problemas que acarrea adaptar la Biblia al cine: un errorcillo de adaptación o de sensibilidad, y salen ofendidos los poderosos grupos cristianos que la financiarán como público que va a verla y comer palomitas, o bien los capitalistas judíos que ponen la pasta para producirlas, ¿bien? Pero por otra parte, en pleno tiempo de un Presidente Mesías como George W. Bush, o de un Papa Mesías como Benedicto XVI, quizás no sea tan mal negocio...

¿Por qué verla?
- ¿Una peli en la cual el gran suspenso viene dado por un viaje por la Palestina de 2000 años atrás, y cuyo gran clímax es el triunfo de los malos en la Matanza de los Inocentes y la gran victoria de los buenos es una fuga desesperada...? Hmmm... ¿Será una buena idea...? Después de ver los resultados, pues... Sí... Sí, señor. La película funciona. No es una joya, no es una obra de arte, no va a cambiar la historia de la cinematografía, pero en términos de contar una historia sobre celuloide, funciona bien; es la clase de filme con virtudes y defectos, y los segundos, en vez de lastrarla, la hacen incluso más querible por el esfuerzo que se nota por detrás. Consigue la cuadratura del círculo de ser ortodoxa hasta el lamebotismo con respecto a las dos grandes fuentes documentales canónicas sobre el nacimiento de Jesús, los Evangelios de Mateo y Lucas, sin por eso desatender el suspenso, la emoción y los personajes ni sonar pedante o discursiva en ningún minuto, y eso habla muy bien del equipo de trabajo en general, y de doña Catherine Hardwicke en particular, realizadora sin un currículum muy extenso en la dirección ("A los trece" y alguna más), pero con un extenso hacer en el diseño de producción ("Tombstone", "La chica del tanque", "El cuarto poder", "Tres reyes", "Vainilla sky"), algo que es bien notorio en "El nacimiento", debido a un gusto compositivo bastante exquisito y naturalista, sin caer en el preciosismo o el plasticismo visual.
- El elenco está notablemente bien, y sus roles son interpretados con naturalismo y espíritu de cotidianeidad, alejados del prurito altisonante y mayestático que ha enturbiado tanto otro filme de ambientación histórica o bíblica. Oscar Isaac como José, inspira respeto como el joven carpintero que es capaz de amar, de dudar, y de creer. Los padres de María aparecen como progenitores querendones y preocupados, capaces de enojarse por un embarazo que no entienden, pero también de llegar finalmente a comprender cómo son las cosas. Ciarán Hinds compone un Herodes muy político, siempre a caballo de la situación, que parece entender a la perfección las maquiavélicas filigranas del poder. Los Reyes Magos son presentados de forma bastante correcta como magos, esto es, como estudiosos astrólogos persas (aunque siguiendo la tradición católica, uno de ellos es negro), y sus breves apariciones operan con acierto como contrapunto y alivio cómico de la historia principal, aunque sin perder en ningún minuto el respeto por los personajes. El grave manchón, y gravísimo dadas las circunstancias, lo constituye la señorita Keisha Castle-Hughes, con apenas dos roles en el cuerpo antes de éste (aplaudida en "Jinete de ballenas", y casi invisible como reina sustituta de Amidala en "La revancha del Sith"), y que compone una María plana y sin emociones, que en ningún minuto pareciera sentir el peso o la emoción de ser responsable de parir nada menos que al Redentor del género humano; en todo caso, puede uno cuestionarse si es un problema de mala actuación, o si acaso alguna lumbrera entre los productores confundió estúpidamente "aproximación respetuosa al personaje" con "expresión deslavada y actuación sin matices", cosa que ha sucedido antes (de esa manera desperdiciaron, por ejemplo, al gran Max Von Sidow como Cristo en "La más grande historia jamás contada" de 1965).
- El tratamiento del entorno en general, y de los milagros en particular, es notable. Todo está llevado con naturalidad, sin transformar la historia en un festival de pirotecnia audiovisual. Esta es una película con variados efectos especiales, pero éstos se encuentran rigurosamente subordinados a la historia, y no al revés. Incluso muchas ocasiones para montar fuegos artificiales, como por ejemplo las apariciones de los ángeles, están resueltas con efectos más bien discretos, incluyendo algún que otro juego de cámara y el uso de iluminación especial, y nada más.
- Hay algunos momentos de emoción genuina, sin sentimentalismo lacrimoide. El nacimiento, desde luego, pero también algunas escenas del viaje, en donde puede apreciarse el nacimiento de un bello romance entre María y José, capaz de superar todos los obstáculos (incluido el principal de ellos, la intervención de un Dios que en pos de sus planes universales está resuelto a no dejarles vivir en paz), y escenas cotidianas en Nazaret.
- La banda sonora acompaña bien, y no cae en el feo vicio contemporáneo de poner coros de fondo cada cinco minutos para hacer resaltar lo muy épica y machota que es la película. El único baldón al respecto es terminar la misma con una versión sinfónica de "Noche de paz", lo que es sin duda un recurso estilístico bastante pobre y vulgar, y que se nota aún más justamente por el buen quehacer anterior.

IDEAL PARA: Demostrar que se puede hacer una película rigurosa al material bíblico, sin ser pedante o caer en el adoctrinamiento barato.

"El Señor de los milagros" (2000).


-- "The Miracle Maker" (título original en inglés), "El hombre que hacía milagros" (título en España). Inglaterra / Rusia. Año 2000.
-- Dirección: Derek W. Hayes y Stanislav Sokolov.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Ralph Fiennes, Michael Bryant, Julie Christie, Rebecca Callard, James Frain, Richard E. Grant, Ian Holm, William Hurt, Alfred Molina, Miranda Richardson.
-- Guión: Murray Watts.
-- Banda Sonora: Anne Dudley.

-- "El Señor de los milagros" en IMDb.
-- "El Señor de los milagros" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

El "señor de los milagros" (o el "hacedor de milagros", sería una traducción más exacta), es obviamente Jesús de Nazaret. Esta película es afiliada directa del subgénero histórico/épico de las "jesus movies", los filmes basados en la vida y milagros de Nuestro Señor Jesucristo, lo que sumado a la ortodoxia de su trama, hace casi inoficioso hacer una reseña sobre la misma.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Esta es una de esas películas más o menos atípicas o atemporales. A pesar de que desde ese tiempo, el 2000 en adelante, la religiosidad en el mundo ha ido creciendo (junto con su inevitable secuela el fanatismo religioso), lo cierto es que esta película no puede ser echada dentro de ese saco. No es un filme "procristiano" ni cuestionador del Cristianismo. Simplemente toma la historia de los evangelios, con algunas modificaciones menores (fundamentalmente en las figuras "negativas" de Herodes Antipas y de Poncio Pilatos, un poco en la línea revisionista de "Rey de Reyes" de Nicholas Ray), y los convierte en un filme... de marionetas. Sí. La película entera está hecha con marionetas, con la vieja y entrañable técnica del stop-motion. Bien, es decir, casi entera, porque los segmentos "imaginarios" (recuerdos de los personajes, ensoñaciones oníricas, apariciones celestiales) están tratados con la aún más vieja técnica del dibujo animado en 2D.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Puede parecer casi hereje afirmar esto de un filme que básicamente es marionetas más dibujo animado, pero esta película sobre Jesús supera de largo a varios esfuerzos hollywoodenses sobre el mismo tema. Consigue el casi imposible de ser respetuosa al material original, y al mismo tiempo no caer en la pedantería, el aburrimiento, o peor aún, en el adoctrinamiento. Es, ni más ni menos, una visión de Jesús según los evangelios, bastante rigurosa y al mismo tiempo religiosamente neutra.

-- La perspectiva elegida para narrar la trama, desde la óptica de Tamar, la hija de Jairo a la que Jesús resucita, la hace aún más entrañable. Tamar es tratado como un personaje tierno y sensible, y no como uno de esos bajitos odiosos que malpueblan tantos otros filmes hasta ahogarlos en melaza. Esto revela, por supuesto, tanto el fino talenot de los guionistas, como la elaborada artesanía tras el filme.

-- Quién piense que los momentos entrañables y emotivos son monopolio de los actores humanos (con la excepción de "El extraño mundo de Jack" o "El cadáver de la novia"), que revise otra vez. Varias secuencias son pura emoción, de la buena, es decir, sin sensiblería barata. La secuencia de la resurrección y de las apariciones posteriores a los discípulos está bellamente tratada, dentro de su simplicidad.

IDEAL PARA: Ver una "jesus movie" atípica, inusual, no iconoclasta ni catequística, y al mismo tiempo de gran calidad.

martes, 19 de diciembre de 2006

ESPECIAL MENSUAL Nº 10: MÁS ANIMADAS.

Navidad, Navidad, blanca Navidad... En medio de la ola de consumismo desatado, en donde te robarán hasta el alma por comprarle un regalo a tu retoñín, CINE 9009 sigue siendo el mejor sitio de reseñas de películas, y gratis. Y para mantener a esos pequeños bajitos en su lugar, traemos una nueva tanda de películas de animación, como la que hicimos en Junio pasado. Las pelis, en esta ocasión, son:

- "Dragones: Destino de fuego" (2006).
- "La espada en la piedra" (1963).
- "Pinocho 3000" (2004).
- "Akira" (1988).
- "El hobbit" (1977).

Por supuesto que ojalá disfruten estas fiestas de fin de año. Habrá un posteo especial el día 24, si es que el ajetreo de estas fiestas lo permite, y después, descanso hasta Enero. Regresamos el 07 de Enero con la continuación de los posteos de las pelis clásicas de James Bond, con "Octopussy". ¡Hasta entonces!

"Dragones: Destino de fuego" (2006)


"Dragones: Destino de fuego". Dirigida por Eduardo Schuldt. Protagonizada por (las voces de) Elva Alcandré, Bruno Ascenzo, Rómulo Assereto, Saskia Bernaola, Katia Condos, Javier Echevarría, Gian Marco, Paul Martin, Roberto Moll, Silvia Navarro, Gianella Neyra, Jesús Ochoa, Ricardo Velásquez. Perú. Año 2006.

¿De qué se trata?
Después de una batalla épica en grado sumo, librada en lo profundo de unas cavernas, en donde hay dragones y más dragones, un huevito de dragón queda suelto. Este es encontrado virtualmente por accidente, por una pareja de cóndores en la Cordillera de Los Andes (o eso deberíamos suponer). Y lo crían como su hijo, junto con una pareja de odiosos hermanastros cóndores. Ignorantes todos ellos de que están incubando nada menos que a un dragón, los hermanastros se burlan y ríen del supuesto cóndor por lo feo que es. Aún así, el condorcito feo se las arregla para encontrar amistad en un puma y en una libérnaga (y yo qué sé sobre qué demonios es una libérnaga, la película venía así). Aún así, su vida siendo joputado por los jorobones hermanastros sigue adelante, así es que en un intento por descubrir la verdad de su propio origen, desciende a las grutas, y encuentra un medallón mágico, gracias al cual aparece una radiante dragona en el firmamento. De este modo, el condorcito feo se transforma en un radiante cisn... perdón, dragón. La dragona le enseña que es el príncipe de los dragones, que es el Elegido por una antigua profecía para liberar a su pueblo, y se lo lleva para entrenamiento (para irritación de la libérnaga, claro está). Aquello de descubrir que es alguien VIP en el mundo, le hace muy mal al dragón, porque se vuelve pretencioso, matón y arrogante, y por ende, en nuevas y sucesivas aventuras, descubrirá el valor de la humildad, la sencillez, el respeto por la naturaleza... y después bajará a las grutas, a patear traseros de villanos.

El espíritu de los tiempos.
La llegada de los efectos especiales por computadora marcó un antes y un después en la historia del cine por muchas razones. Una de las principales es, por supuesto, que ya no hay excusas para que grupos extrahollywoodenses, como gente europensis o sudacas, no puedan rodar películas sobre ciertos temas que requieren bastantes FXs. Esto es, por supuesto, una maldición para aquellos quienes habían hecho de necesidad virtud, y creían que el cine sudaca debía seguir hablando sobre borrachos, vagos y marginales de toda clase, con una artesanía espartana, para oponerse a la maquinaria hollywoodense. En los últimos años, por tanto, la industria fílmica latinoamericana ha ido penetrando poco a poco en el terreno de la animación, contando historias que, si bien tienen un cierto regusto local, tratan de ser filmes universales, no enquistados en el chovinismo latinaca: ahí están películas de animación tradicional y en 3D como "Patoruzito", "Ogú y Mampato en Rapa Nui" o "Piratas del Callao". Es precisamente esta última la que fue dirigida por el mismo señor que ahora reincide en esto de la animación, con "Dragones: Destino de fuego". El resultado es... ejem... ¿cómo decirlo? Bien, supongo que la sinceridad es el mejor camino. Esta película tiene sus fortalezas y sus debilidades.

¿Por qué verla?
- En general, puede decirse que es una película entrañable no porque sea una vigorosa obra de arte, o siquiera un filme con buena artesanía, sino precisamente porque carece de esas virtudes. Está hecha con más intenciones que resultados, y por eso mismo, tiene el regusto de aquello hecho con cariño, desde el corazón, o por lo menos, con muchas más entrañas que los filmes de animación medin Hollywood, cuya última hornada, al menos, es sólo un pálido reflejo de aquella verdadera edad de oro que se vivió en los '90s ("Aladino", "El rey león", "El príncipe de Egipto", "HomiguitaZ", "Shrek"...). Y es que a pesar de la animación deficiente o lo estereotipado del argumento, por no hablar de situaciones incoherentes (al comienzo se dice que los cóndores se alimentan de carne y por ende se da por quebrado el tabú de no poner a un animal comiéndose a otro en una peli infantil, y al instante siguiente, aparece un puma conversando apaciblemente con unas llamas, en vez de comérselas), hay soluciones muy interesantes que levantan poderosamente el nivel: por ejemplo, la acción está ambientada en Los Andes y la jungla (¿amazónica?), y por ende, integra elementos míticos latinoamericanos, con un tino enormemente mayor, o al menos con más carisma que ese deplorable intento Disney por hacer algo similar, que fue "Las locuras del Emperador"; el reino de los dragones, por su parte, no está en ningún Walhalla celestial, sino en lo profundo de la Tierra.
- Que la trama sea tan arquetípica es, curiosamente, un punto a favor. Se trata básicamente de la historia del héroe que es perseguido en su infancia, descubre que es el Elegido, se entrena para su misión, y finalmente derrota a las fuerzas del Mal. O sea, estamos frente al enésimo Cristo Skywalker. Este apego a la fórmula tradicional es, curiosamente, no un punto en contra sino uno a favor: no tratan de disimular esta historia detrás de ropajes densamente intelectualizantes, y viajan de regreso a lo básico, al cuento de hadas clásico y tradicional, con versión de Cenicienta y el Patito Feo en clave folklórica incluido.
- La libérnaga. Vaya uno a saber qué clase de bicho es éste, pero la verdad de las cosas es que cuando aparece, anima bastante el cotarro. Puro carisma, que le llaman.

IDEAL PARA: Disfrutar sin mayores complicaciones.

"La espada en la piedra" (1963).


-- "The Sword in the Stone". Estados Unidos. Año 1963.
-- Dirección: Wolfgang Reitherman.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Rickie Sorensen, Karl Swenson, Junius Matthews, Sebastian Cabot, Norman Alden, Martha Wentworth, Richard Reitherman, Robert Reitherman, Alan Napier, Ginny Tyler.
-- Guión: Bill Peet, basado en el libro de T.H. White.
-- Banda Sonora: George Bruns.

-- "La espada en la piedra" en IMDb.
-- "La espada en la piedra" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Edad Media. La ultramelosa canción de un bardo nos introduce en ambiente: hay anarquía y caos por todas partes, Inglaterra carece de un rey, y sólo cuando aparezca el elegido que arranque una bella espada clavada en una piedra, entonces habrá una monarquía centralizada, cultura, arte, civilización y orden. Lejos de todo esto, el mago Merlín recibe la esperada visita de Arturo, un muchacho que le cae por accidente (pero Merlín ya sabía de su llegada porque para algo es mago y ve el futuro). Merlín se ofrece, de manera bastante majadera al decir verdad, a darle educación "de verdad" al muchacho, o sea enseñarle Historia, Geografía, Física, Medicina, etcétera, en vez de incentivar sus aspiraciones de convertirse en escudero. Y como Arturo tiene quién le cuide (un señor feudal que, en realidad, lo trata como al siervo de la gleba que en apariencia es), pues bien, ni corto ni perezoso, Merlín se hace el invitado en el castillo. Vienen entonces una serie de peripecias que no tienen nada que ver con la espada en la piedra, en donde vemos a Merlín tratar de meterle a Arturo en la cabeza una serie de conocimientos perfectamente inútiles para una época que se supone es de anarquía, como por ejemplo que la Tierra es redonda y existe un continente llamado América. Al final, viajan a Londres a participar en un torneo, con lo cual, lo poco que quedaba de dignidad de la película se va al garete, porque puede uno legítimamente preguntarse cómo es esto, ya que en la secuencia inicial se nos dice que Inglaterra sufre la más benditas de las anarquías, y en el resto de la película los personajes recuerdan esto más de una vez (a pesar de que nunca vemos escenas de combate, y todo transcurre con una calma pastoril), pero llegada la secuencia del torneo, vemos todo Londres tan quieto como si estuviera vigilado por los bobbies de la Reina Victoria en pleno siglo XIX. Pues bien, a santo de nada, y sin realmente haber hecho nada para merecérselo (derrotar a un villano, haber madurado como personaje, siquiera haber aprendido en dónde está América, ya que tanto Merlín trataba de metérselo en la cabeza), cae en las manos de Arturo la dichosa espada, y por tanto, deviene en rey de toda Inglaterra. Y lo más divertido de todo es que el resto de la parroquia... ¡respeta a este mozalbete imberbe como tal! ¿Y Merlín? Haciendo el payaso en la escena final, vestido con pantalones cortos y camisa tropical, porque venía de las Islas Bermudas (las del Triángulo) en pleno siglo XX. Y fin (por suerte).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En la década de 1960, la edad de oro de los Estudios Disney comenzaba a pasar. El discurso duro, ultraconservador y moralista de sus películas estaba bien para la Era Einsehower, las madres del baby boom y en general todos aquellos que hacían causa común contra disolventes sociales como el rock and roll y los filmes de rebeldes sin causa, pero en los '60s, los hippies estaban ganando aceleradamente la partida. Puesto a buscar algún personaje que pudiera ser el emblema del tradicionalismo para los nuevos tiempos, Walt Disney se fijó en ese ardiente defensor de la monarquía, el orden y la religión que fue el Rey Arturo, pero como la versión de Mallory del siglo XV podía ser un tanto pesada, pues bien, recurrió a la saga de novelas de un escritor hindú llamado T. H. White, integrada por "La espada en la piedra", "La reina del aire y las tinieblas", "El caballero malhecho", "Una vela en el viento" y "El libro de Merlín", quizás con la esperanza de que si el primer filme tenía éxito, podrían adaptar las siguientes novelas (cuarenta años después las cosas no cambian mucho, y si no, díganselo a la gente Disney detrás de "El león, la bruja y el ropero"). Irónicamente, este filme de vocación archiconservadora tiene paisajes bien cuidados, pero el estilo de animación de los personajes pareciera inspirado, o plagiado, de los por ese entonces incendiarios y contestatarios dibujos animados de Silvestre y Piolín, porque díganme si el lobo que aparece como secundario gracioso no tiene un parecido de familia con el Coyote que anda tras el Correcaminos. Como la película resultó ser un soberano bodrio en lo fílmico, y un éxito discreto en taquilla, no hubo secuelas (gracias a Dios).

¿POR QUÉ VERLA?

-- El personaje de Arquímedes, el buho sabio y cascarrabias, se roba la película por completo. Y es que frente a la estupidez moralizante utilitarista de Merlín ("debes aprender para ser alguien en la vida, muchacho", cual Benjamin Franklin de la Edad Media) y la ñoñez de un Arturo que sólo aspira a ser escudero, y con razón, los rezongos de Arquímedes son más que justificados. Cuando una película tiene un, y sólo un, personaje carismático, hay problemas. Y conste que sobre Merlín y Arturo existen textos de enorme talla, desde Mallory hasta Steinbock. Aunque no le echemos la culpa al pobre T. H. White. La verdad de las cosas es que ninguna de sus novelas ha caído en las cercanías de la redacción de CINE 9009, así es que no podemos juzgar en comparación al material literario de base, y démosle un voto de confianza, habida cuenta la manera gore en que Disney descuartizó clásicos literarios como "Alicia en el país de las maravillas" o "Pinocho". Pues bien, volviendo a Arquímedes, si algún día discurren hacer un remake de la película, dénle mayor protagonismo.

-- La secuencia de Arturo transformado en ardilla y acosado por una joven ardilla hembra no tiene desperdicio alguno. Es la secuencia más graciosa del filme, y digámoslo de una vez, la única que consigue suscitar una reacción que no sea de franco bostezo. En esta secuencia, el insufrible Merlín pasa a segundo plano y vemos una historia de amor corta y tierna, y de amor imposible más encima, porque después de todo, Arturo es un hombre devenido en ardilla, y la otra chica es ardilla de cuerpo entero, así es que entre especies distintas... (¿qué revoltijo habría quedado con la genética, si se hubieran apareado...? Oh, perdón, verdad que en las películas Disney los personajes se reproducen por partenogénesis).

IDEAL PARA: Echar unos cuantos bostezos mientras personajes gloriosos de la mitología europea como son el viril rey Arturo y el sapiente mago Merlín son eficazmente destripados y nulificados a un ritmo de 24 cuadros por segundo.

"Pinocho 3000" (2004)


"Pinocchio 3000". Dirigida por Daniel Robichaud. Protagonizada por (las voces de, en inglés) Ellen David, Malcolm McDowell, Woopi Goldberg, Howie Mandell, Sonja Ball. Canadá / Francia / España. Año 2004.

¿De qué se trata?
Es el futuro. La ciudad es gobernada por un malvado alcalde que goza destruyendo toda forma de vida que no sea de metal. En medio de todo eso, el anciano inventor Gepetto construye a Pinocho, un hijo postizo que en realidad es un robot. Pinocho tiene un bonito corazón, pero es un cabezadura y le gusta más la parranda que la escuela (¿y a quién no?), así es que durante el primer día, a pesar de las recomendaciones de la gente que bien le quiere y bien le cuida, se manda a paseo con un par de malacatosos robots controlados por el alcalde. El alcalde decide dar un golpe maestro, cual es construir un parque temático para los chicoides de la ciudad, que encierra un horrible secreto... (¡es que el alcalde es muy, pero muy malo, MUAHAHAHAHÁ!). ¿Alcanzará Pinocho a descubrir la verdad? ¿Podrá rescatar a su anciano padre putativo Gepetto de las garras del maligno alcalde? Y especialmente... ¿llegará algún día a reemplazar su bello diseño cromado por la carne frágil y perecedera de un niño humano...?

El espíritu de los tiempos.
A comienzos del siglo XX, en una revista infantil cualquiera, aparecieron publicadas las aventuras de un singular muñeco de palo llamado Pinocho, que era desobediente, insolente y respondón. La idea de la historia era que Pinocho hacía toda clase de bellaquerías, y al final era castigado por ellas. Pero cuando los niños lloraron a gritos porque Pinocho, como resultado de sus barrabasadas, terminaba colgado de un madero, su autor Carlo Collodi tuvo que resucitarlo, inventarle nuevas aventuras, y al final convertirlo en un chico bueno y obediente y en un niño de verdad, para conservar la moralina de la historia. Y es que ya saben, al final son los malos quienes la llevan. Lo que iba a ser una simple historia más, tuvo un éxito tan fulminante, que se hicieron traducciones al extranjero, y de ahí derivaron múltiples adaptaciones fílmicas, incluyendo el "Pinocho" de Walt Disney, y la infame "Pinocho" de Roberto Begnini, hecha para lucimiento de su talento cómico (¿?) y actoral (¿?). De ahí que todo había que temerlo, de una adaptación de Pinocho ambientada en el futuro, con un robot de protagonista, que bien podía haber caído en hacer una película "guay" y "güenaonda". Pues no. A pesar de que esta película sigue siendo para un público infantil, y por tanto no tiene el nivel de crudeza de la historia original de Maese Collodi, su resultado final es bastante bueno (descontando el hecho de que algunos tópicos son archirrepetidos dentro del cine infantil).

¿Por qué verla?
- Es una notable película dentro del género que algunos llaman "retrofuturismo", es decir, una historia ambientada en un futuro cuya estética, imaginería, concepciones morales y desarrollo tecnológico coincide con las concepciones de lo que se estimaba como futurista en los '50s y '60s (léase "Los Supersónicos", por ejemplo). En esto es un filme mucho mejor que, por ejemplo, la interesante, pero no bien lograda "Robots", que es algo posterior (del 2005). En ese sentido, "Pinocho 3000" merecía una suerte mejor que pasar olvidada por la taquilla mundial.
- Es una recreación bastante fiel de la historia de Pinocho. Cuando decimos "fiel" nos referimos a la caracterización de los personajes principales, por supuesto, y a sus diversos elementos. El colmo de la delicadeza para con la historia original es que la máquina diabólica/infernal del villano está escondida nada menos que dentro de una ballena, rememorando el episodio de la historia original en el cual Gepetto y Pinocho se encuentran precisamente dentro del vientre de un animal así. Eso, por no hablar de la presencia del policía, por ejemplo. A cambio, la introducción de dos personajes nuevos (el alcande como malo malosísimo, y la hija del alcalde como sucedáneo infantil de la Princesa Aura de Flash Gordon) desnaturaliza un tanto el relato original. Pero tampoco se podía ser tan canónico, ¿verdad?
- Funciona estupendamente bien dentro de los esquemas que se esperan de una película infantil. O sea, aunque tiene su cierta dosis de moralina, lo que prima es el sentido de la aventura y la maravilla.
- El tratamiento estético del filme es increíble. La secuencia de la creación de Pinocho es una maravilla visual, así como la recreación de la ciudad. Y por cierto, aquí tenemos una muestrita más de la larga sombra que proyecta el "Metrópolis" de Fritz Lang: la secuencia del nacimiento de Pinocho es deudora, una vez más (así como la de Darth Vader en el "Episodio III" de ya saben qué saga galáctica), de la secuencia del nacimiento de Futura/Parodia en ese otro filme.

IDEAL PARA: Ver una interesante muestra de cine retrofuturista.

"Akira" (1988).


-- "Akira". Japón. Año 1988.
-- Dirección: Katsuhiro Ôtomo.
-- Actuación: Voces de (en la versión japonesa) Mitsuo Iwata, Nozomu Sasaki, Mami Koyama, Tesshô Genda, Hiroshi Otake, Koishi Kitamura, Michihiro Ikemizu, Yuriko Fuchizaki, Maasaki Okura.
-- Guión: Izô Hashimoto y Katsuhiro Ôtomo, basados en la novela gráfica de este último.
-- Banda Sonora: Shoji Yamashiro.

-- "Akira" en IMDb.
-- "Akira" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

1988. Tokio se ve una linda y bonita ciudad, y de pronto, ¡ups! alguien deja la llave de la energía abierta, la ciudad se inunda de una bonita burbuja blanca, y toda ella es arrasada hasta los cimientos. 2019. Neo Tokio es una ciudad azotada por las pandillas, la criminalidad, etcétera. La pandilla de Kaneda se ve metida en un lío con otra pandilla, nada del otro jueves, pero todo acaba cuando uno de sus pandilleros, Tetsuo, es secuestrado en helicóptero por un misterioso grupo de agentes. Kaneda empieza entonces a moverse para rescatar a Tetsuo, porque aunque era el imbécil del grupo, sigue siendo SU imbécil, así es que lo traerá de regreso a cómo dé lugar. Pero Tetsuo tiene otros planes. En medio de todo esto, y por un, ejem, infinitesimal error de cálculo por parte de un científico, Tetsuo descubre que puede desarrollar superpoderes. Ahora, Tetsuo no le debe nada a Kaneda, no se dejará rescatar, y en verdad, se va a vengar de todo el mundo que lo humilló y despreció. La única posibilidad para detener a Tetsuo es desatar a alguien que podría ser incluso peor: el misterioso Akira, oculto en alguna parte, y muy esperado tanto por el Gobierno como por grupos fanáticos fundamentalistas que están llamándolo como al mesías... Pero, ¿qué relación tienen Akira y el Gobierno con el "accidente" que destruyó a Tokio, 31 años antes...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

La década de los '80s vio el desarrollo ultraacelerado de las computadoras, que dejaron de ser artefactos empotrados en las paredes, funcionando con aparatosas cintas magnéticas, para invadir los escritorios y mobiliario de todo el mundo. La respuesta fue el cyberpunk, género literario que versa sobre la deshumanización del hombre, la desintegración de la sociedad occidental, la maquinización del cuerpo humano, etcétera, y que tiene ejemplos canónicos en "Blade Runner", "Terminator", "El hombre del jardín", "Mátrix", "El quinto elemento", y un largo (y no pocas veces fastidioso) etcétera. Por supuesto que los japoneses se plegaron a la moda, y lanzaron unas cuantas ("Akira", "Tetsuo", "Evangelion", etcétera). "Akira" es considerado un clásico dentro del cyberpunk, aunque en estricto rigor, de cyberpunk tiene apenas algo más que la pura fachada, porque primero poco a poco, y descaradamente en la segunda mitad, deviene en misticismo Dragonball's style, pero en fin...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Por su condición de clásico, en primer lugar. "Akira" presenta una de las visiones más perfectas y acabadas de lo que se supone es el universo cyberpunk, incluyendo pandillas y tribus callejeras, gobiernos desmoronándose, experimentos científicos con la esencia de la carne humana, etcétera. Esta iconografía canónica la hace única en su tipo.

-- El trabajo de animación. Desluce un tanto en la actualidad, considerando que para su tiempo el nivel de detalle era revolucionario, pero aún así, la animación se ve fluida y no encorsetada. Es decir, no tratan de recurrir al sucio truco japonés de ahorrarse horas/hombre de dibujantes esclavos, montando largas y detenidas secuencias con un mismo cuadrito prologándose varios segundos cada vez. Acá, cada fotograma es como la vida: único, original e irrepetible.

-- Los personajes. En general no se puede hablar de buenos y malos: simplemente son distintos protagonistas que se mueven por algo más que el bien y el mal, que no terminan de alinearse a un lado u otro de la refriega, y que tratan de hacer por lo general, lo mejor posible, con lo que tienen. Y eso incluye tanto a Tetsuo, el villano oficial, pero que se nos presenta como un resentido bien explicado, a sus amiguetes, a los funcionarios del Gobierno, etcétera.

-- La mala leche. Esta película presenta algunos guiños y críticas entre líneas que están entre lo más venenoso que se podría encontrar en materia de dibus animados. El retrato del gobierno como una panda de ineficientes salvaculopropios, y de los militares que resuelven los problemas con el método "hipopótamo en cristalería" es directo a la vena. Y Tetsuo, cuando se vuelve oficialmente un superpoderoso y empieza a hacer gala de sus superpoderes aniquilando cuanta cosa se le pone a su alcance, se pone una capita roja muy reminiscente de aquella que usa cierto superhéroe "metropolitano" yanki, para "salvar" a la Humanidad... Y es impagable la escena en la que los fanáticos de la religión de Akira confunden a Tetsuo con su mesías largamente esperado, como los cristianos al Anticristo en el Apocalipsis, y por ende, sufrirán las consecuencias, y eso bien duro...

-- Respecto del ritmo, pues bien... ¿qué decir...? La primera mitad de la película es trepidante, eso sin lugar a dudas. La segunda, en cambio, degenera en el Síndrome Caballeros del Zodíaco, con una pelea interminable y con muchos efectos visuales gratuitos para acompañar las machadas sin sentido de Tetsuo.

IDEAL PARA: Ver un clásico cyberpunk (en particular la primera mitad).

"El Hobbit" (1977).


-- "The Hobbit". Estados Unidos. Año 1977.
-- Dirección: Jules Bass y Arthur Rankin Jr.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Orson Bean, Richard Boone, Hans Conried, John Huston, Otto Preminger, Cyril Ritchard, Brother Theodore, Paul Frees, Don Messick, John Stephenson.
-- Guión: Romeo Muller, basado en la novela de J.R.R. Tolkien.
-- Banda Sonora: Maury Laws.

-- "El Hobbit" en IMDb.
-- "El Hobbit" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Muchos siglos y siglos atrás, antes de que los hombres llegaran con sus manos sucias y contaminantes a invadirlo todo, existía un lugarcito llamado la Tierra Media, dentro del cual estaba la Comarca. En ella vivía una comunidad de pequeños terratenientillos muy amantes de su pipa y de su sillón, llamados los hobbits. Uno de ellos, Bilbo, recibe un día cualquiera una visita intempestiva: se trata de un hechicero errante llamado Gandalf el Gris, quien trae consigo una compañía de trece enanos. Con modales finos y despectivos, Gandalf mete a la compañía dentro de la casa de Bilbo -sin pedir permiso- y usufructúan de su vajilla, sus platos, etcétera... Bilbo cree que se trata de algo transitorio, de otro de los matonajes que estilan los muy poco caballerosos magos de la Tierra Media, pero no. Le han traído un contrato para embarcarle en una aventura, una búsqueda del tesoro, y aunque Bilbo es acomodaticio y con lo que tiene está bien y es feliz, prácticamente le obligan a firmarlo. Parte entonces Bilbo con los enanos a la búsqueda del dichoso tesoro, lo que incluirá una serie de aventuras muy poco apropiadas para tratar de llegar a viejo con vida y sano; estas aventuras lo llevarán al encuentro de una criatura anfibioide llamada Gollum y a obtener cierto anillo de invisibilidad, y finalmente, a lidiar no sólo con la ferocidad del dragón Smaug, quien se ve visiblemente chasqueado de que un mago del tres al cuatro utilice zafiamente a una panda de enanos para robarle SU tesoro, y de los ambiciosos vecinos humanos y elfos de Smaug, que esperan verle caer para apoderarse del botín sin dar palo al agua... (y es que pase el tiempo que pase, algunas cosas nunca cambian, ni siquiera en la Tierra Media).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En algún día perdido de los '30s, un aristocratizante y ultraconservador catedrático universitario y erudito filólogo llamado J.R.R. Tolkien escribió una frase estúpida al reverso de una prueba, de tipo "hay un agujero hobbit, y en él vive un hobbit". La frase quedó pendiente en el aire hasta que decidió escribirla en forma de libro. Contra toda expectativa, "El Hobbit" fue un gran éxito editorial de 1937. Todo hubiera quedado ahí, de no ser porque después escribió una "segunda parte", que de secuela no tiene nada: a las 200 y algo páginas de "El Hobbit" siguieron las millar y media de páginas de "El Señor de los Anillos", ahí es nada. Contra todo lo esperado, el nuevo libro se vendió como rosquillas, y entonces despertó el apetito de los estudios por llevar la historia al cine. Hubo tratos con un ya senil J.R.R. Tolkien (decesit 1973), pero fue después de su muerte que se rodó una versión en dibujos animados del ciclo entero: "El Hobbit" en comento, "El Señor de los Anillos" de Ralph Bashki, y "El regreso del rey" de 1980, también cortesía del tándem Bass/Rankin. El resultado final de "El Hobbit" de 1977 ha recibido críticas mezcladas, entre muy positivas y muy negativas, pero sumando y restando, parece ser que suman más los haberes que los debes, así es que probablemente todo esté bien.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es un trabajo Bass/Rankin. Ambos creadores están entre lo más valioso y subestimado que ha salido desde la animación estadounidense. Su obra incluye varias de las mejores animaciones para Navidad, filmes como "El vuelo del dragón" y series de TV como "Thundercats", entre otros clásicos. En "El hobbit" es posible apreciar también el cuidado supino y el esfuerzo creativo no sólo por contar una historia, sino por contarla bien, por hacer algo que no sólo sea "una de monitos", sino también una joyita, una obra de arte. El tratamiento de "El hobbit" es serio, sin ser pedante, y creativo, sin ser ortodoxo. Y eso se agradece.

-- La estética. Amada y denostada a partes iguales, lo cierto es que el trabajo de diseño de personajes y escenarios es brillante. La Tierra Media luce verdaderamente como la Tierra Media, y no como un escenario medieval de rebajas. Los personajes tienen alma y espíritu, y no son el enésimo refrito de una de dibus con monstruos. No trata de crear efectos ultrarrealistas como "El Señor de los Anillos" de Jackson, sino que se asume desde el comienzo como una película fantástica, y por ende el diseño no es realista, sino que es enormemente deudor, para que nos entendamos, del comic épico europeo de la época. La animación chirría un poco a ratos, y cae en algunos efectos ultraconvencionales, es cierto, pero es que este filme es de los '70s, ¿vale?, y no se le puede pedir la perfección que sería posible obtener ahora con CGI, ¿OK?

-- La película tiene un buen sentido del ritmo, algo que se aprecia considerando que la novela original (y la película, por ende) no es más que un apiñar de episodio tras episodio, sin mucha hilazón entre sí.

IDEAL PARA: Ver una recreación digna del universo tolkiniano, y en general, ver una buena película de Fantasía Heroica.

VIDEOS.

-- Inicio de la peli [en inglés, sin subtítulos].


domingo, 17 de diciembre de 2006

"Casino Real" (2006).


-- "Casino Royale". Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, República Checa. Año 2006.
-- Dirección: Martin Campbell.
-- Actuación: Daniel Craig, Eva Green, Mads Mikkelsen, Judi Dench, Jeffrey Wright, Giancarlo Giannini, Caterina Murino, Simon Abkarian, Isaach De Bankolé, Jesper Christensen, Ivana Millicevic.
-- Guión: Neal Purvis, Robert Wade y Paul Haggis, basados en la novela de Ian Fleming.
-- Banda Sonora: David Arnold.

-- "Casino Real" en IMDb.
-- "Casino Real" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un hombre en blanco y negro asciende en un ascensor blanco y negro, y llega a una oficina blanco y negro. Allí lo espera un individuo rubio y de ojos azules. En el breve diálogo siguiente, sabemos que se trata del agente James Bond conversando con un jefe corrupto. Bond ha llegado hasta él haciendo confesar a un tipo al que mató, ahogándolo de manera poco glamorosa. Y ahora va por el doble cero, con otro muertito más... Así obtiene su licencia para matar, y empieza a cumplir misiones. Como, por ejemplo, perseguir a un ponebombas en Africa. El asunto termina bastante mal, con Bond, ahora flamante 007, armando un follón diplomático de proporciones. Pero Bond no se queda quieto: cuenta con una pista y la sigue hasta las Bahamas. La pista en cuestión lo llevará hasta la primera chica Bond, que por supuesto es la esposa del villano, además de un atentado terrorista efectuado por el vil afán de lucro, y desde ahí, a un banquero cuyas operaciones financian a terroristas de todo el mundo. Ahora, 007 se embarca en el plan más idiota de todos: entrar a una partida de cartas contra este banquero para arrebatarle toda su fortuna y acabarlo. Pero Bond está recién aprendiendo a ser el héroe que hemos conocido en tropecientas películas anteriores, así es que quizás las cosas no salgan demasiado bien, después de todo...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En el lejanísimo 1953 había un antiguo agente secreto inglés de prontuario no demasiado brillante (hasta donde se sabe) que estaba retirado en su casita de las Bahamas, y decidió escribir una novela de espías. La novela se llamaba "Casino Real", y fue la primera en que hizo su aparición estelar el personaje de James Bond, y como se vendió como churros calientes, Ian Fleming, partero del engendro, se dedicó a sacar una cada año, hasta que se murió (Fleming, no Bond, porque los herederos explotaron la mina de oro entregando los derechos para escribir nuevas novelas a otros autores y a destajo). Los derechos de "Casino Real" fueron vendidos a la BBC para realizar un telefilme con estética de estudio televisivo de cartón piedra del cual, hoy por hoy, nadie se acuerda (con mencionar que es la única peli Bond en blanco y negro, queda todo dicho). Algo después, Fleming vendió los derechos de las historias Bond en paquete, pero "Casino Real" quedó fuera del acuerdo, ya que estaba previamente vendida, razón por la que no fue adaptada como película Bond oficial... pero sí como una desmadrada sátira en el año 1967. Eso, hasta ahora. Porque retirándose Pierce Brosnan de la saga Bond después de "Otro día para morir", venía la ansiedad clásica de "¡oh, y ahora, quién podrá interpretar a Bond!". Y como esa película había sido casi un cierre de ciclo, homenajeando a varias Bond clásicas (la secuencia en Cuba a "El satánico Doctor No", el plan maligno a "Los diamantes son eternos", etcétera), se imponía un nuevo comienzo. Nada mejor entonces que comprar los derechos de la novela de Fleming que siempre había estado en el aire, y adaptarla. Como es costumbre en la tradición de las pelis Bond, había que darse vuelta para adaptarse y sobrevivir, y como la moda la llevan ahora series de estética ultrarrealista como "24" (sólo la estética, claro), simplemente hicieron una Bond a la usanza, así como años atrás hicieron "Licencia para matar" a la usanza de "Miami Vice". Para eso, nada mejor que llamar de regreso a Martin Campbell, quien repite plato desde "Goldeneye". El resultado es una película que podría ser llamada refundacional, en la saga Bond, con buenos resultados, y que deja a ésta saludablemente bien parada con miras a seguir el negocio hasta que la franquicia ya no sea redituable...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es la segunda fundación de la saga Bond. Aquí vemos como un oscuro agente llamado James Bond llega a ser 007 y comienza a labrarse una posición, a punta de ensayo y error, algunos fracasos varios, y con la actitud dura de siempre. Así aparecen poco a poco los elementos que irán configurando en lo sucesivo al personaje: el smoking, la frase "my name is Bond, James Bond", el martini batido y no revuelto, el amiguete Félix Leiter, la licencia doble cero, el Aston Martin... (dichos intencionadamente en desorden para no matar el suspenso, claro está). Se la ha promocionado, por tanto, como "la precuela", o "la Bond que viene antes de las otras Bond", lo cual es falso, porque en realidad no respeta ninguna continuidad: los personajes usan telefonía celular (en "El satánico Doctor No", ni de roña), aparece la jefa M desde el comienzo, etcétera. Además, mal que le pese a los bondfrikis más acérrimos, hablar de continuidad en una peli Bond es un absurdo, toda vez que si el personaje hubiera envejecido a su ritmo normal desde "El satánico Doctor No", estimándole 30 en esa peli, en 2002 (el año de la anterior peli Bond, "Otro día para morir") debería haber tenido 70... En las pelis de Connery, en las cuales Bond se enfrentó repetidas veces a SPECTRE, podía hablarse de un cierto intento por darle continuidad al asunto, en detalles menores, pero en general, desde entonces al menos, cada peli Bond es autocontenida y autoconclusiva. Por lo tanto, más que una precuela, es una especie de "segundo comienzo", plantando a Bond de cara al siglo XXI. Por cierto, cosa curiosa, los guionistas Neal Purvis y Robert Wade son los mismos de "El mundo no es suficiente" y "Otro día para morir", algo raro considerando que se supone que la franquicia Bond debía dar un giro desde esas mismas películas...

-- Martin Campbell. Es el primer director en repetirse plato desde John Glen en los '80s, era de lejos la mejor opción para ello, y lo confirma plenamente en este filme, cargado de tensión psicológica (mejor no pensar en qué hubiera pasado si hubieran puesto a Spottiswoode en el trabajo), más que de acción pura y dura. Tenía la difícil misión de hacer una Bond más con los pies en la tierra, alejados de los planetatierrescos planes de los villanos de "El mañana nunca muere", "El mundo no es suficiente" y "Otro día para morir", y lo hace bien, dándole nuevo aire a la franquicia.

-- Daniel Craig. Maltratado, calumniado, injuriado, denostado como Bond apenas se supo su nombre, consiguió superar el "síndrome Lazenby", y construyó un Bond a su manera, con su propio carácter, en vez de tratar de imitar al Bond de Connery o Moore. Y le sale francamente bien. El Bond de Craig es duro y emocionalmente salvaje, pero al mismo tiempo tiene una sensibilidad peculiar que lo hace entroncar con el Bond del malogrado Timothy Dalton. A la larga, Craig demostró ser la mejor elección para Bond.

-- El resto del elenco, sin sobresalir actoralmente, está en su punto. Eva Green como objeto de deseo de Bond crea una de las chicas Bond más interesantes de los últimos tiempos, Jeffrey Wright (insigne secundario recientemente visto en "La dama en el agua", "Syriana" y "El candidato del miedo") hace un Félix Leiter que se hace notar desde la esquina en que está arrinconado (otro elemento que nos dice que no se trata de una precuela: en las pelis, se suponía que Leiter y Bond se conocían en "El satánico Doctor No"), Giancarlo Giannini compone un agente un tanto cansado y metido en esto más que nada por un asunto burocrático, Ivana Millicevic pone cara de chica caliente y mala y le sale bien, Mads Mikkelsen hace un villano con buen empaque, y Caterina Murino cumple bien como distracción visual.

-- David Arnold otra vez en la banda sonora (es su cuarta película Bond consecutiva), y se reconvierte también, abandonando los arreglos electrónicos en beneficio de una composición de corte más clásico. La canción Bond que compone con Chris Cornell tiene punch, en particular considerando el desastroso delirio electrónico de Madonna en la anterior.

IDEAL PARA: Ver una Bond hecha verdaderamente en serio y con amor al arte, y no sólo por mera diversión o para cumplir con hacer una Bond cada tantos años...

viernes, 15 de diciembre de 2006

"Algo para recordar" (1957).


-- "An Affair to Remember" (título original en inglés), "Tú y yo" (título en España). Estados Unidos. Año 1957.
-- Dirección: Leo McCarey.
-- Actuación: Cary Grant, Deborah Kerr, Richard Denning, Neva Patterson, Cathleen Nesbitt, Robert Q. Lewis, Charles Watts, Fortunio Bonanova.
-- Guión: Delmer Daves, Donald Ogden Stewart y Leo McCarey, basados en una historia de este último y de Mildred Cram.
-- Banda Sonora: Hugo Friedhofer.

-- "Algo para recordar" en IMDb.
-- "Algo para recordar" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

A bordo de un lindo y costosísimo trasatlántico, de la clase que nosotros los humildes mortales sólo veremos por filmes como éstos (en particular porque los desguazan en la actualidad a un ritmo de órdago, y es que la gente es tan poco romántica que prefiere hoy en día el avión), viaja un galán que se va a casar con una linda heredera de 600 millones de dólares (con ese dinero, cualquiera es linda). Pero a este galán hábil en el arte de quebrar corazones, se le cruza una pelirroja en el trasatlántico. Aunque hacen lo imposible, el caso es que se notan muchos los miñumiñus y todos los pasajeros se dan cuenta de que algo pasa ahí (y los miran con cara de "¿cuántas veces afilaron anoche?"). Aunque ambos están comprometidos, cada uno por su lado, a él no se le ocurre nada mejor que invitarla a conocer a su abuelita. Ella, en vez de responder que se vaya a la casa de su abuelita, o me importa tu abuela todo, accede. La pasan tan bien, que quizás haya algo más, y eso, como se estilaba en la época, o sea, sin mostrar pechos turgentes ni nada (hay que ver lo pasados por agua tibia que eran los galanes de la época). Cuando el trasatlántico llega a puerto, ambos se comprometen a que si el, ejem, asuntillo, marcha en serio, y si es que King Kong no está masacrando aviones en el Empire State Building, se encontrarán en el último piso del mentado edificio. Pasan los meses, él se dedica a su verdadera vocación de pintor, y ella por su parte vuelve al mundo de las candilejas, porque es que verán, ella era una mantenida de su noviecito, pero es que por amol, amol, amol... Parece que todo va bien, pero queda aún una siniestra jugarreta del destino, que los someterá a una prueba suprema, y... A pesar de que esta película la ha visto medio planeta y el giro de la trama es más conocido que la identidad del padre de Luke Skywalker, puede haber gente que no se haya enterado, así es que lo dejaremos así.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En la década de los '50s, de la prosperidad de postguerra y el baby boom (¡y es que parece que en esos años los yankis follaban como locos!) se impuso un tipo de filmes rodeados de mucho chic y sofisticación. En los '40s también, pero a medias, y eso involucraba clubes nocturnos y cosas así, mientras que en los '50s, involucraba Europa, trasatlánticos... (algo de eso comentamos en "Charada", en la que por cierto también actuaba Cary Grant). Uno de los mejores ejemplos de esto es "Algo para recordar", en la cual la primera mitad de la película (la mejor, probablemente) transcurre precisamente en esa clase de escenarios. En aquellos años, mucho del cine que se hacía en Hollywood tenía una vocación claramente atemporal. O sea, se trataba de contar la historia de acción perfecta, la historia romántica perfecta, la historia de aventuras perfecta... Era Eisenhower, que algunos la llaman.

¿POR QUÉ VERLA?

-- La pareja protagónica. No diremos que están inmensos como la vida, pero en verdad hacen el romance creíble. Decir eso de Cary Grant, uno de los galanes más grandes que ha producido el cine desde que Hollywood es Hollywood, no es realmente una novedad, pero afirmarlo de la por lo general desangelada Deborah Kerr es algo grande. En las partes de comedia, Deborah Kerr brilla como Sirio B, pero en las de drama desluce un poco (no tanto como en otras cintas, por lo demás). En aquellos años, dicho sea de paso, ambos actores estaban en la gloria, ya que Grant rondaba en "Para atrapar al ladrón", "Intriga internacional", "Operación Petticoat" y "Charada", mientras que la Kerr brillaba (es un decir) en "Quo Vadis", "De aquí a la eternidad", "El rey y yo" y "La noche de la iguana". El derroche de talento que ambos despliegan queda de manifiesto en particular si se considera que en otras manos este filme hubiera sido probablemente un desastre; no en balde tiene algunos obvios problemas de ritmo, por no hablar de una trama que hace agua por todas partes. Hay que ser muy buen actor para levantar una cosa como ésta, y transformarla en un clásico del cine.

-- Esta cinta ha sido aplaudida como una de las películas más románticas de todos los tiempos. Frente a eso, seamos sinceros. Puede que en 1957 haya partido y remendado una surtida cantidad de corazones, pero para los estándares de medio siglo después, huele a culebrón venezolano a la legua, y ya no hablemos del quiebre de la mitad de la cinta, o de su final para verlo picando cebolla. Para que nos entendamos: sigue siendo una gran película romántica, pero hay algunas cosas que desentonan. El señor McCarey, que funge de director, demuestra no tener muy clara la receta para mezclar comedia y drama, y la película demuestra así no tener una dirección muy clara (en los dos sentidos posibles, de dirección de actores o dirección de intencionalidad). Y cuando venía el momento de tirar toda la carne a la parrilla, en un grande finale, pues... que la película acaba muy rápido (y mejor no acordarse del parlamento final de la Kerr, toda una oda al kitsch romántico condensada en poquitas palabras). Y ya no nos acordemos de los insufribles números musicales protagonizados por esos pequeños bajitos, que debieron quedar muy tiernuchos en aquellos años, pero que hoy en día están de extirpar por todo medio quirúrgico posible. No es que el señor McCarey tenga un currículum muy lucido, como que su otro punto álgido es "Historia de amor" de 1939... De la que "Algo para recordar" es un remake (luego dicen que es de hoy cuando a Hollywood se le acabó la creatividad).

-- Para los fanáticos de "Sintonía de amor", esta es la peli que inspiró ese clásico (¿?) romántico (¿?) de los '90s (¡!). Así es que si a usted le gustó hornear galletas y servirse el tecito con Nora Ephron (y es que no se crean, hay engendros psiquiátricos a quienes podría gustarles eso), vaya y vea el original. Entre Grant y Hanks, y entre Kerr y Ryan, quédese con los originales, y lo mismo vale para la historia.

IDEAL PARA: Ver un culebrón clásico y sufrido, sufrido, sufrido, sufridísimo...

domingo, 10 de diciembre de 2006

"Un buen año" (2006).


-- "A Good Year". Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Ridley Scott.
-- Actuación: Russell Crowe, Albert Finney, Marion Cotillard, Abbie Cornish, Tom Hollander, Freddie Highmore, Rafe Spall, Archie Panjabi, Richard Coyle, Didier Bourdon, Isabelle Candelier, Kenneth Cranham.
-- Guión: Marc Klein, basado en la novela de Peter Mayle.
-- Banda Sonora: Marc Streitenfeld.

-- "Un buen año" en IMDb.
-- "Un buen año" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Hace muchas cosechas atrás, había una vez, en un chateau con viñedo en Francia, un jovencito con su querido tío. O no tanto, porque le trampeaba de lo lindo, el niño al viejo. Años después, el jovencito se ha convertido en un asqueroso yuppie que brokea a su gusto en el mercado de valores de Londres. En ese minuto le llega la noticia de que el vejete se ha muerto, y por tanto, debido a la falta de testamento legal, es el único heredero de toda su fortuna. Como en Inglaterra las cosas se están poniendo calientes debido a una investigación sobre una, ejem, acción de corsario en el mercado bursátil, decide que es buena idea poner distancia por unos días, hasta que las aguas se calmen. Cuando llega allá, hace lo que todo buen yuppie de corazón cuando tiene algo entre sus manos: lo tasa, decide cuánto podría sacar, y luego manda a sus tiburones a venderlo por la mejor tajada posible. Pero las cosas no serán tan sencillas. Por un lamentable incidente, quedeará varado en Francia, prisionero de sus recuerdos de niñez, además cabe la posibilidad de que no sea el unico pariente vivo, y para colmo, ¡ups! una linda damita francesa se cruza en su camino. ¿Conseguirá el Gladiador Corazón de Hierro Crowe sobreponerse a todo esto y volver a su vida de magnificencia financiera, o quedará condenado para siempre a encontrar el sentido de la vida, el palcer de las cosas simples, y toda esa clase de escapismo nostálgico hollywoodense?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Ridley Scott es uno de los cineastas más controversiales de las últimas décadas, no porque sus películas toquen temas escabrosos, sino por lo irregular de sus filmes. En la Filmoteca Scott es posible encontrar piezas artísticas del tonelaje de "Alien" y "Blade Runner", espectáculos visuales como "Leyenda" o "1492: La conquista del paraíso", truculencias como "Lluvia negra" o "Hannibal", filmes de entretención efectiva y simple como "Gladiador" o "Cruzada", pelis de género como "Thelma y Louise" o "La caída del Halcón Negro"... y ahora ESTO. ¿Qué es esto? Una comedia. ¿Una comedia? Sí, como suena. Una comedia. Otro clásico filme de género, en este caso, del género "viaja al lugar de tu infancia y recupérate a ti mismo". El argumento de este filme, ya lo habíamos visto: se llamaba "Bajo el Sol de Toscana", y lo interpretaba Diane Lane. ¡Eso es! "Un buen año" es "Bajo el sol de Toscana", pero en versión para chicos.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una película llevadera y con ritmo. Por muy mediocres que sean los resultados de un filme de Ridley Scott, su solo nombre asegura dos cosas: sentido del ritmo y empaque visual. Como de costumbre, este filme tiene ambas cosas. Esa es la principal diferencia entre esta película y muchas otras historias de tipo "tu niñez te reclama" que caen en lo blandengue y el sentimentalismo cursi y lacrimoide. ¿Pero Scott...? No, Scott evade esa trampa, y opta por un registro deliberadamente frívolo, a la larga mucho más efectivo que los arrebatos lacrimógenos de otros cineastas de menor talento.

-- Russell Crowe. No es su mejor rol, ni de cerca, y demuestra una vez más sus limitaciones como actor, pero chorrea carisma por los cuatro costados, y consigue que un personaje en principio despreciable, como es el broker egoísta y autopagado que interpreta, se haga simpático a la platea.

-- Albert Finney. El gran Albert Finney. El Maestro Albert Finney. Aparece poquito, e incluso más avejentado que en varios filmes más antiguos. Pero lo poco que aparece, demuestra por qué es Albert Finney, y el resto de nosotros, mejor mirar para otro lado antes de que nos caiga alguno de sus rayos celestiales. Y eso, considerando que su personaje es, sin remedio alguno, y por exigencias del guión, el más cursi de todos...

-- Las chicas... ¡oh, la là...! Las chicas... Veamos, está la belleza american's style de la australiana Abbie Cornish, la elegancia clásica francesa de Marion Cotillard, y como condimento la belleza especiosa y exótica de Archie Panjabi. Y todas luciendo estupendos físicos. Lástima que no haya desnudos, pero no todo puede ser perfecto, ¿no?

IDEAL PARA: Terminarla silbando una tonadita alegre sobre lo feliz que se vive la vida.

"Sólo para tus ojos" (1981).


-- "For Your Eyes Only" (título original en inglés), "007: Sólo para tus ojos" (título en México). Inglaterra / Estados Unidos. Año 1981.
-- Dirección: John Glen.
-- Actuación: Roger Moore, Carole Bouquet, Topol, Lynn-Holly Johnson, Julian Glover, Cassandra Harris, Jill Bennett, Michael Gothard, John Wyman, Jack Hedley, Lois Maxwell, Desmond Llewelyn, Geoffrey Keen, Walter Gotell.
-- Guión: Richard Maibaum y Michael G. Wilson, basados en los personajes creados por Ian Fleming.
-- Banda Sonora: Bill Conti.

-- "Sólo para tus ojos" en IMDb.
-- "Sólo para tus ojos" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un barquito que carga un valiosísimo equipo de espionaje, el ATAC, naufraga en las procelosas costas de Albania. Los británicos pasan apuros tratando de recuperar el ATAC, porque los rusos se están moviendo para obtenerlo. James Bond es destacado para resolver el asunto, y viaja en busca de algunos antiguos contactos británicos en Grecia, rodeo por España mediante. Recibe también la ayuda de la hija de su antiguo colega asesinado, quien anda obviamente en busca de venganza, y no es precisamente la clase de chica "rescátame, oh, Bond, poderoso agente inglés"... Bond se ve así involucrado en una compleja intriga en los Balcanes, que lo llevará al descubrimiento de una desagradable sorpresa. ¿Alcanzará Bond a detener a su malvado oponente, antes de que éste consiga venderle el ATAC a los soviéticos...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En los '70s, la saga Bond había desempeñado, con su progresiva infantilización, una especie de contrapunto con el resto del cine de la década, plagado de la dureza y sordidez de Harry el Sucio, "El Padrino" o "Taxi Driver". Pero la onda disco estaba pereciendo, y la época de ABBA y "Fiebre de sábado en la noche" estaba dando paso a los aún más serios '80s, con un Ronald Reagan jugando a Vaquero del Mundo. Las pelis de Bond iban a marchar también al pulso de los acontecimientos. La intriga del supervillano tratando de destruir al mundo dio paso, una vez más, al enemigo del aquí y del ahora: los soviéticos, preferentemente (pasando del narcotráfico, en "Licencia para matar"). La preocupación de Bond en las pelis siguientes era evitar que los malvados soviéticos desataran la Guerra Nuclear, destruyeran a Estados Unidos, traficaran armas, etcétera. Esta es la primera peli Bond "de los nuevos tiempos", y se nota: aquí se inaguraron tanto John Glen en la dirección, como la dupla Richard Maibaum y Michael G. Wilson en lo de los guiones (antes había escrito Maibaum en solitario), y los tres continuarían ininterrumpidamente a través de "Octopussy", "En la mira de los asesinos", "Su nombre es peligro" y "Licencia para matar" (o sea, todas las Bond ochenteras).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Roger Moore la considera su filme Bond más sólido. Eso es algo bastante discutible, por supuesto, pero aceptémoslo como la opinión del hombre que estuvo siete veces en la piel de Bond, James Bond.

-- Es una Bond con un poco más de trabajo detectivesco. Aquí lo principal es descubrir al villano, y luego dar buena cuenta de él. En ese sentido, su trama puede calificarse de inusual, para ser una Bond.

-- La secuencia de precréditos tiene un valor especial. En ella, Bond se deshace para siempre de un individuo en silla de ruedas, que ama a los gatos, y es calvo: cualquier parecido con Blofeld no es pura coincidencia (los derechos sobre Blofeld y SPECTRE se los había llevado un tal Kevin McClory, y ésta fue la venganza de Albert Broccoli). También tiene una alta carga simbólica: después de "La espía que me amó" y "Moonraker", era una manera de decirle adios a los supervillanos, matando al más emblemático de ellos, y darle paso a historias más realistas y de mayor contenido político.

-- Algunas secuencias de acción son bastante buenas, en particular el asalto final a la base del villano, ubicado ahora en lo alto de un promontorio cortado a pico.

IDEAL PARA: Ver una Bond un poco dura, para los estándares de Roger Moore.

miércoles, 6 de diciembre de 2006

"16 calles" (2006).


-- "16 blocks". Alemania / Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Richard Donner.
-- Actuación: Bruce Willis, Mos Def, David Morse, Jenna Stern, Casey Sander, Cylk Cozart, David Zayas, Robert Racki, Patrick Garrow, Sasha Roiz, Conrad Pla, Hechter Ubarry, Richard Fitzpatrick.
-- Guión: Richard Wenk.
-- Banda Sonora: Klaus Badelt.

-- "16 calles" en IMDb.
-- "16 calles" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Es un día normal y corriente. Un policía cuyo concepto de "problemas con el alcohol" es no tener disponible una botella del bueno en su oficina a las diez de la mañana, recibe un encargo maldito: llevar, fuera de turno, a un cualquiera bajo arresto, desde la comisaría al tribunal, separado apenas por 16 calles, porque tendrá que comparecer en una horita más. Al poli, que por cierto viene interpretado por Bruce Willis, maldita la gracia que le hace, pero bien, se trata de pago por horas extraordinarias (o sea, más monedas clinclín para alcohol), además que el jefe presiona, así es que habrá que hacerlo. Pero trabajos como ésos no se hacen sin la correspondiente mamadera etílica, así es que el poli, después de recoger al tipo en prisión, se detiene en una licorería. En mala hora lo hace: una partida de malos malosos se lanza sobre el vehículo policial, listo para hacer confetti de delincuente, antes de que delate a la gente detrás de todo el embrollo. El poli defiende al preso porque es SU preso y está bajo su responsabilidad, y pide ayuda a sus colegas por vía telefónica. Y cuando estos colegas llegan, le revelan algo: son ELLOS quienes quieren hacer del delincuente un Señor Mortadelo listo para la funeraria, porque los tipos contra los cuales el individuo testificará... pues bien, todos son policías. Le ofrecen al poli bueno un arreglín, pero no cuentan con que éste no sólo es bueno como betatester de alcoholes, sino también bueno de corazón, y pues bien, tenemos a Bruce corriendo con medio cuerpo de policía por detrás...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Richard Donner es un cineasta ávido de venderse a Hollywood a cualquier precio, y el boleto para eso es filmar harta acción. A finales de los '70s se anotó un par de éxitos resonantes con "La profecía" y "Superman", y después se mantuvo a flote con "Arma mortal" y secuelas, amén de productos de entretención de liviandad casi cavorítica como "El hechizo del águila", "Asesinos" o "Maverick". Ahora decidió plegarse a la moda del minuto, o sea, filmar corto y adrenalínico al estilo "24", y, pues bien, qué decir... El resultado final no es malo, pero incluso como pieza de acción es un tanto irregular. Por no funcionar, no funciona siquiera como alegato en contra de la corrupción policíaca, y eso que es fácil en estos tiempos arrojar bombas contra el Gobierno, desde que se supo que San Jorge decidió que el dragón estaba en Irak, mediante evidencia falsificada por la CIA. Pero no pierdan las esperanzas: "16 calles" tiene algunos puntos de interés, a lo menos.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Bruce Willis. Curiosamente, a pesar de su innegable talento como comediante ("Cita a ciegas", "Desayuno de campeones", "La muerte le sienta bien"), es más recordado, ha tenido más éxito, y obtiene mejores papeles, en pelis de acción en los cuales pasea dos estereotipos básicos: el poli socarrón estilo "Duro de matar" y secuelas, y el guerrero atribulado estilo "12 monos" o "Misión: Seguridad máxima". En esta peli, Willis interpreta una variante del segundo, convenientemente caracterizado para lucir un tanto más viejo (como debe sentirse, después de ser derrocado por el pesotas de Anton Kuschner o como se escriba). Y en verdad se luce.

-- Es una película mínima y sin demasiado glamour. ¿Eso, un mérito...? Tratándose del cine de acción, sí. Y es que después de la enésima peli del gran héroe de carne y hueso que salva al mundo en medio de trepidantes explosiones, es refrescante ver una película un tanto más contenida, sin explosiones ni balaceras gratuitas. Uno incluso huele que el guión original debió ser acaso menos glamoroso, y que Richard Donner le metió un tanto de "eso" para hacerlo más vendible, o acaso porque no se siente cómodo con historias más realistas, y prefiere el desmadrerío superheroico. Ayuda, por supuesto, la caracterización de Bruce Willis como un policía absolutamente opaco y plomizo, y el evadir el perfil de los enemigos como grandes villanos de maquiavélicos planes que arman una superconspiración para... Ya me entienden el punto.

IDEAL PARA: Ver una película de acción con los pies un poco más en la tierra.

domingo, 3 de diciembre de 2006

"Moonraker" (1979).


-- "Moonraker". Inglaterra / Francia. Año 1979.
-- Dirección: Lewis Gilbert.
-- Actuación: Roger Moore, Lois Chiles, Michael Lonsdale, Richard Kiel, Corinne Clery, Bernard Lee, Geoffrey Keen, Desmond Llewelyn, Lois Maxwell.
-- Guión: Christopher Wood, basado en la novela de Ian Fleming (sin acreditar).
-- Banda Sonora: John Barry.

-- "Moonraker" en IMDb.
-- "Moonraker" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

El gobierno británico ha recibido en préstamo un lindo chichito tecnológico llamado Moonraker, que es un vehículo espacial reutilizable con una cara de Columbia que no se la destiñe nadie. Pero ocurre un accidente, y el Moonraker desaparece misteriosamente. Para recabar pistas envían a Bond, James Bond, al laboratorio de Hugo Drax, un poderoso megachupiindustrial que, nada más llegar 007, decide llevar a cabo algunos torpes intentos de asesinato que demuestran bien a las claras que él es el malo maloso. Bond consigue volver a su lado, tácticas sexuales mediante, a una chica que trabaja para Drax, y consigue información que le permitirá seguir una arriesgada línea de investigación, que lo llevará a sufrir múltiples intentos de asesinato en Venecia y Brasil, antes de desenmascarar el monstruoso plan de Drax que, para variar un poco, implica apoderarse del mundo, la destrucción de la Humanidad, etcétera.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Después del golpe de timón que significó "La espía que me amó" en la saga Bond, en términos de reactivarla después del bajón de "Vive y deja morir" y "El hombre de la pistola de oro", anunciaron con bombos y platillos que iban a rodar "Sólo para tus ojos" (en la clásica frase "James Bond will return..."). Pero en medio de todo eso vino el éxito de "La Guerra de las Galaxias". Apurados, los ejecutivos de United Artists se hicieron pies mochos viendo si había entre las historias de Ian Fleming alguna que oliera a carrera espacial, y dieron con un cohete estilo Ray Bradbury, llamado Moonraker. Así es que, ni cortos ni perezosos, hicieron caso omiso de su anterior promesa, y se decidieron a rodar "Moonraker", o algo que se le pareciera (la fidelidad a la fuente literaria original no es una de las cualidades más alabadas de las cintas Bond). Como la historia original iba de un cohetito y de sabotaje, y por lo tanto no rentaba nada, cambiaron éste por un flamante transbordador espacial (en esa época el Columbia, el primero de ellos, aún no despegaba), y en cuanto a la historia, convirtieron a Hugo Drax en un clásico supervillano dispuesto a comerse el mundo. En cuanto a la trama, no se calentaron demasiado la cabeza: prácticamente calcaron la historia de "La espía que me amó", locaciones italianas incluidas, sólo que la guarida del villano ya no está en una base sumergible en alta mar, sino en una estación orbital en el espacio exterior (¿y cómo diablos hicieron para construirla sin que ningún sistema de detección en la Tierra, o por último el observatorio del Monte Palomar, diera la voz de alerta?). En la dirección mantuvieron a Lewis Gilbert ("La espía que me amó" y "Sólo se vive dos veces" son también obra suya), y para la canción de créditos llamaron nada menos (¡y por tercera vez!) a la venerable Shirley Bassey. Y como gran final, una secuencia de pelea espacial (¡!) con rayos lásers, de lo más surrealista. Y mucho más al final la frasecita "James Bond will return...", ahora sí en "Sólo para sus ojos".

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es la peli en la cual James Bond viaja al espacio. Como suena, y con un par.

-- Tiene acción, mucha acción, acción a raudales. Puede decirse que es una de las películas Bond más trepidantes en términos de ritmo narrativo.

-- Corinne Clery. Aparece poquito en la película, pero esta chica, que venía del cine softcore europeo ("La historia de O", por más señas) roba cámara. La escena en la que Max Drax le da su merecido por traicionarle, es una de las más mórbidas en toda la saga Bond, por cierto (en "Sólo se vive dos veces", también dirigida por Lewis Gilbert, había más o menos lo mismo).

-- Reaparece Jaws. Es el único matón Bond que ha conseguido repetirse plato hasta la fecha. Apareció en "La espía que me amó", y aquí encuentra un destino final de lo más curioso...

-- Los efectos especiales son de lo mejor que se podía conseguir en aquel tiempo. Los chicos de Broccoli olfatearon la calidad, y no perdieron tiempo en encargarle la sección FX a nada menos que ILM, la firma de George Lucas que había producido los efectos para "La guerra de las galaxias", así es que todo queda en familia.

-- Los chistecitos. La secuencia numérica para entrar a la base de Venecia es la musiquita de cinco notas de "Encuentros cercanos del tercer tipo". Hay también una oblicua referencia a "Superman", también de esos mismos años.

-- El gran final. Todas las pelis Bond suelen terminar cuando 007 se infiltra en la base del enemigo y la hace volar por dentro, después de dar cuenta del villano... pero es que no en todas las pelis Bond el villano tiene una base tan estupenda como ésta. Tiene su encanto cuando la base enemiga a volar es nada menos que una estación espacial completa.

IDEAL PARA: Ver una de las cintas Bond más entretenidas y desmadradas de todas.