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domingo, 17 de diciembre de 2006

"Casino Real" (2006).


-- "Casino Royale". Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, República Checa. Año 2006.
-- Dirección: Martin Campbell.
-- Actuación: Daniel Craig, Eva Green, Mads Mikkelsen, Judi Dench, Jeffrey Wright, Giancarlo Giannini, Caterina Murino, Simon Abkarian, Isaach De Bankolé, Jesper Christensen, Ivana Millicevic.
-- Guión: Neal Purvis, Robert Wade y Paul Haggis, basados en la novela de Ian Fleming.
-- Banda Sonora: David Arnold.

-- "Casino Real" en IMDb.
-- "Casino Real" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un hombre en blanco y negro asciende en un ascensor blanco y negro, y llega a una oficina blanco y negro. Allí lo espera un individuo rubio y de ojos azules. En el breve diálogo siguiente, sabemos que se trata del agente James Bond conversando con un jefe corrupto. Bond ha llegado hasta él haciendo confesar a un tipo al que mató, ahogándolo de manera poco glamorosa. Y ahora va por el doble cero, con otro muertito más... Así obtiene su licencia para matar, y empieza a cumplir misiones. Como, por ejemplo, perseguir a un ponebombas en Africa. El asunto termina bastante mal, con Bond, ahora flamante 007, armando un follón diplomático de proporciones. Pero Bond no se queda quieto: cuenta con una pista y la sigue hasta las Bahamas. La pista en cuestión lo llevará hasta la primera chica Bond, que por supuesto es la esposa del villano, además de un atentado terrorista efectuado por el vil afán de lucro, y desde ahí, a un banquero cuyas operaciones financian a terroristas de todo el mundo. Ahora, 007 se embarca en el plan más idiota de todos: entrar a una partida de cartas contra este banquero para arrebatarle toda su fortuna y acabarlo. Pero Bond está recién aprendiendo a ser el héroe que hemos conocido en tropecientas películas anteriores, así es que quizás las cosas no salgan demasiado bien, después de todo...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En el lejanísimo 1953 había un antiguo agente secreto inglés de prontuario no demasiado brillante (hasta donde se sabe) que estaba retirado en su casita de las Bahamas, y decidió escribir una novela de espías. La novela se llamaba "Casino Real", y fue la primera en que hizo su aparición estelar el personaje de James Bond, y como se vendió como churros calientes, Ian Fleming, partero del engendro, se dedicó a sacar una cada año, hasta que se murió (Fleming, no Bond, porque los herederos explotaron la mina de oro entregando los derechos para escribir nuevas novelas a otros autores y a destajo). Los derechos de "Casino Real" fueron vendidos a la BBC para realizar un telefilme con estética de estudio televisivo de cartón piedra del cual, hoy por hoy, nadie se acuerda (con mencionar que es la única peli Bond en blanco y negro, queda todo dicho). Algo después, Fleming vendió los derechos de las historias Bond en paquete, pero "Casino Real" quedó fuera del acuerdo, ya que estaba previamente vendida, razón por la que no fue adaptada como película Bond oficial... pero sí como una desmadrada sátira en el año 1967. Eso, hasta ahora. Porque retirándose Pierce Brosnan de la saga Bond después de "Otro día para morir", venía la ansiedad clásica de "¡oh, y ahora, quién podrá interpretar a Bond!". Y como esa película había sido casi un cierre de ciclo, homenajeando a varias Bond clásicas (la secuencia en Cuba a "El satánico Doctor No", el plan maligno a "Los diamantes son eternos", etcétera), se imponía un nuevo comienzo. Nada mejor entonces que comprar los derechos de la novela de Fleming que siempre había estado en el aire, y adaptarla. Como es costumbre en la tradición de las pelis Bond, había que darse vuelta para adaptarse y sobrevivir, y como la moda la llevan ahora series de estética ultrarrealista como "24" (sólo la estética, claro), simplemente hicieron una Bond a la usanza, así como años atrás hicieron "Licencia para matar" a la usanza de "Miami Vice". Para eso, nada mejor que llamar de regreso a Martin Campbell, quien repite plato desde "Goldeneye". El resultado es una película que podría ser llamada refundacional, en la saga Bond, con buenos resultados, y que deja a ésta saludablemente bien parada con miras a seguir el negocio hasta que la franquicia ya no sea redituable...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es la segunda fundación de la saga Bond. Aquí vemos como un oscuro agente llamado James Bond llega a ser 007 y comienza a labrarse una posición, a punta de ensayo y error, algunos fracasos varios, y con la actitud dura de siempre. Así aparecen poco a poco los elementos que irán configurando en lo sucesivo al personaje: el smoking, la frase "my name is Bond, James Bond", el martini batido y no revuelto, el amiguete Félix Leiter, la licencia doble cero, el Aston Martin... (dichos intencionadamente en desorden para no matar el suspenso, claro está). Se la ha promocionado, por tanto, como "la precuela", o "la Bond que viene antes de las otras Bond", lo cual es falso, porque en realidad no respeta ninguna continuidad: los personajes usan telefonía celular (en "El satánico Doctor No", ni de roña), aparece la jefa M desde el comienzo, etcétera. Además, mal que le pese a los bondfrikis más acérrimos, hablar de continuidad en una peli Bond es un absurdo, toda vez que si el personaje hubiera envejecido a su ritmo normal desde "El satánico Doctor No", estimándole 30 en esa peli, en 2002 (el año de la anterior peli Bond, "Otro día para morir") debería haber tenido 70... En las pelis de Connery, en las cuales Bond se enfrentó repetidas veces a SPECTRE, podía hablarse de un cierto intento por darle continuidad al asunto, en detalles menores, pero en general, desde entonces al menos, cada peli Bond es autocontenida y autoconclusiva. Por lo tanto, más que una precuela, es una especie de "segundo comienzo", plantando a Bond de cara al siglo XXI. Por cierto, cosa curiosa, los guionistas Neal Purvis y Robert Wade son los mismos de "El mundo no es suficiente" y "Otro día para morir", algo raro considerando que se supone que la franquicia Bond debía dar un giro desde esas mismas películas...

-- Martin Campbell. Es el primer director en repetirse plato desde John Glen en los '80s, era de lejos la mejor opción para ello, y lo confirma plenamente en este filme, cargado de tensión psicológica (mejor no pensar en qué hubiera pasado si hubieran puesto a Spottiswoode en el trabajo), más que de acción pura y dura. Tenía la difícil misión de hacer una Bond más con los pies en la tierra, alejados de los planetatierrescos planes de los villanos de "El mañana nunca muere", "El mundo no es suficiente" y "Otro día para morir", y lo hace bien, dándole nuevo aire a la franquicia.

-- Daniel Craig. Maltratado, calumniado, injuriado, denostado como Bond apenas se supo su nombre, consiguió superar el "síndrome Lazenby", y construyó un Bond a su manera, con su propio carácter, en vez de tratar de imitar al Bond de Connery o Moore. Y le sale francamente bien. El Bond de Craig es duro y emocionalmente salvaje, pero al mismo tiempo tiene una sensibilidad peculiar que lo hace entroncar con el Bond del malogrado Timothy Dalton. A la larga, Craig demostró ser la mejor elección para Bond.

-- El resto del elenco, sin sobresalir actoralmente, está en su punto. Eva Green como objeto de deseo de Bond crea una de las chicas Bond más interesantes de los últimos tiempos, Jeffrey Wright (insigne secundario recientemente visto en "La dama en el agua", "Syriana" y "El candidato del miedo") hace un Félix Leiter que se hace notar desde la esquina en que está arrinconado (otro elemento que nos dice que no se trata de una precuela: en las pelis, se suponía que Leiter y Bond se conocían en "El satánico Doctor No"), Giancarlo Giannini compone un agente un tanto cansado y metido en esto más que nada por un asunto burocrático, Ivana Millicevic pone cara de chica caliente y mala y le sale bien, Mads Mikkelsen hace un villano con buen empaque, y Caterina Murino cumple bien como distracción visual.

-- David Arnold otra vez en la banda sonora (es su cuarta película Bond consecutiva), y se reconvierte también, abandonando los arreglos electrónicos en beneficio de una composición de corte más clásico. La canción Bond que compone con Chris Cornell tiene punch, en particular considerando el desastroso delirio electrónico de Madonna en la anterior.

IDEAL PARA: Ver una Bond hecha verdaderamente en serio y con amor al arte, y no sólo por mera diversión o para cumplir con hacer una Bond cada tantos años...

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